La lucha contra el destino (parte 12)

Un beso puede lograr en ti mil sensaciones pero es mucho mejor si esas sensaciones son provocadas por esa persona a la que amamos.

Perdon por la demora pero estuve un poco ocupadita estos dias, ademas se me habia ido un la inspiracion :C

Me beso, la bese… sus besos era probar un poco del cielo, completamente maravillosos y mientras reconocía el sabor de sus labios, los movimientos de su lengua, se separo de mi para dejarme sola, en el último lugar donde pensé besarla, frente a Valeria y con una interrogante que me perseguiría por el resto de los días que este lejos de ella… ¿dejare mi orgullo de lado por su amor?

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Aquí estoy frente a ti Valeria debatiéndome entre lo que me dice el corazón y mi razón, tú la acabas de ver, que debería hacer con lo que estoy sintiendo, escaparme de un sentimiento tan grande como lo es el amor, es muy difícil de hacerlo sin salir herido, luchar contra el destino y contra lo que nos interpone ser felices, quedan muchas cosas en el camino, a pesar de todo el dolor que siento, o que alguna vez sentí, es difícil debatir con lo que se siente, Dios Valeria!, dame una sola señal para que luche, ¿el beso?, parece que para ella no significo nada, ¿no la viste huir o qué?, salió corriendo, me dejo sola, no sé qué pensar, y si se fue y no vuelve más, mejor me voy antes de que anochezca y me quede encerrada aquí en el cementerio, bye vale, volveré pronto, no olvides que te amo dije besando su lapida. Voy saliendo, soy una de las últimas personas que quedaban dentro, ¿Qué haces?, Gabriela dime que es una broma, no puedes cantarme una serenata afuera de un cementerio, por dios. Ahí estaba ella con un grupo de mariachis y con una botella de tequila, vino donde mí y me entrego una rosa blanca y se regreso a cantar con los mariachis, no pude evitar reír por tal situación, cuando terminaron de cantar 3 pistas seguidas, ella bastante ebria, vino donde mí y me dio un beso que me sorprendió y el cual no pude rechazar, eran sus labios, esos labios que después de tanto tiempo aun me hacen temblar, paramos un momento, ella me abrazo y susurro en mi oído, “ te amo ”, las palabras que anhelaba tanto escuchar de sus hermosos labios, dos palabras perfectas para olvidarse del pasado y vivir lo que tenía en este momento en frente de mi, al amor de mi vida, a la chica de la que me enamore sin siquiera saber su nombre, la que me enseño a volver a creer en el amor, a la mujer que más he amado y la que también me causo tanto dolor, pero aquí está en frente de mi y no tengo ningún pretexto para alejarme de ella, no esta vez, perdonar, eso es lo que tengo que hacer.

Veo a Gabriela con sus ojitos cerrados, está llorando.

  • R: bebe, ¿Por qué lloras?

  • G: perdóname, te hice tanto daño, no quise hacerlo, por favor perdóname.

  • R: ¿entonces porque lo hiciste?-le pregunte calmadamente, dándole la seguridad necesaria para que me cuente lo que necesitaba escuchar-.

  • G: ¿no podríamos conversar en otro lugar?

  • R: si tienes razón, tu haz lo que tengas que hacer, que yo llamare a mi madre para decirle que me voy a ir a mi departamento, ¿ok?

  • G: Si, me parece bien, además deje a francisco encargado con una amiga.

Mientras hablaba con mi mama, vi como Gabriela hablaba con los mariachis y le agradecía todo lo que habían hecho por ella, y también dijo que gracias a ellos recuperaría al amor de su vida, o al menos eso esperaba. Mi mamá me hizo un interrogatorio completo, le conté buena parte de lo sucedido, pero quedo insatisfecha, después de todo ella sabía perfectamente lo que Gabriela me había hecho, me pidió que arreglara todo, que hablara con ella todo lo que teníamos pendiente y que después la llamara y le contara, que chismosa jajá, le corte y vi a Gabriela acercarse nuevamente a mí.

Nos subimos a mi auto, había un silencio un poco incomodo, mas incomodo eran cuando cruzábamos las miradas, queriendo decir mil cosas, como dicen “ el silencio vale más que mil palabras” solo que esta vez necesitaba escuchar de sus labios algo que me calme estos nervios.

  • G: dobla aquí en la izquierda, en el edificio de al frente.

Habíamos llegado a un edificio, su departamento quedaba en el séptimo piso, tomamos el ascensor y nuevamente el silencio nos gano. Gabriela aun estaba un poco mareada, por haber tomado, en su rostro se notaba un cansancio, me dio ternura verla así y la tome de la mano, ella me miro sorprendida y me regalo una sonrisa dulce, de algo me di cuenta y es que ya no somos las mismas niñas de hace años.

Llegamos, pensé que Gabriela abriría directamente la puerta pero me sorprendió tocando, al abrirse la puerta salió una joven más o menos de unos 23 años, nos hizo una seña de guardar silencio, era porque francisco estaba durmiendo en un sillón.

Gabriela se llevo a francisco a su cuarto y yo me quede con la chica que estaba cuidando a francisco, que hasta ese entonces se me hacia conocida, pero no sabía de dónde.

  • Desc: ¿Y tú eres?...-me pregunto enarcando sus cejas-.

  • R: Aaah…si disculpa, mi nombre es Roxana y el tuyo-ella me miro con un gesto de sorprendida-.

  • Desc: ¿Roxana?...

  • R: emm si ¿por?

  • Desc: ¿tú eres la misma Roxana que estudio con Gabriela?

  • R: eeh, si soy tu, ¿me dirás tu nombre o no?

  • Desc: claro, claro, soy Andrea amiga de toda la vida de Gabriela…así que tú eres la famosa Roxana…

  • R: Andrea…claro yo te había visto en fotos, creo alguna vez Gabriela me mostro alguna foto tuya-ya decía yo que la conocía-¿y porque soy tan famosa?

  • A: pues la Gaby me ha hablado mucho de ti…

  • R: espero que nada malo.

  • G: jamás hablaría algo malo de ti-dijo Gabriela bajando las escaleras-.

  • R: pues me alegra-dije regalándole una sonrisa-.

  • A: bueno pues yo me marcho…veo que ya no tengo nada que hacer aquí…un gusto Roxana, cuídense y no hagan locuras ¿sí?

  • G: oye me conoce yo no hago locuras al menos que sean por amor-dijo mirándome, creo que me sonroje-.

  • A: si eso lo sé perfectamente, chau nos vemos luego.

  • G: bye y gracias por cuidar de mi bebe.

  • A: ya sabes para eso están las amigas, mi segundo nombre es big momma-dijo saliendo por la puerta-.

  • G: y ahora…

  • R: ¿ahora?...ahora hay que hablar, tenemos toda la noche, o al menos yo tengo toda la noche para escuchar tus explicaciones.

  • G: uuh…ahora comienza lo difícil…antes de comenzar tengo que decirte algo…

  • R: ¿Qué pasa?

  • G: pasa que te amo…pasa que todo lo que sentí y siento por  ti es real, nada fue fingido, ni fueron apariencias, me equivoque, eso lo sé perfectamente, pero éramos unas niñas y no me atreví…no me atreví a arriesgarme por amor sabiendo que mi futuro iba a ser incierto, y cometí el gran error de desconfiar, de tener miedo a perderte sabiendo que tú me amabas, pero fue un ataque de celos, que se yo, que me llevo a cometer semejante estupidez de acostarme con un tipo que ni siquiera conocía…lo siento…lo he sentido cada largo día de mi vida que no he pasado a tu lado.-esto lo decía caminando de un lado para otro en su departamento-.

  • Hey!...para un poco ¿sí?...haber mira, las dos tomamos decisiones apresuradas que nos llevaron a estar donde estamos en este momento…no sé si maldecir o agradecerle al destino…tienes razón éramos unas niñas y posiblemente si hubiésemos seguido con nuestra relación a esa edad seguramente hoy estarían separados nuestros caminos…pero no, tuvieron que pasar años, para cicatrizar heridas, para comprender que la vida no es tan fácil como parece…pero aquí estamos, de nuevo, una frente a la otra, ¿y sabes que creo?

  • ¿Qué?-me pregunto con lágrimas en los ojos-.

  • Creo que era nuestro destino separarnos, porque aun así, aun con todos los años que han pasado me he dado cuenta de algo…que yo también te amo, que este amor siempre ha estado aquí, y lo peor es que no hice nada por intentar arrancármelo, nada, porque tu olor, tu sabor, todo eso es inolvidable.-dije esto último acercándome lentamente a ella, y acortando nuestro espacio, nuestros labios se unieron en un beso profundo-.

Un beso que te puede llevar al cielo en instantes, y mejor si te lo da esa persona a la que amas. Seguimos besándonos por un largo rato hasta que caímos en un sillón, yo debajo de ella, esos besos pasaron de ser suaves a intensos, pequeños gemidos se escapaban de mi robándome el aliento, Gabriela se incorporo y comenzó a besar mi cuello mientras me iba bajando el cierre del poleron que llevaba, todo sucedió en tan poco tiempo, pero fue interrumpido por un ruido en el segundo piso, rápidamente nos pusimos de pie y subimos las escaleras era francisco que se había despertado y estaba jugando con un enorme camión de bomberos…

Continuara...