La Jefa 5

Noelia continúa con su sutil e intensa caza...

La Jefa5

A Noelia el nombre y la cara de Alberto le sonaban muchísimo y en este fin de semana tan “sano” le había dado tiempo para recordar y hacer alguna llamada.

-Hola Damian, quiero que me leas los nombres de los accionistas del club.

-Si claro, inmediatamente.

Damián leyó la lista por teléfono y a Noelia se le aclararon sus dudas.  Ya se sentía más cómoda con la situación, ya que había encontrado una forma de cómo pillarle los huevos  a Alberto

-Gracias Damián me has sido muy útil.

-De nada Señora Noelia, siempre a su orden…

-Si quiero que lleves el lunes a la tienda de lencería “Secretos de Mujer”  todo el “atrezo” para una comida romántica secreta…tú me entiendes…

-Y tanto que te entiendo guapa, que son muchos años sirviéndote…la madame me deben llamar, jajajajajajaja

-Eres lo más, ¡te quiero Pedro!

-¡Eso se lo dirás a todas!

-Si, eso es verdad, pero para ti y para Teresa me sale de dentro…con las demás sale del coño…!jajajajaja!

-Serás perversa! Sabes lo que te digo, que voy a llevar yo mismo ese menú…quiero ver a la nueva presa…

-Es preciosa Pedro…y como me gustan, morena de ojos azules y pelo largo, seria y casada…

-¡Uff Eso promete!

-¡No te olvides de contarme todos los detalles!

-Si, a ti te lo voy a contar…que después se enteran dos personas…campo y pueblo! Que nos conocemos Pedro que nos conocemos….

-¡Víbora ingrata, pero te adoro! No te preocupes que a las 14:30 en punto estará mi chico sirviendo a tu chica…

-No te olvides de la bandejita de fresas con chocolate que te pedí para la agencia, yo estaré ahí a las 8 de la mañana.

-Que si, que no me olvido…

-¡Un beso guapo!

-Otro pa’ ti, ¡hermosa!

El fin de semana había sido intenso. Noelia se pasó el  sábado y el domingo oyendo batallitas de ancianas y comiendo comida sin sal. Mata pasiones total  pero justo lo que necesitaba para sacarse de la mente a Maribel y a Ernesto… Teresa la llamó un par de veces el sábado y le dejó un mensaje pero no le respondió. Su pobre Teresa la conocía como ninguna y sabía que estaba tramando muchas cosas…Lo que no se imaginaba era que parte de esos planes incluía a su maridito…

Alberto se pasó el fin de semana tratando de lograr que Maribel lo perdonara, sin éxito.  La llenó de Flores el sábado, la llevó a cenar a su restaurante favorito, le llenó la cama de pétalos de rosa y le preparó un baño relajante, le compró sus bombones de chocolate favoritos y se los dio en la boca con una copa de Cava y nada.  Su mujer no era la misma, había algo en su mirada que había cambiado.

En apariencia estaba bien, es más, le dijo que no tenía nada que perdonarle…que ella entendía lo que había pasado, pero le advirtió que la próxima vez que se le ocurriera ponerle una mano encima no volvería a verla jamás. Ella, se emocionó con las flores, le encantó el baño, se tomó el cava…pero sus ojos ya no brillaban igual, había una sombra y se le antojaba a el que esa sombra tenía nombre…Noelia Artiach. Tenía el presentimiento de que esa mujer había entrado en su vida para traerle muchos problemas y que este fin de semana raro había sido sólo el principio.  Llegó el lunes y todo parecía normal, cuando bajó a la cocina Maribel le había preparado el desayuno y sonreía hermosa con su taza de café en la mano.

-Buenos días cariño

-Buenos días preciosa, veo que has despertado de buen humor

-Si, un nuevo día es una nueva oportunidad para ser feliz.

-Vaya, qué optimismo un lunes por la mañana

-Así es, ¿Tienes razones para no ser feliz? Porque yo no. Tengo una familia que me quiere, un esposo que me adora y me respeta, un negocio que está siendo un éxito y salud para disfrutar de todo ello.

El que no conociera a Maribel y la escuchara, diría que decía la verdad, pero Alberto que más que conocerla era quien había compartido con ella los últimos 20 años de su vida, sabía que toda esa felicidad y dicha eran superficiales…le daba miedo pensarlo, pero temía que la estabilidad de su matrimonio estaba poniéndose en riesgo.

Mientras tanto Noelia ponía a punto todos los detalles que necesitaba para el encuentro de medio día. Había llegado a la oficina muy temprano para dejar todo lo de papeleo listo y que no le molestasen. Lo único que le faltaba era el maridito…

-A ver Marcos que tampoco es tan difícil, paga a uno de tus secuaces y que le mantengan vigilado, y cuando salga del trabajo con dirección a su casa, le acompañan a dar un largo paseo. Preguntarle si alguien lo espera para comer y háganle que llame a su mujer para que sepa que comerá con unos compañeros. Luego le llevan  a su Spa preferido, le hacen muchas fotos y que disfrute. También quiero una foto de cara y muestras de pelo, huellas, etc. Una vez tengan las muestras y la foto, llevárselos a Lorena que los analice…

-Te estoy enviando la foto por mensaje, se llama Alberto Tomasso.

-Hecho…envíame un mensaje cuando quieres que el paseo termine.

-Listo, adiós.

Teresa y Marina la secretaria llegaron  a la agencia y a Teresa le llamó la atención ver la puerta de la oficina de Noelia abierta. Dejó su bolso en el armario y fue a ver qué hacía Noelia en la agencia tan temprano. Al entrar, se quedó sorprendida con lo que vio…

Noelia estaba completamente desnuda sentada en una silla con el respaldo dado la vuelta, fumándose un cigarro.

-Noelia, estás loca…podía haber entrado Marina…

-No vería nada que no haya visto antes, ¿ella es mujer no?

-Si claro, pero…

-Pero nada…ya debían todos estar acostumbrados a mis excentricidades.  Date la vuelta, dile a Marina que tienes reunión conmigo y que por la salud de su bello cuerpo que no nos moleste.

-Te llamé todo el fin de semana y no me respondiste

-No es el momento para eso, ya te contaré lo que pasa. Ahora te necesito, ve a darle las órdenes del día a Marina, no me hagas esperar más.

-Si Noelia, enseguida vuelvo.

-Cierra la puerta cuando salgas

-OK

Sabía a qué tipo de reunión se refería Noelia y estaba encantada, pero extrañada a la vez. Nunca la había usado en la oficina en horario de trabajo, era extraño pero no se quejaría de nada…

Cuando abrió la puerta de Noelia, se encontró con el paraíso de las velas, perfumes y sexo.  Noelia estaba preciosa desnuda, se acercó a ella y lo primero que hizo fue quitarle el collar. –Hoy quiero a mi niña…Eso puso a Teresa a cien porque para qué se iba a engañar, ella estaba locamente enamorada de Noelia, su Señora, su amante, su amiga, su confidente, su jefa, su todo. Inmediatamente le quitó el collar, la tomó de la mano y se la llevó a la habitación privada de que disponía en la oficina… La cama parecía un santuario, velas dispuestas alrededor, una cubitera y dos copas en la mesilla y Balada para Elisa sonando en la cadena de música. La llevó hasta la cama, la acostó boca abajo y se acostó encima de ella para que sintiera el peso de su cuerpo sobre ella. Quería a su niña, pero su mente siempre tenía que estar clara en cuanto a quién mandaba.  Metió las manos por debajo de su cuerpo y la abrazó con ternura. Su coño quedaba a la altura del culo de Teresa y comenzó a moverse con movimientos sinuosos y sensuales. Sólo bastaron unos cuantos movimientos y Noelia era una fuente de placer.  Comenzó a darle pequeñas mordidas a lo largo de su espalda, hasta llegar al culo donde le separó las nalgas y metió su cara entre ellas para olerla, sentirla…sabía que a Teresa que ella la oliera, la encantaba…demostraba el nivel complicidad que tenían. Sus manos también recorrían el cuerpo de Teresa, pinchaban por aquí, acariciaban por allá…Estaba en la gloria y no quería volver. No sabía el motivo de este arranque de ternura y pasión de Noelia, pero no le importaba, disfrutaría el momento sin más.

Le dio la vuelta con toda la delicadeza del mundo y sin dejar de besarla, lamerla, olerla tocarla… Se puso a su lado boca arriba y se abrió de piernas…  -Necesito que me comas, necesito sentirte dentro, que tu lengua me explore, que me haga enloquecer, que  me consuma…

Teresa se acomodó para cumplir con su gustoso cometido y cuando le vio el coño a Noelia, el suyo se humedeció aún más.  Parecía una rosa en flor, agrandado, rosado, brillante y húmedo, muy húmedo. Con sólo ponerle los dedos encima, Noelia comenzó a saltar…Teresa le separó los labios y se acercó, dejándola que sintiera su aliento caliente sin tocarla.  Esperó cinco segundos y comenzó a chuparla con avidez…estaba deliciosa y a punto de correrse…Con una mano le hizo un poco de presión en el vientre y volvió a la carga con la lengua…no pasaron dos minutos y Noelia le mojaba la cara con un chorro del intenso orgasmo que había tenido. Se separó de ella para limpiarse la cara y Noelia la atrajo hacia si, y le lamió todos sus jugos del rostro para luego besarla y compartir su sabor. Noelia se repuso rápidamente y así cinco veces más…Era suficiente; no quería llegar tan hambrienta donde Maribel, pero ciertamente había dejado lugar para el postre. Noelia besó a Teresa con ternura y se acurrucó con ella un ratito antes de levantarse y ducharse juntas para salir a atender el negocio.

-Gracias mi niña, ha sido espectacular

-Gracias a ti por regalarme todos esos orgasmos, me has alegrado el día.

-Bueno, pues cuando quieras repetimos. Sabes que yo decido cuando tomo a mi perra, pero a mi niña…la quiero siempre.   Se besaron y juguetonas volvieron al trabajo…


A Noelia se le había pasado el tiempo rapidísimo…pero Maribel estaba que se subía por las paredes. Para colmo sólo habían entrado dos clientas a la tienda y las que tenía citadas para la mañana, misteriosamente habían pospuesto la cita para el día siguiente a la misma hora  Encima no le tomó nada de tiempo buscar los conjuntos que le mostraría a la Señora Noelia.  Estaba aburriéndose y divagando cuando a las dos de la tarde ve a un hombre vestido de camarero, entrar  a su tienda, empujando una mesa con ruedas.

-¿Maribel Tomasso?

-Si soy yo, dígame ¿qué significa esto?…

-La Señora Noelia Artiach ha ordenado que traigamos la comida para vuestro disfrute en la privacidad de su tienda y le manda a decir que ella estará aquí en breves momentos.

Esta mujer es una caja de sorpresas, pensó Maribel.  Qué detallista, se acuerda de todo.  El camarero se empleó a fondo poniendo la comida…todo tenía muy buena pinta. Ostras francesas, cóctel de gambas, carpaccio de salmón y de postre espuma de fruta de la pasión al cointreau, regado con un buen cava.  Para el “fashion show” dos copas y una botella de Cardhu…

-Ya veo que han traído la comida

Maribel se dio la vuelta y ahí estaba ella, imponente y hermosa…Se sonrojó de la impresión de sentirla tan cerca sin esperarla tan pronto.

-Si, todo un detalle…no tenía que molestarse, yo habría mandado a comprar algo al bar de enfrente.

-Imposible, yo te estoy robando tu hora de comer en paz y en tu casa lo menos que puedo hacer es asegurarme de que comas algo ligero y sabroso.

-Pues muchas gracias, bueno, ¿Nos sentamos a comer?

-Si claro, estoy hambrienta…


Alberto salía de la oficina de prisa a ver si podía evitar el encuentro entre Maribel y la mujer esa, pero antes de abrir el coche dos pares brazos grandes y musculosos le agarraron por los suyos y a empujones lo metieron en otro coche.  Atónito comenzó a preguntar el por qué de este secuestro…

-¿Qué os pasa? ¿Por qué me habéis secuestrado?

-Tranqui papi, esto no es un secuestro, es un regalo. ¿Alguien te espera para comer?

-¿Y a ti que te importa?

-Me importa más de lo que te imaginas, tengo orden de regresarte sano y salvo a casita y si tienes alguien que te espera para comer, tendrás que llamarle e inventarte una excusa de por qué no vas a ir.

-Me espera mi mujer

-Pues anda, llámala de tu móvil y dile que has quedado para comer con unos colegas que hace tiempo no veías y que te disculpe.  Con la misma, Alberto cumplió la orden tal como le dijeron.

Con mucha clase, pero a la misma vez de una manera muy sensual, Noelia degustaba las exquisiteces que habían traído del restaurante y cada mínimo movimiento era seguido por los ojos de su nueva presa sin perder detalle.  Noelia comía con un gusto y re-gusto que se podría decir que cada bocado la llevaba casi al orgasmo.  Maribel a su vez, se ponía colorada, nerviosa, era incapaz de pasar nada por la garganta, se le cayeron los cubiertos…un manojo de nervios.

-¡Buenoooo! ¡Qué me pasa que estoy tan torpe! Mire como se me han caído los cubiertos, ¿Ahora con qué como?

-¿Ese es tu problema? No pasa nada. En un abrir y cerrar de ojos Noelia estaba dándole la comida en la boca a Maribel. Y ella como una bebé obediente, comía…La mirada de Noelia era tan penetrante que no cabía la más mínima protesta, ella simplemente abrió la boca y se dejó llevar.  En ese ritual casi sexual, suena el teléfono sacándolas del hechizo.

-Dice Maribel medio atontada. Hola Alberto, ¿Qué te pasa?

-Cariño que no como contigo hoy

-¿Pero eso ya lo sabía? Te dije que había quedado con la Señora Artiach para mostrarle unos modelos exclusivos.¿Por qué me interrumpes cuando estoy con una cliente?

-Perdona amor, me he despistado y no me dí cuenta de que ya lo habíamos hablado.

-Ya todo aclarado, te dejo que estoy muy ocupada y se va el tiempo y tengo que abrir la tienda otra vez en nada.  Ciao Alberto

-Ciao cariño. Alberto había notado un leve desprecio en la voz de su mujer, como si realmente lo que estaba haciendo era más importante que el. Los celos lo consumían, sabía que eso era obra de la víbora esa, y el paseo que le estaban dando, también.

Bueno Tomasso, hemos llegado. Cuando le quitaron la venda de los ojos a Alberto por poco le da un infarto en el acto.  Habían llegado nada más y nada menos a el local en donde el y varios socios tenían montado un negocio que además de lucrativo era muy gratificante a nivel físico cada vez que alguno de ellos estaba “estresado”.

-¿Para qué me traéis aquí?

-Es tu negocio ¿no?

-¿Quién os ha dicho eso? Este es el negocio de unos amigos. Yo aquí he venido muy pocas veces.

-Pues a mi no me lo parece.  Aquí tengo la lista de “socios” de esta “compañía y tu nombre figura entre los tres primeros. ¿Cómo explicas eso?

-Eh eh…

-¿Sabes qué? Mejor no digas nada, ya te lo digo yo.  Tu y tus amiguitos, les gusta mucho el sexo, ¿a quién no?  Pero no tienen huevos para irse de putas, y tampoco les gusta pagar por sexo… Así que pensaron, si ponemos un “Club privado y spa para ejecutivos” podremos tener lo que queremos, no tenemos que pagar, y encima nos hacemos de pasta.  Luego les pasamos el dato a todos los altos cargos que conocemos, y además les cogemos de los huevos porque si algo no va bien…tendremos fotos comprometedoras que les harán doblar las rodillas ante nosotros...los putos amos… ¡Basuras!  Para jugar a esto hay que saber y vosotros no tenéis ni puta idea. Os habéis metido, tú, tus amiguitos y los altos cargos en un tremendo lío por vanidosos y guarros, pasa Albertito, que se te han devuelto las tornas pero luego te lo explico.  Ahora vas a disfrutar un poco de tu puticlub disfrazado de spa.


-Me gusta mucho tomar una copa de whisky de malta después de la comida, sobre todo en ocasiones especiales.  ¿A ti no?

-No soy mucho de beber licores a secas, prefiero los combinados aunque tampoco es que beba mucho.

-Pero me acompañarás, ¿no?

-Por supuesto Señora Artiach, no la dejo beber sola.

Maribel tomó el primer trago y le gustó. No había tomado esa marca de whisky antes y le pareció muy buena.  La verdad es que no se reconocía, todo estaba siendo para ella tan surrealista. Había un aura de sensualidad y sexualidad en el ambiente y eso era algo que no le había pasado con nadie que no fuese su marido, mucho menos con una mujer, pero es que esta mujer tenía algo que le atraía poderosamente.

-Bueno, ahora que ya hemos terminado con la comida, ¿me enseñas esas piezas exclusivas y sexys?

-Si, por su puesto, venga y le muestro.

La dueña de la tienda se dirigía al muestrario cuando Noelia le detuvo.

-Espera, ¿no sería mejor que viera como quedan puestas? A mi me encantaría.

-Es que yo no soy modelo, y soy muy pudorosa

-No lo eres y no sé por qué, ya que tienes un cuerpo que pasaría divinamente por el de una modelo. Y es que es muy diferente comprar una prenda que has visto sobre un cuerpo a una  prenda que sólo la has visto en una caja. Pero tienes razón, estoy pidiendo mucho…es que soy tan perfeccionista…Venga, muéstrame esas prendas.

Maribel, con miedo a perder una buena venta por culpa de su mojigatería, decidió ceder.

-No Señora Artiach, tiene usted razón.  Voy a tomar las prendas que he escogido para usted y bajamos al almacén que ahí tengo una pequeñita sala para cuando no voy a casa a comer y así no me ve nadie de la calle…que ahí si que los tomates parecerían pálidos a mi lado.

Bajaron y Maribel comenzó a desnudarse detrás de un biombo que tenía a modo de separación entre el almacén y la salita.  Noelia se sentó y con la misma se levantó y comenzó a quitarse la ropa ella también. Cuando Maribel salió de detrás del biombo se quedó sorprendida.

-Pero Señora, ¿Qué ha hecho?

-Nada, pensé que te sentirías más cómoda si estábamos en igualdad de condiciones. Y mi ropa interior no tiene nada que envidiarle a tus prendas, ¿o si?

-No para nada, decía mientras miraba a Noelia de arriba abajo y se le hacía un nudo en la garganta.

-Tú tranquila, yo me siento y tú me muestras los modelos.

-Si Señora, contestó más nerviosa aún

Maribel le mostró todos los modelos con mucho pudor al principio pero luego se fue soltando.  Noelia Cada prenda decía que le gustaba más que la anterior y anunciaba alegremente que la compraría. Al salir con la última prenda Maribel entendió o cree haber entendido lo que allí estaba pasando. Se sentó en la alfombrilla al lado de Noelia y mirándola seriamente le dijo:

-¿Por qué ha hecho esto? Mejor dicho, ¿por qué me ha hecho esto?

-¿Y qué es lo que se supone que te he hecho?

-Hacerme modelarle estas prendas sabiendo que las iba a comprar de todas maneras porque lo que realmente quería era ver mi cuerpo, ponerme nerviosa, darse cuenta de si yo respondo a su sutil pero intensa casería que ha montado desde que me conoció.

-Vaya, dice el juez ¿Cómo se declara la acusada? Y contesta la acusada…Culpable… Pero tengo una explicación para todo esto. Mírate dónde estás sentada, ¿por qué te has sentado en el suelo habiendo espacio en el mueble? ¿Por qué me tratas de usted sin tutearme ni una sola vez? ¿Por qué accedes a todo lo que te he pedido aunque haya algo dentro de ti que se resista?

-Yo…

-No me contestes, no he terminado.  ¿Conoces la Dominación-sumisión?

-¿El sadomasoquismo?

-No, ahí estás entrando en temas más profundos.

-¿Te has sentido sumisa alguna vez?

-Nunca

-¿Y cómo entonces respondes a las preguntas que te he hecho antes?

-No lo sé, no tengo ni idea.  Lo cierto es que desde que la conocí he cambiado y es cierto que a usted la trato muy diferente que a las demás personas. Además siento algo hacia usted que no puedo explicar,  que me hace respetarla y no negarme a nada que me pida.

-Maribel, yo comparto mi cama con mujeres, además soy Dominante o una Domina, como quieras llamarle.  Y la gente que estamos en este mundo desarrollamos un olfato increíble para reconocer la sumisión en los demás. Yo no voy a decir que soy una experta captando sumisas y de ti, me atrajo tu belleza y tu estatus de casada. Esa combinación me vuelve loca y si a eso le añadimos sumisión…ya es el no va más.  L@s sumis que no saben que lo son, también tienen ese olfato instintivo pero si no encuentran a la persona adecuada o se pueden meter en muchos problemas o simplemente nunca se dan cuenta de lo que realmente pasa. Tú, eres sumisa y con tus actitudes me lo has demostrado. Dices que yo te he montado una sutil pero intensa casería pero tu has reconocido a la Domina y tu intuición no te ha engañado y además te ha puesto en evidencia.

-Yo no sé si soy sumisa, lo que si está claro es que algo raro me está pasando. Tampoco he estado nunca interesada en mujeres, bueno…en el instituto tuve un rollo con una chica por probarlo, pero no llegó a mayores. Lo cierto es que usted me genera una atracción que puede más que yo y desde que la conocí tengo una lucha interna importante.

-¿Me dejas que te toque?

-¿Qué me va a hacer? Nada que tú no disfrutes o quieras

-¿Por qué me pregunta si es usted la Domina? ¿No se supone que tome lo que se le antoje?

-No, ese es un error de percepción que han extendido l@s gilipollas que se hacen llamar am@s. Si tu no eres mi sumisa, yo te pido permiso.  Cuando ya lo seas…entonces uso lo que es mío y punto.

-Ponte de rodillas delante de mí

-Ahora ata este pañuelo a tu cuello

-Estás hermosa y sólo es un pañuelo lo que llevas al cuello.

-¿Qué llevan las sumisas al cuello?

-El collar que se ganan de sus Am@s

-¿Un collar de perro?

-Si.

-Baja la cabeza mirando al suelo, a mis pies.

-Dame tus manos

Sacó otro pañuelo del bolso y le ató ambas manos. Maribel se sentía muy extraña, era algo que no podía explicar, esa situación la hacía sentir violenta y excitada, sumisa y fiera a la vez.  Noelia se levantó del mueble y le subió la cabeza para que la mirara.  Mientras tanto se fue poniendo sin dejar de mirarle a los ojos. Maribel apenas podía sostener la mirada y cada vez que la bajaba, Noelia hacía un gesto con el cual ella entendía que debía de subir  la mirada nuevamente.  Para ella era inexplicable pero su coño estaba respondiendo de una forma inesperada para ella.  Sus pezones han estado erectos todo el tiempo y su cara no ha dejado de estar colorada.  Cuando Noelia terminó de ponerse la ropa, le ordenó que se levantara y le ayudó a quitarse el conjunto de lencería que llevaba y a ponerse su ropa de calle.  Una vez vestida, Noelia le quitó de las manos el último conjunto que se probó y acercándose la braguita a la cara la olió y se la metió en el bolsillo de la chaqueta. –Huele a perra…y me encantaría educarte, dijo acercándose a ella.

–err…yo no soy una perra.

-¿Ah No? Vale… pero te aseguro que de ahora en adelante no te tocarás o tendrás sexo con tu maridito sin pensar en mí.  Dadas las circunstancias para mí es suficiente, es el equivalente de la orden que les doy a mis perras, no tocarse sin mi permiso, y si, tengo más de una perra…no tendrás exclusividad.

-Ponme todas las piezas que me has modelado en sus respectivas cajas y envíalas a esta dirección. Le pasó su tarjeta de crédito e identificación; cobra por favor…  Subieron la escalerilla, Noelia delante y cuando llegaron arriba esperó con semblante serio que Maribel le cobrara.  –Ah sido un placer hacer negocios contigo…

-Envíame esas prendas lo más pronto posible, o si prefieres mando por ellas.

-No será necesario, mañana se las envío.

Noelia salió de allí con la certeza de que ella misma llevaría las prendas especialmente cuando se diera cuenta de que la tarjeta que le dio tenía la dirección de su casa, no del negocio. Estaba segura que se había quedado picada y que volvería a por más. Lo que no se imaginaba era que Maribel se enfrascaría en una investigación profunda del tema y de lo que le estaba pasando.

-Maribel por favor ¡reacciona! Desde que se fue la Señora Noelia, no he dejado de pensar en todo lo que pasó, todo lo que me dijo, todo lo que sentí. Terminó de poner todos los conjuntos en cajas y volvió a bajar el cierre y se fue abajo con su ordenador portátil. Se sentó en el suelo, al lado de donde se había sentado ella.  Buscó información, fotos, foros, etc.…acerca del tema sumisión, bdsm, perras, collares, vestimenta, comportamiento…una extensa búsqueda. En más de una ocasión hizo el amago de tocarse, pero imaginaba la cara de la Señora Noelia desaprobando su acción y se reprimía de tocarse pero ya no podía más.

-Voy a llevar las prendas hoy mismo a la dirección que me dejó y que pase lo que tenga que pasar. Quiero sentir las sensaciones que describen esta gente que escribe acerca de este tema. Quiero ser una perra, sentirme sucia, menos que nada y en sus manos. Se refrescó un poco y recogió todo y marchó.

Noelia se había ido a su casa directamente, había encendido todas las velas, se había puesto el enterizo de latex, tacones altos negros, labios rojos, pelo recogido…y preparó todos los implementos por si acaso…no sabía lo que haría con ella…tenía tantas ideas, todas buenas…Se preparó un trago de cognac cuando sonó la puerta. Lentamente se dirigió a abrir… -Sabía que vendrías… Es probable que haya nacido otra perra…ya lo veremos…