La Invitación (Carlos 3ª)

Recibimos una invitacion de la inaguracion de un nuevo restaurante en la ciudad. La inaguracion acabo en una noche de placer.

  • Este relato es totalmente real, salvo los nombres y alguna pequeñísima concesión literaria.

Estábamos a finales de noviembre de 2008, llego por correo una invitación para la inauguración de un nuevo restaurante en la ciudad, la sorpresa llego cuando vi el firmante de la carta se trataba de Carlos.

Carlos inauguraba un restaurante en el centro de la ciudad y nos había invitado.

Al ver la invitación una extraña sensación recorrió mi cuerpo, después de lo que había sucedido hacia poco menos de dos meses, por mi cabeza empezaron a pasar escenas de lo vivido aquella noche, antes de que pudiera darme cuenta estaba pensando en repetirlo.

Yo estaba loco por acudir a la presentación, no sé que me hacía pensar que Belén también la apetecería ir.

Cuando Belén llego a casa se lo comente.

  • Ha llegado una invitación por correo para la inauguración de un restaurante el próximo viernes, te apetece que vayamos.
  • No se ya sabes que a mi esas cosas no me vuelven loca. Respondió.
  • Aquí tengo la invitación. Dije mostrándola tarjeta.
  • "El próximo día………….". leyó Belén hasta llegar al final de la nota donde escrito a mano, " me gustaría estar acompañado en este momento tan importante por gente que para mí es especial."

Belén se sonrió, cuando llego al final de la carta.

  • Como no vamos a acudir si invita Carlos.
  • Entonces decidido el viernes de inauguración. Finalice la conversación.

Los siguientes días se me hicieron interminables, deseaba con locura que el viernes llegara.

Por fin llego el viernes, eran las siete de la tarde, la cita era a las nueve Belén comenzó con los preparativos.

Mientras se duchaba me cole en el baño para verla, me encanta ver como se ducha.

Se puso el tanga negro, el sujetador y las medias que la regale para nuestra anterior cita con Carlos, no selo había vuelto a poner.

Un vestido morado de punto completamente ceñido a su cuerpo, insinuaba todo lo quedaba debajo de él.

Despeino su pelirrojo pelo rizado y se maquillo ligeramente, pinto sus ojos de gris y sus grandes ojos azules destacaban muchísimo.

Estaba radiante, simplemente espectacular.

Llegamos al restaurante, estaba llenísimo de gente más o menos conocida de la ciudad, futbolistas del equipo de primera división con sus respectivas y alucinantes mujeres, periodistas, demasiada gente pija para mi gusto, etc.

El sitio era espectacular, en todo el centro de la ciudad un local grandísimo y acondicionada a todo lujo, dividido en varios pequeños salones con varios ambientes.

No dejaban de entrar y salir camareros de la cocina cargados con bandejas de canapés, en su mayoría de comida sudamericana, cocteles, mojitos, buen vino de la tierra, vinos espumosos, no falto de nada….

Tardamos unos quince minutos en localizar a Carlos, sonrió, sin duda le causo grata sorpresa vernos, charlamos unos minutos, nos presento a varios de sus invitados, otros ya les conocíamos, tomamos una copa con él y tuvo que continuar atendiendo a sus invitados.

Después de disfrutar un buen rato de la fiesta buscamos a Carlos para despedirnos de él, ya quedaba poca gente en la fiesta y a Carlos se le veía liado.

Yo me acerque al ropero a por los abrigos en lo que Belén, charlaba y se despedía de Carlos.

Belén y Carlos se quedaron un minuto hablando me miraron y rieron.

Me despedí de Carlos hasta la próxima Belén le planto un pedazo de beso y nos fuimos.

Caminando por la calle en dirección al coche pregunte a Belén a que venían esas risitas.

  • Hemos quedado dentro de una hora con Carlos en el local, ya se encarga el de que se haya acabado la fiesta para entonces.
  • Estás loca. Pero me parece una idea genial.

Tomamos una copa en local cercano y regresamos andando al restaurante.

Estaba completamente cerrado, llamamos a la puerta, Carlos no tardo ni treinta segundos en abrir.

  • Bienvenidos, pensé que no vendrían, pasen.

Entramos al restaurante cerrado la puerta.

  • Queréis tomar algo.
  • Si dos de esos mojitos tan delicioso que preparas, respondió Belén.
  • Vale les enseñare todo el local.

Después de recorrer el local, tomamos los mojitos nos sentamos alrededor de una mesa a charlar.

La charla duro unos treinta minutos, Carlos se levanto a poner algo música, brasileña, parecía bossa nova o jazz.

Cuando volvió se coloco detrás de la silla de Belén, acaricio su pelo, bajo acariciando hasta sus pechos los acaricio con las dos manos por encima del vestido.

Empezó a besar su cuello, bajo con sus manos por sus caderas recorrió sus piernas hasta el final de su vestido.

Comenzó a recogerlo, acaricio la parte interna de los muslos de Belén hasta que llego a su sexo.

En ese momento Belén dejo caer su cabeza hacia atrás, suspiro, abrió su boca y sus lenguas jugueteaban fuera de sus bocas.

Belén abrió sus piernas Carlos estimulaba su sexo por encima del minúsculo tanga.

Belén me invito.

Negué con la cabeza.

  • Seguid vosotros, quiero ver como disfrutas con Carlos.

Belén se puso en pie, se besaron.

Quedaron en pie, uno frente al otro, yo sentado en una silla a un metro escaso no quitaba ojo de la escena.

Desbrocho el pantalón de Carlos, su gorda polla salió disparada, estaba durísima.

Durante un par de minutos continuaron en pie, besándose, magreandose.

Carlos levanto el vestido de Belén, quedando su culo a la vista, con sus dos manos agarro fuerte sus nalgas, abriéndolas, dejando la fina del tira del tanga libre.

Continuó subiendo el vestido hasta que lo acabo de sacarlo por la cabeza.

Belén quedo en ropa interior.

  • Cuanto les he echado de menos, dijo Carlos, mientras se deshacía del vestido de Belén.

Nos miramos los tres entre nerviosas risas.

Belén desbrocho la camisa de Carlos y se la comenzó a quitar, dejando su pecho al aire.

Comenzó a besarlo el cuello, descendió por su pecho, su lengua paso por sus abdominales, con su mano ya acariciaba el instrumento de Carlos.

Llego a la altura de su verga, ajusto sus labios al capullo del venezolano, con un muy suave movimiento comenzó a comérsela.

Carlos cerró los ojos, su cara solo reflejaba placer, miro a Belén, tomo su cabeza y comenzó a mover sus caderas, obligando a que esta se la metiera casi entera en la boca.

Me miro.

  • Nadie jamás me ha comido la polla como lo hace Belén. Dijo Carlos.

Soltó la cabeza a Belén y bajo sus manos a desabrochar el sostén de Belén, dejo sus tetas libres.

Belén mientras continuaba chupando, ahora mientras se la chupaba con su mano le masturbaba a toda velocidad.

Pasaron unos minutos hasta que Carlos cogió la mano de Belén la ayudo a levantarse, una vez en pie, la volteo, queda de frente a los dos.

Belén y yo nos miramos a los ojos.

Movían sus caderas al suave ritmo de la música.

Carlos la besaba el cuello aparto su pelo, me miraba, llevo una mano a sus pechos, acaricio el pecho derecho, pinzo sus pezones, llevo su otra mano al sexo de Belén, metió la mano entre el tanga y el cuerpo de Belén, acaricio su escaso vello, tiro del tanga hacia arriba, Belén se sobresalto.

La tira del tanga quedo incrustado en el sexo de Belén, Carlos tensó y soltó varias veces, Belén gemía ligeramente cada vez que este tensaba.

Yo desabroche mi pantalón y empecé a jugar con mi polla.

Carlos con un pie acerco una silla cercana hasta donde se encontraba, apresuradamente Belén saco sus bragas.

Los dos estaban frente a mí, completamente desnudos.

Carlos ayudo a Belén aponer un pie en la silla, guio su polla con la mano hasta la entrada de su cueva.

Poco a poco vi como su trozo de carne desaparecía en el cuerpo de Belén, ambos suspiraron, cuando la tuvo totalmente dentro se quedo quieto, Belén gimió.

Carlos llevo su mano a la raja de Belén, de nuevo la acaricio, pinzo su clítoris entre sus dedos, esta gemía y culeaba.

Belén tenía sus ojos clavados en mí.

  • Bésame, ven bésame. Suplico.

Negué con la cabeza.

  • Ven, necesito sentirte más cerca, susurro al ritmo de las embestidas de Carlos.

Me incorpore, me desnude totalmente.

Belén estiraba sus manos para acariciarme mientras me acaba de quitar toda la ropa.

La bese, me abrazo.

Lleve mi mano a su sexo y comencé a estimular su clítoris.

Belén apoyo su cabeza en mi hombro.

Continúe mis movimientos, sentía su respiración en mi oído.

  • No paréis.
  • No paréis.
  • Por favor seguir, así.
  • Uhfff.
  • Un poco más.

Decía Belén con su respiración entre cortada.

Carlos aumento el ritmo de sus embestidas.

Yo pince con tres dedos su clítoris que deslizaba entre mis dedos.

  • Ahhh, tras un larguísimo gemido, sus piernas temblaron.

Casi cae al suelo, se quedo colgando entre Carlos y yo.

Carlos la cogió en vuelo, apoyo su cuerpo en la mesa de cristal sobre la que habíamos estado toda la noche.

Sus piernas estaban ligeramente flexionadas, cada embestida de Carlos, Belén acababa de puntillas.

Sin que Carlos hubiera sacado su polla Belén se rehízo.

Me acerque a ellos.

La bese y acaricie su espalda.

Carlos la tenia cogida por las caderas, suspiro, miro al cielo.

Saco su pene del cuerpo de Belén, se masturbo rápidamente, pocos segundos después empezaron a salir chorros de leche.

Los primeros cayeron sobre la espalda de mi chica, el segundo, tercero escurrían por la raja de su culo hasta pasar por la entrada de su sexo.

Carlos continúo pajeandose, restregando su leche contra las nalgas de Belén.

Cayo sobre ella beso su cuello y su espalda.

Carlos se retiro hacia una de las sillas.

Belén me miro, acaricie su cara, beso mi mano.

Recogí de encima de la mesa el tanga de Belén, limpie rápidamente los restos de Carlos y me dispuse a clavársela a mi mujer.

Me coloque tras Belén, poco a poco fui metiéndosela, no me costó nada, su sexo estaba súper lubricado y dilatado.

Belén se incorporo, apoyo sus manos en la mesa, giro su cuello y nuestras bocas se unieron, coloque cada mano en un pecho, los masajee, pellizque sus sonrosados pezones, sus pechos estaban durísimos, sus pezones aun mas.

Belén se dio media vuelta, quedamos frente a frente.

Beso mi boca, paso por mi cuello, bajo a mi pecho, mordió mis pezones, continuó bajando por mis abdominales hasta mi verga, lamio varias veces desde la base hacia arriba antes de metérsela poco a poco en la boca.

Carlos nos observaba sentado en la misma silla donde yo había estado sentado antes, estaba a menos de medio metro.

Belén estiro su mano hacia él, toco entre sus muslos hasta llegar a sus huevos, los acaricio, mientras el aparato de Carlos comenzaba a crecer de nuevo, suavemente lo masturbo.

Carlos se incorporo, solo tuvo que ponerse en pie para estar a nuestro lado.

Belén tenía su polla a medir empalmar a pocos centímetros de su cara, suavemente dejo mí la mía y se llevo a la boca la de Carlos, la chupo y pajeo hasta que Carlos de nuevo la tuvo durísima, la dejo y volvió a dedicarse a mí.

Belén se incorporo, la ayude a tumbarse en la mesa, abrí completamente sus pierna y hundí mi cara en su sexo.

Lo lamí y relamí, mordí hasta el último rincón, jugué con mi lengua en el.

Belén apretó con sus manos mi cabeza contra su sexo, despego sus caderas de la mesa, cada vez apretaba mas mis cara contra ella.

  • Ahhhhh.
  • Ufffff
  • Ah, ah, ah.

Tras ello mi boca se lleno de fluido, templado y ligeramente viscoso.

Sus caderas cayeron de golpe contra la mesa.

Me incorpore y se la metí hasta el fondo.

Carlos, ahora besaba los pechos y el cuello de Belén.

No tarde mucho en correrme, la saque en el último segundo, el primer chorro choque violentamente contra el sexo de Belén, un segundo y tercer chorros cayeron en su vello púbico, termine de escurrir las últimas gotas de mi semen sobre su sexo, restregué mi polla por su sexo.

Belén se incorporo, nos besamos, nos fundimos en un abrazo.

Tras un par de minutos en esa posición, nos separamos.

Belén se fue al servicio a arreglarse, Carlos y yo nos vestimos.

Volvió, de nuevo espectacular, salimos del local, la intención era irnos a nuestro pueblo a pasar la noche.

Una densa niebla nos sorprendió al salir del local.

  • ¿Como van a irse hasta su pueblo, con esta niebla?; dijo Carlos. Por favor son mis invitados quédense a pasar la noche en mi casa, mañana cuando salga el sol vuelvan a su casa.
  • No me parece mala idea, la carretera debe estar en bastantes malas condiciones; respondí.

Belén no contesto simplemente sonrió.

Reímos los tres caminamos por la ciudad cada uno a un lado de Belén agarrándola por la cintura.

Belén llevaba una cazadora de cuero hasta la cintura, deslice mi mano hasta su culo, cuál fue mi sorpresa al descubrir que no se había puesto el tanga.

Tras diez o quince minutos andando, charlando y riendo llegamos a casa de Carlos, un pequeño ático en un antiguo edificio en el centro de la ciudad.

Montamos en el ascensor, atraje a Belén hacia mí su culo se apoyo en mi paquete empecé a subir su vestido, deje a la vista de Carlos, primero las medias, llegaban hasta poco más arriba de la mitad de sus muslos, subí un poco mas empezando a verse su sexo.

Carlos miraba atónito.

Llegamos a su piso, Carlos abrió la puerta de la casa, directamente entramos en el salón, yo seguía abrazando a Belén por detrás.

Cerramos la puerta, me apoye sobre ella y seguí subiendo el vestido de Belén, ahora ya tenía su sexo al descubierto.

  • Oh, qué tía más mala no lleva bragas. Dijo Carlos, mirándonos.

Tome una de las manos de Belén, la lleve hacia su raja, con nuestras manos juntas comenzamos a moverlas, yo guiaba el movimiento.

Tome la otra, la lleve hacia sus pechos, apreté mi mano contra la suya, estrujándola su teta.

Nuestras cuatro manos se movían sobre su cuerpo, mientras, Carlos nos miraba a cierta distancia.

Despoje a Belén de su cazadora, subí su vestido hasta que lo saque del todo.

Solo quedaban sus medias y su sujetador.

Mientras yo la desnudaba Belén continuo masturbándose, lleve una de mis manos de nuevo a su sexo, tenia uno de sus dedos dentro, no me costó introducir uno de los míos.

Carlos se acerco a nosotros, al fondo del salón había iluminado una puerta, beso a Belén, también llevo una de sus manos a su raja, Belén saco su dedo y cogió con cada mano una de las nuestras, se introdujo un dedo de cada uno, movió nuestras manos alternativamente cuando uno entraba el otro salía.

  • Si me acompañan tengo un sitio mucho más cómodo; dijo Carlos mirando hacia la habitación que acababa de encender.

Tardamos más de cinco minutos en llegar al dormitorio de Carlos, cuando llegamos allí los tres estábamos completamente desnudos.

Era un dormitorio grande, con dos puertas que daban a la gran terraza que rodeaba el ático.

La habitación estaba poco decorada un gran armario ocupaba toda una pared, en otra pared un espejo en un gran marco, apoyado en el suelo llegaba hasta el techo, y un mueble repleto de cajones en la otra pared junto con un par de cuadros. La cama era grande de dos por dos, teníamos sitio de sobre para los tres.

Tumbamos a nuestra diosa en la cama, solo la quedaban puestas sus medias negras de rejilla, la observamos unos segundos, estiro sus manos, nosotros automáticamente las cogimos, tiro de nosotros hacia ella.

Nos acomodamos los tres en la cama.

Durante un larguísimo rato nuestras bocas y manos recorrieron hasta el último rincón del cuerpo de Belén.

Carlos deslizo su lengua por el vientre de Belén hasta llegar a su sexo, con dos dedos pinzo los labios y el clítoris de Belén y se puso a darles lengüetazos.

Belén se dejaba hacer, disfrutaba, de vez en cuando un gemido salía de su boca.

Yo seguía besándola.

  • Déjame comértela, mi amor. Dijo Belén con la cara desencajada por el placer que Carlos la daba.

Me arrodille sobre la cama acercando lo suficiente mi durísimo aparato a su cara.

Acaricio mis huevos subió su mano hacia mi polla, la acaricio muy suavemente, paso su mano de arriba abajo varias veces.

Se incorporo, la coloradísima punta de mi aparato desapareció entre sus labios.

Succionaba, sentía su lengua acariciando mi capullo, me volvía loco.

Carlos abrió completamente las piernas de Belén, se separo unos centímetros, dejo caer un poco de saliva sobre sexo esta escurrió hasta el ano de Belén, poco a poco introdujo un dedo en el, lo saco y repitió la operación, esta vez introdujo un poco más el dedo.

Inicio un suave movimiento metiendo el dedo cada vez más profundo y sacándolo casi del todo.

Belén se aferraba a mi pene, lo engullía casi entero, lo sacaba de su boca dejándolo completamente ensalivado.

Carlos introdujo ahora un dedo de su otra mano en la raja de Belén, continuo moviéndolo suavemente.

Belén comenzó a retorcerse, arqueo su espalda, mi polla ya no estaba en su boca, gemía libre.

Carlos tenía dos dedos de su mano derecha en el sexo de Belén y con su dedo gordo estimulaba su clítoris, a la vez un dedo de su mano izquierda perforaba su ano.

Carlos aumento el ritmo de sus movimientos.

Belén cada vez estaba más excitada, gemía, pedía más.

Carlos paró en seco justo cuando Belén estaba a punto de correrse.

  • No pares, no pares.
  • ¿Qué haces?

Dijo Belén sorprendidísima.

Carlos sonrió, se tumbo junto a nosotros, llevo sus dedos a la boca de Belén acallo las quejas de Belén metiendo sus dos dedos empapados en los fluidos de su sexo.

Belén limpio los dedos de Carlos muy despacio, de una forma muy, muy sensual.

Carlos tomo una mano de Belén y la llevo a su coño.

  • Me puso bravísimo ver como se acariciaba. Dijo Carlos mientras manejaba la mano de Belén.

Pronto dejo a Belén que actuase sola, los dos junto a ella solo la mirábamos.

Cerró sus piernas apretando su mano contra su sexo, retorcía sus caderas sobre la cama.

Tenía sus ojos cerrados y se mordía el labio inferior.

Los músculos de su cara estaban tensísimos.

Abrió los ojos, nos miro.

Un ahogado chillido y todo cambio, quedo totalmente tendida en la cama relajada.

Los tres quedamos tumbados boca arriba, unos minutos.

Belén cogió nuestras armas y las acaricio, el tomo con sus manos y durante un par de minutos se dedico a masturbarnos.

Gire a Belén hacia Carlos, tome una de sus piernas abriendo lo máximo posible su rajita, me acerque hacia ella, tomo mi polla con sus manos y la guio a su sexo.

Poco a poco se la fui metiendo hasta el fondo, comencé un lento movimiento, metiendo hasta el fondo mi polla y sacándola del todo.

Carlos permaneció tumbado junto a nosotros.

Folle a Belén un rato, giro su cuello, me beso, nuestras lenguas se tocaron, mis labios sellaron sus bocas.

Carlos tomo a Belén de la mano, esta poco a poco se separo de mí.

Se arrodillo sobre él, introdujo su polla en su coño y lo cabalgo.

Se abalanzo sobre él, lo beso tras un breve beso, Belén, giro hacia mí, tomo mi cuello y tiro hacia ella, me acerque a ella nos besamos, al ritmo de las embestidas de Carlos.

Yo acariciaba sus tetas, que vibraban a cada embestida de Carlos.

Ahora Belén y Carlos se besaban, Belén tomo mi polla, suavemente la acariciaba.

Yo acaricie su espalda, recorrí su columna, llegue a su culo, allí Carlos se aferraba a sus nalgas, abriendo sus nalgas.

Lleve hasta mi boca uno de mis dedos, lo ensalive, lo coloque a la entrada del culo de Belén y poco a poco, aprovechando sus movimientos fui hundiéndolo en ella.

Belén respiro profundo, me miro con cara de picara.

Seguí trabajando sobre su culo a la vez ella montaba a Carlos.

Un par de minutos después, Belén descabalgo a Carlos, con suaves movimientos se coloco junto a mí.

Me tumbe, Belén abrió sus piernas sobre mí, su sexo completamente dilatado, brillante.

De un solo empujón ya la tuvo totalmente dentro.

Carlos se arrodillo cerca de nosotros, tomo la cabeza de Belén, primero la beso y a continuación la guía hasta su durísima verga.

Belén la engullo sin dudarlo, a la vez que recibía uno de los dedos de Carlos entre sus nalgas.

Así estuvimos unos minutos, durante los cuales Belén tuvo otro de sus orgasmos espectaculares.

Carlos pidió a Belén que se colocara a cuatro patas, él en pie fuera de la cama, se coloco tras ella.

Lubrico el ya dilatado culo de Belén y poco a poco clavo su miembro hasta las entrañas de Belén.

En un principio la cara de Belén fue de dolor, la verdad Carlos tiene un aparato bastante gordo.

Después de un rato en el que Carlos apenas se movió, el rostro de Belén empezó a relajarse, mientras realizaba un suave movimiento.

Carlos se aferro a las caderas de Belén.

Los movimientos cada vez eran más amplios.

Belén comenzó disfrutar, su cara ya solo reflejaba placer e incluso vicio.

Carlos follo a Belén un rato, cambiamos.

Belén continuo en la misma posición primero la metí en su sexo, un par de embestidas y cambie a su culo, no me costó estaba dilatadísima, otras pocas embestidas y cambie de nuevo a su sexo.

Durante casi de media hora nos follamos a Belén alternativamente, mientras uno se la clavaba el otro la mimaba, la acariciaba o simplemente se separaba un poco para ver la escena, variamos infinidad de veces de postura.

En esa media hora nuestra diosa tuvo un par o tres orgasmos, recuerdo el último.

Belén estaba colocada en el centro de la cama, Carlos se coloco entre sus piernas, se arrodillo frente a ella, elevo sus piernas, jugó con su verga en el sexo de Belén, la llevo hacia su ano.

Se la volvió a meter en el culo, esta vez el dolor a penas fueros unos segundos.

Carlos elevo las caderas de Belén, acomodando sus rodilla bajo ellas.

Belén quedo tumbada, con su espalda totalmente arqueada, sus caderas elevadas describían un suave vaivén otras veces dibujaban círculos o simplemente se movían de derecha a izquierda sobre Carlos.

Me coloque a la derecha de Belén, lleve mi mano hasta su sexo, acaricie su clítoris, introduje un par de dedos en su sexo los moví rápidamente.

Me abalance sobre sus tetas, las devore.

Sentí que de nuevo Belén se iba a venir, su sexo ardía, note como aumentaron sus fluidos, mis dedos estaban impregnados de ella.

  • Hahn.
  • Ahhhhh.
  • Si, si.
  • Parad, parad, por favor.

No paramos hasta que no quedo inmóvil.

  • Cabrones, dijo riendo mientras se acomodaba en la cama.

Belén quedo tumbada sobre la cama, yo quede a su lado, acariciando su cabello, se rostro, dibujando con mis dedos su boca.

Carlos subió besando todo el cuerpo de Belén hasta su cuello quedo tumbado junto a nosotros.

No tardo mucho Belén en recuperar las fuerzas, se arrodillo entre nosotros y alternativamente comió nuestras vergas.

Lleve mi mano a su sexo.

  • No me toquéis mas, por favor, quiero que me folleis y acabéis.

Belén se coloco sobre Carlos a estas alturas no les costó nada metérsela, Belén cabalgo ligeramente a Carlos paro, me miro, su mirada pedía acción.

Me coloque de rodillas tras Belén, ellos pararon su danza, acomode mi verga a la entrada de su culo.

Belén con sus mano se la fue clavando, un pequeño empujón y ya estuvo dentro hasta el fondo.

El sexo de Belén palpitaba, comenzamos un lento movimiento, notaba perfectamente la verga de Carlos.

Durante unos minutos follamos como animales.

Carlos empezó a bufar, a gemir.

  • Me corro no aguanto más. Dijo entre gemidos.
  • Córrete, correros ya. Respondió Belén entre, susurros y suspiros.

Un gran grito salió de la boca de Carlos.

Note perfectamente sus descargas, a la vez que el cuerpo de Belén se tenso hasta tal punto que mi polla quedo atrapada en su culo.

  • No puedo más, dije. Mientras llenaba el culo de Belén de leche.

Belén no paro, su cuerpo continuaba estremeciéndose, había perdido el control, gemía como si estuviera poseída.

  • No os salgáis, seguid.
  • No parréis.
  • No paréis, ya.

Agarre sus tetas desde atrás mientras seguíamos balanceándonos.

  • Ah, ah, ah, ah.

Un calambre recorrió su cuerpo a la vez que sus lágrimas brotaban de sus ojos y un líquido calentito recorrió nuestros muslos.

Caímos sobre la cama.

Abrace a Belén, todavía temblaba, sonreía a la vez que un par de lagrimas recorrían su rostro.

  • Gracias, mil gracias ha sido increíble; dijo Belén mientras se acomodaba en la cama.

Quedo tendía boca arriba, la besamos y acariciamos hasta que quedo completamente dormida.

La tapamos y nos levantamos a tomar un café.

  • Son casi las cinco de la mañana dijo Carlos, es lógico que Belén este rendida. Dijo Carlos.

Asentí, llevábamos más de dos horas haciéndola el amor, había tenido orgasmos de todo tipo y no había permanecido quieta ni un minuto.

Carlos preparo café, tomamos café y charlamos, hasta que fue de día.

Pregunte a Carlos que si se fallaría a Belén a mis espaldas.

  • No le juro que no, lo que más me atrae de esta relación es que somos tres y entre nosotros tres. Por supuesto que Belén me vuelve loco, pero no quisiera estropear ni nuestra relación, ni su vida.

Le creí, lo decía sinceramente.

Bien entrada la mañana nos despertamos, Belén me abrazaba, Carlos ya se había levantado.

Cuando salimos al salón nos esperaba un gran desayuno.

El día era radiante, desayunamos y nos despedimos de Carlos.

  • Nos volveremos a ver; pregunto Carlos.
  • No lo dudes, respondimos los dos a la vez.

Ya en el coche.

  • Gracias, amor muchísimas gracias, lo que yo sentí esta noche no se puede expresar con palabras ha sido el mejor orgasmo de mi vida. Dijo Belén.
  • De nada sabes que con tal de que seas feliz. Hemos decidido disfrutar del sexo y es lo que estamos haciendo ¿no? Respondí.
  • Si, por supuesto, pero nos quedan cosas que probar. Sentencio sonriendo.

Hemos vuelto a ver a Carlos, pero eso es otro capítulo en esta historia de momento sin final, espero irme poniendo al día en los relatos, llevo un año de retraso. No nos han pasado muchas cosas pero si dignas de contar.