La infame vida de una recien casada (Cap 4)
La recien casada sigue entregandose para satisfacer a su lujurioso esposo, soportando el gran dolor que le produce ser sodomizada brutalmente.
CAPITULO 4.- Su ano es destrozado por el Maestro
Anna despertó al sentir caricias sobre su cuerpo… Lo notaba caliente como si fuera fuego, pero cosa extraña, no le dolía… Con los ojos aún cerrados, sentía que era palpada por muchas manos y sus pezones succionados.
Alguien cogió su mano y la llevo hasta un pene endurecido por la excitación… Al acariciarlo, asustada levantó la cabeza y abrió los ojos… Ante ella, a poca distancia, se encontraba el monstruoso pollón del maestro Manjani… Y su respuesta fue dar un grito de sorpresa al ver las dimensiones de ese pene… Jamás vio cosa semejante… Era enorme y sobre todo, lo que la dejaba estupefacta era el tamaño del glande… Parecía un pequeño puño… Y se asustó al pensar lo que sin duda le iba a suceder.
- No tengas miedo, querida,… le dijo Margot… - Verás como pronto te dará placer… Masturba al Maestro para ponérsela bien tiesa… Y Anna obediente, lo hizo sin poder apartar los ojos de esa monstruosidad.
Poco después la estiraron en el sofá en que estaba descansando y el Maestro se colocó entre sus piernas abiertas… Puso su boca en el coño y comenzó a succionarlo… Al mismo tiempo sintió como su marido y Noel, le mamaban fuertemente sus pezones, mientras todos con sus manos palpaban su cuerpo.
Margot se subió al sofá y se colocó sobre el rostro de Anna, descendiendo hasta que su húmedo coño se posó sobre la boca… Anna, dócilmente, pegó su boca al coño de Margot y empezó a lamerle el clítoris y pasar toda la lengua por los labios vaginales… Hizo lo mismo y con la misma pasión que sentía ella que le estaba haciendo el Maestro Manjani en su coño.
Y al poco tiempo, Anna se retorcía con el espasmo de su primer orgasmo violento, como también lo tuvo Margot que se aplastó sobre su boca descargando flujos de placer similares a los que ella momentos antes le descargó, sin vergüenza alguna, en la boca del maestro Manjani, que seguía lentamente trabajándole su coño.
Una vez más relajada, la hicieron que se colocase de rodillas, con las piernas muy abiertas, el culo bien levantado con las nalgas muy separadas, ofreciendo una buena vista de su coño y culo a todos los presentes... Recordaba la paliza que le habían dado hace apenas unas horas y ya no quería que de nuevo le golpeasen por ser vergonzosa… Había aprendido a ofrecerse sin pudor alguno.
Pensando en esto, quedó sorprendida cuando vio como Margot traía el cofre negro que le regaló el maestro Manjani y abriéndolo le mostró los tres cilindros de goma… Le dijo:
- Anna, ¿cuál te gustaría probar ahora?
Un poco embrutecida por el placer que terminaba de recibir y deseando sentir más, Anna le señaló el más delgado, que recordaba a una polla normal… Margot lo cogió y le puso una gota de vaselina y con sus dedos lubrifico todo el cilindro.
Anna giró un poco la cabeza para observa que sucedía detrás de ella y pudo ver a los cuatro inclinados sobre su culo bien abierto… Al poco sintió la cabeza del cilindro buscar el ano, que se encontraba todavía hinchado y tumefacto por el terrible castigo, a base de latigazos, a que fue sometidos hace unas horas, pero se abrió fácilmente y, emitiendo un pequeño gemido, sus carnes se abrieron y el cilindro entró totalmente, ayudado por los dedos de Margot, hasta que desapareció de la vista.
De repente, Anna se extraño cuando Margot, esta vez sin consultarle, retirando el primer cilindro, cogió el segundo cilindro… Era un poco más grueso y con el glande más gordo… Margot hizo la misma operación de lubrificarlo y de nuevo lo situó en la entrada del ano y presionando logró que poco a poco su agujero anal se abríse y el grueso cilindro comenzó a penetrar también en su cuerpo.
- No… No,… grito Anna… No podré metérmelo… Me hace daño… Su cuerpo se tenso bajo la violencia de la penetración y grito, y volvió a gritar, sin poder escapar hasta que finalmente sintió los dedos de Margot, lo que significaba que el cilindro había entrado totalmente dentro de sus intestinos… Ya llevaba dos cilindros metidos en sus intestinos… Ahora, éste le molestaba mucho y sufría por ello.
Humillada y sollozando, hundió la cabeza entre sus manos mientras su culo se retorcía y notaba como el tubo de goma se movía por la experta mano de Margot que le ordenaba hacer fuerza para sacarlo y luego se lo volvía a meter con lentos movimientos… Hasta unas cincuenta veces se lo saco y cincuenta veces se lo hundió.
Y en esa situación se encontraba cuando Noel la cogió de las caderas y la atrajo hacia sí, metiéndole toda su polla dentro del culo… Anna, con desesperación, se cogió de donde pudo intentando abrirse más para evitar que la desgarrase por dentro, pero Noel, con delicadeza, la cabalgó, pero lo hizo cada vez más rápido hasta hacerse desenfrenado y descargar toda el semen que tenía acumulado en sus huevos.
Pierre, viendo esta escena, se calentó y, una vez Noel se desgabalgó, volvió a coger de las caderas a su mujer y se la metió también hasta el fondo… Un largo gemido se escapó de la garganta de Anna.
Ella sabía lo mucho que le gustaba a su esposo darle por el culo y aguantó a pesar del dolor que sentía… Le estaba dando una buena follada por el culo ante Noel, Margot y el Maestro Manjani, que contemplaban el empalamiento… Ella se ofrecía todo lo que podía para darle el mayor placer posible, mientras recibía golpes brutales y bestiales en sus entrañas con la gran polla de su marido, que continuaron hasta escuchar un bramido que le avisaba que Pierre se estaba soltando su esperma dentro del culo.
Luego, Margot, la acarició y besó sus ardientes nalgas, mientras veía resbalar por sus piernas el semen que salía por su culo… Le ordenó hacer presión y al cabo de un tiempo logró sacarle el segundo cilindro… Sin decirle nada, cogió el tercer cilindro del cofre, el más gordo, y presionando con fuerza comenzó a intentar metérselo.
La reacción de Anna, fue querer levantarse, pero todos la retuvieron y la inmovilizaron… Ella grito:
- No… No… Este no… Os lo suplico… Basta… No puedo más… No… No… Estoy rota… No puedo maaas… Me he entregado al máximo y lo habéis visto… Nooo
Sin hacer caso a sus suplicas, el Maestro Manjani cogió el falo artificial, que era más largo y grueso que la gran polla de su marido y mientras Margot separaba con ambas manos sus nalgas, empezó a presionar para metérselo en sus intestinos.
Anna abrió la boca sin poder decir nada… Sus ojos, desorbitados por el terror, reflejaban el intenso dolor al torturarle su ano… Era un sufrimiento terrible… Y todo su cuerpo comenzó a temblar y sus dientes a rechinar… Pero todos sus esfuerzos fueron en vano y al final, con mucho trabajo el enorme pollón de goma había abierto en canal a la joven esposa que se sacudía con espasmos nerviosos.
Y una vez metido hasta el fondo, el Maestro Manjani lentamente se lo fue sacando de sus entrañas hasta casi sacarlo todo… Tras esperar unos segundos lo volvió a hundir de nuevo hasta la misma raíz, quedando prácticamente metido.
- Empuja… Empuja para que salga,… le dijo el Maestro.
Pero Anna estaba tan destrozada que era incapaz de moverse… Y Margot acercó sus labios a la oreja de Anna y le dijo:
- Vamos, cariño!... ¡Empuja!... Empuja para que salga sola… Aprieta y verás como eras capaz de expulsarla.
Anna destrozada, reaccionó e intentó cumplir la orden y presionando su vientre inició la evacuación de la enorme polla que tenía metida.
Ahora el Maestro ya pudo coger con sus dedos la enorme columna que iba saliendo de su culo y le ordenó:
- Empuja Anna… Empuja.
Y la joven casada inició de nuevo hacer presión con los músculos de su vientre y poco a poco el enorme cilindro fue saliendo de su culo… Cuando de nuevo estuvo casi toda la pieza fuera, el Maestro le dijo:
-Ahora relájate, Anna… ¡Relájate!
Anna obedeció y el Maestro aprovecho para meterle de nuevo la totalidad del descomunal cilindro de goma hasta que sus dedos acariciaron el anillo muscular del ano, enculándola de muevo.
- Empuja querida… Vuelve a empujar,… le susurró Margot al oído.
La joven, totalmente embrutecido siguió la orden y su vientre se contrajo obligando al cilindro a volver a la superficie de su abierto culo… Y el Maestro de nuevo se lo metía hasta el fondo pues cada vez le resultaba más fácil hacerlo… Y Anna, cuando lo notaba, sin que le dijesen nada, presionaba el vientre para sacarlo, relajarse y esperar a que se lo metieran de nuevo… Y así estuvieron mucho tiempo.
En cierto momento, Margot captó que Anna estaba a punto de estallar en un brutal orgasmo y avisó al Maestro, que rápidamente cesó en todo lo que estaba haciendo… Era muy importante que Anna no se corriera, si bien había que mantenerla en el mayor grado de excitación… Entonces Margot se arrodillo junto a la desesperada Anna que no comprendía por qué se había parado todo, y le dijo:
- Cielo, el maestro tiene ganas de encularte…¿Quieres recibirlo?
A pesar de la excitación a que había llegado, la idea de ser empalada por esa bestial polla la aterraba en gran manera y respondió:
- Nooo…Nooo… El Maestro, nooo… Me matará… La tiene demasiado grande… No entrará nunca y me destrozará todavía más de lo que ya estoy.
Aterrorizada comenzó a llorar… Margot comenzó a deslizar una mano entre los muslos de la jovencita esposa y acariciar lentamente los hinchado labios vaginales del coño de Anna y palpar su clítoris, al tiempo que volvía a insistir susurrándole al oído:
- Déjate hacer, cariño… Te aseguro que no te hará daño… Ya estas muy abierta… Y verás como te gusta… Verás como disfrutas al sentir esa enorme polla dentro de ti… Será mucho mejor que con los cilindros de goma… Si te hace daño me lo dices y parará… Te lo prometo.
Bajo las expertas caricias de Margot, Anna volvió de nuevo a estar muy caliente y comprendió, desolada, que no la dejarían correrse si no aceptaba la condición de ser penetrada por la enorme polla del Maestro Manjani… Y con voz muy apagado, accedió.
Margot, no pudo reprimir un grito de alegría por su victoria y hundió su lengua en un beso lleno de apasionado deseo sexual.
- Tranquilízate, Anna… el Maestro se acuesta en el sofá y tú serás la que se acostará sobre él y te la meterás hasta el fondo,… le dijo con una voz muy dulce intentando calmar su desesperación.
Mientras se colocaban Anna no podía apartar la vista de semejante monstruoso pollón y se preguntaba si tendría el suficiente valor para metérselo dentro del culo… De pronto escuchó la voz de su marido:
- Vamos, Anna… Entrégate… Hazlo por mi.
Anna trago saliva y valerosamente, con el rostro crispado de dolor, se apoyo sobre el enorme prepucio y la cabeza ovoide resbaló lentamente dentro de sus intestinos… Mientras gritaba desesperadamente, empezó a empujar con todas sus fuerzas dando vigorosos golpes con su culo buscando el acoplamiento final… Pierre, Noel y Margot observaban atentos el sacrificio que estaba haciendo.
Bruscamente Anna comenzó a llorar y dijo:
- No puedo más… No puedo más… Es demasiado gordo para mi.
Margot le separó las nalgas y comprobó el estado de la penetración… Efectivamente no podía ir más adelante… El ano estaba horriblemente deformado y sólo se había podido meter la cabeza pero el resto de la monstruosa polla todavía estaba fuera… Ella intento convencer a Anna para que hiciera más presión para ver hasta donde se la podía meter e incluso presionó sobre sus hombros… El resultado fue que no avanzaba nada… Tenía que actuar de otra forma porque sino, no lo conseguiría.
- Ayudadme, dijo Margot a Pierre y a su hermano Noel… - Levantarle las piernas para que todo el peso de su cuerpo quede sobre la gruesa polla del Maestro.
Ahora si… Ahora Anna notó como el monstruoso pollón se hundía violentamente en el culo y un espantoso y terrible dolor, la hizo perder casi el conocimiento… Un aullido atroz salió de su garganta, al tiempo que su cuerpo se convulsionaba.
Margot hizo una señal a los dos hombres para que siguiesen sujetándole las piernas, mientras ella se subía al sofá, colocaba las manos sobre los hombros de Anna y presionaba con todas sus fuerzas hacia abajo.
Y la respuesta fue que toda la tremenda tranca del Maestro se hundió hasta la raíz, cortando de golpe la respiración de la desgraciada enculada… Los labios de su coño quedaron en contacto directo con los cojones del Maestro y su vientre se había deformado y la forma del pollón del Maestro se veía perfectamente a través de la pared de la piel de su vientre.
Me habéis roto el culo,… dijo Anna mientras lloraba amargamente… Me habéis destrozado por dentro… No puedo más… Dejadme ya.
Ya está, mi vida… Ya está… La tienes toda dentro de tu pequeño culo,… le decía Pierre mientras continuaba inmovilizándola… - Esto era necesario para abrirte completamente… Ya verás como a partir de ahora todo irá bien porque tus esfínteres se habrán roto con toda probabilidad… Ahora estás completamente abierta y para siempre.
Anna apoyó la cabeza sobre el hombro de Pierre y le dijo lastimeramente:
- Te lo ruego Pierre… Me duele mucho… Déjame que me levante… E intentaba agarrarse a los brazos de su esposo intentando escapar de la tortura que estaba sufriendo… Pero estaba muy cansada y no tenía fuerzas para ello y máxime en la posición en la que estaba y poco a poco se desmayó.
Con cuidado, la levantaron y la desclavaron del enorme pollón del Maestro, que se mantenía erguido… Anna volvió en sí quejándose del dolor que persistía en su interior pero poco pudo hacer cuando vio que el Maestro la ponía de espaldas y de nuevo sintió la cabeza de su gran pollón queriendo entrar en su culo… Y empujando con fuerzas, lo consiguió… Todos vieron como Anna tenso su cuerpo al máximo, gritando con desesperación pero ya estaba totalmente penetrada.
El Maestro Manjari se quedó parado unos instantes para comprobar que su penetración había sido lo más profunda posible por lo cual quedaba hundida más de 30 cm en el culo de Anna, que destrozada de dolor se dejaba hacer y de moverse, comprendiendo que todo era inútil y que sus esfuerzos por oponerse sólo contribuirían a generarle más dolor.
Pasados dos minutos y cuando el Maestro Manjani se dio cuenta que Anna ya no le ofrecía ninguna resistencia, empezó a moverse metiendo y sacando su tremenda polla… Cada vez que llegaba al fondo, Anna sentía el golpe seco del glande en la profundidad de sus intestinos y esto le arrancaba nauseas, como si el pollón fuera a salirle por la boca.
Primero lentamente el Maestro Manjani continuo enculándola… Anna había dejado de gritar y llorar aunque de vez en cuando emitía gemidos sordos, permaneciendo quieta para así mitigar los dolores que estaba sufriendo… Levantó la cabeza buscando a Pierre… Su bonito rostro, ahora sudoroso, con el rímel corrido y unas grandes ojeras, le daban un aspecto lastimoso… Pierre se acercó, le cogió de la mano y le dio un beso como recompensa por el sacrificio que estaba soportando y que él le estaba obligando hacer.
Ahora el Maestro Manjani la enculaba con golpes rápidos, bruscos y brutales, machacándole con dureza los intestinos… Ella tenía la impresión que estaba siendo destrozada bajo los golpes de la gruesa tranca que entraba y salía cada vez a más velocidad… Notaba que los movimientos eran lentos cuando la desenculaba pero rápidos y violentos cuando la penetraba… Y todo esto con Margot sujetándola para que no se moviera.
De pronto sintió como si el pollón del Maestro se hinchara… Luego, un golpe muy violento… Y después un chorro caliente y potente proyectado en lo más profundo de su barriga… El Maestro se ha corrido… Un alivio, pensó, porque esto es el final de mi tormento,
Pero durante unos minutos tuvo que soportar descargas de semen y penetraciones profundas, lo que al final le produjo el mayor orgasmo de toda su corta vida de entrega sexual.
Al final, el Maestro sacó su polla del culo de Anna y ésta, rota y terriblemente cansada quedo sin poderse mover… Pierre la tomó en brazos y ella le pasó los suyos alrededor del cuello y le dijo:
- El culo me duele muchísimo… Creo que me ha roto algo, posiblemente los esfínteres anales pero soy feliz por haberte complacido... ¿Tú querías que el Maestro me diera por el culo, verdad?
Pierre la apretó contra si y le respondió:
- Si, mi amor… Quería que el Maestro te diera por el culo… Así estarás accesible a todo lo que desee de ti para complacerme.
Margot se acercó a ellos y le dijo a Anna:
- Voy a prepararte un baño para que te relajes, después Pierre te subirá un calmante y un somnífero para que puedas dormir toda la noche… Por tu marido no te preocupes porque quiero que disfrute conmigo y me reviente a pollazos toda la noche… Mañana, después de almorzar podréis seguir vuestro bonito viaje de bodas.
Anna cerró los ojos y ni siquiera contestó.. Estaba destrozada de dolor, sufrimiento, humillación y degradación… No habían tenido ningún pudor con ella.
Continuará….