La Isla del morbo (Completo)

Un fin de semana en las islas con Carol y mis amigos se convierte historia de erotismo y morbo gracias a una misteriosa pareja y sus prácticas.

Hace más de un mes que no sé nada de Carol. Realmente me esperaba algo así, la cosa se nos había ido mucho de las manos. Echo de menos sus besos, sus caricias, sus sonrisas. También echo de menos su calor y la suavidad de su piel. Echo de menos nuestros juegos, nuestro morbo. ( NOTA DEL AUTOR : La historia con Carol se cuenta en mi otro relato "Perversiones en la red" )

Hoy me llaman del grupo de amigos, para proponerme plan para el fin de semana, un viaje a las islas, acampando. Por supuesto son amigos comunes de Carol y míos, por lo que imagino que a ella también la invitarían. Estoy muy nervioso, desconozco si va a ir. Por un lado hace que pueda verla, al fin y al cabo siempre hemos sido amigos y no me gustaría perder eso, aunque entiendo que a partir de ahora es distinto. Por otro lado, el morbo y el miedo a desearla tanto me echan atrás. Si va, irá su marido con toda seguridad y la situación puede ser muy incómoda.

Aunque de primeras digo que no voy, no tardan mucho en convencerme y acepto. Nos marcharemos el viernes por la tarde y volveríamos el domingo a la tarde, pasando dos noches en el camping de la isla. La isla no está muy lejos, es un paseo de unos 40 minutos en barco. Es un lugar idílico, mágico. Creo que es de los lugares más mágicos en los que he estado. Inmensas playas por toda la isla. Arena blanca y brillante. Bonitos árboles, acantilados, bonitos sitios para comer. El camping en sí no es gran cosa, pero la idea de estar acampado en una isla es increíble.

Llega el día y llevo mi tienda de campaña, de tres personas. Me encanta el camping y tengo un equipo, aunque modesto. Un pequeño camping-gas, una mesa y algunos utensilios de cocina. Tampoco me gusta tener muchas comodidades, justamente lo que me gusta del camping es sentirme en la naturaleza. Para comodidades, ya las tengo en casa.

Hemos quedado en el puerto, media hora antes de partir el barco.  Llego puntual y saludo a las parejas que ya han llegado. Saludo a Marcos y Rosa, con sus hijos, y a Elena y Jesús. De pronto, a mi espalda siento la voz de Jorge,  marido de Carol. No tardo en escucharla también a ella. Me giro y saludo a Jorge, que me saluda sonriente como siempre. Miro a su lado y me quedo cara a cara  con Carol. Me acerco y le doy dos besos. Me sonríe ligeramente y siento su perfume y suaves mejillas. Parece que todo lo que ha pasado hace un mes ha sido un sueño. Como si nunca haya sido mía. Carol viste ropa deportiva, unos leggins oscuros y una pequeña chaqueta deportiva, curiosamente la que había llevado muchas veces cuando jugábamos. ¿Será esto una señal de que no se olvida? ¿O una simple coincidencia?

Ya dentro del barco, hablamos animadamente. Con Carol todavía no he dirigido palabra, solo alguna mirada de vez en cuando, que me hace ver que está un poco perdida, como yo. Hace un día estupendo pese a estar terminando el verano. Nos hemos puesto crema solar y quitado las partes de arriba. Carol se queda en un bonito bikini negro, marcando sus pequeños pechos. Una mirada hacia  ellos y me viene a la mente muchas escenas que habíamos vivido. Sobretodo el día que me los ofreció por primera vez, y de cómo los mamé como si fuese un bebé. Después de un par de cervezas en el barco, llegamos a puerto. Tras la maniobra de desembarque nos dirigimos hacia el camping de la isla. Aún hay un buen trecho, y entre todos llevamos neveras y demás material. Ya en la entrada el camping, hacemos el check-in que nos lleva una exagerada media hora, pese a no estar el camping completo. Es final de temporada y supongo que tienen menos medios, pero algo incomprensible ya que no es precisamente barato acampar allí.

Llegamos a la zona del camping y buscamos un sitio adecuado, suficiente para colocar las tiendas. Una tienda para los niños, otras tres para las parejas y la mía. Hay poco sitio y pegamos las tiendas mucho, la mía queda en la parte más exterior, cerca de los límites del camping, y lindando con la de Jorge y Carol al otro lado. Como todavía es temprano, decidimos ir a la playa. Yo no soy mucho de playa, y decido ir a dar un paseo antes. Ellos se dirigen ya a la playa, nudista, que está al otro lado del muelle.

Cojo los auriculares y doy un paseo por el camino principal de la isla, que la recorre alrededor. Hace mucho calor, solo llevo un pequeño bolso y voy en bañador y chanclas. Disfruto del paisaje, del olor de la arena, árboles y del mar. Siempre consideré esas islas como un lugar afrodisíaco ya que en ese mismo lugar he tenido mis primeras relaciones sexuales, en mi adolescencia. Me siento en excitación permanente. No física, pero sí psicológica. Cada vez que me cruzo con alguna chica me siento especial. Me gusta oler su perfume una vez que pasan a mi lado. Por supuesto, las observo, con una mirada rápida y directa. Me enamoro unas 30 veces durante el corto paseo. Después de tomarme una cerveza y cigarro en la terraza del bar del Camping, decido coger la toalla e ir a la playa.  Voy un poco nervioso, nunca me siento muy cómodo en una playa nudista, pero esta vez será todavía más extraño. Volveré a ver a Carol desnuda, pero esta vez habiendo probado su cuerpo.

Llego a la zona y localizo a mis amigos. La playa en cuestión es preciosa, bastante amplia y larga. Llego a las toallas y veo a Rosa y Marcos tumbados, durmiendo. Jesús juega con las niñas en la orilla y su novia, Elena toma el sol. No veo a Carol ni Jorge por ningún lado, por lo que supongo que se han ido a dar un baño. La verdad es que hace mucho calor. Coloco mi toalla a continuación de la de Elena, que es la ultima de la fila de toallas. Me quito el bañador y me aplico crema corporal. Puedo sentir a Elena respirar hondo, está dormida. En una situación normal, día normal, me pasaría desapercibida, pero hoy no es tal día. Observo a Elena, completamente desnuda a mi lado. Sus pezones son enormes, muy bonitos, pero exageradamente enormes. Apuntan al cielo muy firmes. Disimulo mis miradas mientras me aplico la crema. Ahora bajo más mi mirada hacia su entrepierna, perfectamente depilada. Tiene unos bonitos labios, bastante marcados y hasta se vislumbra su clítoris. La verdad tiene un cuerpo fabuloso. Una  vez que termino de echarme crema, enciendo otro cigarro y sentándome en la toalla veo hacia el mar. No tardo en encontrar a Carol, chapoteando dentro del agua como una niña, mientras su  marido se da unos largos nadando. Me encuentra con la mirada y levanta la mano saludando. Sonríe. Se la ve muy feliz. Decido ir a darme un baño y me levanto, caminando hacia la orilla.

Por el camino saludo a Jesús que juega a las palas con una de las hijas de Rocío. El agua está helada. Carol se acerca a la orilla para recibirme y darme ánimos para entrar. Y la verdad, lo hace, pues ver sus pechos mojados y endurecidos por el frio es el mejor ánimo que me puede dar. Voy avanzando y decido tirarme, no aguanto con el frio. Está más helada de lo que parece. Nado un poco y Carol vuelve a adentrarse conmigo. Jorge se acerca también y charlamos un rato del buen día que hace, del calor y de lo bien que se está en el agua pese a lo fría que está. Carol se va a nadar un poco, dejándome ver que lleva la parte de abajo del bikini, también de color negro. Jorge y yo hablamos un rato hasta que se despide y se va hacia la toalla.  Yo me quedo un rato flotando hasta que noto las manos de Carol en mi espalda intentando asustarme. Me rio y se coloca flotando a mi lado. Hablamos un rato, lo típico,  que tal, como te va,  sin sacar el tema que a ambos nos preocupa desde hace tiempo. Es complicado mantener las formas, solo con estirar un poco las manos podría volver a sentir la suavidad de su piel. Nadie se enteraría, es la situación ideal. Pero algo me impide dar ese paso. Incluso su mirada me lo pide y sus acciones, flotando cada vez más cerca de mi. Nos quedamos en silencio ambos, Carol flota delante mía, sonriéndome. Vuelvo a sentir esa sensación que tanto añoraba. Todavía sigue siendo un poco mía. Y yo soy completamente suyo. Nuestros pies se rozan al flotar juntos. Ninguno de los dos se atreve a estirar la mano, aunque ambos lo estemos deseando. Nos separamos poco a poco y vamos rumbo a la orilla. A medida que va cubriendo menos, su desnudez se va mostrando a mi lado. Busco cualquier excusa para dirigir mi mirada a ella, me tiene fascinado. Salimos del agua y tras charlar un poco con Jesús nos dirigimos a la toalla. Carol se tumba sobre su marido que pega un grito enorme  por el frío. Yo me tumbo en mi toalla, no sin antes disfrutar un poco de las vistas, ya que Elena está ahora boca abajo, y eso junto a que tiene un poco separadas las piernas, da una vista de pecado. Me tumbo y sin darme cuenta me quedo adormecido.

Me despiertan unas risas. Ya es hora de la merienda. Me incorporo y tomo una fruta, los demás están todos en corralillo jugando a las cartas. Carol está en la toalla de Elena, justo dándome la espalda. Me incorporo y me acerco por detrás, bromeando con verle las cartas. Me siento detrás y decido no participar en la partida. Saco un cigarrillo y lo fumo con tranquilidad. Miro alrededor y una pareja capta mi atención. Son una pareja joven, ambos rubios, parecen extranjeros. Calculo que tendrán unos 22-23 años como mucho. La chica tiene el pelo corto, con el flequillo más largo hacia un lado. Tiene piel clara, labios rosáceos y ojos increíblemente azules. Llevo puestas gafas de sol y me tomo tiempo en observarles. El chico es alto, no musculoso pero sí se nota que está en forma. Ojos azules y pálido como ella. Ella fuma un cigarro y el sostiene una cerveza. Están ambos incorporados mirando hacia la orilla. Están suficientemente cerca para que pueda fijarme en detalles. La chica inclina un poco para atrás su cuerpo, apoyándose con una mano estirada hacia atrás. Con la otra agarra el cigarro y le da caladas profundas y jugando con el humo al salir. Tiene varios pendientes en la oreja y un piercing pequeño en la nariz, del cual sólo se percibe el brillo. No me gustan los piercing pero en ese caso le queda muy bien. Sigo observándola, sus pechos puntiagudos, poco desarrollados, separados y abiertos uno con respecto al otro. Sus aureolas son muy pequeñas, y su color casi imperceptible de lo claros que son. Sus pezones son pequeños también, y bastante claros aunque no tanto como la aureola. Es casi del color de sus labios. Sigo bajando la mirada pero sus piernas, cerradas, me impiden ver más. Subo la vista sin mover la cabeza y veo que está mirando hacia mí, y me dedica una sonrisa. Nunca me sentí un chico atractivo, se me hace extraño que se haya fijado en mí. Incluso veo para atrás por si está mirando a otra persona. Me sigue mirando y veo como con el codo le da un toque a su pareja, y le susurra algo al oído. Su pareja me observa y le dice algo al oído a la chica, que le contesta asintiendo con la cabeza. Se me hace una situación muy extraña. Más todavía cuando la chica separa despacio sus piernas, dejándome ver su más preciada intimidad. Sus bonitos labios rosáceos aparecen en su entrepierna prácticamente depilada salvo por una mata de vello en la parte superior, perfectamente recortada. Es una chica 10, de esas que sólo salen en los catálogos. La observo durante un rato y enciendo otro cigarrillo para relajarme un poco, pues al estar desnudo corro el riesgo de tener una erección allí mismo. De pronto, la chica se incorpora y se da la vuelta para buscar algo en su bolso. Su cuerpo se recuesta sobre la toalla y busca con insistencia. Como no lo da encontrado, se incorpora más quedando a cuatro patas. Casi pego un salto en mi toalla al verla así. Si por delante era de 10, por detrás no era menos. Poco puedo disfrutar de la vista pues encuentra lo que busca y se da la vuelta otra vez. Activa su móvil y se pone a escribir enérgicamente en él. Bloquea el móvil y llama a su pareja, ahora recostada. La pareja se incorpora, y busca en su bolso el móvil. Mira la hora y lo guarda .La chica recoge sus cosas y se pone un pareo. Ambos se levantan y antes de irse, la chica me dedica una ultima sonrisa. Se van hacia el otro lado de la playa y parece que buscan a alguien. Esa pareja me intriga y sigo sus movimientos. No tarda en aparecer otra pareja y se saludan, para caminar juntos hacia el extremo más alejado de la playa, y posteriormente perderse por caminos entre la maleza.

Carol me da un susto, para decirme que se van todos al agua, que si me apunto. Le digo de momento no, y luego saca las palas de su mochila. Creo que es un gesto claro y por supuesto no pude decir que no cuando me ofreció jugar un poco en la orilla. Carol se levanta ahora delante de mi, estaba de espaldas y cuando se pone de pie compruebo que se ha quitado la parte de abajo del bikini, quedando ahora totalmente desnuda. Es la primera vez que veo su culo tan de cerca y a plena luz del día. Es estupendo. Me viene a la mente su tacto, cuando la masturbaba agarrada a la valla de la pista. Mientras los demás se meten de un chapuzón en el agua, yo y Carol buscamos una zona algo vacía en la arena mojada para improvisar una pequeña pista. Carol se coloca de frente, y mis primeras miradas no pueden ser para otro lado que no sea su entrepierna. Recuerdo que un día fue mía, me hundí en ella, y dejé dentro lo más personal que tengo. Fue maravilloso. Empezamos la partida y ambos jugamos desnudos, creo que un poco recordando todos nuestros encuentros. Hace muchísimo calor, son cerca de las 19:00 pero estamos sudando muchísimo. Cada vez que había una pausa, recuerdos venían a la mente. Aquella vez que levantaba su falda, en mitad de la pista, para mostrarme algo que ahora veo perfectamente desde hace un buen rato. Sus pezones marcados en su top. Recordar todo eso me eriza, y sin poder evitarlo me provocan una pequeña erección. Carol se percata al momento, su juego de miradas continúa como hace meses atrás. Me comienzo a sentir incómodo, aunque no se levanta noto su dureza y como se vuelve más gorda. Decido por eso terminar la partida y pedir para ir al agua. No tardo nada en meterme, dando un gran sprint y salto incluido. Carol me sigue, y pronto estamos todos en un corro charlando. El agua está a rebosar de gente. Con una simple pelota pasamos un buen rato jugando hasta que poco a poco se van retirando la gente. Ya son cerca de las 20:00, y hay que ir pensando en ir al Camping a cenar. Carol y yo nos quedamos un ratito más dentro, charlando tranquilamente. Poco a poco la gente se va yendo del agua, y de la playa. Salimos del agua y de camino observo que todavía están las toallas de la pareja misteriosa.  Miro hacia el extremo donde habían desaparecido antes y los veo venir, agarrados de la mano. Mirando un poco hacia el otro lado distingo a la otra pareja llegando a su toalla. Ambas parejas parecen muy acarameladas. Me siento en la toalla, abro una cerveza y enciendo un cigarro. Los demás comienzan a secarse y a vestirse. Yo me lo tomo con calma. La pareja misteriosa se sienta en la toalla, se les nota cansados y algo sudorosos ambos. Se encienden un cigarro cada uno y abren una cerveza que comparten. Cuando me miran, levantan su cerveza a modo de brindis y me sonríen. Yo sin saber muy bien porqué, levando mi cerveza también y les saludo. Se besan y ahora el chico busca su móvil de pantalla enorme de su bolso y lo sitúa de forma de su chica lo pueda ver con el, como enseñándole algo. Hacen comentarios de vez en cuando, se ríen y hasta se asombran por lo que están viendo. Los demás ya casi están listos y yo me levanto para vestirme en cuestión de un par de minutos. Avanzo hacia la salida, pasando cerca de la pareja. Los ojos de la chica son más impactantes de cerca. Ambos miran para mí cuando me voy por lo que les saludo. Me responden ambos en español, pero se nota que no son de aquí.

Llegamos al Camping, y después de dejar las cosas algunos se van yendo a las duchas mientras los otros vamos preparando la cena. Yo soy de los últimos que se va a la ducha. Está quedando una noche preciosa. Cuando estoy en la ducha, veo una cara familiar. Es el chico rubio de la playa. Me saluda nada más verme. Pronto me doy cuenta de que de español poco sabe, y chapurreando un poco descubro que es finlandés y que llama Luc. Charlamos un poco, lo que se puede entender más o menos y nos despedimos. Parece majete. Están alojados en el Camping, dos tiendas detrás de las nuestras. Creo que me invitó a tomar algo después de cenar, aunque tampoco lo entendí muy bien.  Ya con los amigos nos organizamos para hacer la cena. No falta cerveza ni comida. Perritos calientes en este caso. Nos echamos unas risas y en el Camping se nota buen ambiente en general. Casi todo el mundo está fuera de sus tiendas, hace una noche agradable y se escuchan muchas conversaciones.

Las horas van pasando y parece que nadie tiene sueño. Estamos todos animados bebiendo pero con el paso de las horas algunos van cayendo por el cansancio y también por las copas. Rocío y Marcos son los primeros en irse a dormir y pronto les siguen los demás.  La verdad yo no tengo mucho sueño y recuerdo la invitación de Luc. Voy al lavabo y cuando vuelvo observo los cabellos de el y  de su chica a lo lejos. Tienen una pequeña linterna de gas y están fumando. Paso por mi tienda y tras recoger mis enseres, en este caso solo tabaco, móvil y mechero, me dirijo a su posición. Para no ser mal invitado, llevo un pack de cervezas. Luc me saluda efusivamente, están compartiendo una botella de vodka o algo así, y hay restos de que antes estuvo más gente. Son cerca de las 3 de la mañana y hablan susurrando. Luc me presenta a Katerina, su eclipsante chica. Como hace una noche calurosa y son gente de zonas frías, Luc está en bañador y Katerina viste el bikini para arriba y un short para abajo. Le doy dos besos y dudo de si es una mujer de verdad o una muñeca. Piel tersa y las mejillas más suaves que he besado nunca.

Me invitan a una copa y charlamos durante un buen rato. Descubro que  Luc tiene 24 años y Katerina 23. Llevan 7 días de vacaciones y todavía se quedarán unos días más. Les encantan las islas y dicen que se lo están pasando en bomba. Fumamos y bebemos, compartiendo cerveza y de su vodka, que aparentemente a ellos no les afecta pero  a mi me sube muchísimo. Nos dan cerca de las 4 de la mañana. Las conversaciones se vuelven más raras, y comenzamos a hablar de sexo. Llevan bastante tiempo juntos y se consideran muy abiertos en cuanto al sexo. Aunque entre el idioma, las copas, todo se vuelve un poco engorroso. Se me pasa por la cabeza preguntarle sobre lo de la tarde, de porque se ausentaron durante ese par de horas, fue todo muy extraño. Sin embargo considero que todavía no tengo tanta confianza para ello. Les pregunto si les gustó la playa y su contestación es una sonrisa de oreja a oreja de ambos, que se miraban.

Katerina está muy sexy, aunque con tan poca luz no se podía apreciar esa maravilla de ojos, si que se vislumbraba sus facciones, bajo la luz de la luna. Está realmente encantadora, cautivadora. Su escasez de ropa también ayuda en ese sentido, pues su minúsculo bikini apenas cubre sus pechos, que ya de por sí son bastante pequeños. Hay algo enigmático en su mirada, que me fascina.  Me gusta la forma con la que me mira, sus gestos, sus posturas. Me siento totalmente dominado por esa chica. Luc se va al servicio. Quedarme solo con Katerina es una sensación increíble.  Ella se acerca a mi oído y me suelta un piropo, mientras dobla su cuerpo sobre mí, permitiéndome oler su perfume mezclado con olor a mar.

Ya siendo las 4 de la mañana, el revisor del Camping pasa con la linterna pidiendo a todos que por favor nos fuésemos a dormir. Nos despedimos y me sorprende que me invitaran a quedar. Tienen una tienda enorme pero no acepto agradecido. Me levanto y le doy dos besos a Katerina y un abrazo a Luc. Nos intercambiamos los whatsapp y me dirijo a la tienda.

Al llegar a la tienda, algo llama mi atención, hay luz  muy suave en la tienda de Carol y Jorge y se escucha ruido dentro. Primero no le doy importancia hasta que estoy metido en la tienda y acurrucado en el saco. El silencio lo rompe los suaves gemidos que vienen de la tienda de al lado. Por supuesto reconozco esos gemidos pues los he tenido en mis oídos hace no mucho tiempo atrás. Escuchar a Carol gemir otra vez hace que me revuelva dentro del saco, y que tenga una erección enorme. Tan grande que es inevitable llevar la mano a mi miembro. Estoy muy nervioso, y no tardo en empezar a masturbarme. Llevo todo el día muy excitado. Carol sigue volviéndome loco, y Katerina me tiene eclipsado. Me masturbo al ritmo de los gemidos de Carol, imaginando que está sobre mí en ese momento. Pero un whatsapp me interrumpe. Me extraña la hora y veo para la pantalla del móvil. Es un whatsapp de Katerina. En un perfecto inglés me dedica las buenas noches, adjuntando una imagen. Cojo el móvil nervioso. Abro la imagen y no doy crédito a lo que estoy viendo. Es una foto de ella, de cuello hacia arriba. Sus impactantes ojos mirando a la cámara. Fondo de cielo azul, no se distingue cual azul es más intenso y profundo. Katerina sonríe, se la ve increíble. En esa foto se ve que tiene algunas pecas. Pero lo que más me impacta de la foto no es eso, si no lo que está haciendo. Tiene la boca algo girada, como burlona y besa…un enorme glande. Por si fuera poco morbosa la imagen, al otro lado se puede observar otra enorme verga, la cual agarra con su pequeña mano. Distingo el color negro de sus uñas, tal y como las lleva hoy. No tardo nada en verificar la fecha de la foto. La foto es de esta misma tarde, durante las horas que estuvieron desaparecidos. Dejo el móvil y sigo masturbándome ahora más rápido. Carol ya ha dejado de gemir, y yo no tardo nada en llegar a un orgasmo que hace que arquee mi cuerpo mientras se empapa mi barriga.

Los primeros rayos del día son suficientes para despertarme. Son las 7:00 de la mañana y me levanto un poco descolocado. Donde estoy, que hora es. Cojo el móvil y al desbloquearlo lo primero que veo es la imagen de Katerina. Eso me hace ver que lo de ayer ha sido verdad, cosa que dudaba al despertar. Solo ver la foto ya me provoca otra erección. Me asomo fuera de la tienda y veo a Carol, tomándose un café. Hablamos un rato mientras los demás todavía duermen. Le cuento que había conocido a Luc y “Kate” y después de desayunar decidimos ir a dar un paseo.

Después de darnos una ducha, cogemos un par de toallas y nos vamos a pasear por la playa mas cercana, que está a escasos metros del camping. Es la playa más larga de la isla, la playa principal, pero donde termina se crea una nueva playa mas pequeña, algo oculta tras los árboles. Además, esta segunda playa más pequeña da hacia la otra isla, lo que hace que las vistas sean increíbles. Paseamos un buen rato y después de recorrer esa segunda playa subimos por un camino que cruza el monte que lleva hacia el camino principal. Atravesando el monte, recuerdo un lugar donde hay unas vistas increíbles hacia la playa pequeña. Convenzo a Carol para ir y después de perdernos un poco llegamos a un alto en el que hay una especie de balcón de varias piedras con vistas a la playa, vacía todavía y cubierta por una fina niebla. Estamos algo cansados de la caminata y nos sentamos en unas piedras. Me entran ganas increíbles de preguntarle que tal ha sido ayer con Jorge, si lo ha disfrutado. Pero es un pensamiento que tarda medio segundo en desaparecer.

Estoy muy confuso y permanentemente excitado por toda la situación que me rodea. Disfruto sintiéndome así, pese a no tener sexo propiamente, me siento lleno y satisfecho. Pero debo alimentar al morbo. Observamos ambos en silencio el paisaje, cojo un cigarro y lo fumo despacio. Carol viste un pequeño pareo, con una sudadera de cremallera para arriba. Busco contacto y me siento en la misma piedra sobre la que está ella. Mira para mi  y me sonríe. Me siento muy extraño,  parece que no haya pasado nada entre los dos. Estamos un poco perdidos, pero ambos nos deseamos. Nos deseamos desde hace mucho, y aquel día en el coche por fin lo demostramos. Recuerdo sus gemidos, no tenían nada que ver con los que escuché ayer, eran mucho más intensos.  Termino el cigarro y paso mi mano por su espalda, agarrándola por la cintura.  Carol se revuelve en la roca, pero no se separa ni un centímetro. La miro, tiene la mirada perdida en el horizonte. Busco su mejilla y la beso, ella cierra los ojos al sentir mis labios. Suspira. Busco sus labios, pero no los encuentro, gira su rostro despacio. Una suave brisa mueve su pelo. Vuelvo a intentarlo por segunda vez, busco sus labios. Encuentro su comisura, no se separa esta vez de mi, deja caer su bolso al suelo y se entrega. Nos besamos. Los recuerdos afloran para ambos: nuestro primer beso, nuestro primer contacto. Nos abrazamos y su lengua me busca con deseo. Nunca la sentí tan dentro de mi boca. Carol se separa, nerviosa, mira hacia la playa, hacia atrás, hacia el otro lado y luego me busca otra vez ansiosa. Desliza su mano por mi pelo, para luego bajarla por mi pecho, separando y enterrando los dedos en mi piel. Deslizo mi mano por su cuello, agarrando la cremallera de la sudadera, deslizándola suavemente hacia abajo, lo justo para dejar a la vista su canalillo. Meto la mano por el hueco que deja la cremallera abierta y busco sus pechos, todavía bajo su bikini. No tardo nada en colar una mano con deseo bajo una copa, sacando el pecho. Luego lo hago con el otro, dejando  a la vista parte de sus pezones. Deseo mamarlos, como he hecho aquel día. Me levanto y me arrodillo delante de Carol, sin dejar de besarla. Bajo mas la cremallera casi desabrochándola de todo. Carol vuelve a ver nerviosa hacia abajo, estamos en un alto pero perfectamente visibles si alguien entrase en la playa. Separo las partes de su sudadera y sin perder tiempo deslizo los triángulos de su bikini hacia los lados para dejar su desnudez a la vista. Acerco mi boca y comienzo a succionar uno de sus pechos, mientras con la otra mano acaricio el otro. Las manos de Carol van a mi cabeza y me acaricia el pelo mientras vigila nerviosa que no venga nadie. La noto jadear por la situación. Busco su otro pecho e intercambio las manos, magreando ahora el pecho ya húmedo de mi saliva. Mientras esto sucede, sus piernas están separadas,  y desde mi vista, veo su braguita bajo el pareo. La vista es increíble y estoy fuera de mi. Pongo mis manos en sus muslos y los separo más, haciendo que Carol se quede totalmente abierta encima de la piedra. Si alguien entrase en la playa ahora no se creería lo que vería. Me acerco a su entrepierna y aunque Carol se pone muy inquieta no cedo en mis deseos.  Acerco mi boca a su braga y con un dedo retiro la tela, dejándome ver nuevamente su precioso tesoro, totalmente depilado. Se nota muy húmedo y siento el vapor caliente que me da en mis mejillas. Acerco más mi boca  y con mis labios beso los suyos, pero los de su sexo. Utilizo la lengua para lamer todo su contorno. Es increíble su sabor, nunca deseé tanto esto. Separo sus labios con la lengua y comienzo a lamer su interior, subiendo la lengua hasta cerca del clítoris y bajándola hacia su entrada. Carol tiembla encima de la roca, mientras comienzo a comérselo con deseo. Busco su agujero y me impresiona comprobar cuánto líquido sale de su interior. Introduzco la lengua al tiempo que Carol comienza a gemir. Después de presionar hace los lados, la saco y busco otra vez sus labios, para ahora cogerlos con los míos y chuparlos. Juego con ellos con mi boca, subiendo la intensidad. Está empapada. Subo mi lengua a su clítoris, y juego con el despacio, solo rozándolo. Espero la reacción de Carol para saber si es el momento para jugar más con él. Su reacción es buena, mueve sus caderas en círculos y deja de vigilar a su alrededor para fijarse en mí. Meto su clítoris entre mis labios, lo chupo suave y juego con mi lengua también, desde el interior de mi boca. Bajo la lengua y comienzo a lamer con ritmo, arriba y abajo sin dejar ningún rincón sin empapar de mi saliva. Los gemidos de Carol son muy claros ahora, estoy seguro de que se escucharían abajo en la playa. Estoy nervioso, deseo que termine, darle un orgasmo ahí mismo. Carol se aferra fuerte a la piedra, tiene marcas en sus manos. Gime cada vez mas fuerte, siento que está llegando. Sus caderas se mueven, se queda en tensión. Busco rápidamente su agujero y meto la lengua lo más adentro que puedo, sintiendo como estalla en mi boca. Su sabor interior cambia y me hace ver que está llegando. Jadeo sin apenas poder respirar pero no quiero alejarme ni un centímetro, quiero bebérselo.  Carol se corre con un fuerte temblor en las piernas. Levanta la vista y se tapa rápido con la chaqueta sudadera. Yo me quedo jadeando, me separo y veo lo empapada que se ha quedado. Con ayuda de un kleenex se limpia. Me incorporo y no decimos nada durante un buen rato. Nuestras respiraciones se van calmando. Disfruto del sabor de Carol en mi boca, me hace permanecer excitado permanentemente. Comenzamos a caminar, deshaciendo el camino andado. Antes de entrar al Camping nos tomamos una cerveza y charlamos un rato, sin comentar lo que ha pasado.

Nos dirigimos a la tienda, vemos a Jesús que ya está desayunando algo. Saludamos y yo me meto en mi tienda. Me tumbo e intento aclararme sobre todas las cosas que me están pasando. Con el sabor de Carol todavía en mi boca mi excitación es permanente. Decido aliviarme recordando lo que acaba de pasar  y viendo de vez en cuando, de reojo, la foto que me envió Katerina la noche anterior. No entiendo cómo se puede ser tan dulce y perversa a la vez. No tardo nada en terminar en un abundante e intenso orgasmo. De la intensidad, me quedo dormido.

Escucho ruidos fuera y me despierto, son las 11 y algo de la mañana todavía, he dormido unas dos horas más. Salgo de la tienda y saludo, intento evitar miradas con Jorge, me siento muy incómodo. No le cabría en la cabeza que tenga el sabor de su mujer en mi boca. Me dirijo al baño y me doy la segunda ducha del día. Ya de vuelta en la tienda, me pongo el bañador y compruebo en el móvil que tengo mensajes de Katerina. Simplemente me da los buenos días. Adjunta una foto nuevamente, la abro nervioso y resulta que es un auto-retrato de ella y de Luc todavía tirados en la tienda. Charlamos un rato y quedamos para vernos más tarde.

Salgo junto los chicos y me tomo otro café con ellos. Ya están todos despiertos y listos para ir hacia la playa.  Justo en ese momento, la pareja nórdica aparece para saludarme. Los presento ante todos y capto las miradas de mis amigos. La joven pareja llama la atención de unos y unas, son ambos muy atractivos. Ahora irán a dar un paseo  y luego irán también a la playa.

En la playa la mañana transcurre con intensidad, hace un día estupendo y caluroso y nos pasamos gran parte del tiempo en el agua. Carol está muy risueña y me manda miradas pícaras todo el tiempo, recordándome a los últimos días en la pista de tenis. Además, lleva desnuda desde primera hora, y siempre que es seguro, no me corto en disfrutar de la vista. Ella también lo hace siempre que puede. Entre ambos intentamos buscar situaciones en las que nos podamos ver explícitamente sin levantar sospechas entre nuestros amigos. Es un juego morboso y muy divertido. En el agua somos los que más aguantamos, aunque lo hacemos más que nada para poder quedarnos solos un rato. Cuando todos salen del agua, Carol se da la vuelta hacia mí, dándole la espalda a la orilla. Se coloca a una profundidad perfecta para dejarme ver sus pechos. Incluso pasa su mano sutilmente levantándolos, apretándolos, haciéndome disfrutar más aun de la vista. Cuando nos vamos más profundo, aprovechamos para nadar más juntos para así realizar un juego de manos completo bajo el agua. Nos masturbamos, nos tocamos, disfrutamos de nuestros cuerpos bajo el agua, mientras nadie se da cuenta. Ni su marido en la toalla. Pellizco sus pezones, que están duros permanentemente debido al frío y a la situación. Bajo mi mano a su entrepierna y noto el cambio de temperatura con respecto al agua. Introduzco uno o dos dedos en su interior, para sentir como arde por dentro. Yo también siento su mano, que juega con mi polla, apretándola y recorriéndola al tiempo que me masturba. Acaricio su culo, sus muslos, su espalda.

Ya de vuelta en la toalla, esta vez nos hemos sentado juntos. Jugar ahí es más arriesgado pero también más morboso. Ahora juegan todos a las cartas haciendo un corrillo. Carol está tumbada hacia abajo mirando hacia mi, que hago lo mismo pero mirando para ella. Yo estoy en el extremo de la fila de toallas, y ella es la siguiente. Noto como coge mi mano y la acerca un poco a su posición. Carol me observa con una mirada que me desarma  y acerca su boca a mi mano. Despacio, saca la lengua y, sin dejar de verme, comienza a lamer uno de mis dedos. Eso hace que me tiemble todo el cuerpo. Su lengua húmeda empapa mi dedo índice. Cuando llega a la punta, presiona con su lengua, intentando pasarla por debajo. Levanto sutilmente el dedo, de forma que sus labios lo abarcan rápido por la punta y dejan que se introduzca en su boca. Siento calor cubriendo el dedo y succionándolo. Sin dejar de verme, mueve su cabeza adelante y atrás muy despacio para pasar desapercibida, mientras siento su lengua juguetear con mi dedo dentro de su boca. No hay que tener una imaginación muy calenturienta para excitarse con eso. Mi pene es una piedra enterrada en la toalla.  Después de un rato chupando mi dedo, Carol deja que salga y después de darle un par de lametazos más me dedica una sonrisa que me lo dice todo.

Es cerca de la hora de la comida y comeremos en la playa. Están todos muy animados. Después de ir al Camping a por unas cervezas bien frías, nos disponemos a comer unos bocatas. Charlamos distendidamente mientras vemos como la pareja de finlandeses se coloca un par de toallas más allá. Saludan al vernos y se sirven unas cervezas. Los sigo atento con la mirada, Luc es el primero en quedarse en cueros, mostrando su gran dote. Katerina se lo toma con calma, desnudándose de forma tan sensual que hasta parece un streaptease.  No soy el único pendiente de ella, se ven varias miradas  de toallas colindantes e incluso de mis propios amigos. Kate viste unos apretados leggings negros, que desliza inclinando un poco su cuerpo y mostrando su diminuto tanga. Posteriormente, se quita el top mostrando sus pechos puntiagudos.  Mira alrededor mientras se quita la ropa, como si disfrutase de ser observada. Y al mismo tiempo, deseada. Se deshace de su fino tanga, quedándose como vino al mundo. Se queda un rato de pie, piernas algo separadas, como dándonos el placer a los que la observamos de verla en todo su esplendor. Se da la vuelta, mostrando su trasera. Se sienta y se queda incorporada, cerrando sus piernas.

Caen unas 3 o 4 cervezas con la comida y también un poco de licor. Entre el alcohol y el calor que hace a esas horas estamos todos bastante alterados. Sobretodo Carol y yo, pero por otros motivos. Después de la copiosa comida, la mayoría nos quedamos dormidos. Me despierta un whatsapp de Kate. “¿Te vienes hoy?”. Miro la hora y son las 17:30. Miro para su toalla y veo que se están preparando para irse. Exactamente como pasó ayer. Un nerviosismo me recorre el cuerpo. Me están proponiendo que vaya con ellos. Por un lado me entra un morbo terrible, por otro lado, tengo miedo. Apenas los conozco y no sé que clase de gente me encontraré tras aquellos montones de arena. Tampoco sé como reaccionaré en esas situaciones. Sé que no tengo mucho tiempo para decidirme y eso me pone más nervioso. Quizás no tenga una oportunidad así en la vida. Carol está a mi lado, inclinada y ve para la pareja también. ¿Qué pensará ella sobre esto? Por fin contesto al mensaje diciendo que no voy a ir, que estoy demasiado nervioso. “Ven aunque sea sólo a ver” me contesta Kate. Levanto la vista tras leer el mensaje y veo que ambos se alejan hacia la esquina de la playa. Luc se ha puesto el bañadior y Katherina lleva un pareo para abajo. Me inflo de valor, recojo mis cosas, y me levanto diciendo de excusa que voy a dar un paseo. Carol tontea ahora con su marido que se acaba de despertar.

Por el camino voy súper nervioso. Miro alrededor y me fijo en cualquier persona que lleve la misma dirección que yo, pensando sí van a reunirse con los nórdicos. El camino se me hace eterno. Llego a donde la playa termina y se ve un camino estrecho entre los matojos. Entro despacio y cada vez se hace más estrecho e inaccesible. Paso por varias dunas hasta que escucho voces a lo lejos. Reconozco la voz de Luc, que está riéndose.  Llego cerca de donde están, el sitio es pequeño y bastante resguardado, si no llega a ser por las risas de Luc no creo que lo hubiese encontrado. Además de Kate y Luc hay otra pareja, que creo que es la de ayer. Ella es algo baja, rellenita pero bonitas curvas. Enormes pechos y pelo negro rizo muy tupido. Ojos castaños, nariz puntiaguda y boca pequeña con labios carnosos. El es alto, delgado, pelo corto moreno. Extrañamente parece muy tímido, al contrario que la chica, que se la ve muy extrovertida. Son claramente mayores que los nórdicos, calculo que ambos estarán cerca de los 40 años. Son españoles, me presento. Raúl y Natalia se llaman. Definitivamente son los de ayer, pues están hablando de lo que bien que se lo pasaron. Tras las presentaciones hay un momento de “¿Y ahora qué?”. Raúl y Natalia están completamente desnudos, pues vienen de la playa. Raúl ya tiene cierta erección en su generoso miembro, supongo que de la situación. Natalia comienza a hablar con Luc animadamente y poco a poco se van haciendo dos grupos, Natalia y Luc por un lado, y Kate y Raúl por el otro. Una nueva pareja joven, se acerca por el otro extremo, y aunque saluda educadamente se quedan al margen. Dada la forma de saludar no parece que se conozcan ninguno. Deben de tener como mucho 20 años, son ambos bastante menudos. El chico tiene pelo corto, algo regordete y barba de varios días. Ella es bajita también, regordita y con unos prominentes pechos. Vienen los dos vestidos de playa, en bañador, y se sientan a un lado observando. Se les ve muy nerviosos, debe ser la primera vez que van a un sitio de esas características. Está claro que por accidente no han venido.

Natalia comienza a acaramelarse con Luc, le besa la mejilla y apoya sus manos en su pecho mientras lo observa sonriendo. Natalia baja la mirada y separa la goma del bañador de Luc, mirando hacia abajo, y devolviéndole una mirada pícara. Del otro lado, Kate está apoyada en una gran losa vertical, algo inclinada hacia atrás. Mira hacia Raúl incitándole con la mirada. Kate lleva las manos a su pareo y lo levanta sensualmente, mostrándole su intimidad desnuda a Raúl. Él se acerca y después de tocar sus pechos lleva la boca a uno de ellos, mamándolo con deseo. En ese instante, Kate me mira sonriente primero y con cara de placer y lujuria después. Su mirada me fascina, cada vez estoy más pillado por ella. Me retira la mirada y veo como observa para su novio, que ya tiene a Natalia arrodillada delante de él. Natalia le baja de un tirón el bañador, dejándoselo por las rodillas. Con su mano agarra la polla de Luc, todavía algo flácida, y tras menearla enérgicamente durante unos segundos  se la lleva a la boca. Natalia mueve la cabeza adelante y atrás mientras el miembro de Luc crece a pasos agigantados. Vuelvo la mirada a Kate, y veo que ahora Raúl la masturba mientras sigue disfrutando de tus pequeños pechos. Kate agarra del pelo a Raúl, y le hace deslizase por su cuerpo hasta arrodillarse delante de ella. Ella separa un poco sus piernas y empuja su cabeza hacia su entrepierna. Raúl comienza a hacerle oral, deseoso, mientras Kate se abre más y comienza a gemir suavemente. Natalia comienza a gemir ahora también mientras mama a Luc, sin dejar de verle a la cara en ningún momento. La joven pareja que observa comienza a besarse y a meterse mano, tímidamente.

Kate y Luc se miran y se ríen, recibiendo ambos placer oral. A lo lejos, detrás de unos matojos, se distinguen varias personas, más bien mayores, que supuestamente se masturban observando la escena. A nadie parece molestarle eso, todo lo contrario, parece que provoca más morbo en las parejas. Natalia se incorpora y diciéndole algo al oído a Luc, este se tumba boca arriba en la toalla que han dispuesto sobre la arena. Natalia se coloca de cuclillas sobre la cara del nórdico, y apoyándose en una roca que hay a un lado comienza a moverse mientras roza su sexo contra la cara del chico.

Katherina gime alto, apretando fuerte la cabeza de Raúl y retorciéndose sobre la roca. Parece que está a punto de llegar, y tras un grito mudo queda confirmado. Kate tira del pelo de Raul para hacer que se levante, y rápidamente la joven se arrodilla delante de él. Dada la postura en la que estoy  no puedo ver como desenvuelve Kate, pero me lo imagino siguiendo los movimientos de su cuerpo y la cara mirando al cielo de Raúl. Distingo el ruido de la boca de Kate mientras succiona.

La joven pareja está cada vez más animada, la chica ya no tiene puesto el bikini, y su chico manosea sus hermosos pechos con grandes pezones, mientras ella lo masturba a él con la mano. Distingo unos 4 o cinco mirones a la redonda, que agitan sus miembros con rapidez. De vez en cuando alguno se va, supuestamente tras aliviarse.

Natalia se desliza por el cuerpo de Luc, colocándose de cuclillas a la altura de las caderas y sentándose. Se inserta en el nórdico de una forma violenta y comienza a mover su cadera en círculos mientras dice algo que no puedo distinguir, para luego comenzar a cabalgar rápido. Sus pechos saltan descontrolados al igual que su cabellera riza. Ambos comienzan a gemir, haciendo el amor de una forma muy salvaje.

Me sorprende que no usen preservativo, por lo que entiendo que se conocen previamente. Puede ser que se conozcan de alguna web que organice ese tipo de encuentros, en la que sus integrantes tengan que seguir una serie de normas de seguridad. Parece interesante.

Al otro lado, Kate sigue chupándosela a Raúl. En ese momento, alguien irrumpe en la escena. Un chico de color, de unos 27 años llega saludando efusivamente en un español con acento. Es un hombre imponente, 1.85, musculoso. Obviamente y pese a ser un hombre, la mirada se me va a la entrepierna y lo que se ve no es de este mundo. Nunca antes había visto algo así de grande, salvo en las películas. Las dos parejas en acción dejan lo que están haciendo para saludar al chico, de nombre Salim.

Tras saludar, Salim se dirige a la joven pareja preguntándoles si son nuevos. Natalia le para diciéndole que no son del grupo a lo que Salim pide disculpas y se vuelve para la zona donde se encuentran Raúl y Kate. Una mirada de la joven nórdica es suficiente para que Salim se coloque al lado de Raúl. Kate estira su mano libre para agarrar la verga de Salim, que pese a estar flácida, es  enorme. Su pequeña mano intenta abarcar su miembro en expansión. Ahora sí tengo ángulo para ver lo que hace Kate. Después de regalarme una mirada pícara, rodea el enorme glande Salim con sus labios e intenta introducirlo en su boca lo más que puede. Dado su grosor, solo es capaz de meterlo unos pocos centímetros. Después de sacarlo y recorrer con su lengua por todo el contorno, la joven vuelve a Raúl y continúa dándole placer. En los minutos siguientes, Kate se alterna entre uno y otro, usando la boca y las manos en plena consonancia, dándole placer a ambos. De pronto, la joven se pone de pie y se da la vuelta, apoyando las manos en la piedra. Arquea su espalda y levanta las caderas , ofreciéndolas. Raúl la sostiene por la cintura mientras dirige su polla en su interior. La vista de la postura es increíble.  Salim se coloca entre ella y la piedra de forma que pueda seguir mamándole mientras Raúl la embiste desde atrás. Raúl comienza a moverse detrás de Kate, mientras ésta emite gemidos que la polla de Salim  se encarga de silenciar. Raúl embiste cada vez más fuerte y gime, sospecho que no tardará mucho en llegar.

En el otro lado, Natalia y Luc han cambiado de postura, estando ella a cuatro patas y el de rodillas detrás, embistiéndola  con fuerza.

Unos nuevos gemidos se escuchan en la escena, son de la chica joven que está ahora sentada de espaldas sobre su chico, de cara a las otras dos parejas, y cabalgándolo con ansia. Sus pechos saltan mientras se observa como su entrepierna es penetrada una y otra vez por el pequeño pero tenso pene de su chico. Uno de los mirones se encuentra masturbándose a su lado, a unos escasos 2  metros.

La conjunción de todas las escenas hacen el lugar más morboso en el que he estado. Sexo, morbo, en estado puro. En ningún momento pienso que el estar allí sin hacer nada pueda incomodar a alguien, pero las miradas de Salim comienzan a inquietarme.

La pareja joven está descontrolada, y el mirón que tienen delante eyacula entre gemidos sobre la arena. Tras unos jadeos muy intensos por parte de ambos jóvenes,  la chica se baja y busca un paquete de kleenex. Se asean y se reparten dos cigarros, que fuman con tranquilidad mientras observan a las otras parejas. Luc agarra del pelo a Natalia, mientras cada vez empuja más y más fuerte. El ruido de sus fuertes muslos golpeando sus nalgas resuena más que sus propios gemidos.

En el grupo de Kate todo sigue igual, Raúl bombea con fuerza detrás de ella, puedo observar como sus nalgas se enrojecen con los golpeos. Delante, Samir gime de placer mientras la mandíbula de la joven trabaja de una forma increíble para darle entrada a su miembro.

Aunque me siento con autorización para estar ahí, me siento un poco egoísta y mirón, por lo que decido bajarme un poco el bañador y sacármela para contribuir un poco al morbo. Que vean que la situación me excita. Siento que el glande se me moja poco a poco. Noto la mirada de Natalia que se fija en mí, lo cual provoca más erección si cabe. Busco también la mirada de Kate, pero está demasiado atareada con sus dos chicos, y ya hace algún tiempo que no me dedica sus pícaras miradas.

Son ya casi las 18:00 de la tarde y llevo 2 horas allí. Las mirada de  Salim me inquietan cada vez más y sospecho que no está cómodo de tener un mirón. Por ese motivo decido abandonar la zona. Antes de volver a la playa, debo bajar mi excitación por lo que doy un paseo por los alrededores. Me sorprendo al descubrir que hay otras zonas del estilo, aunque separadas por orientación sexual. Varios chicos practican sexo en una gran orgía gay, no muy lejos de allí. Desde luego, es la playa del morbo.

Ya de vuelta a la normalidad, entro en la playa, curiosamente mucha gente me observa, supongo que lo que pasa en esa zona no es secreto de sumario. Estar en una playa nudista no ayuda con la excitación que tengo. Es imposible no fijarse en pechos, bonitas curvas y sexos perfectamente depilados. Cuando son parejas, las imagino teniendo sexo del más salvaje, y cuando son grupos, me imagino una gran orgía.

Al llegar a la toalla, la cosa no mejora, o más bien no deja de mejorar, pues sólo se encuentra Carol, boca abajo, tal como vino al mundo. Veo a los demás en el agua y otros paseando por la orilla. Hace mucho calor a esta hora. Saludo y me siento en mi toalla, que es adyacente a la de Carol. Pienso más de una vez en si sacarme o no el bañador, tengo la excitabilidad a flor de piel, creo que el más mínimo roce podría provocarme una erección. Finalmente decido quitarme el pantalón y ponerme boca abajo. Sentir la dureza de la arena provoca irremediablemente presión en mi pene y noto como aumenta su tamaño rápidamente. No tengo una polla grande, más bien bastante normal. Unos 18-19cm en erección, y no muy gorda. Nunca tuve queja en ese sentido, ni complejos, pero la verdad me hubiese gustado tenerla más grande. Tras mitos y leyendas y aunque se diga lo contrario, estoy convencido de que a la gran mayoría de las chicas les gustan las pollas grandes, gordas y venosas. Otra cosa es que con las de sus chicos y maridos se conformen.

Saludo a Carol que se vuelve hacia mi lado, sonriente, separando el torso de la toalla, y dejándome ver uno de sus pechos, que tiene las marcas de la toalla de llevar un buen rato en esa posición. Miro su pezón y rebobino automáticamente unas horas, en el momento en el que lo mamaba con deseo. Charlamos un poco, sin sacar nada de lo que pasó a la mañana. Curiosamente me habla de lo especial de la playa y hace algunas alusiones a si me lo he pasado bien a donde fui, si eran bonitas las vistas, lo que me hace plantearme si ella sabe el tipo de cosas que se hacen en la playa. Al fin y al cabo, no es la primera vez que viene a esta playa, de hecho, va muchas veces. Sin embargo no la veo metida en esos ambientes. Todavía recuerdo que perdió su virginidad ya pasada la treintena, por lo que es cuanto menos, raro, que frecuentase esos sitios.

Se coloca casi de lado, quedándose de espaldas al agua. Esto nos da un poco de intimidad que no voy a desaprovechar. Cojo  su mano y girándome lo justo levanto mi cadera, llevándola hacia mi entrepierna. Carol suspira nerviosa al sentir mi dureza y su mano me aprieta varias veces. Yo mientras alargo la mano y busco uno de sus pechos y comienzo a sobarlo de la forma más disimulada que puedo. Carol comienza a masturbarme, retorciéndose en la toalla y noto como mi glande va mojando su mano debido a las gotas pre-seminales. Su pezón se endurece al momento en mi mano. Con la otra mano, busco su mejilla y la acaricio. Carol se deja llevar y siento como cada vez se excita más y más. Entrecierra los ojos mientras me masajea más intensamente. Levanto la mirada y veo que todo sigue igual en el agua, no quiero tener un disgusto si su marido o alguno de los demás nos pilla en tal tesitura. Acaricio su mejilla con la mano, y ahora acaricio sus labios con el pulgar. Tras deformar sus finos labios, éstos ceden y dejan que mi dedo entre en su boca. Siento el calor de su saliva abarcándolo hasta el nudillo y como empieza a succionarlo como ayer. Carol comienza a mover ahora la cabeza, suavemente, adelante y atrás, dejando que el dedo pulgar entre totalmente. La verdad es que hemos tenido sexo varias veces, pero nunca me ha hecho oral, y verla así, mamando aunque sea mi dedo me produce un morbo increíble. Carol respira agitada por la nariz mientras mueve la cabeza en un movimiento constante, llevando el mismo ritmo que lleva su mano mientras me masturba. No sé porque pero me la imagino mamando la enorme verga de Salim. Enloquece, cada vez lo hace más rápido y siento que no voy a tardar mucho en terminar.

No quiero montar el numerito en la playa, por lo que muy a mi pesar bajo la mano y detengo los movimientos de Carol, al tiempo que saco el dedo de su boca. Pero no quiero detenerme ahí. Deslizo mi mano ahora buscando su entrepierna y lo que encuentro me derrite. Está empapada. Deslizo un dedo entre sus labios, mientras con el resto de la mano abarco el sexo entero. Casi sin hacer ningún movimiento, mi dedo parece guiarse solo entre sus labios y buscar su agujero, totalmente lubricado y preparado. Masajeo con la mano entera y con dos dedos juego con su abertura, repasando su entrada  y su anchura. Carol gime al momento. Una mirada hacia la orilla me da la tranquilidad para comenzar a masturbarla, sin perder tiempo. Me gusta hacerlo despacio, sentir cada segundo, cada centímetro, pero ahora eso no es posible. Tenemos poco tiempo, y quiero que me regale un orgasmo ahí mismo. Deslizo uno de los dedos en su interior, que arde, mientras ella se retuerce. Busca mis labios,  y los encuentra, en un beso fugaz pero intenso. Comienzo a mover el dedo en su interior, entrando lo más que puedo. Ya todo nos da igual, y cualquiera de las toallas adyacentes que nos esté viendo sabrá lo que hacemos sin lugar a dudas. Hago círculos con mi dedo en su interior, pero está tan mojada que necesito introducir otro, que entra sin problemas. Los muevo cada vez más rápido y hago presión en la zona de la entrada, hacia arriba. Carol gime ahora muchísimo, la siento cerca, muy cerca. Eso me anima a mover mis dedos con más intensidad. La humedad es increíble, nunca la sentí tan mojada. Sin más, decido introducir el tercer dedo, colocándolos en forma de cuña triangular. Siento la presión de sus paredes abriéndose, sobretodo cuando los tres dedos están dentro e intento entrar más y más. Un gemido sordo y su cuerpo en tensión me avisan de que va a correrse ya. Dejo los dedos muy dentro y me detengo mientras siento sus convulsiones muy fuertes. Carol cierra los ojos y muerde la toalla para no gritar, gimiendo y respirando muy agitada. Retiro los dedos despacio, están los tres empapados de la punta al tallo. Sin perder tiempo, capto su mirada y llevo mis dedos a mi boca, saboreándolos mientras la observo. Sonríe.

Carol se incorpora y busca un kleenex para secarse toda la humedad, que incluso ha mojado sus muslos. Intento relajarme pues mi erección es tal que no permitirá que me de la vuelta sin llamar la atención. Esto lo pienso como si no hubiésemos llamado la atención ya. Antes de darme la vuelta, utilizo también un kleenex para secar mi glande y me giro buscando un cigarro y e intentar no pensar más en sexo. Katherina y Luc todavía no han vuelto. Si veo pasar a la joven pareja, ya vestida que se va de la playa. Nos miramos y claramente nos reconocemos por lo que les saludo educadamente, pese a lo raro del momento. Mientras disfruto de una fría cerveza, vuelven los demás y nos ponemos de charla. Son las 19:40 y hace un calor increíble aún, aunque ya muchos ya comienzan a irse de la playa. En ese momento decido ir al agua, espero bajar así definitivamente todo mi calor interior.

Llego a la orilla y poco a poco voy entrando en el agua. Hace un día estupendo y el paisaje es mágico. Disfruto de cada paso que doy entrando en el agua. Cuando me cubre por la cintura, me lanzo para dar un par de largos. Nunca pensé que nadar desnudo fuese tan placentero, la verdad, la última vez que lo hice creo que estaba en el útero. Quizás nos recuerde a ese momento por eso es tan placentero. Después de relajarme nadando y buceando me doy la vuelta en dirección a la toalla.

Pero todavía no es momento de salir, pues veo a Carol ya con el agua por la cintura, entrando. Sonrío al verla, y toda la relajación que he intentado tener en esos momentos se me va. Siento mi dureza revivir a una velocidad incontrolable. Carol sigue adentrándose hasta que el agua le cubre por encima de sus pechos. Sin mediar palabra siento su mano agarrándomela muy firme. Y sin perder ningún segundo, comienza a masturbarme. Ella siempre lo hace muy rápido, y ahora además lo hace muy fuerte. Tanto, que me duele un poco en el tallo. Pero la excitación está por encima de todo eso. El agua nos da toda la intimidad, y mis manos ya recorren su desnudez, deseoso como si fuese la primera vez. Bajo una mano para masturbarla pero ella se separa y me hace un gesto con la cabeza de que no. Entonces, me dedico a disfrutar de sus pechos. Dada la postura, de cara a mi, le es un poco complicado el masturbarme por lo que me giro sutilmente quedándome a su lado. Ella se coloca a mi lado, a mi izquierda,  y tras pasar su mano derecha por mi espalda y luego cintura, utiliza su mano buena, la izquierda, para masturbarme desde una postura más natural. Estamos ambos mirando para las toallas, dando un poco más de morbo a la ya de por si morbosa situación, ya que puedo observar como su marido bromea con los demás mientras su mujer me hace una paja increíble. Deslizo mi mano izquierda por su espalda y la bajo hasta su culo, manoseando sus glúteos. Tienen un tacto estupendo. Carol no cesa en sus movimientos, quiere hacerme llegar cuanto antes. Deslizo mi  mano entre sus nalgas, guiando un dedo por su raja. Bajo despacio el dedo para llegar a mi objetivo, su ano. Siento una convulsión en mi al sentir su tacto. Juego con el mientras la miro a los ojos. Está inquieta, como si fuese la primera vez que se deja tocar ahí. Lo manoseo con cuidado mientras se deja hacer. Su mano se mueve ahora en movimientos más cortos y más cercanos a la punta. Esto hace que pierda el control y me dirija sin control hacia el orgasmo. Gimo, jadeo, sabe que estoy cerca e intensifica todo, yo presiono su ano, Carol gime no se si de dolor o de placer, pero ahora ya no me importa, mi orgasmo se viene. Noto como me late la polla en su tierna mano, y siento el semen recorrer todo mi miembro para salir con enormes sacudidas… Carol no deja de mover su mano mientras disfruto de un orgasmo increíble.

Me quedo jadeando un buen rato, en sus brazos. Me aseo todo lo que puedo, al igual que ella, que tiene restos de mi líquido en su mano. Salimos como si no hubiese pasado nada,  y al llegar a la toalla nos riñen por las horas de baño. Ya casi tienen todo recogido, solo falta mi parte. Mientras salimos de la playa, observo que todavía no han vuelto Kate y  Luc. Parece ser que la fiesta se alargó bastante.

De vuelta en el Camping, entre todos vamos preparando la cena, abrimos una botella de licor y charlamos. Carol está siempre muy cerca y pendiente de mí y muy sonriente en todo momento. Se hace muy extraño estar con su marido después de todo lo que ha pasado entre nosotros durante el intenso día. Cenamos, bebemos, charlamos y reímos.

Son cerca de las 23:00  y aprovechando que hay poco movimiento en los baños del Camping, voy a la ducha. Hoy ha sido un día muy activo sexualmente y sólo el hecho de verme desnudo en la ducha me excita. Me excita tanto, que aprovecho para masturbarme, aunque sin llegar al orgasmo, recordando el sabor tan íntimo de Carol, la manera de manejar aquellas dos vergas que tenía Katherina,  la pareja joven inexperta, los enormes pechos de Natalia botando mientras cabalgaba a Luc…

De vuelta a las tiendas, ya vestido y perfumado, el ambiente es genial, música, luz de Camping-Gas y muchas risas. A lo lejos, en la entrada al Camping, distingo a una joven y esbelta pareja, muy acaramelada paseando tranquilos. La mano del chico se levanta en alto y cuando están más cerca en el poco iluminado Camping, distingo las sonrisas de la pareja que me tiene cautivado este fin de semana. Sus caras son de cansancio, no me puedo imaginar que todavía lleguen a esas horas al Camping, si se fueron hace unas…6 horas! Saludan efusivamente y se dirigen a su tienda, para minutos después pasar camino a los baños, sin soltarse ningún momento salvo al llegar a las puertas que dividen los baños.

El alcohol va haciendo efecto y Marcos y Rosa son los primeros en irse a dormir ya que acuestan a los niños. A Jorge, marido de Carol se le ve muy cansado también aunque ella consigue retenerlo un rato más. De todas formas sospecho que no tardarán mucho en irse también. Yo, al contrario, estoy bastante despierto y con ganas de fiesta. Después de una larga charla bajo un cielo estrellado,  las dos parejas se despiden y se dirigen a las tiendas.

A lo lejos, se comienza a escuchar el bar del puerto, que el fin de semana improvisa una discoteca separando las mesas y montando un equipo de música y un par de luces. No es gran cosa, pero estando en una isla es lo que hay.

Dado que no me apetece meterme en la tienda, decido acercarme por el bar para ver que ambiente hay. Hay más gente de lo que esperaba, y entre la multitud distingo a la pareja joven que estaba en la “orgía”  a la tarde. Saludo educadamente y me dirijo a una barra donde una chica en bikini me atiende con una bonita sonrisa. Me apoyo en la barra mientras bebo la copa, hace una noche calurosa y baja muy rápido. Hay mucha gente extranjera y la música que suena es de lo más lamentable del panorama discotequero que recuerdo. Por ese motivo decido salir a la gran terraza que tienen montada, y mirando a la playa principal disfruto de un cigarro. La orilla está toda llena de botes y yates, en algunos celebrándose fiestas en el interior. Esto unido a la gran luna llena que comanda el cielo, produce un ambiente estupendo y mágico.

De pronto, mientras observo a la playa, escucho una voz familiar a mis espaldas. Es Luc, que me saluda con una camiseta muy apretada marcando musculatura que, aunque no es exagerada, sí muy bien formada. Detrás saluda con una sonrisa tímida Katherina, que viste un simple top rojo con unos leggins negros, bien ceñidos. Luc entra dentro del bar a por unas copas y Kathe y yo hablamos de lo de la tarde, diciéndome que se lamenta de que no me haya quedado más tiempo. Le explico los motivos y cambiamos de tema mientras Luc llega con sendas copas, y una tercera para mí.

Con el alcohol subiendo, hasta la peor canción del mundo parece buena, por lo que nos animamos a entrar dentro del bar y bailotear un poco. Hay bastante gente ahora en la improvisada pista, pero poca ropa. Mucha gente en bikini y bastantes chicos sin camiseta. Se ven cuerpos rozándose y mi fácil excitable mente comienza a trabajar imaginándome a toda la gente desnuda y practicando sexo salvaje entre todos.

Kathe bailotea delante de mi, sonriéndome y se acerca mientras Luc la cubre por la espalda. Su baile se vuelve más sensual y acorta las distancias, siento su perfume. Noto las manos de Luc que la agarran por los costados y como la empuja hacia mí. Nunca me sentí en una situación parecida e intento seguir el ritmo como puedo. Su pecho roza el mío. Sintiendo la manera en la que sus pechos se deforman me doy cuenta de que no lleva sujetador. No tardo prácticamente nada en tener una erección y ella se da cuenta al momento, moviendo sus caderas rozando mi paquete. Luc está muy cerca ahora y hacemos un sándwich con ella. Kate respira en mis labios, con la boca entreabierta, dominándome.  Coloco mis manos en su cintura, topándome con las de Luc, que las eleva sutilmente agarrándola cerca de la axila. Los movimientos de Kate me vuelven loco, sus labios tan apetecibles solo a un par de centimetros de los míos, pero no me atrevo a dar el paso con su novio detrás. Sin embargo, es ella quien da el paso, acercando sus labios lo justo para rozar con los míos en un pico muy suave. Justo después, se da la vuelta y sigue bailando con Luc, que me dedica una sonrisa. Kate gira la cabeza y me mira arriba y abajo y hace ademán como de llamarme. Mueve sus caderas de una forma increíble, incitándome. Su leggin marca sus glúteos perfectamente. Comienza a rozarse con Luc mientras lo besa dulcemente. La pareja retrocede hacia mí, y pronto el culo de Kate se para en mi bulto. Llevo mis manos a su cintura otra vez y me muevo a su ritmo. Sus nalgas se agitan en mi paquete y lo presionan. Yo apoyo la cabeza sobre uno de sus hombros y la aprieto, ahora con confianza. Me gusta este juego. La joven se separa ahora de ambos, y descubro en Luc su enorme bulto también.

Sin decir nada, Kate sale del local. Luc me mira y la sigue, y yo detrás. Ella baja a la playa, por las escaleras y se dirige a la orilla. Nosotros la seguimos y al llegar a la orilla, nos espera mirándonos fijamente. Está preciosa bajo la luz de la luna. Nos ofrece su mano, a ambos, y nosotros  ofrecemos la nuestra. Kate camina ahora en el centro de ambos, agarrándonos con  cada mano. Su cara esboza una sonrisa y nos contagia una  sensación magnífica. Una suave brisa se levanta, pero brisa caliente, mientras el sonido del disco-bar se apaga  al fondo.

Caminamos casi toda la playa, hasta llegar a la zona del final, ya pasado el Camping, justo en una zona donde la playa se anchea para dar paso a la pequeña playa donde he estado esta mañana con Carol. Sospecho que Kate nos dirige hacia allí, pero sin embargo se para en esa playa, justo al final y tras soltarnos las manos, se gira hacia el agua. El agua refleja algunas luces de botes lejanos, así como la luz de la luna, en una negrura intimidante.

Kate se adelanta dos pasos a nosotros, y mirando hacia el agua, se quita las chanclas, dejándolas sobre la arena seca. Después, se quita su top, dejándolo sobre las chanclas y posteriormente sus leggins, quedándose totalmente desnuda. Distingo su figura perfecta, observando al agua, y aunque solamente es una sombra, es de las más bellas que he visto nunca. La joven comienza a caminar en dirección al agua y Luc se adelanta, desnudándose también y siguiendo tras ella. Yo me quito la ropa y soy el último en entrar.

Mientras entro en el agua me doy cuenta, aparte de lo fría que esta, que hay una serie de luces que se van encendiendo a medida que voy entrando. Son una especie de partículas que parecen tener vida propia, que se iluminan con la luz de la luna. Cojo agua en mis manos y la dejo caer, observando esas pequeñas luminarias en la palma de mi mano. Todo esto hace que sea un momento todavía más mágico. Kate se zambulle, y tras salir se da la vuelta para recibirnos. Le cubre por el estómago y a medida que mi vista se acostumbra a la oscuridad puedo distinguir el brillo de sus ojos, así como su desnudez tan sensual. Sonríe a su novio mientras éste se le acerca y abrazándola la besa intensamente. Me acerco a ellos y en cuanto nota mi presencia, Kate mira hacia mi y extiende la mano. Me acerco, paso la mano por su espalda, y busco sus labios con decisión. Los encuentro, y se entreabren rápidamente y su lengua sale a buscarme. Nos besamos intensamente durante unos segundos, tras los cuales me separo y ella busca a Luc nuevamente. Nunca he compartido a una mujer y lo que siento no se puede describir. Luc y yo abrazamos a Kate cada uno por un lado. El juega con uno de sus pechos mientras la besa. Kate vuelve a mis labios, cada vez con más pasión. Con timidez y nerviosismo, deslizo mi mano libre buscando su otro pecho. Siento su piel suave pero fría en mi mano, abarco su pequeña teta en mi mano y siento su duro y contraído pezón. Comienzo a manoseárselo, disfrutando de cada centímetro. Kate deja ahora de besarnos, y baja la mirada observando sus pechos, viendo como dos manos distintas disfrutan de ellos. Cierra los ojos y se dedica a sentir nuestro tacto, sentir las diferentes formas que tenemos de hacerlo. Sonríe.

Después de dedicarnos una sexy mirada a ambos, desliza su mano hacia mi entrepierna y me la agarra con firmeza, sintiendo mi dureza ya al máximo.  Noto el calor de su mano abarcándome. Veo para su otra mano y la veo perderse en la entrepierna de Luc, por lo que ahora nos tiene a ambos agarrados. Sus brazos comienzan a  moverse y comienza a masturbarnos muy despacio. Luc respira hondo al sentir la mano de su chica y a mi me tiemblan las piernas bajo el agua, de la situación tan morbosa.

La noche es muy tranquila, muy lejos se escucha la música del bar  y ahora lo que más se escucha es el ruido de las olas en la orilla, así como el ruido que producen las manos de Kate al moverse. Luc busca mi mirada y se la devuelvo, sin saber como tengo que comportarme en esos momentos. ¿Debo sonreír? ¿Poner cara de placer?

De pronto, Kate comienza a caminar, en dirección a la orilla y tira de nosotros,  llevándonos agarrados de los penes. Luc y yo caminamos apelotonados detrás de la joven, que nos domina a su antojo. Nos lleva fuera del agua y de una visual a lo largo de la playa veo que no hay nadie, o al menos no distingo a nadie entre la oscuridad. Mis ojos se acostumbran a la oscuridad cercana y cada vez veo la desnudez de Kate con más claridad. Su forma de andar sobre la arena es de lo más sexy y su firmeza y rectitud intimida. Llegamos a la zona donde habíamos dejado la ropa. Kate nos suelta y recoge todas las prendas de ropa y las estira en el suelo, creando una especie de sábana improvisada en la arena. Cuando termina, se arrodilla sobre la ropa  de cara a nosotros. Luc se adelanta y le ofrece su verga, la cual la joven sostiene y comienza a saborear casi al instante. Prácticamente no se ve nada, pero escucho el ruido de su boca mientras succiona. Mis piernas tiemblan y noto la mano de Luc en mi espalda que me empuja hacia delante, invitándome a ponerme a su altura. La mano de Kate vuelve a masturbarme ahora más enérgicamente mientras sigue mamando a su novio.

Ahora hay más brisa, y ésta enfría nuestra piel, pero no nuestro interior. La joven hace una pausa con Luc y distingo el brillo de sus ojos que me observan desde abajo. Y luego siento calor. El calor de su saliva, de su ardiente boca, que me cubre la polla con rapidez, dejándolo pasar por sus labios y más adelante bajar por su garganta. Kate comienza a mamarme tan intensamente que me cuesta mantenerme en pie. Mientras lo hace, su mano masturba a su novio. Jadea mientras pasa a alternarse entre ambos. Sus manos y su boca no descansan ni un instante. Luc la tiene bastante más grande que yo, por lo que hacérmelo le resulta muy sencillo. Mientras ella está conmigo, Luc se separa un segundo y busca algo en su bolso, y para mi sorpresa, y un poco susto, coge su móvil y activa la linterna. Enfoca para su novia, y a pesar de que el placer que me está dando es increíble, el poder verla haciéndolo acrecienta todavía más la sensación.  Sus intensos ojos azules observandome me desarman. Kate nos acerca todavía más, tanto que nuestras caderas hacen presión la una con la otra, de forma que nuestras pollas quedan muy cerca.  Ella junta nuestros glandes, que se rozan, para pasarle la lengua de uno a otro y viceversa. Se la nota muy excitada ahora y tras abrir mucho la boca intenta engullir ambas.

La joven se separa jadeando, y se coloca a cuatro patas sobre la ropa. Luc me da su móvil y descubro que no es que tuviese activado la linterna, si no que estaba grabando vídeo con el flash encendido permanentemente.  Enfoco para ella mientras posa con la espalda muy arqueada, dejando su parte trasera muy expuesta. Luc separa sus nalgas y la penetra con decisión, agarrándola con firmeza por la cintura. Comienza a moverse y ambos comienzan a gemir. Sus gemidos y el ruido de las olas son los únicos sonidos que se pueden oír. Me arrodillo en la toalla y comienzo a grabar la zona inferior de la chica, donde se puede ver como Luc la penetra así como sus pequeños pechos, que apenas cuelgan. Me coloco delante de Kate y  grabo un primer plano de su cara, totalmente despeinada, boca abierta y gimiendo de placer. Me incorporo un poco, y con la mano libre, retiro el pelo de su cara sosteniéndolo  a modo de coleta y acerco mis caderas. Ella abre la boca y cuando siento el calor de su saliva otra vez, me muevo al sentido contrario que Luc. Los gemidos de Kate se ahogan al ser penetrada por la boca también. Desde mi posición grabo un primer plano de Luc, que tiene los ojos entrecerrados mientras bombea con fuerza. Sus muslos golpean las  nalgas de la chica, que vibran y saltan con cada embestida. Yo entro y salgo de su garganta sin dificultad, aumentando el ritmo a medida que la excitación de los tres va subiendo. Luc sale de Kate  para arrodillarse tras ella y busca su sexo con la boca. Ella separa más las piernas y le deja hacer a su novio, que comienza a hacerle oral, entre jadeos. El separa sus nalgas con sus grandes manos y desliza su lengua con deseo lamiendo también su ano. Kate, muy agitada, se incorpora haciendo que me retire. Busca algo en su bolso y me tira un preservativo. Me siento en la toalla y me lo coloco y sin perder ni un instante, la joven coloca encima mía y se deja caer, insertándose en mí. Siento el calor de su interior, que me quema. Está muy dilatada y mojada, es una maravilla. Comienza a botar sobre mi, de una forma muy salvaje. Siento como casi se me va a salir, pero vuelve rápido de golpe hacia abajo, con una penetración muy salvaje. Manoseo y chupo sus pechos mientras que vibran con los saltos. Luc se ha colocado de pie a su lado y Kate intenta chupársela como puede, pero con los saltos tan bestias solo puede agarrarla y masturbarle a duras penas. La joven grita, su cuerpo brilla debido al sudor y de pronto cae exhausta sobre mi cuerpo, jadeándome en mi oído. La abrazo y acaricio su espalda empapada y sus nalgas. Luc se coloca detrás ahora, cogiendo su móvil. Siento la respiración de Kate en mi abdomen, muy agitada. De pronto, noto todo su cuerpo ponerse en tensión y dice unas palabras su idioma tras los cuales grita profundamente. Siento el peso de Luc sobre mi. Todo me hace pensar que está penetrándola por detrás. Yo sigo dentro de ella mientras la abrazo con fuerza. Su respiración se acelera mientras noto como Luc empuja más y más. No me puedo creer que intente meter esa enorme verga por el culo. Empuja mas y más, mientras Kate gime muy alto. La joven se mueve sobre mi, temblando, nerviosa, dándome a entender que Luc ya está moviéndose. Subo mi cadera intentando penetrarla mejor y acompasarme a los movimientos del chico. Nunca he estado en una doble penetración e intento hacerlo lo mejor posible. Es una situación extraña pero morbosa. Siento un chorro de sudor por mi pecho, y también en mi hombro. Luc y yo nos movemos cada vez más acompasados y más rápido mientras Kate permanece inmóvil entre ambos, disfrutando de una maravillosa penetración doble. Luc le folla el culo con fuerza, y yo intento hacer lo mismo aunque mi postura no me da muchas opciones. La joven comienza a retorcerse entre ambos, levanta su cabeza y me besa, aunque le cuesta hasta besarme con lo agitada que tiene la respiración. Luego se incorpora un poco ofreciéndome sus pechos, que lamo con deseo. Gime con fuerza mientras se retuerce, para luego dejar su cuerpo muerto sobre mi mientras respira con dificultad. Luc está gimiendo ahora muchísimo y tras decirle con nerviosismo unas palabras su idioma a su chica, que obviamente no logro entender, se levanta y se coloca de pie a su lado. Kate se incorpora rápido, sin salir de mi, y tras quitarse el pelo de la cara se acerca a su novio y le dedica una sonrisa pícara. Luc sostiene su móvil en una mano y con la otra se masturba rápidamente apuntando hacia la cara de la joven. El corpulento hombre comienza a doblar su cuerpo mientras respira acelerado. Kate mueve sus caderas en círculos sobre mí mientras ofrece su boca abierta a su novio. El líquido blanco comienza a brotar de Luc, con suaves chorros que van cayendo sobre los labios y lengua de Kate. Ella mueve su cabeza muy sensual, bebiendo y lamiendo todo lo que sale de su chico con mucha tranquilidad. Éste se agacha tras terminar y la besa mientras agarra su cara con ambas manos.

Tras esto, Luc se retira mientras busca un paquete de kleenex para limpiarse. Kate me observa, sonriendo, y comienza a botar sobre mi muy enérgicamente. Tanto, que se agota en seguida y se deja caer sobre mí. Levanto mis caderas y comienzo a follarla lo más adentro que puedo. Aprovechando que tenemos más sitio, cambiamos de postura e indico a Kate que se ponga boca arriba. Yo me coloco entre sus piernas, y se las agarro por debajo de las rodillas, levantándolas. Acerco mis caderas y comienzo a rozarla usando mi pene, buscando su agujero. Está oscuro ahora pues Luc ha dejado el móvil sobre la ropa. Encuentro su humedad y empujo fuerte, entrando de golpe mientras levanto sus piernas, acercándolas a su pecho. Está totalmente expuesta para mí. Dejo caer parte del peso de mi cuerpo sobre ella para que me sienta más dentro. Luc coge el móvil otra vez y nos enfoca. Ver la cara de Kate y en que postura la tengo hace que pierda el control y que comience a bombear en ella con desesperación. Mis muslos golpean los suyos y agarro sus piernas por sus tobillos, levantándolas en alto. Ella gime, agotada, dejándose hacer, mientras yo busco desesperado mi orgasmo. Siento que me viene, acelero el ritmo lo más que puedo, y sus gemidos aceleran también. Empujo fuerte quedándome detenido bien dentro, y un orgasmo maravilloso me viene trasladándome  a otro estado. Me derrito dentro de ella, una y otra vez, hasta que agotado me dejo caer sobre su cuerpo, jadeando en su oído. Estamos empapados. Me pongo a un lado, mirando hacia arriba, volviendo al mundo real sin creerme lo que acaba de pasar. Luc se tumba al otro lado, y los tres miramos hacia arriba, contemplando un maravilloso cielo que hace un rato todos hemos tocado. Hay silencio absoluto ahora mismo, solo las tímidas olas llegando a la orilla. Los tres desnudos, agotados, satisfechos, enamorados, dormidos.

Los primeros rayos del sol me despiertan. Hace un frio intenso ahora, nos hemos quedado los tres dormidos. La resaca es importante y tardo un rato en reaccionar sobre lo ocurrido. Abro los ojos y pienso que todo ha sido un sueño. Miro hacia mi lado y veo a Kate desnuda, girada hacia mí  y la mano de Luc que la abraza. Ambos siguen dormidos. Veo a nuestro alrededor y veo nuestras ropas puestas a modo de cama improvisada. Me incorporo y tras habituar la vista recojo mis ropas y me dirijo hacia el camping. Aprovecho que es temprano para darme una ducha que me reconforta. De vuelta a la tienda, veo que Carol ya esta despierta, aunque prácticamente ni me saluda. Me sirvo un café y lo tomo acompañado de unos mini-croissants. Tanto el café como comer algo me hacen sentir bastante mejor y poco a poco los demás se van despertando. Cada vez le voy dando más vueltas a la actitud de Carol conmigo, y me voy dando cuenta de que quizás sé porqué está así. Seguramente sepa que no dormí en la tienda y quizás esté celosa. Comprendo que el hecho de estar jugando a varias bandas pueda no hacerle gracia, pero al fin y al cabo ella está casada también y hace una noche solamente la escuché hacerlo con su marido.

Son casi las 12 de la mañana y recibo un mensaje de Kathe, dándome los buenos días y preguntándome que tal noche he pasado.  Me adjunta además una foto de Luc todavía tirado en la playa.

Hoy es el ultimo día, nos iremos a ultima hora de la tarde y no tenemos todavía muy planeado lo que vamos a hacer.  Supongo que será la tónica de siempre,  playa, playa y más playa. A mi nunca me gustó la playa, aunque creo que a partir de ahora me gustará más. Carol intenta convencer a los demás de dar la vuelta a la isla, lo cual no tiene mucho éxito y decide irse sola. Está muy irritable y creo que ha discutido con su marido.

El sol golpea muy fuerte ya y decido acompañar a Elena y Jorge al bar a tomar una cerveza. Esto hace que mi resaca desaparezca y charlamos animadamente hasta que cae la segunda y tercera ronda. Esta vez decidimos comer en el Camping, para terminar toda la comida que nos quedaba. Realizamos una copiosa comida dentro de las posibilidades de nuestro camping gas y comemos acompañando con cerveza y licor. Extrañamente, Carol todavía no ha venido a comer.

Después de comer  me meto en la tienda para descansar un rato y me quedo dormido al momento. La siesta se alarga dos horas y me despierto desubicado, con el móvil que no para de pitar. Tengo varios mensajes. Efectivamente tengo uno de Carol que me echa en cara los juegos que tengo con otras. Después tengo otros de Kate, preguntándome que tal, así como una fotografía que me quita el hipo, con título “mi desayuno”. En la foto aparece un primer plano con su cara, con la boca abierta y una sustancia blanca en su interior. Consigo una erección casi al instante. La siguiente foto, titulada “mi desayuno 2” se ve a ella guiñándome un ojo y con un yogur en la mano. Su ultimo mensaje me dice que ya están en la playa, que ya sé donde encontrarlos. Veo la hora y me sorprendo de lo tarde que es, son casi las 16:00 de la tarde. Esta mañana entre lo aturdido que me levanté no me acordé de despedirme por lo que decido ir a la playa para despedirme en condiciones. Ya no están mis amigos en el Camping, recojo mis cosas y me voy directamente hacia la playa.

Al llegar a la entrada de la playa, hago una visual y veo las toallas de Kate y  Luc vacías. Veo también donde están mis amigos, algunos en el agua y Carol todavía no ha vuelto.

Decido entonces ir directamente a la zona de ayer, esperando encontrarme allí a la joven pareja. Bordeo la playa por los matorrales. En mi camino me encuentro de todo, sobretodo mucho gay teniendo sexo. Hay gente de todas las edades. Intento no molestar a nadie y bordeo las zonas abiertas donde escucho ruidos (normalmente gemidos). Me siento un poco perdido y tengo que acercarme un poco al borde de la playa para poder orientarme. Después de un par de minutos andando, sospecho que estoy por la zona de ayer. Intento ver a través de un matojo para ver si efectivamente están allí. Veo a mucha más gente que el día anterior, sospecho que habrá unas 15 personas o más, la mayoría hombres. Hay varias chicas pero me cuesta verles las caras entre tanta desnudez, pues están rodeadas de chicos. Se escuchan varios gemidos, tanto de chicas como te chicos, haciendo una escena típica de una película porno amateur. Pero esto no es una película, es real, no lo hacen por dinero si no por morbo y placer.

Antes de decidirme a entrar en la zona, me despojo de toda mi ropa y la dejo a un lado, con mi bolso y todas mis pertenencias. Es difícil no tener una erección viendo el panorama. Mientras me adentro contemplo parejas, tríos e incluso cuartetos… en suelo, sobre rocas o de pie. Cualquier lugar es bueno. Gritos de orgasmos, ruido de muslos golpeando, palmadas, palabras obscenas. El ser humano en total libertad sexual pero al mismo tiempo con una naturalidad pasmosa. Se hace complicado avanzar,  cada escena es digna de contemplar.

Nada mas entrar, a mi derecha, reconozco a Salim sentado en la arena apoyado en una roca. Dos chicas de color, algo rellenitas, con grandes pechos tumbadas a ambos lados, comparten su gran miembro, erecto, ancho y brillante. Sus lenguas recorren al mismo tiempo toda su longitud, una por cada lado, de abajo a arriba, para encontrarse en su rosado y enorme glande. Juguetean con el hasta que una de las chicas se decide a darle entrada en su boca mientras la otra se encarga de sus enormes huevos. La cara de Salim es un poema, mirando al cielo, ojos entrecerrados y sonriendo levemente con una mano en la cabeza de cada chica, dirigiéndolas e intercalándolas a su antojo.

Al fondo, distingo a la pareja joven de ayer, ahora visiblemente más suelta. El chico, sentado en una roca, toca y saborea las enormes tetas de Natalia, de pie a su lado, mientras su novia, arrodillada, le hace oral muy despacio. El chico se le ve muy alterado, es con casi total seguridad su primer trio.  Natalia, sonriente, lo observa mamar mientras acaricia los rizos del chico, que por edad podría ser su hijo. Su novia, mira a su pareja colorada y con algo de recelo.

Salim y el joven  son afortunados de tener a cuatro chicas habiendo tanto hombre desocupado. Al otro lado, un corro de 4 chicos llama mi atención. En él distingo a Raúl y a Luc, junto a otro hombre de unos 50 y después a otro joven, de unos 20 como mucho delgado y pelo largo. Están algo amontonados, bastante cerca entre sí y todos mirando hacia abajo. Arrodillada entre ellos hay una chica, aunque solo veo sus rodillas.

Por último, hay un grupo de tres hombres y una mujer que no conozco. La mujer tendrá cerca de 40 y su cuerpo es esbelto, algo neumático, y con varios tatuajes. Destaca el que tiene en un gemelo. Es morena aunque de solario, está bastante maquillada y gime con voz fuerte mientras recibe doble penetración por parte de dos de los hombres, bastante más jóvenes que ella. La posición en la que están es la siguiente: Uno de los chicos está boca arriba, estando ella montada sobre el y el otro chico sobre ella, con las rodillas inclinadas penetrándole el ano casi en vertical hacia abajo. El tercero de los hombres, que está algo rellenito,  está de pié delante de ella y ofrece su pene a la atareada mujer que intenta a duras penas satisfacerlo con la boca y manos.

Como siempre, hay mirones alrededor. Volviendo al grupo de los 4 chicos, sospecho que la chica en cuestión es Kate. Me acerco a saludar –o lo que surja- sin molestar demasiado. Tengo una erección enorme, se me hace extraño caminar así. Cuando llego a la zona y tras esquivar un par de mirones me quedo de piedra al descubrir quien es la chica. No es Kate. Pero la conozco perfectamente. Luc sostiene la cabeza de Carol mientras folla su boca con movimientos secos. Ella, empapada en sudor y con los ojos llorosos, sostiene en sus manos las pollas de Raúl  y del señor mayor mientras se deja hacer. Está completamente desnuda. Me mira. Su rostro carece de expresión. No sé como reaccionar en ese momento. Pero me hace sentir fatal. Me quedo petrificado observando como la usan a su antojo, en un estado de sumisión absoluto. Ella no se queja, solo se deja hacer. Manosean sus pechos, que tanto he cuidado justo el día anterior. Aprietan sus pezones, los estiran a su antojo. El chico joven que está al lado de Luc pide paso y se corre sobre rostro, cerrando ella los ojos y esperando pasiva a que termine.

Pese a lo extraño de la situación, sigo teniendo una generosa erección y pronto noto una mano que se apoya en mi cintura mientras me abrazan por detrás. Una voz conocida me saluda al oído mientras su otra mano se desliza hacia mi entrepierna. Me giro y saludo a Kate, que  pone cara de sorpresa a ver a mi amiga así. Sin decirme nada más, me besa con pasión y la abrazo. Su cuerpo solo está tapado por un suave pareo. Parece que se me va a romper entre mis brazos de lo menuda que es. Ella comienza a caminar hacia atrás mientras nos besamos hasta toparse su espalda con una losa vertical, más o menos entre Salim y la pareja de jóvenes. Sus besos, sus miradas, el contoneo de su cuerpo me desarman  y hace que me olvide de todo. Después de jugar con su lengua, dentro y fuera de su boca, me deslizo poco a poco buscando su cuello, que muerdo y luego lamo con deseo. Busco el lóbulo de su oreja y lo chupo suave. Me deshago de su pareo mientras manoseo su cuerpo, tocando sus pequeños y duros pechos, sus muslos, para luego buscar su coño que ya me espera ardiente. Busco uno de sus pechos con la boca mientras me arrodillo. Después de lamerlo, chuparlo, y morderlo me paso al otro, dejando ambos humedecidos. Su piel es increíble, deseo cada centímetro de ella. Paso su firme abdomen, me paro a jugar con su obligo pero sus manos en mi cabeza me empujan hacia abajo. Me guían y me hunden en su entrepierna, casi sin dejarme respirar. Siento su calor en mis labios, su olor y su humedad. Está empapada. Saco la lengua y comienzo a lamer su coño con ansia, mientras su cabeza no me deja mucho margen para moverme. Me agarra el pelo, fuerte, y me restriega toda su entrepierna por mi cara. Ella se abre como puede y poco a poco me va dejando hacer. Lamo la zona interior de sus labios, y también entre los interiores y exteriores. Busco su agujero, sabroso, húmedo que emana líquido sin parar. Su clítoris, gordo, queda entre mis labios mientras lo chupo y lo muerdo ligeramente para que note la punta de mis dientes. Kate jadea alterada mientras con uno de mis dedos ya juego con su entrada. Hago círculos mientras hago amagos de entrar, pero nunca metiendo nada. Está totalmente entregada. Todo hace que me olvide de lo que está pasando alrededor, me tiene hipnotizado. La veo tan excitada y me da mucha confianza, por lo que deslizo mi dedo más abajo, buscando su otro agujero. Lo encuentro, suave y lo acaricio mientras no dejo de mover mi lengua arriba y abajo. Agachándome un poco mas introduzco mi lengua en su entrada, moviéndola dentro hacia los lados. Mientras, presiono con mi dedo en su ano, que cede de una forma increíble. Comienzo a introducirle el dedo por detrás, mientras mi lengua está delante, dentro también. Jadeo. Jadea más. La siento muy cerca, quiero que termine, intensifico mis movimientos. Hago presión con mi lengua, quiero que sepa en todo momento donde esté. Mi dedo ya se ha perdido casi entero en su ano y lo muevo dentro y fuera. Kate gime muy fuerte, quedándose en tensión, en el momento en el que yo introduzco mi lengua muy dentro. Siento como cambia su sabor interior, como se empapa por dentro. Sus flujos inundan mi lengua casi ahogándome. Ambos disfrutamos de su orgasmo. Su abdomen se expande  y se contrae muy rápido. Quito el dedo de su ano y me incorporo, buscando su boca deseoso. Nos besamos y nos magreamos un buen rato. Me separa de un empujón, y se da la vuelta apoyándose las manos contra la losa. Arquea su espalda y me ofrece sus caderas elevadas. Me acerco al instante colocando mi glande en su entrada. Esta vez no tengo preservativo. Cuando me dedico a empujar, siento su mano que me agarra el pene, lo retira y lo dirige hacia su otro agujero. Gira su cabeza y mirándome, pone uno de sus dedos vertical en sus labios haciéndome el gesto de callarme. Esto me saca de mis casillas, ¿por qué dice eso? ¿quizás ese agujero solo está disponible para su chico? Miro hacia atrás y veo a Luc todavía entretenido con Carol. Desde esta postura es imposible que Luc se percate de qué agujero le estoy utilizando a su chica. Empujo y mi mojado glande se hace paso a través de su ano con más facilidad de lo esperado. No dejo de empujar hasta que mis muslos toquen sus nalgas. O lo que es lo mismo, hasta que no quede ni un centímetro de mi tronco fuera. Comienzo a moverme rápido, disfrutando de la vista de tomar estas preciosas caderas. Las paredes de su culo me aprietan, sobretodo en el tallo, es una maravilla el placer que me están dando. Ella gime mucho, mi polla hace mucha presión hacia arriba, noto como la voy rozando por dentro una y otra vez. Su espalda comienza a humedecerse y brilla por el sudor. Sus manos aprietan la losa y su cuerpo se pone en tensión, con las piernas algo flexionadas, mientras le follo el culo con deseo.

A nuestro alrededor, una de las amigas de Salim se inserta una y otra vez sobre su enorme verga, cabalgándolo mientras él sigue sentado en la arena.  El chico de la pareja joven comienza a jadear entre los pechos de Natalia,  y tras agarrarla por la mejilla la desliza hacia abajo bajo la mirada nerviosa de su novia, que no se lo esperaba. Natalia se arrodilla con velocidad en el preciso instante en el que el chico comienza a soltar su leche en un sonoro orgasmo. Agarrando él mismo su polla, y menandola sobre las caras de su novia y de Natalia, mojando sus mejillas. Su novia se queda con cara de pocos amigos, creo que eso no era lo que habían pactado.

Kate me dice frases en su idioma, que obviamente no puedo comprender. Su ano se dilata cada vez más, permitiéndome acelerar el ritmo. Separo sus nalgas y disfruto de la vista.

Carmen, la mujer de los tatuajes,  se encuentra ahora a cuatro patas, con uno de los hombres follándola desde detrás, aunque no podría decir por cual de los agujeros. Ahora solo está acompañado por otro chico más, que reposa sentado delante de ella, mientras ella lo masturba usando sus enormes pechos.

Hago movimientos más largos, tanto, que varias veces se me sale de todo. Me encanta ver como se inserta. Vuelvo rápidamente a su interior, haciendo círculos con mi cadera. Bajo mi mano por su costado y consigo llegar a su clítoris, que estimulo con dos dedos mientras no dejo de moverme.

En el grupo de Carol, en el que ahora cuento a unos 6 hombres, se turnan para penetrarla. Ella está tirada en el suelo y está rodeada permanentemente.

Mientras sigo embistiendo a Kate, la otra amiga de Salim se me acerca y tras dedicarme una sonrisa  se presenta y me abraza observando desde mi perspectiva lo que estoy haciendo. Calima me besa una mejilla y me giro. Busca mis labios y me besa mientras le da un cachetazo a Kate. Con sus enormes pechos a solo unos centímetros no puedo evitar llevar una mano a ellos. Es imposible abarcarlos con una mano. Manoseo sus grandes pezones durante unos minutos mientras sigo dándole por detrás a Kate. Tras dedicarme otra sonrisa, se retira y se dirige al grupo donde está Carol para buscar un hombre que esté disponible. No tarda nada en encontrar compañía.

Natalia se limpia la mejilla con un kleenex y se dirige hacia el grupo donde está Carol. Busca a su marido, que recibe oral de la chica de color que acaba de estar ahora conmigo. Le da un beso sonriente y baja su mano para agarrar la cabeza de la chica y moverla adelante y atrás como indicándole como le gusta a su marido.

La joven pareja intercambia papeles, y es la chica quien recibe oral sentada en una piedra. Acaricia el pelo de su chico mientras me observa. La miro, y nos excitamos mutuamente. Sube su mano y se acaricia ambos pechos, elevándolos y ofreciéndolos a mi vista.  Me gustaría girarme un poco y mostrarle lo que le estoy haciendo a Kate pero  corremos el riesgo de que Luc nos pille. Comenzamos un juego de miradas que nos ayudan a llegar antes al orgasmo.  Golpeo las nalgas de mi joven diosa, que resuenan en la zona demostrándole que al menos durante estos momentos, es mía.

La chica que está sobre Salim grita con desesperación en un orgasmo tan sonoro que nos deja atónitos. Se queda temblando encima del gran hombre. Se incorpora y no es capaz ni de mantenerse sentada. Salim la mira orgulloso. La chica se desencaja y se sienta a un lado a descansar. Salim se levanta y todavía con una erección increíble camina entre la gente para buscar una cerveza en una pequeña nevera portátil. La joven chica abandona mis juegos de mirada al paso de Salim, observando su gran dote.

Se la ve más excitada por lo que ocurre a su alrededor que por lo que le hace su chico, que no parece poner mucho empeño. Salim se queda de pie dando un trago largo a su cerveza. Cuando baja la mirada, ésta se cruza con la mirada de la joven. Sus mejillas se vuelven rojizas y sonríe tímidamente. Ella agarra con fuerza la cabeza de su chico hundiéndola entre sus piernas. Salim sabe interpretar bien esas sonrisas y miradas, y decide acercarse. El hombre escultural se planta delante de la joven, sentada en una piedra. Su cuerpo atlético eclipsa su mirada tímida pero voraz. Ella lo recorre con la mirada, analizando sus músculos, sus brazos, sus fuertes muslos  y por supuesto su polla. Desea estirar la mano y sentir esa dureza pero no sabe como reaccionaría su chico. Una mirada alrededor le da el plus de excitación suficiente para lanzarse. Estira su mano y Salim da otro paso adelante, quedándose muy cerca de ella. Su pequeña mano abarca su tronco y comienza a masturbarlo, como puede. La cara de ella es un poema, nunca ha visto algo de ese tamaño salvo en las películas. En ese instante su novio alza la vista y da un salto. Se altera a ver a su chica así pero no interviene. Solo se limita a decir su nombre.. Lara, Lara… Ella lo manda callar recordándole lo que pasó hace un rato con Natalia. Agarra nuevamente a su chico por el pelo y lo hunde en su entrepierna, ahora más excitada que antes. Mientras, tira del pene de Salim hacia ella para hacer que se acerque más. Cuando está lo suficiente cerca busca su glande con su lengua y lo recorre. Lo besa e intenta abarcarlo pero solo consigue introducir la punta. Su chico levanta la mirada y observa nervioso a su chica. Ella vuelve a dirigirlo con la cabeza, como buscando intimidad con su nuevo juguete. Con una mano masturba a Salim mientras tiene su glande en la boca. Para su sorpresa su pene todavía sigue creciendo y esto la acelera todavía más. Con su lengua recorre todo el tronco, que parece infinito. Lo lame y rechupetea como si fuese un helado, un gran helado. Disfruta de una polla como nunca. La erección que tiene su chico también ayuda a que el disfrute sea máximo. Se deja llevar completamente  y comienza a mamar fuera de control. Salim apoya su mano en la cabeza de Lara y la guía, presionando y haciendo que su pene entre más en su boca. Apenas le deja respirar pero tampoco hace gestos para que pare.

La escena se vuelve tan tórrida a mi alrededor que cada vez empujo mas. Estoy tan excitado que no voy a tardar mucho en terminar. Muevo mis dedos cada vez mas rápido en el clítoris de Kate.  Ella empuja con fuerza hacia la losa. Yo empujo hacia ella logrando una penetración muy bestia. No aguanto más, todo me tiembla, estoy sudando, deseo terminar dentro de ella. En una ultimas embestidas, saco toda mi fuerza para hacerlo lo mas fuerte posible. Noto que me viene, aprieto fuerte sus caderas. Kate desliza una mano a su entrepierna mientras con mis empujones hace que su pecho y mejilla se apoyen en la losa. Se masturba rápido, entre gemidos y cuando está a un paso de llegar, nota un calor enorme que la llena por atrás. Me quedo dentro de ella disfrutando del orgasmo de mi vida. Empujo cada vez más, empotrándola contra la losa de piedra, vaciándo en su culo hasta la última gota de semen Ella se viene conmigo y respira muy fuerte empañando la zona de la losa donde respira. Su cuerpo está empapado. Salgo de su interior, y noto parte de mi corrida deslizarse fuera. ¡Qué vista! Kate se da la vuelta y me abraza. Busco sus labios y nos besamos, todavía sin respiración prácticamente. Mirándome a los ojos, me dice unas palabras en su idioma que no entiendo, pero yo respondo “yo también”.

Son cerca de las 18:00, falta poco para tener que irnos. Cada vez queda menos gente en la zona. Kate me invita a una cerveza y nos quedamos sentados observando el panorama. Lara sigue haciéndole oral a Salim, ahora más enérgicamente. Al otro lado, Raúl penetra a Calima, colocada a cuatro patas. Natalia cabalga a uno de los hombres y Carmen, que se ha unido al grupo le hace oral a dos jóvenes y recibe de un tercero. Por último, Luc entra y sale de Carol con velocidad. Ya no queda nadie más. Pese a haber tenido un orgasmo increíble, es difícil bajar la erección en un lugar como ese. Y menos aún teniendo la mano de  Kate jugueteando todavía por mi entrepierna. Sé que esos serán los últimos momentos que pase con ella, pues mis vacaciones se terminan y ellos pronto se irán también.

Ha sido mágico poder conocerla. Luc es realmente un chico muy afortunado. Hacen muy buena pareja y tiene mucho mérito la forma de llevarla que tienen. Creo que no he visto pareja más enamorada nunca, a pesar de la relación tan liberal que practican.

Los gemidos de Luc llaman nuestra atención y observamos como sale de Carol quitándose rápidamente el preservativo. Se inclina para eyacular sobre sus pechos brillantes una generosa cantidad de semen. Luc se despide y se acerca a nosotros. Carol se incorpora a duras penas y utilizando su toalla comienza a limpiarse el cuerpo y la cara. Poco después, se va sin decir nada. Se la ve triste, como si hiciese todo eso por despecho. Sin dejar de tocarme, Kate recibe a su novio con una rápida y enérgica mamada. Luego Luc se inclina y tras intercambiar unas palabras en su lengua se besan con pasión.

En el otro grupo , Natalia deja K.O al chico con el que estaba, y se acerca a donde su marido, que sigue penetrando desde atrás a Calima. Natalia se coloca delante de la chica, separando sus piernas y sentándose. Ofrece su entrepierna y no tarda nada en sentir una lengua rosada jugueteando en ella. Raúl gime muy fuerte y sale de la chica nervioso, buscando a su mujer. Natalia ofrece su boca abierta a su marido, que termina en ella con un sonoro orgasmo. Después de tragar todo el jugo, se centra de nuevo en su compañera, agarrando su cabeza y guiándola en sus movimientos para buscar con ansia su orgasmo. La larga lengua de Cali se mueve a una velocidad endiablada lamiendo cada recoveco de la intimidad de Natalia, que cada vez está más abierta y expuesta a ella. Dos dedos se cuelan en su interior moviéndose rápido y firme mientras los gemidos comienzan a ser más exagerados. La postura tan provocativa de Calima – a cuatro patas con la cadera elevada- no pasa desapercibida para uno de los chicos que está con Carmen. El joven se coloca un preservativo y se coloca detrás de Calima, penetrándola sin perder tiempo. Natalia se pone en tensión y tras un fuerte gemido se va al cielo por unos segundos. El joven se mueve muy rápido ahora detrás de Calima y no tarda en dar un ultimo empujón, llenando el preservativo con fuertes sacudidas. El chico se retira y las dos chicas se besan sensualmente.

Carmen, con el cuerpo brillante y el pelo mojado del sudor,  masturba al chico que falta para poco después regarse a si misma con su semen, embadurnando sus tersos pechos.

Todos se van retirando poco a poco, solo quedan en acción Lara, su novio y Salim. Ella, con el enorme glande en su boca, lo masturba muy rápido sin mover su cabeza. Su novio sigue comiéndole el coño pero no pierde detalle de la escena. Sin embargo, no es consciente de lo que realmente está pasando, puesto que por la garganta de su chica ya baja a borbotones el líquido blanco de un sonriente Salim en un silencioso pero intenso orgasmo. Tras terminar, una sonrisa de Lara sella el secreto con Salim.

Nos despedimos los que quedamos, Lara y su chico son de no muy lejos. Pero dura es la despedida con Kate y Luc. Ha sido algo mágico y no olvidaré lo que he vivido con ellos jamás. Me abrazo con ambos, primero con Luc, que va a recoger sus cosas y luego con Kate. El ultimo abrazo me desarma y lloro en su hombro. “Eres fantástica”. Quedamos para otro verano, pero sé que nunca los volveré a ver. La despedida se hace amarga y me quedo solo recogiendo mis cosas en aquel lugar ya abandonado. En el lugar donde el sexo tiene otro significado, solo guiado por el morbo y donde la moralidad no tiene sitio.

Después de recoger mis cosas, vuelvo a la playa. Mis compañeros ya se han ido para el Camping, tengo poco más de madia hora para desmontarlo todo, pues de lo contrario perderé el barco. A partir de ahí todo sucede muy rápido. Llego al Camping y deshago mi tienda a todo correr. Menos mal que es muy fácil de desmontar. Desinflo el colchón, guardo mantas y almohadas. Carol ni me mira, está mas fría que nunca. Veo para su sonriente marido y pienso que nunca se le pasaría por la cabeza lo que acaba de hacer Carol. O, mejor dicho, lo que han hecho con ella unos desconocidos.

Llegamos al barco por los pelos. Me pongo las gafas de sol, los cascos, y contemplo para la isla mientras nos alejamos. Apuro la ultima cerveza que me queda. He estado muchas veces en esa isla, pero sin duda esta vez será inolvidable.

F I N