La increible historia de Nando
En el trascurso de una entrevista, un periodista es seducido por un famoso pintor.
Los lunes era el peor día, llegué a la oficina temprano, ese día teníamos reunión con el jefe, la redacción estaba con un trabajo voraz para ser lunes y primera hora, no sabia que les había entrado, me serví un café y fui leyendo todos mis correos hasta que Patricia la secretaria del jefe me vino a avisar que me esperaba en la sala de juntas.
Jacobo esta semana debes emplearte tío, tienes que hacer un buen reportaje a Fernando Escalder, ese pintor tiene mucho que aportar a nuestra revista, así que empléate a tope.
Esa fueron las palabras de aliento de mi jefe, el muy cabrón me encargaba de realizar un reportaje a ese tiparraco engreído que pintaba de puta pena, como verán no me era grata la figura de Fernando Escalder, un pintor que subía como la espuma, cada uno de sus cuadros valían una pasta y cualquier coleccionista que se precie debía tener al menos una obra de este mocoso que veía el mundo desde un pedestal.
Patricia me indicó una vez concluida la reunión que ya tenia concertada una cita con el pintor, esa misma tarde a la hora torera de las cinco de la tarde debía estar puntualísimo en su estudio de un elegantísimo barrio madrileño.
El fotógrafo sería Tom, mi querido amigo americano que era un profesional como la coma de un pino. Le llamé y quedamos que iríamos cada uno por su cuenta, pues Tom una vez hiciese su trabajo se piraba, tenia otro encarguito del jefe para más tarde.
A la hora acordada Tom estaba en la cafetería frente al edificio donde tenia el estudio el entrevistado, después de tomar un cortado los dos subimos al piso donde nos esperaban.
El estudio de Fernando Escalder era amplio y luminoso, un gran ventanal daba al infinito paisaje de la ciudad, era un penthouse en una zona pudiente de Madrid, la luz que traspasaba los cristales era espectacular, era un espacio idóneo para que un artista plasmara en sus lienzos los mejor de su arte.
La decoración era bastante de diseño mezclada con útiles propios de un pintor, caballetes, una mesa donde se rebujaban cientos de tubos de distintas clases de pinturas, brochas y pinceles y demás cacharrería afín al oficio.
Un bonito sofá de piel de Roché Bubois presidía la sala frente una chimenea de mármol, junto a este una Chase longe diseño Le Corbusier y una madera de travertino con una gruesa tapa de talco.
Fernando nos saludó amablemente a los dos periodistas y dirigiéndose a Tom le pidió que eligiese el lugar mas idóneo para la sesión fotográfica mientras ofrecía algo de beber a sus visitantes.
Mientras este fue a la cocina por café Tom dispuso el set fotográfico junto al gran ventanal y un bello cuadro de amplias medidas.
Tomé asiento en el sofá y fui preparando el material para la entrevista, una grabadora, un block de notas y mi inseparable pluma, las dejé sobre la mesa y exploré desde mi posición cada uno de los espacios de ese amplio y bonito estudio pictórico.
Antes de empezar la sesión fotográfica, Fernando apareció en la sala con una bandeja enorme con toda clase de bebidas, café, te, refrescos, agua mineral y una fuente repleta de sándwiches de diferentes clases.
La verdad era que aquel hombre me sorprendía, venia con un juicio hecho sobre el pintor que tenia que entrevistar , me parecía un tipo entupido, engreído y lleno de vanidades, pero ese detalle hacia nosotros le otorgaba puntos para mi posterior valoración de el, como ser humano.
El pintor físicamente era bastante atractivo, tenia una edad intermedia cercano a los cuarenta diría yo, alto y de complexión delgada pero se intuían unas buenas espaldas y brazos fuertes, su trasero se podía imaginar apetitoso y de cara era francamente guapo, su pelo rubio con un largo medio le daban un aire mas juvenil que lo que realmente era.
Tom se puso manos a la obra, el entrevistado posó con absoluta soltura, parecía que lo había hecho para posar ante un fotógrafo ó que antes de ser un pintor consagrado había trabajado como modelo.
La sesión fotográfica duró bastante poco, entre la maestría del modelo la luz maravillosa que entraba por el ventanal unido a la prisa que llevaba Tom en menos de veinte minutos el asunto estaba concluido, Tom tomó un café con prisas y tras despedirse de Fernando salió escopetado hacia su próxima cita.
La entrevista se desarrolló en un clima amigable, Fernando estaba distendido y respondía con soltura a las diferentes preguntes a las que le sometí.
Reseñar que la verdad que aquel hombre tenia un algo que cautivaba, aire altivo, su aspecto desaliñado pero pulcro, su virilidad, todo ello le daba un aire muy interesante, era seductor y a la vez aparentaba desprender un algo de rechazo hacia todo quien se le acercara.
Pero fui notando algo en el que me decía que el celebre pintor estaba seduciéndome e incluso que estaba interesado en mi persona.
Fernando se sentó en la Chase longe frente al sofá de cuero donde yo me encontraba, me ofreció un café y puso ante mi la bandeja con los bocadillos, gentilmente rehusé su invitación y comencé mi bombardeo de preguntas, al comienzo algunas de ellas iban con mala intención e incluso llenas de cierto veneno, pero a medida que discurría la entrevista, aquella se convirtió en una distendida conversación entre los dos.
Realmente ese hombre me caía muy mal hasta el momento en que lo tuve delante mía, he de reconocer que ahora me atraía en demasía, me inquietaba esa atracción, mi moral profesional mi orgullo de periodista me impedía permitirme el sucumbir antes los encantos de aquel desconocido.
Fernando me ganaba en la batalla de la seducción sin querer me estaba poniendo cachondo, en mis entrepiernas mi verga latía tan solo con la presencia de ese hombre que sin saber porque me sacaba de mis casillas y todos mis parámetros hasta hoy perfectamente controlados se iban a la mierda.
Seguía la conversación pero ya no mandaba yo, ni si quiera sabia que decía, las preguntas ahora era el quien las hacia y lo peor del caso es que me daba cuenta que ahora el entrevistado era yo.
Pasó mucho tiempo, mi grabadora ya había terminado de grabar y allí continuábamos, ya habíamos pasado del café inicial a saborear un delicioso whiskey escocés y la conversación no giraba en torno a el, ahora yo le respondía sumisamente a todas aquellas cuestiones que el me iba planteando.
El pintor se incorporó de la Chase longe donde estuvo tumbado mientras duró aquella surrealista entrevista, se acercó y tendiéndome la mano me atrajo hacia el, yo como hipnotizado obedecí y cuando menos lo pensé Fernando besaba mi boca apasionadamente, su lengua se introdujo en mi boca buscando la mía y hasta que no la encontró no paró. Sus brazos se enroscaron en mi cuerpo y me sentí seguro abrazado a el, no había temor solo serenidad ante aquel hombre que me tenia subyugado.
Era un consumado amante, sabía perfectamente como controlarme y hacerme gozar, ahora la cuestión era como yo podía llegar a saber como volver loco a ese tipo tan peculiar que ahora comenzaba a conocer y lo peor de todo, no quería separarme ni un instante de el.
Me soltó bruscamente y agarró mi mano tirando de mí y me hizo seguirle hasta su dormitorio, situado en una planta superior de ese maravilloso loft.
El dormitorio era inmenso, una enorme cama con un cabezal de piel y con un mullido edredón la presidía, un lienzo de grandes proporciones y de temática abstracta daba color a la estancia que estaba pintada en blanco color que predominaba junto a muebles eclécticos y un amplio vestidor donde se dejan ver una importante colección de distintos tipos de indumentarias, camisas, pantalones, zapatos y demás.
El lugar era elegante y muy masculino, todo estaba perfectamente ordenado y nada quedaba al azar en aquel espacio.
Fernando me besó nuevamente, era un amante experimentado y sus besos hacian que mi piel se erizara de ese especialísimo placer que me prodigaba, yo me dejé llevar por aquel hombre de tan peculiar e irresistible personalidad.
Me quitó el suéter que llevaba y comenzó a desabrochar la camisa lentamente y a medida que aparecía mi torso ante sus ojos besaba tiernamente cada parte de mi cuerpo que descubría como gran novedad para el. Una vez me despojó de toda mi indumentaria y mi torso estaba a su merced, suavemente me recostó sobre la blanca cama y allí se echó junto a mi no sin antes haberse quitado la camisa que llevaba, los dos nos fundimos en un cálido abrazo y volvimos con los besos que tanto me gustaban, así durante un buen rato hasta que por un impulso súbito decidió que nos quitásemos todas las prendas que aun ocultaban nuestras partes mas intimas de nuestros cuerpos.
Quedamos completamente desnudos nos examinábamos minuciosamente como dos animales en celo, saboreábamos nuestros olores, palpábamos la textura de la piel del otro y así de esa manera cadenciosa fuimos haciendo el amor.
Se notaba que aquel hombre por encima de todo era un esteta su buen gusto lo irradiaba con si comportamiento sumamente majestuoso, era una delicia de amante.
Lamió mis pezoncillos erectos y doloridos de tanta excitación, nos colocamos en una postura oportuna para poder realizar un magnifico sesenta y nueve que nos hizo delirar de placer durante largo rato.
Saboreé ese maravilloso miembro de un grosor y longitud muy apetecible, no era inmenso pero si contundente, rodeado de vellos largos y oscuros, su rosado ano se encogía al sentir mi lengua untándolo de mi saliva, también jugueteaba pasando mi lengua desde su orondos testículos al ano saboreando y dándole un inmenso placer en su perineo.
El por su parte no desaprovechaba el tiempo, buen mamador se introdujo mi pija hasta rozar con su campanilla, después muy despacio la iba sacando prodigándose con caricias linguales en todo mi tronco, me ensalivó los huevos y me clavaba con una víbora su lengua en el hoyito anal produciéndome gemidos placenteros.
Tras largo rato de manoseos y jugosas caricias en los mas bajo de nuestro erógenos miembros nos encontramos de nuevo cara a cara, nos acariciamos y besamos excitados y deseosos de mas acción, como hasta ahora el llevaba la iniciativa y colocándome en una postura cómoda para el primer empellón me colocó su polla dentro de mis entrañas con extrema suavidad y delicadeza. Me tenía ensartado, todo el grosor de su miembro fue abriendo las paredes de mis intestinos, la punta rozaba la próstata, yo sentían inmenso placer.
Fernando me movió de la postura que estaba y nos colocamos en la clásica postura donde yo con las piernas alzadas le veía cara a cara, acercó su boca a la mía y mordió furiosamente mis labios, introduciendo su lengua dentro de mi boca, llenándome de su rica saliva.
Su cuerpo comenzó a moverse rítmicamente, un mete y saca cadencioso que provocaba deliciosas sensaciones de placer en todo mi ser, así follando despacio estuvimos por largo tiempo, a medida que pasaba el pintor iba imprimiendo un ritmo mas acelerado, su respiración se volvía entrecortada y los espasmos de placer se repetían con mayor frecuencia.
De repente sacó la polla de mis entrañas y pajeándose comenzó a echar sobre mi chorreones de cremoso semen blanquecino y de temperatura calida, yo al sentir aquello, no pudo por menos que seguirle en el orgasmo y jadeante me vacié sobre su pecho y uno de los chorretones le llegó a la barbilla, el con su lengua lo sorbió y acercó sus labios a los míos compartiendo el agridulce sabor de mi semen.
Caímos desfallecidos sobre la mullida cama, recostados el uno sobre el otro silenciosamente recuperamos nuestra respiración agitada después de l esfuerzo amatorio.
Yo pensaba ya en la manera de marcharme, había terminado mi entrevista y debía ir a transcribirla en el ordenador, no había prisa pues se publicaría en el dominical de la semana siguiente, además la selección de fotos no estaría lista hasta la tarde siguiente en que Tom me diera las que el considerara buenas.
Sumido en mis pensamientos silenciosamente estaba cuando Fernando comenzó a acariciarme el rostro, volví la mirada hacia el y se había colocado de costado observando placidamente mi abstracción
-¿En que pensabas?
Pues en poner forma a tu entrevista.
Fernando sonrió y sin decir nada, me empujó para que saliera de la cama y me llevó de nuevo al salón.
La tarde había caído sobre la ciudad y las luces multicolores daban un aspecto maravilloso, penetrando por el gran ventanal que presidía aquel inmenso espacio, nos tumbamos sobre el sofá de cuero, nuestros cuerpos se rozaron produciéndome un enorme escalofrío el tacto de aquel interesantísimo hombre al que hacia escasas horas sin conocerle odiaba y ahora tras haber hecho el amor me parecía un ser sublime.
Sirvió dos whiskeys y me lo alcanzó donde estaba y bebimos lentamente a sorbos cortos de ese fuerte licor, había puesto música clásica, quizás Chopin, no sabia en ese momento diferencias la noche del día, el frío del calor, mi aturdimiento emocional era magnifico, me sentía agtstísimo junto a Fernando.
Tras salir de la estancia por un momento, volvió envuelto en un blanquísimo albornoz y en la mano traía otro para mi, el cual me echó sobre mi cuerpo desnudo para que le imitara.
-Vamos a preparar algo de cenar, me gustaría que vinieras a la cocina conmigo.
Yo de manera irracional, me incorporé y me coloque la prenda de felpa que me había dejado sobre mis piernas, siguiéndole a la cocina.
La cocina era un espacio enorme, la decoración era absolutamente de quedarte con la boca abierta, yo un modesto periodista jamás había visto una cosa igual. En el centro de la sala una enorme encimera donde reposaba una placa de fuego por inducción bajo esta un moderno horno, fregaderas y demás útiles propios de una cocina de un exquisito gourmet.
Todo lo que allí veía era bello y sino impresionante y yo boquiabierto no podía preguntar siquiera en que le podía ayudar.
Fernando abrió un enorme frigorífico de dos cuerpos en acero y ante mi apareció una surtida selección de alimentos y bebidas de todas clases.
-¿Qué te apetece comer?
No sabia que responder, mi reacción fue encogerme de hombros y sonreír como un estupido, ante lo cual mi anfitrión reía de manera ostensible al ver mi estado de asombro ante tal dispendio.
Fernando se manifestó como un consumado chef, con maestría preparó un arroz con trufas y setas que jamás antes había probado, a este plato tan exquisito lo acompañamos con un blanco catalán impresionante y después del fantástico rizzotto degustamos unas fresas salvajes con crema que me supieron a gloria.
Comimos en una mesa situada junto a una cristalera que daba al vacío de ese impresionante edificio donde las luces de la ciudad tintineaban.
Los detalles de buen gusto se manifestaban en todo lo que aquel hombre tocaba, sobre la mesa un pequeño jarrón con flores frescas de múltiples colores, un candelabro con una vela aromática ardía entre nuestros rostros, el mantel era gris muy claro de lino y la vajilla una delicada creación italiana, las copas checas de un tintineo maravilloso llenas hasta la mitad de un frío vino del Penedés.
Todo era maravilloso en aquella casa, empezando por la figura de su propietario un seductor nato que me estaba haciendo pasar una noche inolvidable.
Después de esa magnifica cena, pasamos de nuevo al salón, un café una copa más de whiskey luces tenues y música envolvente hicieron que volviéramos a las artes amatorias, cuando menos lo pensé estábamos de nuevo besándonos y nos acariciábamos como dos enamorados.
Nos desprendimos de los albornoces volviendo a sentir nuestros calidos cuerpos el uno rozándose con el otro, su vello me hacia toda clase de cosquillas en el mío, sus piernas se entrelazaban con las mías nos estábamos convirtiendo en un solo ser y allí mismo volvimos a hacer el amor, ahora era yo quien le encrusté la lanza en sus entrañas, mi polla hurgó en sus adentro procurándole un placer infinito que el manifestaba entre gemidos y susurros, yo por mi parte palpitante lo taladraba ávido de poseerle completamente tanto física como mentalmente.
Nos vinimos el uno sobre el otro, me derrumbé sobre su cuerpo sudoroso y así permanecimos por un buen rato hasta que Fernando me susurró al oído que debíamos ir a dormir a la cama.
Nos levantamos del sofá hice el intento de ir a vestirme, pero me lo impidió, deseaba que durmiera junto a el y así lo hicimos, nos abrazamos como dos enamorados y dormimos placidamente toda la noche.
El amanecer fue espectacular en esa habitación que se iluminaba con los primeras luces del día, despertamos amorosamente entre estiramientos y abrazos, después de una ducha caliente tomé un café y salí despavorido a mi casa para cambiarme de ropa y de ahí ir raudo y veloz a la redacción donde tenia muchísimas cosas que hacer ese día.
Llegué un poco demorado a la oficina, mi jefe me esperaba con cara de pocos amigos.
-¿has leído la noticia en la competencia?
Abrí el diario de nuestro principal competidos y en primera página daba la noticia.
Fernando Escalder se casa con la famosa periodista y escritora Rosa Puig
No pude decir ni una sola palabra, comencé a trascribir la entrevista del día anterior, no me había dicho ni media palabra de su boda, no hizo referencia a ello.
Ahora que me daba cuenta, con las prisas ni nos habidos dado el teléfono, todo había sido una noche de sexo y mentiras.
Las lágrimas me corrían por las mejillas, pero tenía que controlar la rabia y escribir una entrevista maravillosa, el material del que disponía era excelente y podía sacarle machismo partido.
Quizás en esas horas de conversación podía encontrar mi venganza, el no había sido honesto conmigo y aquello me malhumoraba.
Tenia premura por terminar aquel trabajo, adelantábamos la publicación dada las circunstancias.
Lo hice concienzudamente, no podía permitirme el lujo de fallar, mi entrevista debía ser impecable y meter algún aguijón en ella para vengarme de ese hombre tan deshonesto conmigo.
Estaba sumido en mi redacción, los timbres de teléfonos, las carreras de la redacción no iban conmigo, solo quería acabar esa maldita entrevista y olvidar a ese ser despreciable llamado Fernando Escalder, la primera impresión era la valida, nada de lo que había pasado el día anterior era ya bonito, me sentía sucio embaucado.
Sonaba el teléfono, ensimismado en mi tarea ni lo había notado, después de mucha insistencia descolgué el auricular.
-Jacobo, soy Nando, tengo que verte urgentemente, te debo una explicación, imagino que me estarás maldiciendo por lo que has leído en otros periódicos.
No te preocupes Fernando, no creo que me debas ninguna explicación.
-Si Jacobo, no seas terco, te ruego me concedas unos minutos de tu tiempo, esto no puede acabar así.
Está bien, ¿Cuándo quieres que nos veamos y en donde?
-Creo que sería mas sensato vernos aquí en casa, si te apetece podemos almorzar juntos.
Perfecto, sobre las dos treinta podría estar en tu casa.
-Muy bien, aquí te espero, un beso Jacobo
Adiós, un abrazo.
El resto de la mañana Jacobo la pasó a duras penas, nerviosísima, sn poder centrarse en su trabajo y borrando continuamente todo lo que escribía, menos mal que se posponía la edición del reportaje y tendría tiempo para recomponer todo el desaguisado.
Llegada la hora de la comida, subió a su moto y salió para encontrarse con el pintor.
Fernando le esperaba con la puerta abierta y le invitó a pasar al amplio salón del ático donde vivía y trabajaba, la cara de ambos era tensa y el ambiente se palpaba violento para los dos hombre,
El pintor tomo aire y se lanzo a contar a su nuevo amigo todo lo ocurrido.
Desgraciadamente en esta vida soy un producto que hay que vender, mi arte está expuesto a las conjeturas de unos cuantos expertos que deciden que y como se vende, ellos deciden el precio de un cuadro mío, quien lo compra y que se vende. Dependo totalmente de una serie de marchantes que deciden cuando tengo dinero y cuando puedo morirme de hambre porque ellos deciden que mis cuadros no salen a la venta.
Como me tratan como si fuera una maquina de generar dinero, me organizan mi vida, cuando debo conceder entrevistas, a quien se las concedo, a que cenas, fiestas y actos debo asistir. Para colmo de males ellos deciden con quien debo casarme, han invertido mucho dinero en mi y ahora han decidido que tengo que casarme, al menos de cara a la galería quieren una boda.
No podrías comprender la magnitud de la movida que hay orquestada a mi rededor, soy como un fondo de inversión que cuidan y manejan con esmero, yo a cambio de vivir en este lujoso penthouse debo acatar las normas que me imponen. Un cuadro mío si no estuviera en manos de estos desaprensivos costaría una miseria que no me permitiría vivir ni en un apartamento de estudiantes compartido.
Ellos han elegido por mí a la candidata, una mujer ambiciosa que desea poder, lujo y estar sentada en las mesas más influyentes no solo del país, sino del mundo y la herramienta perfecta soy yo.
Juntos muchos alcanzaran sus objetivos, pero yo tengo mi estrategia montada y también marco mis condiciones.
Si te estoy contando todo esto es porque ayer cuando te vi entrar por mi casa comprendí que era el sueño que yo anhelaba, siempre deseé conocer a un hombre como tu, no quiero dejarte escapar y por ello he contado este terrible episodio de mi vida, si mis agentes se enterasen puedo darme por muerto como artista.
Pero se que puedo confiar en ti y que mi apuesta es segura porque deseo que me permitas seguir conociéndonos, vivamos esta historia que tiene que ser maravillosa para nosotros dos.
Por esta señora no te tienes que preocupar, ni sabe donde vivo, ni tiene interés en que nos relacionemos mas de lo necesario, ella tiene su vida muy bien organizada y si te soy sincero, la boda jamás se va a celebrar, todo es una farsa.
Después de oír perplejo aquella rocambolesca historia, no podía abrir la boca, mi asombro esa mayúsculo, pero le creía, sabia de esos montajes por intereses económicos y entendía que ese hombre se encontrara inmerso en esa estafa.
Me gustaba demasiado, no podía decir adiós muy buenas, deseaba estar con el y decidí sobre la marcha que apostaba por nosotros.