La historia de una dama&su poeta 8

Si su alma se había ido en ese momento, la mía estaba partiendo junto con la suya.

La espera se me habia hecho insoportable. A pesar de que llevaba varias horas ahí en la camilla de urgencias y habia probado levantarme, se sentia como cuando habia intentado la primera vez. No estaba mejorando. Cuantas horas habian pasado, una, dos, tres? Esto era la locura, no sabia nada de Alexandra y estaba perdiendo la paciencia.

Mi amor… - Susurré con frustracion. – Solo espero que estes bien…

Alexandra está bien… - Esa voz que golpeaba con su fortaleza.

Kelly? – Estaba sorprendida, que hacía ella acá y como se habia enterado?

Gustavo me lo dijo, si es lo que estas pensando. – Dijo a secas.

No estaba pensando en nada. – Mentí.

Que carajo te paso? – Preguntó friamente. – Acasó quieres terminar con tu patética existencia?

Podria hacerlo si tan solo no me mareara cada vez que me intento levantar. – Respondí tratando de aparentar tranquilidad, sin embargo Kelly tenia la capacidad de recordarme mi culpa aun cuando no lo expresara.

No quiero que se malentiendan las cosas, no estoy acá porque quiera hacer algo bueno, no lo mereces, deberías irte de la vida de Alexandra en cuanto te fuera posible. – Y alli estaba ella, expresandomelo. Continuó. – Pero ocurre que ella te ama, y no te dejerá de amar aunque yo sienta lo que sienta por ella. – Aquello era amor? En un segundo senti celos, muchisimos celos, pero al otro de pronto todo cobró sentido, su ira, su enojo, su indignacion hacia mi, sin duda yo habria sentido lo mismo, habría volado alrededor del mundo para hacer lo mismo que ella hizo trayendome a España. Me llené de comprension y de dolor, a cuantas personas habia herido ya?

Y entonces que es lo que quieres? – Le pregunté notando que ella miraba con curiosidad la sonda que llegaba a mi brazo.

Entender… - Replicó. – Habla..- No entendí bien su propósito.

No sé que deba decir…

Defiendete!! Cual es tu parte de la historia!!! – Dijo de nuevo con rabia. Era que yo estaba entendiendo mal o le habian puesto algo a esta solucion salina que me estaba entrando por el brazo?

Cuando conoci a Alexandra odié todo en ella… - Comencé lo que se supone era alguna clase de defensa, mi parte de la historia en toda esta tragedia. Pase por nuestra historia, la parte en la que casi termino con mi tobillo al intentar ayudarla. El rostro de Kelly se fue aflojando poco a poco hasta volverse neutral. – Esa noche… fue especial… - A pesar de que yo le contaba mis momentos con Alexandra, ella matenia ese rostro impasible. Pronto llegamos a la parte en la que Lawan llego de nuevo a mi vida. – Esa noche, tan solo acepté un trago, te lo juro… y de pronto me sentí muy mareada, pero aun era conciente de todo. – Continué la historia hasta que mis palabras me hicieron rememorar lo que paso en la habitación de Lawan.

Que paso Estefania? – Preguntó Kelly.

Ella intentó forzarme… - Me costó responder.

A que? – NO era evidente? Tenia que responder?

Queria que yo lo hiciera con ella, pero me resistí. – Respondí con un nudo en la garganta, era la primera vez que hablaba de esto. – Aprovechando que estaba mareada, me empujó hacia la cama y empezo a romperme la ropa. – Vi que Kelly apretó sus puños.

Ella te…. – Pronunció.

Se detuvo… - Respondí recordando claramente ese momento en mi mente.

Por qué lo hizo?

No se por qué lo hice, pero grité con todas las mis fuerzas “Alexandra ayudame…” – Revivi esos momentos en mi cabeza y comencé a llorar de nuevo. Kelly guardó silencio. – Cuando escuchó que yo llamé a Alexandra, dejo de forzarme y llamo a su asistente para que me ayudara a recomponerme y llevara al hotel.

Hija de… - Replicó Kelly. – Ahora lo entiendo todo… maldicion, no la traicionaste…

Nunca lo hice Kelly… jamas lo haría, yo la amo… - Sollocé- Si pudiera hacer que todo pasara de nuevo te juro que seria yo quien le hubiera dado pulmones nuevos a Alexandra…

Kelly no dijo nada. Quise sentirme aliviada en su silencio de no haber recibido otra tanda de recriminaciones dolorosas, pero la verdad es que me inquietaba no saber lo que pensaba. Ella solo salió de ahí tras escucharme y yo volví a quedarme sola viendo pasar enfermeras por la sala de urgencias.

Solo suspiré y volví a cerrar los ojos y quise obligarme a descansar pero tenia la mente demasiado congestionada como para relajarme. Los recuerdos se entremezclaban con los dolores y las ansiedades dentro de mis cerebro y nada me ayudaba a permanecer en paz. Tuve que limitarme a permanecer en un estado de semiadormecimiento, sin dormir realmente pero tampoco sin descansar.

Al cabo de un tiempo indeterminado, ni siquiera me esforcé en buscar la hora, abrí los ojos y probé a levantarme. Sentí como si tuviera la cabeza embombada, y estaba claramente debil, probé a seguir reincorporandome hasta que pude sentarme sin sentir mareo. Mire hacia arriba en uno de mis lados y me habian aplicado varias bolsas de liquido.

Luego de retirar la cánula de mi vena probé a ponerme de piel. Luego de dos intentos en los que volví a sentir algo de malestar, finalmente logré estabilizarme y comenzar a caminar. Debia salir de ahí antes de que la enfermera volviera.

¿Qué iba hacer ahora? Llevaba la misma ropa desde hacia quien sabe cuanto, no sabia lo que era una ducha, solo contaba con una mochila vieja y mis documentos, literalmente habia viajado desde Colombia hasta españa con lo que tenia encima y nada mas. Ahora tenia que defenderme de algun modo. Por el momento, Alexandra estaba bajo excelentes cuidados, y aunque me moria de ganas por permanecer a su lado, tenia que aguantarme toda esta angustia y este dolor de no poder estar a su lado para permitir que sus seres queridos la acompañaran.

Aun con cierta debilidad caminé hasta el locker en el que habia dejado mi mochila, al tomarla el sobre rojo que me habia dado Kelly cayó al suelo.

Resoplé con ansiedad viendo el sobre en el suelo y pensé dos veces antes de tomarlo. Luego de la pausa necesaria para tomar impulso me incliné y sin querer abrirlo, tomé la mochila y caminé en calma hasta el cafetín. Despues de pedir un café con crema, tomé asiento frente a una de las mesas y comencé a leer.

Estefania Del Castillo.

Como diria uno de esos grandes poetas... soltemos las letras y demos rienda suelta al sentimiento que en este momento te expresare lo que siento.

No me conoces, pero yo a ti si... Fui tan silenciosa que aprendi a divisarte mientras te escabullias entre la gente y volvias a tu habitacion.

Estefania, nombre fuerte digno completamente de ti!

Se todo lo que ocurrio entre Alex y tu, se que su historia aun no tiene fin, y aun mas se lo que sientes por ella; y por ese sentimiento y por ese amor que profesas quiero pedirte que no te rindas. El corazon de mi hermana a sufrido graves heridas en las cuales ha caido perdida pero siempre se levanta destruida y continua -Perdona las rimas, una cantante compositora es algo normal-

Me agradas y quisiera fueses mi cuñada aunque yo no este.

Esto que te digo no lo sabe nadie mas, pero dare mi vida por mi hermana en el momento que sea, bajo una circunstancia cualquiera. Porque prometí de una forma u otro recompensar su dolor.

NO DEJES DE LUCHAR!

Aunque todo parezca imposible con ella, ante su vista de ojos miel jamas pasa desapercivido tu mirada montañoza o tu sentir de diosa. El mensaje sublime fue quien las destino y ahora es tu turno de mover la siguiente ficha!

La poeta espera las letras de quien no la deja de leer.

Tuve que volver a leer dos veces la carta para ayudar a mis neuronas cansadas lograran entender todo esto. Una tercera leida terminó de aclararlo todo. Estas quizá eran las ultimas letras escritas por Alejandra Medina y habian sido para mi, ello me conmovio profundamente. Mientras cerraba el sobre y lo guardaba en mi mochila suspiré pesadamente.

Cuñada… - Dije para mi misma en voz baja. – Ya lo quisiera yo… - Volví a suspirar y me puse de pie. Ahora debia hacer algo para solucionar mi estadía en Madrid.

Si, diga?

Hola Gaby…

Estefania?

Si… estoy en Madrid.

Pero que sorpresa tia, no me estais jodiendo?

Mira no tengo mucho tiempo para explicártelo, pero necesito tu ayuda, estas disponible?

Os digo que hoy he descansado y tengo el dia libre, en donde estais?

Mira estoy en…

Terminé la llamada con Gabriela y suspiré. Hacia muchísimo frio y comenzaba a sentir algo del dolor de cabeza de hacia un rato. Miré a mi alrededor y vi una parada de autobús. Tenia que sentarme o iba a desplomarme de tantas cosas.

Los minutos fueron pasando y las personas que llegaban luego se iban pacíficamente. Otros saludaban y en respuesta yo les sonreía, me sentía como un robot, había algo en mi que obraba solo en desconexión de mis pensamientos. A pesar de haber tomado aquel descanso obligatorio el cuerpo parecía pedirme mas reposo.

Joder, despierta!!!! – Miré hacia arriba, era Gabriela.

Holita… - Susurré agradeciendo mi buena suerte.

Si que os han dado eh!! – Dijo examinando mi cara. – No os veis muy bien

No me veo ni me siento bien. – intenté sonreir pero me sentía cada vez mas apagada.

Ya traigo el auto para que subáis… - Ni siquiera levanté la cabeza para saber el camino que había tomado, solo me quedé ahí intentando aguantar.

Un minuto después escuche el ruido del auto y después a Gaby a mi lado.

Os podeis poner de pie? – Ella intento ayudarme.

Puedo hacerlo… - Le respondí levantándome del asiento, instantáneamente volvi a sentir el malestar de antes. – No puede ser….

No habeis cambiado nada… - Senti que Gabriela casi me llevó hasta el auto. De alguna manera tomé asiento y cerré los ojos. – Por cierto, teneis alguna idea de lo que os pasa?

Nada malo… solo vértigo… - Respondí con los ojos cerrados.

Muy bien, vamos a donde estéis… - Senti que ella se quedo esperando mi respuesta.

No tengo donde quedarme… - Repliqué.

Un hotel, o algo? – Insistió ella.

Nada… - Contesté.

Vamos a mi casa entonces, allá tendréis que explicarme todo esto. – Dijo poniendo en marcha el auto.

De la misma forma en que Gabriela me llevó hasta el auto, al rato, cuando llegamos a su casa, volvió a bajarme. Esta vez me ayudó a caminar hasta el ascensor y luego hasta su departamento. Al entrar, me llevó hasta una habitación y me recostó sobre la cama.

Habeis comido algo? - Negué intentando abrir los ojos pero la luz del cuarto me encegueció.- Algun examen?

Solo necesito descansar… - Respondí siéndome adormecida casi al contacto con la cama.

Bien, duerme, pero en cuanto os desperteis, si no os sentis mejor, iremos a una clínica… -

Esta bien… - Esta vez la sensación fue distinta. Me pregunté justo en ese momento si estaba desmayandome de nuevo o tan solo estaba durmiendo. Quizá las dos. No lo sabria….

Estefania…..

…… Estefania…

…Debes despertar…

Al abrir lo ojos sentí pesadez en todo el cuerpo.

Joder dia cuanto mas vais a dormir? Hoy ya es domingo y habeis dormido dos días!! – De inmediato abri los ojos como platos.

Dos días? – Via a Gabriela y de golpe vinieron a mi mente todos los recuerdos. Kelly, Alejandra, la cirugía, Alex…. Todo.

Debo irme!! – Repliqué reincorporándome y como si hubiera sido magia, me sentí perfectamente, no había mareo, solo pura energía.

Estais loca? – Gabriela me tomo del brazo. – No comeis nada desde hace dos días, no teneis ropa, no teneis dinero, en donde teneis la cabeza? – No supe que responder. – Primero lo primero, os vais a dar un baño, os prestaré ropa y no saldréis de aquí hasta que no sepa en que lio os has metido. – Ella no me dejo mas alternativa que seguirle la corriente, tenia que hacer lo que fuey tora para salir de allí al hospital, y la verdad era que necesitaba de su ayuda.

Luego de quitarme quien sabe cuantas capas de sudor con un duchazo muy reconfortante, sali de la regadera. Gabriela estaba esperándome.

Se siente bien eh? - Dijo caminando hacia el closet. – Acá teneis ropa de sobra para que useis como os guste, mientras tanto os serviré algo de comer. – Terminó mientras salía de la habitación.

En ese closet no había nada que realmente me gustara, el estilo de Gabriela era diametralmente opuesto al mio. Luego de mirar toneladas de ropa, finalmente logre acomodarme con algo. Unos pantalones oscuros, una camisa simple y una chaqueta de cuero. Opté por ponerme el mismo calzado que tenia puesto y sali de la habitación.

Ven… - Gaby me hizo señas desde la sala – Ya os he servido de comer. – En silencio caminé hasta la sala y tomé asiento en una de las sillas. En el plato había pasta. Bolognesa. El aroma me llego hasta la nariz y de inmediato se me abrió el apetito. Comencé a comer primero con cierta cautela, pero poco a poco me tomé confianza y prontamente terminé con todo el planto. – Vaya que habéis tenido hambre, dejadme os sirvo algo de tomar. – Una vez termine con la bebida que me trajo, Gabriela se me quedo mirando unos segundos. – Vais a explicarme que ha pasado? Como es eso de que viajáis desde el otro lado del mundo sin equipaje y luego os encuentro casi medio muerta? – Suspiré.

Es una larga historia Gabriela…

Tengo todo el tiempo del mundo… - Replico ella.

Tu si… pero yo no. – Con nuevas energías y desde luego con un renovado propósito, mis pensamientos estaban de nuevo en Alexandra. Necesitaba salir de ahí cuanto antes, pero no tenia a nadie en quien contar. Gaby, mi mejor amiga de aquellos tiempos de la Universidad en Madrid era la única persona.

Como es eso?

Veras… - Empecé la historia desde que volvi de Tailandia, le conté de cómo había llegado a Ojeda, e inevitablemente todo el rumbo de la historia comenzó a girar alrededor de Alexandra. Necesitaba desahogarme y sacar todo esto de mi. Lagrimas de felicidad salieron de mis ojos cuando le hable de los momentos que había vivido con ella, después las mismas lagrimas comenzaron a salir de mi llenas de tristeza al hablarle de la tragedia que había acontecido por culpa de Lawan. Continue hablándole de Kelly y como había viajado con ella desde Colombia, las dos operaciones, la muerte de Alejandra, las horas al quirófano, las horas sin dormir y comer pendiente de Alexandra, y finalmente como había logrado llamarla.

Esa si que es una historia. – Dijo como ordenando las ideas en la cabeza.

Si…. – Repliqué con otro suspiro.

Y que vais a hacer…

Quiero estar al tanto de Alexandra lo mas que pueda… - Contesté decidida.

Y donde dormiras, donde comeras, que te vas a poner… - Insistió ella. – No os veo bien para ese plan. – Lo peor era que ella tenia razón.

No lo se Gaby, por el momento Alexandra es lo mas importante para mi. – Contesté ignorando la importancia de todo lo que me decía.

Ya que no estais pensando mas alla de vuestra nariz, dejadme que os ayude. – Dijo con una calida sonrisa. – Os podeis quedar, podeis usar mi ropa y si os parece os puedo prestar algun dinerillo para que podais moveros por la ciudad y comer algo. – Dijo mostrandome su tarjeta de crédito. – Con esto deberíais poder moveros sin problema.

No puedo aceptarlo Gaby, ya has hecho suficiente. – Dije apenada. – Yo podría defenderme y…

No. – Dijo interrumpiéndome. – Es hora de retornaros el favor. – Menciono tomando mi mano, luego puso en ella la tarjeta de crédito. – Aun recuerdo que os pasasteis todo un semestre explicándome aquella materia para que yo nivelase mi promedio.

Y dijiste asi igual... - Sonrei recordando ese fin de semestre mientras ella fumaba como chimenea tratando de grabarse los textos. Que tiempos aquellos. - Que algun dia me ibas a retornar el favor.

Me librasteis de un semestre de estudio! - Dijo triunfante. - Si os sentis bien, tomad esa tarjeta y corred a donde vuestra Alexandra. No lo pensé siquiera, de inmediato me puse de pié y busqué mi mochila. Despues de darle un enorme abrazo a Gabriela sali de su departamento.

Luego de un par de autobuses y algunas molestias, llegué al hospital. Habian pasado dos dias y de alguna manera me sentia culpable por no haber estado al tanto de la salud de Alexandra. Lo primero que hice fue subir hasta la oficina de Gustavo. Llame un par de veces a su consultorio pero no habia nadie. Por una corazonada me dirigí hasta los salones de los comité medicos y al fijame por una de las aberturas de la puerta vi a el y a todos los medicos reunidos. Gustavo pareció verme y se levanto del asiento en el que estaba y vino hacia la puerta.

ALEXANDRA MEDINA ESTABA AL BORDE DE LA MUERTE? POR QUÉ NO DARLE UNA PEQUEÑA AYUDADITA?

ELLA YA ME DEBIA MUCHO Y YO ME ENCARGARIA DE HACER QUE ME LAS PAGARA, SI ELLA NO QUISO SER MIA, ENTONCES NO VIVIRIA PARA TENER UNA VIDA SIN MI. YO ERA GRAN AMIGA DE ANAÍS AUNQUE LA IDIOTA DE KELLY ME DETESTABA, NO IMPORTABA, IGUAL LA DETESTABA A ELLA.

ANAÍS... -LE DIJE A LA MUJER DE APARIENCIA DESGASTADA SENTADA SOBRE LA SILLA DE METAL EN LA SALA DE ESPERA-

LIEDHT -ELLA SE LEVANTO Y PARECIO VER UN ANGEL.

SI, ME HE ENTERADO DE LO QUE OCURRIO CON LAS GEMELAS.

HA SIDO UNA DESGRACIA -SU VOZ SE QUEBRO- ALEJANDRA A MUERTO.

MI MAS SENTIDO PESAME -TUVE QUE TOMARME EN SERIO EL PAPEL DE AMIGA ADOLORIDA Y LA ABRACE- LAS COSAS CAMBIARAN SABES QUE CUENTAS CONMIGO PARA LO QUE SEA -SI! ESAS PALABRAS ERAN INFALIBLES-

YA QUE LO MENCIONAS, NECESITO TU AYUDA, QUIERO DESHACERME DE ALGUIEN -ELLA ME OBSERVO FIJAMENTE, SABRIA QUE YO ME ENCARGARIA DE DESAPARECER A CUALQUIER PERSONA.

SABES QUE ESTOY PARA AYUDARTE EN LO QUE NECESITES. -VIEJA RIDÍCULA, TODO LO QUE HAGO POR ALEXANDRA.

NECESITO ACABAR CON ESTEFANIA DEL CASTILLO, LA CONOCES? -EN MIS CONTACTOS MENTALES COMENCE A BUSCAR HASTA DAR CON UN APROXIMADO.

HE HECHO NEGOCIOS CON SU PADRE, PARA ÉL, ELLA ES UNA COMPLETA ALIMAÑA. -LA MUJER SONRIO, Y YO LA IMITE- QUE ESTAS PENSANDO ANAÍS?

QUE ACABARE CON LA VIDA DE ESA MUJER, MUY POCO A POCO. SU CARRERA SERA EL PRIMER PASO.

CUENTA CONMIGO, PARA DESTRUIR A LAS PESTES SOY UNA PROFESIONAL -LA MUJER ME OBSERVO ENCANTADA, YA ERA UNA DE LAS MIAS.- DONDE ESTA ALEXANDRA ME GUSTARIA VERLA.

VEN CONMIGO, HAY UN PAR DE GUARDIAS VIGILANDO SU HABITACIÓN, HE PEDIDO SU SEGURIDAD.

MUY BIEN TE SIGO.

CAMINE TRAS LA MUJER, MIENTRAS PENSABA EN EL TRAGICO DESTINO QUE LE ESPERABA A LA DOCTORA, QUIZAS YO MISMA INTERVENDRIA PARA QUE A ELLA LE FUESE MUY MAL.

ANAÍS ME DEJO A LAS AFUERA DE LA HABITACIÓN DONDE TUVE QUE CUBRIRME CON TODA LA VESTIMENTA ESTERIL POR ESO DE LA SEGURIDAD DEL PACIENTE.

QUISE SENTIR UN POCO DE PENA, U OLVIDAR EL OBJETIVO CON EL QUE HABIA VENIDO “MATAR A ALEXANDRA MEDINA” PERO NO PUDE, AL VERLA ALLÍ EN LA CAMA, TODO ME PARECIO TAN FACIL. CORTAR SU OXIGENO, ALTERAR SUS DOSIS. APAGAR ALGUNO DE LOS MONITORES, CON UNA ALMOHADA. EXPONER SU HERIDA. MUCHAS FORMAS DE MATARLA PASARON POR MI MENTE, AHORA ERA YO QUIEN LA QUERIA VER SUFRIR.

SI NO ERES MIA, NO SERAS DE NADIE. MENOS DE UNA COBARDE COMO ESTEFANIA. -ACARICIE SU MEJILLA SIN EL GUANTE DE PLÁSTICO, QUERÍA RECORDAR POR LO MENOS SU PIEL SUAVE.- FUE BUENO MIENTRAS DURO MI ESPAÑOLA. PERO YA EL CAPRICHO MURIO, AL IGUAL QUE TU LO HARAS JUSTO AHORA -POSE MIS LABIOS EN LOS SUYOS, RETIRANDOLE LA MASCARILLA DEL OXIGENO ARTIFICIAL, DEJANDO UN SUSPIRO CON BESO SUTIL QUE FUE INTERRUMPIDO EN ESE MOMENTO POR KELLY.

QUE HACES TU AQUÍ. -ME PREGUNTO CON RABIA.

ESO NO ES DE TU INCUMBENCIA -YA SE COMENZABA A NOTAR LA DIFICULTAD EN EL RESPIRAR DE ALEXANDRA.

VETE DE AQUÍ LIEDHT.

QUIEN ME OBLIGARA? TÚ? -ELLA ME OBSERVO DESAFIANTE- POR FAVOR, NO ME HAGAS REIR, ERES SOLO UNA BOLA DE GRASA.

VETE. -VOLVIO A REPETIR ELLA-

VEO QUE COMO SIEMPRE, SIGUES SIENDO LA MISMA GORDA INSIPIDA, DEBE SER POR ESO QUE ALEJANDRA JAMAS TE AMO. -REI CON UNA ESTRUENDOSA CARCAJADA.- QUIEN PUEDE QUERER A UN SER TAN DESPRECIABLE. ERES UN ADEFECIO DE LA NATURALEZA. Y AUN DESPUES DE TODO LE SIGUES CHUPANDO

LAS MEDIAS A ALEXANDRA? -lA OBSERVE CON DESPRECIO- QUE POCA COSA ERES.

CALLATE Y LARGATE DE AQUÍ -SU ROSTRO SE LLENO DE COLERA, Y PARA MI LA ESCENA NO PODIA SER MAS GRACIOSA.-

ME VOY MUÑECA YA MI TRABAJO AQUÍ ESTA HECHO. -EN ESO LE AVENTE EL GUANTE AL ROSTRO Y EL MONITOR DE ALEXANDRA COMENZO A SONAR.- CUIDADO, TU AMIGA SE TE VA DE LAS MANOS. -ASÍ DEJE LA CLINICA Y EL PAÍS DESPUES DE ESO DEBIA DESAPARECER POR UN BUEN TIEMPO, O SINO TENDRIA UNA LARGA ESTADÍA TRAS LAS REJAS.

De pronto el monitor comenzo a sonar y una alerta se activo enseguida salí de la habitación y al final del pasillo saliendo del ascensor venian Estefania y Gustavo, Anaís llegaba por el otro lado, ella me tomo de las manos asustada, Alexandra moria. Ya el monitor no mostraba señales de vida, y mi alma se quebro.

Donde estabas!!! - La cara de Gustavo lucia muy preocupada, de inmediato pense en Alexandra.

Que ha pasado? - Pregunté ansiosa.

Alexandra Medina empeora a cada momento, - Se me heló la sangre. - sus variables muestran que está a punto de una falla orgánica multiple, la familia ha movido influencias para que todos los especialistas nos reunamos para discutir la mejor manera de manejar el caso.

Pero...- Justo en ese momento el telefono movil de Gustavo sonó.

Diablos, Alexandra entro en paro!!

Que? - Ambos comenzamos a correr por el pasillo y tomamos el ascensor, en cuestion de minutos estuvimos en la unidad de aislamiento.

En cuestion de segundos nos preparamos y entramos al cuarto de Alexandra, justo en ese momento otros médicos exponían el pecho de Alexandra. Estos intentaron sacarme de la habitación pero reaccioné.

Yo soy la cirujana de esta paciente! Debo estar acá!!! -Casi empujando a uno de los médicos, tomé el desfribilador y lo puse contra el pecho de Alexandra- 350 joules!! - El cuerpo de Alexandra convulsiono tras el paso de la electricidad. Todos miramos el monitor cardíaco. El sonido agudo del monitor no reveló ninguna reacción. - 400 joules!! - De nuevo la corriente arqueó su cuerpo pero no hubo resultados. - No... Alexandra.... Quédate conmigo... – Susurre viéndola cada vez más pálida. Luego de varios intentos, uno a uno los médicos se fueron apartando. Uno de ellos pronunció la palabras que no quería escuchar.

Hora del deceso...- Parecía irreal... Alex..... Había.... No, me resistí a creer eso. Escuché el llanto de alguien y justo en ese momento giré hacia la puerta, allí estaban Kelly y la madre de Alexandra. –

Por Dios, saquenlas de acá!! – Dije conteniendo mis lágrimas, la vida de Alexandra estaba en mis manos al borde de una cornisa. Aun escuchaba el sonido sordo del monitor y suministré la ultima carga pero no hubo reacción.

Su humanidad pálida no reaccionaba.

Alexandra habia muerto. Mi musa se habia ido.

Doctora del Castillo… - La voz de Gustavo sono sobre mi hombro. – Se ha ido… - Algo se quebró dentro de mi.

No… - Los pedazos de mi alma invisible cayeron contra el piso que me sostenia y sonaron mudos en coro con el sonido del monitor. Miré a Alexandra, su cuerpo sin vida y no podía creerlo aun, queria que todo fuese una pesadilla, que ese amargo momento no fuese real, que quien estuviese en esa cama sin vida no fuese ella, mi amor.

Sin saber como me encontre en esa pasillo blanco del cual todos hablan. Y tras caminar un poco, vi a alguien muy parecido a mi...

Quien eres tu -pregunte mientras veia su rostro- Alejandra -saque conclusiones y volvi a mirar- Ale que hacemos aqui?

Mi poeta -saludo ella amable sonriendome-

Ale y la pequeña criatura que habitaba en ti?

Se ha quedado en la tierra, a donde justo debes volver tu! -mis ojos se humedeciron tras escuchar sus palabras-

Pero y tu?

Yo di mi vida por ti pequeña poeta, asi como te lo prometi un dia "Moriria por ti en cualquier momento"

No me puedes dejar sola... - Dije en un susurro-

No te he dejado sola pequeña, alli te quedas con maravillosas personas, tienes a nuestra pequeña niña, se que sabras educarla. creo en ti. Kelly estara contigo... y mas aun Estefania

-Mi corazon se detuvo solo por escuchar su nombre-

Ella no me ama, ella quiere a otra. Ni si quiera esta conmigo

Segura? solo dale la oportunidad -sus palabras me crearon dudas-

Ale no te vayas, no me dejes tengo miedo! -ella se acerco y me abrazo su olor me embriago-

Mi poeta debo irme te cuidare desde cualquier lugar donde me encuentre. Cuida a nuestra pequeña y has que valga! -fue lo ultimo que escuche antes de que el sonidito ensordecedor de la maquina me hiciera respirar nuevamente.

Si su alma se habia ido, justo en ese momento, la mia estaba partiendo con la suya. No iba a aceptarlo, de una u otra manera me iria con ella. Me incliné a su oído.

Alexandra… si te vas… yo me voy contigo… No aguantaria una vida sin ti. – Me reincorpore y vi sus ojos cerrados, sin vida y así, sin más ni más, me volví a inclinar sobre ella y deje un beso en sus labios aun cuando los mios estaban cubiertos por el tapabocas. – Te amo…. Mi musa…. – Una lagrima cayo desde mis ojos directamente sobre su mejilla.

Sin querer mirarla de nuevo para no guardarme ese ultimo recuerdo en la mente, caminé perdida entre mis pasos hacia la salida de la unidad.

De pronto escuché los gritos de Gustavo.

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Esto apenas comienza.