La historia más bonita

Hay algo más bonito que el amor entre una madre y su hijo.

LA HISTORIA MÁS BONITA

Hola a todos. ¿Hay algo más bonito que el amor entre madre e hijo? Yo creo que no…y si no, juzgad vosotros.

Para empezar les diré que ahora en casa quedamos mi madre y yo, ya que la tercera persona en discordia, y si que lo era, era mi padre, pero que afortunadamente se fue de casa, porque si no, creo que se habría dado otro caso de la tan nombrada violencia de género…pero como digo, la cosa no llegó a mayores.

Mis padres trabajaban los dos para fundamentalmente subsistir, ya que caprichos la verdad es que se podían permitir pocos. Mi padre es un hombre hosco, rudo, bebedor importante, que pierde el control con facilidad. Por eso, tras varios años de discusiones, cuando en su empresa le propusieron un mejor puesto, pero en otro sitio, llegó la oportunidad de que mis padres se separaran de una forma más o menos pacífica. Vivimos en Madrid y él se fue a la zona de la costa valenciana. Por ese entonces yo tenía 11 años, y la verdad es que sentí un gran alivio. El pagaría una parte por la separación y por manutención. Y todos tan contentos.

Mi madre, Alicia, seguía con su trabajo de administrativa en un puesto de la administración pública. La verdad es que ella es una mujer excepcional, tanto por su carácter como por su belleza. Por eso no me sorprendió lo más mínimo que varios de sus compañeros quisieran llevársela al huerto, unos incluso cuando estaba casada con mi padre, pero ella estaba…un poco cansada de hombres, al menos por el momento.

Durante cuatro años no disfrutamos de vacaciones, ya que las cosas no estaban bien, en lo económico. Teníamos lo justo para pagar las facturas, pero poco más. Pero para cuando cumplí 15 años fuimos a Salou y pudimos ir a Port Aventura, disfrutando como un enano. Mi madre por su parte también se lo pasó muy bien, incluso se montó en el mítico Dragon Khan, cosa que me sorprendió muchísimo. Por la noche salíamos a dar una vuelta e incluso le dije que si quería salir ella sola, por si acaso…pero me dijo que de eso nada, que ya venía muy bien acompañada. En fin, que esas vacaciones quedaron en mi retina como las mejores de mi vida. Tuvimos que compartir una habitación, pero mi madre siempre se cambiaba en el baño, y todo lo que la vi fue en bikini en la playa.

El curso siguiente fue de lo más normal, clases por mi parte, mi madre con su trabajo…lo normal. Yo salía los viernes y sábados con mis amigos y mi madre, menos, con sus amigas.

En fin, he dicho que mi madre es espectacular, pero no la he descrito como es. Mide como 1,70, morena, de ojos marrón claro, delgada, buenas piernas, un culo respingón y una buena delantera, usando una talla 95 de sujetador. Tiene ahora39 años Si digo la verdad no entiendo como mi padre pudo dejar a una mujer como ella. Por mi parte, Rubén es mi nombre, soy más alto que ella, unos 5 cm. más, pelo un poco más claro y unos ojos idénticos. Sin ser un empollón estudio y no suspendo, además de no meterme en líos, por lo que mi madre está muy contenta.

Para no enrolarme mucho empezaré a contar lo que realmente nos interesa. Llegaron las vacaciones de semana santa en el instituto. La mayoría de mis amigos se irían de vacaciones bien a la playa o bien a los pueblos de sus padres. Por mi parte la cosa no pintaba demasiado bien, ya que mi madre trabajaba hasta el miércoles y luego nos quedaríamos en casa.

Los primeros días fueron bastante tranquilos, me quedé en casa, primero terminé la tarea del instituto y luego echaba largas partidas con la consola, una de mis más preciadas posesiones, que compré tras mucho ahorrar.

El miércoles mi madre salió de trabajar como siempre a las 3 de la tarde y cuando llegó a casa y comimos dijo que esa noche podíamos ir al cine y cenar algo por ahí, si es que no había hecho otros planes. Le dije que me parecía estupendo, que mis amigos se habían ido a pasar unos días fuera. Cogimos un periódico y la acompañé a la pequeña terraza que tiene el piso, y que es donde mi madre se fuma su pitillo después de comer y cenar, los otros dos se los fuma en el trabajo a la hora del café. Decidimos la película y el cine, en un centro comercial, por lo que allí mismo comeríamos algo, tipo pizza o hamburguesa. Fuimos en metro hasta la zona de ocio, comimos y fuimos a ver una peli, que la verdad me desencantó un poco, porque tenía mucha publicidad, pero a mi no me llenó. Después de eso fuimos a tomar algo. Mi madre me dejó tomar una cerveza con limonada y ella pidió un licor, de whisky y crema, creo que ya sabéis cual es. Lo tomamos en una terraza del centro comercial. Luego tomamos otro, mientras mi madre fumaba otro cigarrillo y a eso de la una y media cogimos un taxi para volver a casa. La verdad es que la noche era una maravilla. No hacía ni frío ni calor. Al llegar mi madre quiso ir a la terraza a fumar otro pitillo. La reñí por ello y se rió, diciendo que tendría que ser ella la que me riñese a mi, y no al revés, pero que tenía razón, que ese día había fumado más de la cuenta, pero que un día es un día, y estábamos de vacaciones, aunque solo fueran cuatro días.

Me pidió que le preparase otro licor, y le pregunté que si yo podía tomar uno, "que un día era un día". Se rió de mi ocurrencia y me dio permiso. Nos sentamos en las sillas y estuvimos disfrutando de la noche. Mi madre me preguntó por las típicas cosas como si tenía novia y eso. Le dije la verdad, que no, pero que tampoco tenía prisa (en eso mentí, porque estaba más salido que un mono). Quiso saber que si había tenido alguna experiencia sexual, y también le dije que no, ya que besarme y tocarle las tetas a Carolina, una compañera de clase, que ahora sale con otro chico, pues no me parece tener una experiencia. En ese momento mi madre dijo que tenía calor y se quitó la cazadora que tenía puesta, quedando con una camiseta blanca que realzaba sus tetas. En ese momento juro que no la vi como mi madre, sino como una preciosa mujer. Ya que estábamos en temas de amor y eso le pregunté que si ella tenía ahora otra pareja y eso, y me dijo que no, que después de su separación apenas había estado con un par de hombres y que en esos casi 5 años los polvos que había echado se podían contar con los dedos de las manos (así fue como lo dijo, y me quedé de piedra)

-Pues la verdad, mamá, no se cual será el motivo, me imagino que tu no querrás, porque, aunque seas mi madre estás muy buena.

-¿En serio?

-Si, totalmente en serio. Además, no soy el único que lo dice. Casi todos mis amigos me lo han dicho, e incluso alguno ha oído a su padre decir que estabas para mojar pan.

-Bueno, bueno…que me voy a poner roja como un tomate.

-Yo solo digo la verdad…y otra cosa, como puedes aguantar así

-No se, supongo que como tú

-Quieres decir que tu te heces

-¿Pajas?

-Si, bueno, eso.

-Pues claro, o te piensas que soy de piedra. Por supuesto que también me masturbo.

-¿Y en que piensas?

-Ya está bien. ¿Y tú, en que piensas cuando te masturbas?

-Pues yo creo que está claro, en mujeres.

-¿Qué mujeres?

-No se…bueno, si, pues por ejemplo en la profe de inglés

-¿En Natalia?

-Si. También en la madre de Juan Luís.

-Pero bueno, Rubén, Natalia es más o menos de mi edad, y la madre de Juanlu es un poco mayor que yo… ¿y no piensas en chicas de tu edad?

-Generalmente no. Me ponen más las mujeres como Dios manda. Por cierto, tu no me has dicho en que piensas.

-Pues te lo puedes imaginar. Más que en personas concretas me imagino situaciones, como que me besan, me acarician, me hacen el amor, según los días de forma suave, otros de forma salvaje…no se, supongo que depende de cómo esté.

-Ya

-Pero ahora en serio. ¿Encuentras atractiva a una mujer de mi edad?

-La verdad es que mucho.

-Y si te olvidases por un momento que soy tu madre, ¿me encontrarías atractiva a mí?

-La verdad es que si, incluso sin olvidarme que eres mi madre me pareces muy…guapa.

-¿Qué ibas a decir?

-Nada

-Embustero…venga hombre, que no me voy a enfadar por lo que digas…dime.

-Iba a decir que me pareces muy…follable…ya está.

-¡Ja, ja, ja! A ver si una está pasando miserias y tiene la solución en casa.

-Si por mi fuera

-¿Lo estás diciendo en serio?

-¿Qué, que eres un monumento? La verdad es que si, que lo eres.

-No me refiero a si serías capaz de follar conmigo.

-Eso es una cosa que no depende de mí

-¿Y si dependiera?

-La verdad…no me lo pensaba dos veces.

-No me lo creo

-Me has pedido mi opinión

-Vamos a ver si es verdad.

Mi madre se levantó de la silla y me cogió de la mano, llevándome a su habitación

-Venga, vamos a ver si es verdad eso que dices.

-Mamá

-No eres tan valiente

-No es eso, no se dan las circunstancias apropiadas.

-¿Por ejemplo?

-El ambiente, como estamos, no se.

-Eso se puede arreglar.

Mi madre puso música ambiente, dejó una luz muy tenue…y se quitó la camiseta, quedándose en sujetador. No me lo podía creer. Mi polla se puso como nunca había estado.

-¿Así te parece mejor?

-Ehmmm!...si bueno

-¿O prefieres que me quite algo más?

En ese momento se quitó los vaqueros, quedándose con su conjunto de ropa interior muy sexy, blanco, con encajes.

-¿O incluso mejor así?

Se quitó el sujetador. Era la primera vez en mi vida que le veía las tetas a mi madre. Estaba a mil. Casi me corro en ese momento, pero estaba como paralizado.

-Creo que mucho hablar, pero poco actuar.

Eso fue como si un corredor de velocidad oyese el pistoletazo de salida. Me fui hacia donde estaba mi madre y empecé a chuparle las tetas.

-Parece que era verdad lo que me decías.

-Claro que era verdad. Estás muy, pero que muy buena.

-No era follable.

-Por supuesto.

-Pues vas a tener que demostrármelo.

-Cuando quieras.

-Ahora mismo.

Me quité la ropa mientras mi madre se quitaba las bragas. Tenía el coño muy bien arreglado, con poco pelo. Mi polla saltó de mi slip como un resorte.

-Vaya, tu soldadito está en posición de firmes.

-Como iba a estar si no.

-Lo dicho, menos hablar

No empezamos a besar como dos enamorados. Mi madre estaba como muy, muy cachonda. Caímos sobre la cama, ella estaba debajo de mi cuerpo. Poco a poco fue abriendo las piernas para que mi polla buscase el orificio de su sexo. Estaba fuera de si, gemía. Me pedía que la follase ya, que no aguantaba más. Empecé a entrar en su coño, despacio, y cada vez un poco más deprisa. Ella se movía conmigo. Los gemidos pasaron a ser gritos.

-Dentro, sigue, así, fóllame

-Si!!!

-Así, así, sigue mi amor, sigue, así, párteme el coño en dos, así

-Me voy. Me voy

-Y yo, me voy, córrete dentro, córrete

-Me corro, me corro

-Y yoooooo….

La verdad es que fue salvaje. Caímos unos minutos sobre la cama. Al poco tiempo mi aparato estaba en condiciones de ser usado d nuevo. Mi madre se percató.

-¿Qué, ya estás listo otra vez?

-Claro que si

-Esta vez me voy a poner a cuatro patas.

-Como quieras

Se puso en esa posición y yo me coloqué detrás de ella. Iniciamos una nueva cabalgada. Mi madre estaba embriagada de placer. Al tiempo que me la follaba ella se pellizcaba los pezones o me masajeaba el clítoris.

-Sigue así, mi amor, sigue

-Que bueno, mamá, que bueno

-Si, sigue, así, así, hasta el fondo

-Toma, toda

-Me gusta, me gusta…así como una perra, a cuatro patas.

-Si, como una perra

-Siiii, dímelo,

-¿Perra!

-Siiii, eso es lo que soy.

-Eres la perra más buena que conozco.

-¿Siiii? ¿Estoy buena?

-Buena no, buenísima.

-¿Siiii?

-Si, perra, estás de puta madre.

-Eso es lo que soy, tu puta madre

-Si, puta

-Eso es lo que soy una puta…que está a punto correrse otra vez

-Y yo, ya voy

-En mis tetas, córrete en mis tetas, mi amor

-Siiiii

Saqué la polla de su coño justo a tiempo para que ella volteara y correrme sobre sus blancas tetas. Después del polvo se fumo un cigarro. Por eso jamás la reñiré