La isla de los Incestos- Día 5
En la isla el incesto entre madres e hijos se está contagiando entre todos los concursantes...¿queréis saber cómo caerán en sus redes?
Dia 5.
Por la mañana todos han dormido bien, excepto Marta, que ha estado toda la noche dándole vueltas a la cabeza. La prueba de hoy es una carrera de kayaks por parejas. Van a bajar el río que serpentea por la isla. Como no hay montañas elevadas, el río discurre perezoso y lento, pero hay algunas pequeñas zonas con rápidos, aunque no muy peligrosos.
Todos se enfundan en unos ceñidos pero delgados trajes de neopreno. Los chicos no dejan de admirar las curvas de las mujeres que llaman la atención y comienzan a calentar el ambiente, ya de por sí festivo del grupo.
Se suben a las canoas de dos plazas. Los cámaras van siguiendo al grupo intentando captar imágenes para el programa. Sin ambargo desde el principo unas parejas van muy por delante y otros van quedando rezagados.
Paula y Carlos van avanzando a toda velocidad, acompañados de cerca por Lucía y Rodrigo. Los que más dificultades tiene son Marisa y Tono, que se han tirado toda la noche follando y ahora están muy cansados. Los dos disfrutan como enamorados y ahora no les apetece luchar por el premio, sólo disfrutar de estar juntos.
Tampoco Macarerna y Alfredo avanzan muy rápido. En un momento dado se quedan atascados en la zona más rocosa. Tiene que bajar y ponerse a empujar. Alfredo está viendo a su madre enfundada en el traje y doblada sobre la canoa intentando moverla. Macarena no para de reír por sus contantes tropiezos al caminar sobre las rocas. Ella está siempre contenta, es una de sus mayores virtudes, piensa Alfredo mirándola con dulzura. Su regordete cuerpo es abruptamente sexy para él. Sus pechos hinchan su parte delantera como si fueran dos airbags y su cintura ancha está a punto de hacer estallar el traje, especialmente cuando se agacha al tropezar y pone el culo en pompa hacia su hijo. En este momento las fantasías sexuales de Alfredo vuelan, imaginándose su cuerpo desnudo.
Tan ensimismado está en la contemplación de su madre, que en un momento dado tropieza con una piedra grande y va a para encima de su monumental progenitora, golopeándole con las manos en la grupa y haciéndola caer.
-Jájaja, mal hijo....Me has tirado al agua!!
-Ha sido sin querer, mamá.
Macarena empieza a reír mientras empuja también a Alfredo sobre el pecho haciéndole caer al agua.
- Ah, pues ahora atente a las consecuencias.
Se lanza encima de él e intenta hacerle una aguadilla y meter su cabeza bajo el agua. Alfredo intenta salir y agarra intintivamente su pecho. Ella lo advierte, pero quiere seguir el juego y continúa intentarlo ahogar, con lo que él empieza a agarrarla de la cintura, de los pechos y de los hombros para intentar sacar la cabeza.
El roce está siendo bastante sexy, aunque el neopreno impide que se toquen piel con piel, por lo que ambos están cómodos jugando. Alfredo piensa que ella no nota nada y por eso se arriesga a tocar su cuerpo bajo el agua y busca rozar su pene endurecido contra toda la superficie de su traje.
Macarena está disfrutando de tanto rozamiento, chapoteo y su risza no hace más que excitar más la situación. Está notando el pene de Alfredo a través de la capa de neopreno, aunque con lo caliente que está ella, no sabe si lo nota o la está imaginándo.
-¿Sabes que me encataría hacer ahora hijo?-dice como susurrando para que nadie más que él lo escuche.
-¿Qué?
-Pues quitarme este neopreno que es muy incómodo. El problema es que no llevo nada debajo...
-¿Comó?- A Alfredo le sube la temperatura de golpe a la cabeza (de la polla) de pensarlo.
-Es que me rozaba el bañador y me lo he tenido que quitar. Pero ahora estoy más fresquita...
Alfredo no puede contener la erección al saber que había palpado los jugosos pechos y muslos de su madre sólo con la separación del traje. Le duele y no sabe cómo ponersela para que no le incomode.
Macarena se da cuenta y le dice.
-¿Por qué no haces como yo? Quítate el bañador y quédate sin nada debajo. Ya verás que fresquito sientes cuando el agua se queda rodeando tu cuerpo dentro del neopreno...
Su sonrisa peremne hace la situación más divertida. Alfredo también está de buen humor.. Ya saben que no van a ganar, pero al menos piensan pasarlo bien. Alfredo, en una decisión extraña para él, se quita el neopreno y pero por vergënza le pide a su madre que se gire de espaldas para que no le vea quitarse el bañador. Ella está mordiéndose el labio imaginando lo que su hijo esconde entre las piernas.
-Mamá, gírate, por favor- le pide Alfredo pudororo.
Pero Macarena no lo hace y se le queda mirando esas nalgotas gordas que tiene. A ella siempre le han gustado los chicos nalgones, como su marido, pero su hijo es aún más nalgón. Macarena no puede aguantar la tentación y le da un cachete en el gran culo de él, que se gira sorprendido. Macarena se ríe y sale corriendo, lo que Alfredo interpreta como una provocación y comienza su persecución.
Los grandes pechos y nalgas de su madre botan con cada movimiento. Sus carnes tiemblan sacudiéndose por los saltos de Macerena, que no puede evitar ser agarrada por la cintura por Alfredo. Ella se resiste y comienza a frotar sus nalgotas sobre el paquete y los muslos de él, sabiendo que así le forzará a soltarle. Pero Alfredo no se deja amilanar y la agarra por delante cogiéndo sus grandes pechazos como si los estuviera sopesando.
Macarena se siente atrapada pero no se da por vencida e intenta soltarse tocándole en el punto más débil, su entrepierna y sus nalgotas. Alfredo siente las manos de su madre haciéndole cosquillas por dalante y por detrás para que la suelte, pero él se aferra más a ella abarcándola con los brazos e inmovilizándola para que no escape.
Macarena está cachondísima y no hace más que suspirar y gemir en su oído. Le pone muy caliente el sentirse tan abusada por cómo la tiene Alfredo sometida y porque éste ha perdido el miedo a su cuerpo y le toca por todos sitios. Alfredo la agarra por fin de las muñecas y abre sus brazos en cruz inmovilizándola contra una roca. Su pelvis contra la de ella y Macarena hecha una fiera domada. El pelo largo le cae sobre la cara y tiene una mirada inequívocamente lujuriosa. En esta situación haría lo que él le pidiese, sería su esclava. Quiere que él se la saque y le golpee con el glande por la cara y por los pechos. Que se corra en su cara o en su boca...El dedeo la llena por completo...
Marta y Santi quedan sueltos por el medio. Van a buena velocidad pero se han descolgado de los primeros. Las cámaras se dividen, una con los de la cabeza y otra con los de la cola, dejándolos en un terreno de nadie. Poco a poco se van a alejando y ya no ven a otros concursantes. El río es una zona muy tranquila, en la que apenas se escucha más que el discurrir tranquilo del agua.
Marta disfruta de la visión de su hijo, que como un capitán dirige la nave con soltura para no golpear ninguna roca. Tiene un torso musculoso y se le ve siempre seguro de sí mismo en este tipo de retos . Se están acercando a una zona donde la corriente es algo más rápida y Santi intenta dirigir el bote hacia la zona tranquila, sin embargo, cuando se creen más a salvo, Marta intenta agarrarse a una roca para que no les aspire la corriente, de manera que tiene que sacar el cuerpo de la canoa y al hacerlo, desequilibra el peso y terminan dando la vuelta y cayendo al agua.
Al caer al agua, Marta está sumergida y enganchada por las piernas, con lo que no encuentra la forma de darse la vuelta y salir a la superfície. Santi lo hace fácilmente, pero al ver a su madre que no puede salir se sumerge rápidamente y logra sacarla tirando de sus axilas. Marta saca la cabeza al fin y respira con alivio. Tose ostensiblemente porque ha tragado agua y por momentos ha sentido que moría ahogada. Santi la saca del río en brazos y la lleva a la orilla, en una zona resguardada de las miradas por los arbustos.
Mira su hijo con gratitud y orgullo. La ha salvado del agua como un héroe. Las emociones se agolpan en su pecho y termina rompiendo a llorar.
¿Qué te ocurre, madre?
Nada, hijo, que me hace muy feliz estar aquí contigo. Te debo la vida y estoy dispuesta a darte las atenciones y el amor que te he negado todos estos años.
Pero madre, yo ya soy un hombre. No necesito que me limpies el culo o me des de comer.
Sí, es cierto. Pero sé que los hombres tenéis otras necesidades que deben ser cubiertas y tu madre puede ayudarte en ello.
¿A qué te refieres?
Marta se levanta y se baja la cremallera del neopreno. El traje se abre como si fuera un regalo, quedando su cuerpo desnudo y relunciente por las gotas de agua bajo el sol.
Los ojos de Santi se abren desmesuradamente al contemplar el cuerpo bonito y cuidado de su madre. Sus formas son suaves, pero mantiene unas tetas bien puestas y un culito bien proporcionado. Sus pezones son chiquitos y están muy erectos como dos clavos. Su vello púbico es escaso, rubio y bien cuidado. Perece Afrodita saliendo del mar. Su pene da un salto al disfrutar de la vista que su madre le proporciona, lo que no pasa desapercibido a Marta.
- Si me deseas aquí me tienes para saciar tus necesidades siempre que quieras. Voy a cumplir todas tus fantasías eróticas. Tú pídeme lo que quieras y tu madre se encargará de cumplir tus deseos. Voy a ser tu esclava sexual para que hagas de mí lo que te apetezca.-
Marta sabe que ésta es una oferta que ningún hombre puede rechazar y así pretende conseguir recuperar a su retoño. Ella ha utilizado siempre el sexo para someter a los hombres, pero esta vez se someterá ella misma para retener a su lado a su amado hijo.
Si quieres me puedes follar ahora mismo. ¿Quieres, mi amor?- Tiene los ojos clavados en los de su retoño.
Claro, mamá. Llevo todo el concurso muy cachondo de verte en bañador y de oírte masturbarte en la cabaña.
Pues anda, métemela por detrás y sáciate con tu mamaita.
Santi se coloca detrás del culo en pompa que le ofrece su madre, que se gira para ver cómo desenfunda su joven pene de buen tañamo. Ella se abre de piernas fácilmente por lo flexible que es y deja su coñito abierto y goteando a la vista de su nene.
La punta de su pene llega a la depilada vulva y comienza a penetrarla con lentitud. Santi la abraza por detrás mientras su estaca se abre paso por el jugoso estrecho vaginal. Las paredes musculosas lo abrazan como acogiéndolo y acariciándolo maternalmente. Entonces la agarra de las caderas y comienza a follarla cada vez más duro, loco al recordar las palabras de su madre, su esclava sexual. Le taladra el coño una y otra vez emitiendo ambos grandes gemidos. Están disfrutando, pero la que más es Marta, que siente que por fin su hijo la quiere tener cerca y no se separará de él.
Marta empieza a contraer sus músculos vaginales y absorver la polla de su cachorro meneando su culito en círculos que le hipnotizan.
- Sí, vamos nene, fóllate a mami bien fuerte. Ah, ah, ah....Desahogate conmigo. Vamos, nene. Cógemele las tetas, disfrútalas, son todas tuyas. Métemela hasta el fondo, bien adentro. Ah, ah, ah, ah....
Es como una sargento dirigiendo al soldado, que se retuerce de placer al cumplir cada una de las órgenes de su superior. La follada está siendo prolongada y muy rica para ambos. Hacía mucho tiempo que Marta no disfrutaba así de un amante, y no digamos Santi. Es el mejor polvo de su vida. Y eso que Marta no ha puesto en práctica casi ninguna de sus muchas técnicas amatorias. Era una auténtica fiera en la cama y sabe hacer gozar a los hombres con su cuerpo.
Cuando ve que se acerca el orgasmo de su hijo, le comienza a apretar el glande como si le diese bocaditos, algo que le lleva a un orgasmo fuerte y prolongado, exprimiendo cada una de las gotas de su semen bien dentro de su vagina. Marta se relame con placer de complacer a su nuevo amo. A partir de ahora ha decidido se someterá a él siempre que quiera, pero además le cederá a sus amigas para hacer trios y orgías juntos. De esta forma se asegurará de que su hijo no se separará de ella nunca más.
Por detrás llega la canoa de Alfredo y Macarena, que intentan desviarse de los rápidos también. Al hacerlo, quedan embarrancados en unas rocas y tienen que bajar a empujar. Macarena se está orinando y le pie a su hijo que le deje apearse para hacer sus necesidades fisiológicas.
Cuando se acerca a la vegetación, ve a la pareja enganchada, con Santi bufando como un toro y cabalgando a su elástica madre. El cuerpo de ginmasta de Marta se adapta a cualquier lugar y sitación. Está recibiendo las acometidas de su amante supervisando sus esfuerzos, pero gozando también.
Macarena no puede levantar la mirada de la escena. Los roces y juegos con Alfredo la tienen muy excitada y lo que le faltaba era ver una madre y su hijo follándose entre los arbustos. Se lleva la mano a la almeja y comieza a pajearse mitiéndose varios dedos en su encharcado chocho afelpado.
Cuando Santi comienza a dar los empujones más fuertes para terminar y ve que la pareja se retuerce del orgasmo, a ella también le invade el clímax y le flaquean las piernas, soltando mucho líquido en una corrida bárbara como la que ella suele tener. Es capaz de soltar flujo en grandes cantidades, como si fuera una gran corrida de hombre. Una lástima que no esté su nene para recibirlos en la boca, porque lo tiene en su pensamiento. Ël permance en la canoa esperándole, extrañado por lo que está tardando.
Cuando se recupera del tremendo orgasmo se pone el neopreno y sale en busca de Alfredo.
¿Qué te ha pasado, mami? Pareces muy acalorada...
Nada, nene. Es que en esta isla sube mucho la temperatura corporal. Ya te contaré luego en la cabaña. Vamos a terminar la prueba, rápido...
Se suben a la canoa y descienden el río, con Macarena fijándose en el cuerpo de su hombre y imaginándose sentir lo que estaba sintiendo Marta al ser follada por su hijo y recibir toda su caliente corrida en su interior. El chocho de Macarena está haciendo palmas por sentir algo así...No puede más que esperar a estar a solas con Alfredo y piensa en cómo seducirlo para tenerlo a su antojo. La semilla está plantada, porque ha visto la erección de él cuando se han puesto a jugar, ahora sólo falta romper el hielo, y de eso se encargará ella...
Las dos parejas se lanzan de nuevo al terminar la prueba, pero ahora comparten miradas de pasión a cada instante. La prueba la ganan Paula y Carlos y después Rodrigo y Lucía. Todos están contentos porque la prueba ha sido divertida y han disfrutado de un día de deporte y convivencia materno-filial.
Aunque han llegado los últimos, todos aprecian que algo ha cambiado en la relación entre Marta y Santi, que siempre había sido muy fría. Ahora van agarrados y se hacen mimos...Sospechan que algo ha pasado durante la prueba, pero Macarena es la única que ha visto con sus propios ojos la encena lujuriosa y se muerde el labio cada vez que escucha al resto de participantes comentar lo unidos que se les ve...
Cuando llegan a la cabaña, Macarena tiene preparado un conjunto para salir de la ducha y poner cachondo a su niño. Se va directa a ducharse tras darle dos besos cerca de la boca.
- Voy a prepararme a la ducha, espérame despierto, mi amor.
La ducha fría no puede aplacar los calores que emana su sexo y tiene que tocarse un poco las tetas y el coño mientras imagina la escena que le va a proporcionnar a su hijo. El camisón es casi transparente y sus volúmenes lo desbordan por todos lados. El tanga es diminuto y se aprecia perfectamente.
Cuando sale del baño, se encuentra a Alfredo tumbado y dormido. Su pene flácido descansa sobre su pelvis y tiene mucho semen pegajoso alrededor. Ha tenido que hacerse una paja rápida por la excitación del día y el sueño le ha llegado imaginándose cómo sería hacerle el amor a su madre.
Macarena lo mira con cariño. Qué bonita imagen. Su pequeño desnudo y con una gran corrida por toda la cama. Se acerca y comienza a lamer cada uno de los lefazos que ha ido echando su hijo con amor y lujuria. El semen sabe tan bien que se relame con cada uno de los lengüetazos. Poco a poco y con calma, va limpiando con su lengua toda la piel del tórax, abdomen y pelvis sin dejar ningún resto, mientras ella tiene una mano acariciando su sexo y frotando su clítoris.
Para terminar se pone a limpiar el pene metiéndoselo todo a la boca y sacándolo bien reluciente de saliva. Le retira la piel y le realiza una succión profunda a todo su glande, que hace que se ponga el pene morcillón. Con el pene en su boca, Macarena empieza a dar saltitos de gozo mientras comienza a correrse como sólo ella sabe hacer, poniendo todo el suelo lleno de flujos....