La limpiadora
De como encontre a mi amante
La historia que voy a contar empezó hace más de dos años de una forma rara y extraña pero que me permite gozar de una joven de apenas veinte años.
Trabajo en una gran empresa pero en una delegación separada del grueso de la firma. Somos cuatro compañeros, dos con jornada hasta las tres de la tarde y los otros dos estamos hasta las seis. Yo soy un madurito de más de cuarenta y cinco años, divorciado.
Todo comenzó en verano, Jenyffer, que a así se llama, era la sustituta durante las vacaciones de la limpiadora de mi lugar de trabajo. Iba tres días a la semana. Cuando la vi me impresiono por su poca edad, dieciocho años, además por su tipo y cara aniñada parecía aún más joven.Aunque la titular venia por la mañana, Jeny lo hacía por la tarde. Mi compañero también estaba de vacaciones por lo que las tardes que venía estábamos la chica y yo solos.
Llegaba justo cuando terminaba de comer y me preparaba un café, por lo que se hizo habitual que lo tomáramos juntos.
La primera vez que me vio se quedo sorprendida. La vi algunas veces mirándome y cuando se daba cuenta seguía con su tarea. En los ratos de relax con los cafés, por que también se hizo habitual tomar uno antes de que se marchase me fue contando cosas de su vida. Era emigrante de un país sudamericano, que por discreción no diré, vivía en zona rural cerca de la selva y que motivado por la mala gente que había por la zona, cuando su querido padre murió, decidió marcharse y aterrizo por aquí.
El mes paso rápidamente y el ultimo día cuando nos despedimos me dio un casto beso en la mejilla y me dejo su número de móvil anotado.
-Llámeme para ir a tomar algo –me dijo-
Pasaron unos cuantas semanas y casi me había olvidado de la chica cuando en un cajón vi el papel con su teléfono.
No lo pensé mucho y la llame.
-¿Jeny? –Pregunte, aunque había reconocido su voz-
-Si soy yo.
Me identifique y note alegría en su voz. Quedamos para vernos al día siguiente, que era viernes, se pasaría por la oficina.
Cuando sonó el timbre me di cuenta que esta algo nervioso, me dije que era tonto, que no había motivo, pero lo cierto era que me daba cosa por lo jovencita que era.Abrí la puerta.
-¿Me invitas a un café? –Fue su saludo-
-Mejor algo fresquito, que aun hace calor –dije, ya que deseaba salir de la oficina-
Fuimos a una terraza. Comenzamos a charlar, me contó cosas de su vida, de su país. Me dijo que se había impresionado al verme porque me parecía a padre. Cuando me quise dar cuenta era ya hora de cenar.
La lleve a un pequeño y recoleto restaurante. El camarero que nos atendía, no dejaba de mirarnos, supongo que pensaba que éramos amantes o que quizás la chica era una prostituta.
Jeny comenzó un juego cada vez que se acercaba el camarero. Cambiaba de conversación, me llamaba padre, hablaba de mi supuesta esposa o sea de su madre. Vi la cara de confusión del susodicho, me hizo gracia y la seguía en el juego como si fuéramos realmente padre e hija. Nos reímos mucho por la ocurrencia.
Después de cenar fuimos a tomar una copa. La chica dejo el juego de padre-hija con alivio por mi parte. La lleve en mi coche a su casa. Nos despedimos y me beso en los labios. Me pilló por sorpresa. Note que tenía los labios un poco separados y al final fue un beso de tornillo en toda regla. Se bajó y marcho a su portal.
Habían pasado un par de días cuando me llamo. Quedamos como la vez anterior, en mi trabajo. Cuando me quede solo le hice una llamada perdida para que subiera.
Sonó el timbre, abrí la puerta y tras cerrarla la agarre por el pelo y la bese. No lo había planeado pero sentí el impulso de hacerlo. Un beso profundo con lengua. Fuimos así hasta una mesa, donde la apoye y gire. Roce mi pene erecto contra su duro culo. Le baje el pantalón y el tanga. No dijo nada, se dejaba hacer. Pase mis dedos por su entrepierna, estaba mojada. Me decidí, libere mi polla y se la metí hasta el fondo. Dio un pequeño grito, supongo que sería por la sorpresa y también porque le hice algo de daño.
Me movía con rapidez, sacaba y metía a fondo tocando el final de su vagina.
Jeny entre gemidos decía así viejo, dale más fuerte papi y cosas parecidas.
Estaba muy excitado, sabía que no tardaría en vaciarme pero lo sorprendente fue que ella llego antes que yo. Se corrió entre gritos. Como no había tomado ninguna precaución saque mi verga y me vacié en su grupa.
La chica lloraba, comencé a sentirme mal y trate de farfullar una disculpa.
-No, no, si lloro de felicidad –me dijo-
Le acaricie el pelo y la cara.
-Gracias, me has hecho un favor. Ahora me toca a mí hacerte feliz.
-Vamos a dar una vuelta –no sabía muy bien por donde salir, ya que me sentía mal, muy mal.
Nos montamos en mi coche y puse rumbo hacia el centro.
-Tienes mala cara –me dijo-
-Que va –conteste-
-La tienes, no me mientas y yo sé por qué.
Permanecí en silencio.
-La forma en que me cogiste no fue de tu agrado, aunque para a mí. Seguro que te hubiera gustado hacerlo de otra forma pero estuvo muy bien. No te reproches nada, me hiciste recordar cosas y me sentí feliz.
No dijimos nada más. Fuimos a comer algo rápido.
-Ahora me vas a llevar a algún sitio donde vamos a coger bonito, bueno como dicen ustedes vamos a follar como locos.
La lleve a un sitio discreto que conocía aunque podíamos haber ido a mi casa, pero pensé que era mejor así.
En la habitación serví un par de copas, después de que Jeny se asombrara con el lujo del sitio. Puso música, y comenzó a un baile sensual. Fue desnudándose muy lentamente. Me fue encendiendo, mi verga estaba dura y deseosa de salir otra vez al aire.
Se quedó en ropa interior, llevaba un precioso conjunto blanco de encaje con un minúsculo tanga que destacaba sobre su piel. Se acercó y me beso con pasión. Intente quitarle el sujetador.
-No, espera –me dijo en voz baja-
Me desnudo completamente.
-Túmbate en la cama.
Estaba como hipnotizado, obedecí rápidamente.
La chica siguió bailando y termino de quitarse el sujetador y el tanga. Se había depilado el sexo, lo que le daba aún más aspecto aniñado.
Se subió a la cama y reptando como si fuera una serpiente se acercó. Me beso profundamente en la boca.
-Antes me has hecho feliz y he gozado como hacía tiempo que no lo hacía –me susurro al oído- Déjate hacer.
Recorrió mi cuerpo con la lengua. Yo estaba súper excitado y deseando de metérsela, pero espere, quería ver lo que iba a hacer aunque se le notaba cierta torpeza lo que era aún más excitante.
Me dio la sensación de que había aprendido mucha teoría pero tenía poca experiencia real.
Creí morir de placer cuando se metió la polla en la boca. Fue breve pero muy intenso. Siguió con caricias y besos. Era joven pero sabía cómo poner a un hombre
Luego me acerco sus pechos, los toque y lamí con frenesí. De vez en cuando bajaba mi mano a su sexo, cada vez estaba más mojada.
Se sentó sobre mí y fue metiéndose la verga lentamente. Comenzó a cabalgarme despacio. Yo le mordisqueaba los pezones y le acariciaba las nalgas. Ella siguió al mismo ritmo, fue el polvo más lento de mi vida y seguramente el mejor.
Solo acelero un poco cuando comenzó a tensarse y vi que iba a llegar. Yo también acelere y cuando terminaba con su orgasmo yo comencé a correrme en una explosión brutal.
oo0oo
Hacia algo más de un semana que no sabía nade de Yeny por lo que decidí enviarle un wsaa. Pasaron varios minutos sin respuesta, pensé de todo menos lo más lógico, que no podía contestar.
“Hola papi, ¿Cómo estás?”
“Bien, espero que tú también estés bien”
“Genial. ¿Cuándo nos vemos?”
“Cuando quieras”
“¿Me invitas a cenar?”
Quedamos para el viernes.
La recogí a eso de las 21:30 horas. La lleve a un restaurante en las afueras de la ciudad. Nos pusimos al día de las cosas que habíamos hecho.
Ya en los postres pasamos a cosas más interesantes.
-¿Por qué te impresionaste tanto al ver que me parecía a tu padre? –le pregunte-
-Porque no hace tanto tiempo que me falta y me lo recordaste –contesto-
-¿Pero tanto? –repregunte-
-Estábamos muy unidos.
Lo deje así, me di cuenta que le constaba trabajo hablar de eso, ya se abriría ella sola.
Pedimos unos cafés y unas copas. Hablamos de cosas triviales y de otras más importantes.
A la salida nos fuimos a mi casa. Habíamos intimado con la conversación durante la cena y ni siquiera le pregunte.
Nada más llegar, ya en el ascensor, nos íbamos besando y tocando por cualquier sitio. Fuimos directamente al dormitorio mientras que nos íbamos desnudando, yo la deseaba salvajemente y ella también o me hacia la ilusión de que era así.
Hicimos el amor de forma muy agradable y salvaje, tanto como mi edad me permitía, nada comparado con la joven.
Yeni tenso el cuerpo, señal de que iba a correrse. Al poco empezó con su orgasmo y yo me abandone, llenándole la vagina de semen.
Descansamos un rato. La chica comenzó a trabajarme la polla con una delicada mamada, sin prisas, diciendo:
-Déjate hacer papi.
Evidentemente la deje hacer. Fue más de media hora comiéndome la verga. Estaba como loco, quería poseerla pero me contuve y espere a que Yeni dirigiera la acción.
La tenía ya bien dura cuando se puso a cuatro patas. Yo me incorpore y pasaba mi pene por sus mojados labios vaginales. Introduje un par de veces la polla y la sacaba. Estaba disfrutando como hacía tiempo que no lo hacía.
-Viejito por la cola, métela por la cola.
Me quede parado, no entendía lo que me decía.
-Por la cola –repitió y se abrió las nalgas ofreciéndome su ano-
Moje mis dedos en sus jugos vaginales y se lo humedecí, luego con saliva.
-No está bien lubrificado, Yeny.
-No te preocupes, ve despacio y métela en la cola.
Así lo hice, centímetro a centímetro fui penetrándola, alguna vez se quejo un poco, yo paraba y esperaba unos segundos y seguía.
Note como mis huevos toparon con sus nalgas. Yeny suspiro. Comencé a bombear despacio, nos acoplamos y ella también me acompañaba en los movimientos. La agarre de las caderas para aumentar el ritmo. Me corrí dentro de su culo, ella también se corrió ya que al mismo tiempo que la follaba se tocaba el clítoris y se metía los dedos en el coño.
Quedamos rendidos. Nos abrazamos y dijo:
-Ahora a dormir.
Cuando me desperté comencé a preparar el café, tenía hambre. Al poco vino ella y nos sentamos en la cocina a desayunar en silencio.
-Te lo voy a contar –dijo de pronto-pero escucha y obviamente cuando termine me preguntas lo que quieras.
-Vale –conteste-
-Yo vivía en una zona rural muy poco poblada. Había algunos problemas por los narcos, estábamos en la ruta de distribución. Mi madre murió cuando yo tenía 10 años.
Paro un momento como si quiera coger aire y prosiguió.
Al día siguiente de cumplir 14 años, mi padre hablo conmigo y sucedió lo que yo esperaba que sucediera antes. Me dejo tener una edad más apropiada, me quería mucho. Por primera vez le hice una comida de polla.
-Pero…. –trate de decir-
-Calla por favor, luego. Esperó a que, ¿cómo dicen ustedes?, ya se, que me viniera la siguiente regla para quitarme la virginidad y así no quedar preñada y bueno así fue hasta que dejo este mundo.
-Ya entiendo tu impresión al verme –dije yo- ¿Pero cómo te hizo eso? No está bien Yeny.
-No está bien aquí, pero allá es lo normal por lo despoblado de la zona.
-No lo entiendo, joder –dije en un arranque de ira-
-Mira, te cuento viejo –lo dijo con esa voz dulce y ese tono de voz que me tenía embobado- Es la costumbre que los viudos sean satisfechos por su hija o hijas en cuanto son mujeres. Tenéis necesidades ¿no? Yo empecé a los 14, amigas mías empezaron antes.
-No me entra en la cabeza, Yeni.
-Eso era así, en algunas ocasiones eran los hermanos mayores. También lo que pretendían era que no te robaran, si eras virgen te vendían a ricachones y así no tenías valor. Solo te violaban en el peor de los casos.
-No me puedo creer que eso siga sucediendo, no se puede vivir con esa espada de Damocles.
-Por eso cuando murió mi papa salí lo más pronto que puede de allá y termine acá.
-No seque decir, Yeni.
-No digas nada. Mi papa era un buen hombre e hizo lo que tenía que hacer, protegerme.
-No digas eso, solo te uso sexualmente. ¿Cuántos hijos te podía haber hecho?, eso no está bien, joder.
-Mira viejo yo ahora sé que eso no está bien, lo entendí cuando llegue acá, pero la costumbre de mi tierra es esa y además se preocupó mucho de no hacerme un hijo, por eso me lo hacía por la cola o el culo como quieras decir, no era un salido como se dice acá.
Tomo aire.
-Sabía que no te iba a gustar y no quería decírtelo, pero creo que debías saberlo. No soy una puta aunque de la impresión y entenderé que no quieras verme más.
-Eso no, me gustas demasiado para no verte más, pero entiendo algunas cosas, como cuando lloraste primera vez que follamos.
-Me lo hicístes como lo solía hacer mi papi.
-Sin recrearse y directo al grano –dije yo-
Me sonrió, estaba en lo cierto.
En la actualidad somos amantes, nos vemos una o dos veces por semana. Cuando hablamos para quedar, si me llama papi ya sé cómo quiere que sea la cita, me da igual, disfruto de una mujer inteligente, de una autentica mujer y también disfruto de un cuerpo joven con mi ya casi ajado cuerpo creo que nos compleméntanos y me tiene fascinado.
Supongo que tendrá otros rollos, porque yo no puedo satisfacerle todo lo que ella necesita por una mera cuestión de edad. No me importa. Lo importante es que Yeny sea feliz.