La joven actriz y el adolescente (3)

Julian continua disfrutando del cuerpo de Laura en su propia habitación.

(Los relatos anteriores tienen varios errores de tipeo y ortográficos. Lamentablemente no se pueden editar, pero cuando lo termine publicaré una versión completa y corregida. Gracias por los comentarios)

(Este relato esta publicado bajo la categoría No Consentido pero tiene ingredientes de Dominación y Control Mental. Tambien tiene mucho contenido fantastico y las situaciones narradas son poco realistas y  algo oniricas. Si estos generos no son de tu agrado recomiendo discontinuar la lectura)

Intro y Uno

http://www.todorelatos.com/relato/122031/

Dos, Tres y Cuatro

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Cinco

Sentía que me ahogaba. Incline mi cabeza para un costado para poder respirar. El cuerpo de Julian estaba comprimido contra el mío. No me había sacado la ropa; tenía las calzas bajas hasta la rodilla, las botas puestas y el suéter ligeramente levantado dejando mis caderas disponibles para las manos de mi captor y todo lo que había debajo de ellas a su servicio.

Respira agitada con la boca abierta. Tenía mucho calor. El sudor recorría todo mi cuerpo y la ropa me molestaba. La polla de Julián seguía adentro mio y cualquier ligero movimiento podía hacer que vuelva a correrme. De fondo escuchaba a mi madre jadear en su habitación. Hace por lo menos 5 años que no escuchaba a mis padres hacerlo.

Aguanté esa tortura durante unos minutos. Poco a poco Julián se fue incorporando y salió de adentro mío provocándome un último gemido. No fue muy lejos, sentí que me daba vuelta colocándome boca arriba y comenzó a sacarme las botas, la calza y mi tanga que estaban enredadas a la altura de mi rodilla. Suspire aliviada cuando un poco de aire fresco recorrió mis piernas desnudas.

-Arriba Laurita, no me vas a decir que estas cansada! -Julián hablaba en voz alta. -Por favor, por favor -implore, con una voz que me salio mucho mas sensual de lo que me hubiera gustado. -Ya tuviste lo que querías, ahora andate y dejame en paz. Pero mientras decía esto, ya me había parado y había caminado hacia donde estaba Julián, cerca de la puerta de la habitación que daba al pasillo.

-No tuve todo lo que quería Laurita (cómo me molestaba que me dijera así, aunque pronto encontraría modos más incómodos de llamarme). No pude ver tu cara mientras te corrías, quiero que acabes para mí mirándome a los ojos.

Era increíble la seguridad con que me hablaba. Me había demostrado muchas cosas en las pocas horas que llevábamos juntos. La primera es que no era un niño y que podía follarme y hacerme gritar como cualquier hombre adulto. La segunda es que no tenía forma de negarle nada  y la tercera es que toda la gente que nos rodeaba se comportaba exactamente como Julián quería. Hablaba mirándome fijo a los ojos y mi cuerpo se preparaba para seguir sus órdenes. Estaba muy excitada, y sin embargo no podía entregarme. Me resistía con mi mente y mi cuerpo parecía gozar aún más cuando lo hacía.

Me quito lo que quedaba de ropa y me acorralo contra la puerta de la habitación. -Julian te lo ruego, te lo ruego, porfi, pofi, hago lo que vos quieras, ahhh!!. Volvió a penetrarme, esta vez parados contra la puerta y de frente. Su polla se abría paso haciéndome delirar de placer. Ahí estaba mi amante obligado haciéndome suya otra vez. Mis tetas lo enloquecieron. Comenzó a apretarlas con fuerza, chuparlas, morderlas. Aferraba un solo pecho con sus dos manos y lo apretaba con todos sus dedos mientras su lengua atacaba mis pezones. Los gritos de dolor que sus presión contra mis senos me causaban se ahogaban con los gemidos de placer que la entrada y salida de su polla me regalaban.

Cada una de sus embestidas hacia que mi culo golpear contra la puerta de la habitación que era de madera hueca y el golpe se escuchaba en toda la casa. Cada golpe era acompañado por un gemido desesperado. Era la primera vez que gritaba tan fuerte cuando me follaban. Su dominación era absoluta. Solo podía suplicar pero no esperaba que mis ruegos fueron escuchados.

Cuando sentí que me iba a correr lo mire a los ojos como ordenó y mientras él sujetaba mis pechos con sus dos manos deje escapar mis últimos gemidos hasta que su lengua se abrió paso dentro de mi boca y mis gritos se ahogaron dentro de ese beso obsceno. En eso monento su corrida inundaba mi coño una vez más.

En cuanto me liberó, me deje caer al piso. Me sentía muy avergonzada, mis padres y posiblemente algunos vecinos habían escuchado todo. ¿Qué estarían pensando? ¿Estarían preocupados?

Como si leyera mi mente, Julian me tomo de las manos y me obligo a levantarme. - Pensé en dejarlo para mañana, pero creo que es momento de conocer a tus padres. -Estuviste un poco escandalosa recien y tengo miendo de que se hayan preocupado. Vamos a mostrarles que estas bien.

No sabía qué decir, miré el piso buscando mi ropa, pero Julián ya había abierto la puerta. Me tomo por la cintura con delicadeza pero con firmeza y empezó a arrastrarme a la habitación de mis padres.

Mientras lo acompañaba sumisa, mis quejas eran susurros suaves que no hacían más que excitarlo más. En el pasillo había un espejo. Nos detuvimos un rato frente a él y pude ver que mis pechos estaban llenos de marcas así como mi cuello y parte de mi cara. Su polla seguía firme como cuando me obligó a chupársela en el pasillo de la entrada.

Lo que más me sorprendió sin embargo fue mi cara, en el espejo me veía sonriente y relajada como si estuviera en mi luna de miel.

(continuará)