La historia del cadete y del abogado

Una historia de amor y pasión entre un abogado muy joven y cachondo y un cadete rubio de ojos miel, una pasión desenfrenada entre dos mundos diferentes y el mejor sexo.

LA HISTORIA DEL CADETE Y EL ABOGADO

"Me muero por abrazarte y que me

abraces tan fuerte"

Cuando comencé a trabajar en el estudio jurídico que había sido de mi padre, y que ahora dirigía, como socio principal. mi hermano mayor, tenía serias dudas sobre mis aptitudes como abogado, en mi persistencia, en mi constancia. Era lo que se dice un frívolo, alguien sin muchas ganas de hacer nada. Había terminado la universidad porque eso era lo correcto y lo que ordenaba la tradición pero yo, no era nada, apenas algo más que un chico de familia rica. siempre a la moda , conocido en mi círculo por mi cuerpo trabajado en el gimnasio, mi metro 89 de estatura, el tamaño enorme de mi poronga (pero de eso no se hablaba) la ropa elegante que solía vestir y el auto último modelo. Nadie sospechaba que yo era gay. Que desperdicio dirían

Por costumbre había estudiado, me había graduado, y entrado a trabajar en el bufete de abogados de mi familia. Porque era lo correcto, me había comprometido con Paula, aunque no estaba enamorado de ella, y casi sin darme cuenta estaba en las vísperas de mi casamiento con ella .

Yo jugaba al polo, había sido atleta, había integrado un equipo de rugby de segunda división, era todo un deportista, pero en nada me destacaba, pienso que porque nada me conseguía entusiasmar. Mi vida era de colores pastel, muy elegante, muy exclusiva pero sin color, sin energía, sin brillo. Una existencia tranquila y sin riesgos, desprovista de pasión. No era una vida que se vivía apasionadamente, sino que se gastaba poco a poco. Hasta que tuve una crisis nerviosa, rompí mi compromiso y comencé un tratamiento terapéutico para superar la depresión.

Un día me levanté con una erección enorme, y dije es ganas de orinar, pero a eso se sumaron las ganas de coger, de vivir una grn pasión, de cabalgar y de divertirme. Un apetito atroz y unas ganas locas de empezar de nuevo en todas mis actividades. En el día aquella erección siguió y ahí me di cuenta que hacia como tres meses que no tenía sexo.

Tenía que coger con alguien antes de caminar por las paredes. Vivía con la pija parada todo el día. Todo me provocaba, hasta el culo sin gracia de un colega muy desagradable.

Volvía de tribunales, y hacía mucho calor, y yo con ese ambo y corbata que me hacían transpirar. Subo a uno de los ascensores del estudio y tras mio lo hace un chico mas joven, un cadete vestido con un uniforme entre rojo y naranja. Nunca lo había visto y me asombró que me dirigiera la palabra, haciendo referencia a las altas temperaturas y terminando con una pregunta que me hizo mirarlo " Ud debe estar muerto de calor no?

Siempre digo que la historia hubiera sido diferente si no lo hubiera mirado a los ojos, si mis ojos pardos no se hubieran posado en sus inmensos ojos color miel, ojos que me dejaron loco de admiración. Eran dos agujeros hondos llenos de dulzura y de paz, eran dos caricias que veían. En esa primera mirada, el me acarició con los ojos y sentí la caricia y tuve ganas de no bajarme en el piso al que iba y preguntarle su nombre, preguntarle quién era, decirle quien era yo. Pero no lo hice. No era lo políticamente correcto, como tampoco era correcta la erección que me duró por largos minutos recordando la figura menuda graciosa y tranquila, el culito redondito y paradito de aquel chico vestido de rojo naranja y de ojos color miel.

Al rato me fui al baño y me hice una paja tristona y solitaria en uno de los excusados, paja triste del que sabe que lo que siente esta mal pero no puede evitar sentir lo que siente. Pero una paja en la que largue como un litro de leche. Que calentura!!!!

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Soy puto viste? Me gustan los machos, los hombres, los tipos. Claro que eso está muy mal visto en mi mundo. Si existe que no se sepa. Si lo sientes no hagas nada. Es pecado, sucio, asqueroso, brutal, propio de seres irracionales. Hay que taparlo, guardarlo en las sombras, lo que sentis es enfermo y es pecado. Hay que conservar la castidad. Si sos puto, aguantátela pervertido….Eso piensan los de mi círculo, pero yo no comparto ninguno de esos conceptos, creo que el amor entre dos hombres puede ser hermoso..

Cada tarde volvía a ese rincón del edificio donde había visto a aquel chico y a veces estaba, pequeño rubio, vestido con ese uniforme ridículo y con esos ojos color miel que me habian mirado , ohh mi nene. Tenía algo que me atraía , que me deslumbraba. Era algo inexplicable , pensé que no era sexual. El cadete me había encantado con algun embrujo.

Pero no podía hablar con el, ni el conmigo. Eramos dos mundos. Dos territorios separados que no podían juntarse. Una noche me iba de mi trabajo y lo vi, con ese caminar ágil y rápido y tuve ganas de llamarlo pero no lo hice. Lo seguí hasta su casa, y lo vi bajar de un transporte público y caminar cinco largas cuadras hasta que entró en la casa. Era un lugar muy humilde pero muy tranquilo. En el aire habia un olor persistente a jazmines del país y a dama de noche. Todo era embriagador. Me quedé como obnubilado con esas fragancias y solo el ladrido de un perro grande me llamó a la normalidad. Mire al cielo tachonado ya de estrellas y suspiré por mi nene, por ese chico encantador que me tenía re caliente.

Oh mi nene , no tan nene de 18, me decía por las noches, oh mi culito hermoso que salta cuando caminas, oh mi cadete de ojos impresionantemente grandes , de verdadera miel, cejas y pestañas muy pobladas. Como desearía tener tu mano , sentir tu aliento, besar tus labios, abrazar tu cuerpo delgado y que vos me abrazaras también.

Como lo deseaba, sin conocerlo bien, como deseaba a ese chico , a ese adolescente rubio y hermoso.

Un día descubrí su nombre pegado en su pecho , Froilán y me pareció el nombre mas hermoso de la creación. Estaba obsesionado por ese chico. Solo verlo me la ponía dura, mirarlo a los ojos me desarmaba, sentir su voz me hacía temblar de deseo.

El tiempo pasó y un día lo ascendieron de cadete a ascensorista, y dejó de usar aquel uniforme gracioso que le marcaba el culito, para vestir de gris como un gorrión de ciudad. El encanto no desapareció. Verlo a diario era una tortura, especialmente cuando me saludaba con un Buen dia doctor , buenas noches doctor, y yo le decia buen dia o buenas noches, nunca nada más.

Oh mi nene de ojos que acarician , de culito redondo como dos melones rocío de miel, o mi sueño de sonrisa amplia y oyuelos espectaculares. Me preguntaba como se podía gustar de alguien de ese modo y carecer del coraje para hacérselo saber.

Un día , me atreví a hablarle, llovía y ofrecí acercarlo a su casa en mi coche. Me dijo que lo agradecía pero que tomaría el omnibus que lo llevaba a la casa.

Lo miré a los ojos, a esos ojos inmensos y mansos y sacando coraje del quinto forro de mis pelotas le dije si me tenía miedo. Se puso colorado y me contestó, que no era miedo, que era otra cosa, pero que le daba vergüenza decir que era.

Yo también soy tímido le dije y el , desde sus ojos hermosos, me miró como incrédulo y y finalmente muy rojo de vergüenza me dijo, que esperaba que no me ofendiera, pero que a el le pasaban cosas conmigo. No aclaró que cosas, y yo, perturbado, emocionado, muerto de amor, le dije que a mi me pasaba lo mismo con el…. Me sonrió y le dije que sabía su nombre y el me dijo que el tambien sabía que me llamo Marcos , que no tengo novia y que tenia 24 años.

Subió a mi auto y llovía muy fuerte sobre Buenos Aires. En la oscuridad de la calle pude sentir el calor de su cuerpo, la frescura de su aliento a chicle, su suave colonia, y el temblor maravilloso de su cuerpo delgado y fuerte a la vez. En un momento, busque su mano y la sentí tibia, huesuda , hermosa y suave y ya no la solée en todo el viaje. Al llegar a su casa me pidió que bajara, que sus padres estaban ausentes, y que regresarían en un par de horas. Ingresé a su casa, y cruzamos un patio don de llovia tanto como en la calle , y el comenzó a subir una escalera angosta apenas iluminada por una lamparita y me dijo que lo siguiera.

Mientras subia, su culito redondo se marcaba mas y mas en su pantalón gris mojado

Y yo me moría de deseo. En algun momento quise alabarle el culo pero me abstuve. no quise que pensara que era un sátiro.

Entramos a su cuarto, y el encendió el velador de su cama, y me miró con sus ojos inmensamente grandes, y me morí de amor, si aunque parezca cursi y me acerqué y lo abracé apasionadamente y el me llenó la cara de besos y yo se los devolvía y le decía mi nene mi nene, mi dulce nene de ojos color miel.

En un momento soltó una carcajada y me dijo, no tan nene y sacó su pija de la bragueta para convencerme, Era una pija hermosa, que acaricie suavemente mientras el suspiraba caliente como una perra en celo.

Lo desnudé y su cuerpo me pareció un tesoro dificil de definir, delgado pero fuerte , huesudo pero armado, con una pija bien grande y gorda y un culito espectacular, era lampiño y sus huevos eran dulces como su dueño. Nos abrazamos fuerte, como temiendo perder el uno al otro, como sellando ese deseo mutuo que no se atrevía a decir su nombre, nos besamos con locura, con mucha lengua, con besos llenos de saliva y de labios desesperados y temblantes, besé sus tetillas rosadas y el hizo lo propio con las mias y se tiro al piso para besar mi poronga que estaba al palo y dura como piedra y la lleno de besos , chupones, y lamidas y por fin comenzó a mamarla con gusto, con deseo mientras yo apretaba su culito y le ponia un dedo primero y otro después , para fianlmente lubricarlo, chupando aquel orto sin un pelo y limpito, y poniéndome un forro, se la metí sin lástima y comencé a bombear enloquecidamente, mientras el pedía desesperado que lo cogiera, cogeme cogeme amor y yo le decia , si mi vida y bombeaba y lo iba penetrando y el aceptaba mi pija enorme en su agujerito casi virgen y yo gozaba en aquel guante de terciopelo que se abria a mi apasionado. Ese orto caliente , joven y elástico que se entregaba a mi lleno de pasión.

El apretaba mi pija con su ortito maravilloso y eso me volvia loco y en un momento no pude resistir mas y acabé en su culo divino, llenando el forro de toda mi leche.

El me llevó al baño y ahí nos duchamos, y pude lavar su cuerpo con un jabón que dijo que era de sándalo y el me lavó el culo y la pija y las axilas y fianlmente el pelo y nos enjuagamos con agua tibia y nos seguimos besando , hasta que busque su pija dulce y me la comí como un caramelo delicioso y la chupé con fuerza y conseguí que acabara una cantidad enorme de leche sobre mi pija y mis huevos. Era su leche caliente y suave y me pareció tan erótico todo, que se me paró de nuevo y apoyándolo contra la pared de la ducha y previo ponerme otro forro, me lo cogí como tres veces mas, y ahora el culo estaba diladado y muy receptivo.

Nos volvimos a bañar y el me secó el cuerpo y yo lo seque a el y lo llené de besos y el me dijo con sus ojos color miel, que quería mi culo , y yo observando su pija enorme y gorda, erecta como la primera vez, lo llevé de la mano a su cama de plaza y media y deje que el nene me cogiera tres veces mas esa noche y llenara de leche mi culo preservativo mediante.

Ya en mi auto, y disfrutando todavia el sabor delicioso de su saliva y de sus besos, me di cuenta que habia dejado de llover.

galansoy

A todos mis amigos, un cuento bien erótico y de amor. Espero les guste. Un beso de g.