La ilusa mujercita 9
Este relato no es tan explícito en cuanto al sexo,aunque lo hay,me centro en conocer a mi sumisa y que me conozca, en establecer una conexión personal,quiero diferenciar entre la sumisa y la amiga.
Se duchó, se puso algo encima y fue a la cocina donde la estaba esperando con un par de cafés encima de la mesa.
Estaba rara, se le notaba en la cara, no tenía esa alegría, esa luz en la cara y en los ojos que la caracterizaban.
Yo: ¿estás bien?, te noto distinta.
Ana: si.
Yo: ¿seguro?
Ana: si.
Yo: ¿si?, y por eso contestas con monosílabos, ¿no?
Algo te pasa se te nota a kilómetros, creía que confiabas en mi y por eso podías contarme cualquier cosa.
Ana: me conoces mejor que nadie.
De eso se trata de confianza, tengo miedo de estar confiando demasiado en ti.
Yo: explícate, por que la confianza en este tipo de relación que tenemos es esencial.
Ana: pues creo que confío demasiado en ti, me entrego y me dejo llevar completamente sin pensar en las consecuencias.
Yo: no te entiendo, ¿crees que voy a hacerte daño gratuitamente, o temes que tus allegados se enteren?
Ana: no sé, ya sabes que a veces le doy mil vueltas a la cabeza, sé que jamás me harías daño gratuitamente y menos aún fuera del rol Sumisa-Amo, entiendo que en momentos puntuales puedas hacerme daño o yo pueda hacértelo a ti llevados por el ímpetu y violencia del momento.
Yo: el sexo y la sumisión pueden llegar a ser "violentos" sabiendo como somos los dos en esos momentos de máximo placer y desenfreno, pero jamás te haría algo que no estuviese hablado y consensuado, salvo en los castigos que tenga que aplicarte.
Ana: lo sé y comprendo que el castigo ha de ser en cierto modo doloroso, aunque hasta ahora poco me han dolido jejeje.
Yo: no juegues con fuego Anita.
Ana: no te preocupes, son cosas que tengo en la cabeza y necesito soltarlas, contárselas a alguien de confianza.
Yo: ¿y yo soy en quién más confías?
Ana: confío en mis amigas, aunque son pocas ya que aunque no lo parezca soy tímida y vergonzosa.
Confío en mi madre, pero ni unas ni la otra saben que me gusta este mundillo y con ellas no he follado jajaja, contigo si y quieras que no eso une mucho, nunca mejor dicho.
Yo: me estoy dando cuenta de que sé poco de ti, sé que estudias en la universidad pero no sé que estudias, no sé que música te gusta etc..., cuéntame cosas sobre ti.
Ana: pues soy Ana, tengo 19 años y soy la puta de un pervertido jajaja
Yo: que graciosilla, eso ya lo sabía jeje, cuéntame tus intimidades, tus secretos, dime quién es Ana.
Ana: pues estudio historia del arte, me gusta el reggaeton, me gusta leer, ver vídeos de youtube y de youtubers....no sé que más decirte...
Yo: lo de los youtubers lo puedo pasar por alto aunque no son santo de mi devoción, pero reggaeton, ¿en serio?, os gusta a la mayoría de la gente de tu edad pero no entiendo que os gusten esas letras machistas y esas melodías que son todas iguales, pero bueno para gustos colores.
Ana: ¿a ti que te gusta, Manolo Escobar o el Fary o algo así?, jeje.
Yo: ¡¡¡hala venga!!!, toma zasca totalmente inmerecido jaja, pues te sorprenderás cuando escuches la música que me gusta.
Soy rockero, me gusta el heavy, rock español, hard rock etc...
Ana: no conozco casi nada de ese tipo de música.
Yo: pues ya que ves vídeos en youtube busca lo siguiente, así verás algo decente jeje:
-Accept- balls to the wall.
-Judas Priest- breaking the law.
-Helloween- i want out.
-Cualquiera de AC/DC, pero esta me encanta- you shook me all night long.
Esas son solo una muestra, hay muchas que me gustan.
Ana: ¿es una orden?, ¿tengo que cumplirla si o si?, jeje
Yo: ¿por qué no te vas un poquito a la mierda Anita?
Ana: perdona, era una broma.
Y se acercó a mi y me dio un beso en la boca, buscando mi perdón.
Ana: sé que me arrepentiré de tomarte el pelo así, pero me encanta este rollo que tenemos y por eso me atrevo a vacilarte, por que sé que no te lo tomas mal.
Yo: ya sabes que sé diferenciar entre la sumisa y la amiga, pero sí, te vas a
arrepentir
jaja.
Ana: hablando de mierda, me has dejado el culo tal cual, hecho una mierda jeje, mientras me duchaba y me lo lavaba me escocía, ¿le echas un ojo a ver como está?
Yo: a ver, desnúdate entera que te lo miro.
Ana: mira que te gusta tenerme desnuda, cualquier excusa te vale jajaja.
Yo: culpa tuya por tener ese cuerpo y ponerme tan cachondo jaja.
Ana: no si al final será culpa mía jajaja.
Se desnudó entre alguna coña, ironías y bromas más y se puso a mi lado.
Le dije que se inclinase hacia adelante para poder verlo bien y tenía razón, estaba bastante rojo y abierto, podría tener alguna pequeña herida, lo cuál no evitó que le metiera el dedo índice y corazón de golpe causando que emitiese un pequeño grito pero sin oponer casi ninguna resistencia.
Ana: era solo mirar!!!
Yo: es para comprobar que todo esté bien, (como si yo fuese ginecólogo o proctólogo jajaja)
Ana: ¿y está todo bien doctor?
Yo: te vas a arrepentir.
Y le enterré los dedos hasta que hicieron tope con el dorso de la mano y le follé el culo unos segundos metiendo, sacando y moviendo los dedos en todas direcciones lo cual debido al estado de su ano le dolía.
Ana: ¡¡¡vale vale!!!, ya dejo de vacilarte, pero estate quieto que me duele.
Yo: coge del armario del baño una crema que hay en el estante de arriba, te aliviará.
Se dirigió al baño y traía con ella lo que le pedí, le dije que se detuviese justo debajo del dintel de la puerta, simplemente para observar y deleitarme con su cuerpo, ¿se os ocurre mejor razón que esa?
Me encanta su físico y cuanto más la conozco más me gusta su forma de ser.
Ana: ¿a qué ha venido eso?
Yo: ah nada en particular, solo quería observarte y deleitarme con tu cuerpo, ¿que le voy a hacer si me encanta?
Ana: ¡¡¡oohhh!!! Gracias, ves mi novio no me decía ni hacía nada así, mejor dicho mi ex-novio, luego te lo recompenso.
Yo: no esperaba menos, ahora ponte como antes que te pongo la crema.
Ya habréis adivinado que no solamente me conforme con aplicarle la pomada.
Repetí la operación anterior cuando estaba mirando como de maltrecho tenía su culo, pero esta vez al hacerlo lubricándoselo con la crema ya no le molestaba tanto, por lo que le unté bien tanto por dentro como por fuera y acompañe los dedos que tenía dentro de ella con otros dos en su coño.
Primero acaricié su zona genital suavemente por fuera y por la zona más alejada de vagina, para ir poco a poco acercándome a su entrada, según iba aproximándome aumentaba la presión de mis dedos sobre esa zona, haciéndolo en pequeños círculos sin llegar nunca a tocar su clítoris o algún punto demasiado sensible.
Poco a poco iba calentándose, poco a poco iba acercándome a su botón del placer, hasta que llegué a él y me recibió en todo su esplendor.
Empecé a acariciarlo suavemente, haciendo pequeños círculos a su alrededor y sobre él, también frotándolo con mucha delicadeza de arriba a abajo, sin olvidarme de seguir jugando y follándole el culo.
Cómo es costumbre en ella su coño estaba babeando sin parar, no le faltaba mucho para explotar en uno de sus orgasmos brutales por lo que decidí aumentar el ritmo de mis dedos en sus dos agujeros.
Cuando empezó a retorcerse empecé a darle palmadas sobre su clítoris y desde dentro de su culo buscaba su punto G, y la combinación de esas dos acciones no la pudo resistir y se corrió abundantemente sobre mis manos, entre gemidos primero y gritos de placer absoluto después.
Los vecinos ya se deben estar acostumbrando a sus alaridos jajaja, no es normal la forma de correrse de esta mujer, pero me encanta saber que se pone así gracias a mí.
La sujete para que no se cayese al suelo, aunque la tuve que depositar en él por que se queda sin fuerzas con sus orgasmos.
Yo: que bien se te da fingir los orgasmos, aunque un poco sobreactuado para mi gusto jajaja.
No pudo ni contestarme y tan solo me hizo el gesto del corte de mangas o peineta.
Como ocurre siempre, le tuve que dar unos minutos de descanso para que recuperase fuerzas.
Pasaron esos minutos y se levantó, me miró, se acercó a mí y me comió la boca de una manera obscena, casi diría que sucia y ordinaria.
Ana: ¿y esto también te parece fingido?
Me encanta "picarla", tocarle las narices, herir su orgullo, me encanta ella en general.
Yo: un morreo así se puede aprender viendo películas ya sean normales o porno.
Ana: ¿por que no te vas tu ahora a la mierda un poco?
Pocas o ninguna actriz porno haría lo que hago yo por ti capullo.
Yo: no te lo tomes a mal Anita, solo estoy tomándote el pelo, tengo mucha suerte de haber encontrado una sumisa, una amiga como tú.
Ana: la suerte te la has buscado, te la has currado tu hasta encontrarla, yo si que he tenido suerte de encontrarte.
Yo: bueno dejémoslo en empate, hemos tenido suerte los dos, aunque tus orgasmos han tenido más suerte que nadie jajaja.
Ana: en eso te doy la razón jeje.
Yo: bueno tómate el café para reponer fuerzas aunque ya debe estar frio, quiero que sigas contándome cosas sobre ti.
Nos tomamos el café y seguí con mis preguntas.
Yo: decías que confiabas en tu madre, y en tu padre ¿no?
Ana: bueno mis padres se separaron hace un tiempo y ahora vivo sola con mi madre, la relación con mi padre es muy fría, no es un hombre que demuestre sus sentimientos, nunca se portó como un padre conmigo, yo era como su propiedad y había que hacer todo cómo el lo disponía.
Yo: ¿debió ser duro pasar por eso no?
Ana: mucho, y tal vez hasta que te encontré creía que todos los hombres eran así, ya sabes cómo era mi relación con mi ex, por eso me da "miedo" confiar tanto en ti, no estoy acostumbrada a eso e inconscientemente creo que puedes hacerme daño.
Yo: creo que te he demostrado suficientemente que no soy como ellos, nunca te haré daño, si no estás a gusto con esta relación, con esta situación o no lo estás en el futuro, me lo dices y hablamos sobre cuales son las causas y si quieres dejarlo eres libre de irte.
Ana: no tengo motivos para irme, aún estoy descubriendo este mundo y me encanta hacerlo contigo y si tú quieres tendrás que aguantarme mucho tiempo.
Yo: es un placer "aguantarte", usarte, humillarte, enseñarte y eso seguirá así.
Ana: gracias!!!
La cogí por el brazo tirando de ella hasta que se sentó sobre mis piernas y le devolví el morreo salvaje que me había dado, lo cuál hizo que mi polla que ya estaba medio empalmada, alcanzase su máxima longitud y dureza.
Ella lo notó y sin decir nada simplemente me bajo un poco el pantalón del pijama que me había puesto mientras ella se duchaba, y liberó mi rabo de su prisión.
Varió un poco la postura en la que estaba, separó sus piernas y las puso cada una a un lado de mi cuerpo, abrazándome con ellas, cogió con su mano derecha el objeto de su deseo para guiarlo hacia su interior y me dijo al oído:
Ana: yo ya he disfrutado, ahora te toca a ti.
Y sin perder tiempo se sentó sobre mi polla y bajando su generoso culo, su cueva caliente y húmeda engulló toda la extensión de mi rabo.
Cuando la sintió toda dentro se inclina sobre mi cuerpo y me vuelve a decir algo al oído:
Ana: quiero que me hagas el amor, quiero ser tu "novia" mientras dure este momento.
Le rodeé la espalda con mis brazos, sintiendo el calor y peso de sus pechos sobre mí, notando como sus pezones se enredaban entre mi vello.
Su pelo suelto acariciaba mi cara, mientras sus labios hacían lo mismo con mi cuello dando pequeños y cortos besos.
Sus manos se apoyaban sobre el respaldo de la silla, con mi cabeza entre ellas, listas para alzar su cuerpo y sentirse aún más llena.
Aún no había empezado a recorrer su vagina con mi verga cuando tuve que decirle:
Yo: Ana, llevo todo el día caliente no sé lo que resistiré sin inundarte.
Ana: no te preocupes, ya te dije que ahora te toca a ti disfrutar, llename de ti cuando quieras.
Yo: me encantas Anita.
Puesto que tenía carta blanca empecé a bombearla lentamente, sintiendo como entraba cada centímetro de mi polla en ella, notando como las paredes de su coño abrazaban el mástil que lo invadía, no queriendo dejarlo escapar.
Cambié los papeles y ahora era yo quién le besaba el cuello, se lo lamía y le daba pequeños mordiscos notando en mi polla, en forma de humedad, el efecto de mis acciones.
Tiré suavemente de su pelo hacia atrás para levantarle la cabeza y tener acceso a su boca.
Le besé primero una mejilla, luego la otra, ella separaba sus labios buscando que los míos se encontrasen con los suyos, tendrá que esperar un poco.
Bajé lamiendo y besando su cuello hasta sus pezones, los succioné largo tiempo hasta que empecé a mordisqueárselos, alternando ambos, mordiscos suaves hasta llegar a morder con cierta violencia.
Cómo ella veía que me estaba emocionando demasiado, buscó mi boca y nos fundimos en un apasionado y húmedo morreo.
Nuestros labios dejaron paso a nuestras lenguas que se buscaron y se enredaron como una serpiente se abraza a su presa.
Recorrimos cada recoveco de nuestras bocas, nos costaba respirar pero ninguno de los dos quería separarse de la boca del otro.
Todo esto lo hacía sin dejar de follarla, sin dejar de sentir como la hacía mía una vez más.
Mi polla estaba tan dura que parecía que iba a explotar, y ella debió notarlo.
Se incorporó y lanzándome una mirada cómplice empezó a llevar el ritmo de la penetración, ritmo que era endiablado.
Se estaba follando ella sola, en ese momento yo era su juguete, ella quería devolverme el placer recibido y vaya que si lo estaba haciendo.
No aguanté mucho más y me corrí en su interior llenándola por completo, tanto que notaba la humedad de mi semen en mi entrepierna.
Se desenganchó de mí, se puso de rodillas, abrió mis piernas, se llevó mi polla a la boca y la limpio de todo resto de lefa
, incluyendo mis huevos y muslos,
dejando
la zona impoluta.
Se levantó, cogió una cuchara, se tumbó boca arriba con las piernas abiertas y me ofreció la cuchara.
Ya sabía lo que tenía que hacer.
Recogí primero por fuera todo lo que había y se lo di para que se lo tragara, después se la introduje en su coño y rebañé todo lo que pude para que aprovechara al
máximo
mi corrida.
Le dí esa última cucharada y le dije que le aprovechara.
Se rió y se lo tragó todo
Críticas, ideas y sugerencias son bienvenidas.