La iniciación de Margaret (2: La fiesta)
Margaret quiere una sumisa y su amo decide adquirirla en una fiesta zado, donde tienen una sesion y margaret es torturada solo con mirar sin dejarla disfrutar del placer del sado.
LA FIESTA
Margarte tenia tiempo pidiéndome que deseaba tener una sumisa así que comenzamos a buscarla por Internet poniendo anuncios solicitando la misma, teníamos varios amigos virtuales y nos invitaron a una fiesta de sumisos, esclavos, amos y amas, lleve a Margaret mi esposa en condición de sumisa, protesto y se quejo mucho se negó rotundamente a ir bajo esa con dicción pero a fuerza de fustazos la hice comprender y acceder a la situación.
Margarte y yo fuimos a la fiesta, ella llevaba un collar de cuero rozado unas tangas tipo hilo dental rosado un corpiño rosado cubierto por un abrigo negro que retiraría al entrar a la fiesta dentro de si le hice introducir 3 bolas chinas, cosa que le dificultaba caminar con esos hermosos tacones negro que llevaba puesto, una vez entramos a la fiesta inmediatamente reconocí a mis ciber amigos, me dijeron que arrodillara a mi sumisa frente a las demás sumisas que andaban con pareja mi querida esposa estaba incomoda frente a tanta humillación ya que nunca había sido exhibida en publico, si la había usado con algunos amigos pero nada comparado con aquello.
El lugar era muy acogedor grandes sofás de piel y en el centro una mesa, la iluminación era tenue pero clara, las sumisas arrodilladas a la derecha esperando por su uso, en el fondo un pasillo que dirigía a una amplia habitación donde habían todo tipo de instrumentos, potros, cruces, argollas en las paredes. Las sumisas y sumisos en búsqueda de amos estaban completamente desnudos y servían los canapés y los tragos dirruidos por los organizadores del evento, y los amos vestíamos de negro para identificarnos, comenzamos la platicas tantos con amos como con sumisos para conocernos mientras nuestras respectivas parejas continuaban arrodillados en espera de su llamado.
Una bandeja se posa en mi frente levante la mirada para ver quien la portaba y quede impresionado con lo que mis ojos veían una hermosa mujer no muy alta de tez blanca, de pelo largo rubio, ojos azules con una mirada tierna y fija, sus caderas delgadas y sus pechos pequeños pezones erecto y un coño cubierto de bello púdico que imposibilitaban su visión, quede impacto ante semejante imagen y me pregunto gusta señor a lo que asentí, ella continuo pasando la bandeja a los demás invitados y yo miraba atónito como se desplazaba moviendo rítmicamente sus caderas como si danzara.
Continué platicando con mis amigos, le informe al organizador de tan magnifico evento que deseaba aquella chica para mi, el asintió sin problemas no sin antes recalcarme que la chica no había sido dominado nunca, que ella era una completa novata, la idea no me agrado mucho ya que quería para mi esposa una sumisa con experiencia para que ella disfrutase por completo pero la mirada de esa chica me dejo cautivo, a si que le dije que si que aun a si decidía a llevármela.
Varias personas practicaban por todos lados, con cera, con látigos, se veía mujeres y hombres atados, azotados, cogidos por todos sus orificios y torturados por todos lados, margaret aun continuaba arrodillada ya se había quedado sola, pero yo había decidido no usarla todavía, sabia que estaba ansiosa de que la dejara participar de aquel manjar de placer y por eso deseaba mantenerla ahí excitada solo para mi disfrute personal.
A si que me dirigí frente a una Ama que tenia de espalda sobre un potro y atado aun sumiso y le dije que si me permitía ayudarla ella asintió sin problema me dijo si claro, así que tome una fusta ,mi instrumento preferido, y comencé a azotarle los muslos mientras el se quedaba quieto sin emitir sonido alguno, comencé a besar a esa Ama que pesé a su edad se mantenía aun de muy buen ver, su mirada fría y sus movimientos lentos y pausados denotaban la gran experiencia que portaba esa diosa del mundo sado, mientras escuchaba por todos lados gritos, quejidos, auyidos y el inconfundible sonido de azotes caer sobre la piel, todo ese ambiente me tenia excitado en gran escala, la Ama me bajo los pantalones y tomo mi miembro con destreza mientras yo continuaba azotando los muslos de aquel sumiso de piel morena que ya los tenia rojo encandecente, ella comenzó a mamarme la poya con maestría sabiendo exactamente lo que hacia, yo la tome por el cabello y la levante tome mi poya erecta como estaba a su máximo nivel y comencé a encular a ese sumiso, se movía sobre el potro intentando huir algo inútil ya que sus ataduras no se lo permitirían, yo embestía contra el fuerte penetrando mi poya por completo en el mientras que con la fusta le azotaba la espalda, entonces, la ama lamía mis pezones de una forma delicada y acariciaba mi pecho con sus largas y afiladas uñas eso me excitaba mucho cada vez mas y mas, cuando sentía que iba a estallar me detuve, saque mi miembro me dirigí al frente y se lo puse en la boca al sumiso para que me lo mamase, lo hacia lento y yo lo tome por el cabello y le introduje todo mi miembro hacia su garganta me movía con un suave mete y saca hasta lograr correrme. Agradecí a la Ama por haberme permitido usar a su sumiso, dándole un fuerte beso en sus labios, luego arregle mi ropa y decidí continuar caminando por el lugar para ver en que mas podía participar.
Me dirigí hacia donde estaba ella la mujer perfecta que había divisado antes y le dije que si deseaba un trago, asintió con la cabeza, comencé a conversar con ella y le dije que deseaba usarla y probar con ella para ver si luego aceptaría ser la sumisa 24/7 de mi esposa.
- Agradezco su atención especial hacia mi señor, y para mi seria un placer servirle de objeto de placer y entretención tanto a usted como a su señora esposa.
La tome delicadamente por el brazo y la lleve a una mesa, como ya estaba advertido que era nueva la puse de espalda con las piernas abierta de forma que me permitiera ver su culo y parte de su raja, tome una regla de madera y comencé a darle suaves azotes en sus glúteos se movía y gimeaba a cada golpe, estaba excitadísimo, continué azotando hasta dejar su piel blanca un tono roza suave, le susurre en el oído que no se atreviera a moverse que regresaba en breve, fui y busque a mi sumisa y la traje con migo frente a la chica y le dije que esa era su posible sumisa al escuchar estas palabras vi como sus ojos se agrandaron mostrando una expresión de asombro y sorpresa se que deseaba un sumiso, pero esto era lo que yo había elegido para ella o mas bien nosotros le indique inmediatamente que se arrodillara mientras observaba como yo la usaba para mi satisfacción.
Tome unas cuantas pinzas de madera y empecé a colocarlas por todo el redondo trasero ahora color rosa fruto de los azotes recibidos previamente de mi futura perrita ella movía sus caderas tratando de esquivar los dulces pellizco que sentía a la colocación de las pinzas, le indique a margaret que se colocara frente a ella que se bajara las bragas y que sujetara con fuerza las manos de la chica, le ordene a la chica que lamiera el coño de mi sumisa margaret al principio puso un poco de resistencia y de cara de asco pero un fuerte fustazo en la espalda la hizo reaccionar y lamer el coño de margaret con suavidad, empecé a dar fustazos en el trasero de la chica para remover con ellos las pinzas que agarraban su piel ella a cada golpe movía su cadera a al ritmo del sonido de mi fusta echando un grito de dolor que se quedaba ahogado en su garganta mientras tragaba los jugos vaginales de mi sumisa, note como la chica comenzó a mojar y yo con la fusta comencé a acaricias su raja daba caricias y luego un ligero toquecito con la fusta que la hacían estremecer, su piel estaba erizada ella ya no podía mas entre tantas sensaciones nuevas que su cuerpo experimentaba entonces estallo con una fuerte corrida dejándola completamente exhausta le ordene ponerse de pie y le dije a mi su misa que se arrodillara frente a la chica y lamiera sus jugos, ella conociendo lo fuerte que pueden ser mis represaría actuó sin rechistar y yo observaba como esas dos hermosuras trabajan para mi.
Ordene a mis dos sumisa ponerse de rodillas y esperar por mi, me incorpore con mis amigos a tomar unos tragos mientras acordábamos cuando nos reuniremos nuevamente, al cabo de un par de horas decidí marcharme a la casa llevando con migo a mis dos sumisas y pensando en cual seria el nombre ideal con que bautizaría mi nueva adquisición.