La lámpara mágica (08: Rata, mi perro)

-Sombrera: no sabes lo que te espera chucho feo, ja ja ja, ¡lo vas a pasar de maravilla!

Ningún sonido me despierta, simplemente es mi propia mente que sabe bien que hoy es mi último día con tetas y coño, e impaciente me despierta temprano para que aproveche bien las pocas horas que me quedan. Miro el despertador; la alarma está puesta a las 13:00, pero ni tan solo son las 11 que a órdenes de mi consciencia he despertado. "Bien" pienso "si fuera una profesora o una madre o una policía, pues podría pensarme alguna estrategema para desobedecerla" "Pero es mi propia mente la que me despierta, y yo misma la que lo he querido así" "Pues vamos a ser obedientes, le daré lo que quiere...."

No me saco el pijama pues para lo que quiero hacer no necesito salir de casa. Primero planeémoslo, quiero aprovechar este último día y quiero practicar la "famosa" zoofilia. Y para ello qué mejor que mi perro Rata, que estará dumiendo en el sofá. Bueno, pienso, quizá sí que mejor ponerme un chándal para sacarlo 10 minutos para que haga sus meadas. No es cuestión de que se me mee dentro je je. Lo dicho, me pongo un chándal y lo llevo un ratito para dar 4 vueltas.

-Sombrera: no sabes lo que te espera chucho feo. Ja ja ja, ¡lo vas a pasar de maravilla!

Él, como siempre que le digo algo, ni tan solo me mira interrogante. Sino que sigue con sus movidas de oler mierdas que hay en el suelo y masticar nunca sabré qué cosas que se encuentra pegadas al asfalto. Cuando lo tengo satisfecho, me vuelvo a casa mientras voy atando cabos de los planes que tengo dibujados. He oído unas cuantas historias de zoofilia, pero trataré de olvidarlas, lo haré como me parezca a mi. Una vez en casa me dedico a preparar el que será nuestro lecho nupcial. Ni una cama, ni un sofá, ni ninguna pijada. Simplemente pego con cinta adesiva, 4 grandes toallas al suelo del salón, que harán de alfombra y que consigo cubrir practicamente todo el previamente despejado suelo.

Ahora es cuestión de excitarlo...¿pero cómo? no quiero de buenas a primeras empezarle a mamar la polla. Conmigo tan desnuda como él, lo acerco al centro del alfombrado y lo sujeto bien para ver si se me ocurre algo. Le enseño mis tetas y le digo "come, come" pero sin resultado. "¡Come capullo!" ja ja, pero nada, le he pegado como un millón de ostias en la vida y no creo que este sea el sistema para que me folle. Entonces tendré que usar la premeditación. Mmmm podría untarme una golosina en el cuerpo, y él me empezará a lamer, y quizá yo me excito, y él huele mi excitación; se excita ¡y ya lo tengo en el bote!

Sí, voy a hacer eso. Tomo un tubo de leche condensada de la nevera, y estirándome en la alfombra, me lo unto un poco por las tetillas. Se lo enseño e inmediatamente me las empieza a lamer. Mmmmm que rico sabe con lo rasposa que tiene la lengua. Parece como si tuviese la lengua de piel de rinoceronte. Mientras me lame lo noto que se va excitando pues pone la misma cara que cuando huele por la calle una meada de perra; se pone como nervioso y pone también una cara muy característica; como si sonriera :D.

-Sombrera: ¡tranquilo capullo! que no me la vas a meter en un tris tras, vamos a hacerlo romántico :DDDD.

Mientras me lamía las tetas me he incorporado, y conmigo sentada él me sigue lamiendo toda yo. Yo alargo el brazo para palpar a ver si está empalmado ya. Se le nota ya una cosita pequeña, no es como el más grande ciruelo que me ha follado esta semana, pero creo que va a dar su uso. Yo me agacho bajo él y antes de comérsela le admiro un poco la polla.

Es bastante diferente a la humana, no tiene capullo sino que digamos que es todo un capullo alargado. En el fondo es un capullo que sale de la polla en si, pero como esta es muy peluda da esa sensación. Me lo meto en la boca y lo saboreo un rato. Conozco entonces (como conocí haze años el sabor del beso, o haze una semana el sabor de polla humana) el sabor de la polla canina. Que no os voy a explicar porque como dicen "una imágen vale mil palabras" y "un sabor vale dos mil"

Él tiene el vital impulso de empujar la cadera y meter para dentro. Pero como no es, digamos monstruosa, la poronga, no me ahoga.

-Sombrera: bien romeo mío, parece que ya estás excitado. Pero te repito que no te lo voy a poner fácil, vas a tener que ganarte tu premio.

Se la suelto y a 4 patas como él, empiezo a comportarme como si fuera un perra, oliéndole y dándole vueltas alrededor. Él me sigue lamiendo lo que puede. To loco me lame cualquier cacho de piel que se le pone al alcanze, e incluso me da algún beso en la boca "con lengua". De la misma manera que adquirí hace una semana, los haceres propios de una chica. Ahora trato de pensar como si fuera una perra, y claro, después de tantos años observando sus jugares con ellas, más o menos me sale bien.

-Sombrera: ¡ya tienes permiso!

Ahora dejo que se sitúe tras de mi y noto como me encabrita.

Me toma con sus patas de la cintura e inicia sus intentos de meterla. No acierta a la primera, ni a la segunda, pero haciendo caso al refrán, a la tercera va la vencida. Me la mete toda del tirón sin mucho del romanticismo que buscaba yo.

-Sombrera: ooooooooooh.

Y de la manera que lo vi echar el único polvo de su vida, hace años. Me la mete y remete a un velocidad asombrosa, evidentemente superior a cualquier humano de esta pasada semana.

-Sombrera: oh,oh,oh,oh,oh,oh,oh,oh,oh,oh.

No tiene la polla muy grande, ja ja, pero es eso que dicen "juguetona". La experiencia es totalmente nueva y excitante. Ser cogida a esta velocidad, comparado con las cogidas de esta semana, no es ni mejor ni peor, sino diferente.

-Sombrera: oh,oh,oh,oh,oh,oh,oh,oh,oh,oh.

La cogida no dura mucho. Al cabo de unos minutos noto que está teniendo lo que para ellos es el orgasmo, pues se detiene. Noto al instante como dentro de mi vagina está expulsando semen, y eso me parece como una dulce cosquilla. Rata no se separa de mi en este momento. Ya había oído alguna cosa sobre ello, es más, lo vi yo misma hace años cuando le pegó el polvo a esa perra del huerto. Rata se da la vuelta encima mío y vuelve a quedar en la misma posición que yo, a 4 patas, pero mirando en dirección contraria, y pegados ambos como si estuviésemos pegados del culo.

Aquí en este punto aún tenía una duda. No sabía si mientras los perros están pegados, el macho sigue eyaculando dentro de la vagina de la perra. Esta duda me es confirmada muy dulcemente, pues noto como la pija de Rata está sacando jugo dentro de mi continuamente. La inmobilidad no dura mucho. Al cabo de unos cinco minutos, durante los cuales acabo notando como la leche rezuma de dentro de mi, y se va escurriendo por mis piernas, Rata se consigue separar de mi.

-Sombrera: bien, ¡ya lo tengo todo! he realizado durante esta semana practicamente todos mis deseos ocultos.

Ahora (miro mi reloj) son las 14:00. Quedan unas 4 horas para que el encantamiento retroceda y recupere yo mi masculina forma. Tengo la costumbre de aprovechar las cosas al máximo. ¿Como aprovecho ahora este cuerpo, ahora que están todos mis deseos satisfechos? Mmmm, voy a pasear a Rata por el mismo bosque que nos encontramos al genio hace una semana. Me visto y lo ato y nos largamos de nuevo al mismo bosque en que obtuve mi sueño haze una semana exacta. Una vez allí, lo suelto.

-Sombrera: corre capullo, que te lo has merecido.

Yo, para entretenerme mientras Rata hace sus cazerías. Me subo a un árbol y me dispongo a soñar un poco, arriba, en la inmensidad del nada. Ahí, contemplo el extenso bosque, todo verde. Tan verde como la semana que acabo de pasar. Me regalo un rato pensando en cada una de las ocasiones en que hize el amor con diferentes hombres/seres. Ha sido fabuloso, pero, ¿qué me espera? ¿como proseguirá mi vida después de todo esto? Mi vida laboral seguirá la misma. Mañana volveré al trote como siempre, después de esta semana de vacaciones que solicité urgentemente. Pero ¿y mi vida sentimental? No tengo novia, y es posible que no la tuviera por esta especie de desequilibrio que danzaba dentre de mi cabeza. ¿Qué pasara? fuaaa, tanto da. Seguiré mi vida corriente y lo que sea, será.

Sigo con mis soñares encima del árbol otro largo rato. En esto que miro mi reloj para no despistarme y mis ojos se abren como ostras. ¡Son las 19:00! ¿Entonces no me he reconvertido en hombre? Para verificarlo me pongo las manos en las tetas y aliviado noto que ya no las tengo. Me toco el paquete y noto también que ahora no es plano, sino abultado. "Bien, ya soy el Sombrero de siempre, vamos a bajar". Una vez bajo el árbol, pego un silbido y espero un ratito hasta que vuelve Rata.

-Sombrero: vamos a casa ricura.

Otra vez ato al perro y de regreso a mi casa voy verificando prueba por prueba que vuelvo a ser un hombre. Pues los machos no me miran ansiosos, y como mucho cruzo la mirada con alguna que otra fémina. Llego a casa, y detalles aparte reempiezo el lunes la semana. Y llega otro nuevo més y otras nuevas movidas. Mi vida prosigue pero todo dentro de lo normal. En esto que un día me encuentro un poco mal. Voy a mi médico de cabezera para que me haga una pequeña revisión. Él me toma el pulso, la tensión, me mide, me pesa, me saca sangre. Y me despide diciéndome que vuelva mañana, a ver si ha sacado algo claro. Al día siguiente vuelvo al centro médico. Extrañamente el doctor Buenafuente me recibe con una ámplia sonrisa. Yo empiezo a olerme algo malo. Cierro la puerta, me siento en la silla y él estalla;

-Buenafuente: ¡felicidades señor Sombrero, está usted embarazado!