La inocente Selena (5)

La sobrinita finalmente es desflorada por tu tío.

Autor: Salvador

Dirección: demadariaga@hotmail.com

La inocente Selena ( 5 )

No pudo ocultarle a Andrea que se encontraría con su tío esa tarde. Le había dicho a su madre que estarían las dos amigas estudiando toda la tarde y cuando se lo planteó a Andrea, ésta quiso saber con quien y donde pasaría todas esas horas, ya que si su madre la llamaba, necesitaba saber su paradero en caso de emergencia. A Selena le pareció razonable el planteamiento de su amiga y le confesó la aventura que estaba viviendo con Ricardo, su tío.

Andrea se mostró interesada en los detalles pero Selena no se atrevió a confesarle todo lo que había hecho estando sola con su tío y menos aún lo que suponía sucedería ahora cuando tuvieran toda la tarde para ellos solos. La amiga se conformó con las explicaciones vagas y quedaron de acuerdo en que si hubiera alguna emergencia, Andrea vería la manera de salvar la situación de alguna manera.

Cuando Selena partió, Andrea se puso a pensar en lo que suponía había entre tío y sobrina, lo que le produjo mucha excitación, ya que conocía a Ricardo y siempre se había sentido atraída hacia ese hombre mayor que la hacía sentirse deseada. Si, pues en la manera de mirarla, Ricardo le había demostrado muchas veces que si tenía la oportunidad el aprovecharía la ocasión.

Ella era tres años mayor de Selena y la diferencia se notaba en sus físicos, pues Andrea era una mujer en todos los sentidos y aunque no tenía experiencia en el sexo, deseaba poder entregarse a un hombre como Ricardo, por el que sentía una atracción animal. Con esos pensamientos se dedicó a preparar el examen que se suponía estudiaría con su amiguita.

Selena, por su parte, llegó feliz al departamento de su tío, que la recibió con un gran abrazo, invitándola a sentarse al living, donde le ofreció un trago, que ella aceptó encantada.

La joven estaba en un estado de ansiedad increíble por lo que esperaba de este encuentro, ya que las sensaciones vividas la vez anterior la habían hecho conocer un mundo que no imaginaba y que deseaba que su tío le volviera a mostrar. Y el le había prometido sensaciones más grandes aún que las que experimentó, lo que la tenía expectante y deseosa de descubrir los misterios del sexo que Ricardo le había prometido develarle.

Después de un par de sorbos, la niña sintió que el licor hacía efecto en su cuerpo y un relajamiento general se apoderó de ella, en tanto su tío la observaba con expresión divertida. Los nervios de la muchachita terminaron de hacer su efecto y pronto Selena se sintió invadida por una especie de sopor en que se dejó llevar mansamente por ese hombre que tanto influía en ella con sus manos y sus palabras.

"Creo que es hora de que sigamos con las lecciones, ¿no crees?"

Le dijo en tanto la abrazaba y besaba. Ella cerró lo ojos y sintió una pesadez que invadía todo su ser, producto de los grados alcohólicos ingeridos, pero le sabía tan exquisito los besos que le prodigaba su tío que se dejó llevar por el placer que sentía, sin percatarse que la mano de Ricardo subía por su pierna, bajo su falda, llegando a sus muslos interiores y llegar finalmente al paquete entre sus piernas.

"¿Qué tal, cariñito?"

Y Selena, con los ojos cerrados, se sonrió, invitándole a seguir.

De pronto un dedo se metió por su tanguita y fue a hundirse en su vagina, la que se estremeció con el intruso en su interior. Era tan exquisita la sensación que ese dedo le daba que inconcientemente abrió sus piernas para facilitar la incursión. Bastaron un par de entradas y salidas del dedo de su tío para que la muchacha tuviera su primer orgasmo, llenando la mano de Ricardo de sus líquidos que fluían generosamente.

"¿Te gustó?"

"Guauuuuuuuu, fue increíble, tío"

"Y podría ser mucho mejor aún"

"¿En serio?, ¿cómo?"

Ricardo se levantó y abriéndose el pantalón sacó su verga, que exhibió ante la muchacha, que se quedó extasiada viendo ese tremendo pedazo de carne que tenía ante sus ojos.

"En lugar de usar el dedo podría usar esta cosita"

"Pero es tan grande, tío"

"¿Quieres tocarlo?"

Tomó la mano de la niña y la llevó a su aparato, poniéndola encima para que ella lo abarcara con su palma. Tímidamente, Selena apretó la masa palpitante de venas y sintió que parecía moverse por si sola, como si tuviera vida propia.

"Pasa tu manita arriba y abajo, mi amor"

"¿Así?"

"Si, mijita, así"

"Mmmmmmm"

"Lo haces muy bien, amor. Sigue así"

Y la muchacha siguió acariciando el trozo de carne de su tío cada vez con mayor confianza, pero siempre con suavidad, presintiendo que a pesar de su grosor era algo delicado que debía ser manejado con cuidado, con delicadeza.

"¡Qué rico, amor!"

"¿Te gusta, tío?"

"Siiiiiiii, amooooorrrr"

"¡Cómo se mueve, tiito!"

"No pares, sigueeeeee"

"¿Asi?"

"Siiiiiii. Más rápido, siiiiiiiiiiii"

"¿Así?"

"Siiiiiiiii, aghhhhhhhhhhhh", yaaaaaaaaaa"

Un fuerte golpe de semen golpeó la mano de la muchachita, que admirada veía cómo ese trozo de carne expelía su líquido, en tanto el cuerpo de su tío se retorcía como si fuera un maniquí, hasta terminar completamente agotado por el esfuerzo, dejándola con las manos cubiertas de su semen y con una nueva sensación: había logrado que ese hombre tuviera con su mano tanto gozo como el que ella tuvo con su dedo.

Pero la muchacha necesitaba y merecía una explicación. Ella había actuado por instinto y había logrado que la cosa de su tío aumentara de tamaño de una manera increíble, para finalmente soltar todo lo que tenía dentro, tal como ella lo había hecho antes, cuando el hundió su dedo en su sexo. ¿Ella también podía regalar las mismas sensaciones a un hombre? ¿Con la mano? Se sentía confundida por las respuestas que buscaba y que necesitaba.

"Cariñito, me hiciste tener un orgasmo"

"¿Cómo el que tuve yo?"

"Si, amorcito"

"Parece que te gustó tanto como me gustó a mí hace un rato"

"Si, pero hay otras maneras de gozar tambien"

"¿Otras?"

"Si, amor. Ya gozaste con mi boca en tus senos y con mi boca y dedo en tu sexo, pero..."

"¿Pero que?"

"Falta que conozcas la más grande manera de gozar"

"¿Más aún que esto?"

"Si. Mucho más"

"¿Cómo es eso, tío?"

"Con tu cosita y con la mía, amor"

Uniendo la acción a las palabras, Ricardo puso su mano en sexo de la niña y llevó una mano de ella al suyo. Ella se dejó hacer, extasiada con las palabras de ese hombre que tanto le había regalado. Y todo por el cariño que le tenía.

Ricardo le enseñó los diferentes nombres que sus sexos recibían y por los cuales podía ella nombrarlos en la intimidad, pero que tuviera cuidado de no usar esas palabras con otras personas, pues podría ser mal interpretada. Ella agradeció la advertencia que le daban mientras el apretaba su paquete entre sus manos y ella iniciaba un nuevo masaje en el instrumento de su querido y comprensivo tío.

El la puso de espaldas y abrió sus piernas, dejando expuesto su sexo, coño, chucha, cuca o como ella quisiera llamarle de ahora en adelante. El se puso sobre ella, con su verga, pico, falo, herramienta o como se llame, dispuesto para el ataque. Lo puso a la entrada de la cueva de amor de la chiquilla e intentó meterla, pero no pudo dada la estrechez del túnel juvenil. Después de unos intentos decidió que no había llegado aún la hora de desflorarla y juntó sus piernas, poniendo entre ellas su pedazo de carne, a la altura de la vulva de Selena, en esa parte en que los muslos insinúan una separación. Por ahí introdujo su verga y empezó a usar ese hueco como vagina, metiendo y sacando su falo. Le pidió a ella que se moviera, y ella sin saberlo imitaba los movimientos pelvianos de una copula que mas adelante se haría realidad pero que ahora era un ensayo preparatorio.

La dio vuelta, la puso contra la cama y metió su instrumento entre su culito y los muslos, pudiendo apreciar mientras volvía a meter y sacar su pico de esa falsa vagina la redondez de las pelotas que eran los cachetes de su culito juvenil. Era tan exquisito el espectáculo que no pudo evitar el irse y nuevamente expelió sus jugos, ahora entre las piernas de la muchachita, que presentía que estaba en el umbral de sensaciones mayores, pues su vulva le pedía nuevas sensaciones y suponía que ese pedazo de carne entrando y saliendo de sus muslos podría proporcionarle todo lo que ella presentía.

"Cariño, ahora viene algo delicado"

"¿Qué cosa, tío?"

"Existen cosas mucho mejores, pero debo advertirte algo"

"¿Qué?"

"Primero te va a doler, pero después gozarás de manera increíble"

"¿Mucho dolor, tío?"

"Si, bastante, pero vale la pena sufrirlo por lo que sentirás después"

"¿Qué es eso?"

"Hacer el amor, mi cielo, hacer el amor"

"¿Y por qué el dolor?"

"Porque eres virgen y yo quiero ser tu primer hombre"

"No entiendo, tío"

"Debo meter mi cosa en tu cosita, amor"

"¿Ese pedazo tan grande lo vas a meter en mi cosita pequeña?"

"Si, cariñito, por eso te dolerá al principio"

"Pero nunca va a caber ese tremendo pedazo en algo tan pequeñito"

"No crea, amor, es solamente al principio. Después te cabrá completamente"

"No te creo"

"¿Confías en mí?"

"Sabes que sí, tío"

"Entonces, créeme. Te va a caber completamente en tu cosita pequeña"

"Y eso, ¿para qué es, tío?"

"Para que te hagas mujer finalmente. Solo así serás una mujer completa, vidita"

"Confío en ti, tío. Adelante"

La niña abrió sus piernas, de espalda sobre la cama, y Ricardo tomó su herramienta en las manos y la dirigió a la entrada del juvenil sexo que se le ofrecía. Besó a la muchachita con delicadeza mientras su verga se ponía a la entrada de la vulva de Selena. Empezó a empujar firmemente, hasta que la cabeza empezó a abrirse paso al interior de la vagina de la muchacha, que apretó sus labios ante el dolor que el invasor causaba en su cuevita.

Para acortar el dolor, su tío empujó totalmente su instrumento en el interior de la muchachita, que ahogó un grito y aguantó con valentía el rompimiento de sus tejidos interiores. Ricardo dejó su pedazo de carne metida hasta el fondo, sin moverse durante un rato. Cuando estimó que la niña había superado el dolor de la desfloración, empezó a moverse lentamente, llevándole a Selena una exquisita sensación que fue aumentando paulatinamente, hasta que se convirtió en un placer salvaje que invadió todo su cuerpo. Se apretó al cuerpo de su tío y empezó con grititos a exteriorizar lo exquisita de las sensaciones que sentía mientras la verga de Ricardo entraba y salía de su vulva.

"Ohhhhhhhh, tiooooooooooooo"

"Mijitaaaaaaaaaaa"

"Ricoooooo"

"Toma, tomaaaaaaaaaa"

"Tiooooooooooo"

"Mijitaaaaaaaaaaa"

Y entre grititos de placer, ambos tuvieron un orgasmo de increíbles proporciones, que les dejó completamente agotados, al punto de que se quedaron dormidos fundidos en un abrazo. Después de una hora despertaron y entre caricias empezaron a hacer planes para continuar el curso de sexo que la muchachita debía seguir recibiendo de parte de su querido tío. El tenía mucho que enseñarle aún y ella mucho que entregar.