La Iniciación de la Maestra Carolina
Una maestra descubre las delicias del sexo cuando es iniciada por cinco de sus alumnos.
La iniciación de la Maestra Carolina
La historia que les contare a continuación me ocurrió hace dos años al cumplir los 23, edad en la que había decidido marcharme un tiempo de la casa campirana de mis padres para irme a la gran ciudad a estudiar un postgrado en la misma universidad donde año y medio antes había terminado mi carrera. No fue difícil dejar de nuevo mi hogar pues no tenia lazos amorosos que me ataran a mi lugar de origen. A pesar de tener muchos pretendientes insistentes, no quería tener novio hasta terminar mis estudios. No tuve problemas para hallar alojamiento ya que una hermana de mi padre tenia una pequeña casa que usaba para rentar, como en ese entonces ella no tenia inquilinos y sabia de mi necesidad de encontrar donde ubicarme me ofreció rentármela con una mensualidad prácticamente simbólica por ser su sobrina. La casita era pequeña pero muy acogedora, mi tía la tenia amueblada con muy buen gusto, en especial me encantaba la sala que estaba completamente alfombrada de color crema y con unos muebles de cuero café comodísimos donde cada noche me tumbaba a ver la televisión. Aunque mis padres me enviaban periódicamente dinero, yo sentía la necesidad de trabajar en algo para distraerme ya que por las tardes al regresar de la escuela y después de estudiar y hacer mis deberes a veces me aburría mucho. Un día buscando en el periódico me entere de una pequeña escuela preparatoria en donde necesitaban una maestra para impartir clases. No es por nada pero yo había sido una alumna muy destacada en mis años de secundaria y preparatoria y aún recordaba con claridad muchos de los temas que mis maestros solían enseñarnos. Pensé que podría tomar el empleo y que seria divertido, así que tomé el teléfono y llamé al número que figuraba en el aviso. Una señorita muy educada me contestó y le pregunté sobre los requisitos que tenia que cumplir para obtener el puesto. Ella me comentó que les urgía una maestra para impartir la clase de biología en un grupo de primer grado durante tres horas a la semana en el turno vespertino, me pregunto que si estaba interesada en una cita. Para mi era un reto interesante por lo que acepté. Sabía que tenía facilidad de palabra y que a pesar de ser algo tímida era muy social como para convivir con los chicos. Para no hacer mas larga la historia, solo quiero decirles que después de una entrevista me contrataron pues necesitaban con urgencia quien impartiera esa clase. Era un viernes y comenzaría el lunes siguiente por la tarde. El sábado salí de compras, necesitaba comprar unos libros de biología para repasar un poco la materia, además necesitaría un poco de ropa para dar clases de manera adecuada, generalmente solía usar jeans, minifaldas y ropa cómoda que seguramente no seria bien vista por mis nuevos patrones, así que me lancé a buscar algo mas formal. Todo el día me la pasé de tienda en tienda viendo conjuntos, faldas, blusas etc. Finalmente al caer la tarde y después de comprar varias cosas vi en el escaparate de una zapatería unas botas negras altas de tacón de aguja muy bonitas que se me hicieron ideales para combinar con alguno de los conjuntos que había adquirido, así que opté por llevármelas también. La tarde del lunes llegó y tomé el autobús para ir a mi nuevo trabajo, estaba muy feliz y a la vez nerviosa pues nunca antes había enfrentado a un grupo de jóvenes pero tenía confianza en que eso no sería mucho problema. Al llegar, la señorita Felicia que era la directora de la escuela me recibió y me comentó que tendría que tener un poco de paciencia pues solía darse el caso de que los chicos del turno vespertino eran mas intranquilos y desordenados que los del turno de la mañana, en especial el grupo que me iba a tocar. Le comenté que no había de que preocuparse, que yo me encargaría de que todo estuviese bien. Nos acercamos al salón y en efecto se escuchaba mucho desorden y gritos, no sabía en la que me estaba metiendo. La Srita. Felicia entró conmigo al aula y con el fin de implantar orden grito: "Jóvenes!!, hagan el favor de regresar a sus asientos y guarden silencio", los chicos a pesar de tener fama de indisciplinados no dudaban en obedecer a su directora a quien le tenían mucho miedo. Una vez que todos estaban en sus lugares Felicia comenzó a hablar: "Les presento a la señorita Carolina, ella impartirá a partir de hoy la clase de biología y quiero que le tengan mucho respeto, cualquier queja acerca de ustedes les causará un problema, espero que se comporten bien con ella." La directora me volteó a ver y me dijo: "Miss Carolina, la dejo con su nuevo grupo, se que se portarán bien con usted", con una sonrisa amable le dí las gracias y se retiró dejándome sola con los muchachos. Recordando mis años mas juveniles decidí aplicar métodos que alguna vez mis maestros utilizaron conmigo y mis compañeros en los primeros días de clases. Me costo un poco de trabajo mantener la disciplina ese día ya que mi carácter nunca fue agresivo ni autoritario, yo mas bien era dulce y consentidora. Comencé presentándome y hablando un poco de mi, después les pedí que me fueran diciendo su nombre, su edad y las cosas que les gustaba hacer para irme familiarizando con ellos. Descubrí que la mayoría tenían edades de entre 15 y 17 años y que aunque la escuela era mixta todos eran varones. Los días pasaron y extrañamente mi relación con los alumnos resulto aparentemente buena, no tuve tantos problemas como yo pensaba, lo raro es que a otros maestros les hacían la vida imposible y hasta se escapaban de sus clases. En cambio conmigo era difícil que alguno no asistiera, por lo mismo llegue a imaginar que era muy buena dando mi materia. Después de dos meses los chicos y yo éramos realmente amigos, la directora y otros maestros no podían creer que todo fuera tan bien entre ellos y yo. Sin embargo, a pesar de la aparente buena disciplina había un grupo de 5 chicos que presentaban problemas con sus calificaciones así que un día hable en privado con ellos para poner un remedio al asunto. Me comentaron que tenían dificultad para entender algunos temas y que estaban preocupados por un examen que yo aplicaría unos días después. Debido a lo anterior se me ocurrió darles clases de repaso el fin de semana pensando que la instalaciones de la escuela estarían disponibles. Fue cuando Benito, el único alumno de 14 años del grupo me dijo "Es muy buena idea lo de repasar la materia, pero se que este fin de semana no abrirán la escuela pues van a pintar las aulas y dar mantenimiento, como le vamos a hacer?", a su vez Jorge pregunto "Maestra, y si nos diera clases por la mañanas ?", a lo que yo conteste: "No puedo chicos, por las mañanas voy a la universidad y no puedo faltar", "Ya se!!!" exclamo Jaime "y si nos reuniéramos en su casa el sábado?", al escuchar esa proposición conteste "pues..., no se me había ocurrido, mas no se si sea correcto pues vivo sola", "Ande maestra Caro!, no querrá que reprobemos", sus palabras me hicieron sentir comprometida y sin ponerme a analizar mucho la situación les dije "esta bien, pero a las cuatro p.m., pues tengo que ir a la universidad por la mañana". Así entonces la cita quedo acordada. Aunque nunca entraban hombres en mi casa no tenia de que preocuparme pues al fin y al cabo eran solo unos jovencitos que al parecer eran tranquilos. El sábado llego, asistiría al laboratorio de informática de la universidad a capturar un trabajo que debía entregar para una clase. Cuando acudía a la universidad solía vestirme mas cómodamente que cuando iba a trabajar a la escuela por lo que ese día me puse una minifalda escocesa roja con cuadros negros que me quedaba muy bien, me puse también una blusa negra y al final al escoger que zapatos me pondría se me ocurrió llevarme las botas negras que tanto usaba con mis conjuntos en el trabajo. Sorpresivamente al mirarme al espejo descubrí que con la combinación minifalda-botas me veía bastante sexy, no es por nada pero no soy nada fea, mido 1.65 mts, según mis amigos tengo rostro de muñequita, soy acuerpada, mis senos son grandes y firmes, tengo unas piernas gruesas y bien torneadas, mi piel es apiñonada, mi cabello lacio me llega por debajo de los hombros y es de color castaño bastante claro, aunque en aquel entonces lo tenía teñido de rubio. Me percaté de cómo las botas hacían resaltar mis muslos de una manera que antes no había visto, me sentía provocativa y ese no era mi estilo por lo que pensé en mejor ponerme otra cosa pero ya era demasiado tarde. De cualquier modo al regresar de la universidad me pondría algo mas apropiado para recibir a mis alumnos. Una vez en la universidad note como me convertía en el blanco de las miradas de compañeros y amigos, me repetían una y otra vez lo despampanante que me veía con mi nuevo look. Julio, uno de mis compañeros mas atrevidos me comento que tenia un cuerpo de diosa, pero no lo tomé muy en serio. En verdad me sentí tan asediada esa mañana que casi juré no volverme a vestir así para salir. Por causa de las continuas distracciones de mis compañeros me atrasé en el laboratorio por lo que acabé a las 3:30 pm y no a las 2:00 pm como había calculado. Me fui rápidamente a tomar el bus para regresar a mi casa, tenia el tiempo recortado y aun tenia que cambiarme. El camión tardo en pasar y termine llegando a mi casa a las 4:15, mis cinco alumnos con los que me había citado ya estaban esperándome. Sentí vergüenza ante ellos al llegar ataviada como estaba, ya que solían estar acostumbrados a verme vestida de otra manera. "Maestra Carolina !, que bien se ve!", dijo Benito, "En serio que esta super guapa" comentó Jaime los otros tres chicos no comentaron nada pero se les veía embobados con la mirada clavada en mi. Nerviosamente les dije "Disculpen chicos, se me hizo tarde por un pendiente que tenia y además no era mi intención recibirlos con esta indumentaria, planeaba cambiarme al llegar". Rápidamente saque las llaves para abrir la puerta y los invite a pasar, una vez dentro les pedí que tomaran asiento en la sala mientras yo iba a ponerme otra cosa. "No maestra!, quédese ya aquí con nosotros, no se ve mal, se ve super" me dijo uno de ellos. Entonces me puse a analizar que ya habíamos perdido como 20 minutos de repaso y por lo mismo acepte iniciar. Las lecciones que había que revisar hablaban sobre los órganos femeninos y masculinos y la reproducción en el ser humano. Comencé a tocar el tema y a pedir que me hicieran preguntas. Con el paso de los minutos algunas de sus cuestiones se tornaron muy pícaras y atrevidas. Jaime me preguntó que si yo ya había tenido relaciones alguna vez, a lo que molesta conteste que no y que no las tendría hasta casarme algún día. Dentro de mi reflexione acerca de eso y pensé en las muchas veces que mis compañeros de la universidad me habían propuesto de manera indirecta acostarme con ellos así como lo hacían con varias de mis amigas, la verdad siempre los rechacé debido a mi moral y a la forma tan recta en que fui educada por mis padres. Pero eso no hacía que no sintiese de vez en cuando curiosidad y morbo como cualquier otra mujer, y cuando eso sucedía reprimía dichos deseos tratando de distraerme con otras cosas, como por ejemplo la lectura y el estudio. La lección continuo y mientras les leía un texto levante un poco la mirada descubriendo que mis cinco pupilos no quitaban la mirada de mis piernas cruzadas, fingí no verlos y seguí en lo mío. Luego me di cuenta que con el tema que estaba exponiendo y la forma en que yo estaba vestida se estaban excitando ya que poco a poco se fueron formando unos bultos entre sus piernas que trataron de disimular tapándose con sus cuadernos. Ahí fue cuando capte que hubiera sido correcto cambiarme de ropa. Comencé a sentir vergüenza y mis mejillas se tornaron coloradas, después tenia todo el rostro rojo de pena. Javier, el mas atrevido de todos me pregunto: "Maestra, por que se pone tan roja, que le pasa, acaso le apena el contenido de la lección?", nerviosamente le contesté que no era eso, mas no me atreví a decirle la verdad. Los chicos al notarme nerviosa comenzaron a excitarse mas, estuve a punto de pedirles que mejor se retiraran cuando Jaime comentó: "Maestra, no nos atrevíamos, pero queríamos pedirle un favor", no atiné mas que a preguntar que de que se trataba a lo que Javier contestó: "Mire Miss, no nos gustan los libros, preferiríamos conocer mejor las cosas como son", "Si, quisiéramos ver como son los órganos femeninos en la realidad y no por medio de ilustraciones", a punto estaba de reprenderlos y correrlos a todos pero sentí que me faltaba la respiración, les pedí disculpas y me metí rápidamente a la cocina a tomar un poco de agua ya que había quedado bien impresionada con su actitud y sus comentarios. Decidí calmarme y enfrentar las cosas como una mujer adulta, simplemente los reprendería y continuaría con la lección. Entreabrí un poco la puerta para regresar a la sala y quede verdaderamente atónita e hipnotizada al ver que en mi ausencia se habían abierto los cierres y se estaban tocando sus partes mientras comentaban que seguido se pajeaban en sus casas imaginando fantasías conmigo , por fortuna no me vieron y regresé a la cocina atemorizada. Pegue mi oído a la puerta y escuche la voz de Benito que susurraba a sus amigos "Ya hay que guardarnos las pollas y subirnos los cierres, no vaya a venir la Miss y nos vaya a descubrir" a lo que Rogelio contesto "si, si no en que problema nos metemos, aunque ya no me aguantaba las ganas de pajearme un poco, esta buenísima la Miss Caro." No daba crédito a lo que veía y escuchaba, nunca me pasó por la cabeza que a sus cortas edades pudieran ser tan calenturientos. No sé tampoco qué me empezó a ocurrir ya que mi temperatura se incrementó poco a poco, quizás al saberme deseada por cinco hombrecitos que estaban en la sala comencé a excitarme en contra de mi voluntad hasta que no soporte y como acto reflejo me acomodé en una silla y comencé a tocarme bajo la falda y a los dos minutos ya me estaba también tocando los senos, me desconocía a mi misma pues nunca antes me había hecho algo así. Estaba tan concentrada en lo mío que no escuché entrar a dos de los chicos a la cocina sorprendiéndome con las manos en la masa. "Maestra queríamos ver si nos regalaba un poco de agua" dijo el pequeño Jorge antes de quedarse con la boca abierta al descubrirme al igual que su compañero Javier. No supe que hacer ni que responder, rápidamente saque mi mano de mis ropas y fingí demencia, "No se preocupe maestra, la vimos, pero creo que es normal, a nosotros también nos pasa a veces." En eso los chicos faltantes se asomaron a la puerta preguntando que qué sucedía a lo que Javi respondió: "Es que sin querer encontramos a Miss Caro acariciándose". "Por favor no vayan a decir nada de lo que vieron ni a sus papas ni en la escuela" les supliqué. "No se preocupe miss, pero también nosotros quisiéramos que coopere con nosotros" dijo Rogelio "desde que usted llego por primera vez a la escuela notamos que estaba bien buena y todos los días no paramos de platicar en los recesos lo que daríamos por verla desnuda", Jorge agrego "Le prometemos que no diremos nada si nos enseña tantito su cuerpo.", me quede entonces con la boca abierta, estaba metida en un buen embrollo, les pedí regresar a la sala para llegar a otro trato distinto en donde no tuviera que hacer tal cosa. Ya en la sala los chicos insistían en que les mostrara mis partes, nunca había enseñado nada a nadie, ¿ porque hacerlo con unos mocosos ?, sin embargo sabia que si no cedía podía llegar a meterme en un problema peor. Por mi cabeza pasaron muchos pensamientos sobre moralidad que finalmente fueron vencidos por el estado de excitación y morbo que veía en mis pupilos. Sin control de mi, y sin saber lo que hacia accedí. "Esta bien", les dije "pero solo me verán un poco y ya, y no dirán de esto a nadie". Los chicos no creían que se habían salido con la suya. no sé qué pasó conmigo, no era yo, actuaba de una manera anormal en mi, quizás por fin vencida por tantos deseos que antes había reprimido con los hombres. Sentí un morbo placentero al saber que expondría mis encantos ante los chicos, mas sin embargo no iba a permitir que me tocaran. Me puse de pie y sin decir mas me baje nerviosamente un poco las bragas blancas que en ese momento ya tenia algo húmedas, levanté un poco la parte frontal de mi minifalda dejándoles apreciar mi hermoso triangulo poblado de cabello castaño. "Satisfechos?" pregunté "Oooh, maestra que hermoso es, nos dejaría tocarlo para conocerlo mejor?", subiéndome de nuevo las bragas y tapándome con la falda les dije que eso no seria posible, que el trato estaba cumplido. En ese momento reaccioné y me di cuenta de que había hecho algo indebido sin estar en mis cinco sentidos lo que me empezó a causar arrepentimiento y grandes remordimientos. Entonces Javier se dirigió a mi "Maestra, gracias de todos modos por mostrarnos su intimidad, me preguntaba yo si usted conoce un órgano masculino" rápidamente conteste algo molesta "no!, por supuesto que no!, como les dije antes, nunca he estado con un hombre", "Y le gustaría conocer como es uno ?" por dentro esa preguntilla me causo mas morbo del que ya tenia, pero no estaba dispuesta a seguir con ese asunto, por lo que decidí a contestar que no pero para cuando abrí la boca dos de ellos ya se habían sacado el pene. Debía estar horrorizada, pero no fue así, al ver dos penes juntos y por primera ocasión en mi vida, quedé como hechizada. Cuando me di cuenta Jaime que estaba sentado a mi lado había puesto mi mano sobre su sexo erecto que también se había liberado. Mi primera reacción fue retirar la mano pero guiada por una fuerza extraña se lo volví a tomar y lo empuñe para sentirlo. "Le gusta Miss?", "Pues ..., es interesante" contesté y me puse a acariciarlo lentamente. Estaba completamente atonita, tanto que no me di cuenta como el resto de los chicos se despojaban de sus ropas, para cuando levanté la vista estaban ya los otros cuatro parados frente a mi masturbándose sus sexos. "Maestra, queremos aprender a tener relaciones sexuales" dijo uno, "Pero es que yo nunca lo he hecho" contesté", "nosotros tampoco, pero hemos visto muchas películas y ya sabemos mas o menos lo que se hace, si quiere le enseñamos". Desde ese momento las cosas se pusieron mas candentes y sin saber como dejé de usar la cabeza y me deje llevar por mis impulsos. No sé cómo pero todos estábamos en el sofá mas grande, yo estaba sentada aún con mis piernas cruzadas, Javier que estaba tras del sillón acercó su cara a la mía y con mirada tierna me dijo "Maestra Carolina, desde que la conocí he tenido deseos de besarla.", sin decir mas sentí como el pego sus labios con los míos, cerré los ojos y no dije nada, su boca estaba tibia, comenzó a besarme despacio, después introdujo su lengua que trato de enroscar con la mía, los besos se hicieron mas fuertes aun, poco a poco desde atrás del sillón en donde el estaba comenzó a rodearme con sus brazos. Los otros chicos por el lado del frente del mueble no perdían su tiempo, sentí inmediatamente como por encima de mi ropa me estaban acariciando los pechos y las piernas. Era irónico, yo tan recatada estaba entregándome a los juegos de cinco hombrecitos. Deshicieron mi cruce de piernas y mientras seguía con los ojos cerrados recibiendo los besos de Javier pude sentir mas de cuatro manos bajo mi falda robándome los muslos, se sentía increíblemente delicioso. Alcancé a escuchar como Benito le preguntaba a sus compañeros "Le quitamos las botas?", "No hombre" contesto Jaime, "No ves que así se ve mucho mas buena?", "Si, hay que quitarle todo menos las botas y las medias, no se porque pero al verla con ellas me excito mas" opino Rogelio "Lo mismo opino, al verla así se me para mas, se ve mas sexy" dijo Jorge. Al oir la conversación la relacioné con la experiencia que tuve en la universidad por la mañana y algo me llevo a concluir que para ciertos hombres las botas que usamos las mujeres no son un simple calzado como yo siempre pensé, sino son objetos de erotismo. Tiempo mas adelante me puse a investigar y aprendí que eso se llamaba fetichismo. Deshice el beso con Javier al sentir como unas manos intrusas comenzaban a bajar mis bragas blancas, note que era Jaime el que me las estaba tratando de deslizar hacia afuera. Me pidieron que levantara un poco mi trasero para que la maniobra fuera mas fácil. Dos de los chicos levantaron mis piernas tomándome por las botas para que Jaime terminara lo que tenia que hacer. Nuevamente me las soltaron y las mantuve juntas ya que me apenaba no tener nada bajo la falda. "No Miss Caro, ábralas", dijo Jaime tomándome por las rodillas que empujo hacia los lados para separar mis muslos. Ante la mirada curiosa de sus compañeros, el chico se hinco ante mi y nuevamente manoseo todas mis piernas, después de eso se puso a lamerme las rodillas subiendo poco a poco hasta llegar a mis muslos, yo sentía como la calentura me subía, tuve una sensación espectacular al sentir su violenta respiración junto a mi sexo, esa sensación aumento cuando comenzó a succionar a chupetones la cara interna de mis muslos. Nunca había experimentado algo así, su lengua era caliente y tenia una textura que me estremecía al frotarse contra mi. Después de repetir esa maniobra varias veces me abrió mas sosteniéndome las piernas con los brazos y ataco su objetivo final. Su lengua se deslizaba de arriba a abajo en mi conchita para después tratar de entrar en ella. Mis jugos comenzaban a fluir y mi vulva a dilatarse. Los demás muchachos se masturbaban mirando morbosamente la escena hasta que exigieron también su turno. No se cuánto duró eso, me acostaron en el sofá y uno tras otro me aplicaron el mismo tratamiento, ahí conocí por vez primera lo que eran los orgasmos, y no es por nada pero los chicos a pesar de su virginidad e inexperiencia parecía que sabían hacer bien las cosas. Es increíble lo que pueden aprender con las películas esas que imagino que ven a escondidas de sus padres. Lo que me hacían era fabuloso, cada vez que a uno le tocaba el turno de comerse mi conchita los otros me besaban en la boca, me lamían y sobaban todo el cuerpo, rato antes me habían ido despojando de mis prendas hasta dejarme solo en botas. Otra cosa maravillosa fue sentir por primera vez los masajes y succiones en los pezones de mis redondos y firmes senos. En cada chapetón se me escapaba un suspiro, por la excitación mis pechos habían crecido a un tamaño mayor al común y estaban bastante duros cosa que al parecer les gustaba a mis invitados que no les dejaban de hacer cosas. Veía como de cuando en cuando alguno metía su sexo erecto entre mis dos protuberancias apretando estas hacia adentro para frotarse con ellas. Cada vez que sentía una lengua tratando de colarse en mi ser sufría una especie de espasmos y me retorcía de placer hundiéndome mas en el sofá mientras gemía. Después de media hora de recibir caricias y lamidas acabe casi acostada en la alfombra mientras recargaba mi cabeza en el sofá, los chicos se apartaron de mi, y se pararon alrededor mío mientras sacudían sus miembros. Yo aún estaba entre nubes después de la tremenda manoseada. Javiercillo se dirigió a mi empuñando su increíble arma candente diciéndome "Maestra, vimos como le gustó sentir nuestras lenguas en su cosita, ahora nos gustaría que nos hiciera algo parecido, no se si usted sabia pero también nosotros podemos sentir rica la boca de una mujer, en especial una tan hermosa como lo es usted." Por un momento dude en hacer lo que me estaban tratando de insinuar, pero seria muy egoísta con ellos si me negaba ya que me habían hecho pasar hasta ese momento experiencias inolvidables, aunque no tanto como las que me esperaban minutos después. "Pero nunca he hecho eso chicos, quizás si me dicen como..." comenté, "Claro Miss, nosotros le enseñamos, lo hemos visto en videos", a punto estuve de decirles picarones por ver ese tipo de cintas siendo tan chicos pero de repente recordé lo que estaba haciendo y preferí callar. "Esta bien" dije yo, "¿que hago?" pregunté, la verdad es que era demasiado inocente como para saber mas allá de lo que decían los textos de la escuela. "Ahora nos sentaremos en el sofá con las piernas abiertas y usted se arrodillara en la alfombra frente a nosotros", sin preguntar mas me levante de la alfombra para permitirles acomodarse en el mueble, como era un sofá muy largo los cinco se pudieron sentar, luego yo me arrodille despacio frente a ellos. "Espere maestra" dijeron, y comenzaron a discutir quien seria el primer afortunado en sentir mi boca. Eran todavía muy inmaduros, me quede perpleja al ver que se rifaron su turno jugando "piedra, papel y tijeras", A pesar de sus niñerías y sus cortas estaturas que me rebasaban muy ligeramente (a excepción de Benito), sus cuerpos ya comenzaban a marcarse por el deporte que practicaban en sus ratos libres, se estaban convirtiendo en hombres, sus miembros eran tan perfectos y grandes a pesar de sus edades que podría jurar que esa parte ya no la tenían como los niños de las ilustraciones del material escolar. Javier me saco de mis pensamientos al exclamar que al el le tocaría primero y me explicó casi a detalle como debía darle placer. Después de escuchar su pequeña cátedra me dispuse a poner en practica sus instrucciones. Los otros chicos se masturbaban mientras miraban excitados como rodeaba con mis manos tersas aquel enorme falo acercando mis labios tibios al glande, sinceramente dudaba en hacer aquello, me daba algo de asco al principio, por lo que dudé en seguir hasta que oí como el chico me apresuraba ansiosamente, "ande Miss, ya no aguanto !" dijo el muchacho. Respire profundo y me acerque mas, luego con la punta de mi lengua le di unos rápidos piquetitos como el me había indicado, la sensación le hizo saltar lanzando un fuerte suspiro. Rodee lentamente con mi lengua toda la punta haciendo que el chico se estremeciera y emitiera un gran gemido. "siga Miss, siga por favor" suplicaba, entonces comencé a darle leves y lentas chupaditas, Javier cerro los ojos y apretó los dientes. Poco a poco aumente la velocidad de mis movimientos y siguiendo las indicaciones que los otros muchachos me iban dando deje que ese falo se deslizara aun mas adentro de mi boca hasta que después de unos segundos llego a mi garganta. Tres de los chicos tenían su sexualidad de un tamaño que consideraba grande para su edad aunque dentro de lo normal. Sin embargo Javier que era el mayor tenia el miembro de mayores dimensiones. Calcule que fácilmente sobrepasaba los 17 cms, y tenia un grosor que me dificultaba metérmelo en la boca, de hecho me quedaba un trozo siempre por fuera. Era como dicen por ahí, un superdotado para los años que tenía. En cuanto a Benito aun tenia cuerpo y miembro de niño Intensifique mis succiones mas y mas combinándolas con lengüetazos a lo largo de aquel largo tronco, mirando como al chico se le salía casi el alma. El me tomo por la nuca y comenzó a moverme la cabeza al ritmo que quiso hasta que minutos después ocurrió algo que al menos para entonces no esperaba, tuvo una gran eyaculacion que lleno de semen mi boca a tal punto que mucho me escurrió fuera de ella. Era algo nuevo para mi, sabia raro, como salado, estaba tan confundida que no sabia si escupirlo y sentir asco o pasármelo. "Tráguelo Miss, vera que rico, no le hará daño", confiando en lo que me decían atiné a engullirlo para después limpiarme la boca con una servilleta. Observé cómo el miembro del adolescente estaba todo embarrado con el semen que le había chorreado y me propuse limpiarlo con un poco de papel a lo que el solicitó que por favor se lo limpiara con mi lengua. Dócilmente obedecí, ya le había tomado gusto a eso de ser su esclava y dejarme llevar por sus deseos e intenciones cosa que extrañamente me excitaba muchísimo. Ahí no terminó la cosa, los otros cuatro miembros desfilaron por turnos entre mis labios dándoles un tratamiento mas o menos similar que el de su compañero con la diferencia de que no acepté nuevas eyaculaciones, al menos no en mi boca, pues aunque esa experiencia no me desagrado del todo me dejó un poco asustada. Sin embargo a lo que le perdí el asco y le tome gusto fue a hacerles sexo oral. Nos tardamos como 20 minutos jugando con la lengua, me enseñaron cosas como una posición a la que le llaman el 69 y también me llegaron a lamer mientras yo hacia lo mismo con alguno de sus compañeros, así seguimos hasta que ellos indicaron que era hora de lo mejor. No pregunte pero obviamente sabia lo que seguía, reflexioné y pensé que corría el riesgo de quedar embarazada pues no estábamos tomando precaución alguna por lo que comente: "Chicos, creo que hemos hecho suficiente, además puedo quedar encinta, creo que seria buena idea dejar las cosas así". Al decir esto pensé que les sonaría lógico y aceptable por lo que saldría librada de ser desvirgada. Para mi sorpresa Benito insistió "No Miss, no estamos satisfechos, yo tengo muchas ganas de metérsela" comento con la sinceridad de un adolescente, "No habrá problema Miss" continuo Javier, siempre cargo con unas pastillas anticonceptivas y condones que le tome a mi hermana por si un día se me llegaran a ofrecer. Al oír eso los demás muchachos insistieron mas y no se como pero cuando me di cuenta ya me habían hecho tomarme una píldora y nuevamente estaba recostada en el sofá con la hormona alborotada, desde atrás del sofa Jaime estirando un brazo me tomo de una de las botas levantando una de mis piernas y con su otra mano comenzó a sobarme frenéticamente los muslos metiendo de vez en cuando los dedos en mi área chica. Mientras eso sucedía los otros chicos estaban de pie frente al sofá comiéndome con sus miradas a la vez que se sacudían sus falos preparándolos para algo nuevo tanto para ellos como para mi. De nueva cuenta comenzaron a discutir quien seria el afortunado que me desfloraría, a lo que yo comente que seria preferible comenzar con el que tuviera el miembro mas chico para que no me fueran a lastimar. Aunque no quedaron muy satisfechos con mi petición aceptaron a regañadientes. "Entonces primero Benito" dijo Rogelio, "Que suerte tienen los que no se bañan" agrego "Javier quien por lógica seria el ultimo. Benito feliz y con una cara de morboso se acerco a mi, como comente con anterioridad era el mas pequeño de ellos. Mi moral pensaba que eso no podía estar sucediendo, pero mis deseos eran mas fuertes y me traicionaban. "Miss, túmbese en la alfombra boca arriba" me pidió con su voz aun de niño. Me levante del sillón, el estaba frente a mi, el era el único que tenia una estura menor a la mía, aproximadamente unos 2 cms menos. Los demás quitaron la mesa de centro para hacer espacio, después de hacer eso el lugar quedo bastante amplio para llevar a cabo sus propósitos. Me disponía a acostarme cuando Jorge dijo "esperen, que les parece si esposamos a la Miss como en la película que vimos el viernes pasado en casa del Pepe?". "Si, si !!!, pero de donde sacamos unas esposas?" le preguntaron, "yo traje un par pensando en eso, están en mi mochila" contesto "voy por ellas". No atinaba a entender que querían hacer por lo que pregunte cuales eran sus intenciones a lo que respondieron "Nada malo Miss, solo se las ponemos tantito para que no use las manos y al ratito se las quitamos.". Confié en ellos y deje que me las pusieran apresando mis muñecas tras mi espalda, después de oír el "click" me fui arrodillando lentamente con el fin de acostarme, al fin lo hice en el centro de la sala mirando hacia el techo con las rodillas dobladas y los muslos juntos. Los chicos se sentaron en circulo alrededor mío, desde mi posición podía ver que tenían mucho mas paradas sus armas de batalla que no dejaban de tocar mientras se iban acercando mas y mas a mi cuerpo. Javier me tomo por un tobillo, Jaime hizo lo mismo con el otro, me besaron y lamieron las botas y finalmente separaron mis piernas levantándolas en el aire. Rogelio y Jorge me tomaron con una mano por los hombros y con la otra jugaban con mis pechos. "Anda Beni, que no tenemos tu tiempo!!", Benito algo nervioso al igual que yo, se arrodilló entre mis piernas, tomo su pene de unos 9 cms que no era tan grueso como el de sus amigos y lo guió hacia mi recinto. Lo tenía a punto de reventar y de un tono colorado, por el orificio del glande le escurrió un poco de lubricante que aprovechó para untármelo embarrando la cabeza vigorosamente de arriba a abajo en mi cerrado recinto. Los labios vaginales se me comenzaron a hinchar y cada vez que me rozaba el clítoris sentía de nuevo espasmos dándome ganas de tocarme, cosa que las esposas me impedían hacer por lo que no me quedaba mas que retorcerme mientras gemía cerrando los ojos. "Anda Tío, ya esta bien de lubricante" le apuraban. Benito sudoroso comenzó a empujar su cabeza en mi, pero por lo visto no lograba entrar ni un centímetro, sabia que por ser mi primera ocasión seria difícil que me penetraran. El chico intento una y otra vez pero solo lograba hacerme presión causándome algo de dolor por los picones. "Ejele, Benito no puede !!" decían sus compañeros a tono de burla. El chico molesto comenzó a empujar cada vez mas fuerte, esta vez mis labios comenzaron a ceder y entró la mitad de su cabecita la cual resbaló de nuevo hacia afuera en cuanto dejo de hacer presión. "ya quiere entrar, ya quiere entrar" decía mientras yo gemía en cada intento, parte por dolor y parte por placer a causa del frotamiento. "Ándale, a la maestra le esta gustando, enséñale que puedes más" dijo Javier por lo cual le lancé una mirada de reproche. El muchacho volvió a intentar, esta vez logro con demasiado esfuerzo meter el glande completamente pero de ahí no pasaba, sentí un dolor agudo por lo que comencé a rogar a gritos que lo hiciera mas despacio ya que me lastimaba mucho, parecía que mi sufrimiento lo alborotaba mas pues entre mas rogaba clemencia el doblaba sus esfuerzos hasta que comenzó a exclamar victorioso "Esta entrando, esta entrando !!!, ahora si !!!, muchachos esta entrando !!!", la pequeña barra de carne caliente se deslizaba muy lenta pero firmemente abriendo mi hueco causándome contracciones y dolor, parecía que ahora ya nada lo detendría, según iba avanzando yo gritaba mas y mas. Rogelio se inclino hasta mi cabeza y comenzo a besarme como loco en la boca para sofocar mis lamentos. Por fin Beni logro su objetivo, la tenía toda dentro de mi, se quedo quieto por unos momentos exclamando gozosamente "Miss Caro, que rico se siente !, está bien apretado y calientito, yo con la boca y las manos ocupadas no pude contestar. Beni lanzo un gran suspiro y dijo "ahora comienza lo bueno!", sentí como su miembro comenzaba ahora a resbalar hacia afuera, nuevamente me vino el dolor pero el frotado me comenzaba a causar un placer increíble. Poco a poco salió hasta quedar en el interior sólo la cabeza, inmediatamente me volvió a penetrar despacio, su operación se repitió una y otra vez aumentando la velocidad. El dolor aunque persistía fue haciéndose mas tolerable y mi placer fue aumentando. Hasta ese momento reflexione en que ya no era virgen, y que ya nada volvería a ser igual. Los movimientos se convirtieron en furiosas embestidas que me obligaron a deshacer el beso con Javier para poder gritar. Con mis grandes gemidos y lamentos el ambiente se prendía mas y mas, afortunadamente las casas de los lados no estaban habitadas aun por lo que no creo que alguien hubiera escuchado algo. Benito siguió con su faena durante unos 6 o 7 minutos hasta que comenzó a gritar "Me corro, me corro, me corrooooo !!!", vi como apretó los dientes y volteó la cabeza hacia arriba cerrando los ojos. Internamente sentí un chorro de liquido caliente que me inundaba a presión. "Sigo yo, sigo yo !!! gritaba Rogelio, Beni saco entonces lentamente su órgano que escurría aquel liquido blanco lechoso mezclado con un poquito de sangre, quizás proveniente de la rotura de mi himen, vi como lentamente se le iba poniendo flácido hasta convertirse en una cosita que para nada asemejaba lo que había visto rato antes. Beni quedo tan satisfecho que se dejo caer acostado por un lado respirando profundamente mientras esbozaba una sonrisa placentera en sus labios, de hecho al poco tiempo se quedo medio dormido. Aunque sentí mucho placer con mi primer amante no logre llegar al climax, esperaba que alguno de los otros chicos me satisficieran. Rogelio estuvo listo, les pidió a sus compañeros que me soltaran los tobillos ya que el seria quien me los agarraría para controlar mi apertura a su gusto. También le costó un poco de trabajo al inicio pero no tanto ya que le habían ahorrado parte del trabajo. Me penetró a los pocos intentos, pensé que me dolería menos después de la follada anterior pero no fue así, su miembro era tres o cuatro cms mas largo y mucho mas grueso que el de Beni. Supo controlar mejor sus movimientos y su respiración logrando mantenerse en mi mas tiempo aun. Yo gemía mientras los demás me manoseaban, Rogelio me seguía penetrando y al mismo tiempo jugaba con mis piernas abriéndomelas y cerrándomelas, levantándomelas y bajándomelas empuñándome los tobillos fuertemente. En una de esas al cerrar mis ojos para gritar sentí como un miembro voluminoso se introducía en mi boca, era el de Javier, "Disculpe Miss, pero a mi me toca hasta el ultimo y mientras debo aguantarme con algo", "Mmhhh, mmmh" es lo único que pude contestar. Este sexo oral fue diferente, en vez de moverme yo, Javier se movía como si follara en mi boca. Así seguimos por diez minutos hasta que Rogelio sintió su corrida, para mi fue mas placentera que la de Beni. Esta vez si alcance un orgasmo, casi al mismo tiempo que el. Pensé que Javier se iba a correr en mi boca pero retiro su polla y dijo que quería reservarse para cuando llegara su momento. Estaba ya bastante adolorida, les pedí un descanso, me quitaron las esposas y reposamos alrededor de 20 minutos. En el receso comentamos lo bien que la estábamos pasando y reíamos mientras me contaban chistes colorados que en otra situación me hubieran intimidado. Aproveche para ir al baño a limpiarme el semen que me habían dejado. Cuando regrese vi a Benito ya repuesto. Una vez relajados y yo con un poco menos de dolor, decidimos continuar. El turno seria ahora de Jorge, como mencione antes, estaban siguiendo sus turnos basándose en el tamaño de sus pollas. "Miss, a mi me gustaría hacérselo en otra posición" dijo mientras se sentaba en uno de los sillones. Tomo firmemente su lustrosa y erecta lanza de placer de unos 14 cms apuntándola hacia arriba. Javier me tomo por un brazo y me dirigió hacia donde su compañero esperaba impaciente, luego me coloco de pie ante el dándole la espalda con lo que Jorge aprovechó para masajearme las caderas y mis glúteos grandes y paraditos. "Ahora apoye sus manos en los brazos del sillón y comience a sentarse Miss", traté de obedecer y me intenté sentar agachándome hacia atrás, Jorgillo me rodeo con un brazo la cadera y mi abdomen plano jalándome gradualmente hacia él. Llegó el momento en que sentí su cabeza caliente rozando mi vulva, me detuve un poco mientras sentía que acomodaba el miembro de manera correcta. "Baje Miss", me agaché un poquito mas y sentí la presión del órgano en mí. La punta del glande intentaba entrar, Jorge me abrazo con ambos brazos y jalo mas, sentí con dolor como mi propio peso hacia resbalar aquel instrumento de amor en mi interior hasta que lo tuve todo adentro. Siguiendo sus indicaciones me puse a subir y a bajar lentamente apoyándome con los brazos en el sillón y las puntas de mis botas en el suelo. El amante en turno hizo lo propio moviendo también de arriba a abajo sus caderas. Nuestros ritmos aumentaron hasta que golpeábamos nuestros cuerpos con frenesí uno contra el otro. De cuando en cuando me pedía que me detuviera y me meneara en forma circular. La posición fue aprovechada por el chico para sobarme pechos y muslos llegando incluso a introducirme un dedo mientras continuaba con su penetración. Mientras tanto Jaime que estaba a un lado del sillón pasaba mi larga cabellera entre sus dedos y me daba tiernos besos y lamidas en las orejas y el cuello. Tanto placer no me permitía ni hablar ni opinar y al parecer a Jorge tampoco pues nos limitábamos a gemir, gritar y suspirar. Inevitablemente mi alumno llego a su climax al igual que yo. Una vez recuperado el aliento observe que Jaime se estaba acostando boca arriba sobre la alfombra. "Sigo yo Miss, me encantaría algo parecido a lo que hizo ahorita con Jorge, pero aquí en la alfombra conmigo acostado.", suspire con una sonrisa, cansada como estaba me levante despacio del sillón sintiendo como salía de mi interior el miembro ya no tan rígido de Jorge, luego lentamente camine hasta quedar parada prácticamente sobre Jaime. Estaba de pie sobre su cuerpo con un pie a cada lado de sus caderas, a cierta distancia debajo de mi, su sexo vibraba en espera de grandes sensaciones, se veía brilloso debido a que se había untado vaselina que había hallado en una ida al baño. "Que despampanante se ve desde aquí abajo Miss" me dijo picaronamente a lo que le tímidamente agradecí con una sonrisa. Segundos después me comencé a sentar a horcajadas sobre el insertándomelo. Me costó más trabajo que con Jorge pues su pene era mucho mayor y más grueso, lo que hizo que mis avances fueran graduales y pausados a causa del dolor. Costo algún esfuerzo pero lo logre. Esta vez sentía algo distinto, ese miembro parecía llenarme en exceso las paredes de mi cavidad además de llegarme hasta el fondo. Por lo mismo me fue mas difícil aplicarle el mismo tratamiento que a Jorge. Gozamos como locos, después de 20 minutos el chico aun no me soltaba, y mientras nos entregábamos a aquel juego el me sobaba los pechos y mis piernas que quedaban a los lados de su tronco. Tanta follada me estaba irritando el interior de mi vagina por lo que ya deseaba terminar asi que le pedí que se apurara pues aun quedaba Javier en espera. "no se preocupe miss Caro", me dijo Jaime, Javier y yo acordamos hacer algo", "Que cosa?" pregunte. "Acérquese para decírselo al oído, es secretito", siguiendo sentada sobre el incline mi tronco sobre su pecho hasta tener nuestras cabezas juntas "Cual es ese secreto" le pregunte en voz baja, "Una penetración doble " me susurro. Al escuchar aquello abri los ojos impresionadísima pero al tratar de reaccionar para levantarme Jaime me abrazo fuertemente contra el y comenzó a besarme frenéticamente sin dejarme replicar. Abrí aun mas los ojos al sentir como en mi región anal un dedo me untaba algo. Gracias a una pared con espejo que había cerca pude ver como Javier se llevaba los dedos a la lengua y después de manera delicada me untaba saliva. Mientras Jaime me seguía follando y besando, yo trataba de safarme, agitándome y gimiendo pero no lo conseguía ya que el chico era mas fuerte que yo. Vi espantada como Javier se untaba su monstruoso miembro con vaselina para después untarme una poca en mi estrecho agujerito. No concebía que ese lugar pudiera ser penetrado y temía que me fueran a lastimar. Pude liberar mi boca del beso de Jaime y le grite a Javier "Ni se te ocurra hacer eso, por lo que mas quieras !!!", "No le pasara nada malo Maestra, al contrario", estaba a punto de insistir en que me soltaran cuando sentí un dedo intruso entrar un poco. La sensación me dejo paralizada, "ya ve miss?, está rico" replicó mi pequeño violador." En eso comenzó a meter y sacar su dedo untado de lubricante lo que ocasionó que se me saliera un gritillo de placer. Era demasiado lo que ya estaba sintiendo, y ahora no era un solo dedo, sino dos o quizás tres. Lo que siguió fue un tormento, sentí como la cabezota del pene de Javier trataba de entrar desesperadamente en mi parte trasera, mi ano al sentir los empujones se contraía deslizándolo de vuelta hacia afuera. Fueron mas de veinte intentos, hasta que sentí como la presión me comenzaba a abrir causándome un dolor mayor que el vaginal pero al mismo tiempo una sensación placentera indescriptible. Sin poder evitarlo comencé a gritar al ir avanzando el deslizamiento de ese gordo y largo órgano en mi. Los chicos que no participaban en la penetración echaban porras a sus compañeros mientras se masturbaban atónitos ante el espectáculo que tenían frente sus ojos. Después de un buen rato de gritos y sudor Javier se detuvo, había introducido la mitad y sabia que seria peligroso intentar mas por lo que comenzó a sacar despacio lo que ya había metido. El saca y mete se repitió una y otra vez despacio hasta que la lubricación le permitió hacerlo mas rápido. Sentía que me desmayaba al sentir entrar y salir de mi interior esas dos grandes pollas. "Terminemos con broche de oro, unanse!" grito Jaime a los demás. Vi como Rogelio se hinco frente a mi cabeza y me restregó su gran cosa en la cara para finalmente introducirla en mi boca. Benito y Jorge que ya no tenían por donde ingresar en mi, se sentaron a cada lado mío para jugar con mis senos. Mas tarde se hicieron a un lado para permitir que mis penetradores sin salirse hicieran maniobras para cambiarme de posición poniéndome primero de lado y finalmente boca arriba quedando ahora Jaime arriba de mi y Javier por debajo. Como Rogelio saco en aquel reacomodo su pene de mi boca pude seguir gritando pero ahora no era por dolor, sino por el placer mas intenso que he sentido en toda mi vida. Mis gritos no tardaron en ser ahogados nuevamente con el miembro de Rogelio. Los embates de los tres chicos aumentaron a un nivel frenético hasta que los cuatro llegamos al máximo placer. Por su parte Benito y Jorge también se habían chorreado sobre mi por la excitación. Después de exhalar fuertes suspiros todos nos quedamos como dormidos por lo exhaustos que estábamos. Dentro de mi sentí como los chicos volvían a su flacidez. Mas tarde deshicimos los abrazos y nos apartamos. Mi cuerpo estaba lleno de sudor y semen que traviesamente me untaron para darme una ultima manoseada. Les permití usar el baño para asearse quedando tirada y completamente sola en la alfombra. Ahí trate de usar la lógica para tratar de entender todo lo que había pasado, pero que importaba, estaba super satisfecha después de experimentar aquella orgía no planeada. Ni mis amigas mas atrevidas habían experimentado algo así. Claro que nunca lo supieron, de hecho nadie lo supo hasta ahora. Pacte con los chicos que lo sucedido seria nuestro secreto, ellos aceptaron y me agradecieron el haberles permitido cumplir en mi sus fantasías. Días después usando pretextos falsos renuncie a mi puesto en la escuela pues no creí correcto seguir conviviendo con los chicos que me iniciaron y por el temor de que algo nuevo fuera a suceder. Aunque mi experiencia fue fantástica no volví a dejar que un hombre me tocara hasta que contrajera matrimonio pues no querría descarriarme mas. Durante mucho tiempo cuando estaba a solas recordaba aquellas vivencias con los chicos y de hecho aun las sigo recordando causándome mucha excitación. Mas adelante pude comprar una PC y aprendí a calmar mis ímpetu valiéndome del cibersexo y el anonimato en la red. Hoy en día estoy felizmente casada, en un principio había decidido no contarle nada a mi marido, pero con la confianza que el me brinda y nuestra gran relación se lo he terminado confesando. Para mi sorpresa no me lo ha reprochado nunca, en vez de eso me pide cada cierto tiempo que le cuente de nuevo detalles de mi aventura con lo que se pone como loco, me atavía con botas y aunque no puede hacer el trabajo de cinco me brinda un gran placer que lo compensa. Pensé que seria excitante compartir el relato que están terminando de leer y por eso es que lo he publicado en internet. Mi esposo también me confesó algunas de sus vivencias de soltero y varias de sus fantasías actuales, dice que se calienta muchísimo cuando imagina que me observa mientras soy poseída por uno o más desconocidos. Me ha invitado a hacer su fantasía realidad, pero no me he decidido, si lo llego a hacer eso será ... otra historia.