La jovencita caliente

Un día cuando yo iba de camino a mi casa, vi de muy cerca a una jovencita de unos dieciocho años pelirroja, de pelo liso, con labios apetitosos saboreando su gran piruleta.

Me presentare, me llamo Carlos. F. tengo  cuarenta y cinco años, atractivo, alto, moreno, vivo en el norte de España,  divorciado… lo demás de mi vida creo que carece de sentido y lo realmente importante  es que siempre me han gustado las jovencitas  delgaditas, de baja estatura, con senos suaves y medianos, con esos pezones rositas… con ojos grandes y soñadores.

Aquellas jóvenes me gustaban tanto que me hacían disfrutar con tan solo mirarlas, que me hacían sentir en lo más profundo de mí ser, una excitación alucinante que recorría todo mi cuerpo con tan solo rozarlas.

Siempre había deseado estar con una autentica nínfula. En alguna ocasión estuve, disfrute de la enorme belleza de aquellas jovencitas, algunas colegialas, algunas prostitutas, algunas criadas… pero aquellos momentos fueron fugaces, yo deseaba tener siempre a aquella jovencita que me hiciera endurecer y que ella pudiera deslizar sus manitas por mi bragueta siempre que yo lo deseara. Pero no era fácil encontrar a una jovencita así tenía que tener algo muy especial.

Un día cuando yo iba de camino a mi casa, vi de muy cerca a una jovencita de unos dieciocho años pelirroja, de pelo liso, con  labios apetitosos saboreando su gran piruleta. Llevaba un vestidito blanco, por encima de las rodillas, se  le permitía ver su cuerpo juvenil. De repente soplo una ráfaga de viento la joven se agarro el vestido y miro hacia tras ella se percato de que yo la miraba y me sonrío, mi corazón latía en todas direcciones.

La linda chica después de unos instantes se fue rápido hacia el parque y se dirigió hacia un hombre aproximadamente de mi edad, supongo que era su padre. Se sentó al lado de él mientras ella lamia su dulce y los dos comenzaron a reír. Me quede esperando dentro del portal hipnotizado por semejante hembra. Al poco rato se fueron…  mi corazón se desquebrajaba deseaba tenerla aun más cerca, acariciarla, no te vayas por favor…

Estuve toda la noche tumbado en mi cama, hacia riba, pensando en sus senos que deseaba lamer frotar y mordisquear, en esa boca que deseaba que diera lametones a mi pene, deseaba vaciarme sobre la piel de esa nínfula.

Al día siguiente fui a mirar al parque sobre la misma hora, a ver si volvía a ver a aquella nínfula, ¡Fantástico! Estaba sola, esta vez llevaba el cabello trenzado y vestía una blusa de corazones y faldita de volantes. Peinada y vestida así ella parecía mucho más joven.

Me senté cerca de ella en un banco, la jovencita se acerco a mí y se sentó al lado mío se quito las sandalias sacudiéndose la arena, yo empecé a ponerme nervioso, la jovencita se volvió a calzar y seguía moviéndose cerca de mí, ¿Quizás ella me recordaba del otro día? ¿Quería excitarme? Yo tenía que actuar.

-¿Qué? arena en los pies.

-Sí. No debería de venir a los parques con este calzado.

-¿Y qué haces aquí sola? Una jovencita tan guapa como tú. -Ella se sonrojo.

-Me gusta al caer la noche venir a tomar el fresco. A veces me gusta estar sola, quizás no lo esté mucho tiempo y conozca a alguien interesante.

La jovencita bebía a ratos de su botellita de agua y cuando terminaba la dejaba caer jugando en sus piernas. Sin duda me estaba incitando a que estuviera con ella, era la ocasión perfecta, para subirla a mi casa y poder disfrutar de ella, pero ¿Estaría dispuesta a subir a mi casa? Tenía que pensar ya cualquier cosa rápido.

-¿Tienes novio?

No, son tontos los jóvenes que yo conozco.

-¿Me llamas viejo?

-Me refiero a los jóvenes tontos como tú. –Dijo la jovencita soltando una carcajada. Después estiro la pierna rozando la mía.-Tengo sed la boca me arde. No hay ninguna fuente.

-Bueno hay una tienda cerca de mi casa que cierra tarde si quieres podemos ir a comprar un refresco.

-Ufff! ¿Enserio? Pues vamos que me muero de sed.

Fuimos caminando hasta la tienda, iba a estar cerrada así tendría la oportunidad de poder subir a la jovencita a mi casa, si ella se dejaba claro.

-Está cerrada, que mal, que sed tengo.

-¿Y ahora qué hacemos?

-No sé pero me muero de sed.

-Bueno pues si quieres  subamos a mi casa y tomamos algo.

-¿A tu casa? Mmmmm no se… Yo no te conozco.

Me asuste de repente, la jovencita frunció el ceño, quizás solo ella estaba jugando y yo había llegado demasiado lejos, trate de cambiar de tema.

-¿Por cierto cómo te llamas?

-Me llamo Lolita.-Dijo la jovencita abriendo los ojos mucho mientras se metía el dedo en la boca.

-¿Quieres que subamos?

-Vale, subamos ¿Tienes hijos?

-Sí un niño de diecinueve  años.

-¡Pues casi los mismos que yo! Yo tengo dieciocho.

Deje que Lolita subiera las escaleras delante de mí, podía verle las braguitas rosadas, que se le metían entre la raja del culito, me estaba endureciendo, al llegar a la puerta de mi casa, me pare y busque nervioso las llaves, Lolita esperaba impaciente detrás de mí, abrí la puerta y me dirigí hacia la cocina y llene la botella de agua, ella bebió apresuradamente.

-Que sed tenia.

-Sí es que hace calor…

-Un poco sí ¿Puedo pasar al baño?

Le indique a la jovencita donde estaba el baño y  se dirigió apresuradamente, tenía que hacer algo para poder tenerla entre mis brazos, saborear el delicioso fruto que hay entre sus piernas… así que me dirigí hacia la puerta del baño estaba entre abierta, pude ver a Lolita con las braguitas bajadas mientras echaba su chorrito, después se puso totalmente de pie limpiándose y vi su coñito, tenía el bello muy cortito, tan jovencita y ya se lo arreglaba, después la jovencita se puso frente al espejo mirándoselo, yo quería tocar ya ese delicioso fruto.

La jovencita se tapo rápidamente y comenzó a lavarse las manos aproveche a entrar y darle una toalla limpia, me acerque me puse tras Lolita la note nerviosa, quizás excitada… Acerque mis pantalones a su culito, y empecé a moverme suavemente, ella me dejaba apretarla, que rica…

-¿Qué haces?-Dijo Lolita un poco sobresaltada. Yo me asuste un poco.-Pero me gusta.

Después ella se dio la vuelta bruscamente y me beso… aquel momento que tanto había deseado se estaba cumpliendo. Me senté en el váter y después a la jovencita en mis rodillas, la tocaba las tetitas, por encima de la blusa, tenía que ir despacio por si acaso se quejaba, aun que era poco probable. Después de un rato la dije que se sentara ella en el váter, Lolita obedecía…la abrí de piernas  y comencé a chuparla por encima de las braguitas, la jovencita empezaba a estremecerse.

-¿Quieres que siga?

-¡Ay! Me gusta mucho…

La notaba muy excitada así q la retire las braguitas hacia un lado y comencé a lamer esos labios jugosos rosaditos tan húmedos, después moví mi lengua en círculos sobre su clítoris y la jovencita gimió muy fuerte, había tenido un orgasmo se la veía muy guarrita gimiendo, después la baje las braguitas y la introduje un dedito por su estrecha vagina se quejo un poco, así que decidí sacárselo.

Tome a la jovencita de mi mano y la lleve hasta mi habitación, la tumbe en la cama, la quite la blusita y vi unos pezones endurecidos comencé a chupárselos y mordisqueárselos ella  movía su cuerpo y suspiraba “Más, más, me encanta” mientras yo suavemente la tocaba su coñito y poco a poca la iba introduciendo un dedito, se iba llenando mi mano de sus juguitos a mi me encantaba, estaba muy excitada decidí desabrocharme mis pantalones y mostrarla mi pene erecto, puse la manita de Lolita en mi pene ella comenzó a menearlo, yo gemía estaba a punto de estallar en aquellos senos tan deliciosos pero me aguantaba, quería penetrarla.

-Que dura esta ¿Lo hago bien así.?

-Sí, muy bien, mi jovencita.

Después de unos minutos la dije que si le apetecía pasarle la lengua a mi pollita, Lolita dijo que le daba vergüenza, así que no insistí mas… la puse a cuatro patas y decidí seguir comiéndola su coñito mientras la metía el dedito, poco a poco fui subiendo mi lengua hacia su otro agujerito, empecé a saborear su culito a meter mi lengua dentro cada vez se iban dilatando mas sus agujeros…de repente ella grito y sintió su segundo orgasmo. Pero yo no la deje escapar la apreté de las caderas y seguí lamiéndola… yo era el hombre más feliz del universo, rápidamente aprovechando su postura y su segundo orgasmo la introduje mi pene en su coñito, ella no se quejaba así que poco a poco la penetraba y desgarraba esa vagina tan húmeda mientras veía su agujerito abierto hmmm  que culito. Cada vez la daba más fuerte y mis huevos chocaban contra su culito redondo y juvenil.

-¡Ay más rápido! Siento lleno mi coño. Me gusta…

Pero después se empezó a quejar Lolita que estaba incomoda así que la tumbe en la cama hacia arriba  con las piernas en mis hombros y empecé a penetrarla ella miraba fijamente como entraba mi polla con los ojos muy abiertos en su coñito que estaba muy empapado, cada vez la penetraba mas fuerte ella no se quejaba, mis huevos embestían su culito y mi polla atravesaba su chochito tan estrechito, estaba a punto de correrme saque el pene  y la dije que me lo meneara fuerte la jovencita obedeció “Mas rápido Lolita, acércame tus tetitas.” restregué mi pene en sus pezones y un chorro de semen salió disparado, yo seguí frotando un rato mas mientras masajeaba las hermosas tetas. Que orgasmo tan alucinante, esa jovencita era un vicio, la limpie rápido con la sabana, pero ella dijo que tenía ganas de más que quería  que la hiciera cosas en su coñito, la cogí en brazos y la senté en un sillón.

-¿Quieres volver a sentir gusto en tu coñito?

-Sí- Dijo tímidamente.

Senté a la jovencita en el sillón y vi sus labios abiertos, comencé a masajeárselo con mis dedos y mientras en su coñito rojo se los introducía la pellizcaba los pezones, ella volvía a sonrojarse… su coño atrapaba mis gruesos dedos, que ganas tenia de verla correrse de que chorreara ese coñito que por cierto era medio virgen, no había sentido esa presión que se siente al romper el himen, pero si sentí mucha dificultad... seguramente habría jugado ella como cuando la mire en el espejo… la pregunte que si quería que la introdujese algo por el culito… ella dijo que sí.

Moje su culo con saliva y saque un vibrador la jovencita miro asombrada pero la dije que sería suavecito… que no se preocupara, se lo puse en la entrada de su culito mientras estimulaba su clítoris con mi lengua, ella gritaba cada vez mas y mas.

-Mételo más adentro. No pares por favor me encanta, follamé el culo.

Yo cada vez la daba más fuerte por detrás ella estaba a punto de correrse pero todavía no, yo quería mucho jugo…así que se lo saque y se lo puse en el clítoris, y con mi mano libre la metía los dedos en ese peludo y gordo coño tan mojado.

Y entre vibraciones y jadeos Lolita contrajo su estomago dando un grito y soltó una gran cantidad de fluidos… relamí sus flujos y esos labios empapados… hasta los bellos de su culito, me encantaba…  seguí frotando con la palma de mi mano ese coño semi velludo y ella de repente dio un salto y avergonzada se fue al baño corriendo… CONTINUARA.