La inocente Selena (8)

Las dos amigas tienen un primer acercamiento al sexo lesbico.

Autor: Salvador

Dirección: demadariaga@hotmail.com

La inocente Selena ( 8 )

Andrea se sintió inmediatamente atraída por la idea que su amiga le había planteado. Selena le había contado detalladamente la manera en que había llevado a cabo la "tarea" que su tío Ricardo le había encomendado para el viaje en bus y cómo al llegar a su casa no pudo aguantarse y se masturbó en la ducha, para seguir haciéndolo en su dormitorio. Se imaginó que el peligro que su amiga vivió en el bus, rodeada de pasajeros, mientras se sumía en sus ardientes y sensuales pensamientos, apretando sus piernas de manera que sus muslos frotaran su sexo. Todo ello activó su imaginación y cuando Selena le sugirió repetir la experiencia las dos, aceptó de inmediato.

Andrea, en su inconciencia juvenil, no pensó en las consecuencias de dejarse llevar por sus deseos y acompañó a su amiga al bus, para iniciar lo que creía sería una simple travesura de muchachitas. Pero Ricardo, el tío de Selena, tenía sus propios planes. El esperaba que las cosas entre ambas amigas las llevara por una espiral de sexo que las conduciría a su cama y a cumplir todas sus fantasías sexuales, como si fueran arcilla que sus manos moldearían a su antojo. Y cuando lograra que las dos muchachas estuvieran completamente bajo su influencia, Selena ya lo estaba, le harían vivir experiencias que solamente había imaginado hasta ahora. Su sobrina y su amiga serían sus esclavas sexuales, cumpliendo todos sus deseos.

Ajena al peligro que le esperaba de cumplirse los planes del tío de Selena, Andrea esperó ansiosamente el fin de la jornada en la facultad y junto a su amiguita abordaron el bus para volver a casa, nerviosas por la expectativa de la aventura que emprenderían. Cuando se sentaron, Andrea quedó al lado de la ventana y Selena se acomodó junto a ella, mostrando sus hermosas piernas semi cubiertas por una mini falda que escasamente cubrían parte de sus muslos, que le parecieron muy hermosos. El hecho de que Selena estuviera sentada hacía que sus muslos se vieran más anchos que de costumbre y Andrea se sintió atraída por las hermosas formas de las extremidades de su amiga, aunque en ella no había segunda intención. Era solamente la constatación de una belleza que no pasaba desapercibida a nadie, aunque Selena se esmeraba en que su amiga se fijara en sus piernas, moviéndolas al acomodarse, arreglando su faldita o bien poniendo una mano sobre ellas, como descansando. Así cumplía fielmente las instrucciones de su tío, sin que viera en ello otra cosa que una simple e inocente jugarreta juvenil.

Selena acercó su rostro al de Andrea y hablándole al oído le invitó a iniciar la experiencia para la que se habían preparado.

"¿Recuerdas lo que te conté en mi casa? Imagina que tu eres yo y que estás con mi tío"

Sus palabras susurradas al oído hicieron temblar a Andrea, que sintió que su carne se ponía como la piel de gallina con cada palabra que salía de los labios de Selena mientras sus labios casi rozaban su oreja.

Las muchachas cerraron los ojos y se sumieron cada una en sus propios pensamientos: Selena pensaba en su tío y en las cosas que le había hecho experimentar y Andrea pensaba en su amiga y en la noche en que se masturbaron juntas.

Andrea sintió que su cuerpo se excitaba por el recuerdo de esa noche en casa de Selena.

"Es rico, ¿verdad?"

Nuevamente la voz enronquecida de su amiga al oído le erizó la piel y aumentó su excitación. Al tiempo que le hablaba, el hombro de Selena se pegaba al suyo, dándole una sensación de exquisita inquietud. Afortunadamente para las muchachitas no habían pasajeros sentados cerca de ellas, que se habían puesto en la última fila del bus.

"Mueve suavemente tus piernas, como lo hago yo"

Andrea estaba transportada por las palabras de Selena y el roce de sus hombros al suyo y empezó a mover suavemente sus piernas, sintiendo la suavidad de sus muslos rozar uno contra el otro. Era una sensación increíble la que estaba viviendo.

"Mmmmm"

De pronto una de las piernas de Selena se pegó a una de las suyas y el contacto la electrizó. Casi se detuvo pero la sensación que la piel de su amiga le producía era mucho más grande que el temor que le produjo su actitud tan imprudente y optó por afirmar su pierna a la de Selena, aguantando la presión de esta. Ya no le importaba si alguien se daba cuenta de lo que sucedía entre las dos muchachas, solamente deseaba seguir sintiendo esa hermosa sensación que el cuerpo de su amiga le transmitía.

Selena sintió que no podía controlar sus acciones y cuando apretó su pierna a la de Andrea lo hizo por iniciativa propia, ya que las instrucciones de su tío no contemplaban ir tan lejos. Pensaba que Ricardo se sentiría orgulloso de ella cuando le contara lo que se le había ocurrido. Por otro lado, era exquisito sentir la piel de Andrea contra la suya y se sintió transportada.

Sin pensarlo, obedeciendo solamente a sus instintos, puso una mano en la rodilla de su amiga, mientras sus muslos apretados a los de Andrea se movían con mayor fuerza.

Eso fue demasiado para Andrea que, apretando las manos sobre su falda, sintió que tenía un orgasmo.

"Aghhhhhhhhh"

Selena se dio cuenta de lo que pasaba con su amiga y sintió que también era su hora.

"Mmmmmmm"

Con los ojos cerrados y los labios apretados, las dos amigas se rindieron al placer y sintieron fluir sus jugos, que se depositaron sobre el asiento del bus.

Cuando hubieron terminado de acabar, se quedaron quietas, mirando al frente, sin atreverse a mirar a la otra, por la vergüenza de lo sucedido. Es que las cosas se habían escapado de sus manos y ahora sentían temor por la reacción que la otra pudiera tener.

Al cabo de un rato, fue Andrea la que rompió el silencio.

"Tenías razón. Fue genial"

Selena sonrió y miró a su compañera que le devolvió la sonrisa.

Cuando bajaron del bus se dirigieron a la casa de Selena para limpiarse y en el bus dos manchas en los asientos que ocuparon eran la demostración de la excitación que se vivió ahí por parte de dos muchachitas ansiosas por conocer más del sexo.

Ya en casa de Selena, fueron al baño a limpiarse. Mientras Andrea, con las piernas abiertas pasaba papel en la zona manchada por sus líquidos íntimos, Selena no dejaba de mirar sus muslos y sentirse atraída por la piel de su amiga y por lo que había al final de la misma. Sin poder creer que eso estuviera sucediendo, su cuerpo nuevamente empezó a excitarse.

"¿Te ayudo?"

Preguntó a Andrea, la cual la miró extrañada por el ofrecimiento, pero captó inmediatamente el deseo en el rostro de Selena, y sintió que su cuerpo respondía inmediatamente, inundándola con una excitación que la dejó asombrada.

Sin sacar la mano de entre sus piernas, sostuvo la mirada de Selena, sonrió e iba a responderle cuando un golpe a la puerta del baño rompió la magia del momento.

"Niñas, pasen a la mesa"

Sin mirarse se arreglaron y pasaron al comedor, donde casi no se dirigieron la palabra.

Se despidieron y no volvieron a tocar el tema de lo vivido en el bus ni el deseo que les invadió en el baño. Pero ambas sabían que había algo entre ambas que no había terminado y que sus cuerpos deseaban vivir esa nueva experiencia que sin buscarlo las dos habían iniciado por curiosidad pero que intuían que se convertiría en algo serio.