La limpiadora de la facultad

Una limpiadora madurita de mi facultad y yo nos conocemos, y tenemos un momento riquísimo en su cuarto de limpieza.

Hola a todos, soy Marcos. Muchos ya me conoceréis de mis relatos anteriores, donde ya os expliqué qué otro tipo de cosas me gusta hacer y me han sucedido en los últimos tiempos (algunas, no están todas, obviamente). En esta ocasión vengo a contaros, todavía flipando un poco no lo voy a negar, lo que me ha sucedido con la limpiadora de mi facultad esta semana.

Advertencia: En primer lugar, y como siempre digo, el relato es completamente real. No tengo necesidad (ni le veo sentido) a escribir relatos si me lo estoy inventando todo, entiendo que otros lo hagan y así es como funcionan este tipo de páginas, pero en mi caso no soy capaz de estar "imaginando" constantemente e inventar historias. Me gusta diferenciarme de los demás contando mis propias historias, absolutamente reales, y sobre todo con total naturalidad, como si hablara con un colega.

- Lugar: Una facultad de la Universidad de Murcia (Campus de Espinardo). No voy lógicamente a decir cuál, por temas de privacidad.

- Cuándo: Esta misma semana, la tercera de Febrero de 2020.

Sin más dilación, vamos con el relato. Os recomiendo que lo leais entero porque creo que es bastante excitante, la verdad, de hecho ya estoy empalmado solo de recordar como ha ocurrido todo esto.

LA HISTORIA PREVIA

No he tenido más que un encuentro en mi vida con una mujer madura, y simplemente le practiqué sexo oral. Fue en el anterior relato que os conté del centro comercial. No me considero el mayor fan de las mujeres maduras, reconozco que algunas están bastante buenas, sobre todo hoy en día con el tema de los gimnasios, el yoga, salir a correr... Pero no se, nunca me he fijado excesivamente en ellas. Está claro que en el colegio/instituto, cuando las hormonas están empezando a hacer efecto, sí que solía fijarme en algunas profesoras y me cascaba pajas pensando en ellas, supongo que es algo común en los chavales de instituto, pero actualmente a mis 24 años y únicamente quedándome el TFG en mi carrera, hace tiempo que no pongo el ojo en las mujeres maduras.

El caso es que un día, cuando iba a subir las escaleras para ir a los despachos de los profesores (iba buscando a mi tutor del TFG), me encontré a una limpiadora de las que limpian los pasillos de la facultad, los baños y demás. Estaba con su carrito delante, y agachada guardando algo en él. Suelen llevar un uniforme blanco parecido al de los hospitales, y en el caso de esta mujer, al tener unos kilos de más (tampoco muchos) le apretaba bastante el pantalón en los muslos y el culo.

Cual fue mi sorpresa cuando la primera imagen que me encuentro (se podía ver a través del pantalón) un tanga brasileño de encaje negro. Al ser el pantalón blanco, como digo, se veía perfectamente. La imagen me calentó muchísimo, hasta me quedé casi bloqueado, pero tuve que subir las escaleras porque no tenía sentido quedarme ahí parado. Ese día no me di cuenta si la mujer llegó a fijarse en que la había mirado o no, yo solo tuve ojos para su tanga y me fui rápidamente.

Los siguientes días me fijé mas en ella. Cuando la veía limpiando por los pasillos, o por la biblioteca, estaba muy atento a si seguía llevando ese tipo de ropa interior. La mujer, por describirla un poco, es una señora de unos 46 años aproximadamente, un poco entrada en carnes (sin estar gorda, simplemente algunos kilos de más) y sobre todo muy muy guapa. Sus rasgos son preciosos, se nota que hace años habría sido la tía más buena de su clase seguro. Lleva el pelo tintado de color naranja, rizado, y con unos pendientes de aro dorados normalmente, y se pinta los labios todos los días, a veces de negro y otras de rojo.

La mayoría de veces que la veía acababa en la conclusión de que siempre llevaba ropa interior provocativa. Unas veces solo se le marcaba el triángulo, otras directamente al ponersela de color oscuro (ya hay que ser tonta...) se le veía con facilidad. La cuestión es que creo que tengo algún tipo de fetiche con los putos tangas de las tías, desde hace muchísimo tiempo la verdad, me excitan mucho. Todo esto derivó en que ya veía a esa mujer como una puta diosa a la que deseaba follarme, y si para algo soy abierto es para el sexo, donde no tengo ningún tipo de vergüenza, tabú o miedo.

¿COMO HA SUCEDIDO TODO?

Esta semana ya no podía más. Mi obsesión con esa mujer era tal, que iba cada día al baño a finjir que me estaba meando unas 10 veces, solo por ver si me la encontraba. Todas estas semanas he estado haciendome pajas con videos de maduras, y hasta este finde que follé con mi novia en su piso pensé que me la estaba follando a ella. Por tanto, cuando se me presentó la siguiente situación, no la dejé escapar.

Ese día había ido solo yo a la facultad, mis amigos se habían quedado por diferentes temas en casa, dado que ya solo nos queda el TFG y a algunos 1 asignatura o 2. En definitiva, que yo sí que había ido a la facultad porque me concentro mucho más que trabajando en casa. Cuando eran las 2 de la tarde y me iba a ir a comer, salgo de la biblioteca y me encuentro a la limpiadora sentada enfrente con su móvil. No había nadie por la facultad a esa hora, y más después de Enero que es cuando son los examenes, todavía es muy temprano para que esté petado de gente.

La mujer me miró porque se cerró la puerta de la biblioteca, y al levantar la mirada, sonrió. Y sucedió lo siguiente:

  • Oye perdona, tú que eres joven y seguro que entiendes de esto, ¿me puedes decir por qué no me funciona el internet en el teléfono?

  • Sí, claro, no te preocupes - le contesté algo nervioso, casi temblando.

La tía era guapísima, y yo ya la tenía por una puta diosa. Así que me acerqué y dejé la mochila en la silla de al lado, y me senté junto a ella. Olía super bien, llevaba mucho perfume encima, y me pasó el móvil. Empecé a mirar por encima y efectivamente no tenía internet.

  • Los whatsapp no me llegan. Tampoco puedo usar Google ni nada. Hasta se me ha parado la música de repente cuando estaba limpiando. No se qué pasa jajaja - me dijo

  • Voy a ver, estás conectada al Wi-Fi y tiene todas las rallas de cobertura, así que en teoría debería ir - contesté, la verdad que no tenía ni idea de por qué no funcionaba.

  • Ahhhh, mira, por lo visto has activado el modo avión sin querer, pero el icono del Wi-Fi seguía activado, no entiendo por qué, jajaja - le dije mirándola a la cara, algo nervioso todavía.

  • Uhhhh, se ve que le he dado sin querer, o habrá sido solo en el bolsillo! - dijo sonriendo.

  • Bueno, pues muchas gracias nene, estaba 10 minutos aquí sentada tocando botones y me podría haber tirado otros 10 jajaja - volvió a decirme, tocándome el brazo.

La verdad es que la mujer se veía muy agradable, constantemente tocándome el brazo, asintiendo, era muy reconfortante hablar con ella. Aunque para mi habría sido mucho más reconfortante partirle el chochito, y lo iba a terminar haciendo, solo que yo (y ella) aún no lo sabíamos.

  • De nada hombre, para eso estamos, la tecnología puede llegar a ser muy rara algunas veces - contesté mientras me rascaba la cabeza.

  • Como te llamas, por cierto? - preguntó.

  • Soy Marcos, estoy a punto de acabar la carrera, de hecho ya me gradué el verano pasado pero ahora estoy con el TFG.

  • Anda, pues ánimo para lo que te queda hijo. Yo soy Marta - contestó.

  • Encantado Marta, ¿estás sola por aquí ahora? Es que nunca veo apenas a otras compañeras tuyas, desde hace mucho tiempo la verdad - pregunté, interesándome mucho más por ella, quería averiguar más cosas.

  • Pues sí, como han abierto otros edificios cerca, han cogido personal de limpieza de las facultades cercanas y ahora hacen más turnos por ahí - dijo.

  • Entiendo... Pues que putada, que tengas que limpiar todo esto tu sola es jodido...

  • Si nene si, que me vas a contar... Y encima luego llego a casa y estoy reventada, no tengo ganas ni de ver una serie en Netflix. Hay dias que ceno y a la cama.

  • Joder, ya me imagino... ¿Vives sola? - pregunté.

La verdad que llegados a este punto algo me hizo click en la cabeza, y pensé en qué cojones estába haciendo. Literalmente estaba preguntándole por su vida a una trabajadora de la facultad, ya incluso en temas personales, mientras estábamos sentados en unas sillas ahí en medio, tocándonos el muslo y los brazos a veces, como cuando tocas a alguien para contarle una historia. Parecíamos amigos. No sabía si se iba a incomodar o no, pero yo estaba cada vez más cerca de mi objetivo, tener algún tipo de rollo/aventura con ella.

  • Si, ahora mismo si. Me divorcié de mi marido hace 3 años, que era un capullo y me engañó, y vivo sola con mi gato. - dijo con confianza.

Se estaba abriendo demasiado a mi, la verdad, me conocía desde hace 3 minutos, y aunque mis preguntas eran muy directas, en cualquier momento podía haber intentado escurrir el bulto e irse. Pero no, era muy divertida y abierta al hablar, y por lo visto se sentía agusto conmigo. Y más que se iba a sentir... pero eso ya lo veréis después.

  • Joder, que mala gente, hay que ser muy mala persona para faltarle el respeto a tu pareja de esa manera, y encima estando casados... Que cabrón - dije, y encima lo dije yo, que tengo novia y la habré engañado 25 veces, y aunque la quiera realmente, el sexo me pierde demasiado.

  • No me lo recuerdes que me dan ganas de romper cosas. Me engañó con una vecina, más de un año llevaba el tio follándosela. Surrealista.

  • La madre que lo parió, vaya puto cerdo... En fin, ya encontrarás a alguien, con lo guapa que eres no me extrañaría - le dije alagándola.

Se debió sentir muy bien con mi comentario, que ya era el primer acercamiento real hacia ella. Se bastante como convencer a la gente, escucharlos y entenderlos, con esta mujer ya había sido comprensivo con lo de su marido y ya estaba diciendole algún piropo. Se puso algo roja y me contestó lo siguiente, que me dejó de piedra:

  • Jajaja, escucha, y si no lo encuentro me da igual, hay que disfrutar la vida, yo ya no me ato más con nadie, que esto son dos días - dijo riéndose.

Vale, ahora fue justo el momento en que pensé que tenía posibilidades de follármela, seriamente. Estaba abierta a todo, decía que quería disfrutar, no tenía marido, estaba harta de su monotonía de limpiar y tal... Pensaba que iba a ser uno de los casos más fáciles que se me han presentado nunca. Y no me equivocaba.

  • Claro que si, di que si, lo mejor son las locuras y disfrutar a tope - le dije mientras le ponía la mano en el muslo y la miraba fijamente.

  • Eso digo yo, y tú que, tienes novia? Tambien... disfrutas a tope? Jejejeje - dijo nerviosa y riendose a la vez.

  • Pues no, no tengo (mentí), pero disfrutar a tope sí que disfruto, y más con mi edad... Soy bastante... Activo jajaja - contesté mirándola.

  • Aaaaaaanda... si? Bueno no me extraña, también eres muy guapo, tienes un cuerpo bonito... Me imagino que te lo pasarás bien.

  • Bueno bueno, que me vas a poner rojo anda, pero si, me lo paso bastante bien. Oye, ya sabes, si necesitas algo llamamé y nos lo pasamos bien los dos jajajaja, que me has caido genial - dije sin dudar, directamente, este era el momento decisivo.

Como digo, era el momento clave. Todo lo anterior era el preludio de este puto momento. Aquí se vería si era una mujer abierta y con la que iba a tener una relación cordial, de saludarnos por los pasillos y poco más, o me la iba a poder follar como una bestia. Estaba a punto de saber si esta señora quería que le abriera el chocho, tal cual.

  • Oye pues mira por mi vale, apuntame tu teléfono ahí en el móvil y podemos hablarlo jajajajaja, tu también me has caido muy bien Marquitos - dijo feliz por la situación.

Le apunté mi teléfono y en el nombre de contacto le puse un corazón, mientras me reía. Ella también se rió, imagino que no se esperaba ligar en una puta facultad con gente 20 años menor que ella, pero la verdad que esa mujer tenía que follar de maravilla, mucho mejor que otra gente de mi edad seguro. A raíz de ahí vino su siguiente pregunta, supongo:

  • Entonces te interesa alguien como yo? Tan mayor que tu Marcos? No me lo esperaba - me dijo algo más seria, y en un tono más bajo, no con tanta risa y volumen...

  • Pues claro, si estás tremenda... Como no me vas a gustar. Además, quiero confesarte algo... Más de una vez me he fijado en ti y en la ropa interior que llevas, te la he visto alguna vez que estabas agachada o algo... Y me has puesto muy cachondo muchas veces... - le dije más cerca de ella, casi susurrándole también.

De vez en cuando pasaba algún profesor cerca, pero vamos, que iban a lo suyo. Estábamos prácticamente solos. La situación me estaba calentando muchísimo, y aunque como os he dicho era la hora de comer, yo ya no tenía hambre, bueno sí, pero de otra cosa. El bulto en mi pantalón comenzó a hacerse más pronunciado, e imagino que ella lo notó porque yo la veía desviar la mirada algunas veces hacia ahí.

Yo tenía un pantalón Adidas deportivo, por lo que era evidente lo que me estaba pasando. Y ella, como durante toda la conversación, volvió a decir la frase exacta en el momento exacto, esta mujer era una mina de oro y yo iba a picarla entera:

  • Bueno, parece que lo que dices si es verdad eh... Porque anda... Ya se empieza a notar en el ambiente no? jejeje - dijo dándome con la mano en el hombro, mientras con la otra señalaba a mi pantalón.

  • Madre mía, ya ves... Ni me había dado cuenta...

  • Ah no? - me preguntó.

  • Pues claro tonta, si estoy más cachondo ahora mismo que un puto mono jajajaja, y estamos aquí con las bromas y los toquecitos...

  • Bueno, tienes razón... Y que hacemos entonces, le ponemos solución o ya cuando me llames? - preguntó susurrando.

Joder, a ver si me iba a acabar enamorando de esta tía. Que mujer, sabía que decir y cuándo decirlo, estaba abierta a todo. Pero la situación no era tan fácil como nosotros pensábamos...

  • Por mi si, joder, claro que si... Pero estás trabajando no? O cuando acabas? - dije

  • Coño es verdad, como llevaba aquí antes 10 minutos y ahora casi otros 15, ni me acordaba. Pues acabo a las 7 y media de la tarde... pero nene escuchame, que no pasa nada, ahora es la hora de la comida y no hay casi nadie aqui, tonto - dijo en tono bajo, como estábamos hablando desde hace un rato ya.

  • Espero que no nos pillen, ¿donde quieres ir? ¿Al baño? - pregunté mientras me acomodaba el bulto del pantalón, vaya erección llevaba...

  • No, ahi no me la juego, además no hace falta, tenemos el cuarto de la limpieza, y hoy estoy sola aquí como ya sabes, podemos ir ahí - me propuso.

  • Ufff... suena a película porno esto jajaja, claro, por mi encantado - contesté.

  • Y por mi tambien, venga vamos, que la vida son dos dias Marquitos - dijo mientras se levantaba y se guardaba el movil en el bolsillo.

Cogí la mochila y me levanté. Seguimos hablando mientras subíamos a la segunda planta por la escalera y nos acercábamos al cuarto de limpieza. Todo fluía, había mucha naturalidad entre nosotros. De hecho no nos dimos cuenta, pero gracias a dios que nadie estaba mirando, porque no tiene sentido que una limpiadora y un alumno con mochila entren riéndose a un cuarto de limpieza y se cierre la puerta. Pero lo dicho, estábamos tan... "hechizados", que ni nos fijamos.

Marta abrió la puerta con la llave y nos metimos dentro. Encendió la luz y pude ver un pequeño cuarto, del tamaño de un cuarto de baño de una casa normal, con algunas fregonas colgadas de la pared, una cafetera pequeña, un par de sillas, un sillón y una estantería con productos de limpieza. También había algún carrito plegado en la esquina.

Estaba más nervioso que otras veces, y eso que esta mujer era todo sensualidad y naturalidad, pero la situación era tan sumamente increíble y de puta pelicula porno que casi ni sabía reaccionar. Ella volvió a tomar la iniciativa y se acercó a mi, puso sus manos en los hombros y con los pulgares empezó a hacerme un masaje en la espalda. La cosa se estaba calentando.

Tiré la mochila al suelo y mientras ella me masajeaba eché mis manos hacia atrás para hacerle cosquillas en los muslos. Ella me dijo:

  • Me siento genial hablando contigo, creo que tenemos mucha afinidad. Que cosquillitas me haces tonto... Que bien ha resultado ir este día... - susurraba.

  • Yo también, y creo que nos lo vamos a pasar mejor aún... - dije mientras me giraba.

La basé en la boca y empezamos a morrearnos. Sabía super bien. Con mis manos empecé a cambiar las cosquillas en los muslos por un buen magreo de culo, el cual me estaba poniendo enfermo. Comencé a meter mi mano derecha por su pantaloncito blanco de limpieza, y encontré un precioso tanga de hilo, que empecé a estirar arriba y abajo, para que el hilito le masajeara el chocho y el ojete. Ella me confirmó que le gustaba.

  • Mmm... Joder, que cachonda estoy nene... - me decía mientras nos seguíamos comiendo la boca.

  • Y yo, voy a quitarme el pantalón ya o esto revienta.

Me bajé el pantalón y me quedé en ropa interior. Todo el bulto se marcaba por encima, y notaba como mi polla estaba babeando líquido preseminal desde hace un rato. Esperaba aguantar y disfrutar el polvo que se venía, porque la situación era difícil de mejorar.

  • Madre mia, que tenemos por aqui... - dijo llevando mi mano a la polla. Me la masajeaba por encima del pantalón.

  • Por aquí detrás las cosas tampoco están nada mal - contesté mientras con uno de mis dedos le tocaba el coño, el cual estaba también muy mojado.

No podía más y no quería que las cosas se acabaran tan rápido si seguía a este ritmo, así que saqué el dedo del pantalon y la cogí de la otra mano. La llevé hacia el sillón y le dije que se sentara. Cuando estuvo sentada la ayudé a bajarse el pantalón hasta los tobillos.

  • Quita esto de aquí anda, que voy a comer que tengo hambre... - dije mientras con mi mano corría el tanguita hacia la derecha.

Apareció ante mi un coño precioso, casi con aspecto juvenil, solo tenía un poquito de pelo arriba pero definitivamente estaba en un estado inmejorable. Cuando empezaba a acercarme para darle unos lametazos, cual fue mi sorpresa y me dijo lo siguiente:

  • No no no, ¿y yo qué? ¿no tengo hambre? Es la hora de comer para los dos, mira el reloj, las 2 y media de la tarde tonto... - dijo apartando mi cabeza de cerca de su entrepierna. Se levantó y me empujó hacia el suelo, se acostó al lado mio en sentido contrario y me invitaba (ahora si) a comerle el chocho.

Esta mujer era una maravilla. No se de donde coño había salido pero era una bomba, ¿cómo cojones la engañó su marido? Empezó a abrir las piernas y yo metí mi cabeza para comenzar a degustar ese manjar, mientras ella me bajaba el calzoncillo y liberaba por fin a mi polla. No pasó más de un segundo cuando noté sus dientes y su lengua aparecer en escena.

  • Ahhh joder... chupa, chupala bien, que estoy que me derrito - dije cachondísimo.

  • Lo mismo digo, dejamelo bien limpio que después hay fiesta.

Mi lengua lamía y chupaba aquel chochito de arriba a abajo. Como estaba de lado, al final los movimientos eran un poco difíciles, por lo que me dediqué a veces a meter mi lengua en su vagina y hacer movimientos de penetración. Eso la volvía loca. Cuando había descansado de esta forma, volvía a pasar la lengua de arriba a abajo. Ella estaba en la gloria, y mi mamada también se sentía perfecta.

  • Cometelo, cometelo bien... ahhhh... siiii... - susurraba.

  • Que ganas tenía de esto, y más con un nene como tú... así.... muy bien... meteme la lengua bien, bien adentro... - decía como una zorra posesa.

  • Pues aquí me tienes... argg... chúpala hasta el fondo, tragatelá entera tú, arggggg... joder... así.... - le suplicaba buscando su garganta, haciendo casi movimientos pélvicos.

Noté su nariz en mi piel y efectivamente se la había tragado hasta el fondo. Yo tenía casi los ojos en blanco, me estaba llevando al séptimo cielo y no podía aguantar mucho más. Estaba tan lubricada por su saliva y la chupaba a una velocidad, que al final...

  • Me voy a correr pronto... arggggg... joder como tragas...

  • Slurp... no la saques... slurp... tú disfruta, ya me entiendes... mmmm - susurraba, mientras su otra mano me acariciaba el culo, el cual (como mis seguidores más fieles ya sabréis) ha tenido fiesta muchas veces. Empezó a acariciar mi ojete con su dedo por fuera y esto terminó por sacar todo lo que llevaba dentro de mi.

  • Pfffff... toma... arhhhh... me corro.... coño.... - dije mientras casi combulsionaba.

Empecé a apretar su cabeza contra mi polla para que se lo tragara todo bien, y lo hizo sin dejar ni gota, notaba y hasta escuchaba como se bebía mi puta lefa, y ella movía también su coño en mi boca, el cual estaba chorreando.

  • Que bien, que rico... Marta... joder... - decía aún con su cabeza apretada en mi entrepierna.

Se echó hacia atrás y se pasó la mano por la boca. Se había tomado unos cuantos trallazos, yo estaba en el suelo aún respirando, y seguía tocándole el chochito con mi mano izquierda.

  • Te ha gustado eh? Que rica estaba, yo estoy a punto de correrme también. No tenemos mucho tiempo que a las 3 tengo que estar en el despacho del decano para limpiarlo, que tienen reunión a las 3 y media... - me dijo poco a poco, con la cabeza hacia atrás, mientras yo le acariciaba su coño y la volvia loca.

  • Increíble, es de las mejores mamadas que me han hecho nunca... Tenemos poco tiempo entonces, ¿como te quieres correr? - pregunté con la voz baja.

-  Encima tuyo, si me lo sigues tocando casi que me toco ya, pero no me quiero ir sin sentirme bien llena - me dijo levantándose y ayudando a levantarme a mi.

Me acarició el pecho con sus uñas y me echó hacia atrás, al sillón, y acabé sentado. Entonces, se llevó su mano a la boca y cogió abundante saliva (y quién sabe si algo de restos de semen) y se lo pasó por su agujero. Entonces, como si lo estuviera viendo a cámara lenta, se dio la vuelta y se dejó caer poco a poco, dirigiendo con su mano mi polla a su chochito. Empezaba a abrirme paso dentro de ella y parece que tenía un volcán ahí dentro, riquísimo y ardiendo.

  • Dios santo Marta... que bien... que maravilla... - decía extasiado.

  • Mmmmmmm... así... toda dentro, eso es... - gemía moviéndose en circulos. Comenzó a botar poco a poco, suavemente.

  • Eso es, follame tú, dejame seco otra vez, que pedazo de puta estás hecha eh? - le dije con la cabeza hacia atrás, estaba en la gloria.

  • No lo sabes tú bien... mmmmm... ya lo irás sabiendo... esto no va a acabar aqui.... auuuuu.... lo sabes no?

  • Ufffff... no... no va a acabar aquí preciosa, no te preocupes... mmmmm... ya te trabajaré tus agujeros otras veces - dije agarrándole las tetas, eran preciosas, bien grandes y sorprendentemente no estaban caidas, bastante firmes la verdad.

Cogí saliva de mi boca y la llevé a sus pezones. Se los acariciaba. Ella seguía mientras con la follada, estaba a punto de volver a exprimirme cuando de repente empezó a gemir más agitadamente porque estaba corriéndose.

  • Uffffffffffff... siiiiiiii.... joder.... - decía tapándose la boca. Estaba encharcándome los muslos. Todo empapado.

  • Correte, pedazo de puta, correte joder.... ahhhh... que rico... - gemía yo también.

La situación y el morbo volvieron a hacer mella en mí, y en aquel pequeño cuarto, llené el coño de esa pedazo de hembra con mi semilla, casi me corrí más que antes. Esta mujer sabía como exprimir una polla, y la mia estaba quedándose seca.

  • Ahhhhhhh... me corro, me corro, toma, toma zorra, todo dentro, bien llena... ahhhh joder.... - gemía como un puto loco, me tuve que tapar la boca, nos tuvieron que oír seguro.

  • Mmmmm, ¿que rico eh? Echalo todo dentro, préñame, quiero que te quedes con los huevos bien vacios.

  • Pffff... eres increíble...

  • Que polvo niño, que polvo... estoy en la gloria cabrón - dijo echada hacia atrás sobre mi, se había dejado caer y estaba agotada.

La fiesta estaba a punto de terminar. Giró su cabeza hacia atrás y nos fundimos en algunos morreos más, mientras con mi mano derecha le tocaba sus tetas y chochito ardiente por delante. Mientras nos besábamos seguía soltando pequeños gemidos, diciendo que lo tenía muy sensible ahora.

Nos fuimos vistiendo mientras hablábamos. Le pregunté si había algún problema en que la hubiese llenado de puto semen y me dijo que ninguno, que tomaba la pastilla para regularse la regla y que no podía quedar embarazada. Cuando estuvimos vestidos volvimos a besarnos un poco más, ahora de pie, y abrimos la puerta.

Empezaba a haber más gente que antes, porque ya habrían comido (nosotros tambien...), y empezamos a decirnos que ojalá nadie nos hubiera oído, el cuarto estaba algo apartado y sería muy extraño que nadie hubiera ido ahí, pero quién sabe.

  • No creo que nadie nos haya oido no?

  • No creo, para qué se van a acercar ahí, no hay clases ni nada... - me dijo.

  • Ha sido una maravilla Marta, de verdad, hace tiempo que no echaba un polvo así, que dedicación tienes al follar, me encantas - le dije mientras casi la cogía de la mano. Rápidamente la quité por si alguien nos veía.

  • Me encanta el sexo, para mi es algo super importante. Creo que esta no va a ser la última vez que lo practiquemos juntos Marquitos... jajajaja - me decía risueña.

  • No creo en Dios, pero le suplico a Dios que no, que no sea la última, jajajaja

  • Bueno, me despido nene, tengo que seguir limpiando y esta tarde va a ser dura, aunque ahora un poquito menos... Gracias a ti! Y por cierto, no te olvides de hablarme por whatsapp eh, que los tios pasáis rápido de algunas tías...

  • Hombre, las tías no suelen ser como tú, seria un loco si pasara de ti jajaja... Bueno, nos vemos otro dia, seguimos hablando guapa - le dije mientras sonreía, casi como si fuera mi amiga desde hace tiempo.

Y me marché por la puerta de la facultad. El sol me daba en la cara y la gente hablaba de sus cosas, yo acababa de tener una de las relaciones más intensas desde hace algunos meses, casi cualquier otro polvo comparado con este quedaba en mal lugar, y lo mejor de todo es otra de las últimas frases que Marta me dijo y no os he querido contar hasta el final:

"Todavía no has probado mi otro agujero, tonto".

Ya os comentaré que pasará en las próximas semanas, a día de hoy estamos hablando por Whatsapp y todo va bien, cuando vuelva a quedar con ella para follar ya escribiré el relato (en cuanto tenga tiempo). Esto pinta muy bien.