La ilusa mujercita 5

Lleno de lefa el coñito de mi zorra. Se acaba nuestro primer día juntos. Ponemos sobre la mesa nuestros deseos en esta relación

No hubo mensaje de respuesta por parte de su novio pero sí una llamada la cuál rechacé puesto que si la acepto se descubriría el engaño.

Le contesté con un mensaje diciéndole que no quería hablar con él en ese momento, que lo llamaría más tarde o hablaríamos mañana en persona.

No hubo más respuesta por su parte.

Era hora de despertar al ángel para seguir su entrenamiento e ir

pervirtiéndola

más, para qué poco a poco se vaya convirtiendo en la sumisa que imaginé y deseé, la puta perfecta según mis criterios.

Me dispongo a despertarla y para ello cojo un cubito de hielo de la nevera y se lo paso por un pezón, por encima de la camisa que lleva puesta.

Su pezón reacciona al estímulo pero ella aún sigue dormida.

Paso al otro pezón y más de lo mismo por lo que decido dar un paso más y con mucho cuidado voy introduciéndoselo en su pequeño, estrecho y depilado coñito.

Ahí sí reaccionó y se despertó de golpe, el contraste de temperatura fue demasiado para ella y se incorporó para ver que pasaba, vió que era yo el que estaba jugando con ella y se volvió a tumbar y me dejó hacer.

Aunque sus pezones estaban crecidos en toda su extensión se veía que no disfrutaba por lo que simplemente opté por dejárselo dentro y que se diluyese poco a poco.

Ya era hora de cenar, le ordené que me preparase algo y que esperase su turno para comer, primero el Amo y después la zorrita.

Me preparó algo sencillo, unos huevos fritos y una ensalada.

Lo puso todo en la mesa bien ordenado y se quedó a mi lado esperando órdenes.

Le dije que se pusiera de rodillas en el suelo con la cabeza mirando al suelo y que esperase así hasta nuevo aviso que esa sería su postura de sumisión a la espera de órdenes.

Acabé de cenar y sin mirarla ni tocarla casi despreciándola, me dirigí a mi habitación y cogí su comedero y su bebedero de perra con su nombre.

Volví a la cocina y llené el comedero con mis sobras y un poco de pan.

Le dije que cogiera el bebedero y tirando de la correa la llevé hasta el baño, ella realizó ese trayecto a gatas.

Una vez en el baño le ordené que lo pusiera dentro de la taza del váter y me sacase la polla puesto que necesitaba mear y que mientras lo hacía me la sujetara y al acabar que me la dejase bien limpia con su boca.

Así lo hizo aunque me costó mear por qué se me estaba poniendo morcillona pero lo hice y al terminar siguió mis instrucciones al pie de la letra.

Todo esto lo hizo estando arrodillada al lado del inodoro con lo cual todo lo que salpicaba acababa en su cuerpo.

Seguidamente recogió el bebedero de la taza del váter y la conduje de vuelta a la cocina, esta vez por razones lógicas iba de pie.

Puso el bebedero al lado del comedero y le ordené que a 4 patas se dispusiera a cenar, me miró con cara rara, de asco sobre todo respecto a la bebida pero no puso ningún impedimento.

Yo: puedes comerlo y beberlo todo ahora o durante las horas que estés aquí pero hasta que no dejes los dos cuencos limpios no probarás otra cosa.

Comió casi todas las sobras pero no bebió casi nada, tan solo le dio dos lengüetazos a la "bebida", para probar su sabor y ver si era capaz de beberse un buen trago pero no lo logró, le producía demasiada repulsa.

Tendría que superar ese tabú de su cabeza o se tendría que quedar en mi casa hasta consumir todo el bebedero.

Acabó de cenar y miré los cuencos y vi que no había bebido casi nada y dirigí mi mirada hacia ella y mirándome sin darme tiempo a reprenderla me dice:

Ana: ya lo sé Amo, le prometo que lo terminaré pero deme tiempo.

Yo: te doy esta noche para acabarlo de no ser así no habrá castigo, simplemente se acabó, abres la puerta y te vas para siempre.

Vi en su mirada una mezcla de odio y fuerza, sabía que era capaz de hacerlo y la estaba motivando aunque mis palabras le parecieran muy tajantes.

Su orgullo no le permitía fallar, quería demostrarme que podía ser la mejor y lo conseguiría costase lo que costase, no se rendiría tan solo por una cosa, por una orden que le desagradaba mucho tener que cumplir.

Aunque ya ha hecho muchas cosas por mí, fué con esa mirada con la que entendí, comprendí,que ya era mía definitivamente, que ya no se iba a echar para atrás.

Pasaron varios segundos en los que estuvimos sosteniéndonos la mirada, ella cómo buscando mi aprobación o un gesto o una palabra por mi parte y yo simplemente la desafiaba y solamente quería contemplar su preciosa cara sabiendo que ya estaba totalmente entregada.

Rompí esa situación con una orden:

Yo: ven, sígueme hasta la habitación.

Y tirando de su correa vino mansamente detrás de mí.

Una vez en la habitación le ordené desnudarse por completo y tumbarse boca abajo en la cama, había llegado el momento de poseerla.

Le dije que se relajara completamente y disfrutara de los siguientes minutos, que estaba segura y protegida, no le pediría nada raro o humillante.

Estando boca abajo me acerqué a ella y apartándole el pelo empecé a darle ligeros besos en el cuello posando mínimamente mis labios, rozándole la piel, alternando los besos con suaves "soplidos".

Cambiando de besos a soplidos se le empezó a poner la carne de gallina y empezaba a suspirar.

Le estaba gustando y tan solo acababa de empezar.

Seguí, bajando por su espalda, con los besos y acariciando su cuerpo con la yema de mis dedos, llegué hasta su generoso culo y en esa parte me recreé largo tiempo sobándolo, acariciándolo,mordiéndolo,"amasándolo", incluso dándole algún que otro azote de menor a mayor intensidad.

Mi tratamiento funcionaba, ya notaba el calor que emanaba de su coño y ese olor tan característico de la humedad que se desprendía del interior de su cuerpo.

Separé sus nalgas para poder ver su ano virgen y empecé a lamérselo, inmediatamente al sentir mi lengua en su orificio dio un respingo, inconscientemente recordaría su intento fallido y doloroso cuando intentó sexo anal con su novio.

La tranquilicé diciéndole que no era el día para eso, sólo quiero hacerte ver que ambos podemos disfrutar de esa parte de tu cuerpo sin que necesariamente haya penetración.

No decía nada, estaba más callada de lo habitual, no sé si por qué se había metido completamente en el papel o debido a que su cabecita estaba dando demasiadas vueltas.

Puse la almohada doblada debajo de ella para tener mejor acceso a sus zonas de placer.

Seguí lamiéndole el culo, haciendo círculos alrededor de su ano sin llegar a tocárselo, mientras tanto estaba acariciándole el coño, pasando mi mano de abajo a arriba y viceversa notando sus fluidos y su calor, siempre que se calienta esta zorrita se empapa entera.

Pasé a atacar su agujero anal con mi lengua, lo lamía en todas direcciones y de diferentes formas estando así un rato, como veía que estaba disfrutando le dije que cogiese sus nalgas con sus manos y las abriera y ahí ataqué su ano con mi lengua, follándoselo,intentando meterla lo más adentro posible.Quería que se muriese de ganas de que le follara el culo, llevándola al límite de que me lo suplicara.

Mientras hacia todo eso le metí el dedo corazón y el índice dentro de su coñito jugando con ellos al tiempo que con el pulgar frotaba su clítoris.

Ella estaba en el paraíso, gemía cada vez más y a mayor volumen, se retorcía, se movía buscando una mayor penetración de mis dedos y lengua, le faltaba muy poco para explotar en un orgasmo tremendo por lo que decidí parar de golpe.

Saqué mis dedos y mi lengua de su interior y me aparté un poco esperando si reacción.

Parece ser que decidió romper su silencio espetándome:

Ana: !!no pares ahora cabrón estoy a segundos de correrme¡¡

Yo: modera ese lenguaje y respeta a tu Señor.

Acompañé esas palabras con un duro y sonoro azote que hizo que se quejara.

Ana: lo siento mi Señor pero es que no puedo más necesito correrme, haga que explote se lo suplico.

Yo: está bien si me lo suplicas.....jeje, pero antes tengo una cosa para ti.

Abrí un cajón y saqué unas bolas chinas anales con vibración.

Yo: quiero que te las metas tu misma, son para el culo no te confundas, hoy te lo follaran ellas.

Túmbate boca arriba y levanta las piernas hasta poner los pies al lado de la cabeza y vete introduciéndolas poco a poco.

Y así lo hizo, en esa postura totalmente expuesta en la que parecía una vulgar puta barata, con su zona íntima brillante por sus fluidos, se las metió sin mucha dificultad hasta la anilla o tope de seguridad.

Yo: muy bien puta veo que tu culo traga bien, querías correrte no?

Ana: si Amo por favor, deme un orgasmo como los que usted sabe provocarme.

Yo: te vas a enterar putita.

Y sin más puse la vibración a tope y la "violé" con tres dedos dentro de su coño los que moví a un ritmo salvaje, desenfrenado,casi como queriendo hacerle daño y eso no lo aguantó y explotó, reventó y se corrió literalmente a chorros, se retorcía como si fuese la protagonista de El Exorcista, fué espectacular, no sé si es que soy muy bueno calentándola o es su falta de experiencia y sensaciones las que ayudan mucho.

Ana: jodeeeeer!!!!!!!! Me voy a morir!!!!!, eres un hijo de puta pero me encantas, estoy totalmente vacía.

Yo: no Anita no, aún te queda más en tu interior y ahora lo verás, me toca a mí correrme.

Ana: ¿me quieres follar?, no puedo más déjame descansar un poco y apaga esta cosa.

No le contesté, simplemente le cogí las piernas, se las abrí y le enterré mi polla sin miramientos, entró sin problema.

Empecé a bombear sin parar, rápido muy rápido, fuerte muy fuerte, necesitaba correrme y no iba a tener miramientos ni escrúpulos, era mi momento.

Ana: para para joder!!!, no puedo más por favor te lo digo en serio.

Yo: cállate puta no mientas estás empapada, quiero llenarte de lefa y no pienso parar hasta descargar, asi qué disfruta hasta que me corra o sigue quejándote me da exactamente igual.

Seguí reventándola y ella aunque se notaba qué estaba agotada, acabada no podía evitar seguir con un orgasmo detrás de otro aunque con menor intensidad.

Yo: ya viene tu premio zorra, te voy a llenar el coño a rebosar.

Ana: acaba de una puta vez cabrón me vas a matar.

Y dicho eso empecé a soltar mi lefa dentro de ella, si no fuese imposible diría que me corrí a litros, esta mujercita sabe como calentarme.

Justo en el preciso instante que sintió mi semen llenándola se arqueó totalmente y con los ojos en blanco cayó desfallecida sobre la cama, por un momento me asusté pero al tocar la cama con la totalidad de su cuerpo soltó el mayor gemido que he escuchado nunca, mezcla de una satisfacción jamás experimentada y de cansancio y agotamiento absoluto.

Yo: estás bien?

Ana: no quiero ser grosera ni faltarte al respeto, pero cállate y déjame tranquila no puedo más, necesito descansar y apaga las bolas ya.

No me lo tomé a mal por qué lo dijo con "cariño", y con una sonrisa en la cara.

Yo: tranquila, ya veo que te lo has pasado muy bien descansa y duerme todo lo que quieras y necesites, eso sí ponte las bragas no vaya a ser que venga alguien y casi te mate de placer jaja y las bolas las apago pero déjatelas dentro.

Ana: vete a la mierda y pónmelas, no puedo ni moverme, me has destrozado, pero aun así muchísimas gracias.-guiñándome un ojo-.

Yo: de nada, ha sido un placer aunque creo que más para ti que para mí jajaja, venga Anita duerme y disfruta del momento que mañana volverás a encontrarte con eso que llamas novio.

Ana: de verdad, gracias por todo ni en mis sueños eróticos más pervertidos me podía imaginar que existiera tanto placer.

Yo: aún te queda mucho por aprender y experimentar pero iremos poco a poco.

Ana: hablando de eso, ¿me traes lo que queda de mi cena?, quiero terminarla pero tendrás que ayudarme a incorporarme y a tomármela.

Yo: creí que no serías capaz de acabarla, ahora te la traigo.

Ana: tú también tienes mucho que aprender, al menos sobre mí.

Yo: cuánto más te conozco más te quiero conocer así qué quiero aprenderlo todo de ti.Voy a por tu cena.

Cogí el bebedero de la cocina y volví a la habitación, le ayudé a levantarse y le puse el borde del bebedero en los labios, abrió un poco la boca y empecé a entornar el cuenco para que el dorado líquido fuese lentamente introduciéndose en su boca.

Se lo bebió todo y dándome las gracias se tumbó y se dispuso a dormir.

Había sido un día muy largo para ella con muchas cosas nuevas experimentadas, muchas sensaciones, sentimientos,placeres etc...

La verdad es que daba pena ver su estado, destrozada por el cansancio, sudada,húmeda, despeinada,se merecía un buen descanso, cuando despertara tendría que irse pero antes tendremos que hablar.

Se levantó temprano, se dio una ducha, se puso otra de mis camisas, preparó el desayuno y vino a despertarme dulcemente con besos en mis labios para decirme que era hora de levantarse y reponer fuerzas.

No era la forma de despertarme que le tenía encomendada, debía despertarme con sexo oral, culpa miá por no habérselo dicho, por imbécil me perdí una mamada mañanera jaja.

Yo: buenos días zorrita, ¿has dormido bien?.

Ana: de maravilla, a los cinco minutos ya estaba en brazos de Morfeo, debo de agradecértelo a ti me dejaste hecha polvo.

Yo: de nada Anita, el sexo es un placer que me encanta enseñar y compartir, más aún con una putita como tú.

Ana: esa soy yo tu putita y ahora arriba dormilón que quiero pasar un poco más de tiempo antes de irme.

Yo: empieza sin mí, necesito una ducha.

Ana: te dejé preparada una toalla limpia y ropa para ponerte cuando salgas de la ducha, yo ya me duché, no te molesto más me voy a desayunar, no tardes Amo.

Yo: voy enseguida.

Mientras me duchaba pensaba en cómo se tomaría esta situación, si se entregaría totalmente a mí en todos los aspectos aunque estuviésemos separados y solo había una forma de saberlo, preguntárselo.

Salgo de la ducha, me visto y voy a la cocina y ahí está ella, radiante,esplendorosa, resplandeciente devorando unas galletas mojadas en un tazón de leche con cacao, la noche le había sentado muy bien en todos los sentidos.

Me siento y le digo:

Yo: Ana quiero hablar contigo sobre todo lo que hemos vivido y experimentado hasta hoy, ¿que opinas?, ¿cómo te sientes?, ¿quieres seguir con esto y entregarte totalmente a mí?

Ana: Me siento genial, soy otra persona, más madura más sensata, con mayor confianza en mí misma, con otras prioridades en mi vida y con muchas cosas que cambiar en ella.

Quiero y deseo seguir aprendiendo de ti y contigo y si para ello tengo que entregarme completamente a ti lo haré sin dudas ni rechazos.

Yo: perfecto, entonces desde hoy en cuánto salgas por esa puerta serás mi sumisa mi puta y mi zorra, cada una tendrá su momento pero las tres deben complementarse.

Ana: enséñame a hacerlo y tendrás a las tres cuándo las necesites.

Yo: pues una vez dejamos esto claro hay otra cosa que tienes que solucionar y eso es tú novio, cómo comprenderás tendrás que dejarlo, te quiero solo para mí y para quién yo decida.

Dicho esto le pasé su móvil y le dije que leyese la conversación que tuve con su novio.

Lo leyó sin inmutarse y me miró y me dijo:

Ana: gracias, me has allanado mucho el terreno no sabía como decirle que ya me cansé de él y por lo que leo tenías razón sobre lo que me dijiste de él, sólo me quiere para follar, pero no quiero dejarlo sin más quiero vengarme quiero que sufra, se te ocurre algo?

Yo: alguna idea tengo que te va a encantar.

No hizo falta decirle nada más en cuánto vio mi cara y mi sonrisa de cabrón.

Ana: ufff!!! ¿cuando lo llevamos a cabo?

Yo: tranquila zorrita todo a su tiempo, hoy estaré ocupado preparando tu contrato de sumisión.

No quedes con él hasta mañana, mándale un mensaje y le dices que le llamas esta noche, te daré órdenes antes de que lo llames.

Ana: me parece perfecto Amo, ya tengo ganas de firmar ese contrato.

Yo: termina de desayunar y vete a casa, estarán preocupados.

Se terminó la leche, se vistió tal y como vino me dio un beso y se fue.

Y se marchó con las bolas dentro de su culito

, ninguno

de los dos nos dimos cuenta de que aún las llevaba puestas

, se

ve que se adaptó bien a ellas jeje.


En la próxima entrega conoceré a su novio y firmaremos el contrato de sumisión.

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, sugerencias y comentarios son bienvenidos.