La leche de mi mamá (3)
Historia real, me la enviaron usuarios de esta página para que contara su historia. Un joven y su madre comparten un gran vínculo, uno que muchos han compartido con su madre, pero que solo ellos se animaron a llevarlo a otro nivel.
Antes de empezar hago una aclaración, en el primer relato alguien dice que no se puede quedar embarazada en el período de lactancia y esto no es 100% así. Como todo lo que respecta a la naturaleza del cuerpo humano varía de persona a personas y hay mujeres que ovulan durante el periodo de lactancia y por ende, pueden quedar embarazadas durante este periodo. Ahora sí, empecemos.
Ese fin de semana fue mágico, mamé y fui mamado continuamente, por primera vez en mucho tiempo estaba tranquilo, no había notado lo tensionado que me tenía el vivir excitado. Y al igual que yo me desvivía por la leche de mi madre, al parecer, ella también estaba deseosa de la mía, pero mi madre no paraba de disculparse y decir cosas como “es todo lo que puedo hacer por ahora” no entendía qué quería decir. Esto era más de lo que jamás habría soñado, no creía que existiera un placer mayor al de mamarle las tetas a mi madre mientras ella me masturbaba.
Las semanas transcurrieron, y todos los días en secreto, bebía la leche de los pechos de mi madre al menos dos veces al día, era capaz de faltar a la escuela con tal de beber leche de su suaves pechos. Con toda la estimulación que recibía mi madre de mi parte, sus pezones eran cada vez más grandes, era divertido jugar con ellos en mi boca mientras salía leche de ellos, y mientras lo hacía mi madre me jalaba mi verga, que debido a mi edad, no era difícil que se pusiera dura. Finalmente, en el octavo mes del embarazo de mi madre, tuvo complicaciones y perdió al bebé, eso le afectó mucho, no solo a ella si no que a su relación con mi padre. Por un tiempo todo estaba tenso, y mi madre había vuelto a drenarse los pechos de forma mecánica, no quería preocuparla, pero era difícil mantenerse centrado teniéndola cerca, el solo verla me excitaba, me masturbaba diario, pero no era lo mismo. Para finales de ese mes, mi padre se fue de mi casa, era cerca de diciembre, como habíamos terminado la escuela, quiso llevarnos a nosotros, mis hermanos menores no se pudieron negar, pero yo me quedé, no se bien cual fue el problema, pero él jamás volvería a casa, y no me dolía, él nunca estaba.
Habían pasado ya varias semanas o meses desde la última vez que había probado la leche de mi madre, y creía que jamás iba a probarla otra vez. Mi padre hacía varios días que no aparecía por casa, ni tampoco mis hermanos, hablaba por teléfono con ellos, pero no los veía, mi mamá pasaba parte del tiempo encerrada en su pieza, así que casi no la veía.
Una noche estaba tratando de dormir, tratando de no pensar ni en ella, ni en sus tetas, ni en su leche, cuando sentí ruidos fuera de mi pieza. Me sobresalté, era mi madre, le pregunté si estaba todo bien, y no me contestó, estaba preocupado. Se acercó, se sentó al borde de mi cama y me dijo…
_”Perdón hijo, estuve distante, y no supe acompañarte en este tiempo, agradezco que te hayas quedado, y sos el único hijo que quiero que esté conmigo ahora... “
_”Siempre voy a estar para vos ma. Yo te amo” Quería decirle más, quería decirle lo importante que ella era para mi y que ningún lazo iba a romper el que habíamos formado, pero me interrumpió.
_”Estoy lista para darte todo lo que te mereces hijo, pero quiero escuchar que lo aceptes, quiero saber que vos también lo querés, solo así puedo dartelo”
Asentí con la cabeza, estaba nervioso, había visto mucho porno en mi vida, pero ninguna película te prepara para reaccionar en situaciones con tanta tensión sexual. Debajo de su bata de verano, podía ver como se asomaban sus pechos, podía verlos venosos, bien duros, era obvio que no los había drenado ese día, podía sentir mi verga latiendo, dura y caliente, escuchaba nuestras respiraciones, podía olerla, nunca hasta ese día la había notado con tanto detalle, la miraba nervioso, ella se acomodó al lado mío dejando sus pechos frente a mi cara, se abrió la bata, y podía ver su cuerpo desnudo por primera vez, podía ver sus caderas a contraluz, la silueta era sensual, y con la iluminación tenue que entraba por la ventana, todo parecía mágico, era la suficiente para ver detalles, podía ver su estómago aún un poco hinchado por el embarazo, volví mis ojos a sus tetas, ahora que estaban descubiertas, podía ver como goteaba un poco de leche, se me hizo agua la boca.
_”Ya no aguanto más hijo”
Dijo apurandome, y empecé a mamar, lo hice suave, no quería terminarla rápido, ella por primera vez, empezó a gemir, noté que no me masturbaba, y quise hacerlo yo, pero ella me lo impidió, volviendo a poner mis manos en sus tetas, por primera vez me sentí en la libertad de no solo mamarlas para ayudarla si no por puro placer, así que con mis manos me ayudé para mamarlas juntas, sus dos tetas en mi boca, no había forma de que entraran, pero lo intenté, la aureola de sus pezones eran grandes y sus pezones estaban hinchados y duros, empecé a jugar con mi lengua en ambos, los lamía ya que rebalsaba leche, no hacía falta chuparlos. Pero sentía como mi verga quemaba, ya no podía más.
_”Ya no puedo ma, tocame, necesito que me toques, o voy a explotar…”
Reclamé yo, pero ella me miró, me sonrió, y me apartó de sus pechos, me dejó acostado en la cama, me destapó, me sacó los pantalones, y me vió unos segundos, completamente desnudo. Ella seguía con su bata abierta, de a ratos se veía todo su cuerpo de a ratos no, eso, por alguna razón me excitaba aún más, mi verga estaba que explotaba la sentía latir, y eso me dió una sensación extraña como impotencia por no poder satisfacerme, y me brotaron lágrimas, no estaba triste, solo quería que ella me la chupara, me miró asustada.
_”Qué pasa hijo? No querés esto?”
_”Ya no puedo más, quiero que la chupes”
Se alivió con mi respuesta, se subió sobre mí, tomó mi pene con sus manos, y se sentó sobre él, no había penetración, solo le dió una especie de beso con su vagina, podía sentir su calor y su humedad, era una sensación nueva y me gustaba, empezó a rozarse sobre mi pene, mientras parecía esta cabalgándome…
_”Querés meterla? Querés saber qué se siente meterle tu verga a tu mami?”
Dijo ella, claramente lo estaba disfrutando. Yo poco a poco me dejé llevar por el placer, y asentí con vergüenza.
_”Decimelo”
_”Quiero meterla dentro tuyo”
Contesté con mucha timidez, y bastante abrumado por el placer, ella se acomodó, tomó mi verga en sus manos, estaba toda chorreada en el jugo de mi madre, y la metió lentamente. Yo podía sentir cada movimiento que ella hacía y cómo poco a poco iba entrando, adentro estaba caliente, y eso era una sensación totalmente nueva, una vez que estuvo totalmente dentro, ella se quedó quieta sobre mi, sentía como palpitaba, sentía que me iba a volver loco, se reclinó sobre mi, y puso sus tetas en mi cara.
_”Chupalas, tomate toda la lechita de tu mamí”
Dijo y obedecí, llevé mis manos a sus pechos y comencé a chuparlos, todavía tenían leche, chupaba uno, el otro, y ambos a la vez. En esa posición de a ratos salían chorritos de leche que me caían en la cara, eso se ve que la excitó porque comenzó a moverse, al comienzo era rico, pero controlable, chupaba sus tetas y ella me montaba, pero conforme pasaban los sentones, me fue cada vez más difícil el controlar mis acciones, chupaba, me ahogaba, me caía leche en la cara, sentía que no podía controlar mi motricidad, por suerte la leche se estaba acabando, pero ella seguía, extasiada me miraba fijo, mientras me montaba y empezó a moverse más y más rápido, y sentía como el orgasmo se acercaba, pedí que parara, quería seguir sintiéndola, pero ella no se detuvo. En ese momento el morbo en su rostro me hizo desconocerla, mi madre jamás me desobedece siempre cumplía todos mis caprichos, pero esta vez no, siguió y siguió hasta que finalmente, llegue al orgasmo, ni siquiera se si gemí si dije algo o que, solo recuerdo la cara de esa mujer a quien por mucho tiempo creí reconocer como mi madre, siendo otra persona y luego, con una sensación completamente nueva en el cuerpo y una relajación que no había conocido jamás. Me dormí.
Gracias a los que me leen y me corpanten sus historias. Cuando termine con esta publicaré alguna de las que me mandaron a mi mail.
Si tienen opiniones o comentarios, comenten, o mandenme mail a: urusai.sai@hotmail.com