La isla del porno

Me quedo aislado con una señora en una isla, ¿qué será de mí?

Ayer murió Theresa, era la última mujer, ya sólo quedo yo, no creo que sobreviva mucho, 2 semanas, 3 a lo mejor, la falta de agua y de comida mató a toda mi familia y acabará por matarme a mí, pero...¿lo conseguirá? No lo sé, sólo sé que tengo que salir de aquí, huir, lo más pronto posible, sino correré el mismo destino que Elizabeth y Theresa, la muerte.

Todo ocurrió durante la propagación de un virus, hace 23 años, en el 2020, yo corría para salvarme, no sabía adónde iba a llegar, pero corría, había visto a mis amigos perecer contra el virus, yo era el último de mi grupo, ni siquiera sabía cómo había sobrevivido 3 meses, tenía un ligero sobrepeso, aunque era alto y aquello me beneficiaba para saltar a los árboles donde los contagiados no podían llegar. El virus se propagaba por contacto, no por el aire, si te tocaba alguien contagiado te contagiabas. Sólo se me ocurrió una idea: huir.

Cogí mi barco del puerto, quité el ancla y giré la llave en el contacto. Las aspas giraron en el agua y salí al mar abierto.Vi de reojo una figura en la playa y escuché un grito, los contagiados no podían hablar. Me acerqué silenciosamente a la persona que estaba en la playa. Era una mujer, no la conocía. Era alta, mayor que yo (le calculo unos 32 años, a ojo), cabello castaño y muy bien peinado, piel bronceada, ojos verdes y expresión de enfado o asco, tenía siempre esa expresión, aunque estuviera contenta. Vestía un abrigo largo de color blanco que le llegaba por debajo de las rodillas y unos botines, de su mano colgaba un pequeño bolso. Tenía unos pechos enormes, una 115 le calculo y un culo de infarto. Subió al barco

-Qué cuchitril de barco-dijo

-¿Qué quiere señora?-pregunté yo educadamente

-Soy Elizabeth ¿adónde vas?-preguntó con voz altiva

-A pescar, no te jode-le respondí irónicamente

-No le hable así a una dama-dijo ella girando la cabeza

-Ya comprendo-dije yo

Era una pija, una niña de papá, una de las ricachonas que lo llevan todo a la última moda, que tienen un criado para cada tarea, me daba asco, me arrepentí de haberla invitado a subir

-Vamos, avanza-ordenó ella sentandose en uno de los sillones de cuero que había en la proa

-Sí capitán-dije yo reanudando la marcha

Durante el transcurso del viaje quedó decidido que no me caía bien, era mandona y caprichosa, la vi empolvarse la nariz. Llegó un momento en el que nos quedamos sin combustible y nos quedamos varados en el mar

-¿Has dicho sin combustible?-preguntó ella

-Sí, eso he dicho-respondí yo

-Pues ve a buscarlo-ordenó ella

-A ver, alma de cántaro ¿ dónde puedo conseguir yo combustible en medio del mar?-pregunté yo cansado

-A mí no me hables así-dijo ella

-Te hablo cómo me sale de los cojones, es mi barco, sino te gusta aire-respondí yo

Iba a contestarme cuando miró al frente y meseñaló un montículo que aparecía lejano, mi vista no me había permitido antes. No me quedó otro remedio que lanzarme al agua e intentar empujar, pero no dio resultado

-Tendremos que nadar ¿cómo llevas eso de nadar?-pregunté yo

-Gilipollas, déjame subirme en tu espalda-dijo ella

-¿Por?-pregunté yo

-¿No querrás que me moje?-preguntó ella

-Aquí te quedas, bye bye-dije yo

Comencé a nadar alejandome del barco, pero me arrepentí y regresé sobre mis pasos

-Sube-le dije

Y ahí la tenía, agarrada a mi cuello admirando mi cabello largo y casi pelirrojo mientras yo sentía sus pechos en mi espalda. Mi pene estaba en plena erección, pero ella no lo veía. Tardamos una hora en llegar al montículo, no era más que un entramado de piedras, pero franqueandolas entrabas en una bahía donde se podía observar una frondosa jungla y una playa.

-Ya estamos-dije yo con ella subida a mi espalda intentando ocultar la erección

-Agáchate, no querrás que salte-dijo ella

-No hija, ¿cómo se me ha podido ocurrir que saltes desde 50 cm? Qué cabeza la mía-dije yo agachandome para que ella pudiera bajarse al suelo.

-Bueno, ahora a buscar algo para construir una casa y comida-dijo ella

-Vamos-dije yo

-No, no vamos, vas, yo me quedaré aquí pintandome las uñas, están muy descoloridas-dijo ella sentandose en una roca

-Qué morro-dije yo.

Me alejé de la playa y me refugié tras unos arbustos, me bajé los pantalones y saqué mi miembro, de 18 cm, lo cogí con una mano y mela casqué pensando en esa pequeña hija de puta, tendrá mala hostia y será mandona, pero estaba buenísima. Me corrí dejando manchurrones en las hojas y me metí la polla en los pantalones. Cuando volví con todo lo necesario ella estaba llorando

-¿Qué ha pasado?-pregunté

-Me he quedado sin pintauñas y tengo la uña a medio pintar-lloró ella mostrandome la uña

-Qué pena-dije yo, mujeres...

Esperé sentado en la arena mirando alrededor y descubrí una montaña con una apertura en su base, la niñata no la había visto, no servía para nada. Nos acercamos a la montaña, pero cuando vio que había que subir una pared (¿qué será?¿metro setenta de altura?) se negó a subir la pared

-Tú te lo pierdes-dije yo escalando hasta arriba, era grande ,el interior estaba húmedo y al fondo había un lago natural que no me atrevía a meterme por si no salía, era muy profundo, por fortuna era de agua dulce, tenía techo y agua, me había tocado la lotería.

Mientras tanto mi amiga había vuelto a la playa y se refugiaba bajo una palmera, me tumbé a esperar, no sabía el qué, pero esperé.

Han pasado dos días, el cielo se ve encapotado, ella está histérica, ha venido a la cueva a pedirme ayuda para subir, pero yo paso, cada uno por su cuenta le dije. Tenía conejos y ardillas que había cazado de la jungla y había recolectado bayas silvestres, ella llevaba días sin comer, se había ensuciado sus botas y usaba su abrigo como manta, por debajo del abrigo llevaba una camiseta de lana y unos vaqueros ceñiditos que le marcaban ese culo que tenía. Esa noche llovió, ella lo pasó mal, se mojó y vino a la cueva apedirme ayuda, yo no la dejé al principio, pero me arrepentí y bajé a ayudarla

Cuando subimos se lanzó por la comida, pero le dije que no

-¿Por qué no?-preguntó ella

-Por que me la he ganado yo, me ha costado un esfuerzo para que vengas tú a quitarme la comida-respondí yo

-Tengo hambre-dijo ella

-Paga-dije yo

Ella abrió el bolso que llevaba y sacó su pintauñas vacío y el último modelo de móvil, no tenía nada más

-No tengo con qué pagarte-dijo ella mostrandome el contenido del bolso

-Algo tendrás-dije yo mirandola lascivamente

-Ah no, eso sí que no¿quién te has creído que soy?-preguntó ella

-Pues venga, aire-le dije señalando al exterior

-¿En serio?-preguntó ella

-Sí-respondí yo con una erección de caballo, la ropa mojada se le pegaba a las curvas

-Nadie me ha tocado jamás, mi padre no lo ha consentido ¿y vas a venir tú ahora a violarme?-preguntó ella

-Quien algo quiere, algo da-dije yo señalando la comida y a ella

-Eres un enfermo-dijo ella saliendo de la cueva

No hubo sexo por esa noche, se quedó fuera soportando la lluvia mientras yo dormía en mi cueva. Al día siguiente se acercó a la entrada

-Tengo hambre...acepto-dijo ella

Bajé a por ella y la subí, una vez arriba me dijo

-Nunca me ha tocado nadie

-¿Eres virgen?-pregunté

-Sí, mi padre espera que encuentre al hombre correcto, voy virgen al matrimonio-dijo ella

-Por poco tiempo, lo sabes-dije yo

-Acabemos con esto-dijo ella

Se quitó la camiseta y dejó a la vista un sujetador que se quitó, sus tetas saltaron sobre mis ojos, eran enormes, su pezones se marcaban y estaban erguidos, sensibles al tacto, puse una mano sobre ellas e intenté abarcarla toda, pero no pude, cogí la otra con la otra mano y las estrujé, las manoseé, me desabroché el pantalón

-Tenías hambre ¿no? Cómete esto-dije yo mostrandole mi polla

Ella con esa expresión suya de asco se agachó y tomó mi polla, su mano estaba fría y cuando se la metió en la boca, pfff, maganífico, me había mentido, ella había chupado pollas más de una vez, esa mamada no era de una virgen

-He mamado muchas veces, pero nunca me han penetrado-dijo ella

-¿A quién?-pregunté

-A mi papá sólo, cuando necesitaba dinero se la chupaba, pero no llegábamos a follar, tengo que llegar virgen al matrimonio-respondió ella

-Pues cómo no te cases conmigo, me parece que no vas a hacer caso a tu padre-dije yo acariciando su cabecita, no me había fijado hasta entonces,pero tenía unos pendientes de oro y unos anillos muy bonitos. Se los quité.

Ella siguió mamandome la polla y cuando me corrí no avisé, me corrí directamente en su garganta

-Avisa salvaje-me espetó ella

-Venga, no te quejes tanto-le dije

La cogí en brazos y la senté en una roca plana que sobresalía de la pared, le levanté las piernas y le bajé los pantalones, con dificultad, tenía las bragas sucias de haberlas usado varios días seguidos, cogí de los extremos y las bajé hasta sacarselas por los pies, tenía el chochito depilado, cómo no, pero rasposo por los días sin depilarse, me agaché y se lo lamí, le abrí los labios y pasé los labios por dentro, estaba húmedo.

-Ah, qué placer-dijo ella

-¿Te gusta?-pregunté

-Esto sí-dijo ella

Llegó a un orgasmo y se corrió en mi boca, yo degusté su sabor y lo tragué. Me levanté y ajusté mi polla entre sus piernas

-¿Qué vas a hacer?-preguntó ella

-Tomarme un café, no te jode-respondí yo con ironía

-Cuidado, soy virgen aún-dijo ella

Yo se la metí con cuidado, despacio, para no hacerle mucho daño, despacio, despacio, ella gimió levemente y cuando noté cierta resistencia la miré, ella asintió y rompí la membrana, ella gritó y yo seguí metiendosela hasta que mis huevos chocaron con sus labios

-Sácala-dijo ella

Yo retrocedí, pero volví a metersela cuando había sacado casi toda, empecé el movimiento de mete-saca y ella se golpeó la cabeza con la pared varias veces, pero consiguió mantenerse estable y seguí metiendosela y sacandosela

-Me corro, me corro-dije yo avisando

-Sácala-dijo ella

-¿Por?-pregunté yo

-No quiero quedar embarazada-respondió ella

-Deberías, la humanidad se va a ir a la mierda, hay que seguir haciendo niños-dije yo

-¿Para qué?-preguntó ella

-Para hacer que la humanidad progrese, piensalo-respondí yo

-De acuerdo, haz lo que quieras-dijo ella

No me dio tiempo a contestar, le solté un chorro de lefa espeso en todo el coño que hasta debí de haberlo saturado

-¿Contento?-preguntó ella

-Sí, gracias a esto conseguiremos que la humanidad vaya a mejor-dije yo

-¿A base de incesto?-preguntó ella

-¿Tenemos algún parentesco?-pregunté yo

-No, pero nuestros hijos sí los tendrán-dijo ella

-Mierda, no había caído en eso-dije yo, eso podría ser un problema

-¿Puedo comer ya?-preguntó ella

-Sí, come anda-respondí yo dandole una nalgada

Me senté en la entrada de la cueva mirando al exterior, ¿cuánto tiempo aguantaría?