La inyección, mal puesta

Era una manera de ganar uno peso el poner inyecciones, pero esa vez, no fue nada grato.

Hola, deseo contarles lo que me sucedió en la casa de una vecina.

Les comento que soy una persona normal de 30 años y más bien petiza, de contextura normal, bien armónica para mi estatura. A mi me gusta leer las historias que escriben y nunca se me habría ocurrido escribir, pero lo que me pasó fue algo totalmente insólito y pensé en escribirlo ya que no se lo puedo contar a nadie.

Estoy casada desde hace 7 años y tengo dos hijos, de 5 y 3 años. Con mi marido nos llevamos muy bien, no tenemos ningún problema. A el no le puedo contar lo que me sucedió porque no se que hacer, y mientras tanto lo escribo ojalá alguien me pueda ayudar.

Desde que tengo 17 años (hice un curso de primeros auxilios) se colocar inyecciones y tomar la presión, lo que de vez en cuando hago para sacar algunos pesos extras y para ayudar a la gente.

Por eso sucedió que mi vecina, llamo a casa para que le colocara una inyección a su hijo, que tiene 20 años y padece de síndrome de Down, necesitaba unas vitaminas y otros medicamentos.-

Le dije que si, que no había problema, me pagó y me esperó, le dije que salía para allá, ella me dijo que me esperaba lo mismo lo que me obligó a salir inmediatamente. Estaba vestida comúnmente como todas las personas que están en su casa, con un vestido suelto que no llegaba a la rodilla, con corpiños y con una bombacha normal, nada especial.

Cuando llegamos a la casa de ella, me indicó la habitación donde estaba el muchacho en la planta alta, subí las escaleras, pasé lo saludé amablemente, el estaba muy contento, le dije que se preparara para ponerle la inyección, se sacó el pantalón pijama que tenía puesto y quedo desnudo cubierto por una camisola.

Me di cuenta que tenía el sexo parado pero no le di importancia ya que es normal en los muchachos y además no me interesaba el tema, la madre le dijo que se tapara, a ella le dio un poco de vergüenza y le dije que no había problema, que conocía las reacciones de los jóvenes.

Le dije al muchacho que se recostara en la cama boca abajo para ponerle la inyección, acepto sin ningún problema y hablábamos de cualquier cosa para que no se pusiera nervioso.

Saqué todas las cosas (siempre las llevo en un maletín de médico) y las apoyé en una sillón (del tipo sofá) para dos personas que tenía al lado de un mueble tipo cómoda, de posa brazos grandes y altos. Puse todo sobre el sillón mientras hablaba con la madre y con el muchacho, cuando tenía todo listo, la madre trajo el medicamento, en una ampolla de vidrio esas que hay cortarles el cuello para abrirlas.

Empecé a pasarle alcohol por la cola del muchacho para preparar el lugar donde le colocaría la inyección. El muchacho, estaba muy tranquilo, pero se notaba que el frío del alcohol le hacía cosquillas y se reía, yo le decía cosas comunes, como por ejemplo: que nalgas tan blancas tienes, etc., creo que El estaba nervioso y el frío del alcohol le producía escalofríos y se le ponía la piel de gallina. Cuando estaba todo listo, la madre del muchacho se bajo a la cocina a seguir sus tareas ya que todo estaba normal.

Yo me dirigí al sillón, busque la ampolla de vidrio y una sierrita de metal y comencé a tratar de abrirla, mientras hablaba con el muchacho. El observaba lo que estaba haciendo, en ese momento se me cae la ampolla detrás del sillón, yo insulto en voz baja. El muchacho se ríe de lo que había dicho, después, me recuesto sobre el posa brazos del sillón para buscar la ampolla, no la alcanzaba, entonces me tuve que estirar cada vez más. No me había dado cuenta que estaba tan lejos la ampolla y me estiraba sin alcanzarla hasta apoyar las dos manos en el piso para no perder el equilibrio y caerme de cabezas al suelo, esto es problema de mi estatura y no alcanzar las cosas.

Me di cuenta que el vestido se subió mucho más de la cuenta, ya que sentí el frío en mi cola, pero no le di importancia, seguía en mi tarea de alcanzar la ampolla cuando me doy cuenta que toca la cola una mano fría.

No sabía que hacer, estaba en una posición muy incómoda, no podía ver nada y empecé a gritar y decir que no me toquen. Quería pararme nuevamente pero mis pies se desprendieron del suelo y no alcanzaban nada con ellos, los movía pero no lograba tocar nada donde apoyarlos, y al tratar de salir de allí y al moverme quedé totalmente expuesta, no sabía que hacer estaba como loca y muy nerviosa.

No podía ver para atrás porque mi cabeza estaba muy abajo del sillón, sentía que seguían tocándome la cola con una mano y con la otra se apoyó en mi espalda, después en un momento dado, siento que un cuerpo se apoya sobre mi cuerpo, se apoya sobre mi cola expuesta, supe que era el muchacho que le estaba por poner la inyección, le decía que se fuera y que no me tocara, El se quedó allí y me trataba de ayudar para levantarme, me tomaba de la espalda y de los hombros con la intención de levantarme, hacía fuerza hacia arriba para sacarme de esa posición, yo me movía para todos lados debido a mis nervios y a que no podía controlar la situación. El seguía tratando de ayudarme y se apoyaba cada vez más fuerte sobre mi para hacer fuerza, y todo su cuerpo se pegó al mío, la fuerza la hacía con su pelvis en mi cola, creo que no se daba cuenta que estaba desnudo y que me refregaba su sexo en mi cola, sin querer o queriendo pero estaba por penetrarme. Me soltó un hombro y quede totalmente colgada del sillón apoyada en mi estómago.

Me agarró de los hombros nuevamente para levantarme, y su sexo quedó justo en la entrada de mi concha protegida solamente por la bombacha de algodón, estaba muy nerviosa, quise cerrar las piernas pero el estaba parado entre ellas y no pude.

Trate de tranquilizarme para salir de allí pero no podía, no sabía que hacer, cuando levanté una mano del piso fue peor, todo mi cuerpo se apoyó totalmente mi estómago y se abrieron mis nalgas, me quería morir, el muchacho me quería levantar haciendo más fuerza de los hombros y cada vez más me apoyaba su sexo en mi concha. Yo sólo pensaba en lo que podría pasar, y los nervios me inmovilizaban. No podía creer que me estuviera pasando eso, que estuviera tan indefensa y sin saber que hacer.

Mientras pensaba y hacía fuerza para salir de esa mala posición, me movía lo que podía y pasó lo peor, me quedé dura, inmóvil, deje de respirar y mi mente se puso toda en blanco. En uno de los forcejeos entró su pija en mi concha envuelta en la bombacha, me dolió mucho, no estaba lubricada, no quería que me la metiera, me sentí violada, ultrajada, perdida totalmente.

Me quedé helada e inmóvil por unos minutos sin saber que hacer. El muchacho también se quedó quieto, creo que a El también le sorprendió el haberme penetrado, ninguno de los dos se movió, yo traté de pensar en algo para salirme de esa situación, mi cabeza estaba en blanco, no se me ocurría nada bueno.

Hacía fuerza con mis brazos para levantarme y no podía porque tenía el peso del muchacho sobre mi, lo peor que el también tiraba de mis hombros para levantarme. En uno de los tantos intentos por levantarme se me resbala la mano derecha del piso y quedo nuevamente colgando de mi estómago, siempre con la pija en mi concha, eso hizo que se rompiera la bombacha de algodón y la pija entró más adentro de lo que estaba, no se si fue toda o no, sentí el calor de su pija dentro mío.

Eso me volvió loca y como pude me apoyé con las dos manos en el suelo y fuertemente traté de levantarme rápidamente golpeándome la cabeza con el mueble que estaba al lado del sillón, me dolió mucho y no podía reaccionar, el Muchacho cada vez que trataba de ayudarme me la metía más adentro. Estaba como atontada con el golpe en la cabeza, el dolor y la penetración, el muchacho empezó a moverse dentro mío, notaba que su sexo estaba totalmente duro, era muy grande, me dolía cada movimiento, me hacía daño su pija en mi estómago, el sillón, todo era un infierno.

Yo no podía cambiar de posición, me dolía todo, El muchacho no se que hacía, si trataba de ayudarme o me quería coger, pero seguía moviéndose y cada movimiento que hacía con su cuerpo lo hacía también dentro mío, como todo hombre y más este muchacho, con todo lo que sucedía se debe haber excitado y mucho. Me di cuenta de eso, más cuando me soltó los hombros, mi cuerpo colgó nuevamente del sillón, y El empezó a moverse cada vez más rápido y más fuerte, su pija entraba y salía muy adentro mío, era una posición muy incómoda, me dolía todo el cuerpo y más cuando la metía hasta el fondo, hacía presión sobre mi estómago. Estuvo un rato moviéndose a un ritmo normal, luego lo hacía más rápido y sin control, hasta que dejó de moverse y empezó a largar su leche, fue mucha leche y se recostó sobre mi espalda, su sexo se salió de mi concha y me ensució las piernas con semen, de mi sexo chorreaba más jugos por todos lados, sentí un alivio tremendo, se me pasó la sensación de dolor en mi interior.

Todavía no podía reaccionar de todo lo sucedido, no se cuanto tardó todo en realidad, luego se incorporó, me tomó de ambas piernas y tirando con fuerza logró mover el sillón del lugar sacándome de esa posición tan incómoda, caí al suelo completamente, estaba llorando con las manos en mi vientre aturdida por el golpe y por lo sucedido, no sabía que hacer, me incorporé como pude, guardé todas mis cosas, sin ponerle la inyección, salude a la madre y me fui a casa corriendo, al entrar fui y me senté en el baño a llorar, no se cuanto tiempo estuve allí llorando, cuando se me pasó la bronca y el mareo, mire mi concha y de ella chorreaba el semen del muchacho. Me fui a bañar y hasta el momento no me puedo reponer de lo que me sucedió.

Gracias.-