La imagen que proyectas
Tu imagen es lo que sientes
“El hombre no es más que su imagen.
Los filósofos pueden decirnos que es irrelevante lo que el mundo piense de nosotros, que sólo vale lo que somos. Pero los filósofos no saben nada. En la medida en que vivimos con la gente, no somos más que lo que la gente piensa que somos. Pensar en cómo nos ven los demás e intentar que nuestra imagen sea lo más simpática posible se considera una especie de falacia o de juego tramposo. ¿Pero acaso existe alguna relación directa entre mi yo y el de ellos sin la mediación de los ojos? ¿Acaso es concebible el amor sin que controlemos angustiados nuestra imagen en la mente de la persona amada? Cuando ya no nos interesamos por la forma en que nos ve aquél a quién amamos, significa que ya no le amamos”
-“¿Tan pocas palabras han servido para que te hayas tenido que refrescarte en la ducha?
-Lo importante no son la cantidad de palabras, sino si esas palabras se imprimen en nuestra memoria poética.”
Hasta hoy eras una persona más, del montón. Pero hoy tienes presencia mental. ¿No es eso lo que los psicólogos modernos predican a ultranza? Mindfulness, pero es algo falaz, porque no es posible decidirlo y llevarlo a cabo, ya que el empoderamiento, no lo puedes sacar de la nada de ti, y normalmente viene de fuera. De una mirada nueva, una apreciación nueva, que te hace ser diferente y descubrirte como otra, totalmente consciente de ti, de todo lo que cada día pasa inadvertido, incluso para ti misma.
Así es que hoy, todo es igual, pero todo es distinto.
No es lo mismo ducharse cada mañana mientras se piensa en los mil quehaceres diarios, a ducharse esmerándose en depilarse bien el coñito para él
No es igual coger cualquier braga, a elegir un tanga con mimo imaginando cómo lo vera él al levantarte la falda
No es ni parecido andar por la calle como uno más, a andar sintiendo a cada paso la ropa rozando el culo al aire, el coño adornado con ese tanga que te acaricia, los pechos con los pezones duros como piedras que seguro que a él le gustaría apretar y retorcer hasta el dolor
No es igual ver unas manos de mujer, a quedarse embrujado mirando las uñas rojo sangre pintadas en esas mismas manos
No es lo mismo vivir cerca que en provincias limítrofes y recorrer con la mente cada uno de los kilómetros que me separan de ti y de tu cuerpo
No es igual no saber siquiera que existías, a que hoy todos mis pensamientos acaben en ti
No se parece en nada no saber quién es Dan Simmons a leerlo apasionada imaginándote con la cabeza apoyada en su vientre y su mano jugando con tu coño empapado
No es lo mismo que los hombres pasen a tu lado, anodinos, a que todos se vuelvan a mirarte atraídos por esa excitación constante que sientes, ese olor a mujer en celo, y a traspasar con la mirada sus pantalones imaginando en cada uno cómo será su polla, cómo será un banquete de todas esas pollas juntas para ti sola…
No es igual, en absoluto, ser una mujer entre las mujeres, a ser una zorra y sólo tú saber que lo eres (tú y el macho)
No es lo mismo irse a dormir con un pijama a sentir la caricia de un camisón transparente
Es totalmente distinto intercambiarse unos mails el domingo, insinuando más que diciendo, a que pasen los días y no recibas ninguno, porque en esa falta de contacto, en ese vacío, por paradójico que sea, se va llenando hasta colmarse el deseo, que toma posesión de tu cuerpo mucho antes de que él lo haga, perfectamente preparado en este cocinar a fuego lento, para que cuando, simplemente te roce, un manantial de placer brote de entre tus piernas…