La lluvia ansiosa del septimo día
La lluvia caía en su piel desnuda y le refrescaba el calor interior. Esperaba el momento en el que El apareciera....
La lluvia ansiosa del séptimo día
Todo había empezado como un juego. Un mensaje, había empezado como un simple e inocente mensaje. Su nombre es María Esperanza Jimenez Muñoz, una estudiante como cualquiera de las otras miles de su universidad, ávida lectora de los grandes de la literatura latinoamericana: Gabriel Garcia Marques, Miguel Otero Silva, Horacio Quiroga, Pablo Neruda. Sus ojos como diamantes siempre estaban hambrientos de palabras, de frases, de reflexiones. Así lo conoció, una tarde, buscando información para algún trabajo de literatura,( o de sociales, no recuerdo bien), apareció aquella pequeña pagina, sencilla, oscura, con relatos de El. Leyó la primera historia con escepticismo, y no pudo dejar de leer. Con cada letra que se grababa en su mente iba cayendo poco a poco en la red que su curiosidad infinita había tejido, dejándola atrapada. El, no era un gran escritor, tampoco era el mas original, pero poseída una sinceridad en sus escritos que no podía resistir.
Comenzó a pensar en El todos los días,sin conocerlo, sin una foto, sin saber si quiera si era real.
Esperaba impacientemente el momento en que volvería a escribir algo. Eventualmente, su impaciencia llego al limite de lo tolerable y se decidió a conocerlo, quería dar ese paso, tenía que hacerlo. Le escribió cinco veces al día, esperando el correo de respuesta que no llegaba, siguió escribiendo, dos, tres, siete días, hasta que llegó un mensaje que solo decía su numero de teléfono. Para ella, ese había sido el mas grande honor, y le escribió, le dijo lo mucho que lo admiraba, le comentó que se había esclavizado a sus palabras, a su ser, y que necesitaba conocerlo. El, no contestaba, ni cuando le decía que lo necesitaba, tampoco cuando le rogaba que le otorgara una palabra, una palabra suya, era lo que bastaba para hacerla feliz, pero no ocurría.
Una tarde, como cualquier otra tarde, mientras veía clase, Esperanza recibió un mensaje. Solo decía, ¿Donde estudias? Ella, como el rayo, contestó, y la respuesta de El la dejo sin palabras: Yo también. No podía creerlo, estaba ahí, en el mismo espacio que ella. Le rogó, le suplico, se humillo por conocerlo, sin respuesta. Horas después, recibió otro mensaje tan vacío como los demás:"Juguemos un juego, si haces todo lo que te pido en estos siete días, me conocerás, desobedeceme, y desapareceré". Fue allí, con ese mensaje que llegue a donde estoy ahora....
Primer Día
Hacía apenas unas horas había recibido ese mensaje tan extraño. Ya era el primer supuesto día en la mañana y El nada que aparecía. Ella, estaba en clase de Matemáticas. Las matrices la tenían sin cuidado. Como siempre, solo pensaba en el. El primer mensaje llegó: "Buenos días Esperanza, veo que viniste en ropa deportiva, interesante. Cuando salgas de clase ve a los jardines." No había mas nada escrito. Eran apenas las siete de la mañana y ella salía a las tres de la tarde, la impaciencia ya empezaba a consumirla.
Tiempo después, se terminan las horas de torturas. La universidad poseía unos jardines enormes como bosques cerca de la entrada principal, y allí fue. Al llegar, todo estaba en completa calma, su única compañía era el cantar de los pájaros que aun volaban por entre las ramas, se sentía asustada y confundida, y en ese preciso instante, otro mensaje:"Me alegra que hayas llegado, veamos que tanto resistes, quiero que trotes por la próxima hora sin descanso, te estoy observando".¿Observando?¿Como?¿Donde? Muchas preguntas sin respuesta en su cabeza, pero eso era secundario,. Ahora, lo único que necesitaba saber era que debía trotar. Estaba en buena forma física, pero nunca había trotado tanto tiempo sin descanso. Había empezado bien, había creído que era una prueba tonta que superaría sin esfuerzo, pero a los treinta minutos ya no podía mas, sentía que desmayaría en cualquier momento, solo su deseo por no fallarle la mantenía animada. "Ha pasado una hora, te felicito, me sorprendes, ve al baño a recibir tu premio" Apenas puede respirar, y con un esfuerzo máximo llega, se lava la cara. "Entra a uno de los sanitarios, cierra la puerta,sientate y desnudate". No pensaba, no tenia tiempo ni ganas, se limitaba a esperar el siguiente mensaje."Muy bien, ves tu ropa interior, tomala, metetela en la boca y tocate" Tocate, si, eso era algo que quería hacer desde que lo conoció, tocarse porque el lo pedía. Saborea la humedad de su cuerpo, y cierra los ojos, se concentra en las sensaciones, en el roce de sus dedos, en la textura de su libido, en el sonido de su deseo, y al final, en el clímax de su placer "Detente, ya es suficiente" Piensa por un segundo desobedecerle, pero su miedo a perderlo puede mas que su propio placer y se detiene temblorosa y frustrada. "Lo has hecho muy bien, tienes potencial, puedes descansar. Mañana sera otro día Duerme bien". Se viste, y toma el camino hacia su casa, pensando en miles de cosas que ocurrieron en un solo día Dudas, dudas y mas dudas sin respuesta.
Segundo Día
Apenas se levantaba y ya había recibido su mensaje:" Te bautizo, desde ahora seras Orión, como la estrella del cielo, mi favorita" La hizo sonreír, por primera ves se sentía tomada en cuenta por el, la hacia feliz. El siguiente llego al medio día:" Iras al Laboratorio Ele 310 y te arrodillaras, desnuda,frente a la puerta abierta y te inclinaras hasta poner tus labios en el piso. Tienes prohibido levantar la mirada hasta el siguiente mensaje" Eso le parecía a ella una locura, pero al mismo tiempo, la humedecía, y estaba impaciente por cumplirla. Fue al laboratorio, estaba solo, era de electrónica, en el ultimo piso del edificio. Al llegar, su miedo la hizo dudar por un segundo, pero continuó. Se desnudo, se puso en posición, y espero. Desde su posición posición podía escuchar las pisadas de la gente pasando. Quizás la veían, quizás no, pero la sola idea hizo que su humedad se resbalara por sus piernas. Espero en esa posición al menos una hora. De repente, alguien entro al laboratorio. El miedo se apodero de su estomago. Pero se mantuvo quieta. Escucho los pasos ir y venir, y de repente, una mano se apodero de su sexo. Una mano que la toco inclementemente, sin descanso y sin sutileza. Un sentimiento de dolor que la existo mas allá de los limites que ella creía posible, la acompañaría hasta el final de la tarde. Ella soporto aquella mano sin moverse. De repente se detuvo y se marcho. "Me estas empezando a llamar la atención Orión Vistete y recoge las cosas que veras sobre la mesa". Haberlo tenido tan cerca y tan lejos la dejo afectada. Tomo lo ordenado, una caja negra de cuero, una bolsa con cuerdas, otra caja mas pequeña, y otra con una muda de ropa. Ese día perdió todas sus clases. Pero había ganado algo mas.
Tercer día
Eran las cinco de la mañana cuando recibió el primer mensaje de El:"Buenos días perrita Orión Hoy he pensado en recompensarte por lo bien que te has portado estos días Abre la caja pequeña y la muda de ropa." Al hacerlo, sus ojos se petrificaron. En el interior, dos esferas plateadas brillaban hermosas. Tenían una nota "Metelas en tu vagina y espera". Aunque no era virgen. La idea de introducir esas esferas enormes la asusto. Fue al baño, y mientras se bañaba las introdujo. Sentía como se movían hasta conseguir acomodo. Se sentía llena, le gustaba la sensación Al salir otro mensaje: "Me imagino que no tengo que decirte que te pongas la ropa". Se había hecho la loca respecto a eso. Las prendas no dejaban nada a la imaginación Consistían solamente de una falda que quizás estirándola llegaba a cubrirle las nalgas (con mucho esfuerzo) y una camisa transparente (en realidad era blanca, pero la tela era tan delgada que sin ella estaba mas vestida). Al vestirse se dio cuenta que no había ropa interior en ella y fue a ponerse una de las suyas:"AH se me olvidaba decirte. Solo puedes ponerte esa ropa. No mas, y unos zapatos de tacón, los que mas te martiricen." El mensaje le había caído como una piedra, pero no quedaba mas que obedecer.
El trayecto a su universidad fue toda una proeza. Tomaba todos los días una camioneta que la llevaba a la parada donde estaban los autobuses de su universidad (la universidad quedaba a las afueras de la ciudad). Usualmente, todos los pasajeros estaban mas dormidos que despiertos, pero esta ves, ella fue el centro de las miradas. Al subirse el chofer abrió los ojos y le comento:- No tiene usted frío señorita. Orión se limito a sonreír y a buscar un asiento. Para su desgracia el único disponible estaba la final del autobús Los hombres la miraban con ojos libidinosos, y mas de uno se atrevió a tocarle el trasero. Ella, abstraída como estaba, cohibida, no se atrevió a responder a los acosos, solo quería caminar y sentarse. Cuando por fin tuyo su parte posterior a salvo de esos buitres, recordó las esferas que aun traía puestas. A cada paso de ella, se movían en su interior, la iban excitando poco a poco. Este día seria mas difícil de lo que pensaba.
Cuando finalmente llego a su casa de estudios, no podía caminar sin que la gente la viera. Sus amigas la miraron de arriba a abajo, mas no dijeron nada. Sus amigos en cambio, no desperdiciaban la oportunidad de hacer algún comentario obsceno sobre su cuerpo que la hacia sonrojar,(sonrojar dije, quise decir excitar). No había forma de caminar ni de sentarse donde no quedara su pudor descubierto. Además, las esferas hacían excelente el trabajo de mantenerla excitada con cada paso que daba. Así que, eventualmente, dejo de preocuparse por ocultarse y, con la excusa de hablar con sus amigas, caminaba por toda la universidad de manera exagerada para que sus esferas internas se movieran aun mas. Otro mensaje:"Lo estas haciendo muy bien Orión Desde donde estoy puedo ver tu humedad escurriendo por tus piernas"¿Que había dicho? ¡Que mi que se estaba escurriendo por donde! Bajo la cabeza y lo vio, por la cara interna de sus piernas bajaba un hilo de humedad que casi llegaba a sus pies. Quien sabe cuantos se habían percatado ya de eso. Salio corriendo al baño para remediar lo irremediable. Trato de limpiarse, pero su humedad era tal que sabia que eventualmente volvería a bajar."Eres una desobediente, nadie te ordeno que te limpiaras la humedad. Ponte en el espejo, y quitate las esferas". Allí, frente al espejo el baño, donde cualquier mujer entraría en cualquier momento, hizo maniobras para sacarse las esferas. Solo logro excitarse aun mas, así que las buscaba sin querer encontrarlas. Para su desgracia aparecieron y las lamió, no sabia porque pero quería lamerlas, disfrutarlas, desearlas.
"Muy bien, ahora quiero que te las introduzcas por detrás, lentamente". Eso si era nuevo para ella, era esa clase de mujeres que nunca dejaría perdería su virginidad anal. Pero lo haría, y no por otro hombre, ni siquiera por otra mujer, sino por dos fríos objetos a los que no les importaba nada. La primera había entrado, le había dolido como jamas pensó que sucedería La segunda, sentía que no aguantaría Que el dolor seria inaguantable. Pero se calmo, se concentro, y el dolor paso. Solo pensaba en como haría para sacárselas después"Que pases un buen día entonces. Así te vas a quedar quien sabe hasta cuando".
Fue un día bastante duro. Sentarse, levantarse, caminar, estudiar, pensar, todo era mas difícil de esa manera. Y además su ropa no ayudaba en mucho. Esperaba, deseaba, que le escribiera diciendo que podía quitárselas Pero llego la noche, y no le escribió A cierta hora de la noche, se resigno a buscar el mejor acomodo para su maltratado cuerpo. Pero no lo encontró A pesar de todo esa incomodidad. Esa impotencia la hacia feliz, porque sabia que cumplía sus deseos, y eso era lo mas importante para ella. No sabia porque lo hacia, una pregunta mas sin respuesta, solo sabia que deseaba hacerlo, la hacia feliz. Sintió ganas de tocarse pensando en el día de hoy, pero al pedir permiso no tuvo respuesta. Se durmió pues, en la cama, llena de frustración por las ganas contenidas.
Cuarto día
La verdad, durmió bien. Al día siguiente estaba mas relajada que de costumbre. "Buenos días Putica. Ya es hora de que te quites las esferas." Es..fe...ras. No las recordaba. El pánico le recorrió todo el cuerpo. "Tranquila, no te asustes. Yo voy a hacer que salgan. Ve a la farmacia.". Se vistió desesperada, vivía con su familia así que tuvo que darles una mentira piadosa para explicar por que no iría hoy a la universidad, su salud estaba primero. Al llegar a la farmacia, otro mensaje mas:" Pide un enema, el que mas te guste."¿como el sabia que ya había llegado? Había empezado a creer que la perseguía, no se explicaba además como sabia quien era yo si no me había visto en su vida, pero no era tiempo de pensar en esas cosas. Pidió el dichoso enema( era caro por cierto) y volvió a su casa. " Ve al baño y metete en la bañera, espera ahí a cuatro patas" Lo espero. Cuando sus padres se habían ido a trabajar leyó el siguiente mensaje"Abre el enema, y cuelgalo del tubo de la cortina. Me imagino que sabes como se usa, así que relajate" La sola idea la asustaba y la excitaba. Hizo todo, y al momento del acto final tomo aire, se relajo lo mas que pudo, y se lo introdujo. Un trio interior comenzó a recorrerla, viejo por sus intestinos y llego a su estomago. La sensación no era dolorosa, pero si incomoda. No sabia que hacer así que se quedo en la posición que se había quedado recibiendo el enema.
Le habían parecido litros y litros de agua los que ahora se anidaban en su interior, pero solamente había sido uno. Tenia ganas de evacuar "No lo harás, acuestate boca arriba y abre la ducha, deja que el agua fría caiga en tu sexo y tocate, tienes permitido correrte, pero debes hacerlo por los próximos veinte minutos sin parar." Moverse era una tortura. Pero logro obedecerle y se toco, sentía un dolor físico psicológico y mental, pero solo lograba excitarla mas, cada minuto de tortura era un minuto mas de placer, ya no podía parar, siguió tocándose, pellizco sus pezones, apretó su estomago lleno y se mordió los labios por veinte minutos. Cuando el orgasmo la hizo sentir mas relajada El le dijo:"Muy bien, ahora viene la parte difícil, ponte de nuevo en cuatro patas, y puja con todas tus fuerzas. Tocate mientras lo haces, ayudara " Al hacerlo, sintió como sus intestinos se iban vaciando de agua que salia a chorros y, de repente, un tope, estaba la primera esfera ahí. Pujo y pujo, y la esfera salia lentamente, dilatando su ano hasta limites insospechados hasta ayer, y al final, un golpe metálico corono la victoria, luego vino la otra, esa fue mas fácil, pues su ano ya conocía su tamaño, y el segundo golpe la coloco como la ganadora absoluta."Me alegra que hayas podido, aunque me hubiera gustado que pasaras por el proceso una segunda ves. Limpialas bien y vuelvetelas a colocar en tu vagina, así dormirás de ahora en adelante. Eso es todo por hoy, descansa. " ¿Eso es todo? No podía ser, eso es todo. Tenia ganas de mas, de sufrir por el todo el día y todos los días de su vida. Ese día fue de tristeza para ella. Sentía que le había fallado a El, y que estaría molesto, que por eso había terminado tan pronto. Necesitaba ser su esclava, pero aun no estaba lista.
Quinto y sexto día
Fueron los días mas duros para ella. No por las retorcidas ideas que a El se le ocurría. Al contrario, fue por todo lo que callo. De hecho, solo había recibidio un mensaje que decia:" Abre la caja negra". Encontró en el interior acolchado de fieltro rojo un collar de plata, una correa y pétalos de alguna rosa extraña que no se marchitaba.
Querida Esperanza:
Que leas esta carta significa que has estado bajo mi dominio por cinco días Aunque no te lo haya demostrado, tus mensajes y comentarios eran bien recibidos por mi y tomados en cuenta. Cuando me dijiste donde estudiabas, mire a mi alrededor y ahí te encontré. Si, te tengo una noticia, estoy aun mas cerca de lo que crees. estudio contigo. Cuando lo supe sonreí, pero no te diste cuenta. Muchas dudas te acecharan en estos momentos. ¿Como?¿Cuando?¿Por que? Siempre me ha gustado investigar a las personas, analizarlas, estudiarlas, conocerlas, ese es el principio de la dominación, conocimiento es poder. Y a ti, yo te había estudiado hacia mucho tiempo atrás, pero no me llamabas la atención Maria Esperanza, te has ganado que empiece a tomarte en cuenta. Que sigan corriendo estos siete días quiere decir que tu también lo has disfrutado. Se que quieres vivir esto para siempre, sentirte bajo mi poder, desear lo que yo desee, cumplir mis deseos sin dudar, sentirte protegida por mi. Lo ciertos es que es posible que te acepte como mi esclava. Pero creo en la democracia, así que estos dos días que te quedan es tiempo de recapacitar, de pensar cambiar tu vida. Piensa bien que es lo que deseas. No quiero que me digas tu respuesta. Si aceptas,el séptimo día ve a la universidad con el collar y la cadena puestos.
Hasta ese día, estas libre de mis ataduras, no te escribiré, no te ordenare, y por favor tu tampoco lo hagas. De esta manera no te podre influenciar y vendrás o te alejaras de mi por tu propio deseo. Si tu respuesta es afirmativa, seras feliz, te lo aseguro.
Hasta el ultimo día entonces.
Cuidate
Amo Oscuro
PD: Seguro te preguntas como estos pétalos aun no se han marchitado. Vivo solo y Estas rosas las cultivo en el terreno de mi casa. No se marchitaran sino dentro de un mes. Mientras tanto, perfumaran tu cuarto.
Fueron dos días de suplicio ciertamente, las dudas y el miedo la paralizaban. Lo único coherente que decidió en todo ese tiempo fue que El debía decidir lo mejor para ella....
Séptimo día
Ese día no le presto atención a ninguna de las clases. Actuaba como una autómata, y solo se dedicaba a mirar hacia el vacío. ¿Quien sera?, seria Pedro, Cristian, quizás hasta Mariana. No le importaba la verdad. El sentimiento que sentía por el o ella traspasaba cualquier barrera física psicológica o mental. ¿Me habrá visto ya? Seguro ya habrá visto la decisión que tome. Era la obvia por supuesto, demasiado irresistible como para negarse a serlo. Todos la vieron ese día con el collar, pero a ella no le importo. Nada le importaba ya, había vivido en estos 7 días mas que en todos los años que llevaba en este mundo. Su mensaje no llegaba. A las cinco de la tarde, comenzó a llorar, lloraba porque la había abandonado, lloraba porque no sabia vivir sin el, porque sin el ella ya no era nada, se sentía engañada. "Ve al laboratorio de nuevo y quedate ahí, desnudate, bota tu ropa, y solo quedarte acostada en el piso". Corrió como el rayo, su ropa cayo apenas entro y se acostó. Sintió el piso frío en su espalda, espero y espero, hasta quedarse dormida.
La despertó un mensaje de El, leerlo le asustaba, pensaba que diría que le había defraudado, que se desaparecería, que no debió dormirse, pero ya tenia que leer el mensaje, no había marcha atrás."Ponte en cuatro patas, sal y sigue el camino Orión"El camino, cuando salio lo vio, era una linea de rosas rojas como la sangre que brillaban en la oscuridad del edificio, o al menos así lo imagino. Bajo las escaleras a cuatro patas, tenia miedo y excitación, y ansiedad y deseos. Gateo lo que le parecieron kilómetros interminables de pasillos y cuartos y salones y sombras que la asustaban. Apenas algunas luces y la luna alumbraban el edificio.
Afuera estaba lloviendo y hacia frío El camino seguía hasta mas allá de lo que sus ojos podían ver a través de la calle interminable que eventualmente llegaba a la salida de la universidad. Gateo con la lluvia fría a sus espaldas y se quedo esperando en la ultima rosa. Esparaba pero no ocurría nada.
La lluvia caía en su piel y le refrescaba el calor interior. La lluvia le recordaba la ansiedad infinita que sentía su corazón, sus tripas y su cabeza, no podía controlar esas ansias que la corroía por dentro, ese deseo de conocer y no poder, esas ganas de saber toda la verdad. De repente, un carro fantasma se paro frente a ella y de el, salio un hombre. Era El, con la lluvia cayendo en torrencial diluvio,El, se arrodillo, la beso en los labios y ella se atrevió a decir Con que eras tu, jamas hubiera pensado que serias tu precisamente. El, su mejor amigo de la universidad, su confidente, quien mejor le conocía, El Era su amo. La llevo tirada de la correa, la invito a acomodarse en el asiento de atrás, y ambos se fueron. Perdiéndose en la ansiosa lluvia.