La inexistente mujer nevera

Nunca podría enamorarme de ti sin antes pedirte permiso y aunque te lo pidiese nunca podría follarte sin antes enamorarme de ti.

La inexistente mujer nevera

Tu estómago sabe tortilla de patatas y tus pelo rizado tiene el olor de las hojas húmedas caídas en el bosque. Nunca podría enamorarme de ti sin antes pedirte permiso y aunque te lo pidiese nunca podría follarte sin antes enamorarme de ti. Tu cuerpo es mi templo, me convertiré en el mas fiel de los feligreses y te adoraré mañana, tarde y noche sin atender a razones. Tus pechos tienen el color de las natillas que comía de pequeño, quizás por eso me gusten tanto y tanto y tanto. Toda tu eres como una nevera abierta para mi disfrute. Mandarinas, peras, eres un yogur de fresa, carne roja y sangrienta, huevos de granja grandes y hermoso, eres queso parmesano, eres todo cuanto adoro. Y además de todo eso tu sexo huele a sexo. Como debe ser. Y también sabe a sexo. Como debe ser. Todavía no te conozco, todavía no se quien eres. Pero estoy seguro que el día que te encuentre dejaré de caminar arrastrando los pies. Mi madre te lo agradecerá.

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amo_ricard@hotmail.com