La isla de los Incestos (Dia 4)

Una isla del caribe, madres e hijos. Las bajas pasiones entre los concursantes se empiezan a desatar. ¿Quienes serán los siguientes en caer en la tentación?

Día 4:

La presentadora, luciendo un bonito triquini, les lanza por la mañana el desafío del día. Esta vez se trata de jugar la cacería por una zona de bosque bajo y rocas. La zona está delimitada por la cascada y por el pequeño valle que la rodea. Los participantes no pueden salir de la zona o serán descalificados.

La presentadora cachonda será la cazadora encargada de buscar y dar caza a los concursantes, que quedarán así eliminados si esta los descubre y nombra por su nombre.

Las parejas van unidas por unas esposas a modo de cadenas que los sujetan por los pies. De esta forma es mucho más difícil correr. Se da la salida y tiene 15 minutos para esconderse hasta que salga la presentadora.

Todos buscan alejarse y encontrar un buen refugio. Unos se ocultan subiendo a un arbol, como Macarena y Alfredo; otros tapándose con hojas de palmera como si fueran marines, como Marisa y Tono. Lucía le hace una señal a Rodrigo, como indicando el lugar tras la cascada que descubrieron ayer y ambos se esconden allí disfrutando del agua caer y la privacidad del hueco para ellos dos.

A Paula y Carlos el tiempo se les acaba y no encuentran nada seguro. La presentador anuncia que comienza la cacería con su silbato. La oyen acercarse hacia donde están ellos, que buscan desesperados algún lugar dónde ocultarse. Carlos descubre una grieta en la que pueden caber juntos y ocultarse con una rama encima. Rápidamente Paula se mete en la grieta alargada y Carlos se pone encima. La rama le permite ver a la presentadora acercarse desde el fondo del valle. Aún está a casi 300 metros. Ambos contienen la respiración. Carlos nota el cuerpo de su madre bajo el suyo y se despierta su recuerdo de estos días. Recuerda su cuerpo brillando de gotas de aguda en el atardecer y el pequeño incidente que tuvieron ayer al rozarse sin escrúpulos subiendo al árbol. En esta ocasión su madre no se mueve. Está como una estátua sin mover un músculo bajo suyo. Su pene comienza a crecer y aunque está lejos aún de su culo, su longitud mayor de 20 cm le hace asomar la cabeza por encima del bañador. Marta nota algo húmedo que contacta con los cachetes de su culo, pero no se gira. Sabe que no puede hacer un movimiento para no ser descubiertos. Nota algo alargado como una serpiente que se cuela entre sus piernas. Al darse cuenta de que es la erección de su hijo, se le corta la respiración. La mamba se mueve lentamente frotándose por la parte posterior de sus muslos y alcanzando la parte baja de los glúteos. Ha calculado ya su longitud y sabe que en esa posición puede llegar a dónde se proponga. Eso le pone extremadamente caliente. Su chochito empieza a hervir con calientes flujos.

Paula se muerde el labio inferior con furia. Desearía poder levantarse y arrancarle el bañador a su hijo para ver su falo en máximo explendor, pero se tiene que conformar con sentirlo humedecer la parte interna de sus muslos. Con disimulo, abre un poco las piernas para sentir cómo se cuela entre sus duras y flexibles extremidades y en ese momento la atrapa cerrándolas y dejándo a la serpiente cazada. Carlos da un respingo al notar cómo los músculos de su madre atrapan la cabeza, que no deja de soltar líquido. Nunca ha sentido tanta excitación. La presentadora se aproxima sin verlos, aunque ellos no le hacen caso. Ambos están concentrados en lo que sienten en la unión de sus dos carmas pélvicos. El cabezón de la serpiente ha llegado a contactar con la fina tela de su braguita, la que la separa de una maravillosa y cálida guarida donde cobijarse. Paula nota el contacto y abre la puerta separando casi imperceptiblemente los muslos. De esta forma,la serpiente empieza a combar la tela de entrada, que se va introduciendo poco a poco en el interior de su coñito.

Paula sube la pelvis lo justo para allanar el camino más recto hacia su interior. Pero la mamba está atrapada, no puede entrar más porque la tela está tensa y le impide el paso. La presentador está a apenas unos metros de ellos, acechando a un lado y otro, oliendo a sus presas. Ese olor a celo que desprenden las parejas que no pueden aguantar más su instinto sexual. Un volcán está a punto de estallar a su lado, cuando de repente, oye unos ruiditos cachondos que provienen de detrás de la cascada y decide dirigirse hacia allí a comprobar.

Cuando se gira, ambos suspiran aliviados. Llevan dos minutos sin mover una pestaña, con la polla de Carlos metida en el coño de su madre con la funda se su bañador. Ninguno es capaz de moverse. Quedan así aguantando la respiración durante minutos. Hasta que una mano aparece de no se sabe dónde y hace a un lado la tela. La lubricación de la zona es completa, de tantos flujos de los excitados congéneres. Sin embargo, la mano coge la serpiente por la cabeza y la dirige un poquito hacia arriba, donde está una entrada más oscura y cerradita. La cabeza de Paula es una olla a presión. Se quiere entregar a su hijo Carlos, quiere ser penetrada ya, pero teme un embarazo, así que opta por cederle su admirado culo para que descargue todas sus ganas en él. La lubricación que emite su polla será suficiente, piensa ella.

Carlos se sorprende pero le imprime a su mamba un empujoncito para que explore la entrada de esta otra apertura. En un principo se le resiste, pero poco a poco se va dilatando como una goma y acoge  la cabeza. Las manos de Paula agarran las de Carlos, como pidiendo calma en la maniobra. Hasta que poco a poco dilata su esfínter y Carlos siente cómo disminuye la presión sobre su capullo. Entonces, con movimientos sinuosos, va colándose por su ano adentrándose en un mundo ocuro pero acogedor. Paula está orgullosa de sí misma, ha conseguido una penetración anal para su pequeño en unas condiciones tan difíciles. Sin duda, la excitación de estos días ha logrado preparar su tesoro más preciado para regalárselo a su chaval. El pene de Carlos es como una sonda que llega muy dentro de su intestino. Cuando hace tope con sus pelotas en los cachetes de su culo, ella comienza a apretar con su esfínter para hacerle saber que puede moverse adelante y atrás.

-Lentamente, cariño....

-Claro, mamá....

Un suave ir y venir como una canción romántica. El culo de Paula ya tiene kilómetros, pero esto es una vuelta triunfal. Lo necesitaba mucho. Una mano acude en su ayuda para buscar su clítoris. Se ponen de costado, haciendo a un lado parte de la rama.

El vaivén lento, como un tango, de la polla de Carlos está haciendo gozar a Paula de una manera increíble. Además, toca su clítoris para acompañar sus movimientos. Su pene está recibiendo un tratamiento especial, el esfínter de su madre lo masajea y lo aprieta de una manera amorosa, como quien da un abrazo, pero de un modo muy íntimo. Para Carlos, es la primera vez que lo hace por detrás, ya que nunca sus amantes habían accedido a tener una relación anal. Es un sueño cumplido , poder dar por el culo a una mujer tan espectacular como su madre, que además posee el más deseado del barrio. Carlos se enamora inmediatamente de su madre, es un sentimiento especial el que

siente mientras penetra con cada vez más energía y la siente gemir y temblar bajo suyo por los sucesivos orgasmos que le provoca. Cada vez que ella llega al clímax comienza a agitarse y las paredes de su culo parecen estrangular a su mamba. Eso le lleva a un orgasmo brutal al estar ambos en el mismo punto de éxtasis y comienza a soltar un torrente de semen en el culo de su madre, lo que aumenta más el placer de ambos. Paula siente la cantidad de leche y se establece una conexión fortísima entre ambos, como dos vagones de tren que avanzan unidos y sufren un frenazo. Siente polla de Carlos muy profundamente insertada y le parece como si estuviesen fundidos para siempre en ese contacto celestial.

Tras soltar chorros y chorros de caliente corrida como un surtidor en el culo de su madre, la polla de Carlos se va encogiendo dentro de su escondite, mientras Paula se relame de una follada anal tan intensa.

El resto de concursantes han sido descubiertos, por lo que todos se anuncia que ellos son los ganadores. Carlos no quiere desacer el abrazo y la caricia en el que los amantes permanecen unidos., pero Paula es consciente de que si no salen del escondite será muy sospechoso a los ojos de todos. Se da la vuelta, mira a los ojos a su hijo y le besa en los labios.

  • Esta noche me disfrutarás sin prisas, te lo prometo.

Ambos levantan la rama y salen levantando los brazos como campeones. La hora que ha durado el juego ha sido intemporal para ellos, como un suspiro, pero con el placer que les ha brindado les hace estar en otra dimensión, esperando el momento de volver a sentir sus cuerpos unidos.

Marta, que pasa cerca de ellos, ve cómo al moverse la rama, Carlos se despega de su madre y la  serpiente se escurre fuera de su escondite. Tras ella, el semen brota a borbotones y escurre por las piernas de Paula mojando los muslos mojados de un líquido que sale de su imponente culo. Marta está confundida y no puede dejar que su imaginación vuele al pensar lo qué ha sucedido. El cuerpo de Carlos cubriendo al de su madre durante una hora y un reguero de líquidos que manan de su culo al levantarse. La situación le hace ponerse muy caliente y envidiar la mirada de complicidad y deseo que se lanzan madre e hijo. Ella nunca ha tenido una relación así con el suyo, pero esto tiene que cambiar. Durante estos días ha visto cómo otras madres tienen una relación muy bonita con sus hijos, de los que reciben caricias y atenciones. Ella se arrepiente de no haber tenido a su hijo como una de sus prioridades y haberse distanciado tanto con los años. Pero quizás no sea tarde, quizás aún puede recuperarlo.

Al llegar junto al resto, todos los felicitan y sigue el buen ambiente que ha reinado en el concurso desde el principio.

En su cabaña, Marta no podía dejar de pensar en lo que había visto....¿Se habría follado el chaval a su juvenil madre? La temperatura estaba muy alta entre todos y una mujer madura sedienta de sexo es capaz de eso y mucho más, eso ya lo sabía ella. Además, el chicho estaba muy bien y a ella se le veía muy abierta sexualmente. Sí, no cabía duda de que lo que había visto era el final de un episodio de incesto entre un jovencito guapo y su no menos atractiva madre. Mientras lo piensa no puede evitar comenzar a tocarse el coñito depiladito por encima del camisón, aunque cuando no es suficiente, termina por levantarlo y meterse un dedito en la panochita.

Marta no repara en que sus movimiento y su respiración agitada no están pasando desapercibidos para su hijo. Mirando de reojo, se saca la polla por el camal del pantalón para acariciársela mientras contempla como su madre se retuerce del gusto con tres dedos metidos en su vagina. Santi no sabía que era una mujer caliente, ya que la fachada de mujer ejecutiva, fría y metódica que transmitía en los negocios, también la proyectaba en sus relaciones personanles.

Pero esa fachada se estaba derrumbando al ritmo de sus suspiros y el chapoteo de sus juegos autoeróticos. Santi tenía la polla durísima como el hierro. Su sofisticada y refinada madre estaba masturbándose como una perra a su lado y él no piensa ser menos. Se saca la tranca bajándose el pantalón, lo que le hace salir rebotada y golpear contra sus firmes abdominales. Se comienza a pajear suavemente al ritmo que lo hace su madre. Marta se trabaja el coño a conciencia, que ya perece un batido de jugos. Hace mucho tiempo que se tiene que tocar ella misma y sabe cómo  hacerlo, pero hacía tiempo que no lo hacía de una forma tan compulsiva impulsada por una necesidad tal. Cuando está a punto de correrse, su cabeza gira y ve en el claro que alumbra la luz que entra por la ventana, cómo una mano sube y baja sacándole brillo a una barra de carne totalmente apetitosa. El orgasmo le atenaza entonces con el deseo de tener ese solomillo para degustarlo como a ella le encanta hacer. Es una experta en mamadas y se le hace la boca agua al pensar en tener ese miembro viril para dejarlo brillante con su boquita. Hacía años que el deseo no le dominaba. En su joventud solía ser una chica muy fogosa que nunca dejaba a los chicos insatisfechos. Pero eso era porque para ella el sexo no era más que un juego para dominarlos y someterlos. Así se fue haciendo una carrera profesional en su empresa y así ganó la posición que de la que estaba tan orgullosa. Ahora, su hijo era su próximo objetivo, quería tenerlo a su lado para siempre. Se sentía arrepentida de haberlo ignorado durante años y quería deshacer el camino. Se relamió con gusto y pensó en que su hijo sería una víctima más de su control sexual de los hombres. Lo atraería hasta que cayese en sus brazos....y en su boca....y en su...

Joven.daktari @hotmail.com