La isla de los Incestos (Día 2)

En la isla los ánimos se van calentando. Todos están cachondos y con ganas de jugar. Los jovencitos y las maduritas se miran y se empiezan a desear. ¿Queréis jugar vosotros también?

Dia 2:

El día comienza con un desayuno de frutas tropicales del bosque, que todos disfrutan. Los chicos ya se van tratando por el nombre y ellas parece que han congeniado también, especialmente las más alegres, como son Lucía, Marisa y Macarena.

La prueba de la mañana es una batalla de sumo en el barro. Los concusantes tendrán que librar una lucha entre una de las madres y uno de los hijos. Hay que sacar al otro concursante del área de juego para ganar.

Comienzan Marta y Rodrigo. Es una batalla desigual, ya que la fuerza de Rodrigo enseguida doblega a Marta, que no pone mucha resistencia, porque sabe que no ganará. De todas formas, siente como el fuerte muchacho la agarra para levantarla y con suavidad, como el amante de sus sueños, la deposita fuera del círculo. Le ha encantado la delicadeza del aparentemente rudo muchachote y no puede más que sonreír excitada al pensarlo.

Es el turno de Paula y de Santi, que está encantado de tener que lidiar con la amazona. Paula es ágil e intenta esquivar las acometidas de Santi, que está como loco por poner sus manos sobre el cuerpo de ella. Ella lo sabe e intenta seducirlo con sus movimientos sinuosos pero inesperados. Todos contienen la respiración hasta que en un gesto rápido, Santi la agarra por los brazos y la atrae hacia sí. Ella cae hacia delante sobre sus muslos apoyándose para no ir a parar al barro. Lo que Santi aprovecha para agarrala por la espalda rodeando su tórax. En esta posición todos comprueban el buen culo que posee Paula labrado por el gimnasio, incluído su hijo, que no puede evitar un salto en su pene al ver a su madre en una situación comprometida. Todo termina cuando Santi le da la vuelta haciéndola rodar hacia una lado, no sin golpear su bonita cara con su polla ya tensa en el bañador. Paula se queda tirada en el barro y sorprendida al haber sido agredida por una estaca en plena cara.

Quedan aún tres parejas y el juego está caliente...Les toca a Tono y Lucía. Él sabe lo que ella hizo el día anterior con los chicos y está encantado de poder luchar contra la chiquita y sexy madre. Lucía se fija en su paquete antes de empezar, ya que recuerda el gran trozo de carne que notó cuando se apoyó sobre la palanca para avanzar. Los dos se miran a los ojos y luego bajan la mirada como escaneando los atributos del contrincante de cara a una ataque directo. El pollón de Tono se empieza a poner morcillón.

Al comenzar, Tono se acerca lentamenta, ya que piensa que tiene ventaja por su diferencia de altura. La abraza y atrae hacia sí, a lo que Lucía no pone ninguna resistencia, sabe que su fuerte son las distancias cortas. Cuando se abalanza sobre el cuerpo de él lo empuja en el abdomen intentando escapar, pero Tono se sitúa estratégicamente y posa su paquetón sobre el culo de ella, que lo recibe abriendo los ojos desmuradamente al sentir todo su volúmen impactando en sus nalgas. Para zafarse, ella empieza a menearse de en círculos sobre su eje. Tono lleva las manos a sus brazo para inmovilizarla y la rodea por sus pechos. Ahora está quieta y su rabo está rozándola por toda su raja postero-inferior. Finalmente, Tono la suelta algo para poder colocarla mejor y ella aprovecha para zafarse por el lado y empujarlo hacia detrás. Tono antes de caer, la agarra de la mano y eso hace que ella caiga de cara sobre su pelvis, golpeándose con su cosota. Pero Tono ha caído fuera del círculo, o sea que ha perdido. Le ayuda a levantarse mientras todos vitorean a Lucía por haber superado a un rival mucho más alto que ella.

Carlos y Macarena son los siguientes. Carlos ha visto la excitante pelea que ha ganado su madre, ya que no le ha pasado despercibida la sonrisa de ella cuando tiene una cita con alguno de sus amantes. Es una cara que conoce bien, como una chiquilla con los ojos brillantes de deseo y mordiéndose el labio contínuamente por la lujuria. Macarena también lo está. Está viendo las caras de todos los participantes cuando salen de la pelea y las miradas lujuriosas que se echan.

Carlos toma la iniciativa, se va directo a por el cuerpo voluptuoso de Macarena, que se deja coger y busca a su vez el contacto directo porque él no es muy fuerte. Se le ocurre que puede jugar sus bazas si consigue ponerlo caliente, ya que así podrá dominarle mejor. Comienza a restregar sus tetas por los brazos y el cuerpo de él, quiere que las note y excitarlo. Carlos, que ya estaba calentito, no puede evitar excitarse aún más al sentirla gimiendo en su oreja mientras se agarran. En un momento dado , Macarena se sumerje en su cuello y le comienza una chupetón que pone los ojos del chico en blanco. Baja la mano como buscando su pierna y se topa con una gran erección que sale por el camal del bañador largo que lleva. Es como una tercera pierna que asoma. Agarrada a esta extremidad, le hace perder el equilibrio y termina de espaldas sobre el barro y fuera de la zona de juego. Otra victoria para las madres.

La pelea entre Alfredo y Marisa está más igualada. Los dos son poco deportistas, pero saben que tienen posibilidades de ganar. Cuando les dan la orden, se lanza Marisa sobre el chico, que no puede evitar retroceder ante el empuje del cuerpo rotundo de la mujer. Se ve sorprendido e intenta aplacarla poniendo las manos a la altura de sus grandes pechazos. Ella nota sus manos tocándole en una parte tan sensible y duda, él también se queda petrificado, lo que ella aprovecha para cogerlo por la cintura y empujarlo. Alfredo se retuerce  intentando escaparse, pero ella le agarra con la cara bien cerca de su entrepierna. La erección que le provoca le deja a su merced. Marisa nota la excitanción de él y la suya propia, con los pezones bien duritos. Ella emite un sensual jadeo al hacer un último esfuerzo y se lleva el gato al agua al empujarlo fuera del terreno de juego. Queda jadenate por el esfuerzo, sudorosa y muy cachonda al haber sido tocada  por el chico, aunque sus intenciones no eran esas. Marisa sabe lo necesitada que está de sexo, y no puede dejar de pensar en lo que gustaría hacer con el chaval...

La prueba la han ganado Lucía y Rodrigo, que ganaron sus dos peleas en menor tiempo. Para todos, esta prueba ha sido una bomba detonante de los sentimientos de excitación que llevaban desde el día anterior. Ya nadie duda de que lo que está pasando no es algo inocente, que todos lo buscan y lo disfrutan. Erecciones y chochitos húmedos campan por doquier en la isla. Y esto no ha hecho más que empezar....

Por la tarde la organización les tiene preparada otra de las pruebas. En este caso parece que no habrá luchas ni nada que aumente el contacto. Se trata de realizar saltos al aguda desde un acantilado de 5 metros en una playa virgen. Ganará el que mejor salto haga en este entorno tan paradisíaco. Además el sol cayendo hará más bonito el espectáculo.

Los participantes se preparan con los bañadores que han seleccionado para la ocasión. Todos son ceñidos para no entorpecer sus movimientos.

Comienzan a saltar de uno en uno. Todos optan por saltar de pie, excepto Rodrigo, que busca conseguir diferenciarse para ganar. Sin embargo, al caer salpica mucho y no recibe una buena puntuación. Paula hace un salto atlético, pero se desequilibra al final. Cuando le llega el turno a Macarena, está hecha un flan. Tiene mucho miedo, pero no puede negarse. Respira nerviosa y se deja caer sin mucha convicción, con tan poca dirección que entra en el agua con los pies hacia atrás y el cuerpo proyectado hacia delante. Recibe un fuerte golpe en la cara con la superfície del agua.  Alfredo al verla salta detrás, dejando a todos atónitos y sin reacción. Tras unos segundos de incertidumbre, aparacen los dos en la superfície. Alfredo la arrastra rodeándole el cuerpo con su brazo hasta que la saca fuera del agua. Se ha quedado conmocionada y ha perdido la parte de arriba del bañador. Sus blanditas pero grandotas tetas caen al los lados de su parrilla costal. Cuando abre los ojos se pone a reír pensando en la vergüenza de la situación. Todos sonríen tranquilos. De repente, Macarena salta al agua corriendo al ver la parte de arriba de su bikine flotando en el agua, pero las olas se la van llevando lejos de su alcance. Todos se ríen, pero Macarena les contesta desde el agua:

  • Bueno, ¿es que voy a ser yo la única que va a enseñar las tetas por la televisión? Jajaja!!

  • No os preocupéis que esta prueba no será emitida y no estamos grabando.- dijo el director.

  • Entonces voy a disfrutar de este paraíso como se merece.- Paula ha hecho ya nudismo muy a menudo y no quiere dejar pasar la oportunidad de enseñar su cuerpo.

Todos empiezan a unirse quitándose la ropa y lanzándose al agua. Están muy cachondos por todo el día que han pasado y un baño fresquito y relajante es lo mejor para apagar el fuego que crece en su interior. Los chicos muestran unos penes bastante empalmados y las chicas también tienes los pezones alegres, por lo que sin saberse cómo, comienzan una batalla de salpicaduras y empujones. Rodrigo, como no, levanta a su madre Lucía sobre sus hombros y ésta ríe cachonda al poder divisar desde la altura las erecciones de los chicos saltando sobre el agua. Siente que el calor de su sexo aflora por todos sus poros al ser sujetada por los musculosos brazos de su hijo.

Pero la que más está desatada es Macarena, que ha sido rescatada por su nene. Ha notado cómo éste le sacaba del agua agarrándole y rozándole los pechos desnudos y sentido su cuerpo desnudo pegado al suyo para arrastrarla. Es su niño querido y es todo un hombre capaz de salvar a una mujer del peligro que corría. Está orgullosa como madre y excitada como mujer y el que provoca ambos sentimientos es su amado hijo Federico....

Cuando se pone el sol ya todos salen del agua y tras la alegre cena, todos se van retirando a sus cabañas.

Las conversaciones ya son sobre lo que está pasando, todos hablan de los demás, de las erecciones que mostraban ellos y de los frecas que son ellas al lanzarse al agua en pelotas. Las madres notan cómo sus hijos hablan de ello muy excitados, mientras ellas tratan de guardar las formas, pero lo están igual o más, como Marisa. Ella hace tiempo que no tiene sexo y ver el paquetón que carga su niño le ha dejado temblando. Dormir al lado de un macho así la tiene muy, pero que muy nerviosa.

Ha visto como el resto de mujeres se acercaban hacia él queriendo comprobar el volumen de su bañador, ya que se apreciaba enorme y él se la ofrecía gustoso a todas, rozándoles por todo el cuerpo mientras jugaban en el agua. Ella recordaba cómo su padre también lucía una protuberancia considerable en la playa, pero su marido era más bien normalito, por lo que una herramienta de amar así debía ser herencia de su propia familia.

Por la noche, se despierta agitada, tiene un calor enorme en su vulva y respira profundamente. Ha debido tener un sueño muy erótico. Le parece recordar  que soñaba que ella también se restregaba con el paquete de su criatura mientras él le mamaba los pechos como cuando era bebé. La confusión entre amor materno y lujuria desatada es enorme, no distingue si lo veía como hijo o como hombre, o como ambos a la vez. Se gira a mirarlo y lo ve sobre su cama, destapado por el calor y mostrando una tienda de campaña desproporcionada. También está soñando algo caliente. Se aproxima y vé que tiene una gran mancha húmeda en el slip y no puede evitar olerla. Es semen fresco que han producido sus enormes pelotas. Este pensamiento le lleva a sacar la lengua y saborearlo. El contacto de su lengua con la húmeda dureza le produce una gran corriente eléctrica hasta los más profundo de su útero, que comienza a palpitar y soltar ríos de corrida como si su vagina fuera una manguera. El orgasmo ha sido brutal por lo inesperado y lo necesitado....queda semiinconsciente arrodillada delante de la cama de su hijo. Como puede se arrastra a cuatro patas por hasta su cama  y se tumba turbada. Hace tanto tiempo que no sentía algo así....Se duerme como una niña, notando las contracciones de su palpitante coño.