La lucha contra el destino (parte 10)

No puede ser, no fue un sueño, ni mucho menos producto de mi imaginación, ella estaba aquí.

Llego el día del acto, estaba muy nerviosa como si la que iba a actuar o leer poemas fuera yo, los papas iban llegando con sus hijos y yo muy amablemente los recibía, no veía llegar a francisco, tenía que organizar a todos los niños con vestuarios, maquillajes y esas cosas. Entre para ver si estaba por ahí pero no lo vi, estaba resignada a que tal vez no iba a venir cuando lo veo de la mano de una mujer, no lograba visualizarla, pensé que vendría con su nana, pero no era ella, cuando estaban a tan solo unos pasos de mi, logre verla, no lo creo, no puedo creer lo que veo, me nuble, no entendía lo que pasaba, no podía creer que estaba viendo a Gabriela de la mano de francisco, a Gabriela!

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Al parecer  a ella al igual que a mí también le sorprendió lo que veía, no puedo creer que este aquí, a unos cuantos pasos de mi, ¿Qué hago?, elegí los más fácil, hice como si no me hubiese dado cuenta de que ella estaba ahí, me dirigí a donde estaban los niños vistiéndose, creo que mi cara me delato, porque uno de los niños me pregunto qué, que me pasaba, solo logre responderle que no era nada, ¿nada?, acabo de que ver a la persona que más he amado y que sigo amando con la misma intensidad y respondo que no me pasa nada, dios ¿qué voy a hacer?, ¿qué está haciendo ella aquí?, ¿qué es francisco de ella?, mi cabeza solo tenía preguntas sin respuestas.

  • Roxana-me llamo una de mis colegas-.

  • Dime.

  • Francisco, te andaba buscando para que los ayudes a escoger su vestimenta de príncipe.

  • Le puedes decir que ahorita no puedo, invéntate cualquier cosa por favor.

  • Ok, pero, ¿estás bien? ¿necesitas que te ayude en algo?

  • No, solo es un dolor de cabeza, no te preocupes, siempre me da.

  • Bueno, ahí nos vemos.

  • Bye.

Salió de la habitación dejándome sola, pensativa, cuando escucho que la puerta se abre, pero yo sigo en mi misma posición, con mis manos tengo tapado mi rostro, no quiero mirar quien es, siento que se sienta a mi lado y me dice suavemente.

  • No puedo creer que estés aquí.

En ese momento ya mis lagrimas corrían, no quería mirarla, no podía, estaba aquí sentada a mi lado y yo no podía ni siquiera pronunciar una palabra, que tiene el destino deparado para mi ahora que ella está aquí, dios se que mil veces te pedí que la volvieras a poner en mi camino, pero creo que me arrepiento de habértelo pedido, no movía ni un musculo después de lo que me dijo ella, su voz, tan suave como siempre, sentí un mareo tremendo al escuchar eso, no puedo mirarla simplemente no puedo, o la verdad es que aun no creo que ella esté aquí.

  • Roxana, mírame-dijo ella entre sollozos, al parecer también estaba llorando-.

  • No puedo-alcance a decir, antes de que quedara profundamente dormida-.

A lo lejos escuchaba a adri hablando con Gabriela, le preguntaba que quien era ella,  y que me había pasado, al parecer me desmalle, no había comido bien el fin de semana y estos dolores de cabeza se han hecho muy común en mi, debe ser donde no he dormido bien estos últimos días.

Me desperté y adri estaba a mi lado, estaba muy inquieta, como preocupada.

  • No me mires así, que estoy bien, no paso nada, solo fue un desmallo.

  • Ella está aquí, no quiero que te vuelva a arruinar la vida como cuando tenías 16 años, ¿me entiendes?

No puede ser, no fue un sueño, ni mucho menos producto de mi imaginación, ella estaba aquí, en el jardín, con francisco, ¿Qué hace con él? Estaba muy confusa, sus palabras salieron muy sinceras como si de verdad haya estado anhelando verme, como si me hubiese extrañado tanto como yo la extrañe a ella.

  • ¿Qué hace aquí?

  • Dijo que había venido a ver a su hijo, que al parecer iba a participar en el acto, iba a actuar o algo así.

  • Francisco…

  • Si, así era su nombre.

No me lo creo, con razón el parecido, pero tuvo un hijo, seguramente debe estar casada, pero esta hermosa, tanto o más de lo que imagine. Estaba entre feliz, confundida, al parecer todo el odio que una vez le tuve se esfumo, pero aun conservo la imagen de ese video en mi cabeza, me engaño y esa es la peor traición que se le puede cometer a otra persona, solo me queda esperar.

El acto ya había comenzado y estaba ese pequeño al que aprendí a querer de un día para otro, igual que a su madre, tienen esa virtud de encariñar a las personas con sus miradas, con sus palabras, con sus gestos y en eso ellos eran muy parecidos.

Francisco se veía muy contento, y su punto fijo de concentración era su madre, jejeje, que lindo se veía vestido de príncipe, la mire a ella y ahí estaba, mirando a su hijo, cuando se dio cuenta que yo la estaba mirando giro y quedamos mirándonos, ¿Por cuánto?, no lo sé pero para mí esos segundos se hicieron eternos, ni cuenta me di cuando ya el acto había terminado, y había una de las parvularias en el escenario despidiendo y agradeciendo su asistencia a cada uno de los apoderados y asistentes.

Francisco corrió hacia mí y ahí estaba ella, lo felicite y lo abrace tan fuerte que casi lo dejo sin respiración, me llevo hacia ella y me la presento, como si yo no la conociera.

  • Tía, ella es mi mama, se llama Gabriela, mamá ella es Roxana la profesora de la que te había hablado.-dijo francisco dejándonos solas y yéndose a jugar con los demás niños-.

  • Hola, ¿Cómo sigues?

  • Bien, estoy bien.

  • Al parecer te mareaste y al rato después te desmayaste.

  • Si es que, cuando las cosas me sorprenden me pasa eso.

  • Así, y que te sor…

  • Roxy, te estaba buscando, nos vamos a casa- dijo adri interrumpiéndonos-.

  • Si, vamos, hasta luego Gabriela.

  • Adiós, Roxana, espero que te mejores.

  • Si, gracias.

Una vez más despidiéndome de ella, solo que esta vez no iba a ser para siempre, seguramente la volvería a ver.

Llegamos a mi departamento, lo único que quería ahora era descansar, no quería pensar en todo lo que había pasado, pero era inevitable, no podía dejar de pensar en ella, una pequeña sonrisa se asomo en mi rostro de lo cual adri se percato enseguida.

  • ¿Me estas escuchando, o tengo cara de chiste?

  • ¿Por qué lo dices?

  • Porque tienes la risa pegada en el rostro, ahora entiendo porque estabas enamorada de ella, es muy linda.

  • Estaba, no lo creo adri, creo que aun siento lo mismo por ella, creo que nada ha cambiado, los sentimientos están intactos, aun la sigo amando y duele mucho-dije rompiendo en llanto-.

  • Ya chiquita, tranquila-dijo abrazándome-.

  • No quería que esto sucediera, preferiría mil veces vivir de su recuerdo, que haberla visto ahora.

  • Tranquila, vas a ver que las cosas no siempre son tan malas, por mi parte creo que una conversación entre ustedes dos no estaría nada mal, deben aclarar las cosas que sucedieron en el pasado, a lo mejor perdonando se puede empezar todo de nuevo ¿no?

Quizás tenía razón, no lo sé, pero creo que si nos merecíamos una conversación.

Al día siguiente llegue al jardín más temprano de lo que comúnmente llegaba, andaba un poco hiperventilada, nerviosa y no sabía porque, empezaron a llegar los niños acompañados por sus padres o por sus nanas como era el caso de algunos, vi venir a francisco a lo lejos y venia con esa persona a la que amaba con todas mis fuerzas, pero que no era capaz de perdonar aun así lo quisiera, había algo que me lo impedía, quizás era la culpa que aun sentía por la muerte de Casandra, decidí algo, si desde ahora en adelante empiezan a cambiar las cosas, si mi destino era volver a encontrarla, dejaría todo mi pasado atrás sin importar nada.

Continuara…

¿ qué dicen, que la perdone y tenga una conversación estrechamente larga con Gabriela o que huya como hace 14 años atrás cuando sus papas la cambiaron de ciudad?