La Kille (Una nueva amiga)

Soy una chica de Madrid q conoce a una chica en un bar de copas y entablo amistad con ella. Mas tarde decidimos ir a una discoteca un tanto especial...

Soy una chica de Madrid a la que le gusta la juerga y la diversión como a cualquiera de mi edad. Desde hace mucho tiempo siento calentura por mujeres, busque miles de contactos por internet y por anuncios en periodicos pero no me fiaba de nada. No sabes con lo que te vas a encontrar. Y encima como nunca había tenido ningun contacto pues la verdad es que no sabía si en el último momento me echaría para atrás. Hasta que un Sabado me paso algo.

Fue en una disco de Madrid, en uno de los baños del local, estaba sola, frente al espejo, me retocaba el maquillage pensando en todas las mujeres ricas que veía bailar, pensando en esas tetitas saltando en sus bailes, esos tanguitas que se dejan ver bajo esas diminutas minifaldas, cuando de repente entro una chica, bellisima, con unas tetitas enormes, no llevaba sosten porque dejaba ver sus pezones claramente, entro a orinar, lo hizo sin cerrar la puerta, alternaba su mirada en el suelo y al frente. Levanto su falda (estaba sin tanga) vi parar su culito mientras el chorrito de orina caia, se paro y frente al espejo acomodo su minifalda y levanto ligeramente su camiseta, Me había centrado de tal forma en los movimientos de ella que no me percataba que la chica se había dado cuenta de mi pasión por su piel, la mire y me dijo ¿Qué te parece? ....

Me quede mirandola sin saber que contestar. Necesitaba tiempo para pensar una posible respuesta a mi descaro. Así que pregunte. -¿Cómo?

-Nada que he visto que te has fijado en mi camiseta, y como me la he comprado hoy.. ¿Te ha gustado?

-Si mucho.

-La verdad es que por lo que me a costado, ya puede estar bien.

Me miro.

-Yo tengo una blusa como esa. Me encantan las camisas blancas, de echo suelo llevar en muchas ocasiones.

-A mi tambien me gustan mucho. Y tambien suelo llevar. Aunque hoy es una excepción. Para salir de marcha me siento más comoda con una camiseta como la tuya.

-Es más comoda, hace mucho calor en los bares.

Todo esto nos llevo a una larga y distendida conversación que nos entretuvo más de la cuenta, cuando nos dimos cuenta habíamos pasado cerca de una hora. Pensamos en nuestras amigas y salimos del baño despidiendonos con un -ya nos veremos y un -que te lo pases bien.

Volvimos con nuestro respectivos grupos.

Elena que así se llamaba estaba con dos amigas, que eran mucho mas feas que ella. Sus amigas parecían ya agobiadas y no parecían tener muchas ganas de seguir la fiesta. Mientras tanto mi amiga aprovechando mi larga ausencia se había encaramado con un chaval muy guapo que la cortejaba sin darle ningun tipo de tregua. Pude ver que las amigas de Elena hacían gestos ostentosos de querer irse para casa. En esto ella me miro y pidio una pausa a sus amigas. Me miro y se dirijio hacia donde yo me encontraba.

-Hola, perdona que te moleste. ¿Te has quedado sola?

-No, bueno como si lo estubiera. ¿Ves la chica que esta ahí?

-Si

-Es mi amiga pero, creo que dentro de poco lo estare. Así que estoy pensando que me voy a ir para casa

-A mi me pasa algo parecido, Mis amigas ya quieren irse. Y la verdad es que yo tengo ganas de seguir la fiesta. ¿Te importa si me quedo con vosotras?

-No claro que no. No se si estaremos mucho más, pero quedate si quieres.

-Espera un momento

Elena salio disparada como un resorte balanceando su hermoso traser hacía sus amigas. Tras una pequeña charla sus amigas cojierón sus respectivos abrigos y tras despedirse de ella salieron del pub.

-hola de nuevo!. Me quedo con vosotras un poco más

-Como quieras, la verdad es que me estaba aburriendo ya un poco.

En esto mi amiga se hacerco a nosotras y le presente a Elena.

-Oye Susana (me dijo mi amiga), ¿Te importa si me voy con ese chico?. No quiero dejarte sola. Pero es que me ha invitado a su casa. Y la verdad es que tiene un polvazo.

-Si, si que esta bueno. No te preocupes vete con el,

-¿No te enfadas?

-Claro que no. Yo haría lo mismo.

Las dos sonreimos y tras una despedida rapida mi amiga se largo con su conquista.

-Vaya! Nos hemos quedado solas (comento Elena)

-Pues si, y yo me parece que tambien me voy a ir.

-¿Y eso? ¿Ya estas cansada?

-Es que me agobia este tipo de musica, estoy hasta el gorro del Ricky Martin y compañía, me gusta una musica más alternativa.

Elena se quedo pensativa durante un momento y se le alumbro la cara.

-¿Algo aternativo? Si quieres podemos ir a un bar un tanto especial. Nunca he estado pero me han comentado que es muy muy alternativo. Siempre he tenido curiosidad de ir pero mis amigas nunca han querido.

-¿A que bar?

-Creo que se llama Sumiss Killer

-Nunca he oído hablar de él.

-Es pronto, no te gustaría ver algo diferente.

-No se. Suena un poco mal.

-Vaaaa

Su cara pedía un si a gritos y no pude negarme.

Salimos del pub y nos dirijimos a una calle paralela a cojer un taxi. Tardo un poco pero al final lo pillamos. Elena menciono el nombre del bar por que no sabìa en que calle se encontraba. El taxi automáticamente arranco y pronto nos dimos cuenta que el bar estaba fuera de Madrid. Tras un par de kilómetros de una carretera muy mala llegamos a una especie de parking donde había aparcados coches demasiado lujosos. Mercedes, audis y algun que otro deportivo que no conociamos ni la marca.

Tras pagar el taxi a medias nos dirijimos al unico edificio que había alli. Al parecer el garito ocupaba todo el edificio de dos plantas y la verdad es que no era muy pequeño. La entrada era muy lujosa y casi nos dio miedo hasta entrar. Nos miramos y pensamos ¿ya que hemos llegado hasta aquí?. Tras la puerta principal habia una especie de recibidor donde un portero muy bien uniformado nos recibio.

-hola buenas.

-Si son tan amables de seguirme.

Nos llevo hasta una especie de probadores y tras echarnos una ojeada nos pidio que esperaramos y salio por la puerta del fondo. Empezamos a preguntarnos donde nos habíamos metido. Tras unos minutos el uniformado llego con dos cajas de carton algo mas grandes que la de los zapatos y dijo.

-A ver, para usted la 36 y para usted la 39. Si son tan amables de pasar al vestidor y cambiarse, Saquen por favor su ropa y yo les dare un ticket para recogerla cuando salgan.

Quedamos un poco aturdidas y sin mediar palabra entramos cada una a un vestidor. Al abrir la caja pude comprobar que era un uniforme de colegiala compuesto de una minifalda azul una camisa blanca , una corbata de un tono azul mas suave que la falda, unos pequeños calcetines blancos y unos zapatos negros.

-¿ Estan listas?

Pregunto el uniformado. Esta pregunta me indujo a cambiarme rapidamente. Por suerte la corbata consistia en una de estas con el nudo hecho y me fue más fácil ponermela.

Me decidi a salir y alli estaba el uniformado y Elena que vestia ahora igual que yo le estaba dando sus prendas al hombre.

-¡Perfecto!. Si son tan amables de pasar a la recepción les explicarán que deben hacer para entrar a la zona.

Le seguimos hasta una pequeña salita donde esperaba una mujer de unos 30 años elegantemente vestida.

-Muchas gracias Alejandro. Por vuestras caras veo que nunca habíais estado en la killer.

-No ( contestamos)

-Vereís, este es un pub muy serio donde se expresa lo que cada persona lleva dentro. En este bar solo se puede venir en pareja, y la verdad es que normalmente se viene chico-chica. Pero puede que así os lo paseis mejor.

En esto la señora fue hasta una especie de cortina que tras tirar de un cordel de la misma corrio la cortina. Tras ella aperecio una gran puerta de madera muy lujosa.

-Podeís pasar

Abrió la puerta y la musica techno alcanzo nuestro oidos. Timidamente nos dirijimos hacía el interior que por cierto estaba muy oscuro. Y solo pudimos ver dentro cuando nuestros ojos se acostumbraron a la penumbra.

Era una especie de sala de baile con una barra hasta el fondo. No había mucha gente, pero la poca que había nos dimos cuenta que llevaban el mismo uniforme que nosotras.

Los hombres también vestían todos con corbata pero ya con unos pantalones.

Nos pedimos un par de cubatas y empezamos a beber. No hicieron falta mas de dos cubatas para que notaramos que ya llavabamos demasiado alcohol en las venas. Observavamos al resto de la gente y la verdad es que estabamos empezando a escitarnos.

En el fondo, había unos sillones de cuero lujosamente adornados y contemplabamos como dos chicas se daban el lote mientras un caballero mayor les metia mano por donde podía. En la pista de baile la gente bailaba contorsionandose en bailes eroticos dignos de ver.

continuara...