La llave y el candado

Una sumisa es educada por una Maestra para ser entregada a su Amo.

LA LLAVE Y EL CANDADO

Clara era una muchacha que estaba en último curso de su carrera universitaria. En marzo pasado se había sentido atraída por el mundo de la sumisión y había entablado amistad por internet con un Amo de una ciudad distinta a la suya y habían quedado que solo sabrían como son el uno y el otro físicamente cuando se conocieran en persona, aunque ella había tenido que realizar varias ordenes de él por webcam pero sin mostrar el rostro.

Ahora se había trasladado a la ciudad del Amo por orden suya, él la había buscado alojamiento compartiendo apartamento con otras tres chicas en un amplio piso del centro de la ciudad. La había advertido que no las comentase nada bajo ningún concepto y que la persona enviada por él para educarla como sumisa y entregarla a él sería presentada y la diría la siguiente frase.

Clara tu Amo Oscuro ordena que me sigas, esa era la frase que iniciaría todo el proceso y después de la cual ella no podía echarse atrás salvo con una cierta palabra que era Stop u simplemente aplazar alguna orden con la palabra Avant . Ella durante dos semanas al principio del curso seguía su vida normal escribiendo todos los días su e-mail a su Amo como la había ordenado. En el ordenador del apartamento que compartía con las otras chicas su Amo había instalado una webcam y un micrófono y ella debía de mostrar todos los días su pubis para ver si crecía como él la mandaba.

Un viernes después de venir de clase y al intentar meter la puerta en la cerradura se le acercó por la espalda la vecina de al lado, una mujer de unos cuarenta años, de rostro agradable aunque no muy atractivo pero de un bellísimo cuerpo sobre todo de cintura hacia abajo. La dijo al oído mientras la sujetaba del brazo:

Clara tu Amo Oscuro ordena que me sigas.

Clara como por un resorte se dio la vuelta y bajando la cabeza respondió:

Me entrego a mi Amo Oscuro y a usted como su enviada.

La mujer la hizo seguirla y montarse en el ascensor hasta el garaje, allí la condujo hasta un coche con las lunas traseras tintadas y la puso un pañuelo de seda tapándola los ojos y colocándola las manos a la espalda la esposó. La sentó en el asiento trasero y la colocó el cinturón de seguridad y ella se colocó en el asiento del conductor.

Al de diez minutos de conducir sonó el móvil de la mujer y activando el manos libres lo descolgó.

Zorra Elena, has recogido mi encargo?--- dijo él de forma autoritaria.

Si, la llevo donde usted me ordenó--- respondió la mujer.

Condujo durante otros veinte minutos hasta que Clara notó como el coche giraba y se metía por algún camino de tierra supuso por los botes que comenzó a dar el coche hasta pararse un minuto después. La mujer se bajó del coche y abriendo la puerta trasera la ayudó a salir y la soltó el pañuelo. Estaban en un garaje bastante limpio por lo que vió el cual solo alumbraba una pequeña bombilla en el techo.

La quitó las esposas y la condujo hasta una segunda habitación , era una estancia en la que había una silla en el medio y las cuatro paredes cubiertas por grandes telones negros y delante de la silla una televisión con un aparato de video. La mujer la dejó delante de la silla y se retiró ordenándola que permaneciera ahí hasta recibir ordenes.

Hola perra, soy tu Amo como comprobaras por la voz, desnúdate.

Clara se fue quitando la ropa, primero se quitó el jersey negro con el que había ido por la mañana a clase, luego una camiseta interior blanca, debajo de la cual salieron a la luz dos pechos rematados con un par de pezones rosados como dos montañitas, se soltó el cinturón y se lo quitó y empezó a soltarse los pantalones bajándoselos poco a poco hasta acabar por quitárselos también y luego el tanga, un tanga rojo como la había ordenado su Amo. Estaba de pies, abrió las piernas un poco y colocó las manos a la espalda y agachó la cabeza, era la postura de espera que la había enseñado para permanecer de pies.

Muy bien zorra, veo que hasta sabes permanecer de pies como te indico.

La ordenó mirar debajo de la silla y allí Clara encontró una cinta de video y la introdujo en la ranura del reproductor de video y pulsó el play. Después de unos segundos aparecieron ciertos lugares que la resultaban conocidos, eran todas las habitaciones del apartamento de estudiantes que habitaba. Su Amo se rió al ver su sorpresa sobre todo cuando se vió a ella misma ducharse, orinar con las braguitas en los tobillos, cocinar, dormir y masturbarse viendo una película porno como la ordenaba él.

Estaba terriblemente avergonzada y queriendo renunciar pero sus ansias de ser una buena sumisa podían más, la ordenó que cerrase el video y esperase sentada en la silla a que Elena su Maestra apareciera y la dijo que ella había sido la que había ayudado para instalar las cámaras en su piso y ella misma había grabado y controlado todas las grabaciones. Elena apareció y levantó a Clara de la silla y poniéndose delante de ella la condujo detrás de uno de los telones hasta otra estancia en la que una de las paredes era un gran espejo y las otras tres eran grandes telones negros.

Lo que no se podía imaginar Clara era que tras el espejo estaban observándola su Amo, sus tres compañeras de piso que casualmente eran también compañeras de clase y una de sus profesoras, su Amo había preparado todo muy bien y no se le escapaba ningún detalle.

Elena la hizo tumbarse en una camilla y colocar los tobillos en unos estribos y atárselos, luego los brazos se los hizo colocar bien abiertos a los lados de la camilla y también se los ató. La colocó una bola en la boca que ató en la nuca. Su Maestra se retiró y la dejó ahí durante unos diez minutos pero que a la chica la parecieron horas. También la tapó los ojos. Entraron su Amo y su profesora de la facultad mientras Elena se situaba en la cabecera acariciándola el pelo para tranquilizarla.

El Amo fue palpando todo el cuerpo de la sumisa muy lentamente, no tenía prisa, había preparado ese momento con mucha paciencia y con mucho tiempo y quería saborearlo, la profesora hacía lo mismo acariciándola en cada centímetro del cuerpo de la chica, el Amo entonces se colocó unos guantes de látex e introdujo sin miramientos dos dedos en el coño de Clara que estaba ya muy mojada y no encontró dificultades.

Luego hizo una seña a Elena que trajo un bote de vaselina y untó el coño de la chica y el culo, el Amo entonces pudo meter de uno en uno hasta cuatro dedos y luego el puño completo, Clara mordía el gag que la tapaba la boca, el Amo lo sacó y los metió en el ano, ahí le costó más pero al final también pudo, de manera idéntica la profesora hacía la misma operación hasta que por fin comprobaron que todo el cuerpo era de su gusto y salieron de la habitación.

Elena que ya sabía su cometido limpió los agujeros de todos los restos de la crema y con unos hielos contrajo los agujeros para que se volvieran a cerrar. La quitó el gag y la destapó los ojos pero la dejó allí, allí iba a pasar la tarde y la noche o quizás antes la vendrían a buscar pero eso a ella no la incumbía. Eran las cinco de la tarde pero a Clara la parecía que habían pasado más horas.

Continuara..............................

Este relato es imaginario pero si queréis podéis escribirme a:

Picante100@hotmail.com