La isla de los Incestos (Día 3)
La excitación ha llegado a límites incontenibles y la lujuria campa por la isla a sus anchas. ¿Quienes serán los primeros en caer en la tentación carnal?
Día 3:
Hoy la prueba ya no es de contacto. Se trata de un concurso de orientación al tener que buscar un lugar en la jungla por parejas madre-hijo. Evidentemente, gana el que llega primero.
La organización les da por parejas una brújula y comida para un día y se tendrán que mover por la isla hasta llegar al punto señalado en las coordenadas. Todos piensan que es una pena, ya que las pruebas estaban siendo muy divertidas y ésta no iba a ser en grupo y además tenía pinta de que aquí empezaba el auténtico "Supervivientes" de penalidades y sufrimientos.
Las parejas (
Paula y Carlos. Marta y Santi. Marisa y Tono. Lucía y Rodrigo.
Macarena y Alfredo
) parten de la base en su campamento
rumbo hacia el centro de la isla...
La vegetación es densa y les han dejado también un machete para poder abrirse camino o para que se sientan más seguros. En la isla, les han asegurado que no hay animales peligrosos, pero todos temen encontrarse con alguno.
Lucía está muy animada por lo cachondo que se está poniendo todo. Le atraen casi todos los jovencitos y está pensando en si podrá montárselo con uno o con varios de ellos...
!Qué alegre se te ve, mamá!- Le comenta su hijo Rodrigo al verla caminar con una sonrisa de oreja a oreja.
Es que me lo estoy pasando muy bien, tu no? Además, no me digas que no disfrutaste ayer luciendo musculitos y buscando rozarte con las chicas, que te ví...
Sí, creo que fue muy divertido, pero no creas que no fijé en que tú también te arrimaste mucho a los chicos, especialmente a Tono...por qué será??
Sí, no se puede pasar por alto un paquete así. ¿Tú se lo has visto? Tiene unas pelotas enormes y un pene muy grueso.- Emitió una risita cachonda que termina de poner a Rodrigo totalmente empalmado. El bañador le comienza a molestar.
Apuesto a que si tienes oportunidad le harías un favor...
Puff, una polla así me destrozaba ahora mismo. Tendría que entrenar antes con otra de menor calibre. Es que aquí no he podido traerme mis aparatitos....-Hablaba como pensando para sí misma pero en voz alta. El bañador de Rodrigo estaba a punto de estallar. Su verga palpitaba al ver el culito de su madre menearse delante suyo e imaginarselo atravesado por el pollón de Tono...o por el suyo propio.
Paula y Carlos se han perdido porque no dominan la orientación, Se dan cuenta que han dado un rodeo, pero creen que ahora van en la dirección correcta, en la que se topan con una colina. Como los dos son atléticos, deciden intentar subirla en vez de rodearla. Creen que tendrán una vista desde las alturas para asegurar el camino.
La colina es escarpada. Carlos ayuda a su madre tomándola de la mano y tirando de ella para subir algunas rocas. Paula admira los fuertes brazos de su hijo y su calentura le lleva a rozarse con él todo lo que puede. Carlos se están poniendo muy tenso al notar las manos de su madre agarrándose en todas las partes de su cuerpo. Se le coge a los brazos, a la espalda o se apoya en sus muslos.
- Cariño, ¿por qué no me ayudas a subir a esa rama para poder divisar mejor? Desde allí podremos orientarnos.
Carlos se acerca y ella le indica que la coja de las caderas para subirla hacia la rama superior. Al levantarla, su duro y redondito culo queda a la altura de su cara. Paula intenta alcanzar la rama con las manos sin lograrlo. Al inclinarse y echar el culo hacia atrás, pone su vulva enfundada en el bañador en la cara de su hijo. Carlos siente los pliegues vaginales en su misma boca mientras ella maldice por no poder alcanzar la rama. La tiene cerca y está a punto de alcanzarla, cuando siente el aliento de su hijo diréctamente en la entrada de su vajina..
Ambos sienten
un escalofrío que le hace perder fuerzas
y Paula termina deslizando su cul
ito
respingón por el pecho y por encima del rígido paquete de su hijo. Paula se gira sorpr
e
ndida al notar la erección de Carlos en su culo y lo ve con los ojos en blanco y sin emitir sonido alguno. Ella no deshace la posición. Se queda unos segundos sintiendo el caliente pene de su nene frotando su también caldeada fruta de la pasión. Carlos pone una mano sobre su hombro como para que no se mueva. La tensión es enorme. Paula no sabe qué hacer y su cuerpo le pide empezar a moverse adante y atrás suavemente, restregándo sus tesoros por la zona más dura de la anatomía de su hijo, que comienza a bramar como un toro. Sus nalgas duras y prietas de ella le están masajeando la polla como si fueran el panecillo de un hot dog. Y con lo que le gustan a ella las salchichas bien calientes!
Marisa está cabizbaja y no habla nada. Tono no puede evitar sentir que algo le pasa a su madre, que le esquiva la mirada cada vez que la mira. Ayer fue un día muy agradable, con todas las chicas queriéndose acercar para tocarle y "jugar" con él. Era evidente que a nadie le había pasado desapercibido su tremendo pollón. Sin embargo, hoy está a solas con su madre y ésta estaba ensimismada y no emite palabra. Avanzaban dificultosamente por el bosque. En un momento dado, Marisa que escorpulenta, se queda enganchada en una rama, lo que le rompe el bañador por uno de sus tirantes. Uno de sus grandes pechos queda al descubierto. Tono se fija en su pezón morenito y se queda bloqueado. Lo mejor es la mirada entre tímida y excitada de Marisa cuando le ve babeando boquiabierto a su pecho desnudo. Se queda también inmóvil al ver cómo el paquete de Tono sufre un terremoto y se pone en erupción. A Tono le encantan las tetas grandes y suaves como las que está contemplando ahora mismo. Su sangre comienza a hervir y sus huevos comienzan a lubricar pensando en cómo será comerse esas preciosidades.
Marisa se tapa con algo de pudor
al notar cómo sus pezones se ponen duros,
e intenta
recolocar
el tirante roto atado al otro tirante. Sin embargo, sus masivos globos no pueden ser abordados con facilidad y su peso distiende el bañador, ofreciendo un balcón
con buenísimas vistas a los ojos de su excitado hijo, que no deja de mirarlos sabiendo que en cualquier momento las masas de carne de su madre terminarán por desbordar su intento de contención.
Marisa camina envolviéndose los pechos, lo que provoca que se tropiece al pisar una piedra. Cae y se le vuelve a romper el bañador, quedando tumbada con las piernas abiertas y con los pechos al aire. Tono se acerca a ayudarla y los dos empiezan a reír totalmente cachondos....No cruzan palabra, el aroma a sexo de ambos impregna el ambiente. Se miran de forma lujuriosa y anhelante.
En un momento, tienen que atravesar un paso estrecho entre rocas y Tono, como buen caballero deja pasar a Marisa. Ella intenta atravesarla pasando la cabeza y los brazos por el hueco e impulsándose hacia delante. Sin embargo, sus caderas y sus glúteos son muy anchos y quedan atascados.Ella intenta forzarse, pero no hay forma....Siente las manos de Tono cómo se depositan en su culo para intentar empujarla. Los movimientos de sus manos se tornan caricias y su chocho empieza a segregar jugos de forma salvaje.
Tono no puede más, tiene a su madre con el culo en pompa y totálmente expuesta a su herramienta. Se
saca la polla y la acerca a su culo. Marisa nota su presencia y cierra los ojos deseando que ocurra lo que sabe que tiene que ocurrir. Su coño está palpitando por volver a ser atravesado y comienza a saltar mareas de flujos. Marisa no lo ve, pero sabe que la herramienta de su nene es tan poderosa que la abrirá en dos, con lo que aguarda su estocada mortal.
Tono, sin embargo, sabe que su madre no ha sido penetrada en mucho tiempo y que su grosor podría lastimarla. Aunque tiene los ojos rojos como un toro a punto de embestir, el sentimiento de cariño y amor hacia su madre le lleva a apartar su bañador, acercar su boca y comenzar a mamar de la papaya de su mamá. Se relame con gusto al saborear tanta humedad que mana de su cueva. Toda la zona está congestionada de sangre por la excitación. La fruta está en su punto. La saborea bien aumentando más y más la lubricación, que ya baja por sus piernas como si fuera una fuente.
En un momento dado, su cuerpo entra en erupción por el gran orgasmo que le ha brindado su hijo y no puede evitar emitir un gran gemido de placer. Tono sabe que ha llegado el momento, agarra su herramienta y la dirige a la entrada del gran
templo
que es el culo, muslos y chocho de su madre. Llama a la puerta con su gran badajo y recibe el permiso al sentir cómo las paredes de su coño se van abriendo a su paso. Su madre casi ha perdido el conocimiento del orgasmo y ahora recibe su pollaza totalmente entregada y abierta.
Tono sabe que éste momento es especial. Tiene a su madre
sumisa
mientras es atravesada por su hierro candente. Ella comienza un gemido ronco y profundo mientras nota su estaca abrirse paso por su cuerpo. Nunca sintió algo así. Su niño es un superdotado pero maneja su polla como si de un bisturí se tratase, diseccionando la abundante carne de su madre. Abriéndola como la mantequilla derritida por el calor que emana su
sexo al entrar y salir sin parar de la gruta de Marisa. Ella, con los ojos cerrados y disfrutándo de la follada con cada centímetro de su carne que entra y que sale de su cuerpo.
Tono la agarra por la cintura y va imprimiéndole un buen ritmo a la cabalgada.
Desde lejos de escucha el chapoteo de los huevos de Toño contra las grandes nalgas de su madre, adrezados con mucho flujo vaginal y líquido seminal del chaval. Todo un festival de los sentidos, por el olor a sexo y sudor que despenden y el espectáculo visual de ver a una auténtinca
yegua
ser montada
por un potro joven
con un cañón de ese calibre.
Al ritmo que marca el tambor de los caderazos de Tono, ambos empiezan a gritar como posesos:
Mamá, toma, toma...
Dámelo todo, nene....
-Ah, ah, ah....Ahhhhhh....
-Aaaaaiiiiiiiiiiiiiihhhhh.....
La corrida ha sido abundante por ambas partes. Marisa se retuerce del placer. Nunca había disfrutado tanto. Nunca se había sentido tan cómoda y bien tratada como esta vez le había llevado su hijo. Se ha sentido una mujer de verdad al conseguir satisfacer a un hombre tan hombre. Eso era un orgullo de mujer que hacía mucho que no sentía. Le hace sentirse más joven y viva. Le hace desear más y más rabo de toro....
Marta y Santi han llegado a un pequeño montículo para intentar divisar el camino....se suben a un promontorio y divisan el paso entre dos rocas grandes. Parece que está una mujer intentando cruzarla. Se acercan algo más y creen que es Marisa, pero cuando le van a llamar, un gemido profundo sale de su boca...y ellos se quedan enmudecidos....de repente su cara cambia y sus ojos quedan en blanco.
Tiene los pechos colgando fuera del bañador, que perece roto y se los sujeta con la mano derecha. Perece que se está tocando los pezones, que son como puñales colgando puntiagudos. Sus grandes pechos se balancean hacia delante y hacia atrás mientras suspira, chilla y gime como si un animal estuviera atacándola por su oculta parte trasera. Ella está gesticulando, pero no es de miedo o pánico, es de gozo...
Los dos se miran....Santi empieza a excitarse al ver a una madura de las que tanto le gustan gemir como una burra pariendo. Lástima que no puede contemplar la escena el completo. ¿Quíén será el amante que la está haciendo gozar? Si van por parejas, será Tono el afortunado?
Marta está en shock. La excitación de estos días ha sido inocente para ella. No pensaba en que el sexo se desataría, y menos siendo las parejas de hoy sus propios hijos. Tiene que ser un error. Quizás esté follándosela cualquier otro concursante...pero, ¿y si es Tono?
Miran atónitos cómo recibe unos empujones potentes como si la estuviesen corneando un rinoceronte.
De repente, un alarido sale de su garganta y queda inerte como si la hubiese partido un rayo. La follada ha sido brutal y ha quedado exhausta por el esfuerzo.
Los dos se miran nerviosos. Carlos desea mucho tener sexo y Marta no sabe que decirle de lo que acaban de ver. Ella tiene las braguitas de bañador-tanga mojadísimas y él luce una erección difícil de esconder. Marta es consciente de que su hijo ya es un hombre y tiene sus necesidades. Cuando van andando, mira cómo se fija en su cuerpo. Ella es aún una mujer deseable, como lo son sus amigas, con algunas de las que ha estado. Le han confesado que su hijo es un buen amante, atento y pasional. Y ese hombre pasional está ahora a su lado, excitado y atento a cada uno de los movimientos de ella. Se siente observada....y deseada....
Rodrigo y Lucía se aproximan al punto indicado en el mapa. Parece un montículo en medio de la selva. Cuando se acercan se puede escuchar el sonido del agua al romper contra las rocas....
-Hemos llegado, esto tiene que ser el objetivo....
En efecto, se trata de una cascada bellísima que domina el centro de la isla. Es imponente por su belleza y su es el lugar donde todos los animales acuden a beber. Sus aguas son cristalinas y forman una cabellera armónica como la forma de un arpa. Flores de múltiples colores y diversidad de especies de palmeras rodean la poza que recoge todo el caudal que llega. Allí está montado un puesto de cócteles con unas tumbonas para que disfruten de haber terminado la prueba. Además son los primeros en llegar. Han ganado!!
Ambos se lanzan a la cascada mientras gritan y vitorean que son campeones. Lucía se lanza en los fuertes brazos de Rodrigo y éste la levanta por los aires. Sus tersas tetas rebotan con sus duros pectorales. Los cámaras están filmando la escena de los campeones, cuando Lucía se da cuenta y empuja a Rodrigo detrás de la cascada, donde las cámaras no los pueden ver. En un arrebato de alegría y de lujuria, por que no decirlo, le planta un beso a sus bebé en la boca. Rodrigo está eufórico por la victoria, pero la lengua de su madre en la boca le despierta de súbito. La agarra por las caderas y la atrae hacia sí para que sienta su dura entrepierna. Ella la disfruta con locura, mientras sigue haciendo como si celebrase la victoria abrazando y rozándo a su hijo sabiéndose oculta de todas las miradas. Es su celebración especial.
Posteriomente llegan Mararena y Alfredo, ya que éste ya tenía experiencia en orientación. Luego Marta y Santi, Paula y Carlos y por último Marisa y Tono....Éstos, sin embargo, llegan como exhaustos pero muy felices, lo que extraña al resto de parejas, excepto a Marta y Santi, que se muerden los labios al verlos venir con una sonrisa de oreja a oreja. Ellos saben lo que ha ocurrido en la prueba y se miran cómplices, aunque ese sea un sentimiento raro entre ellos.
Todos están contentos con la prueba, a pesar de que esta mañana todos se habían enojado al escuchar por boca de la presentadora en qué iba a consistir. Parece que las parejas han reforzado sus lazos y todos están orgullosos y con la moral muy alta para continuar con las pruebas.
Cuando se van a la cabaña después de cenar, al asegurarse que nadie les mira, Tono toma en brazos a su madre, que ríe graciosa la ocurrencia, y traspasa así el umbral de la puerta como si de una pareja de recién casados se tratara. Luego la ropa sale despedida en todas direcciones y comienza la gran fiesta del incesto entre los dos.