La hora de la siesta
No podía ser que aquello estuviera sucediendo y sin embargo, de nuevo notaba cómo se iba a volver a correr.
LA HORA DE LA SIESTA.
----------No podía ser que aquello estuviera sucediendo y sin embargo, de nuevo notaba como se iba a volver a correr----------.
Otro día más la primera de las alarmas del despertador. El tercer toque de sus dedos a tientas logra apagar aquella musiquilla que empezaba a sonar al fondo pero que cada vez aumentaba la intensidad.
Con la segunda alarma no tuvo esa suerte y después de los 30 segundos sonando se silenció automáticamente.Después de la primera, volvió a caer en un profundo sueño del que fue incapaz de despertar esta segunda vez. Lo malo era que ésta se volvería a repetir cada 5 minutos.
De nuevo unos toques a tientas y por fin da con el tan ansiado "FINALIZAR" en el móvil.
Sabía que aún le quedaban al menos otros 10 minutos para ir despertándose si no lo había hecho ya, o simplemente para disfrutar de aquellos últimos minutos en la cama.
Cuando sonó por fin la tercera y más ruidosa de las alarmas, no la dejó sonar más de tres segundos y con decisión salió de la cama.
Ducha rápida para acabar de despejarse y empezar el día bien despierta.
Dasha no era muy alta. Tenía un pelo largo, castaño claro sin llegar a ser rubio que cuando se lo echaba hacia delante, cubría sus perfectas tetas. Estaba orgullosa de ellas pues las tenía muy bien puestas. Los chicos con los que había estado se volvían locos con ellas y a ella le encantaba que lo hicieran. Sus pezones eran uno de sus puntos débiles en cuanto a excitación se refiere. Bastaba con que se lo rozasen dos veces para que enseguida notase la humedad entre sus piernas. Y, si se los lamían, la daba igual donde estuviera o con quién, que buscaba la ocasión para follar allí mismo. Aún recuerda cuando se lo contó a su amiga Marta y esta, incrédula, la dijo de probar... Acabó llevándosela a un probador de un gran almacén, comiéndose las dos de arriba a abajo frente al espejo y corriéndose una y otra vez, pero eso....es otra historia.
Tenía también muy buen cuerpo pues la gustaba hacer ejercicio en el poco tiempo libre que le quedaba en el día. Piernas definidas (lástima no fuesen más largas) y un culo duro sin ser grande ni pequeño hacían que muchos tíos ( y algunas tías) se dieran la vuelta alguna vez cuando pasaba arreglada.
Ojos claros y labios carnosos. Muchos amigos la decían que tenía rasgos rusos y...no se equivocaban. Sus abuelos tuvieron que escapar del régimen ruso con 5 hijos (3 niños y 2 niñas). Una de ellas, su madre, se casó con un Español. De ahí esos rasgos, el nombre y esa cara tan guapa.
Tras la ducha, se preparó el desayuno: una pieza de fruta junto con sus tostadas (una dulce y otra salada) acompañando el café con leche. Era raro que tomase algo al mediodía antes de comer, pero por si acaso, solía echar otra pieza de fruta que casi siempre la traía de vuelta cuando regresaba a casa.
Si alguna vez la daba tiempo, comía en casa, pero eso la suponía dejarlo preparado por la mañana con el consiguiente estrés, así que solía comer fuera. Todo el día de trabajo y reuniones y normalmente la última semana del mes, solían mandarla de una revista, cuatro o cinco artículos para traducir de español a ruso.
Llevaba tiempo sin pareja y tampoco se había parado a pensar si realmente lo necesitaba o no. Aquel ritmo de trabajo era agotador y cuando tenía tiempo lo aprovechaba para charlar con alguna amiga o los fin de semana, salir con amigos. Recordaba de las últimas veces que salió a bailar con un ex suyo y su amigo al que ella también conocía. Qué bien se lo pasaron. Tenía que encontrar otro día para poder repetir con ellos.
Aquel viernes, fue duro, aunque con suerte, si no la llamaban desde la oficina, podría irse a casa y tener toda la tarde para descansar.
Una ducha rápida para ponerse cómoda en su casa.
No le apetecía ponerse a hacer la comida y no había dejado nada preparado, pues normalmente no volvía hasta casi el anochecer, así que, abrió el frigorífico y echó una mirada para ver lo que encontraba. Queso y pavo fue lo único que tenía a mano si no quería ponerse a cocinar. Lo sacó con unos panecillos tostados. Cogió una copa, una botella de verdejo que tenía empezada de la otra noche y se sentó en el sofá.
Cuando acabó de comer, se echó lo que quedaba de vino en la copa y se levantó a por el postre. Sólo le quedaba un mango y una banana. Cogió esta última y volvió al sofá.
Se acabó la copa de vino ( ya era la tercera) y sin comerse el postre, se tumbó cubriéndose con una colcha fina, que le recordó cierto escrito de una sábana...y...entre recuerdos, se quedó dormida.
Se despertó aún con los ojos semicerrados y bastante excitada. Le gustaba la sensación que estaba teniendo, pues algo la estaba recorriendo uno de sus pezones.
Pensó que se trataba de un sueño al quedarse dormida recordando aquel escrito de la maldita sábana y simplemente...se dejó hacer.
Notaba la humedad de una lengua alrededor del pezón y cómo pasaba a lamer el otro. De vez en cuando lo presionaba hacia abajo o lo succionaba hacía arriba para luego volver a lamerlo.
Quien cojones la podía conocer también?
Ahora aquella lengua bajaba por su vientre. Podía notar el aliento cuando éste pasó por esa hilera fina de pelitos que se solía dejar en el pubis. Dasha se retorcía, y estaba tan deseosa de que siguiera bajando más y más, que abrió sus piernas para invitarle a todo, pero no. Lo que fuere, sabía muy bien lo que hacía.
Con los muslos abiertos, notó como unos besos iban de uno a otro pasando por la unión de ambos. Estaba desnuda y podía notar el aliento en su clítoris. Poco a poco se fue mojando más de lo que ya estaba después de la sesión que habían tenido lamiendo sus tetas.
Bueno, pues si lo que sea no se para, lo voy a parar yo, pensó Dasha. Así que, extendió sus brazos y con las manos abiertas agarró lo que parecía una cabeza para atraerla hacia ella.
- Come joder....come..!! No quieres coño? Pues toma...chupa y empáchate de él... UUFFF, así joder...qué ricoooooo.....sigue lamiendo.
Dasha no abría los ojos, no quería despertar de su sueño. Cuando se encendía, dejaba de ser la mujer de imagen tranquila, como si no hubiera roto un plato en su vida y se transformaba en una fiera sexual.
Ahora un dedo se introducía en su vagina mientras la lengua no paraba de jugar con su clítoris.
- Mete otro por favor...mete otrooooo..!!
Justo cuando notaba como aquel primer orgasmo estaba llegando, otro dedo penetró sin su permiso en su culo, pero fue bien recibido....tan bien que al momento se corrió gritando tan fuerte y moviéndose tanto que la maceta que estaba en aquella mesita junto a la ventana se cayó y se hizo añicos dejando el poto y sus raíces moribundos en el suelo.
Otro segundo orgasmo se juntaba casi con el primero mientras la seguían lamiendo el clítoris con aquellos dedos jugando dentro de ella.
- Métemela por favor!! Quiero sentir tu polla dentro de mi. vamos...dame fuerte....!!
Dasha notaba como la penetraban en su ya empapado sexo y cómo éste pedía más y más. Llevaba tanto tiempo sin sexo y ahora.....aquello estaba siendo la hostia.
No podía ser que aquello estuviera sucediendo y sin embargo, de nuevo notaba como se iba a volver a correr.
No la importaba que fuese o no un sueño. Estaba gozando como hacía mucho y sólo quería follar y follar. Se dio la vuelta y en voz alta dijo....
- Venga, clávamela así. Es como más me gusta, a cuatro patas. Agárrame de las caderas y métemela hasta los huevos. Ohhhhh...así....así...me encanta..... Joder cabrón, quien quieras que seas, ven a follarme más a menudo en mis sueñoooossss......AAAHHHH....ME CORROOOOOO....MMMMMMM.....
Eran pasadas las seis de la tarde cuando Dasha despertó. Parecía que había pasado un torbellino por allí, pues la colcha con la que se cubrió al echarse la siesta estaba por los suelos, al igual que el poto que le había regalado su ex.
En la mesa la copa de vino estaba vacía y la banana estaba pelada y espachurrada, como si hubieran estado jugando con ella.
Tenía restos de banana por las tetas y cuando pasó su mano por su entrepierna, el olor a esa fruta tropical la terminó por descolocar.
Mientras se duchaba, volvía a recordar lo que había experimentado en su cuerpo apenas una hora antes y de nuevo sus pezones respondían.
Creo que hoy puede ser un buen día para volver a quedar con mi ex y su amigo...