La lluvia de mi mujer

Mi mujer y yo disfrutamos de todo tipo de prácticas sexuales...hasta hoy donde cumplió una de las que todavía no había probado... la lluvia dorada

Desde hace años disfruto de sexo variado con mi mujer. En general, no tenemos complejos y hemos experimentado ambos más allá del sexo clásico. Hemos ido un paso más allá.

Todo empezó un día de verano con bastante calor, a mi mujer le había venido la regla de manera repentina (se le adelantó a sus cuentas) y ya llevábamos sin follar unos cuantos días por cuestiones de viajes, trabajo, familia, hasta este día en el que ya se le había ido… estábamos los dos muy cachondos, esa noche parecía que se iba a terminar la sequía.

A mi mujer le encanta darme placer, al igual que a mí a ella, y no duda en hacerme buenas pajas y mamadas además de follar, especialmente en sus días de regla. Yo me niego a veces ya que no quiero que ella no disfrute de una buena sesión de sexo, pero ella me suele insistir ya que consigue otro placer diferente, y es el de tenerme cachondo, dominarme… lógicamente no me parece nada mal.

Este día me propuso chupármela en la cama viendo porno, se le había ido la regla, pero no estaba segura del todo de si había terminado… ella me iba a dar placer a mi, al igual que otras veces, así que me pidió que me lavase bien para que me lo pudiese comer todo, sin límites. Esto hizo que mi polla se despertase en seguida, mientras ella, insinuante, mirándome a los ojos con esa mirada sucia, de guarra, que pone cuando quiere sexo, me acariciaba la polla por encima del pantalón.

Me levanté del sofá y me fui al baño a lavarme. Ya hace tiempo me encanta esta parte. Me siento en el bidé con agua templada, mientras estoy totalmente desnudo y me limpio con jabón la polla, los huevos y toda la zona. Y cuando digo toda la zona es el pubis, el perineo y el culo. Esto último es importante claro, porque cuando mi mujer me quiere comer, si tengo suerte ese día es probable que me coma el culo también…y eso es algo superior, maravilloso, uno de los mayores placeres que he experimentado. Una buena comida de culo es estupenda.

Antes dije que me encantaba esta parte, la limpieza de bajos, y os diré porqué. Me encanta limpiarme bien el ojete, por fuera y por dentro. Lo cubro de jabón y voy frotándolo despacio con un dedo, limpiando bien la parte de fuera del esfínter, lo introduzco un poco y juego con él en la entrada de mi agujero, lo meto y lo saco, lo limpio, lo disfruto… lo meto más a fondo, entero para limpiar bien todo el conducto, y luego meto otro dedo, me concentro en que los dos dedos vayan abriendo mi culo, no solo por el placer que me da, sino para prepararme para lo que podría venir después.

Una vez bien limpio, y con la polla ya tiesa debo decir, voy a la habitación donde ya me espera en la cama buscando la peli porno que quiere ver. Le dejo que la escoja ella y me dejo hacer, es parte del juego de dominación que hacemos. Le gusta tenerme controlado. Me encanta que lo haga.

Estaba en la cama buscando peli en el disco duro que tenemos enganchado a la TV de la habitación (una pantalla de 32’’ en una mesa enfrente de la cama).

¿qué te apetece cariño?, ¿tías buenas comiendo pollas o tíos montándoselo entre ellos?... ya sé, me apetece ver tíos follando entre ellos… lo que a ti te gustaría hacer, comer polla y que te follen el culo.

Vale mi amor, lo que te apetezca. Mientras me la chupes y me saques la leche me vale lo que tú quieras. Le dije sonriendo.

Me tumbé en la cama, desnudo, con la polla medio tiesa. María (mi mujer) pulsó un botón del mando y en la pantalla se empezó a ver los títulos de inicio de la película. Se tumbó a mi lado, cogiéndome la polla con la mano, mientras empezaba a pajearme.

En la TV se empezaban a ver imágenes de tíos morreándose, comiéndose la polla y el culo y follando, mucho sexo homosexual.

Los “preliminares” duraron un rato, mi mujer me meneaba la polla, bajaba a chupármela, subía a morrearme…mientras veíamos a tíos buenorros haciendo todo tipo de guarradas.

Me ponen mucho estas pelis con mi mujer, y me abren el apetito de disfrutar de placeres poco heteros. Al poco ya estaba moviendo mis caderas, haciéndole entender que quería que me hiciese algo más que la mamada. Lógicamente lo entendió enseguida, y empezó a pasar sus dedos por mi culo mientras me la chupaba. Poco después ya estaba con un dedo jugando con la entrada, lubricado brevemente con su saliva.

Eres un maricón, estás deseando que uno de esos machos te folle salvajemente. ¿te gustan sus pollas?

Sí, me gustan mucho. Me gustaría que me follasen.

Claro que sí, porque en el fondo eres una maricona. Date la vuelta putita! Me dijo.

Yo me di la vuelta encantado, quedándome tumbado boca abajo. María me dio unos cachetes en el culo mientras se reía. Me lo abrió y sentí su aliento…venía una de mis partes favoritas. Noté la punta de su lengua en mi ojete, rozándolo suavemente. Me estremecí. Qué placer!

¿te gusta esto putita?

Oohh, sí, me encanta.

Volvió a reírse y a repetir la operación, puntita de lengua, suave y húmeda, y separarse. Yo estaba empezando a gemir creo. Tiró de mis caderas, yo me levanté poniéndome a 4 patas, dándole mi culo. Me agarró las nalgas con fuerza, apretándolas, dándome cachetes mientras me decía guarradas:

Eres un maricón, cómo te gusta que jueguen con tu culo.

Te voy a follar hasta que te corras.

No me vas a aguantar nada, te vas a correr enseguida!

Y otras lindezas que hacían que cada vez estuviese más excitado…

Hasta que me abrió el culo con las manos y hundió su lengua en mi ojete, metiéndola dentro unos centímetros, lamiéndolo, follándome con su lengua, lubricándome el agujero, alternando su lengua con un dedo que entraba entero…

Estuvo así un par de minutos en los que yo estaba en la gloria. Esta es una de las mejores sensaciones que puedes tener.

Estaba concentrado en sus caricias cuando empecé a notar que me estaban entrando ganas de mear. Como la sesión prometía que iba a durar mucho, y no quería estar pendiente de ello, se lo dije.

Cariño, me están entrando ganas de mear, necesito ir al baño.

¿cómo?, se rió, ¿mi putita quiere mear?

Sí, o lo hago ahora o luego en plena faena puede ser peor.

Vale, vete, te espero…pero no te hagas una paja!

Me fui al baño con la polla bien dura ya, abriendo paso. Cuando estaba entrando noto que me sigue hasta allí.

Me pone verte mear, ¿te importa que te acompañe?

No claro…mejor todavía, ¿por qué no me sujetas mientras meo?, le dije. Recuerdo que lo hiciste una vez hace años y me puso mucho.

Uhmmm, sí, lo recuerdo. Muy morboso. Pero recuerdo también que esa vez tenías algo metido en el culo y te dio mucho placer. Me dijo sonriendo maliciosamente.

Sí lo recuerdo, le contesté.

Ya dentro, me acerqué al váter y ella me agarró la polla con la mano izquierda apuntando.

Apunta más abajo, cuando la tengo dura el chorro sale más fuerte así no mancho por fuera.

Vale, pero déjame a mi. Me dice. Apoya las manos en la pared y agáchate hasta la posición que creas para apuntar.

Le hice caso con ganas de saber qué tenía pensado, en la posición que estaba me estaba yendo hacia adelante con el cuerpo y compensándolo con el gesto de agacharme para que mi polla apuntase hacia abajo… pero sacando mi culo, en posición de ser empotrado desde atrás.

Venga cariño, ya puedes mear.

Me susurra con malicia mientras me mete 2 dedos entre las nalgas, abriéndose paso en mi culo suavemente con la mano derecha y me sostiene la polla apuntando al váter con la mano izquierda.

Joder, qué placer. Ya solo sus dedos son maravillosos, pero la postura sumisa, su mano en mi polla agarrándola con firmeza y la situación, a punto de mear.

No sé si os habéis dado cuenta que, al mear, hacéis una contracción con el esfínter, supongo que para generar fuerza para expulsar el chorro de orina. Pues imaginaos el hacerlo con algo metido en el ojete… un placer enorme!

Como he dicho, esto ya lo había experimentado antes una vez, y además de disfrutarlo me sorprendió. Esta vez lo disfruté más todavía. Meé a chorros, cada vez que soltaba un chorro y mi esfínter se contraía sobre los dedos de María, una corriente de placer cruzaba mi cuerpo y gemía como una perra. Esto me cortaba la meada…y vuelta a empezar… apoyándome en la pared para no caerme por las sensaciones extremas que estaba sintiendo.

Debí tardar 1 minuto por lo menos en mear, o más, no lo sé, estaba concentrado en el placer que sentía, y en no caerme también. Mi mujer estaba cachonda también, disfrutando mucho de lo que me estaba haciendo, de cómo me tenía… la oía ronronear detrás de mi, su cuerpo pegado al mío, sus dedos en mi culo, su mano cogiéndome la polla.

¿has terminado putita?, me dijo cuando dejé de mear.

Sí, ya está mi amor.

Bien, quédate aquí, no te muevas.

Dicho esto, sacó sus dedos de mi culo despacio, se lavó las manos y se fue sonriendo a la habitación. Me quedé quieto en mi posición, jadeando y saboreando el placer de lo que acababa de pasar.

Oí a mi mujer abrir cajones y movimiento en la habitación, hasta que volvió al baño.

Se había quitado los pantalones del pijama y la camiseta, solo seguía llevando un tanga. Venía con sus buenas tetas al aire, con los pezones muy duros de la excitación. Pero lo que destacaba era la polla negra que le había aparecido, obra del strap-on que tenemos, y que dejaba claras sus intenciones.

Se puso detrás de mi, pegando su cuerpo al mío y yo sentí la polla negra contra mi culo, sus tetas contra mi espalda y su boca en mi cuello.

Te voy a follar cariño. Sé que te gusta porque eres una zorra.

Sí, dame caña cariño, fóllame el culo, le respondí yo.

Se rió mientras me agarraba por las caderas y frotaba la polla de goma en mi culo.

Veo que estás muy cachondo, esto te va a encantar.

Uhmm, sí, dame polla, le contesté.

Pensé que me la iba a meter sin más, pero no, quería seguir jugando antes.

Vas a comerme la polla zorra.

Me dijo mientras me empujaba para que me diese la vuelta. Mi polla chocó contra la suya. Yo iba a juntarlas y jugar con ellas pero no me dejó.

Ponte de rodillas y chupa.

Lo hice sin rechistar, me puse de rodillas y metí la polla de goma en la boca y me puse a chupar. Despacio al principio, imaginando que era una polla de verdad, pero empecé a moverme más rápido enseguida.

Cómo chupas…pero mira que eres maricón. Me dijo ella, encantada de tenerme dominado.

Yo me estaba excitando más todavía, cuando puso una mano sobre mi cabeza y empezó a guiar mi mamada. Me la metió hasta el fondo.

Cómetela entera, hasta el fondo… como tú me dices. Venga, zorra.

Noté la polla de goma contra mi campanilla y aguanté las arcadas. A los dos nos estaba gustando esto.

Después de unos minutos así, se separó y me ordenó:

Levántate zorra y ponte como antes que te voy a romper el culo.

Sí cariño, dame polla.

Me puse en la misma posición, apoyado en la pared, mi polla durísima goteando líquido preseminal en el váter, sacando el culo para ofrecérselo.

Noté sus dedos lubricando mi culo de nuevo, ya totalmente relajado, preparado para algo más grande. Apoyó la punta de la polla en mi agujero y la metió despacio.

Así muchachote, te voy a hacer un hombre.

Uhmmm, sí, hasta el fondo.

Y me la metió entera sin parar, despacio, pero hasta que noté la sujeción del arnés contra mi culo y toda la polla dentro.

María se quedó así quieta.

Dime putita, ¿te gusta?

Oohh, sí, me encanta.

Creo que todavía no te gusta lo suficiente cariño, te voy a follar el culo hasta que te guste de verdad.

Si, dame polla.

Y empezó a follarme a gusto, primero despacio, sacándola casi entera y volviendo a metérmela, despacio, de nuevo, hasta el fondo. Agarrándome de las caderas, concentrada en que entrase bien, cuidando en no hacerme daño. Después de unas cuantas embestidas, y viendo que yo gemía de placer y, supongo, notando que entraba cada vez mejor, incrementó el ritmo y empezó con los azotes en el culo y las guarradas.

Así maricón, que está hecho un maricón, como te gusta que te follen.

Me encanta como traga tu culo, está hecho para esto.

Seguro que te gustaría ser follado por un montón de hombres, y que te regasen con su leche.

Eres una putita, pero muy zorra.

Cómo te gustan las pollas! Te las comerías todos los días!

Y cosas así. Me pone mucho que me diga estas guarradas, y más cuando me está follando el culo y dándome placer.

En estas ocasiones pierdo un poco la noción del tiempo, me concentro en el placer y me dejo llevar, así que, no sé cuando pasamos a lo siguiente.

El siguiente paso no lo hubiera imaginado, ya que es algo que no habíamos hecho nunca, ni tampoco hablado de ello.

Mierda, dice María, ahora soy yo la que tengo que mear! Aparta que me tengo muchas ganas. Me dice mientras saca su polla de mi culo y me da palmadas para que me aparte y la deje mear.

Vale vale, le digo yo, pero me la vas a chupar tú ahora.

¿cómo?, ¡déjame mear!

Todo este intercambio se produce mientras ella se baja el tanga y se sienta en el váter para mear… y yo acerco mi polla, muy dura a su cara.

Abre la boca y chúpamela. Coge mi polla y se la mete entera, se la traga sin pestañear, hasta los huevos.

Noto su boca alrededor de mi rabo, su lengua en la base, y su mano en mis huevos. Mi mujer hace unas mamadas tremendas. Mueve su cabeza apretándome la polla con los labios, podría dejarme llevar y correrme en su boca en poco tiempo del placer que me da.

Pero no, se saca la polla de su boca y mientras no para de pajearme me dice:

Joder tío, así no puedo mear, no me concentro.

Ya, pero me mola que me la comas mientras meas, y seguro que a ti también, ¿no te gustó verme mear y sujetármela antes?

Sí, jeje, estuvo muy bien, me puso muy cachonda.

Ya lo vi, no sabía yo que te gustase verme mear.

Claro! Todo lo que sea ver salir líquidos de tu polla me pone.

Uhmmm, yo nunca te he visto mear, quiero verte!

Ya, ¿y eso cómo lo hacemos? Yo estoy aquí sentada con tu polla en la boca… no te enteras de nada! Que lo sé yo!

Y nos reímos de ello, claro, tenía razón, mientras me la chupa el resto desaparece… pero se me ocurrió una cosa.

¿sabes qué me pondría mucho?, y podríamos seguir con el juego?

¿qué estás pensando guarro?

Podrías meterte en la bañera y mear de pie, así te veo mear…y me haces una paja mientras claro.

En la bañera? Luego lo limpias tú no? Jeje, eres un guarro!

Si, jeje, seguro que te excita.

Yo ya había decidido que quería ir más allá, quería que me mease encima, sería el siguiente paso en la dominación, me ponía la idea de que mi mujer me hiciese una lluvia dorada mientras me humillaba… no sabía si esto iba a salir. Aunque vi en su sonrisa que le gustaba la idea, a María le encanta dominarme en el sexo, sentirse poderosa, así que probé suerte.

Mejor todavía, qué tal si me tumbo debajo de ti y me riegas.

¿cómo?, ¿lo dices en serio?. La había sorprendido, pero seguía teniendo la mirada excitada suya, y seguía meneándome la polla.

Si, creo que me gustaría verte meándome encima, ya sabes que soy muy guarro.

Joder, está claro que eres una putilla.

Me acerqué a ella y le metí la polla en la boca, se la volvió a tragar entera y me la chupó con fuerza, excitada como estaba. Me metió unos dedos en el culo también, y me folló con ellos rápido. Se notaba que la idea de ir más allá le ponía mucho, estaba llegando a ese momento en el que estás tan excitado que ya no sabes qué hacer!

Mierda! Me meo! Venga métete en la bañera!

Me aparté sonriendo y me metí en la bañera. Me senté con la espalda apoyada en el borde, quería estar cerca de su coñito cuando empezara a mear, quería verlo salir, sentirlo en mi cuerpo…llevaba mucho tiempo fantaseando con algo así.

María se quitó el tanga, bueno, más bien lo tiró sin mirar, se metió en la bañera con una sonrisa salvaje en la cara, poniendo sus pies a los lados de mis piernas, abriendo así las suyas. Con la mano derecha se apoyó en la pared para mantener el equilibrio, mientras que con la izquierda se acariciaba el clítoris y sus dedos abrían su coñito depilado.

Antes de que saliese el chorro de pis, noté en su cara cómo venía, esa sonrisa se ensanchó y se mezcló con el placer que sentía, tanto por vaciar como por el poder que ejercía sobre mi, fue espectacular!

Empezó a mear con timidez un segundo y a chorros después, sin pudor. Las primeras gotas, blanquecinas, cayeron sobre mi barriga, pero las siguientes, al salir con más presión ya fueron a mi pecho. Noté la lluvia caliente en mi pecho, y cómo subía por la intensidad hacia mi cuello, mi barbilla…

Ah, putita, ¿esto es lo que quería?

Sí, dámelo!

Abre la boca, guarra!

Y se acercó a mi cara y me meó en la boca, notando yo los labios de su coño en los míos, y notando su meada en mi boca, desbordando por mi barbilla.

Su mano derecha me agarró la cabeza, por el pelo, parando de mear.

Cómeme el coño mamonazo!

Y se lo comí con muchas ganas, sintiendo el sabor a meada que tenía en mi boca y el sabor de sus labios al meterle la lengua.

No me dejó separarme de su coño durante un buen rato, mientras gemía y bufaba, con los ojos cerrados, agarrándose a mi cabeza con las dos manos, tanto para sostenerse como para que no dejase de hacerle lo que estaba haciendo.

Seguí comiéndole el coño con ansia, excitado como estábamos, lamiéndole el clítoris, los labios, pasando mi lengua por todo lo que tenía a mi alcance hasta que noté sus espasmos y cómo me agarraba la cabeza con fuerza, ¡se venía un orgasmo de los buenos!

¡¡No pares maricón, no pares!!

Y no paré hasta que noté que tenía que sostenerla para que no se cayese mientras se corría en mi boca llenándomela ahora con sus flujos. Seguí lamiendo mientras ella gritaba de placer, se agarraba a mis hombros ahora para no caerse. Estuve un montón de tiempo comiendo coño mientras se corría, un orgasmo largo y ruidoso por su parte.

Para, para, para, no puedo más!

Yo paré de comérselo, pero le lamí despacito hasta que se separó con un espasmo. Ella dio un respingo por lo sensible de la zona después de la corrida que se había metido, me encanta hacerlo, y a ella que lo haga claro.

Se apartó y volvió a la postura anterior, apoyándose en la pared, y volvió a mearme encima, sin pudor ya en mi cara. Cerré los ojos a tiempo y noté cómo me regaba entero.

¿te gusta esto putita?, ¿es lo que querías?... eres muy cerdo, maricón.

No vi su cara mientras me lo decía, pero noté su sonrisa excitada en su tono. Su segunda meada fue más corta, pero notaba el líquido caliente caerme por la cara y el cuerpo…y mi polla durísima. Estaba cada vez más excitado.

Joder, no sabía que eras tan guarro.

Jeje, a mi me ha gustado, y creo que a ti también. Le dije sonriendo.

Si, me gusta tenerte así de cachondo…y no hemos terminado putita. Me dijo sonriendo mientras cogía el grifo de la ducha, lo abría y cogía el surtidor.

Comprobó la temperatura del agua y, cuando estuvo a su gusto, se puso el surtidor en el coño, apuntándome e hizo el cambio del grifo al surtidor.

¡Abre otra vez la boca maricón, que te voy a limpiar con mi superchorro!

Abrí la boca mientras me rociaba con el agua caliente, haciendo que volvía a mearme en la cara. Y sonreía con vicio, encantada. Me duchó entero, limpiándome sus meos. Se paró en mi polla, y, agachándose, acercó el surtidor a mi culo.

Abre las piernas.

Le obedecí y acercó el chorro a mi ojete, me estremecí de placer. Ya tenía el culo sensible y agradecí el chorro y su roce. Me besó, metiéndome la lengua hasta el fondo, con voracidad. Había tenido un orgasmo pero no parecía que le hubiese llegado. Habría más, seguro.

Levántate, me dijo apartándose.

Obedecí y me levanté. Tenía mi polla durísima. Me la agarró y tiró de ella para que me acercase. Volvió a meterme la lengua hasta la tráquea. Sentí su cuerpo ardiendo contra el mío.

Me empujó dándome la vuelta, poniéndome contra la pared de la bañera. Colocó el grifo de la ducha en el soporte, quedando por encima de mi cabeza, mojándome. Apoyé los brazos contra la pared y me puse en posición de recibir. Esto es, saqué el culo mientras me agachaba un poco, esperando mi turno.

Cómo sabes lo que viene ahora! Me dijo.

Eres un mariconazo…te voy a romper el culo!

Yo estaba cada vez más excitado, estaba siendo ya una de las mejores sesiones de sexo de mi vida, y ¡aún faltaba!

Se colocó detrás de mí, noté la polla de plástico contra mi culo que había cogido en algún momento…y me la metió sin contemplaciones, hasta el fondo, despacio, pero sin parar hasta que noté su cuerpo contra el mío y todo mi culo lleno.

Pegó su cuerpo al mío, me agarró la polla con fuerza y empezó a mover las caderas. Me tenía bien cogido, por delante y por detrás. Me dejé hacer y me concentré en disfrutar. La oía susurrarme cosas pero no la estaba escuchando, solo sentía su mano en mi polla, y la polla de plástico entrando y saliendo de mi culo. Me sorprendí cuando me di cuenta de mis gemidos de placer, parecía una putita de película mientras recibe su ración de rabo.

Mi mujer iba aumentando el ritmo del folleteo y mi culo lo aceptaba bien, estaba en ese momento en que podría estar recibiendo por detrás toda la noche sin cansarme ni correrme por muy dura que tuviese mi polla o excitado que estuviese.

Cómo gimes zorra! Me encanta oírte gemir!

Aaahhh, aaahh, sigue así, me gusta que me folles.

Debimos estar en esta postura unos 5 minutos, no sabría realmente cuanto, pero sí sé que fue un buen rato. De repente, María se separó de mí, sacándomela del culo.

Mamonazo, cómo tienes la polla de dura!

Me dio la vuelta y se agachó a chupármela. Se la tragó entera, sin pestañear, mientras me apretaba la base del rabo, poniéndomela más dura y gorda todavía. Cómo se nota que mi mujer es una experta chupando polla y disfruta con ello.

Le agarré la cabeza pensando, ahora me toca a mi. Empecé a mover las caderas, follándole la boca yo a mi ritmo. Me soltó la polla y me agarró los huevos, mientras con la otra mano me metía unos dedos en el culo, dejándose hacer. La follada de boca fue comedida, sé que a ella le gusta dominar más que ser dominada, y no quería excederme. Quería que siguiese en control de la situación y continuase dándome placer.

Yo estaba cumpliendo otro de mis placeres, que me la chupe mientras me taladran el culo…es verdad que no tenía un rabo metido por detrás, pero también está muy bien!

Noté que se quería separar y sacar mi polla de su boca, y me moví lentamente, sacándola despacio, y dejando que mi polla recorriese su cara cuando la tenía fuera de la boca, restregándola por toda su cara, labios… me encanta hacerlo.

Como te gusta mi polla guarra, le dije.

Me encanta tu rabo maricón.

Fue bajando su cara por mi polla, hasta llegar a mis huevos y empezar a chuparlos. Así hacía dos cosas a la vez, me comía los huevos, y se restregaba mi polla por toda la cara, pelo, nariz… pringándola de su saliva mezclada de mi líquido preseminal que envolvía mi polla. Qué vicio…

Yo no paraba de moverme, tanto por pasar mi polla por toda su cara como por los dedos que tenía en mi culo, estaba loco de placer. Y ella también, tenía una mirada de viciosa que me encendía todavía más.

La aparté, la ayudé a levantarse y le di la vuelta, cogiéndole de las caderas para que sacase su culo, me la iba a follar yo a ella. Le daría carne dura ahora yo.

Ella se apoyó en la pared, en la misma postura que yo antes, ofreciéndome su culo. Yo acerqué mi polla a su coño y se la metí hasta el fondo, despacio pero decididamente, sin parar.

Aaahhh, cabrón! Qué dura la tienes!

Te voy a dar ahora yo a ti, te voy a follar zorra.

Ten cuidado que tengo el coño sensible del orgasmo anterior.

Ni caso, empecé a bombear a buen ritmo ya que su coño estaba muy lubricado y receptivo, y, la verdad, no se quejó de ello en ningún momento. Solo gemía como una perra.

Me gusta mucho follármela desde detrás y ver su culo moverse, agarrarlo y darle cachetes. Cada vez que le doy un cachete ella gime, lo que me da también placer a mi por el sentimiento de dominación que me provoca. Me encanta tenerla tan excitada.

Una de las grandes ventajas, al menos en mi caso, de que te den por el culo, es que retrasa mucho la eyaculación. Ya puedo tener la polla como una roca, estar excitadísimo, y llevar follando, o chupando, o siendo pajeado, que, como me estén trabajando el culo, hace que tarde mucho en correrme. De hecho, en el pasado, alguna vez me ha costado muchísimo correrme, dejando a mi mujer totalmente agotada.

Sobre esto recuerdo siempre con placer (se me pone dura de solo recordarlo) una vez que estuve follándola durante un buen rato con un dildo metido en el culo, de esos que tiene asas que impiden que se metan dentro, y con la forma que tiene hace que tampoco se salga solo. Estuve tanto tiempo que se corrió como una loca. Seguí follándola porque pensé que me podría correr, pero no pude, hasta que ella me pidió que parara porque no podía más, y terminamos con mi polla entre sus tetas haciéndome una cubana hasta que me corrí a chorros, ¡le llené la cara de semen, el pelo, la almohada, hasta llegó al cabecero de la cama! Cada vez que tenía un espasmo del orgasmo apretaba el ojete y sentía un calambre de placer que hacía que mi leche saliese con más fuerza, solté 5 ó 6 chorros, copiosos… un pringue. Yo estaba tan excitado que me agaché a limpiarle el semen con mi lengua, le lamí la cara, los labios, el cuello… y me tragué mi semen como una buena putita. De los mejores orgasmos de mi vida!

Volviendo al polvo del baño, me la estuve follando durante un rato, hasta que se dio la vuelta de nuevo, me empujó por los hombros hacia abajo, y, repitiendo la maniobra de antes, pero a al inversa, metió su coño en mi boca restregando la polla de goma en mi cara, haciéndome comerle el coño con sus fluidos, los míos… ¡y empezó a mear de nuevo!

Abre la boca zorra, ábrela bien.

Y le hice caso, notando su meada en mi boca. Joder, esto ya superaba mis expectativas para hoy. Cerré mi garganta para que desbordase su lluvia en mi boca, con lo que empezó a caer de mi boca.

Joder, que puta eres, más de lo que yo creía.

Quiero que te lo tragues maricón, demuéstrame que adoras a tu ama.

Y le tuve que hacer caso y tragarme el final de su meada en mi boca. Nunca lo había hecho, he tenido experiencias de lluvia dorada, me encanta sentir el líquido caliente sobre mi cuerpo y sobre todo la sensación de humillación y posesión que implica, pero no tenía yo muy claro lo de tragármela. Pero claro, ahora era mi mujer quién me estaba regando, no podía decirle que no.

Me bebí la meada tal y como me pidió, sabía salada, fuerte, y me quedé mirándola. Se agachó y me escupió en la cara.

Eres una guarra, una puta.

Así me gusta, me volvió a decir al escupirme de nuevo.

Abre la boca.

Le hice caso. Se volvió a agachar y dejó caer su saliva en mi lengua.

Trágatelo como si fuese semen de un macho. Que yo vea como lo disfrutas maricón.

Y lo tragué despacio, y me relamí. Demostrándole que me encantaba.

Ella se irguió, satisfecha, reluciente en su papel de dominadora de la situación. Se volvió hacia el lavabo y cogió un dildo, el que comenté antes.

Date la vuelta perra.

Obedecí.

Me insertó el dildo en el culo. Entró como si nada. Tenía el culo abierto y hambriento. Me habría cabido una polla de actor porno en ese momento. Me estremecí. Me obligó a arrodillarme de nuevo y me puso el coño en la boca otra vez.

Cómelo cabrón!

Y se lo volví a comer, un minuto, no más y se corrió por segunda vez. Noté sus espasmos mientras bufaba, sus manos agarrándose a mi cabeza y su líquido corriendo por mi boca.

Se separó de mi con una mirada salvaje en su cara, con esa sonrisa viciosa que se le pone. Me volvió a escupir en la cara… y lamió su escupitajo después. Yo abrí la boca y ella acercó su lengua a la mía dejando caer la saliva en mi boca.

Así es, toma semen zorra.

Me lo tragué con placer. ¡qué pasada!

Ahora dúchate bien, lávate y sécate rápido. No hemos terminado.

Vale cariño. Lo que tú quieras.

Me duché rápido y me salí a secarme. Ella hizo lo mismo. Esta operación nos debió llevar unos minutos, en lo que no paró de sonreír, decirme guarradas y agarrarme polla y huevos, en forma dominante. Estaba muy excitada con la situación y le encantaba dominarme. Nos morreamos, le comí la lengua como si estuviese chupando una polla, ella me daba cachetes en el culo…

Sé que te ha gustado porque eres muy zorra. Me encanta que seas tan zorra.

Sí, lo sé. Me gusta que me trates así y me des placer. Le dijé yo.

Uhmm, sí, ahora voy a terminar de follarte. Quiero dejarte el culo abierto.

Uhmmm, lo estoy deseando.

Y volvimos a la habitación y a la cama una vez nos secamos, y me indicó que me pusiese en cuatro encima de la cama. Obedecí. Sentí su mano cogiéndome los huevos enseguida con una mano, mientras la otra me daba palmadas en el culo.

Joder zorra, qué huevos tienes! Seguro que los tienes llenos de leche!

Uhmmm, sí, dame más

Jeje, puta! Cómo te gusta que te trate como te mereces!

Pasados unos minutos me dijo que me diese la vuelta, me tumbé en la cama, con las piernas abiertas. Me sacó el dildo del culo y metió varios dedos, follándome con ellos.

Ahora te voy a follar mientras veo cómo disfrutas.

Acercó la polla de plástico a mi culo y la metió despacio hasta el fondo. La recibí sin problemas de lo abierto que estaba ya. ¡Qué placer! Me estuvo taladrando el culo en esta posición unos minutos mientras me agarraba de las piernas y me decía guarradas. Muchas. Parece que le ponía mucho el verme la cara de placer que debía estar poniendo.

Uhmm, me gusta la cara de zorrita que pones cuando te follo cariño, tendrías que verte!

¡Cómo traga tu culo! ¿seguro que no te han follado tíos con pollas enormes antes?

Ahora te comería una polla al mismo tiempo, ¿a qué sí?. Seguro que te gustaría que te llenasen todos los agujeros del cuerpo unos machos pollones. ¡claro, es que eres una puta!

Y así todo el rato, y yo disfrutando un montón. Tenía el culo abierto del todo, sintiendo placer con cada embestida, notando cómo mi esfínter se me abría y cerraba… me encanta esa sensación. Mi polla estaba dura como una piedra, soltando líquido preseminal sobre mi cuerpo según se movía… Y juntado con el morbo de la dominación que estaba ejerciendo María sobre mi, lo estaba convirtiendo en una gran experiencia sexual.

Mi mujer me cogió la polla y empezó a hacerme una paja también, y dándome a lamer mis fluidos cuando le manchaban la mano… ¡me encanta también!

El ritmo del polvo era frenético, estaba disfrutándolo y estaba llegando al punto en el que me terminaría corriendo. Iba ser una corrida histórica, lo veía venir.

María, me voy a correr como sigas así.

¿vas a soltar tu leche y pringarte de semen todo tu cuerpo?.

Sí, creo que voy a soltar chorros de leche.

Uhmm, sí, quiero ver como sueltas leche, y cae sobre tu cuerpo, como si un macho pollón se corriese encima de ti… uhmmm

Joder, más morbo. Me encanta sentir el semen caliente cayendo en mi cuerpo, mío cuando me corro, o de un tío cuando tengo sexo homo. Es un morbazo.

Además, te lo vas a tragar. ¡Cuando te corras te vas a tragar ese semen de macho, como el maricón que eres!

Y siguió dándome caña, y yo me concentré en mi polla, mi culo, su mano e imaginándome el semen corriéndome por la cara… y exploté. Ella lo notó, como siempre, antes de que sucediese. Y gimió conmigo mientras mi polla soltaba chorros de semen caliente, disparados hacia mi pecho, mucho semen, más que de costumbre, supongo que por la excitación generada. El orgasmo fue largo y no dejé de gemir, mi mujer tampoco, no le faltó mucho para tener otro orgasmo creo yo, no era fingido.

Ella seguía taladrándome el culo mientras me corría, y sentía los latigazos en mi esfínter con cada contracción de mi polla y chorro de leche, fue glorioso. Cuando paré de soltar leche, ella cogió semen de mi cuerpo y me lo acercó a la boca.

Abre la boca putita, que te voy a dar leche.

Abrí la boca y dejó caer el semen de sus dedos en mi lengua. Noté el sabor amargo de mi semen en mi boca, lo degusté mientras María cogía más de mi cuerpo y me lo metía en la boca.

Lame la leche mamón, trágatela toda.

Le obedecí, me la tragué toda como me pedía, encantado de hacerlo.

Joder, cómo me pone verte ser tan guarro.

Y me seguía dando por el culo, continuaba moviéndose, más lento, pero me taladraba el culo sin parar. Y me seguía gustando a pesar de haberme corrido ya, aunque normalmente se me pasan las ganas.

Terminé de saborear mi semen chupándole los dedos que tenía en mi boca. Se tumbó sobre mí, y sobre mi polla todavía dura, y me metió un morreo intenso, mucha lengua.

Se levantó despacio, sacó la polla de goma de mi culo y la tiró al suelo, se volvió a tumbar encima de mi y se metió mi polla en su chocho.

¿puedes follarme o ya estás acabado cariño?.

Súbete que tengo polla para ti, le contesté.

Mi polla estaba durísima todavía, así que se ensartó bien con ella, hasta los huevos, y empezó a moverse mientras nos morreábamos, culeando rápido, tenía toda la pinta de que iba a tener un orgasmo en breve, estaba frenética.

No duró mucho, pocos minutos. Fue aumentando el ritmo hasta que dejó de besarme y empezó a temblar y a gritar de placer. Un orgasmo, su tercero del día, muy largo, intenso y ruidoso. La dejé que marcase el ritmo hasta el final, pareció durar un minuto por lo menos, hasta que se paró y se quedó quieta jadeando.

Joder, ¡qué fuerte, tres seguidos!

Eres una máquina cariño

¿quieres que te haga una paja y te saco otra corrida?

¡No!, ¡me vas a matar!, la verdad es que me dolía la polla del trote final, la tenía todavía muy sensible del orgasmo.

Venga machote, seguro que hago que te vuelvas a correr en un par de minutos.

Me lo pensé, pero estaba agotado física y mentalmente. Tanta excitación me había dejado rendido, y mi polla empezaba a descender.

Mañana repetimos, y me dejas que te mee yo encima a ti.

Ni de coña, aquí soy yo la que manda y harás lo que te pida.

Nos reímos y nos levantamos a lavarnos y prepararnos para dormir.

Al día siguiente follamos otra vez, más convencional esta vez, no hubo ni sexo anal ni lluvia dorada, pero estuvo muy bien, siempre está muy bien claro.

Desde este día hemos repetido la lluvia dorada, ella a mi siempre, no quiere lo contrario, cosa que le he pedido y me gustaría claro, pero por ahora no. Pero lo que más le gusta, y a mí, es follarme el culo. Eso es algo que hacemos habitualmente, tanto con la polla de goma, con dildos o cuando me la chupa o me hace una paja, sus dedos se van a mi culo de manera natural y termina metiendo 2 o 3 dedos sin problemas hasta que me saca la leche, y hace el orgasmo mucho más intenso.

Seguiré insistiendo en hacerle yo una lluvia dorada, me encantará mearle en la cara, como ella me hace, y sentir ese placer de la dominación y la humillación.