La lámpara mágica 2ªT (8: sexo & política)

Mmm, parece muy atrayente batir mi pasión política con mi pasión sexual.

Me encuentro hoy martes por la mañana en muy buenas condiciones. Mi tratamiento ayer en el balneario de aguas termales de la ciudad ha tenido buen efecto y estoy en condiciones de casi cualquier cosa. Al ser hoy martes se cumple la 1ª semana del conjuro que me otorgó un duende del bosque la semana pasada, aún me quedan unos 8 días. Con un pasar de manos convirtió mi varonil cuerpo de 30 años, a la misma persona pero en hembra. La misma configuración neuronal pero en cromosoma XX, mujer de 20 años de edad. En estos 7 días he practicado muchas de mis fantasías eróticas, como ser violada, coger en el bosque y... pa qué contaros.

La aventurilla en el monte del domingo me dejó bastante maltrecha, y ayer lunes decidí pasarlo de relax en el balneario. Pero las cosas dieron la vuelta y acabé en los vestuarios enrolándome con una mujer. Estuvo chido yo Sombrera, ex-hombre, mantener con una mujer una nunca vista relación lésbica. Pero me controlé y no fue una relación muy fuerte, por lo que conseguí recuperarme del domingo y hoy vuelvo a estar en pie de guerra.

¿Qué voy a hacer hoy? me pregunto ante el espejo mientras me peino después de la ducha. Aparte del sexo la política también ha sido siempre una de mis grandes pasiones. No creo valer para alcalde ni presidente ni ninguna de estas cosas, porque una personalidad así necesita tener un pasado honorable sin tacha alguna. Y yo... digamos que tengo un buen historial de "antecedentes" que me lo inposibilitan, pues cualquier adversario político sólo tendría que echar una ojeada a mi pasado para desprestigiarme ante el electorado.

Pero mmm, parece muy atrayente batir mi pasión política con mi pasión sexual. Precisamente el actual alcalde de mi ciudad es de izquierdas, y yo no lo trago porque soy de derechas. Mmm, podría mantener una relación sexual con él, y sacar fotos o de alguna manera obtener pruebas físicas de ello, y... publicarlas. Y con ello tirar su grado público de respeto al suelo. Y lo dejaría su mujer, su partido, moción de censura, elecciones anticipadas, evidentemente sale elegido mi candidato. Sí, sí, puedo también con mi cuerpo de mujer prestar un servicio a la sociedad, o más bien a mi partido, ja ja, en fin al bien de mi tierra, según mi opinión.

-Sombrera: se prepara un escándalo político de índole sexual, que va a tirar por el suelo la popularidad del actual mandatario, por fin voy a formar parte de la vida política española.

Veamos, lo primero antes de empezar la batalla es obtener las armas. Vamos a tirar por lo seguro, una cámara de fotos es lo que necesito. Después de almorzar tomo a Rata y con él me encamino a realizar la compra. El trato con el tendero de la tienda fotográfica se alarga un poco porque necesito una cámara muy específica. Al final la encontramos, se trata de un aparejo que puedes programar para que se dispare un foto automática cada minuto. Perfecta, la llevaré escondida en la maleta o la dispondré en algún sitio y ella misma se encargará de obtener las pruebas del delito. De retorno a casa busco el resto del equipo, encuentro en mi escondrijo un conjunto negro elegante pero informal que da la imagen justa de periodista que necesito. Con la ayuda de un cuchillo, aguja y cordel, escondo la cámara en el lado de un viejo maletín. Digno de James Bond, o del profesor Bacterio la verdad sea dicha. Pero bueno, no me enfrento al KGB, nadie va a sospechar de mi y vigilarme, sino que seré una simple periodista que quiere entrevistar al alcalde del pueblo.

-Sombrera: creo que estoy preparada Rata, ¿inspiro alguna sospecha?

Mi perro me hace una mirada de conformidad que me da confianza. Vamos entonces a actuar como una verdadera periodista. Y esto es... para entrevistarme con el alcalde lo primero es solicitar la entrevista, y creo yo que eso no se hace llamando a la puerta de la casa grande, sino llamando por teléfono. Dios quiera que tenga hoy un ratito libre, porque después de preparalo todo...

-tuuuut- -tuuuuut-

-Teléfono: -truth- ¿digamé?

-Sombrera: buenos días, mi nombre es Sombrera y soy periodista. Estoy realizando un artículo para el periódico "el punt" y me gustaría entrevistar al alcalde si pudiera ser.

-Teléfono: a ver, discúlpeme unos instantes.

El teléfono enmudece y yo no puedo más que desear con todas mis fuerzas que me sea concedida la entrevista. Al cabo de un rato la llamada vuelve.

-Teléfono: sí, ¿oiga?

-Sombrera: sí, diga.

-Teléfono: mire que no hay ningún problema, puede usted presentarse esta tarde a partir de las 17:00.

-Sombrera: de acuerdo, así será, hasta luego.

-Teléfono: hasta luego.

La llamada se cuelga y yo grito victoria.

-Sombrera: ¡bieeeeeeeeeeeen!

Casi al instante mi perro aparece alarmado por la puerta, creyendo que se derrumba el mundo, pero ellos incluso huelen la felicidad, y al olérmela lo comprende y se despreocupa. Me tomo unas segundas vacaciones el resto del día, en que hago algunas compras en el mercado, limpio casa y paseo un rato con el perro. Cuando veo en el reloj que son las 17 ya estoy preparada, vestida, con maleta, aprendidas las instrucciones de la cámara y hubiendo compuesto un esbozo de la entrevista que le haré al alcalde. Entonces me encamino al ayuntamiento. Al llegar a él me presento como Sombrera periodista del periódico "el punt" y me dan vía libre ipso facto. Siguiendo las indicaciones consigo encontrar el "despacho oval", nada más entrar veo sentado en su mesa esa figura que hasta entonces sólo había visto en fotos, el alcalde.

-Sombrera: buenos días.

-Alcalde: buenos días.

-Sombrera: soy Sombrera, periodista de "el punt" . ¿Le han informado sobre mi deseo de hacerle una entrevista?

-Alcalde: sí, estoy informado, puedes sentarte.

Me siento ante él y abro mi maleta para sacar el esbozo de entrevista redactado. También enciendo la cámara para que empieze ella a hacer su personal reportaje. Coloco la maleta con premeditación y alevosía en un extremo de la mesa apuntando el lado en que está él, pues será seguramente en el que se desarrollará la acción.

-Sombrera: empezemos. ¿Cuál es el balance de su segundo año de gobierno señor alcalde?

-Alcalde: bien, pues, tuvimos que invertir mucho sacrificio, pero logramos todas las metas. Al final de este segundo año me siento tranquilo porque las cosas están avanzando hacia la dirección correcta, hacia lo que yo pretendo con este municipio. Hemos logrado avanzar en lo que tiene que ver con el saneamiento básico, el patrimonio cult...

Mientras se extiende en su respuesta, que dicho sea de paso no va a leer nadie, yo simulo que tomo notas en la libreta. El alcalde es realmento una presa difícil, no puedo sacarme una teta porque me echarían del ayuntamiento por inmoral, ni puedo, en fin, que me tengo que esmerar bien para tentarle. Es por eso que como aquel que no quiere la cosa, en uno de mis cambios de posición alargo una pierna y la coloco a tocar de la suya. Pero para distraerle de tal maniobra le vuelvo a hacer un comentario en el mismo momento.

-Sombrera: ¿y cualos cree usted que son los errores del pasado ejecutivo?

-Alcalde: ups, esto, pues, pues muchos sin duda. Por ejemplo la reordenación urbana que afecta la principal vía de acceso...

Maniobra ejecutada con éxito. Su mente no se ha dado cuenta, o ha olvidado instantaneamente que se está tocando conmigo. Ahora su mente pierde cuidado de su cuerpo que a marchas forzadas se irá excitando desde muy adentro.

-Sombrera: están sus palabras repletas de razón señor alcalde. Este es un comentario personal que no tiene nada que ver con la entrevista, pero le confieso que soy su admiradora.

-Alcalde: uy chiquilla, mi misión no es ser un ídolo de la adolescencia, sino governar el pueblo con juicio y...

La presa se está acercando, toma confianza. En otro de mis cambios de posición me desabrocho rapidamente un par de botones de la camisa, para que el alcalde crea que, de pronto, la persona que tenía delante ha cambiado en algo, sin saber qué.

-Alcalde: y la concesión de susosdichos terrenos para la edificación del centro deportivo ha creado gran contrariedad entre los mismos miembros del partido porque unos...

-Sombrera: sí, sí, siga...

Le digo con una voz melosa de la que sólo es consciente su "corazón". Nuestro contacto en la pierna se ha ido intensificando por turnos. De un simple y estático contacto este se ha desplazado, y al son de su discurso le he ido acariciando. De vez en cuando se le escapa algún tartamudeo y eso me indica de que comienza a estar indefenso. Cuando veo que no podrá oponer resistencia me levanto y camino hasta la ventana, tras de él. Le hago otra pregunta con la voz más encantadora que me sale y espero a ver que, dudando un momento, se dispone a responder.

-Alcalde: pues sí, la gestión de tal evento...

No puede peró responder lo que quería, porque interrumpiéndole le meto la lengua en la oreja.

-Alcalde: ...tal evento... uuuuh.

Le he dado un susto de muerte. De sus más internas neuronas estaba deseando esto, pero su consciencia externa no se lo esperaba sin duda, y aún no da crédito a sus orejas. Que sienten viciosas como mi lengua se las limpia, a la vez que el que ya estaba entumecido pene dentro de sus pantalones, se dispara hacia adelante y se engrosa cual calabacín.

-Alcalde: dios hija, no me lo esperaba, mm.

Mi boca se ha ido desplazando desde su oreja y ahora nos besamos. Conmigo derecha ante él, que está sentado aún en la silla. Yo soy en esta relación quien lleva la iniciativa, por lo que ardiente de sexo me arrodillo y le mamo la verga. Él sigue preso de mi embrujo y me toma de la cabeza, dándo a la cámara escondida algo que valdrá millones. Cuando lo tengo suficientemente mamado me bajo las bragas y sin moverlo de la silla lo monto.

-Alcalde: ooh, ooh, ooh, ooh.

Qué curioso, en la mayoría de relaciones soy yo la que gime, pero ahora es él que esclavo mío no puede callar su boca por norma politicamente correcta.

-Alcalde: joder chiquilla, ¿de verdad que me admiras tanto?

-Sombrera: ooh, síííí, oooh, oooh, es usted, ooh, ooh, mi ídolo, oooh, oooh.

Lo sigo botanto un rato, hasta que el alcalde se anima y parece entregar su alma al pecado. Me levanta y recostándome en la mesa me la vuelve a meter ahora como perra. Yo quedo mirando justo a mi maleta/cámara escondida, por lo que sonrío a ella, para quedar bien en las fotos que serán publicadas dentro de poco.

-Sombrera: oooh, oooh, así mi señor, oooh, ¡así mi rey! ooh, oooh.

-Alcalde: sssht, no grites tanto, inmagínate que nos descubren.

-Sombrera: uy sí perdone, dios no lo quiera.

Así es que "contento y engañado" el rey me sigue metiendo un buen rato. El vicio va a más, por lo que cogemos desde la inicial silla, hasta apollada en la mesa, y hasta con el alcalde estirado en la mesa y yo botando encima de él.

-Sombrera: aah, aah, me va a quedar una entrevista, aah, aah, de rechupete, aah, aah.

-Alcalde: ja ja ja.

La inspiración periodística peró se nos acaba a los dos, el rey me dice que se va a correr y yo me levanto para comérmelo y no quede nada sucio. Sin dejar ni una gota me bebo toda la leche, pero como él está encima la mesa, se la mamo hasta que se le desincha, para quedar bien en las fotos.

-Alcalde: buf, buf. Bueno, esto.. la entrevista.. ¿necesitas hacerme más preguntas?

-Sombrera: pues sí, una más tan sólo.

Nos arreglamos bien y cuando estamos listos reanudamos la entrevista.

-Sombrera: ¿confía usted en que el electorado le siga prestando su apoyo en el próximo referendum?

-Alcalde: pues... sí, yo confío en que si desarrollamos mi equipo y yo esta legislatura sin incidente alguno, el electorado no perderá confianza en nosotros y prolongaremos mi alcaldía para el beneficio de todos.

-Sombrera: bien pues, muchas gracias por su atención. Yo me despido de usted y sepa que su entrevista va a ser publicada en unos... diez días. Ya será informado por nuestro periódico el día de los hechos.