La locura de una vecina y ahora follaamiga

Beso que le di y quien no quiere la cosa me recreé, comenzando a acariciar… cuello, hombros, espalda y nalgas al tiempo que con mi otra mano comencé a acariciar sus senos… ooohhh!!. Donde ella no mostro ningún deseo de separarme, sino más bien de alargar ese momento entre suspiros y gemidos.

La locura de una vecina y ahora follaamiga

Comenzaré por lo que me ocurrió el pasado martes… aunque dada la hora podría decir noche, estaba en casa pues había regresado muy temprano de trabajar. Estaba sentado plácidamente en el sofá viendo una serie de Netflix cuando mi mujer a eso de las siete de la tarde, cogió y me mando un Whatsapp en el cual pude leer…

  • “Podrías mover el culo del sofá e irme a comprar fusibles para mi coche, bueno eso y una bombilla de luz larga H7”.

Mi primer pensamiento fue en mandarla a la mierda, pero luego me retracte pues si iba me ahorraría una tarde de discusión, acabando por levantarme, vestirme y tras coger mi mascarilla salí a comprarlo. Tras llegar a la tienda y esperar mi turno, acabe comprando lo pedido y me encamine hacia casa, informándole a mi mujer que su encargo estaba hecho, contestándome esta…

  • “Pues ya que vienes para casa, podrías ponerme de paso la bombilla y los fusibles, podrías comportarte como un buen marido… yo me voy a acostar”.

Mientras leo esto, pienso que para ser un buen marido me podría esperar y demostrárselo con un par de ‘polvos’, pues el orgasmo que ella debería de agradecerme van en medida de cómo me lo haga. Pero al tiempo mientras llegaba a casa, no deje de recibir Whatsapp de una amiga, amiga que no deja de mandarme fotos de ella con prendas ya sea normales como eróticas, no dejando de decirme… ¿Cuándo nos vamos a ver?, o ‘Quiero repetir lo del otro día’. Y aunque le decía…

  • “Y tú marido que… aún sigue sin hacerte caso, no te mete mano y más con este frio”.

Contestación que me da…

  • “Él no es tan fogoso como tú, creo que le falta esa neurona de pasión o con el tiempo la ha ido desactivando, no tiene ideas para fuera de la cama”.

Esta conversación se prolongó al menos hasta llegar a casa, donde tras coger el ascensor me fui al garaje, cuyo automóvil de mi esposa descansa. Tras ponerme manos a la obra, sustituyendo la luz larga por la nueva y los fusibles gastados por los nuevos, me iba a marchar cuando me quede en la entrada de acceso al portal, volviendo a leer algunos Whatsapp más, Whatsapp cuyas imágenes me hicieron comenzar a tocarme mi miembro, ¡cuya erección la tenia de un caballo al menos… uuuffff!! (ojo… el tamaño de la polla... ¡No!!, pero si las ganas de follar).

En eso estaba cuando no me di cuenta de la llegada de un automóvil, coche que tras unas maniobras aparco de culo en su estacionamiento, saliendo una persona que no me percate de quien era por la misma oscuridad. Pero que tras abrir esta el maletero, una luz proveniente de este, dibujo la sombra de esta persona, sombra que parecía que estaba cogiendo algunos paquetes del interior del maletero. Donde finalmente un ruido seco y un grito femenino me hizo entender que debía de ser una vecina, no quedándome otra que acercarme a averiguar si esta persona estaba bien, y de paso poderla ayudar no solo como vecino sino como presidente de la intercomunidad.

Fue acercarme hacia donde estaba esta persona, no me pare ni tan siquiera a pulsar el pulsador de la luz, llegando desde la penumbra hasta su coche, donde me la encontré en el suelo sentada con una de sus manos en su cabeza, y la otra apoyándose en el suelo con la mascarilla. Su rostro al verme aparecer de la nada al principio era de desconfianza, pero nada más quitarme la mascarilla a modo de que ella pudiera reconocerme y de paso confiar en mí. Rostro que cambio rápidamente, cuya cara ahora para nada mostraba desconfianza y menos aún sorpresa, sino más bien de agrado e incluso satisfacción. Viéndola en esa postura le ofrecí mi mano a modo de ayudarla a levantarla, mano que me la tomo y agradecida por mi atención, acabo por soltarme…

  • “Uuummmm!!... que mano más caliente tienes, raro es el hombre que tiene a está temperatura, pues las tenéis más frías que cálidas como las tuyas”.

Dejando caer una pregunta irónica y con doble sentido…

  • “¿Dime, ¿dónde las habías tenido metida para que las tenga tan cálidas?, mira a ver si voy a tener que meter las mías a que se caliente… ja ja ja”.

En un primer momento pensé en contestarle con cordialidad, pero viendo que esta buscaba tema o al menos eso me pareció, cogí y con toda la cara le contesté…

  • “Pues la tenía metida dentro de mis calzoncillos, pues con lo caliente que estoy me estaba metiendo mano, quizás más ante lo que me esperaba en casa en cuando subiera”.

Esta se queda callada sorprendida por mi respuesta, quizás no esperaba tal franqueza, silencio que me da por pensar que quizás me haya precipitado en mis palabras, llegando a meditar si quizás haya metido la pata hasta el fondo. Pero cuando coge esta y lleva sus manos a mi entrepierna, ¡palpando con la izquierda la zona de mis genitales al tiempo que con la derecha magrea mi bulto… uuummm!!, como que finalmente me da la sensación que no me equivoque. Soltándome esta…

  • “Pues creo vecino que cuando ambos subamos a nuestras casas, nos vamos a encontrar la misma situación los dos, yo me encontraré a mi marido tirado en el sofá dormido y quizás tú a tú mujer dormida en la cama”.

Afirmación que acertó de lleno, esta pícaramente sonriente cuyos ojos brillaban y no me extraña que era de deseo, no dejo de restregar su mano por mi entrepierna. Acabando por tirar de pantalón hacia abajo, cayendo este por su propio peso a mis tobillos, mano que hizo lo mismo con mis calzoncillos al mismo tiempo que ella se agachaba, quedándose en cuclillas ante mis pies. Observando mi erección y soltando al tiempo que levanta la vista…

  • “Mmmm!!... no está mal, no es tan grande como la de mi marido, pero si es mucho más gruesa y quizás, tenga mucho más aguante”.

Veo a esta mujer en cuclillas y no me lo creo, vecina que para mucho la he visto en escasas ocasiones y que los encuentros, no es más que en la temporada de piscina en verano. Vecina madura al cual la echo no más de cincuenta y muchos años, pero viéndola desde esta perspectiva no está nada mal, además por el escote puedo observar sus pechos, senos que no son pequeños al menos. Pero esta no se anda por las ramas… no viene a perder el tiempo, coge mi miembro y comienza a chupármelo, sacándoselo de la boca y soltarme…

  • “Me gusta… eres limpio, no son como ‘otros’ que no se asean, además me gusta que estés depilado… odio sacarme de la boca los pelos”.

Creo que los de ‘otros’ iría por su marido, pero esta vuelve a metérsela en la boca, pudiendo ver la maestría que posee la señora y que supuestamente los años de práctica, práctica que no ha perdido como ‘otras’. La miro sorprendido como me la chupa como ansia, bueno eso y su escote que mis deseos por comerles las tetas aumentan… uuummm!!. Esta señora… aun señora a pesar de esto, ¡ver cómo me la tiene sujeta con su mano izquierda… mano que me la pajea… uuummm!!, mientras de forma incesante entra y sale de su boca mi glande… ooohhh!!. Pero que caigo que su mano derecha no está, dándome que pensar que quizás se esté haciendo un dedo… uuuffff!!.

Bajando mi mirada desde su escote y ver sus muslos, muslos que he caído que esta venia en falda y para colocarse en cuclillas ha tenido que subir, falda que la tiene algo más subida que de medio muslos por tener su mano derecha introducida… uuummm!!. Disfrutando como estoy disfrutando cojo y le pongo mi mano derecha sobre sus cabellos, presionando su nuca a modo de que se la introduzca entera dentro de su boca, cosa que no le debería de costar trabajo, pues anteriormente me hizo saber que su marido es más grande. Esta traga y levanta la mirada, nuevamente veo ese brillo en sus pupilas, cuya mirada de deseo es clara, sacándosela de su boca y soltarme…

  • “Ya te vas a correr”.

Lógicamente no le contesto, pero si le hago levantar al tiempo que intento posar mis labios en los suyos, labios que rehúsa y que insisto hasta que nos comemos la boca con pasión, saboreando el sabor amargo de su lengua. Mientras le como la boca aprovecho para masajear sus pechos con una mano y con la otra el culo, ella gime y suspira de forma incesante… ooohhh!!. Acabando por tirar hacia arriba de su suéter y masajear sobre su sujetador sus senos, senos que ella misma libera de esta prenda al soltar las hebillas, pechos que me los ofrece y que chupo y lamo con cuidado, pues ella me dice…

  • “Tranquilo… canalla, tranquilo… no me seas loco, no me dejes marca por favor, ¡disfruta… pero con suavidad… ooohhh!!”.

Con suavidad saboreo sus mamas, masajeándolas y acariciándolas mientras ella no deja de suspirar, apretando sus manos sobre mi cabeza a modo de apartarme… uuummm!!. Pero mi intención no es otra que conducirla al interior de su coche, donde voy moviéndola hasta poder abrir poco a poco la puerta trasera. Le hago sentar primero y con suavidad la tumbo, mientras mis labios descienden por su vientre hasta su entrepierna, siendo ella quien intenta impedírmelo diciéndome…

  • “No… eso No!!, no por favor… eso no puedo aguantarlo”.

Pero ya he bajado con cuidado sus medias y sus braguitas, prenda que imaginaba que debían de ser del tiempo de mi abuela, pero cuando se las he visto para nada eran tan viejas… uuummm!!. Chupo su vulva con suavidad al tiempo que le introduzco uno de mis dedos… ooohhh!!, ella se tapa la cara con las manos sin dejar de suspirar y gemir… uuummm!!. No pierdo el tiempo pues es una de las cosas que más disfruto en el sexo, ya que considero que el sexo oral es esencial… aaahhh!!. Beso y chupo sus labios vaginales… saboreando sus jugos, mientras por sus gemidos ahogados debo de hacérselo bien, ella misma posa su mano sobre mi nuca oprimiéndome a modo de no apartarme. Viendo como esta entre convulsiones primero y estremecimientos después, acaba por llenar mi boca con su primer orgasmo, dándome por echo por su pronta venida lo necesitada que estaba. Escuchándola decirme…

  • “Métemela ya… no espere tanto, métemela no vaya a aparecer algún vecino y nos fastidie”.

Cayendo que está en lo cierto, cojo y tomándola por las caderas tiro de ella hasta dejar sus nalgas al borde del asiento, intentando separar sus piernas, piernas que por culpa de sus medias evitaba. Cogiendo esta y tras descalzarse, acabo por sacarse el panty y las bragas, volviéndose a tumbar sonriente, acabando yo por inclinarme, conduciendo yo mi miembro hacia su orificio vaginal… uuummm!!. Colocando mi glande en su orificio y presionar con suavidad, viendo como este se le va introduciendo despacio hasta que de una embestida acabo por metérsela completamente, ¡embestida que ella pega un grito… aaahhh!!, primero y luego gemidos… uuummm!!... uuummm!!. Cayendo a los pocos minutos en la cuenta…

  • “No te has puesto nada… ¡No!!, no me digas que me las has metido sin preservativo”.

Contestándole sin dejar de penetrarla…

  • “Primero que no tengo y la verdad es que no necesito, además creo que dada nuestra edad no creo que te dejara embarazada, más aún que estoy operado para no tener ese problema”.

Calla y entre gemidos acaba por soltar…

  • “Pues entonces sigue… uuummm!!, sigue… aaahhh!!, mi marido para estas alturas ya se habría venido y habría que esperar al menos entre diez minutos y un cuarto de hora, tiempo que ya no está una para seguir… ooohhh!!”.

Seguí embistiéndola con fuerza comenzando está a subir el tono de sus gemidos, llegando a tener que taparle la boca a modo de poder silenciarla, gesto que ella comprendió e intento callar. Alterne embestidas fuertes con un compás más pausado, ¡pues no deseaba correrme aun… aaahhh!!, notándolo ella misma y soltarme entre insultos…

  • “Cabrón no te pares… aaahhh!!, no pares… sigue… sigue… aaahhh!!”.

Pero me gusto más, sacársela y escucharla suplicar que la metiera, introduciéndosela de un solo golpe al compás de sus gemidos y obscenidades, repitiendo esto varias veces y observando lo que disfrutaba mi vecina… ooohhh!!. Acabando por sacársela y ante su cara de incredulidad, viéndome intentar girarla… intención que entendió tras explicárselo, colocándola de espalda a mí y en posición de perrito, como ella misma me dijo…

  • “Haaa… vale, que pervertido que eres… ja ja ja, quieres meterla al estilo perrito… eeehhh!!”.

Pero fue colocarse y coger mi miembro, comenzando por restregárselo entre las nalgas, soltándome está…

  • “Ha ver donde coño lo vas a meter… eeehhh!!, no vayas a equivocarte que donde pienso aún está por estrenar”.

La escuche con atención y la verdad es que me dieron ganas de podérselo estrenar, pero la verdad es que no era el momento ni el lugar para ello. Como que tras ir metiéndoselo lentamente en su coñito, comenzamos a disfrutar, no dejando ella de gemir nuevamente hasta un sorprendente orgasmo, sorprendente para ella pues no dejaba de decir…

  • “Uuuffff!!... que mala estoy, ooohhh!!... como necesitaba esto, no sé si son los nervios o qué coño es, pero sigue… uuuffff!!, no pares… ooohhh!!”.

Pero para ser sincero, mi tardanza a la hora de venirme no era por otra causa de ralentizar las embestidas, deteniéndome siempre que podía y aguantar unos minutos más, mientras ella no dejaba de gemir. Acabando por hacerle saber que me venía ya, información que ella no dejaba de hacerme saber que no aguantara mas y que lo hiciera, entre espasmos acabe por descargar dentro de ella. Quedándonos en esa posición hasta que se lo saqué flácido, ella dándose la vuelta, agradecida o al menos eso pensé, cogió mi miembro y se lo metió en su boca, chupándomelo y dejándomelo limpio la verdad. Gesto que no lo esperaba la verdad de una señora como ella, mostrándose en esos momentos tan puta como jovencita, no mostrando diferencia con algunas de mis amigas. Pero bueno, una vez que hemos finalizado, saliendo del coche le ayude a recomponer sus ropas y vestimenta, ayudándole poco después a llevar la compra hasta el ascensor, no dejando de decirme…

  • “Esto no ha pasado, tienes que prometerle que no lo contaras a nadie, me juego mi matrimonio si se entera”.

Contestándole…

  • “Te digo lo mismo, no solo te lo juegas tu matrimonio sino yo me juego el mío”.

Pero antes de que se cerrará el ascensor, esta me suelta…

  • “¿Qué pasa que no me vas a dar ni un beso de despedida?, ya te vas a mostrar indiferente y como dos extraños”.

Beso que le di y quien no quiere la cosa me recreé, comenzando a acariciar su cuello, espalda y nalgas al tiempo que con mi otra mano comencé a acariciar sus senos… ooohhh!!. Donde ella no mostro ningún deseo de separarme, sino más bien de alargar ese momento entre suspiros y gemidos nuevamente. Llegando a sentir como una de sus manos intentaba con desesperación introducirse dentro de mi pantalón, mano que, tras lograrlo, tomo mi miembro y comenzó a masturbarme. Soltándome…

  • “No me creo que ya estas así, no hace ni un cuarto de hora”.

Pero que, tras soltar mi miembro, sacando su mano del interior de mi pantalón, coge y me dice…

  • “No… que nos perdemos, esto hay que evitarlo… no podemos”.

Fue separarme y tras pulsar ella misma el botón de su planta, cerrándose las puertas del ascensor… desapareció, marchándome yo a casa donde mi mujer dormía plácidamente en la cama. Acabando yo el día con una ducha, cena y después de escribir en mi diario en mi pc lo sucedido, acabe por acostarme. Los hechos son verídicos, hechos que no me esperaba de verdad y más con esta mujer, vecina que apenas tengo contacto al ser de otro bloque, bueno eso y que no coincidimos en ningún sitio. Pero la verdad es que ahora no sé porque motivo nos vemos con más asiduidad, digo esto más cuando ayer mismo apareció en mi puerta por la mañana. Llevándome la sorpresa al verla, donde esta se disculpó por aparecer, soltando…

  • “Perdona que te moleste, pero como presidente de la intercomunidad que eres, debía de informarte de cosas que están pasando en referencia a la falta de mentalidad social”.

Dice y pregunta…

  • “Perdona, no te he preguntado si estas solo o estas acompañado con tú mujer”.

Respondiéndole…

  • “Me coges solo, mi mujer trabaja por las mañanas y no suele venir hasta después de almorzar”.

Respondo e informo, continuando esta por decirme…

  • “Pues yo venía a…”.

Interrumpiéndola sin dejarla continuar, le invito cordialmente a pasar a mi casa y que continúe, entrando esta… aunque con algún reparo. Volviéndola a interrumpir nada más comenzar y sin esperar le ofrezco un café, té o cualquier cosa que desee, mostrándome muy atento con ella. Ella me contesta…

  • “Bueno no debería, pero con el frio que hace fuera, no me vendría mal algo caliente, vale quiero un té”.

Desapareciendo en mi cocina, y mientras voy preparando el té y mi café, le pido con educación que se quite el abrigo y se ponga cómoda, informándole que en unos minutos le llevo algo caliente (…sí suena mal, perro iba con esa intención). Donde tras preparar el té y mi café, me encamino hacia el salón donde ella está sentada en el sofá con las piernas metidas bajo la manta de la mesa de camilla. Saltándome primero de forma burlona…

  • “No me interrumpas por favor”.

Presentándose después…

  • “Mira ante todo me presento, me llamo Ángela y soy la presidenta de mi comunidad”.

Continuando…

  • “Es que el otro día con las prisas no nos presentamos, y después de tu grata atención se me quedo un mal sabor de boca”.

Pensando que no debería ser tan malo, pues ella no dejo de chupármela e incluso después de haberme corrido dentro de ella, quiso continuar. Pero bueno, está continúo hablando…

  • “Estaba deseando agradecerte el subidón que me diste, bueno eso y pasarte las impertinencias de mi marido hacia la gestión de la intercomunidad”.

Cosa que me dice una vez que posa su mano sobre mi muslo, preguntándome…

  • “Bueno y eso caliente que me ibas a dar…”.

Dice una vez que su mano desciende por la parte interna del muslo y asciende hacia mi entrepierna, llegando y comenzar a magrear mi miembro al tiempo que acerca su boca a la mía, dándome un pico y decirme…

  • “No deseo nada serio… solo es amista, o como lo llaman ahora… así, podemos ser follaamigos sino tienes inconveniencia”.

Dice y continua…

  • “Amo a mi marido… pero últimamente no está demasiado atento, además es soso y aburrido”.

Sorprendiéndome la verdad, cuando el otro día se mostraba a pesar de lo ocurrido súper enamorada de su marido, y protectora de su matrimonio. Mujer que tras tirar de mi pantalón hacia abajo y sacar mi miembro, saliendo este solo y darle una chupadita, soltarme…

  • “Me gusta, así como la tienes… no pido que sea grande, sino que lo sepa usar y que de paso sino es mucho pedir… que me haga gozar”.

Sonríe… me da un pikito primero, continuando por comernos la boca, soltándome…

  • “Entonces tu mujer no aparece hasta mediodía al menos, ¡pobrecito mi niño… tantas horas tan solito… uuummm!!”.

Dice a la vez que veo como se baja las bragas, ¡ropa interior mucho más sexy que la vez anterior… uuummm!!, acabando por levantarse y colocándose a horcaja sobre mí, ubicando una pierna a cada lado de las mías al tiempo que toma mi miembro, restregándoselo por sus labios vaginales y ella misma se lo introduce, soltando…

  • “Ooohhh!!... uuuffff!!, no sabes lo que he echado de menos esto, me vas a acostumbrar muy mal… uuummm!!”.

Comenzando a moverse… siendo ella la que marca la cabalgada, soltando primero…

  • “No sé si te has dado cuenta, pero para agilizar la cosa, ¡vengo con medías de ligas… no sé si esto te gusta o te pone… uuummm!!”.

Mi rostro de satisfacción le hace entender que sí… ooohhh!!, eso y mis manos acariciando sus nalgas primero… uuummm!!. Soltando…

  • “Mi vida es una rutina diaria, una monotonía que aburre y me está consumiendo. Quiero algo más y la verdad, ¡lo ocurrido la pasada noche me gusto… aaahhh!!, si… uuummm!!”.

Dice mientras yo comienzo a buscar su orificio anal, acariciando suavemente con la yema de mis dedos… uuummm!!. Soltándome ella…

  • “Que malo que eres… pero me gusta, además disfrute con todo aquello que me hiciste, no sé porque… pero me puso tus perversiones, ¡perversiones como esta… aaahhh!!”.

Bueno lo dicho esto, puedo confirmar que tengo ahora sin pensarlo y menos buscarlo una follaamiga, no imagine de corazón que me pudiera ocurrir o al menos con ella. Ahora con este frío y con estos días lluviosos a falta de pan… tengo caviar, mis otras perversiones las tengo aparcada por no poder salir de la provincia, pues tengo en mente ir a visitar a unos amigos a Almería. Pero lo dicho, no deseo alargar mucho más, os dejo y espero que os haya gustado, deseando recibir vuestros comentarios, ya sea a este portal como a mi correo. Claro está, mi email es: jhosua 1974 @ gmail. com (obviamente… todo junto).