La inexplicable embriaguez

Una noche cualquiera, una mañana de sorpresa. Feelblack##

No recuerdo mucho lo sucedido, tan solo que me acabo de despertar y estoy en una cama desconocida, no se quién es la persona de mi lado, no se que hecho ni pasado, solo que estoy desnudo y tapado por esta fina sabana que me protege de estar con mi erección matutina al lado de alguien.

Mis vagos recuerdos me llevan a aquella copa en la barra del bar, acompañado de la misma y de una mujer que en aquel momento estuvo a mi lado hablando de nuestras vidas.

Cabe decir que, ayer no fue mi mejor dia, aunque visto lo visto, debí haber tenido una buena noche inconsciente, aunque no lo recuerde...

Mis manos levantaron un poco las sábanas y pude ver en mi pecho y piernas arañazos y una marca de bocado en mi muslo derecho.

Mirando mis muñecas, estaban también marcadas todo su alrededor con un color morado bastante intenso que al tocarme, infligió un dolor bastante intenso.

Despacio me levanté de aquella cama y en el suelo pude ver varias cosas que me dejaron algo atónito.

Una de ellas eran unas esposas, que relacioné rápidamente con el morado de mis muñecas, un trípode con una cámara en él, y varios objetos más entre ellos un mango con tiras de cuero alrededor.

Tambaleándome alcance la puerta y tuve suerte pues en frente estaba el baño.

Me miré en el espejo y me sorprendió la imagen reflejada de mi en él.

Mi cuerpo estaba totalmente marcado, lleno de arañazos y morados alrededor de los mismos.

No me dolían intensamente, pero si sentía molestias si me tocaba directamente.

Traté de llegar hasta el lavabo y poder hacer mis necesidades y la puerta se abrió.

Miré directamente a la persona que había entrado en aquel instante, era la mujer que ayer había estado conmigo durante el tiempo que recuerdo que mi mente aún funcionaba.

Me miró fijamente a los ojos, y con su mano acarició mi cara como si de un crío se tratase, sonrió mirandome y me dijo:

  • Buenos días, cómo estás??

Yo con incredulidad y con mucha vergüenza dije...

  • Bien gracias, que ha pasado, que he hecho durante toda la noche??

  • No recuerdas nada?

  • No, no recuerdo más que estaba contigo hablando y... Tomando unas copas.

  • Mira, has hecho realidad todos tus más profundos y arraigados sueños conmigo.

Mi cara debió ser un poema, porque rápidamente ella añadió...

  • No te preocupes, yo he hecho que los tengas.

  • Puedo saber cuáles eran?

  • Por supuesto, has querido tener a una ama que te dominara, has entregado tu cuerpo y tu ser por una noche a mi.

Yo por supuesto haciendo balance a mis recien despertados pensamientos por acabar de levantarme de aquella cama, quería hacer memoria en mi interior de cuando había tenido en mi vida algún pensamiento semejante, pero no lo recordaba la verdad sea dicha.

En mi interior solo cabía la duda o la incerteza de... Que he hecho, a que me he sometido, pues mi cuerpo tenía marcas de ello, pero mi mente estaba en blanco.

En aquel momento me cogió de la mano.

  • Ven!

Yo, la seguí, como un niño sigue a alguien que tiene como referencia, hasta el sofá de su comedor.

  • Siéntate aquí.

Puso la TV y en pocos segundos aparecía yo entrando en su habitación, aquella cámara que vi en la habitación, había grabado todo lo que mi mente no alcanzaba a recordar por la embriaguez fruto de las copas ingeridas la noche de antes.

Entraba en la habitación a cuatro patas, con un collar en mi cuello, como un perro obediente ante su amo, estaba incrédulo.

Acto seguido obedecía a sus palabras.

  • Lame los zapatitos, empieza por el tacón.... eso es despacio.

Guiaba mi cabeza con la correa en el cuello, y mi cara era de satisfacción total por hacerlo.

  • Eso es pequeño, lo haces bien, y entonces ella cogía el mango con tiras de cuero y acariciaba mi espalda con él.

  • Quieres unos azotes?

  • Si mi señora.

Mis ojos estaban incrédulos ante semejante visión en la televisión, y ante el sonido de aquel cuero en mis glúteos al golpear fuerte.

  • Sigue lamiendolos!!

Acto seguido con mis manos en la espalda, puso en mis muñecas las esposas.

  • De quién eres?

  • Suyo mi ama, le pertenezco!

  • Así me gusta,

Y sus uñas se clavaban en mi espalda.

Se escuchaban mis gemidos de placer y dolor.

Cómo podía ser que me sometiera así ante alguien, quien era yo en aquel momento??

Entonces abrió aquellos pantalones de material plástico negro por una cremallera entre sus piernas.

  • Ven!, has de lamer aquí.

Con sus dedos indicaba su vagina, y mi boca se dirigía a ella sin decir nada, obedeciendo por completo a sus indicaciones.

  • Eso es despacio, lo haces bien

Me acariciaba suave el pelo. Abre esa boquita, eso es, bien abierta, quiero verla en mi vagina.

Me acariciaba la cara con ternura y entonces me dió un bofetón, no parecía en el vídeo ser excesivamente fuerte, pero si lo suficiente para sentir su dominio.

  • Me gusta verte a mis pies, no cierres la boca!

Se puso en pie, y yo arrodillado en el suelo entre sus piernas, tiro de la cuerda de mi cuello para dirigirla un poco lejos de su vagina, yo maniatado con el cuerpo aceptaba cada una de sus sutiles maniobras desde el tenso cable que unía su mano de mi cuello.

  • Abre la boca!!

Entonces veo en el vídeo como ella apretando sus labios vaginales, dirije de un lado a otro de mi cara y cuerpo, un chorrito que encanta de su interior.

La verdad es que su dominio ante mí era total, un punto extremo, por lo menos para mí poca consciencia BDSM que jamás he tenido.

Mi cuerpo y cara estaban brillantes por el oro líquido que en aquel caso mi ama había esparcido, y con sus manos acariciaba mi piel mojada.

Yo en aquel sofá, no me reconocía viéndome, no parecía ser yo, así era mi más sincero interior??

Las imágenes eran una sorpresa para mi, pero a la vez, verme así, me estaba excitando, había pasado de la más extrema sorpresa a una especie de excitación por algo que me parecía más natural a cada minuto que aquel video transcurría.

  • Tu cuerpo y tu mente lo necesitan...

Esas palabras de ella me resonaban en la cabeza, y alcanzó con su mano mi entrepierna.

  • Lo ves!!, El vídeo te gusta, te excita y te encanta sentirte dominado, mira cómo estás.

Su mano apretó fuerte mi miembro, y su uña larga se introdujo completamente en el agujerito de mi glande, desapareciendo por completo dentro de él.

Aquello me hacía estremecerse, sentía su dominio, no era cuestión de la embriaguez de la noche, ella sabía cómo ser la dominadora de la situación.

  • Anoche por tu estado no pudiste darme lo que yo quería, y lo comprendo, ahora estás despierto y consciente y me lo vas a dar.

Su mano se movió duro a lo largo de mi ya erecto miembro, y notaba como sus nudillos golpeaban en mi estomago de la acción de subir y bajar su mano con fuerza.

Me retorcía de placer, nunca había sentido algo así, nunca!!

Ufff aquellas manos eran mágicas, en pocos minutos sentía como me venía mi propio orgasmo...

Me corro le grité, y ella me miró a los ojos y se arrodilló metiendo entero mi miembro en su boca, notando su cuello en mi glande.

Lo saco y me dijo llenamela!, Es mío!, Y de nuevo hasta su garganta, el punto en el que estalle y sentí ráfagas salir de mis más fuertes y lejanos adentros de mi ser.

Le cogía la cabeza con mi miembro dentro apretando hasta la última ráfaga, temblando en el sofá por tremendo orgasmo.

Aún temblando, la vi levantarse, me miró y sonrió, y desnuda se fue directamente a la ducha...