La iniciación (2)
Sigue la iniciacion de mi querida sumisa.
La atmósfera del gran salón esta cargada de humo que se mezcla con el olor a incienso, las paredes, pintadas de color vino oscuro haciendo juego con unos grandes cortinajes que esconden las puertas a otras dependencias hacen que el ambiente sea pesado, oscuro, denso.. unos grandes sillones de piel de distintos tipos se esparcen por el salón y gruesas alfombras de colores ocres inundan el suelo de la habitación, repartidos por ella nos encontramos todos los invitados a esta presentación, algunos apoyados en el marco de la gran chimenea que como inmóvil anfitriona preside la estancia, entre nosotros varias sumisas se encargan de llenar las copas y atender a los presentes, mujeres de todo tipo, todas como única vestimenta un collar y unos tacones de aguja, todas con la cabeza tapada, todas con un esculpo en la boca para mantenerla abierta por si alguno quiere vaciarse en ella, todas dispuestas, todas maravillosas.
De un lateral apareces flanqueada por dos bellas ninfas vestidas como las otras, la capucha es un símbolo de que solo el cuerpo y no la mente interesa de esas mujeres, de esos objetos, no hay mas derechos que el que el propio amo da, no hay mas libertad que la que el propio dueño otorga.
Te llevan hasta el centro de la sala, delante de la chimenea, y sin hacer ruido desaparecen todas, te quedas sola ante nosotros, una gran túnica tapa tu cuerpo desde la cabeza a los pies, permaneces inmóvil, sabes que no debes moverte, lentamente me acerco a ti, y soltando el nudo que ata tu capa la dejo caer a tus pies dejándote totalmente desnuda, tu cuerpo brilla ante las llamas, todos los ojos recorren tus curvas, tu piel...
Acercándome a tu oído te digo que a partir de ahora eres de todos, así que espero que te comportes como debes hacerlo, tras esto te cojo de un brazo girándote hasta ponerte frente a la mirada de los presentes, me voy hasta un sillón y cogiendo mi copa de coñac me siento a ver a mi posesión.
El mas mayor de ellos se acerca a ti y levanta tu cara mirándote a los ojos, te hace las preguntas de rigor, a las que poco a poco vas contestando afirmativamente.
como te llamas?
estas aqui por tu voluntad?
eres consciente del paso que vas a iniciar?
estas dispuesta a ello?
deseas hacer publica tu entrega?
deseas abandonar tu vida anterior para entregarte a esta?
Tras tus respuestas, gira alrededor tuyo y tras separarse de ti unos pasos te ordena que te pongas en posición de revista, tus brazos se abrazan por la espalda mientras tus piernas se abren, tu cuerpo esta mostrado.
Lentamente comienza a revisar tu cuerpo, de igual manera que se pasaría revista a un animal antes de comprarlo, haciéndote abrir la boca y metiendo los dedos dentro, sopesando tus pechos y haciéndolos golpear sobre su palma de la mano, estirando los pezones para comprobar cuanto tardan en endurecerse, deslizando los dedos por tu piel para sentir su tacto, separando tus labios hasta mostrar tu clítoris y estimularlo para ver su reacción, penetrándote para notar tu humedad, hundiendo sus dedos en tu culo para sentir su presión,...la revisión es larga y meticulosa, una vez terminada se acerca al resto de la sala y da sus conclusiones, todos preguntan y discuten una cosa u otra, igual que harían en un mercado de ganado, valorando el valor de la mercancía.
Tras terminar de deliberar me miran y me dan la enhorabuena, la hembra es perfecta, ahora es el momento de usarla.
Tras pedirme permiso, comienza el ritual.
Hacen tocar una campanilla y dos mujeres entran y se colocan cada una a un lado tuyo, a una orden colocan grilletes en tus muñecas y en tus tobillos, tras eso, recogen una cuerda de la pared y atan las argollas de tus grilletes a ellas y lentamente van estirando la cuerda, tu cuerpo comienza a subir hasta quedar totalmente estirado con las manos por encima de la cabeza, repiten lo mismo en los tobillos, cuando terminan tu cuerpo esta en cruz totalmente expuesto.
Uno de los presentes se acerca y te tapa los ojos, coge un gato de ocho puntas y comienza lentamente a azotar tu cuerpo, de manera esporádica, sin orden, noto como tu cuerpo espera cada azote, y siento como cada azote te sorprende, el cuero va dejándote ligeras marcas rojas que contrastan con la blancura de tu piel, la intensidad de los latigazos aumenta al mismo tiempo que las marcas se hacen mas visibles, ligeros gritos salen de tu boca, pero tu inmovilidad hace que no puedas esquivar ninguno de ellos, tras dar la vuelta y ponerse a tu espalda reanuda el castigo, tu espalda es marcada por el cuero que muerde sin compasión tu cuerpo, las cintas de piel se envuelven en tus muslos como si de un pulpo se tratara dejando las huellas de su pasión en ellos, latigazo a latigazo tu cuerpo se vuelve de un rosa pálido con ligeros destellos de rojo fuego.
Al final se retira lentamente, dejándote descansar, tu pecho sube y baja al ritmo de tu respiración agitada, tras dejar el látigo, acerca un hielo a tu piel, que al rozar tus marcas hace que liberes un grito, pero eso no es motivo suficiente para evitar que lentamente ese contacto frió recorra tu piel, quemándote, haciéndote sentir sensaciones contradictorias, pero pronto acaba, el silencio solo roto por el crepitar de las llamas de la chimenea es absoluto.
unas manos rugosas acarician tus pechos frotándolos, retorciéndolos ,amasándolos, preparándolos para clavar en tus pezones unas pinzas con unos ligeros pesos en los extremos, estos al balancearse hacen que tus pezones se estiren, el dolor hace que tus gemidos sean mas intensos, con lo que para evitar males mayores colocan una mordaza con una bola en tu boca, una vez taponada, unas cuerdas de suave algodón se envuelven en tu cuerpo, empezando por el cuello, para bajar por tu escote y anudarse por debajo de tus pechos, los cabos resultantes se van hacia tu espalda donde vuelven a anudarse para volver a tu pecho donde se envuelven en tus tetas con un par de vueltas haciendo que estas queden prietas y salidas hacia afuera, después de hacer un nudo, los cabos suben de nuevo hacia tu cuello que lo rodean y vuelven a presentarse en tu pecho que sobrepasan en dirección a tu sexo que lo atraviesan, pasando las dos gruesas cuerdas entre tus labios, lo parten en dos y suben de nuevo por tu espada para terminar anudándose en el nudo anterior.
Estas atada completamente
Tus pechos prisioneros de la cuerda comienzan a cambiar de color, es ese el momento en el cual colocan unas pinzas que pellizcan tu piel al rededor de tus pezones los cueles están duros y estirados por los pesos.
De una mesa cogen un pequeño vibrador y tras sujetarlo encima de tu clítoris ponen en marcha el aparato, la vibración brutal de este hace que tu cuerpo vibre a cada acometida.
los minutos discurren, y yo desde mi sillón noto como tu sufrimiento, me llega hasta mi, siento tu dolor, al mismo tiempo que tu excitación y placer, pero no dices nada, no das ninguna señal para que esto pare, y esto no a echo nada mas que empezar, me siento orgulloso de ti.
Te dejan tranquila en esa posición, con tu cuerpo envuelto, tu clítoris castigado, tu vida entregada.
Espero vuestros comentarios saludos a todos y gracias de antemano.