La historia de un sueño (parte 1)
31 de Diciembre 2015 Amanecer Fìn de año, un sueño me sumerje en mi extraño mundo interior, descubrì que los ojos tambièn sonrien, me levantè sonriendo, junto al sonido estrenduoso de un despertador. Parece mentira que en el ùltimo dìa del año, aùn me haya atrevido a poner una puta alarma!!!. Pero el año aùn no terminaba y debìa de vivirlo entre responsabilidades y preparativos. Esa mañana de un 31 de Diciembre fuè diferente. Abrì mis ojos y lo primero que hice fuè escribir en una nota todo lo que soñè fuè màgico, al menos lo era para una MENTE PROSTITUTA!
31 de Diciembre 2015
Amanecer…
Fìn de año, un sueño me sumerje en mi extraño mundo interior, descubrì que los ojos tambièn sonrien, me levantè sonriendo, junto al sonido estrenduoso de un despertador. Parece mentira que en el ùltimo dìa del año, aùn me haya atrevido a poner una puta alarma!!!. Pero el año aùn no terminaba y debìa de vivirlo entre responsabilidades y preparativos. Esa mañana de un 31 de Diciembre fuè diferente. Abrì mis ojos y lo primero que hice fuè escribir en una nota todo lo que soñè…fuè màgico, al menos lo era para una MENTE PROSTITUTA!
Una noche màs para la soñadora Elline, la cual era algo particular…pues era una noche de sàbado y esa misma noche tocaba su amigo. Su amigo cantante, con aires flamencos, de proporcionadas medidas, con barba bohemia y trasnochada, con olor a mùsica, habanos y perfume amaderado con toques cìtricos..pero sin duda, olor a hombre.
Elline se sentìa diferente, pues intuìa que esa noche algo extraordinario pasarìa. Elline, una diosa de Èbano, con labios carnosos, cabellos negros…, negros como el carbòn, de ojos grandes y expresivos, de piernas largas y contorneadas, de piel suave, tostada y hombros esbeltos llevaba varios dìas merodeando ese hotel con aires rùsticos y artìsticos, en el que se habìa hospedado. Sus innumerables recovecos desembocaban en el paraìso de arenas blancas del mediterràneo, con aguas càlidas y mansas….donde los amantes nocturnos se consumìan y se arrancaban las entrañas a golpes de besos, de caricias, de mordiscos y sudor! Ohhh el sudor!. Què palabra tan màgica, pues en èl se liberan los infiernos…… . Era verano, verano en la “Madre Patria”. Elline despuès de contemplar el atardecer, despuès de saborearlo, de beberlo, de palparlo con su piel, sus labios, sus ojos.. . -Para Elline el atardecer era una especie de secta religiosa, un pacto con el màs allà, ella podìa evocar el èxtasis de la existencia en carne viva, la habitaba, la seducìa y la inspiraba.
Elline regresò al hotel, pues un vestido blanco, con tablones y encajes la esperaban, para plasmar en su contorno, la màs bella melodìa andante, al compàs de una marcha caribeña , donde lo ùnico que resaltaba, eran esas dos firmes y voluminosas nalgas, que parecìan golpear de una cachetada a todo aquèl que osaba mirarlas. En el camino sus ojos recaìan en aquella rubia despampanante, alta y bien proporcionada. Con unos tacones que parecìan haber salido de una de las pasarelas màs famosas de Parìs!……, con labios color sangre, de mirada blanca y seductora, piel de terciopelo blanca, blanca como la nieve!, la cual se entumecìa en emociones y sonrojos al observarla a (Ella) Aina, asì se llamaba aquella Nòrdica tambièn rubia, de cabellos cortos, alocada, de risa abierta, falda corta, piernas largas y delgadas, matìz rosa, de lenguaje raro, narìz respingada, ojos color miel redondos y anciosos de conocer el mundo.
Aina se paseaba de arriba abajo por las estancias de aquèl exòtico hotel, màgico y prometedor. Parecìa una niña con cometa, corriendo y saltando manejada por el viento, cuàl hoja de otoño se mesìa hasta posarse en algo firme y abstracto. Su admiradora secreta, aquella rubia despampanante y sin nombre, la acechaba cuàl depredador a su presa suculenta… como en un cuento infantìl, una loba hambirenta de placer, de pasiòn y de amor! amor?…, -què palabra tan desgastada, ahora se confunde con cualquier cosa que se le parezca-. Sedienta de caricias, sedienta de miradas, pero sobre todo, sedienta de sentirse viva!! pues su novio….., el brasilero apuesto y fornido que toda chica desearìa tener, la habìa abandonado en el aeropuerto. -Què tonto!!!, le hizo un favor-, abandonò a esa carioca justo en la boca del lobo! con reservas de hotel para dos personas, todo incluido!, y està de màs decir lo que, “una noche de verano”, te puede ofrecer en la tierra de los toros, el ajo y la paella. Estaba conforme, ya no le importaba…hace mucho que lo querìa dejar…., la tremenda talla no le servìa para nada. Todo lo tenìa pequeño!. El corazòn, la hombrìa, y los cojones!.
Esta rubia despampanante no perdìa el tempo, querìa poseer a la nòrdica a como dè lugar, despuès de varios minutos observàndola subir y bajar, se le acercò con aires imponentes y sorpresivos.
-hola!, còmo te llamas?. Disculpa, me ha llamado la atenciòn tù aspecto y creo que no eres de aquì, ni de allà!-. -de allà dònde!?, disculpa yo no entender mucho el español, yo hablar poquito, pero no entenderte lo que tù me hablar!.
-ohhh, tranquila. Me referìa de allà de mi Brasil querido!…, ahh, disculpa!. Tù no ser de Brasil, ni de España…. de dònde eres?-
La hermosa nòrdica se sonriò y dijo: Suecia. Mi nombre es Aina…., vamos a coffee bar?. -Si, claro. Vamos! dijo la carioca entusiasmada.
Elline, observaba aquella escena morbosa, donde dos mujeres hacìan gala de su bellaza celestial. Elline llevaba puesto ese majistral vestido blanco, puro e inmaculado, que invitaba a descubrir sus màs recònditos secretos sexuales, y ancestrales. Las siguiò hasta la cafeterìa y entrò desapercibida, lo cual era imposible….pues esa rara belleza mulata, era intimidante…los camareros se volteaban al unìsono para enriquecer sus ojos con tan placentera visita.
Las horas pasaban y de repente su telèfono interrumpìa su mejor pelìcula…la pelìcula de la vida real, donde nacìa un posible idìlio.
-Mi negra! dònde estàs?!, vas a venir al concierto?, te espero, no me falles, sin tù presencia serìa imposible entonar estas notas, mi guitarra se sentirìa diminuta ante tù delicada silueta-….., -eh, ehhhh….., para!. Claro que irè, no podrìa perderme semejante espectàculo!-. Su amigo entonaba de forma màgica aquella guitarra, con voz aflamencada y ronca, acordaba las mejores notas, cual tenor en una òpera. La òpera!! què bella melodìa, diciendo tanto y a la vez tan poco….esperando a ser escuchada por un exquicito paladar, entregando el èxtasis, elevàndote a la cumbre màs alta y perdièndote en las tinieblas màs oscuras a la vez.
De repente un ruido se escuchò en aquella mesa extranjera, era esa despampanante rubia, la que azotò de un golpe a puño cerrado la mesa, traduciendo con ello su ira y su ensordecedor ego. Elline hubiese preferido verla sambar, moverse al compàs de un bossa nova, o simplemente plantàndole un beso a esa hermosa nòrdica de grandes ojos color miel, que hasta ese momento no se fijaba en que la observaban….pues, estaba muy entretenida en las manos de esta explosiva carioca!!, la misma tomò su bolso y saliò despavorida, provocando en los camareros un lapsus brutus de masturbaciòn mental. Elline se preguntaba, què habrìa pasado para que ese idìlio durara tan poco?
Ellien, se recreaba observàndola, mientras rodeaba su copa de whisky con su ìndice…, la analizaba, analizaba sus expresiones, se recreaba en su pecho….., viendo como subìa y bajaba, leyendo el menù de aquèl nido de amor con olor a gambas al ajillo, que ahumèaban desde la cocina de aquella cafeterìa Española.
Su blusa marròn aguantaba un corazòn que cabalgaba, querièndose salir. Sus pestañas tiritaban rìtmicas, resiguiendo con el dedo, como si fuese una niña, cada palabra y reglòn de aquèl menù. Le gustaban sus manos, delgadas y dùctiles, porque semejaban un extraño instrumento alado del que brotaba mùsica. Olvidaba que las separaba una enorme distancia y acercaba sus dedos para tocarla. Acariciaba su perfìl, repasando despacio, cada àngulo, cada curva de aquel rostro recièn lavado y hùmedo.
La lejanìa le permitìa lo que su timidez le impedìa: besar su frente, sus ojos, su narìz, sus labios y su infinito cuello, hasta perderse en el nacimiento de su pelo. La ilusiòn de tenerla en sus brazos la llenaba. Ellien, que habìa concluido que la felicidad estaba en no sentir ni desear, ahora no se reconocìa. Serìa esto el amor?…, despuès de tanto observarla, se preguntaba, porquè la asaltaban esos pensamientos!?. Era como si la hubiese envuelto en un hechizo. Aina, se habìa dado cuenta que alguien la observaba, de repente se levantò, dejando la carta abierta sin elejir bocado. -Y si se le ocurrìa acercarse a la tremenda mulata? Ellien estarìa preparada?.
Sus manos empezaron a sudar. No sabrìa reaccionar. No sabrìa còmo mirarla, còmo hablarle ni què decirle. Tras su experiencia con Sofi….Sofi era de la habanna, ambas eran de la isla socialista, pero Ellien era hija de padre Norteamericano y madre cubana. Tras ese tràgico accidente, donde Sofi perdiò la vida, a Ellien le costaba acercarse a otra mujer, y esta no era una mujer cualquiera, podìa intuirlo. Vivir en sombras aquel sentimiento que empezaba a brotar, amordazar su voz, apagarla por miedo a otro fracaso. No deseaba que cualqier aproximaciòn pudiera ser tildada de inapropiada, indeseable o fuera de lugar. Ambas vivìan una existencia gris, y entre los grises cualquier matiz era muy importante.
De pronto quizo que aquel momento no terminara nunca!!. Que la Sueca se asercase a ella, y se quedara a su lado, pedirle que la abrazara, beber de su rostro despacio, todos sus gestos, la comisura de sus boca, tan fàcil como se bebìa su whisky. Distraerse, hablar de cualquier cosa; preguntarle por la celebraciòn de la luz en su paìs, uno de los paises màs modernos y vanguardistas. Saber màs sobre ella. Cuàl era su escritor favorito, què mùsica preferìa , què comidas le gustaban; si dormìa poco, si tenìa manìas; què pensaba de la vida y de la muerte; si amaba a alguien. Aina era Sueca de padres catòlicos y conservadores, era la mayor de cuatro hermanas, y nunca tuvo novio. Usaba faldas porque su sucesora, su hermana Alice le habìa gastado una tremenda broma, le habìa sacado todos sus tejanos, short`s y en su lugar habìa colocado faldas, faldas de mujer fatal, que nada tenìan que ver con su estilo propio. Pero Aina guardaba una pena en el alma, que la arañaba, casi nadie lo notaba y en las noches cuando se refugiaba en su alcoba, pensaba en que algùn dìa llegarìa ese alguien que destapase sus miedos y abrazara su alma.
Aquella mujer la hacìa distraerse de sì misma y estaba al alcanzce de su mirada. Querìa comprobar si sus ojos hablaban; descifrar en ellos algo bello. Hacìa cuànto que una mujer asì no se fijaba en ella?…, que ella no se fijaba en nadie? Sofi la habìa seducido de verdad alguna vez? Estaba harta de tanto mirar sin ver.
Recordò una frase de la pàgina en el libro de Whitman: – Quienquiera que seas, pongo sobre ti mis manos para que seas mi poema…. . Ser poema…Què bello sonaba!!
Què le estaba pasando con esa nòrdica incògnita? Era posible que despuès de todo lo vivido tuviera derecho a olvidar y a vivir de otra manera?….que alguien pudiera resucitar en ella algùn tipo de sentimiento?
De repente, Ellien saliò de sus pensamientos existenciales y se anticipò antes de que Aina se le acercara…. se levantò, tropezando con la mesa y derramando su whisky, Aina se apresurò para ayudarla, y entonces sucediò. Aquellos ojos mieles se cruzaron con los suyos….y se quedaron. Entraban despacio, casi de puntillas. Podìa sentirlos. Caminaban sus sueños, diciendo una sola palabra:
-EXISTIMOS.-
Ellien se dio la vuelta, y se marchò sintiendo la ligera respiraciòn de Aina en su torso descubierto, mientras un ligero -ummmmm!- se dejaba escapar en la bella sintonìa de Aina.
……………………………………………………………………………… OCHO AM, OHHHH DIOS! DETESTO ESTA ALARMA! SONRIO……………..PIENSO: Nunca supe còmo se llamaba la Carioca? Què rico sueño!