La Isla Del Placer

Señoras y señores: Bienvenidos a La Isla Del Placer...

ATENCION

-Los hechos aquí descritos o narrados rompen una regla importante del sadomasoquismo: el consentimiento. Además contienen actos de abuso y agresión penada por las leyes de todos los países (hasta donde se). Solo fueron escritos y publicados con el fin de entretener.

-Dichos hechos pertenecen a la ficción, cualquier parecido con la realidad se tratara de pura, mera y llana coincidencia.

-El autor de esta historia

CONDENA

cualquier acto de violencia en contra de cualquier ser humano.

-No seas cabron,

PRACTICA EL SEXO SANO, SEGURO Y CONSENSUADO.

Y si es posible, con amor.

-Este relato es solo para mayores de 21 años, que no sean débiles mentales.

Antes de comenzar:

Este relato es una historia complementaria a la saga de 5 capítulos titulada "Debonaire" publicada por mí en la categoría de "No consentido" de esta misma página (todorelatos.com). Trate de escribirla de manera que pueda ser entendible sin leer dicha saga, pero para aquellos que estén interesados, pueden entrar en mi perfil de autor y leerla.

Otro punto que me gustaría aclarar es que este primer capítulo fue escrito en plan explicativo o introductorio al resto de la saga, por lo que hay poca "acción sexual". Aun así, espero la disfruten. Dicho esto, comencemos:

Preludio

En una habitación oscura, iluminada solo por una pequeña lámpara ubicada sobre una gran mesa de madera redonda, de superficie verde, se encontraban 6 hombres jugando al póker en su modalidad "cinco cerrado" o "draw poker", más otros 4 que los observaban. En el ambiente olía a cigarrillo, a habano, y a licor.

-No voy -Dice uno de ellos, un hombre de tez negra, calvo, de apariencia joven, vestido con una franela negra y unos pantalones de vestir negros también. Tres más le siguen en su decisión de no ir, lanzando las cartas boca abajo sobre la mesa, a excepción de dos, un hombre blanco, corpulento, con su cabello rubio liso y corto engominado, peinado hacia atrás, de ojos azules, muy bien parecido, vestido con una chaqueta gris y una franela blanca, con un jean azul. – Yo apostar diez mil mas –dice en español con un marcado acento norteamericano y una amplia sonrisa, mientras desliza con su mano izquierda una torre de diez fichas negras en cuyas caras se lee perfectamente en letras doradas "1.000" grabadas en relieve. Acto seguido se le queda viendo fijamente a su oponente a los ojos, o mejor dicho a los lentes de sol que lleva puestos, muy parecidos a los de "terminator".

Su contrincante, un hombre de tez blanca, delgado, bastante alto, con el cabello negro, liso, y largo llegándole a la mitad del cuello, vestido con una camisa abotonada manga larga gris, un par de jeans negros cuyo ruedo tapa el par de botas de cuero negras que lleva calzadas, lo observa a través de los lentes durante un par de segundos, y observa como su oponente se rasca la barbilla con su mano libre, la izquierda. Sonríe ligeramente y toma una torre con 10 fichas negras – Igualo tus diez – dice con voz segura mientras coloca las fichas a un lado de la torre de su oponente para luego tomar otra torre de 10 fichas negras y decir mientras las coloca al lado de las otras dos torres – Y subo diez más

El hombre de acento norteamericano se queda perplejo, asustado. Conociendo a su oponente, lo más seguro es que tenga una mano mucho más alta que la suya. Se quedo pensando un par de segundos más, mientras el resto del grupo se queda esperando intrigado el próximo movimiento. – Oh fuck…yo abandonar -dice con un tono de molestia, lanzando las cartas sobre la mesa boca arriba, dejando ver un full (o "full house") de tres reyes y dos 8. Su contrincante sonríe, y con su mano derecha toma las diversas torres de fichas, un total de 50.000 dólares mientras con la izquierda deja ver a todos su mano, que sencillamente consistía en un par de 3. El hombre con acento norteamericano no podía creer que había perdido ante un simple faroleo.

En eso los interrumpe un hombre vestido con una vieja y sucia chaqueta azul, bastante deteriorada, y un par de shorts rojos también deteriorados. Su aspecto dejaba adivinar claramente que era un borracho, y en efecto, en ese estado de ebriedad se encontraba –Hey mushashos, ya hemos ¡Hic! shegado -les dice, sumido en su propia borrachera. Todos se levantan de sus sillas y se disponen a salir de la pequeña estancia, mientras el último ganador se dirige a un rincón de la habitación a cambiar sus fichas por dinero en efectivo con uno de los últimos hombres en salir, que hace las veces de cajero.

-Joder tío, eres el puto amo en este juego, hoy te has llevado nada más y nada menos que 120.000 dolares, y esa última mano fue la mayor y más arriesgada que he visto en mi vida, nunca jugare contigo a esto Sunnyboy, he dicho –le dice el cajero con un marcado acento español al ganador mientras le da el dinero en efectivo. En eso se les acerca otro hombre, vestido con un una camiseta gris y un pantalón deportivo negro y zapatos deportivos del mismo color de los pantalones, con un pequeño vaso de escocés en las rocas. –Che, ¿vos no te has enterado? Ya no le decimos "Sunnyboy", ahora le llamamos "Debonaire" -le dice al español, con un acento argentino.

Hostia! ¿Y eso por que Sunny…perdón, Debonaire? –le pregunta el cajero.

-Es una larga historia brother -Le contesto Debonaire al cajero, con claro acento venido de regiones venezolanas, más exactamente de la región capital.

-Jajaja no te hagas el pelotudo Debonaire, en tu país eres famoso, -le dice sonriente el argentino a Debonaire, para luego dirigirse a su amigo el español - Asturiano, el asunto es que nuestro amigo aquí presente les dio por el orto a los líderes de una de las mafias más peligrosas de su país, levantando el polvo en los medios de comunicación, quienes lo apodaron "Debonaire".

-Joder, vaya historia jajaja ¿y por qué "Debonaire"? –pregunto "Asturiano"

- Es la canción que siempre oigo mientras les doy una pequeña lección de vida a las "pobres" victimas. El hecho es que llevo 3 años haciendo esto, pero ya me canse de hacerlo a delincuentes menores de poca monta, decidí ir a pescar los peces más gordos…Debí saber que los medios saldrían con estupideces, al ser los grandes precisamente gente "importante" -Le contesto Debonaire.

-Pero tío, ¿el Jefazo no se molesto por el polvero que levantaste? Mira que lo correcto para que todo esto funcione bien es mantener un perfil bajo -Dijo Asturiano.

-Por supuesto que se molesto -Le contesta Debonaire al tiempo que van saliendo de la habitación. –Pero al mismo tiempo reconoció que el movimiento no fue malo, la mafia se desarticulo por completo, cosa que no se logra cazando a los pobres imbéciles a lo que ellos controlan o venden sus drogas y demás. Por si fuera poco, la "merca" (Ndr: Diminutivo de mercancía) que le traje esta vez gracias a eso, valdrá mucho la pena jejeje

-Jajaja Espera a ver la que traje yo –Le dice el argentino – traje unos culos que sin duda se le parara la "happy" a más de un octogenario

Los hombres divertidos por el último comentario se dirigen por un estrecho pasillo hasta unas escaleras. Al subirlas, llegan a la superficie de la proa de un enorme barco, estilo crucero. Era un día hermoso, con el cielo azul despejado, y el sol radiante. Una suave brisa marina refrescaba el lugar. No muy a lo lejos se podía divisar una isla no muy grande, con montañas no muy elevadas. Los tres hombres se dirigieron de la proa a la popa, por unos pasillos techados, hablando de menudencias y viendo a muchas de las chicas que se pasean de un lado a otro en Bikini. Al llegar a la popa se encuentran con una enorme piscina, donde unas 90 personas se están dando un buen baño, disfrutando del viaje. En los alrededores, otras 120 personas se encontraban tumbadas al sol. Los tres hombres se dirigieron hasta las barandas ubicadas al borde de la cola del barco.

-¡¡Debonairre!! ¡¡Mi cazador favorrito!! ¿Cómo te ha ido? –se oyó una voz masculina de repente. La pronunciación fuerte de las erres, junto con el acento, no dejaba lugar a dudas de que se trataba de un hombre oriundo de Rusia. Efectivamente al voltear, vieron a un hombre de unos 45 años dirigiéndose hacia ellos. Estaba bastante bien conservado, según dejaba ver en la estancia, vistiendo solo un short. Venía acompañado por una joven mujer rubia, de rostro muy hermoso, con ojos verdes oscuros, y cuerpo infartante, bastante delgado, con unos senos realmente grandes y redondos, operados. Parecían dos balones de futbolito. Se podía adivinar un hermoso culo algo carnoso, bastante proporcionado con su cuerpo. Sus piernas eran largas y hermosas, muy bien contoneadas, llevando al final unos pies sencillamente hermosos. Su piel, blanca y pálida, se adivinaba suave y tersa. Su mirada hipnotizaba a más de uno, Y los tres hombres no eran la excepción. Para colmo de males, la chica iba con un bikini rojo que dejaba muy poco a la imaginación.

- Dobriy vecher, tovarich Vladimir, ¿kak dela? –Le contesto Debonaire. Asturiano y el argentino se le quedaron viendo extrañados, al igual que Vladimir y la hermosa chica.

- Horosho, Tovarich Debonairre, ¿Ty govorish po russki? –Le pregunto Vladimir a Debonaire, dejándolo un poco perdido y extrañado, a juzgar por la expresión de su rostro. –Mmm…La tuya por si acaso -Fue lo único que se le ocurrió a Debonaire contestarle.

–Jajajajaja no te preocupes mi querrido amigo, te seguirre hablando en español -Le dijo muy divertido Vladimir. – Te prresento a Natasha Kovikova, una muy buena amiga de mi hija Ivanka. Es nueva en el ambiente, y me gustarria que fuerras tu el que le dierra un buen tour por la isla, Muéstrale las distintas atrracciones.

-Sera un placer. –Le contesto Debonaire a Vladimir –Pero…Como puedes ver, no hablo ruso

-No te preocupes –Dijo la chica en un perfecto español, aunque aun así se le notaba el acento ruso ligeramente –Yo hablo cuatro idiomas, y logro pronunciar perrfectamente el español…Aunque a veces se me escapa la fuerte pronunciación de las erres

-Vaya vaya, me alegra saberlo –Dijo Debonaire prendado no solo de la belleza de la chica, sino de su hermosa voz.

Pasaron un buen rato hablando entre ellos, aunque Vladimir (cuyo apellido es Popov) no se quedo más de dos minutos, debía retirarse para cerrar un negocio importante con un colega suyo que se encontraba a bordo del barco. Media hora después el barco se encontraba tocando puerto, y a los 20 minutos ya los pasajeros se encontraban desembarcando por una rampa ubicada a un costado del barco, para luego ser todas reunidas (unas 700 personas) en una ubicación no muy lejana al barco, donde los esperaba un hombre de unos 50 años, de cabello canoso, con un cuerpo envidiable para muchos hombres y deseable por muchas chicas.

- Buenos días damas y caballeros. Muchos de los presentes han venido aquí en anteriores eventos y ya me conocen, y les doy la bienvenida una vez más. Las caras nuevas, me presento, soy conocido en este sitio como El Jefe, y verán que habrá valido la pena tanto examen riguroso para poder pertenecer a este selecto grupo de invitados que una vez cada cuatro meses se reúnen en esta paradisiaca isla durante una semana para dar rienda suelta a sus deseos. Espero el viaje de venida les haya sentado bien, así como también espero que todos salgan de aquí plenamente satisfechos, y con deseos de volver pronto. No quiero extenderme dando discursos, no es mi fuerte, así que para concluir, cosa que se que muchos deben estar deseando para ir a buscar el máximo placer, les deseo una muy feliz y placentera estancia. Señoras y señores: bienvenidos a la isla del placer

La Isla Del Placer

Luego de la corta bienvenida, la multitud se disperso, eligiendo distintos destinos. La mayoría tomaron pequeños automóviles para desplazarse a los tres distintos complejos de alojamiento que se encontraban esparcidos por toda la pequeña isla. Debonaire se dirigió a conversar con El Jefe en el momento en que este bajo de la pequeña tarima desde la cual dio el discurso. Iba acompañado de Natasha.

-Debonaire, contigo quería hablar. Vaya, veo que estas muy bien acompañado. –Le dijo El Jefe a Debonaire, admirando a la chica.

-Gracias Jefe, ella es Natasha Kovikova, el señor Popov me encargo que le diera un tour por la isla y mostrarle las distintas atracciones y las reglas. ¿Ya reviso la mercancía que le traje? –Le respondió Debonaire.

-Si, de eso quería hablarte, revise tu contenedor y pude ver que de nuevo no trajiste a ningún macho. Te he dicho en varias ocasiones que aquí también comerciamos con ellos. Eres uno de los mejores cazadores, de hecho, los especímenes que me trajiste en este viaje son de lo mejor que he visto desfilar por acá. Pero no te limites solo a las hembras, tráeme machos también. –Le dijo El Jefe a Debonaire, posando su mano izquierda sobre su hombro derecho, al tiempo que ambos junto con Natasha caminaban hacia uno de los automóviles que quedaban en el lugar. Debonaire se monto en uno, mientras El Jefe le abría la puerta del copiloto a la hermosa chica. –Usted es nueva aquí ¿verdad señorita Kovikova? –le dijo El Jefe a Natasha desde la ventanilla.

-Si señor, soy nueva. El señor Popov me rrecomendó el sitio -le contesto esta.

-Bien, está en muy buenas manos señorita, Debonaire es uno de los mejores cazadores del lugar. Aunque a veces es un verdadero dolor de bolas, le gusta salirse de las reglas, pero ya nos acostumbramos a decir que él sabe lo que hace. Disfrute la estancia. –Le termino de decir El Jefe para luego apartarse del automóvil y ver como la pareja iniciaba la marcha siguiendo por el camino que los sacaba del puerto . – ¿En qué complejo está usted alojada señorita? –Le pregunto Debonaire a Natasha, la cual saco un pequeño papel de su bolso . –Estoy asignada al complejo numero 2. Habitación 603 –dijo la chica tras revisar el papel. – Y por favor, tutéame, y llámame Natasha, o Tasha, como suelen llamarme de cariño.

Siguieron por la carretera hasta encontrar una división de tres caminos. Debonaire tomo la que por señalización iba al complejo numero 2. Luego de un corto viaje, llegaron al sitio. Una hermosa y bastante amplia posada se erigía ante ellos. Debonaire estaciono el auto y se dirigieron a la recepción, donde una mujer cuyo cuerpo se encontraba totalmente cubierto por un fetichista traje de látex negro y brillante, incluyendo su cabeza, les daba la bienvenida, diciendo con la vista al piso –Bienvenidos al complejo numero 2. Mi nombre es cerda lamepies y estoy aquí para servirles en todo lo que a ustedes les plazca.

Natasha se quedo muy sorprendida por tal bienvenida. Debonaire observaba el rostro incrédulo de la hermosa rusa. Al ver que ella no decía nada al estar perpleja, este le dijo a la esclava – Estamos en la habitación 603 -Dicho esto, la chica se dirigió hacia detrás del mostrador de la recepción, y de un gabinete tomo un collar de perra de color rojo con una cadena abrochada. Luego tomo un micrófono y dijo el numero que Debonaire le había dicho. A los pocos segundos una puerta falsa en la estancia se abrió, de la cual salió una mujer de cuerpo hermoso vestida con un muy fetichista traje de sirvienta francesa. La falda solamente le tapaba la mitad del carnoso culo. El top dejaba asomar la mitad inferior de los hermosos pechos operados al aire. El delantal estaba ajustado a sus caderas, aunque tampoco tapaba mucho que se diga. Unas medias de encaje a medio muslo de color negro y unos altísimos zapatos cerrados de tacón terminaban la indumentaria. Su rostro era hermoso, aunque extraño, ya que era totalmente calva, y se encontraba adornado por un anillo en la nariz, a lo toro. En la frente y en la parte de atrás de su cabeza, llevaba tatuado el numero 603.

La chica se puso a 4 patas y la otra que se encontraba vestida de látex le coloco el collar de perra, dándole la cadena a Debonaire, para seguidamente ponerse de rodillas y besar las botas de este y los pies enfundados en un par de cholas playeras de Natasha, quien aun no salía de su sorpresa. Aunque además de sorpresa, al momento de que los labios de la chica se posaron sobre la delicada, suave y tersa piel de sus pies, sintió una sensación extraña, como de placer y de superioridad.

Debonaire con su pie derecho empujo a "cerda lamepies" a un lado de Natasha, para ponerse en marcha a la habitación 603. – Guíanos perra –le ordeno a la chica calva. Esta emprendió la marcha gateando a 4 patas, tal como su entrenamiento le dictaba. Debonaire tomo delicadamente del brazo derecho a Natasha, entrelazando su brazo con el de él y se propusieron a seguir el camino por el que iba la esclava. Salieron de la recepción, por la parte trasera de esta, para llegar a un muy amplio patio, a lo largo del cual se encontraban las habitaciones, que en realidad eran unas mini cabañas, separadas entre sí por un corto espacio. Natasha quedo aun mas asombrada al ver como esta los guiaba a una pequeña carroza de dos puestos, con techo, tironeada por una chica alta, con los senos gigantes, más o menos con la medida de 120 centímetros. En su cabeza llevaba una especie de plumero que le caía hasta la mitad de su espalda. En su boca llevaba una mordaza tipo bocado alargado de cuyas puntas salían unas riendas, las cuales llegaban hasta los asientos de la carroza. Se notaba cierta musculatura en sus brazos y abdomen, así como en sus piernas, las cuales llevaban enfundadas unas botas que llegaban a medio muslo, de látex, pegadas a su piel, tan pegadas que dibujaban perfectamente los músculos desarrollados. Las botas emulaban unas patas de caballo, obligando a la esclava caminar siempre con la punta de sus pies. No tenia tacón alto, la suela completa era de acero, lo que la hacía elevarse y no doblarse por el peso. Su cuerpo estaba rodeado por arneses de cuero. En sus manos sostenía dos vigas que sobresalían de la carroza.

Debonaire tomo a la esclava 603 y la coloco de pie detrás de la carroza. Le subió el top, tomo unas cadenas que estaban ajustadas a la parte trasera del vehículo, y se las abrocho en los anillos que la chica llevaba en sus pezones. Por último, tomo otra cadena y subiéndole el delantal se la ajusto a un anillo ubicado en su clítoris. Acto seguido, le dio una cachetada, únicamente con el propósito de ser cruel, y se dirigió a los asientos. Natasha observo todo atónita, no podía creer lo que había visto hasta ahora. Sin duda, todo lo que le había dicho el señor Popov acerca del lugar, el día que lo descubrió en una pequeña habitación secreta castigando severamente a dos mujeres en el potro de los tormentos, era cierto.

Debonaire se sentó, al lado de Natasha, tomo las riendas de la ponygirl y se pusieron en marcha, haciendo este el típico sonido que se hace para poner en marcha un caballo. La ponygirl rápidamente y sin rechistar inicio el movimiento por el largo camino que tenia a ambos lados las pequeñas cabañas.

-Por lo que veo no esperabas nada de esto -le dijo Debonaire a Natasha, al ver su rostro de sorpresa.

-Debo admitir que no…¿Ellas solo se dejan o qué? –contesto Natasha.

-No se dejan…todas las mujeres y hombres que veras como esclavos en esta isla, alguna vez fueron personas normales. Bueno casi, con normales me refiero a que eran libres. Ahora, que hayan sido unas escorias es otra cosa. La chica pony que nos lleva, por ejemplo, era pederasta. La capture yo, hace un año ya. Opuso muchísima resistencia, pero a la final, logre cumplir mi cometido…Ahora está recibiendo los castigos que debe.

- Interresante -contesto Natasha, con una cierta sensación de "bien hecho" en su interior, al saber ese pequeño detalle de la chica pony. – Veo que tienes mucho tiempo en esto…¿Como empezaste?

-Bueno, hace millones de años –comenzó a decir Debonaire con un tono bastante gracioso en su voz –encontrabame yo tomándome un café en un bar a las 8 de la noche. En el bar había un televisor, y precisamente estaban pasando la noticia de una bandita de ladrones conformada por 2 mujeres y 4 hombres, que asolaba la zona céntrica de la ciudad en la que vivía. Termine de tomar el café, y me fui del sitio. Recién había cobrado por un trabajo que realice, reparando una computadora. No tenía trabajo fijo, vivía de eso, técnico independiente, no ganaba bien, pero al menos me costeaba los gastos de mi pequeño apartamento, al menos hasta conseguir un trabajo fijo de verdad con buena paga. Casi llegando al edificio en el que vivía, fui sorprendido por la banda esta que comentaban en las noticias minutos antes. Me golpearon en la cabeza, haciéndome perder el conocimiento al instante, al menos es lo que recuerdo. Lo siguiente fue despertar en un sitio extraño, y llevarme la gran sorpresa de ver a mis agresores totalmente desnudos, esposados a unas vigas en el techo del lugar. Al poco rato apareció un hombre, bastante corpulento, a pesar de tener unos 50 años, quien me explico quienes eran los tipos de la banda. Me dijo que los pondría "fuera de circulación" y los violo a todos en frente de mí. Yo estaba libre, sin esposas, ni ataduras, pero lo cierto es que no hice nada por ayudarlos. Pensaba igual que ese extraño hombre, quien me dijo que se hacía llamar "Aldebaran". Teníamos el mismo sentimiento de "justicia" por asi decirlo, darles a los ladrones, asesinos, violadores, etc. Una pequeña lección.

-Y así decidiste unirte a él -interrumpió Natasha.

-No…En ese momento debo admitir que fui un poco como muchas personas, nadie quiere ensuciarse las manos. Puede ser por lo arriesgado o porque el sistema judicial tiene la mala manía de hacer pagar a los tontos, o en otras palabras, a los que no ofrecen "ganancias" ¿me captas?

-Mmm ¿sobornos?

-Exacto. Para mi la justicia no es ciega, ella puede ver…solo que se hace la miope cuando le conviene, o sencillamente ve lo que no debe cuando alguien le ofrece un poco de contante y sonante

-Entiendo…¿Cómo viniste a parar aquí entonces? -Pregunto muy curiosa la chica.

-Esa noche algo salió mal…Uno de los tipos, pregúntame como, logro escapar de sus esposas. Sorprendió a "Aldebaran", que se encontraba distraído, por detrás con un tubo, que casi lo dejo inconsciente Ahí entre yo, lo defendí, y lo golpee hasta más no poder. El mismo Aldebaran me detuvo, me dijo que lo necesitaba sano. Al preguntarle por qué, me explico todo sobre esta isla, todo sobre el grupo. Me dijo con cierta gracia que ya estaba para el retiro…Así que al saber todo, pues…me ofrecí para ser un cazador. Por un año fui entrenado por el mismo Aldebaran, en agradecimiento por salvarle la vida. Y bueno, aquí me ves…El se retiro, y yo quede como su sustituto. Toda esta historia suena como a cliché de película ¿no?

- Jajajaja la verdad si -le contesto Natasha. –Cuentame, ¿cómo se orrganizan?

-Bueno, en resumen, estamos divididos en varios grupos: el administrativo, los cuales se encargan de mantener las finanzas del sitio. El grupo informático o de contacto, que está encargado de hallar nuevos clientes, contactarlos y estudiarlos, así como de mantener el contacto con los cazadores. Estos dos grupos se encargan a su vez de mantener el lugar en secreto total. Luego viene el grupo de los vigilantes, encargados de vigilar que todo vaya bien en esta isla. También tenemos a un equipo médico encargado de velar por la salud de todos en la isla, incluyendo a los esclavos. Luego vienen los cazadores, mi grupo. Somos los únicos que pasamos menos tiempo en esta isla, buscamos a los malos, tipo película de Hollywood, y los apresamos y traemos acá para que paguen sus crímenes de por vida. También están los adiestradores, o domadores, como quieras decirles. Ellos se encargan de entrenar a las presas que los cazadores traemos, convertirlos en animalitos obedientes e indefensos para posteriormente venderlos al último grupo: los compradores. A ese grupo perteneces tú…Todos los compradores pasan por un riguroso examen, para estar seguros de que no seremos traicionados. Por lo general son gente de muchos recursos que pueden pagar por los esclavos. También los hay de pocos recursos que si bien no pueden pagar por esclavos nuevos, pueden comerciar con algunos esclavos usados, o pueden venir a la isla y disfrutar de las diversas atracciones y llevarse algún premio, como la cacería de esclavas, o la lotería

-Interresante…¿Cuáles atracciones? –Pegunto la chica, más inmersa aun en la curiosidad por la historia del cazador. – Esas atracciones las veras a medida que vaya pasando la semana…No te preocupes, seré tu guía…- Le contesto Debonaire, al tiempo que dirigía a la ponygirl hacia la orilla del camino, delante de la cabaña 603. Se bajo de la carreta y ayudo luego a Natasha a bajarse, para luego dirigirse hacia la esclava 603 y desabrochar las cadenas que la unían al vehículo.

Los tres se dirigieron a la puerta de la cabaña, mientras la chica pony daba la vuelta para regresar de nuevo a la recepción, junto con sus compañeras, a esperar que alguna persona requiera de sus servicios. Natasha intento abrir la puerta de la cabaña, pero se encontraba cerrada con llave. -¡uy! –Exclamo la chica – No nos dieron llaves ahora que lo rrecuerrdo

-No te preocupes -contesto el cazador –Si nos la dieron, solo que eres nueva y no te diste cuenta -Con cierta sonrisa, se dirigió hacia la esclava 603 quien se tiro en el piso con las piernas bien abiertas mostrando sus genitales de manera obscena y descarada. Debonaire procedió entonces a meter la mano completa hasta la muñeca en el coño de la pobre chica que no pudo evitar gemir y sentir en su cuerpo ciertos movimientos mínimos, reflejos de la invasión vaginal. A los pocos segundos Debonaire saca la mano, trayendo consigo una llave, llena de fluidos de la esclava. La llave se mantiene unida a ella por una larga cadenilla que va a parar al anillo del clítoris. Dicha cadena se encontraba imperceptible a la vista, bien escondida. Debonaire seco su mano y la llave restregándolas en la piel del abdomen de la esclava para acto seguido abrir la puerta y entrar a la cabaña.

La cabaña se veía bastante acogedora y lujosa a pesar de verse pequeña por fuera. Las paredes estaban forradas de madera fina y barnizada, así como el piso. Una cama extramatrimonial con finas sabanas verdes de seda se encontraba en el centro de la pared del fondo. A ambos lados de la cama se encontraban unas mesas de noche con lujosos relojes análogos. En cada mesa se encontraba un teléfono, ya sea para ordenar el servicio a la habitación, o hacer llamadas al exterior, previo pedido a los encargados de las comunicaciones. Ubicada casi en un rincón, se encontraba una pequeña mesa de vidrio redonda, sin sillas.

En la pared derecha se hallaba un mini bar de madera, con un bonito diseño, en cuya superficie se encontraban dispuestas distintas copas de cristal. Además estaba dotado de una pequeña nevera llena de distintas bebidas a conservar en frio, desde finas bebidas alcohólicas hasta jugos y refrescos o sodas. Una lujosa peinadora con pequeños bombillos en el marco del espejo, similar a los que hay en los camerinos de las personas famosas se encontraba en la pared de la izquierda, junto a una puerta que daba al baño.

El baño era de baldosas verde esmeralda, con su respectivo "trono", una ducha, y una bañera o tina en el fondo, la cual tenía encima una regadera que abarcaba toda el área de dicha bañera, con un control de agua para emular desde una suave llovizna hasta un fuerte torrencial con un complejo sistema de desagüe el cual se encontraba en todas las orillas que conformaban el piso con el final de los "asientos", y que permitía llenar la tina y activar el sistema de la regadera al mismo tiempo, sin llegar a inundarse y desbordarse. En una pared de dicha tina se hallaba empotrado un televisor de 22 pulgadas pantalla plana, protegido por un cristal para que el agua no pasara por accidente. Un sofisticado sistema de parlantes permitiría oír lo que se mostraba en el televisor.

Además de todo esto, tanto el baño como la habitación en sí, tenían un sistema de iluminación que permitía controlar la intensidad de la luz, para colocarla tenue o a máxima potencia. La habitación estaba equipada con un televisor 50 pulgadas, también plano, y televisión satelital, además de un blu ray y sistema de audio de 7.1 canales. También estaba equipada la habitación con una laptop y acceso a internet inalámbrico, aunque para usarla había que meter una contraseña, previo pedido de ella al equipo de comunicaciones de la isla. Sin duda, una suite muy lujosa.

Natasha y Debonaire entraron a la cabaña, junto con 603. Natasha impresionada vio todo, ni en los mejores hoteles en los que había estado se veía tanto nivel de lujo. A pesar de ser muchísimo más pequeño que una habitación decente de un hotel 5 estrellas, de los que había recorrido por el mundo tal y como su fortuna se lo permitía, lo cierto era que poco tenía que envidiarles. Pero aun faltaba algo por observar, tal vez la atracción principal de las cabañas: El calabozo.

Debonaire se dirigió al mini bar, y metiendo la mano por debajo de la mesa, presiono un botón bastante bien escondido. Al más puro estilo de las películas, una trampilla se abrió automáticamente en el piso, en una esquina de la habitación. Los tres bajaron las escaleras y Natasha se sorprendió mucho al ver la nueva zona descubierta. Una habitación ligeramente más amplia que el dormitorio, con controles de luz iguales, y con candelabros dispuestos en las paredes se mostraba con un aspecto algo lúgubre. Natasha no pudo evitar cierto sentimiento de pavor al entrar al sitio. Debonaire encendió las luces, poniéndolas algo tenues. Las paredes eran de piedra. Había una mesa en un lado con ciertos instrumentos de tortura, desde pinzas eléctricas hasta látigos de todas las formas y tamaños, pasando por gag rings con púas, paletas de castigo, arneses, cuerdas, cables, alambres de púas, etc. En una esquina se hallaba una mesa inclinada con esposas en cada esquina y una rueda a un lado de esta, un potro de tortura en pocas palabras. En otra esquina se hallaba un cepo. A lo largo de todas las paredes se podían observar esposas calvadas a las paredes, cadenas, y pequeños aros que hacían volar la imaginación. Inclusive en el techo se podían observar estos aros, y algunas esposas guindando.

-¿Y esta habitación? –pregunto la chica, con mucha curiosidad aunque algo temerosa aun.

-Es el calabozo. Todas tienen uno privado. Esta en secreto por medidas de seguridad, si por casualidad viene alguien husmeando "de mas" por ahí, solo verán un complejo turístico para millonarios. Solo en el caso de que algún estúpido trate de husmear, lo cierto es que aquí estamos bastante seguros, nuestro personal administrativo mantiene a raya a las autoridades y el informático se encarga de rastrear los mares cercanos a la isla en busca de barcos que se acerquen ya sea por alguna emergencia o por "curiosidad", además de desviar a los satélites que intentan obtener imágenes, hackeando su sistema. Anda, busca en Google Earth esta isla a ver si logras conseguirla. Por los aviones poco nos preocupamos, al ser una isla boscosa pues poco podrán distinguir, tendrían que volar bastante bajo para ver con detalle lo que aquí ocurre. En caso de existir algún curioso, los esclavos son escondidos bajo tierra. Es muy difícil que nos descubran. Pero bueno, me estoy desviando del tema, esta habitación es para dar rienda suelta a tus más bajos y sádicos instintos. Aquí puedes hacer lo que te dé la gana con tus esclavos, y eso incluye a la esclava de la habitación.

-Caramba…¿que tanto puede hacerse? –pregunto la chica nuevamente, imaginándose los limites.

-Pues mira, lo que tú quieras, el limite está prácticamente en tu imaginación. 603, ven aquí. –le ordeno Debonaire a la esclava, quien, temerosa, se acerco a su amo con la mirada gacha. Debonaire la tomo por la nuca y la monto en la tabla inclinada del potro, poniéndola de rodillas, de espaldas a ellos. Esposo ambas manos en la espalda de la pobre esclava quien temerosa esperaba su suplicio en silencio. Pensaba una y otra vez en el por qué se había metido en este problema, deseando jamás haber inducido a jóvenes adolescentes a consumir drogas. Ahora se encontraba en un sitio peor que la peor prisión en la que ella se había encontrado alguna vez en su vida. Lamentaba muchísimo haber dañado su vida de esa manera.

Debonaire tomo el tobillo derecho de la esclava para esposarla a la esquina contraria al que se encontraba en el potro, es decir, en la esquina inferior izquierda. Repitió lo mismo con el tobillo izquierdo, esposándolo a la esquina inferior derecha, quedando la esclava con las piernas cruzadas en una posición bastante incómoda. Tomo su nuca y de un brusco movimiento pego su rostro a la tabla, estrellándolo fuertemente contra esta, para quedar con su culo en pompa. –Pásame aquel tubo metálico -le pidió Debonaire a Natasha, señalándole un tubo de metal de unos 60 centímetros de largo y 4 de diámetro. Esta le pasó el tubo y Debonaire se lo metió a la chica por el culo, sin miramiento alguno, lo más que pudo. La esclava apenas podía soportar el dolor.

Acto seguido Debonaire tomo una especie de soplete que se encontraba en un estante bajo la mesa de instrumentos. Lo encendió y lo puso a baja potencia. Natasha observo a Debonaire con rostro de susto y sorpresa, y vio con incredibilidad como este comenzaba a pasar el soplete a lo largo del extremo del tubo que quedaba por fuera del culo. A los 2 minutos la habitación se lleno de los gritos y chillidos de la pobre esclava 603, quien no lograba soportar las quemaduras que sentía en el recto, ya que el tubo por completo había alcanzado una temperatura bastante alta. Natasha no podía creer lo que veía, así como tampoco creía que su coño se estuviera mojando lentamente. La chica se estaba excitando viendo el suplicio de la otra. Debonaire apago el soplete y dejo la barra de metal metida en el culo de 603. –Hay que esperar que se enfríe, te puedes quemar si lo agarras…si no me crees pregúntale a 603 jejeje –le dijo Debonaire con tono sarcástico a Natasha.

Natasha se dirigió a la mesa y tomo un látigo de cuero no muy grueso, pero sí bastante largo. Lo observo fascinada durante unos segundos. Con sonrisa maliciosa y una mirada sádica vio a Debonaire quien le devolvió una sonrisa picara, y se aparto de la esclava que ya estaba dejando de gritar por las quemaduras. Natasha tomo el látigo por el mango y sin piedad alguna comenzó a azotar a la pobre 603. Cada latigazo le caía en sus nalgas y la espalda, con los sonidos característicos al cruzar el aire y al estrellarse en la piel de la chica. 603 por cada latigazo gemía tanto de dolor como de placer. Sin duda los 4 años que había pasado en la isla, cautiva, la habían hecho agarrarle el gusto al masoquismo, aunque no tanto como ella deseaba, para al menos sentir placer en cada suplicio al que era sometida.

15 latigazos sufrió antes de que Natasha se dirigiera hacia el potro y se montara en el, agachándose ante su cabeza. La tomo por la barbilla y la vio a los ojos, 603 tenía su rostro lleno de lagrimas, con la boca entreabierta, respirando profundamente. Natasha volteo a mirar de nuevo a Debonaire, dejando caer el rostro de 603 en la mesa del potro, y se puso de pie sin quitarle la vista de encima. Ahora se encontraba tremendamente excitada por todo lo que había visto. Su mirada era de pura lujuria. Debonaire en ningún momento le quito la vista a ella de encima tampoco. Natasha comenzó a bailar sutilmente con delicados y suaves movimientos de su cuerpo, y en su baile fue quitándose el bikini rojo que apenas y lograba tapar sus partes íntimas, dejándolo caer en el piso. Estaba tremendamente caliente, quería sexo, y seguir torturando a la pobre esclava 603.

Debonaire quedo boquiabierto al ver semejante espectáculo. Natasha sin duda alguna era un monumento de mujer, tenía las tetas grandes y firmes, obviamente operadas, aunque las marcas de la operación no se veían por ningún lado. Debonaire nunca se imagino lo hermosas que eran al desnudo, coronadas por unos pezones rosados bastante pequeños, hermosos. El pubis de la chica mostraba muy poco vello, además de exhibir unos labios vaginales abultados, también hermosos.

Natasha se agacho lentamente de nuevo, con las piernas abiertas, mostrando su hermoso sexo abriéndose como una delicada flor. Tomo una pequeña cuerda con dos ganchos en un extremo que se hallaba al alcance sobre el potro para meterle dichos ganchos en la nariz a 603, una en cada agujero. Alzo su cabeza a la altura de su vulva halándola de la cuerda, haciendo que la nariz pareciera a la de una cerda. 603, tal como su entrenamiento de esclava le dictaba, evito por todos los medios ver a Natasha a los ojos, clavando su mirada en el hermoso coño de esta.

-Abrre el hocico perra -le dijo la chica rubia a 603, quien obedeció al instante, abriéndola lo más lo que pudo para su ama. Acto seguido, Natasha acerco un poco su vulva a la boca de la esclava para dejar salir un chorro de orina el cual cayó en la boca de 603. El dorado líquido estaba caliente, y comparado al sabor de los demás que había probado en su estadía en la isla, le sabía divino. Era la mejor orina que le habían hecho tragar en su vida. Natasha puso un rostro de satisfacción, de puro placer, mientras vaciaba la vejiga en el juguete que la gente de la isla le suministraba. Debonaire casi tiene un orgasmo sin siquiera tocarse al ver el hermoso rostro de Natasha en semejante gesto. No le hacía mucha gracia recibir la lluvia dorada, pero por primera vez deseaba estar en la posición de la esclava para beber la de semejante diosa.

Este se acerco para ver de cerca el espectáculo de lluvia dorada más erótico que había visto en su vida. Observo como el rostro de 603 estaba todo cubierto de orina, y vio como el chorro poco a poco disminuía su intensidad. –Límpiame –le ordeno Natasha a 603, siendo esta detenida por Debonaire, para sorpresa de ambas. Se quito los lentes de sol y vio a Natasha a los ojos, quien quedo cautivada por la belleza de los ojos del cazador. –Quisiera tener el honor de ser yo quien lo haga, si no le es mucha molestia señorita Kovikova. –le dijo con todo el respeto del mundo y en un tono bastante seductor para un hombre, lanzándole una mirada que sin duda dejo mas cautivada aun a Natasha.

-Puedes tutearme, nunca lo olvides…y puedes llamarrme "Tasha" -le dijo esta a Debonaire, soltando a la esclava y tomando al cazador de la cabeza con extrema dulzura, para dirigirlo hacia su vulva. El olor que el hombre percibió a medida que se iba acercando al coño de Natasha le sorprendió muchísimo, al contrario de lo que se imagino, era un olor suave a orina, mezclado con el perfume natural de su cuerpo. Le resulto agradable, y muy excitante. Ni que decir del sabor, suave, delicioso, exquisito de su sexo. A Natasha se le escaparon unas cuantas gotitas mas de orina, al posarse la lengua de Debonaire en su vulva, lo que le hizo a este desear más aun el dorado liquido de la rubia. Esta sintió un gran corrientazo extendiéndose por su cuerpo al momento del contacto. Sintió como sus pezones se ponían supersensibles así como sus tetas, y en resumen, su cuerpo entero. No puedo evitar dejar escapar un delicioso gemido de placer del más puro.

Debonaire con gran maestría jugo con su lengua en la abertura vaginal de la chica, la cual no podía dar crédito al mar de sensaciones placenteras que le llegaban. Sostenía la cabeza de Debonaire por su cabello, apretándolo, jalándolo con fuerza, a la vez que no paraba de temblar y gemir. Su vulva no paraba de producir flujo, la chica estaba realmente excitada, nunca había sentido tanta excitación en su vida. 603 la veía con muchísima envidia, sus orgasmos hace tiempo que no eran en una situación que ella deseara, sino que eran forzados en las más horribles torturas. Deseaba estar en el klugar de Natasha, y no solo por el placer, sino por la libertad.

Después de tres intensos orgasmos provocados por la experta boca del cazador, Natasha le permitió a Debonaire separarse de su coño, el cual palpitaba. Su cuerpo seguía estremeciéndose cada vez con menos intensidad por los estertores del último orgasmo. Debonaire se le quedo viendo a los ojos a la chica, quien ni corta ni perezosa se bajo rápidamente de la mesa y tomo al cazador de una mano para llevarlo a la cama en la habitación de arriba. Este la detuvo. – Espera, ¿la dejaremos así? –le pregunto el cazador refiriéndose a 603.

-Por mí no hay problema…te quiero solo para mí, no tengo pensado compartirte con ninguna mujer ahorita, mucho menos con ese pedazo de mierrda con patas. –le contesto una Natasha decidida a gozar del cazador.

-No está mal…pero creo que podríamos dejarla en una situación mejor ¿no crees? –le dijo Debonaire a Natasha, sabiendo que la chica no perderá el nivel de libido, con lo que tenía pensado hacerle a 603.

-¿Y qué tienes en mente? ¿Dejarla mas cómoda? –le respondió Natasha, algo molesta al pensar que Debonaire quería dejarla en una posición mejor y mas cómoda, literalmente.

-Pues la verdad -dijo, haciendo una breve pausa para colocarse los lentes y sonreír con malicia, para terminar la frase –Mas cómoda va a quedar

....

(Dos horas después)

Debonaire esta acostado desnudo sobre la cama extramatrimonial de la habitación 603. Sobre él, o para ser mas especifico, sentada sobre su enorme verga viéndolo a la cara, se encontraba una muy excitada Natasha Kovikova, haciendo un delicioso movimiento de cadera para el cazador, quien el sobaba los enormes y deliciosos pechos de la chica. Ella ya llevaba 5 orgasmos, sin contar los primeros tres que tuvo en el calabozo de la habitación. Todo un record para ella sin duda, nunca se imagino que su libido se elevara a semejantes niveles y mucho menos que su cuerpo soportara esa gran cantidad de orgasmos. Se podía oír la preciosa voz de Natasha inundar la habitación con gemidos, y la sonoridad de su respiración. Debonaire tampoco dejaba de gemir, la chica era una verdadera tigresa en la cama, nunca se imagino que fuera así.

Al cabo de unos minutos, la chica después de tener otro orgasmo, se acostó a un lado del cazador, para consiguientemente tomar la verga de este con su mano derecha, y masturbarlo, al tiempo que le daba un profundo beso en la boca. Debonaire poco logro soportar las atenciones de la chica y tuvo un tremendo orgasmo en su mano. Natasha lo veía sonriendo, contenta de haberle dado semejante satisfacción.

Al cabo de un rato de descanso y silencio, luego de una tanda de besos en la boca y caricias, Natasha le dijo a Debonaire: - vaya, ya es de noche…creo que deberíamos llamar y pedir la cena

-No es mala idea…Anda, pide lo que tú quieras, la casa invita

- Vaya…gracias -le dijo Natasha con una amplia sonrisa, para luego descolgar el teléfono y marcar al número de servicio de habitación. Ordeno un par de platos que había en el menú y volvió a recostarse del pecho de Debonaire, quien la rodeo con su brazo derecho.

Al poco rato tocaron la puerta, levantándose Debonaire, luego de colocarse los jeans negros, para ir a abrir la puerta. Entraron tres esclavas, totalmente desnudas, salvo por una máscara de látex que les cubría solamente media cabeza, precisamente la mitad inferior, tapándoles la boca. Las tres estaban calvas también, y en sus cabezas se podía leer la palabra "camarera" seguida por un número, tatuada en color negro. Dos d las esclavas se colocaron en lados opuestos de la pequeña mesa de vidrio, mientras la tercera esclava les servía la cena colocando los platos que traía en una mesita rodante en dicha mesa, todo de manera inmaculada, perfecta, sin cometer errores. Sabía lo que le esperaba si cometía alguno, así que se esmero en hacerlo lo mejor posible.

Debonaire invito a Natasha a sentarse sobre la espalda de una de las esclavas, cosa que esta hizo, mientras él se sentaba sobre la espalda de la otra. Ambas soportaron perfectamente el peso de ambos, y se dispusieron a cenar.

-¿Cual será la agenda de mañana? –pregunto Natasha a Debonaire.

-Improvisaremos…pero te aseguro que la pasaras muy bien, eres una ama nata, se te ve en los ojos, y además, note como te encanto y cuanto te excito lo que le hicimos a 603 -Le contesto Debonaire.

- Oye por cierto, en todo el día no recuerdo haber visto a un solo esclavo hombre…¿Son machistas o qué? –Pregunto Natasha

-Aquí también hay hombres, como no. Aunque tú no lo creas, el numero de esclavas es casi igual al de esclavos, los machos las superan por una ínfima cantidad de hecho…Es solo que los tenemos en trabajos más forzados, aunque eso no quiere decir que a las hembras no les demos trabajos fuertes…Ellas deben ganarse su ración de comida de alguna manera también

-Hablando de eso…¿no deberíamos darle de comer a 603? –pregunto una preocupada Natasha.

-Solo si tu lo deseas…por mí, podemos dejarla el resto de la noche como esta, ya mañana la llevamos a la recepción para que la mantengan bien alimentada -le contesto Debonaire.

Natasha estuvo de acuerdo. Sentía mucha curiosidad por las demás cosas que había en la isla. Sin duda serian unas vacaciones emocionantes. Nunca supo que era una mujer sádica, pero ahora que había descubierto esa faceta, la aprovecharía al máximo.

Entre tanto, 603 se hallaba en el calabozo, suspendida en el aire. Sus tobillos se encontraban unidos mediante una cuerda bastante tensada a su cuello, con las piernas flexionadas en las rodillas hacia atrás. Sus manos estaban arriba, unidas ambas muñecas por una cuerda la cual a su vez estaba atada a otra que la mantenía suspendida de una de las vigas del techo. Además de colgar del techo, también lo hace de una pared, a la cual están unidos los anillos de sus senos, nariz y lengua, por medio de unas cuerdas algo cortas. Puede sentir el peso de ella arrastrando su cuerpo hacia el lado contrario en un "efecto columpio", únicamente evitado por dichas cuerdas. Su lengua estaba bastante entumecida, doliéndole horrores, así como sus pezones y su tabique nasal. Fue dejada así por sus amos segundos antes de estos subir a hacer el amor. Y así continuo durante toda la noche hasta el día siguiente, lamentado el haber hecho el mal en su vida, tal cual lo ha hecho durante los 4 años que lleva en las manos de estos hombres

Continuara…?

Espero les haya gustado este relato a todos aquellos que la leyeron. Muchísimas gracias por dedicarle un poco de tiempo a esta historia, la cual como ya dije anteriormente, está escrito en plan explicativo o introductorio a lo que podría ser el resto de la saga, cuya continuación vendrá dada si la mayoría de lectores así lo desean.

Los animo a dejar sus comentarios (buenos o malos) en la página o bien en mi bandeja de entrada de correo escribiéndome a Universo_x16@yahoo.com .Sus comentarios me animan a continuar y en el caso de las criticas a tratar de corregir algunos puntos.

Un Saludo.