La Isla Del Placer 2

Natasha sigue conociendo algunos nuevos detalles acerca de la isla de la mano del cazador Debonaire, y va disfrutando cada vez mas de su vena de domina. Ademas, El Jefe le tiene preparada una gran sorpresa...

ATENCION

-Los hechos aquí descritos o narrados rompen una regla importante del sadomasoquismo: el consentimiento. Además contienen actos de abuso y agresión penada por las leyes de todos los países (hasta donde se). Solo fueron escritos y publicados con el fin de entretener.

-Dichos hechos pertenecen a la ficción, cualquier parecido con la realidad se tratara de pura, mera y llana coincidencia.

**-El autor de esta historia

CONDENA

cualquier acto de violencia en contra de cualquier ser humano.**

**-No seas cabron,

PRACTICA EL SEXO SANO, SEGURO Y CONSENSUADO.

Y si es posible, con amor.**

-Este relato es solo para mayores de 21 años, que no sean débiles mentales.

Se Recomienda leer la primera parte de la saga:

La Isla Del Placer:http://www.todorelatos.com/relato/74252/

La Isla Del Placer 2

-¿Alohaaa? Aquí Debonaire, pásame con el Jefe, al parecer surgió un problema con los equipajes del complejo 2. –decía Debonaire por el teléfono de la habitación 603, acostado en la comodidad de la cama matrimonial de la habitación. Estaba completamente desnudo, aunque se encontraba tapado por la cómoda sabana de seda que solo le tapaba hasta las caderas. El calor en realidad se lo daba Natasha Kuvikova, desnuda también, recostada en la mitad izquierda del cuerpo del cazador, con la cabeza descansando sobre el pecho de este, aun dormida. También se encontraba debajo de la sabana de seda, tapándola hasta el mismo punto que a Debonaire. Sus hermosos pechos operados descansaban desnudos pegados al cuerpo de este último. Su rostro dejaba notar que disfrutaba de un plácido rato de sueño, después de la tórrida noche de sexo y perversión que se dio luego de la exquisita cena del día anterior.

Mientras esperaba que la llamada fuera transferida a “El Jefe”, Debonaire observaba a la pobre esclava 603, la cual estaba desnuda, suspendida en el aire con su cuerpo en posición horizontal boca arriba, un poco más arriba de la altura de la cama. Tres arneses de cuero la sostenían colgada del techo: uno que rodeaba su cabeza, otro a la altura de sus caderas y otro más en sus tobillos atados entre sí. Sus brazos estaban estirados hacia los lados, sin soportes, y en cada mano abierta se hallaba una gruesa vela (también llamados velones) ya bastante derretidas, y apagadas. Las manos completas se hallaban cubiertas de cera dura. Al igual que en sus manos, en ambas tetas también fueron colocados un par de velones, los cuales también se habían consumido por completo. Las tetas de la pobre chica se hallaban cubiertas en su totalidad por la cera dura. En su pubis también fue colocado otro velón, que ya estaba por terminar de consumirse. Todo el coño se hallaba tapado por cera dura también, y parte de su vientre e incluso en el ombligo. La pobre 603 estaba despierta, tratando de no dejarse vencer por el sueño y que sus brazos flaquearan y dejaran caer lo que quedaba de los velones, ya que ese error sin duda le costaría un severo castigo. Había pasado una horrorosa noche de sufrimiento, la chica rusa sin duda alguna era una ama muy salvaje. Fue azotada, torturada con pinzas, y con electricidad. Su cuerpo se hallaba marcado, y esas mismas marcas de azotes y pinzas debió agradecerlas una a una. Fue llevada hasta el límite del orgasmo, algo que su ama nunca le concedió. La pobre puta lloraba en silencio por todas sus acciones, que la llevaron hasta este sitio.

-Aquí el Jefe, ¿qué ocurre Debonaire? -Le contesto por fin el Jefe a su cazador al otro lado de la línea. Además de su voz, se oían múltiples gritos ahogados por mordazas. De seguro el jefe estaba disfrutando de algunos esclavos.

-¿Que tal jefe? Quería reportar un problema. Como sabe estoy con la chica rusa en su habitación…pero ayer al entrar, el equipaje no estaba, como bien dicta el protocolo. Y no apareció en toda la noche. La señorita Kuvikova se pregunta en donde está su ropa… -reporto Debonaire a su jefe, sin poder evitar una sonrisa al ver que los brazos de la 603 ya comenzaban a flaquear.

- Si, ya están en camino, ayer hubo una pequeña revuelta con los esclavos que se encargan de transportar el equipaje hacia el complejo número dos, por lo que no llegaron los equipajes a tiempo, pero en unos 10 minutos estarán allí… -Respondió El Jefe.

-Perfecto, se lo hare saber… -le dijo Debonaire. – Se oyen bastantes gritos, ¿está en los complejos de entrenamiento?

-Si…Estoy viendo la nueva mercancía de todos los cazadores. De hecho, estoy con las gemelas Visconte que trajiste. Me encantan, tengo planeado meterlas en subasta. O tal vez seria mejor en la cacería….Aun no decido…Por cierto, ¿qué haces llamándome tan temprano desde la habitación 603? No me dirás que la chica rusa y tu…

-Jajajaja si, lo que se está imaginando en este momento es cierto… -le interrumpió Debonaire. En ese momento Natasha se despierta poco a poco, bastante somnolienta, pero sus labios muestran una hermosa sonrisa al ver a su amante. Le da un beso en su pecho, y se vuelve a recostar de él, aunque ahora su mano izquierda baja hasta meterse debajo de la sabana que los tapa, y toma la verga de Debonaire, que poco a poco comienza a ponerse dura a partir del momento en que siente el calor de la mano de la chica . –Jefe, debo colgar…Ya la señorita Kuvikova despertó, y tengo mucho que enseñarle hoy…

-Perfecto Debonaire…Me gustaría que la trajeras, acá hoy. Estuve revisando su ficha y descubrí algo interesante…Le tengo unan gran sorpresa. –le dijo el Jefe a un ya bastante excitado Debonaire, cuya verga ya estaba bastante dura aprisionada en la mano de Natasha. Esta logro excitarlo más aun cuando comenzó a restregar suavemente su vulva contra la cadera de este, impregnándola de los jugos vaginales que comenzaban a manar de la cuca de la chica.

-Allá estaremos Jefe….Solo denos un par de horas… -le contesto Debonaire, trancando la llamada.

-¿Era El Jefe? –Le pregunto Natasha a su amante.

-Si…dice que descubrió algo en tu ficha y tiene una gran sorpresa para ti en el complejo de entrenamiento. Ah, también me dijo que tu equipaje estará aquí en 10 minutos, hubo un problema ayer con los esclavos encargados de llevar los equipajes a las cabañas de este segundo complejo.

-Perrfecto…Estoy intrigada por la sorpresa que me tengan en el complejo…Lo único malo es que dijiste que te diera un par de horas, yo pienso que necesitaremos mas…- Le dijo la chica al cazador, moviendo su mano izquierda muy suavemente por toda la extensión de carne dura de este. Debonaire dejo escapar un suspiro que reflejaba excitación.

Pasados unos segundos de este trato ella decidió tomar la verga de Debonaire con fuerza, para agitarlo con más rapidez hacia arriba y hacia abajo, y al mismo tiempo poso sus labios suaves sobre el pezón izquierdo de su macho para succionarlo con fuerza, y acto seguido comenzar a pasear su lengua por todo el pecho del hombre, poblado por vellos aunque no de manera excesivamente abundante. Luego de ensalivarle todo el pecho, la chica se termino de montar sobre el, aunque debajo d la sabana, y colocando las rodillas a cada lado del cuerpo de Debonaire, bajo sus caderas lentamente hasta que su encharcado coño tuvo contacto con el glande del cazador. Ahí se detuvo un par de segundos, para moverse ligeramente de manera que el glande rozara toda la entrada vaginal, y luego termino de ensartarse ella misma, momento n el que Debonaire tomo sus pechos con ambas manos, para apretarlos con cierta suavidad y amasarlos con mucho cariño y devoción.

Así estuvieron largo rato. Ignorando a la lámpara viviente que colgaba a los pies de la cama. Natasha de vez en cuando bajaba su rostro hasta posarlo enfrente del de Debonaire, para darle un buen beso en la boca, y luego volver a subir a la posición original. La habitación se lleno de los gemidos de ambos amantes. Tan embebidos en el acto sexual se encontraban, que no oyeron cuando un esclavo y dos esclavas les tocaron la puerta, para entregarles el equipaje de la Kuvikova. De eso se enteraron como 10 minutos después de que tocaron a la puerta por primera vez, justo cuando Debonaire estaba a punto de acabar, y Natasha ya había conseguido tres deliciosos orgasmos.

Natasha se separo de Debonaire al notar los toques en la puerta, bajándose de la cama. El cazador quedo haciéndose la paja lentamente, esperando que aquella diosa rusa regresara al lecho. La escultural rubia se dirigió a la puerta, tal como estaba, totalmente desnuda, sonrojada, y sudorosa. Al abrir vio a las dos esclavas desnudas flanqueando al esclavo que llevaba a sus espaldas todo el equipaje de la chica, el cual estaba desnudo también. Llevaba tres maletas, algo un poco exagerado para solo una semana de vacaciones, pero así era ella, prevenida para todo. Les ordeno pasar a la estancia, los tres esclavos quedaron horrorizados al ver a la 603 en aquel estado forzado colgando del techo. Aunque el esclavo masculino se excito bastante al ver a Natasha totalmente desnuda. Su varga fláccida comenzaba a reflejar dicho estado de excitación, creciendo poco a poco. Natasha noto esto, y decidió aprovecharlo.

- Te gusta lo que ves ¿verdad pedazo de mierda? –le dijo al esclavo, contoneándose de manera sensual. El esclavo asintió con la cabeza. Natasha se dirigió hacia la cama, acostándose al lado izquierdo de Debonaire, con las piernas abiertas, mostrando su hermoso sexo rosadito, brillante por el jugo producto de la excitación. El esclavo veía hipnotizado la cuca de la chica, y se excito más aun al ver como esta se comenzaba a sobar el clítoris con su mano derecha y ponía una carita de zorra viciosa que recibe placer, entrecerrando sus ojos y entreabriendo ligeramente la boca. Hasta Debonaire se calentó más de lo que estaba al verla en ese plan. La chica se dio dedo hasta que tuvo un delicioso orgasmo, humedeciendo un poco la mano con que se acariciaba la vulva y le clítoris. A Debonaire poco le falto para acabar al mismo tiempo que ella, y el esclavo, sin estimularse, también estuvo cerca de correrse. Natasha, sin apartar la vista del esclavo, estiro su mano derecha impregnada en sus jugos hasta el rostro de Debonaire, metiéndolo en su boca, y moviéndola ligeramente en círculos mientras este le chupaba y lamia los dedos. Se sentía poderosa, y le gustaba sentirse así. Veía como el esclavo observaba a Debonaire con muchísima envidia, y además sentía que tenía cierto control sobre el cazador.

-Vayan los tres al calabozo. –ordeno Natasha, al tiempo que sacaba los dedos de la boca de Debonaire, para metérselos en su propia boca y chupar la saliva de este de su mano. Los tres esclavos se dirigieron al calabozo, sumisamente. Sabían a la perfección que no podían hacer nada que molestara a sus superiores, porque si algo era cierto, era que el castigo es mil veces peor que cualquier tortura a la que los fueran a someter por puro capricho. Natasha los siguió hasta el calabozo, invitando a Debonaire a que bajara también, invitación que el acepto.

Una vez los dos estuvieron en el calabozo, con los tres esclavos de rodillas con las piernas abiertas y las manos en la cabeza, Natasha le ordeno al esclavo ponerse de pie, orden que este acato sin el menor reparo. Fue dirigido por su ama hasta un punto en el cual sus manos fueron atadas a las vigas del techo, quedando en posición vertical, y sus tobillos separados el uno del toro, para atarlos a un par de anillos en el piso. Luego subió de nuevo a la habitación, para bajar a los 10 minutos bastante maquillada, con sus ojos bien remarcados con sobra y delineador negro, y sus labios de color rojo furioso. Además de esto, solo llevaba calzadas unas fetichistas botas que le llegaban a medio muslo, de color negro. No eran pegadas del todo, tenía sus partes con ciertos pliegos que la hacían ver realmente sexy. Del resto, continuaba totalmente desnuda.

Ordeno a las dos esclavas hacerle una mamada al esclavo, una en su verga y la otra en su culo, aunque a este le prohibió correrse sin su permiso. En lo que las esclavas se pusieron “bocas a la obra” Natasha se coloco de rodillas ante Debonaire, y le vio a los ojos. Le guiño un ojo, y se metió el güebo de este en la boca, aprovechando que no había perdido aun la potente erección, que se vio reforzada por el gran impacto que ella ocasionaba con su apariencia. Mientras tanto, el esclavo se sentía en el cielo, y se excitaba al ver a aquella bella dominatrix haciéndole una mamada al cazador. Este último poco pudo aguantar, la chica era una experta con su boca, así que a los 5 minutos comenzó a avisar que se corría. Natasha se lo saco de la boca, y le siguió acariciando las bolas y el pene, hasta que Debonaire de un fuete gemido lanzo el primer chorro de leche. Natasha muy hábilmente logro apuntar la verga de su macho directo a sus botas, haciendo que tanto el primer chorro como los posteriores fueran aparar a los calzados, embarrándolos bastante. Por último le dio una última mamada a la verga del cazador, y se puso de pie, para besarlo en la boca.

El esclavo, por su parte, estaba a punto de correrse. –Ama estoy que me corro, por favor, permítame hacerlo, se lo ruego –Decía el pobre esclavo, muy excitado al ver a la imponente chica rubia con sus botas llenas de semen. Natasha no le dio respuesta alguna, solo se dirigió hacia la chica que le chupaba el culo, y la separo de él, arrojándola con fuerza a un lado de ella. Luego se dirigió a la mesa donde se encontraban dispuestos varios instrumentos de tortura, y los observo todos, haciendo caso omiso de las suplicas del esclavo por el permiso para acabar.

Uno de los instrumentos llamo la atención de Natasha. Era algo muy parecido a una trampa para ratones, pero un poco más sádica: la barra metálica que atrapa al ratón se encontraba dentada. Ella lo tomo y se dirigió detrás del esclavo, quien no se dio cuenta del “juguete” que su ama tenía en la mano. Se agacho tras de el, y con un gesto le ordeno a la esclava que se lo mamaba separarse de su verga. El esclavo se hallaba realmente frustrado, primero por no recibir respuesta de sus superiores, y segundo, por dejar de sentir el estimulo tan placentero en su pene, el cual se mantuvo erecto, con hilillos de baba cayendo al suelo. Lo siguiente que sintió fue un agudo dolor en sus testículos que vino seguido del típico sonido que hacen las trampas para ratones cuando un ratón cae en ella. La chica rusa coloco el dispositivo de manera tal que aprisionara la mitad de la bolsa testicular, por lo que el golpe de la barra metálica se dio en todo el centro de las bolas. Fue un dolor realmente intenso, sintió los dientes de dicha barra clavarse en sus testículos con rabia. No pudo evitar que se le salieran unas lágrimas. Intento gritar, pero solo mantenía la boca abierta, el grito se mantenía ahogado en su garganta. Todo su cuerpo se tenso fuertemente.

Debonaire no pudo evitar abrir sus ojos como platos, aunque con su boca dibujaba una sonrisa macabra. Incluso se llevo su mano izquierda a sus testículos, solo con verlo sintió un ligero dolor en sus propias bolas. Las otras dos esclavas veían horrorizadas el suplicio del esclavo, y Natasha, no paraba de sonreír. Incluso intento meter el dedo índice de su mano derecha en el culo del esclavo, pero fue prácticamente imposible, por lo apretado que lo tenía, soportando el dolor. Se puso de pie, y lo rodeo hasta ponerse en frente de el. Con sonrisa maliciosa lo veía a los ojos.

- Querías echarme un polvo, me imagino… -le dijo la chica al esclavo. – Te imaginabas teniendo contacto físico conmigo, y acabando gracias a ello…pues bien, aquí está tu contacto físico –Dijo Natasha al tiempo que rápidamente le propinaba un fuerte rodillazo en las bolas al esclavo con su pierna derecha, haciendo que este prácticamente se desmayara por el dolor. – Ahorra que lo tuviste, puedes acabar, cerrdo asqueroso… -le termino de decir, mientras desataba las cuerdas que mantenían sus brazos atados, y gracias a las cuales, no se había desplomado, ya que literalmente estaba colgando de ellas, sin fuerzas.

Su cuerpo término cayendo fuertemente al piso, para acto seguido ser reanimado por la misma Natasha, quien le pego unas cuantas cachetadas para lograrlo. Una vez este volvió en sí, le tomo fuertemente con su mano izquierda por la quijada. –Eres un puto marricon. Como todo marricon que eres, debes querer leche. Límpiame las botas de la leche de mi hombre… -le ordeno, y por supuesto, el pobre esclavo, se dispuso a hacerlo con diligencia, lamiendo cada rastro de la leche de Debonaire que se hallaba esparcida en las botas de su ama, humillado por completo ante su esposa y su hija, que eran las dos esclavas que lo acompañaban en ese momento.

Una vez las botas estuvieron relucientes, Natasha propuso la idea de dejarlos atados en incomodas posiciones, tal como habían hecho con la 603. Debonaire Tuvo una idea mejor. – ¿Sabes lo que son las camas de vacío? –le pregunto el cazador a la chica, obteniendo una respuesta negativa de su parte. –Así es como los transportamos en los contenedores. Las camas de vacio consisten en una camilla cuya funda es de látex, donde se acuesta al esclavo. Luego se le coloca otra capa de látex por encima, y con una pequeña bomba se succiona el aire que quede entre ambas capas, haciendo que el esclavo quede totalmente inmóvil, en el caso de no usar lubricante alguno para permitir que se mueva entre ambas capas. Por supuesto, se les coloca un tubo o un orificio en la boca para que respiren, y se quejen todo lo que quieran, aunque puedes callarlos amordazándolos. A la final parecen un jamón empaquetado u otro embutido…Anda, hagámoslo.

Natasha estuvo de acuerdo, y de entre todas las cosas que se hallaban en los estantes del calabozo, sacaron tres de las 5 camas de vacío que habían disponibles. Hicieron que las mismas esclavas armaran los armazones de las tres camas, mientras al esclavo le fue ordenado buscar a la esclava 603, que aun colgaba del techo de la habitación, orden que acato al instante, cojeando mucho debido al sufrimiento que sus testículos le proporcionaban, aun con la trampa de ratones colgando de ellos. 603 fue llevada al calabozo, estaba realmente desecha tras pasar la noche entera soportando los ardores de la cera caliente, que ahora se hallaba seca y pegada a varias partes de su cuerpo, y además por la inmovilidad a la que fue sometida. Todo su cuerpo pedía a gritos un buen descanso. Lástima que Natasha no pensaba dárselo.

603 fue colgada, con las manos arriba del todo, al techo del calabozo. Sus piernas, fueron atadas de manera que quedaran abiertas. Mientras las esclavas terminaban de armar las camillas, Natasha tomo un látigo de cuero, bastante largo. –Siempre quise probar estos látigos al estilo Indiana Jones, o como lo hacen los domadores de leones. –fue lo que dijo, instantes antes de empuñar el látigo y darle el primer fuerte azote en la espalda a la esclava, arrancándole un trozo de cera de la piel que por allí se encontraba. Una línea roja quedo surcando la piel de la puta, contrastando con el blanco de su piel y el tono rojizo del área que la cera cubría.

Unos 23 latigazos le tomo a Natasha el quitarle todos los trozos de cera de la piel de la esclava. Las tetas, que antes estaban totalmente recubiertas por la cera, ahora se hallaban desnudas, rojizas por la quemadura, y con líneas más rojas aun cruzándolas en distintas direcciones. El coño, su vientre, abdomen,  y culo, se hallaban en el mismo estado. Cada latigazo que Natasha daba, la hacían sentir una autentica diosa. Por cada uno de los latigazos, el rostro de la chica rubia mostraba una expresión cada vez más sádica y de disfrute. Debonaire no podía creer lo que veía. Natasha era una sádica autentica. Aun después de esos 23 latigazos, la chica rusa continúo propinándole unos 20 más a la esclava 603, la cual lloraba ya de dolor, y suplicaba que no le dieran mas. Se vio bastante aliviada cuando las otras dos esclavas terminaron de armar las camillas.

Natasha les ordeno a los tres esclavos acostarse, y soltó a la esclava 603, quien apenas podía con su alma. Una vez los esclavos estuvieron en posición, le ordeno a la 603 que los cubriera con la manta de látex, y activara los debidos motores de las bombas para extraer el aire, orden que la castigada esclava cumplió con muchísima diligencia. Si lo que le había hecho hacia unos minutos, lo hizo por mero capricho, no quería imaginarse cómo sería un castigo por desobediencia, o mala ejecución de una orden. Solo imaginarse como seria, se le ponía la piel de gallina.

Poco a poco las bombas fueron succionando el aire de las capas, haciendo que a su vez, poco a poco la capa de látex que se les puso encima a los esclavos se pegara a la piel de estos, dibujando la figura de sus cuerpos “a relieve” en la camilla, para a la final terminar los tres inmóviles, atrapados entre ambas capas. Se le ordeno a la esclava 603 recostar las tres camillas de una pared, cosa que la esclava hizo, aunque se le hizo algo difícil ya que estaba en un estado de arduo cansancio. Natasha tomo una fusta de varias colas de cuero, y azoto 5 veces a cada esclavo, por encima de la capa de látex, le dio 5 azotes a las esclavas en las tetas, y 5 en la verga al esclavo. Dado que tenían las bocas libres, pudieron oírse claramente los alaridos de dolor de estos al recibir cada azote. Si bien les dolía menos, si les dolía.

Luego Natasha coloco un collar de perro a la esclava 603, y halando de la cadena la llevo hacia las escaleras, y subir a la habitación, en compañía de Debonaire. Natasha se quito las botas, para luego colocar esposas en las muñecas y tobillos de la 603, uniendo la muñeca derecha con el tobillo izquierdo y la muñeca izquierda al derecho, ambos brazos pasándolos por la espalda de la chica, dejándola tirada en el piso boca abajo. Con muchísima picardía, llamo con un gesto de su dedo índice a Debonaire, quien no dudo ni un segundo en acercársele, para que esta le tomara de la mano izquierda, y lo llevara a la ducha.

Allí, Ambos se ducharon con agua caliente, se enjabonaron mutuamente sus cuerpos. Debonaire masajeaba cada centímetro de la piel de la chica, poniéndose de rodillas ante ella para tomar una pierna a la vez, y enjabonarla toda de arriba abajo, deteniéndose en sus pies para masajearlos con extrema dulzura, inclusive, besarlos. La chica tenía unos pies preciosos. Y además se excitaba al ver a Debonaire en plan sumiso, al tenerlo, literalmente, a sus pies. No pudo aguantar las ganas, por lo que lo tomo del largo cabello, y llevo su rostro a su coñito, que estaba húmedo no solo de agua de la regadera, sino de sus propios jugos. A Debonaire no le importo en lo más mínimo darle sexo oral a la chica, nuevamente, la cual a los pocos minutos de darle lengua con maestría en su vulva, se corrió gimiendo fuertemente, apretando cada vez más fuerte la cabeza de su macho contra su deliciosa cuquita.

Una vez terminada la ducha, ambos se vistieron. Debonaire, casi de su manera típica, esta vez vario un poco, colocándose una franela blanca, y encima una camisa manga larga negra, arremangando (o recogiendo) las mangas hasta poco antes de sus codos. Decidió no abotonarla, dejándola abierta, mostrando la franela que llevaba debajo. Se coloco unos jeans negros también, y sus acostumbradas botas de cuero negras. Natasha, por su parte, se coloco un bikini azul eléctrico, cuyo sostén tapaba a duras penas sus hermosos senos, y cuya braga era de tipo hilo, y se perdía entre las nalgas. Encima, se coloco un suave vestido de una sola pieza de color blanco, que llegaba hasta el piso, aunque dibujaba su esbelta figura de una manera bastante sexy. Para terminar, se puso un par de cholitas playeras, de color azul eléctrico a juego con su ropa intima. También se maquillo un poco, aunque nada del otro mundo.

Trancaron la trampilla que daba acceso al calabozo, y por teléfono pidieron que una carroza les fuera a buscar a la puerta de la cabaña, la cual no tardo en llegar. Tomaron a la esclava 603, librándola  de las esposas. La colocaron a 4 patas cual perra, y así debió seguir a sus amos. Cerraron la puerta de la cabaña con llave, y se montaron en la carroza, aunque esta vez pusieron a la 603 como alfombra, acostándola boca arriba en el piso de dicho vehículo. Debonaire tomo las riendas de la pony que llevaba la carroza. –Al complejo de entrenamiento, ¡EA! – Le ordeno, colocándose la ponygirl en marcha.

Aproximadamente media hora duro el trayecto hacia el complejo de entrenamiento. Durante esa media hora, Natasha mantuvo sus juguetones pies fuera de sus cholas, metidos en la boca de la 603, mientras se abrazaba a Debonaire, para darle besos y caricias. No tardo mucho en bajarle la bragueta del pantalón,  y enfrascarse en la tarea de hacerle una deliciosa mamada, que Debonaire gozo a cada segundo que pasaba. 10 minutos le tomo a la chica sacarle la leche haciendo uso de su boca solamente. Por supuesto, su macho se corrió en su boca, y ella no derramo ni una sola gota, aunque no la trago. Prefirió jugar un rato con el espeso liquido blanquecino en su boca, para acto seguido sacar los pies del “hocico” de la 603 y escupirla toda en ella. Lo que a la esclava antes le habría parecido asqueroso, ahorita lo agradecía. Se encontraba sedienta, y bastante cansada. Cualquier líquido que le dieran ella lo agradecía con la mirada.

Llegaron a una edificación no muy grande, de una sola planta. Aunque el lujo se le notaba por doquier, con inmensos ventanales, paredes perfectamente pintadas y decoradas con pinturas de famosos autores. Lo que le llamo la atención a Natasha era el amueblado. En una pared se hallaba una fila de unas 20 esclavas totalmente desnudas, aunque con sus cabezas tapadas por mascaras de látex. Estaban acostadas sobre un cajón de madera, con las piernas totalmente dobladas de manera que las rodillas les tocaran la quijada. Para que no perdieran esa posición, estaban envueltos sus muslos y su torso con correas de cuero. Sus pantorrillas estaban alzadas del todo, haciendo papel de respaldo de la silla. Sus brazos estaba dispuestos de manera tal que quedaran haciendo papel de reposa brazos. El que quisiera, podía sentarse en ellas, sobre la parte trasera de sus muslos. Sus coños y culos estaban totalmente expuestos en dicha posición, lo que le permitía a sus usuarios jugar en ellos, ya sea torturándolos con consoladores de mucho relieve, o cualquier artilugio que se les ocurriera.

A un lado de esta fila de chicas, se hallaba otra, inclinada totalmente hacia adelante, casi hasta tocar el piso con su rostro, y con las piernas rectas, sin flexionar. Sus brazos estaban estirados hacia atrás y hacia arriba del todo, con las muñecas atadas con una cuerda, la cual iba hacia una polea ubicada en el techo, y volvía a bajar. Su cuello vestía un collar con una anilla, la cual estaba ajustada a su vez a un resorte que se veía bastante grueso. En su culo se hallaba una botella de agua, incrustada con el pico hacia afuera. La botella no era muy gruesa en realidad, pero si lo suficiente como para que a más de uno le doliera el culo solo con verlo. La botella tenía una capacidad de dos litros de agua. En su coño se hallaba incrustado un consolador, del que a su vez colgaba un dispensador de vasos desechables de cartón. En su nalga izquierda podía leerse un tatuaje que decía “Bebedero” y en la derecha otro que rezaba “para beber, ubique el vaso en posición y hale la cuerda”.

Debonaire se dirigió hacia aquel peculiar bebedero. -Señorita Kuvikova, ¿Desea un vaso con agua? –le pregunto a la chica rubia, quien al estar sorprendida por os muebles, solo pudo hacer un gesto de afirmación con su cabeza. Debonaire tomo la cuerda de la polea, tomando un vaso del dispensador y colocándolo en posición previamente, y jalo lo suficiente como para que la esclava se irguiera, de manera que la botella se inclinara al ritmo que lo hacia su culo, y dejara caer el agua en el vaso. Luego de servir, soltó la cuerda, para que la esclava, halada por el grueso resorte, volviera a bajar la cabeza hasta su posición original.

Debonaire le llevo el vaso a la chica, que no dejaba de observar todo a su alrededor. Las chicas muebles, y la chica bebedero, apenas eran un par de la cantidad de artículos de mueblería que se veían en la estancia. Esclavas cumpliendo la función de mesas, de reposa pies, inclusive de lámparas estáticas, era el resto. Debonaire se dirigió hacia el escritorio del encargado del lugar, un hombre de color, un poco gordo, no muy alto, y de rostro simpático, que tenía una amplia sonrisa dibujada en su rostro. A diferencia del resto de complejos, este no era un esclavo, sino uno más de los empelados de la isla, vestía una camisa blanca de cuadros grises y negros, y un pantalón jean negro. –¿Que tal mi negro? –le saludo Debonaire, con un tono bastante amistoso y gracioso. -El Jefe nos cito aquí… -continuo diciéndole. Debonaire observo hacia detrás del mostrador, y vio el motivo de la amplia sonrisa del negro, un par de chicas, una albina, y una negra, se daban un delicioso beso en la boca, con la enrome verga del negro en el medio de tan delicioso encuentro de labios. Ambas estaban desnudas, llevando como única prenda un collar de perra al cuello, siendo el de la chica albina de color negro y el de la chica negra de color rojo. La chica albina destacaba por sus enormes tetas, las cuales median 160 centímetros, obviamente, operadas. Sus pezones se mostraban adornados por una gruesa anilla cada uno. Natasha también se acerco, y sus ojos se pusieron como platos al ver semejante grosería de tetas.

-¿Que tal, mi Debonaire? Mi Jefe me aviso que vendrían. Anda súper contento por la merca que trajiste, aunque no trajiste hombres. Mi Gringo y mi Asturiano están con el ahorita, en el nivel 3 pasen adelanteeeeehhh –dijo el negro, suspirando en la ultima palabra, ya que estaba alcanzando un orgasmo por las atenciones orales de las dos esclavas que tenía entre sus piernas. Debonaire y Natasha no lo notaron, pero el semen salió disparado hacia un esclavo, que se hallaba debajo del mostrador totalmente inmovilizado, con la boca abierta. El esclavo lloraba, aunque en silencio, y  razones tenía para hacerlo, ya que recién hacia un par de horas había salido del quirófano con dos hermosas tetas puestas en su pecho. Lo habían convertido en un transexual.

El negro presiono un botón, abriéndose una puerta en la estancia, que daba a un ascensor. Debonaire tomo a Natasha por una mano y la dirigió allí. Natasha seguía bastante sorprendida por todo lo visto ahora, en especial, las megatetas de la chica albina. Una vez dentro del ascensor, bastante lujoso por cierto, las puertas se cerraron, y Debonaire marco el nivel 3 en la botonera, para que el ascensor se pusiera en marcha, hacia abajo.

-¿Mi negro? ¿Mi Debonaire? ¿Mi Gringo? –Pregunto Natasha a Debonaire, bastante extrañada.

-¿Esa es tu primera pregunta acerca de este complejo? ¿En serio? –le contesto preguntándole Debonaire a Natasha, ya que este esperaba otra pregunta, como por ejemplo, acerca de las tetas gigantes de la chica albina, o el amoblado de dicho “lobby”.

-Muchísimas prreguntas tengo… -Contesto Natasha.

-Bueno…El negro suele anteponer a todos los nombres la palabra “Mi”, como habrás notado. No sabemos por qué en realidad, pero nos parece gracioso. Por eso siempre le decimos “mi negro”. De hecho, lo apodamos “Mi”, nos referimos a él como “el negro Mi” y cuando lo tratamos siempre le decimos “mi negro”. Ya sé, no tiene mucho chiste…pero a nosotros nos parece gracioso jejejeje –Le contesto Debonaire. Natasha no pudo reprimir cierta sonrisa, divertida por la curiosa historia.

-Jijiji bueno…ahora sí, explícame, la chica albina…¿esas tetas no eran naturales verdad?

-Jajajaja no…esas tetas son 100% fibra de polipropileno. O eso es lo que tengo entendido. Bueno el hecho es que son “made in hombre”. Es propiedad del negro Mi, la gano en la lotería, el muy suertudo. Es la única persona albina en la isla. Luego de ganársela pues, la mando al personal médico de la isla para que le implantaran esos planetas en las tetas… -le contesto Debonaire.

-Entiendo… -Continuo Natasha –¿y porque vamos hacia abajo?

-Es lo que te dije, seguridad. Si por casualidad alguna llegaran a haber personas ajenas a la isla aquí, pues, sería muy difícil que vieran algo. Todo está camuflado. A simple vista parece una paradisiaca isla de descanso, destinada a personas que se pueden permitir pagarlo. Y en efecto lo es…solo que, como te dije, las personas son seleccionadas cuidadosamente, y bueno, más allá de un simple descanso, les proporcionamos una vía de hacer realidad algunas de sus fantasías sexuales, o algunas de las depravaciones que haya en sus mentes.

-Pero…las ponygirls van por la superficie, como si nada, y he visto a personas con sus esclavos y esclavas caminando por ahí tranquilas. – comento Natasha, al tiempo que se abrían las puertas del ascensor en el nivel 3.

-Si te fijas bien, hay muchos vigilantes con radios, por todos lados. –le respondía Debonaire, mientras salían y caminaban por un amplio pasillo que llevaba a un par de puertas dobles que se hallaban cerradas - Somos capaces de desplegar un operativo de contingencia rápidamente para ocultar lo que no nos conviene que vean. El espacio aéreo por esta zona esta prácticamente restringido. Tampoco se pueden obtener imágenes satelitales, nuestro equipo de informáticos se encarga de ello. No te preocupes, estamos seguros aquí, no lograran descubrirnos. –termino de decir Debonaire, mientras abría las puertas, dejando al descubierto una enorme estancia perfectamente iluminada, casi tan grande como un estadio de futbol, en el cual se podían ver aparcados a un lado unos camiones con contenedores, algunos de los cuales tenían sus puertas abiertas y de los cuales bajaban a personas “empaquetadas” en camas de vacío.

-Este es el nivel 3. Acá llegan las presas nuevas, como te dije, vienen en camas de vacío, transportadas en contenedores. Un avanzado equipo de soporte vital instalados en dichos contenedores los mantiene vivos durante el viaje, y bien alimentados por intravenosas. Aunque no los mantiene dormidos, siempre están despiertos y conscientes de todo el viaje. Un pequeño precio a pagar por el crucero jejejeje –le comentaba Debonaire a Natasha, quien se hallaba aun mas sorprendida por todo lo que se mostraba ante sus ojos. No solo el cómo transportaban a los esclavos ni nada por el estilo, sino el nivel de organización y de construcción que había en el lugar. Ni que decir de la tecnología.

Natasha y Debonaire comenzaron a caminar a través de dicho campo subterráneo. A medida que avanzaban, Natasha observaba como cientos de esclavos, traídos por los cazadores desde distintas partes del mundo, era sacados de sus camas de vacío, sometidos con varas eléctricas, látigos o cualquier otro instrumento que pudiera servir para tal fin, y obligados a colocarse en fila india, para acto seguido, encadenar sus pies, manos y cuellos, de manera tal que todos quedaran unidos por cadenas, entre si. Luego eran obligados a caminar hacia el nivel 2, el cual quedaba arriba del nivel en que se encontraban. Debían subir por un angosto camino, cuyo piso tenía pequeñas púas de metal, con la punta “roma” las cuales no llegaban a enterrarse en los pies, pero sí que causaban una terrible molestia al caminar. Natasha y Debonaire caminaron hasta donde se encontraba el argentino que acompañaba a Debonaire en el barco, cuyo apodo era “Chargento”. Le preguntaron por El Jefe, y este les dijo que él había subido al segundo nivel, por lo que la pareja debió regresar hasta el ascensor. Pero no lo hicieron a pie.

Chargento les cedió un “vehículo” para llegar hasta el ascensor. Era una cabima para dos personas, asegurada a las espaldas de dos esclavos que se hallaban a 4 patas. Debonaire y Natasha abordaron la cabina, dejando ambos descansar los pies sobre las cabezas de los esclavos, y les ordenaron apresurar la marcha hasta el ascensor nuevamente, atravesando el gran complejo de nuevo. En el camino, uno de los esclavos nuevos que llegaban intento escapar desesperadamente, pero le fue inútil, ya que sus testículos estaban atados con una cuerda cuyo otro extremo sostenía una chica de cabellos negros de aspecto rudo, con un cuerpo bastante musculoso, y en cuyo brazo izquierdo llevaba un tatuaje que rezaba la palabra “Dulce”. Dicha mujer para frustrar el intento de escape halo con muchísima fuerza de la cuerda, obligando al esclavo a caer, con sus ojos blancos, perdidos por el fuerte dolor.

Los protagonistas llegaron al ascensor, se bajaron del peculiar vehículo que los transportaba y pusieron marcha al nivel 2. Las puertas del ascensor, al abrirse dejaron ver otra estancia inmensa, casi del mismo tamaño que la del nivel 3. – Este es el nivel 2. –Le comenta Debonaire a Natasha. - Este es el nivel donde se decide en cierta forma el destino de las nuevas presas. Las que serán subastadas, las que nos “encargaron” algunos clientes especiales, las que se quedaran en la isla, las que se rifaran en la lotería, las que dejaremos en la cacería de esclavas, y un largo etc. También se lleva a cabo una especie de control de calidad más que todo para las que se quedaran en la isla, así se verá que tarea se les asigna. – Continuo relatándole el cazador mientras caminaban a lo lago de la estancia, hacia un par de puertas ubicadas en una pared, tras las cuales quedaban las oficinas del Jefe.

-Ya veo… -Le contesta Natasha. – Mencionaste que encargan esclavos algunos clientes…¿Es eso posible?

-Claro que lo es. Siempre y cuando no se dañe a gente inocente, es posible encargar que les traigamos a las personas. Si los objetivos que nos encargan son gente de bien, pues, es muy probable que la persona que nos hace el encargo termine como un esclavo más en la isla, por querer ser tan hijo de puta…Esto por lo general no se lo decimos a nuestros clientes, te lo digo a ti porque confío en ti, y sé que no eres capaz de hacerle daño a nadie que no se lo merezca. Pero siempre es así, les informamos a los clientes que es posible encargarnos objetivos específicos, y si nosotros los estudiamos y determinamos que es un objetivo no valido, y que el cliente en realidad es un cabron, lo jodemos a él…Aunque sabes, solo ha pasado dos veces…

-Interresante…- Dijo la chica, mientras ya llegaban frente a las puertas, y Debonaire en gesto caballeroso se las abría a Natasha. Esta comenzó a excitarse al ver la escena que se presentaba tras la entrada a la oficina.

El Jefe se hallaba sentado sobre una esclava que estaba a 4 patas, con un collar de cuero en su cuello, y una máscara de látex totalmente pegada a su piel, que le cubría toda la cabeza, apenas dejando un hueco por el cual sobresalía la nariz. El Jefe se hallaba vestido con un jean azul y una camisa “guayabera” abierta, dejando ver su torso. Su verga erecta salía del pantalón, y era lamida por dos hermosas chicas rubias desnudas, con unas fetichistas sandalias de taco alto negras puestas. El morbo estaba en que ambas hembras eran gemelas, ambas de pechos enormes, y culo muy bien dotado. Estaban de pie, inclinadas hacia adelante, sin flexionar las piernas. Ambas tenían lágrimas saliendo de sus ojos, y no era para menos, ya que Asturiano y Gringo estaban empalándolas por sus culos con sus vergas erectas. Si bien las chicas al ser capturadas fueron violadas por su antes virgen culo, lo cierto era que aun no se acostumbraban al anal. Pero eso lo iban a solucionar en la isla.

Los tres hombres que usaban a las chicas dibujaban en sus rostros una expresión de placer infinito, sin duda gozaban de los culos estrechos. Las empalaban bruscamente, sin piedad alguna, dándole azotes con las manos abiertas en sus nalgas. El Jefe, mientras se la mamaban, las castigaba a ambas en la espalda con una fusta. Las chicas si bien deseaban morderle la verga a ese hombre, sabían lo que les esperaría si lo hacían, por lo que sumisamente soportaban todo lo que les hacían. Natasha y Debonaire observaban atentos la orgia.

-Te apuesto diez mil dólares a que Gringo acaba primero que Asturiano… -le dijo Debonaire en el oído a Natasha, quien no esperaba la apuesta y lo vio con cierta cara de sorpresa. No respondió nada, aunque más que todo porque no le dio tiempo, efectivamente, Gringo acabo primero que asturiano entre múltiples gemidos. Aguanto un poco en el culo de la chica, mientras el miembro se ponía fláccido. Luego lo saco, y tomo un cono anal, el cual selo inserto sirviéndole como tapón para que no se escapara el líquido. Un par de minutos después, Asturiano también se corrió en el culo de la hermana gemela, y repitió la misma operación que su compañero, insertando un cono anal en el abierto culo de la chica. Por último, luego de otros 5 minutos, el jefe termino de correrse también gracias a las atenciones de las bocas de las gemelas, yendo su leche a parar al piso.

Ambas hermanas gemelas fueron apartadas, puestas a 4 patas a un lado del trío de amos. El Jefe se levanto de su “silla”, no sin antes guardarse la verga abrillantada por las babas de las hermanas, y se dirigió hacia Debonaire y Natasha, halando de una cadena que estaba unida al collar de perra de la esclava enmascarada, y llevándola delante de la chica rusa.

- Natasha Kuvikova… -Comenzó a decir El Jefe –Hermosa mujer de nacionalidad rusa, nacida en San Petersburgo, hace 26 años. –continuaba diciendo El jefe, ya caminando de un lado a otro ante el cazador y la chica rusa, con la esclava perra siguiéndole, halada por la cadena. En uno de los pases ante la pareja, ambos pudieron notar que la perra, en realidad era un transexual, ya que en su entrepierna colgaba una verga fláccida. Tanto Natasha como Debonaire no se esperaban que asiera fuera. El Jefe proseguía su corto discurso : –Criada en el seno de una familia importante…supongo que no reconoces a esta perra…claro, con la máscara puesta, que vas a estar reconociendo jejeje… -le dijo a Natasha.

El Jefe se ubico a un lado de Debonaire, para decirle al oído – Ya que tu y ella andan en plan de tortolitos, no sería mala idea que la abrazaras por detrás, lo que le voy a mostrar la puede conmocionar mucho… -Debonaire, extrañado, siguió las instrucciones, colocándose detrás de Natasha para rodear con su brazo derecho la cintura de la chica, y con el izquierdo acariciar su cabellera suave y tiernamente, apoyando su barbilla en el hombro derecho de la chica. Natasha no pudo evitar estremecerse por este trato, le resultaba realmente agradable, y muy confortable, nunca se imagino que este hombre, que se veía que era rudo, pudiera llegar a ser tan tierno. Ya había probado cierta ternura de su parte en la cama, pero esto era distinto. También estaba extrañada, no entendía lo que sucedía, que le habría dicho El Jefe al cazador para que este se comportara así justo en ese momento.

El Jefe coloco su mano sobre la máscara de la esclava transexual, para seguidamente quitársela, con algo de dificultad, ya que estaba bastante adherida a su piel. Natasha se quedo helada al ver el rostro de la esclava. Se puso pálida, y comenzó a sudar frio. Sus ojos se aguaron rápidamente, cayendo algunas lagrimas por su hermoso rostro. Sintió un fuerte nudo en la garganta, que le impedía articular palabra alguna, y noto como sus piernas flaqueaban, de no ser porque Debonaire la sostenía, se hubiera caído al piso.

Debonaire se hallaba extrañado, no entendía lo que le ocurría a la chica. Inmediatamente llego a pensar que se trataba de su padre, o algo así. –Tasha, ¿te sientes bien? ¿Qué sucede? ¿Te quieres sentar? –le preguntaba sin obtener respuesta. Debonaire miraba fijamente el rostro del trans, había pasado por un proceso de feminización fuerte, al punto de parecer bastante el rostro de una chica. Se veía raro, pero si podría pasar por chica fácilmente. Además de eso, su cuerpo era idéntico al de una mujer, de no ser por lo que colgaba entre sus piernas. No entendía muy bien la reacción de Natasha, ni como lo habría reconocido. –Tasha dime…¿Qué sucede? –le volvió a preguntar. Gringo y Asturiano rápidamente le sirvieron un vaso con agua y azúcar, aunque el bebedero ya era de los normales, no aquel tan peculiar que se hallaba en el nivel de la superficie del complejo.

Debonaire la sostenía firmemente aun. Los otros dos cazadores lograron darle el agua en la boca, con sumo cuidado de que no se derramara. El Jefe se les acerco –¿Reconoces a este animal? –le pregunto.

-Claro que lo reconozco… -contesto la chica con una voz débil y entrecortada, casi en llanto. -es uno de los responsables de la muerte de mis padres…


No…en este capítulo no habrá eso de “(tanto tiempo después…)”, como acostumbro hacer en mis relatos…Así que:

Continuara…

Muchísimas gracias a aquellos que leyeron este relato, y una vez más, pido mil disculpas por la tardanza en publicar la continuación, estuve desarrollando otra historia para otra categoría, y además he estado algo corto de tiempo para escribir.

Espero no haber defraudado con esta continuación, que la hayan disfrutado, así como espero poder escribir el siguiente capítulo con mayor prontitud.

Los animo a dejar sus comentarios (buenos o malos) en la página o bien en mi bandeja de entrada de correo escribiéndome a Universo_x16@yahoo.com .Sus comentarios me animan a continuar y en el caso de las criticas a tratar de corregir algunos puntos.

Un Saludo.