La leche de mi vecino II

Compartiendo la leche de mi vecino

Gracias a todos por los comentarios.

Durante las semanas siguientes seguí visitando la casa de mi vecino Jorge a escondidas, en busca de otros preservativos que llevarme a la boca. Se convirtió en una especie de obsesión. Esperaba en la mirilla a que Jorge abandonara su piso para colarme dentro. En alguna ocasión vi a algunas chicas salir a hurtadillas. Todas ellas guapísimas. Una noche vi cómo entraba una morena alta. Mi cocina da pared con su comedor, así que me puse a escuchar. Oi como hablaban y al rato se pusieron a follar. Sus gemidos eran fuertes, sobretodo los de Jorge, el tío se lo estaba pasando genial. Al día siguiente al colarme en su piso encontré no uno sino dos condones llenos de leche. La morena lo había dejado seco, pensé. Los cogí y me los llevé a casa. Pinché uno de los condones y como el ritual de siempre, tumbado desnudo sobre mi cama, derramé toda la lefa sobre mi abdomen. Con mis manos extendí todo el líquido sobre mis tetas y después chupé mis dedos. Con el segundo condón cambié de postura. Me di la vuelta y dejé caer la leche sobre mis nalgas. Fui metiendo los dedos en mi agujerito. Qué caliente me puse! Corté el condón por el nudo y se lo enfundé a mi dildo de 22cm, que poco a poco fui introduciendo en mi culo hasta clavármelo entero. Me puse a cuatro patas y empecé a follarme fuerte, imaginando que era la polla de Jorge la que entraba y salía de mi culo. Hasta que me corrí. Poco a poco saqué el vibrador de mi culo y vi el condón bien pegado a él. Lo desenfundé y toda la lefa de Jorge estaba bien impregnada en el dildo. Entonces lo chupé bien, pensando que le limpiaba el rabo a mi vecino.

Días después, coincidí con mi vecino y su morena que venían de correr.

  • Buenos días Marcos - me saludó Jorge y la chica morena también.

  • Buenos días chicos. Ya habéis corrido? - pregunté, pensando que ahora se iban a correr otra vez para dejarme otro condón lleno.

  • Si, hace un día genial. - Jorge estaba super sexy como siempre. Pantalón corto marcando paquete, camiseta de tirantes marcando pecho y oliendo a macho sudado. - Ella es Marta - me dijo.

  • Encantado, Marta - a lo que ella amable respondió igual. Me pareció más caliente de cerca. Pelo negro liso, ojos verdes, labios carnosos, un buen pecho y unas piernas largas.

  • Tú eres el buen vecino verdad? - me preguntó Marta.

Me sonrojé un poco. - Eso te ha dicho? Ahora me gusta más - le respondí yo. Ambos rieron.

  • Cuídamelo bien! - me despedí.

  • Tranquilo, que lo hago más que bien - me guiñó un ojo. Esta tía se ha dado cuenta de algo, pensé, es guapa y lista. Y tan lista.

Al día siguiente cuando entré en el piso de Jorge y fui en busca del condón usado, vi la cama revuelta y me excité. Me tumbé y empecé a olerla en busca de algún resto de sexo, imaginando que era yo quien había follado con Jorge y no la morena lista. Después cogí el condón y decidí jugar con él allí mismo. Me quité la camiseta y rompí  el condón con la boca. Derramé toda la leche caliente sobre mi pecho y juguete con mis pezones y poco más porque alguien estaba abriendo la puerta. Me levanté corriendo, me puse la camiseta y me encontré de frente con Marta.

  • Pero tío, qué haces aquí? - preguntó. Nunca he sabido mentir, pero tenía que salir de allí airoso.

  • Marta, perdona, oí un ruido fuerte y pensé que había pasado algo. - No se lo creyó. Y me preguntó por qué no piqué a la puerta y le respondí que lo había hecho pero que nadie abrió. Se lo creyó menos aun.

  • Marcos, dime la verdad y no le digo nada a Jorge. - Como me pareció cercana decidí sincerarme.

  • Te parecerá un poco asqueroso, pero desde que entré por primera vez en este piso se ha convertido en algo excitante para mí hacerlo a menudo. Oler la ropa interior de Jorge.

No se sorprendió para nada.

  • Bueno, la verdad es que no suena muy limpio, pero cada uno se excita como quiere.

Entonces se acercó a mí.

  • Te pone mi novio? - Si solo fuera tu novio, pensé y mi descaro volvió de golpe.

  • Es evidente que si - contesté.

  • Está buenísimo, sí y encima folla que te cagas.

No sabía si me estaba vacilando pero me la jugué.

  • Encima no me maltrates más! - ella sonrió.

  • No le diré nada a Jorge, no te preocupes, él te aprecia mucho.

  • Gracias - y me marché.

Al rato Marta picó a mi puerta y cuando abrí me mostró el condón. Ahora sí que no tenía excusa.

  • Te olvidaste esto - me dijo. Trague saliva.

  • No hace falta que te diga nada verdad? - le dije.

Ella me miró interesante y me preguntó lo que jamás me esperaría.

  • Marcos, te gustaría hacer un trío? - Marcos di sí antes que se arrepienta, pensé que eso se dice en todos los casos que deseas algo.

  • Déjame un par de días que tantee a Jorge y te aviso.

Los dos días siguientes los pasé super nervioso y excitado, sobretodo no entré a casa de Jorge a escondidas por si me pillaba Marta y se rompía el plan. Y al día siguiente me encontré en la alfombrilla de la entrada unos calzoncillos de Jorge, un condón lleno leche y una nota “esta noche a las diez te esperamos en casa”. Mi cuerpo se estremeció de placer pensando en lo bien que iba a pasarlo esa noche. Elegí la mejor ropa interior. Un slip tanga negro que realzaba aún más mis nalgas. No sé si le excitaría a Jorge, pero quería llevar lo más parecido a una mujer sin parecerlo. A las 10 en punto estaba picando al piso de Jorge con una botella de Rioja y temblando como un niño. Al abrir la puerta me encontré a Jorge en pantalón corto y camisa de lino blanco. Detrás Marta con un vestido gris de algodón que marcaba su figura al máximo. Sostenía una copa de champán. Qué sexy estaba.

  • Adelante - me dio dos besos. El olor de Sauvage era más intenso todavía.

  • Gracias - dije tímido. Y fui a saludar a Marta.

  • Nervioso? - me preguntó ella.

  • Demasiado - respondí.

  • Con lo descarado que eres y ahora te asustas - dijo Jorge.

  • Todo esto es muy raro. Hace dos días conozco a Marta y de repente se convierte en mi genio de la botella para concederme uno de mis mayores deseos sexuales - los dos rieron.

  • Hablando de botella, qué quieres tomar? - me preguntó Jorge.

  • Una copa de vino estaría bien - contesté.

Jorge fue a la cocina y aproveché para interrogar a Marta.

  • No será una trampa? - Marta rio.

  • No soy ninguna tramposa. Esa manera que tienes de mirar a Jorge no es normal y yo hacía tiempo que le proponía a Jorge hacer un trío. Evidentemente él quería otra mujer, así que hicimos un trato. Él buscaría a la mujer más desinhibida y yo al chico. Cuando te pillé el otro día aquí dentro pensé este tío no tiene limites y te lo pregunté. Y aquí estas. Jorge apareció con dos copas de vino.

  • Salud! - y brindamos los tres.

  • Marcos me preguntaba cómo te convencí - dijo Marta.

  • Con esas tetas que tienes - y acto seguido se fue detrás de Marta, bajó los tirantes de su vestido y agarró bien su pecho. Empezó a manosearlas. Si yo tuviera esas tetas haría maravillas, pensé.

  • Te excita tocar a una mujer Marcos?

  • No, pero me excita ver cómo un hombre toca a una mujer.

  • Hace tiempo Marta me dijo que le excitaría verme con otro hombre. Con un gay. Quien mejor que tú? Porque Marta me ha dicho que yo te excito. Que te gusta oler mis calzoncillos, jugar con mis condones… - continuó sobando las tetas de Marta - a mí me excita la idea de gustar a los hombres y me excita mucho más Marta, así que por qué no probarlo - dejó las tetas de Marta y vino hacia mí. - hoy vas a disfrutar de mí. Vas a disfrutar de ver cómo me follo a una mujer. Y seguramente Marta disfrutará viendo como yo te follo. Me descolocó. Cómo imponía esa noche, el hombre despistado y amable que conocía se había convertido en el macho dominante que me gusta.

  • Me dejas de piedra Jorge - le dije - no imaginaba que llegaría hasta aquí. Yo solo me colaba en tu casa para satisfacer mis fantasías, pero jamás imaginaba que se harían realidad.

  • Será la primera vez que lo haga con un tío. Nunca he pasado de masturbarme con los colegas. Pero no sabes cómo me pone esta mujer. No puedo decirle que no a nada. - Los dos miramos a Marta mientras se quitaba el vestido y dejaba su espectacular cuerpo desnudo.

  • Me encanta cuando me sorprende sin bragas. - Y yo me había puesto mi mejor ropa interior. Jorge e hizo un gesto a Marta para que se acercara.

  • Tú has estado con alguna mujer Marcos? - me preguntó.

  • Nunca. Me asustan un poco. - Jorge y Marta rieron y acto seguido él bajo su mano hasta la entrepierna de Marta y frotó bien su coño. Después acercó su mano a mi nariz.

  • Esto te asusta? - el aroma no era desagradable, es más olía bien.

  • Prefiero el olor de unos huevos - le dije.

  • Quieres oler los míos? - me preguntó. Me hizo una señal para que me pusiera de rodillas. Desabrocho su pantalón y lo dejó caer. Tampoco llevaba calzoncillos. Y ahí a pocos centímetros de mi cara su tesoro. Una polla flácida de 12cm aun por descapullar. Es gorda y venosa. Y colgando unos huevos peludos y grandes. Qué maravilla de genitales!

  • Te gustan mis huevos?

  • Y tu polla más!

  • Quieres comértela? - yo afirmé con la cabeza.

  • Aunque habrán reglas - siguió - cuando me hagas algo que no me gusta dejarás de hacerlo. Yo soy el activo. Para los dos - miró a Marta - y esto lo haremos solo una vez. Agarró mi cabeza y la guió hasta su rabo. Yo abrí la boca y me introduje su polla poco, reteniendo cada centímetro de su sabor en mi boca. Cuando llegué al tope jugueteé con mi lengua sin sacarla. Me encanta hacer crecer una polla dentro de mi boca. Notar cómo poco a poco se va endureciendo. Jorge empezó a suspirar echando su cabeza hacia atrás y Marta empezó a besar su cuello y a pellizcar sus pezones. Poco a poco fui sacando la polla de Jorge que ya estaba endurecida. La fui masturbando para ponerla más dura.

  • Qué polla más bonita tienes - le dije mirándolo fijamente a los ojos. Después lamí el capullo con la punta de mi lengua muy rápido y después lo chupé succionando muy fuerte haciendo que la polla vibrara.

  • Joder, qué bien lo haces Marcos, menuda boca - gritó Jorge.

  • Esto no te lo esperabas machote - le dije - aun puede ser mejor. Y cogí la mano de Marta e hice que se agachara junto a mí. Agarré la polla de Jorge y se la metí a Marta en la boca. La tía era una experta mamadora, se la metió hasta el fondo y aguantó ahí como una campeona varios segundos. Después la sacó y me invitó a compartirla. Los dos empezamos una mamada de rabo impresionante. Marta lamia el tronco por un lado y yo por otro, juntándonos en la punta para saborear su capullo. Cuando ella se la metía entera en la boca, yo lamía los cojones peludos de Jorge. Me encantaba hundir mi nariz entre sus pelos y aspirar fuerte su olor a pelotas de macho. Me metía un huevo en la boca y lo saboreaba bien, después el otro. Marta y yo intercambiamos los papeles y era yo el que mamaba el rabo de Jorge mientras ella se comía sus pelotas. No podía creer lo increíble que era Marta en el sexo, parecía una actriz porno. Ambos nos coordinábamos de tal manera que hacíamos sudar a Jorge:

  • Parar parar, qué me corro! - Pero parece ser que Marta y yo pensamos lo mismo y no quisimos parar hasta hacerlo explotar. Y unos segundos después varios chorros de lefa llenaron la boca de Marta y la mía. Ella se lo tragó sin pensárselo. Por supuesto yo hice lo mismo, mientras cerraba los ojos para degustarla mejor. Seguimos chupando hasta dejarla bien limpia. Después nos pusimos de pie y Marta le dio un pico a Jorge.

  • Te ha gustado mi amor? - preguntó Marta

  • Ha sido increíble - resoplo aliviado mientras se echaba todo el pelo sudado hacia atrás marcando mucho más los músculos de sus brazos - qué tal Marcos?

  • Yo? Con ganas de repetir.

  • Aun faltamos nosotros - dijo Marta

  • Si? Qué quieres que te haga? - preguntó Jorge. Después le dio un morreo que casi se la come.

  • Vamos a la cama - sugirió Marta. Y los vi andar de espaldas hacia la habitación. No sé quién de los dos tenía mejor culo. Marta se estiró boca arriba y abrió sus piernas. Ahora parecían más largas aún. Como hipnotizado Jorge fue directo a comerse su coño. Desde mi perspectiva veía a Jorge con el culo medio levantado dejando ver una raja peluda y un ano la mar de apetecible.

  • Desnúdate - me dijo Marta mientras jadeaba y manoseaba sus tetas. Yo me quité la camiseta, el pantalón y me quedé con mi slip tanta. Empecé a sobarme el paquete y a pellizcar mis pezones. Ver cómo Jorge movía su cabeza entre las piernas de Marta y ella no paraba de gemir me puso super cachondo.

  • Qué quieres que te haga? - me preguntó Marta. La pregunta me pilló por sorpresa porque nunca una mujer me ha hecho nada. Y no supe qué decir. Cuando no estoy en la acción soy bastante cortado, pero cuando estoy metido en el juego puedo ser el más guarro.

  • Qué quieres hacerme? - le pregunté.

  • Quiero comerte el culo. Seguro que te encanta.

Esta tía es maravillosa, pensé. Y cuando empecé a bajarme el tanga Marta me dijo que no lo hiciera. Caminé hacia ella y me senté en su cara. Ella me bajó el medio tanga y me dijo que tenia un culo muy bonito. Y empezó a lamer mis nalgas y a mater su lengua en mi raja, buscando mi ano. Qué gustazo. Por un momento olvidé que era una mujer quien me estaba comiendo el culo y me relajé hasta que oí la voz de Jorge.

  • Te gusta cómo te lo come mi chica?

  • Me encanta ufff, es una experta!

Y Jorge volvió a meter su cabeza entre las piernas de Marta. Ahora veía bien cómo le comía el chocho. El tío pasaba su lengua lentamente de abajo a arriba saboreando bien su clítoris, haciendo que Marta me comiera el culo con más intensidad. Yo notaba bien como mi ano se dilataba. Estaba a cien. Cogí de los pelos a Jorge y le le pregunté si le gustaba que le comiera el culo.

  • Me encanta - me dijo mientras se limpiaba con la mano todos los flujos.

Salí de encima de la cara de Marta y me puse detrás del culo de Jorge. Empecé a acariciarlo suavemente con una mano, notando sus nalgas peludas y duras, mientras con la otra mano pellizcaba mis pezones.

  • Comételo - me ordenó Jroge.

El camino hasta su culo se me hizo en cámara lenta. Quería disfrutar ese momento y lo hice todo despacio. Separé sus glúteos y metí mi nariz entremedio, oliendo bien ese aroma a macho. Una mezcla de sudor y culo se mezclaban en mis fosas nasales haciendo que me excitara mucho más. Así estuve un par de minutos. Después saqué mi lengua y empecé a lamer su ano. Lo hacia con movimientos lentos pero intensos, asegurando su sabor en mi boca. Aceleré el movimiento de mi legua sobre su ano haciendo que se estremeciera, y Jorge también. Me encanta comer culos, es lo que más gusta del mundo, es algo que me excita muchísimo, y así excitado como estaba, empecé a meter dos dedos en mi culo, el cual ya estaba dilatado por la comida que me había hecho Marta. Y cuanto más lamía el culo de Jorge más rápido movía los dedos en mi culo.

  • Qué lengua tienes tio, no pares - me animaba Jorge. No pensaba parar hasta que él me lo dijera. Así estuvimos un buen rato.

  • Estás disfrutando? - preguntó Marta a Jorge.

  • Muchísimo - respondió Jorge. - Quieres disfrutar tú?

-Ajá - afirmó Marta. Y acto seguido Jorge se incorporó liberando su culo de mi cara y dejándome huérfano de su olor y sabor.

  • Chúpamela - me ordenó. Aquel plan también me gustaba. Yo me metí por debajo de sus piernas y con su pollón flácido sobre mi cara empecé a chupárselo lentamente hasta que se lo volví a poner tieso. Él se se puso un condón y abrió las pierna de Marta colocando su polla de 20cm en la entrada. Empujando lentamente, la polla fue despareciendo dentro de Marta y comenzó un mete saca fuerte.

  • Así mi amor, fóllame fuerte! - le pedía Marta. Yo estaba que no podía más del calentón y quería participar, pensé en una fantasía que siempre quise cumplir, chupar el culo de un macho mientras está follando. Saborear todo el sudor y olor que va soltando mientras se mueve. Así que me lancé.

  • Hostia tío qué bueno, no pares! - y con su mano hundió mi cabeza más adentro. Ahora sabía más a culo. Mmm no quiero salir de aquí, pensé, pero tenía que respiraras así que me separé de sus nalgas para coger aire y a continuación escupí en su ano para volver a tirarme en esa piscina de placer. Moví mi cabeza rápido a la vez que mi lengua mientras Jorge movía su culo en círculos penetrando a Marta mientras ella se retorcía de gusto.

  • No sé que te está haciendo pero me estás follando como nunca - dijo ella.

  • Yo tampoco sé lo que me está haciendo pero me estoy volviendo loco.

Yo decidí dar un paso y ensalivé mi dedo índice y se lo fui introduciendo poco a poco.

  • Para para, que harás que me corra - me gritó él y dejó de penetrar a Marta. Yo saqué el dedo de su culo y lo me lo chupé.

  • Tienes un culazo para quedarme a vivir en él - Jorge rio. Se tumbó de espaldas y Marta también cayó exhausta.

  • Joder, qué gustazo, no pensé que me lo iba a pasar tan bien con un tío -. Dijo Jorge.

  • Es que yo no soy cualquier tío - le dije mientras le agarraba el pollón para quitarle el condón y hacerle una garganta profunda.

  • Oooh si si qué bueno - gemía Jorge mientras se ponía las manos detrás de la cabeza . Parecía más sexy.

  • Me gustaría ver como te lo follas - propuso Marta. Yo frené la mamada en seco y puse mis ojos como platos.

  • No sé si podré, una boca es una boca, pero un culo… - murmuró Jorge.

  • Pues yo creo que Marcos tiene mejor culo que yo - dijo ella. Y seguidamente se puso a cuatro patas al lado mío mostrando un culo perfecto.

  • Enséñale el tuyo también - me dijo ella. Me daba la vuelta, me quité el tanga y me puse también a cuatro patas. Marta me acarició las nalgas y yo me animé a hacer lo mismo con las suyas. Parecíamos dos zorritas excitando a un tío. Jorge empezó a masturbarse mientras miraba nuestros culos.

  • La verdad es que no hay tanta diferencia. Tienes un auténtico culo de tía, Marcos. - Me encantan esos piropos tan heteros. Marta se giró hacia él y le preguntó si se animaba. Yo me giré a mirarlo y vi en él una mirada de lujuria. Después un condón nuevo y un brote de lubricante y pensé que si se animaba. Se enfundó la polla y puso un poco de gel en el culo de Marta. Poco a poco fue metiéndosela mientras ella se quejaba un poco pero aceptaba con gusto. Esta tía me tenía impresionado, realmente era como un hombre en el sexo. Jorge consiguió meterla toda y empezó a moverse lentamente. Yo miraba la cara de placer de Jorge y pensaba cuando me tocaría a mí y se me hacía el culo agua.

  • Te lo estás pasando bien, campeón? - me preguntó mi vecino.

  • Yo sí - y me pegué una palmada en el culo - pero este se lo quiere pasar mejor.

  • Ponte un poco de lubricante que ahora voy a por ti - me dijo.

  • Tranquilo guapo, que yo lubrico solo. Y empecé a meterme tres dedos mientras Jorge seguía bombeando el culo de Marta. A los pocos m minutos llegó mi turno. Se puso detrás mío, yo separé mis nalgas mostrando mi ano hambriento. Jorge no se lo pensó y poco a poco fue metiendo su polla en mi culo. Estaba pasando. Gemí mientras notaba como el rabo de Jorge se abría paso en mi culo. Cerré los ojos y agradecí al cielo ese momento tan soñado. Mi vecino estaba entrando en mí.

  • Te duele? - me preguntó preocupado.

  • Si me duele me jodo pero este momento no me lo pierdo. Empótrame! - le dije. Y de un golpe me la clavó hasta hacer que mis nalgas rebotaran fuerte contra su pelvis.

  • Se la ha tragado entrea - exclamó Marta.

  • Mucha practica tiene este - rio Jorge.

  • Y que con una polla como la tuya cualquiera no se abre, machote - dije. Jorge empezó a follarme más rápido. Entonces Marta me besó. Metió su lengua hasta mi garganta. Al principio me dio reparo pero me dejé llevar. Me lo estaba pasando en grande. Parece que a Jorge le gustó vernos besar y aceleró las embestidas en mi culo.

  • Seguir besándoos que me voy a correr en vuestras bocas. - Sacó la polla de mi culo, se quitó el condón y nos hizo tumbar boca arriba y juntar nuestras caras. Empezó a bufar mientras se masturbaba y gritando como una bestia empezó a escupir leche sobre nuestras lenguas. Marta y yo seguimos morreándonos mientras recibíamos la leche de Jorge.

  • Buah!!!, me matáis de gusto - dijo Jorge. Yo seguí besando a Marta y compartiendo la leche caliente de Jorge mientras acariciaba su cuerpo suave.

  • Te ha gustado? - me pregunto ella

  • No, nada, no me gustado nada - y rei.

  • Quieres correrte? - me preguntó ella.

  • Claro - respondí - pero córrete tú también. Ella sonrió y bajo su mano hasta su vagina.

  • No, tú no, que lo haga Jorge - le dije. Jorge rápidamente se tumbó a su lado, chupo su mano derecha y la llevó hasta el coñito de Marta. Empezó a restregarlo bien, haciendo que Marta se empezara a retorcer y yo también. Agarré mi polla y empece una masturbación lenta como si estuviera viendo una escena guarra de internet.

  • Ahhhhh, sigue sigue - le pedía ella. Jorge aceleró la paja que le estaba haciendo a Marta mientras me miraba como un macho cabrón de los que son capaces de dar placer a mujeres y hombres. Marta empezó a gritar y arqueo su espalda hasta que todos los flujos de su coño mojaron la mano de Jorge. Él desaceleró el movimiento y yo aceleré el mío hasta que me corrí, disparando toda la leche hacia mi pecho. Los tres caíamos rendidos sobre la cama.

  • Muchas gracias chicos, ha sido brutal.

  • Misión cumplida - dijo Marta.

La historia no se volvió a repetir como dijo Jorge. Yo me mudé de casa y no volví a coincidir con ninguno, pero recuerdo ese momento como uno de los más placenteros de mi vida.