La historia de Sandra (Parte 1)

Sandra y Alberto terminan envueltos en una aventura de sexo y placer

Me llamo Sandra y tengo 22 años, cuando tenía 15 años conocí a Alberto un chico de 23 años del que terminé siendo novia, con él perdí mi virginidad a los 17 años y unos meses después de cumplir los 18 decidimos vivir juntos, esto no fue del agrado de mi familia sin embargo respetaron mi voluntad y aceptaron de mala gana nuestra decisión. Alberto había sido el primero y único hombre en mi vida y a pesar de que me encantaba hacer el amor con él no era capaz de llevar la iniciativa o de hablar sobre lo que me producía placer, por ello al principio de nuestra vida juntos me quedaba ardiendo en deseos si él no iniciaba el juego y no digamos las incontables veces en que él terminaba dejándome ardiendo y al borde de la desesperación.

En contraparte yo no he sido la única mujer en la vida de Alberto, él me platicó sobre su anterior novia e incluso ya viviendo juntos yo acepté que se acostara con una amiga que le coqueteaba y por la que él moría en deseos, pero eso sería motivo de otro relato, solo diré que por alguna razón pensé que al darle esa libertad liberaría la presión que había en nuestra relación por suponerme yo misma una muy  la mala amante.

Si bien su infidelidad me llenó de celos y me hizo sentir que por mi temor a perderlo negaba todos mis principios terminó convirtiéndose en el episodio más excitante de nuestras vidas ya que a partir de esa aventura me volví sexualmente más activa y comencé a disfrutar de relaciones muy ardientes y de orgasmos que nunca pensé que fuera posible sentir, intensos largos y repetidos. Me di cuenta que hombre y mujer tienen el mismo derecho y hasta cierto punto obligación de buscar relaciones plenas y placenteras para los dos.

Y así fue como mi actitud frente al sexo cambió de temerosa a liberal al grado que cuando me platicó que esa amiga lo había vuelto a buscar yo le dije que se acostara con ella las veces que quisiera bajo la condición de que la libertad sexual fuera para los dos, condición que él acepto más por satisfacer sus deseos por ella que por convicción. Sin embargo y a pesar de nuestra libertad pactada mis aventuras personales no había pasado de subir a la red algunas fotos desnuda. Por mucho tiempo mi mayor fantasía callada e irrealizable era tener relaciones con otro hombre quizá por curiosidad, por solo placer o tal vez por vengar su infidelidad. Pero todo cambió el día que conocimos el salvaje placer de la infidelidad consentida y compartida

Todo inició cuando la empresa de la que es socio Alberto decidió construir un desarrollo vacacional y para ello necesitaban el apoyo económico de Harry un inversionista de Miami quien ya una vez los había apoyado con dinero fresco y fue Alberto el encargado de plantearle el nuevo negocio, para tal propósito se rentó una casa en la playa muy cerca de donde se pretendía hacer la inversión, ya saben cómo es eso, se habla de negocios por tres horas y se disfruta de una semana de descanso y diversión.

La noche antes de iniciar el viaje le pedí a Alberto que hiciéramos de ese viaje algo especial para nosotros como pareja, una especie de la luna de miel que nunca tuvimos. Y así fue como al día siguiente iniciamos el viaje, él a su negocio y yo con la sola intención tener una especial aventura sin imaginar que la aventura saldría de nuestro control convirtiéndose en una locura de lujuria y placer

Llegamos el domingo un día antes que nuestros invitados, la casa era muy bonita con tres recámaras, sala, comedor y un amplio jardín con alberca de donde se llega a la playa bajando unos cuantos escalones,  como era lo normal la recámara principal con terraza y jacuzzi se destinaba a Harry y a su esposa Nirvana (a quien se le conoce como “Nina”) y nosotros ocuparíamos una de las dos recámaras que quedaban al otro extremo de la casa, recámaras que sin ser tan lujosas tenían un balcón con vista al mar y a la alberca.

A ellos (Nina y Harry) ya los conocía, nos habíamos visto dos o tres veces en fiestas organizadas por la empresa convirtiéndonos en buenos amigos, amistad que manteníamos a través de las redes sociales de internet.

Harry es un hombre de color de 37 años, alto y fornido, su esposa Nina es una mujer de 32 años de origen latino, cubano para ser exacto, de piel trigueña, rasgos muy finos y un cuerpo bien formado, en sus más de 10 años de matrimonio han procreado dos hijos varones

En lo personal disfruto de su compañía en especial la de Harry ya que siendo un hombre con mucho dinero es la sencillez personificada, tiene una interesante charla y una personalidad que atrae pero sin importar que le tenga un gran cariño debo aceptar que no es atractivo o al menos no lo es para mi gusto personal.

El día que Alberto y yo llegamos rentamos un auto, compramos algunos víveres, vinos de mesa y diferentes bebidas, después de guardar lo comprado nos metimos a nadar en la alberca, caminamos en la playa al atardecer y disfrutamos desnudos del jacuzzi de la recámara principal ya que suponíamos que sería el único día que lo usaríamos. Ahí dentro del Jacuzzi comenzamos el juego previo con besos y caricias, cuando él me pidió que fuéramos a la cama nos salimos a secar pero yo tomé la toalla la puse en el piso para arrodillarme sobre de ella y apoyando mis manos sobre la toalla voltee la cara para verlo y decirle.

-Mira que ricas nalgas tiene tu perrita, ¿Por qué no la montas y la haces gritar de placer?

El se arrodilló detrás de mí me tomó por la cadera y me penetró, por vez primera yo decidí mover mi cadera a su ritmo y él disfrutó al verme intentar “hacer el trabajo”, no contuve mis gemidos e incluso grité al llegar al orgasmo que me hizo doblar los brazos y quedar con mi cabeza apoyada en el piso esperando que él terminara, quedamos jadeantes, yo acostada sobre la toalla y él sentado junto a mis pies, al sentir sus caricias sobre mis pantorrillas le pregunté

-¿Te gustó?

-Me encantó, que rico coges mujer, me gusta que te muevas, que grites y no que seas pasiva, hay veces que me haces sentir que te estoy usando para masturbarme

-¿He sido muy mala en la cama?

-Mira Sandra, estoy consciente de que eras una mujer virgen y sería estúpido de mi parte que en ese momento te pidiera experiencia, después te volviste muy ardiente, pero yo quisiera que fueras siempre como lo fuiste ahora, expresiva, sin inhibiciones ni prejuicios, una mujer ansiosa de placer.

-¿Qué te hable con palabras excitantes, como méteme la verga o lléname de tu leche?

-Si amor, pero siempre me has dicho que esas palabras son propias de las putas y no de una esposa

-Y como no soy tú esposa las puedo usar sin temor

-No Sandy, no se trata de eso, tú eres la mujer que amo, mi amante, mi compañera en la cama y fuera de ella, lo de esposa es un título escrito en un papel algo así como la licencia para coger sin visitar un hotel de paso

Yo reí al escucharlo y mientras me enderezaba para sentarme le dije

-Bueno, entonces como tu amante te voy a complacer, pero no estoy dispuesta a ser maltratada físicamente

-Nunca lo he hecho o ¿Piensas que sacaré los látigos y demás torturadores?, no Sandy estoy muy lejos de ser sádico

Permanecimos unos momentos en silencio escuchando el romper de las olas del mar sobre la arena, pensé en lo mucho que me gusta tenerlo sobre de mi o de lado detrás de mí mientras hacemos el amor lentamente entre besos y caricias llenándome de un placer más del alma que del cuerpo, sin duda así me gustaría que fuera el día en que nos decidiéramos a un embarazo sin importar que mi orgasmo sea similar al que una  siente al masturbarse. Me encanta ese sexo lleno de amor que me hace sentir la unión entre nosotros pero no puedo negar que cuando lo hacemos fuerte solo buscando el placer mis orgasmos son intensos, agotadores, maravillosos. Pero a pesar de lo placentero de nuestras relaciones estábamos perdiendo la pasión ya no existía en mi esa lujuria que me hacía buscar su miembro para que me llenara de placer y después rogar por su semen para disfrutar de su placer mientras el mío se prolongaba al imaginar su semilla recorrer mis entrañas

Nos metimos juntos a la ducha donde prácticamente él me bañó mientras yo permanecía abrazada amorosamente a él y es que me enloquece ese sentimiento tan especial que hay cuando te llenan de besos y te repiten “te amo” después de un sexo agotador. Al terminar de ducharnos nos acostamos desnudos en la cama, yo me recosté sobre su pecho y no sin sentirme nerviosa le dije

-¿Te confieso mis mayores deseos sexuales?

-Si claro.

-Que me lo hagas por detrás, quiero saber que se siente

-Cuando quieras te quito la virginidad de tu culito

Yo me reí y le respondí

-Yo te podría quitar la tuya con mi dedo, dicen que si te estimulo la próstata se pone muy duro y tu orgasmo es muy intenso y productivo

-Lo intentaremos ¿Esos son tus deseos?

-No… Quiero acostarme con otro

Se lo solté sin miramientos y llena de nervios levanté mi cabeza de su pecho en espera de su enojo sin embargo él quedó en silencio unos instantes y preguntó

-¿Con quién Sandra?

-No te imagines cosas amor, no hay otro, es solo el deseo de tener sexo solo por tenerlo con alguien que me haga “mojar las bragas” así como me han platicado mis amigas, claro que ellas no tienen una pareja, digamos de planta

-¿Y a ti yo te quité tu libertad?

-No amor, sé que tengo la misma libertad que ellas incluso en lo sexual, así que no lo tomes por ese lado

-Yo pienso que ya no debes “mojar las bragas” por nadie

-¡Alberto!.. Las mujeres también sentimos deseos ¿O piensas que tenemos un interruptor del deseo?.. Claro que como hombre te acuestas con la que sea pero como mujer se necesita algo más.

-¿Qué es ese algo más?

-¡Ay! no sé amor, pero hay hombres irresistibles y no porque sean muy atractivos, es algo especial y me gustaría saber que se siente hacerlo con uno así

-Lo mismo que hacerlo conmigo, no creo que el placer sea diferente

-Olvídalo amor, sabía que no me entenderías

No se habló más del tema y nos quedamos dormidos, por la mañana mientras desayunábamos él me dijo

-Mira Sandy, si realmente quieres acostarte con otro sabes que lo puedes hacer ¿Era el acuerdo no?

-¿Y nada cambiará entre nosotros?

-Nada cambió cuando yo lo hice con Laura, al contrario… ¿Puedo saber quién es él?

-¡Nadie amor! (respondí riendo), solo quise decirte que tengo ganas de hacerlo pero te molestó que lo dijera así que vamos a olvidarlo y se acabó el problema

-¿Quién te hace mojar las bragas?

-Algunos

-¡Esa no es respuesta Sandra, di un nombre!

-Ya te pusiste celoso, por favor amor, tú me dices que te gustan mis amigas y yo no me encelo por ello ni supongo que te estás acostando con ellas… al menos no con todas.

-Pero Laura está muy buena, es lógico que como hombre quisiera meterle la verga

-¿Y yo amor?, ¿No puedo sentir deseos de que me la metan?, ¿El ser mujer nos quita ese derecho? , ¿Acaso piensas que Laura no tenía deseos de que se la metieras?, de otra forma no te la hubieses cogido amor no seas tonto, o tal vez tu “machismo” te hace suponer que cuándo una mujer tiene pareja se le funde el “chip” del deseo… Somos seres humanos y también sentimos los mismos deseos que los hombres, diferentes solo por ser complementarios y así nuestros deseos satisfacen los suyos y los suyos los nuestros, esto es muy fácil de entender amor, tú me la quieres meter y yo quiero que me la metas o viceversa, como lo quieras ver… ¿O qué clase de bichos raros supones que somos las mujeres?, Explícame

Mi respuesta en tono fuerte lo molestó y terminó la discusión diciendo

-Dejemos las cosas en claro Sandra, primero no soy ningún macho y segundo si lo quieres hacer lo acepto de la misma manera en que tú aceptaste lo mío con Laura, lo que me molesta es que no me quieras decir con quien, así que adelante, no te haré un drama ni te exigiré que me digas quien es el afortunado, eres libre de hacerlo solo dime que lo hiciste y asunto acabado

No sé, pero pienso que el recuerdo de su infidelidad y tal vez el deseo de emparejar las cosas, ya saben, “Yo lo hice, hazlo tú, así quedamos iguales y no me podrás reprochar nada” fue lo que lo llevó a aceptar.

Sin importar que me haya gustado sentirlo celoso por pensar que lo quería hacer con alguien en especial calmé las cosas diciendo en tono serio

-No hay nadie Alberto, te amo y eso nunca cambiará solo es un deseo que tengo desde hace tiempo pero sin candidato, además ¿Quién se acostaría con una mojigata que le teme a los hombres?.. Solo tú.

El se levantó de la mesa riendo por mi sarcasmo, me dio un amoroso beso, puso su dedo índice sobre la punta de mi nariz y dijo

-Conocemos a muchos que harían lo que fuera por darte una buena cogida, así que no me salgas con esas tonterías… Y te repito, si acostarte con otro te hace sentir una mujer libre y realizada como dicen pues adelante amor, ni hablar reconozco que tienes el mismo derecho que yo

-Te amo

-Yo a ti, me voy que se me hace tarde, ordena su recámara

Yo afirmé con la cabeza y él me dio otro beso y se fue al aeropuerto por nuestros invitados, yo subí a ordenar la recámara principal para que la encontraran limpia y con la cama tendida, mientras lo hacía no dejaba de pensar en lo de “Libre y realizada”, ¿Qué más libertad que vivir con él 4 años sin formalizar nada?, claro que lo de realizada era otra cosa.

Cuando llegaron del aeropuerto Harry me besó en la mejilla llamándome nuevamente “Mi preciosa muñequita de nieve”, yo reí por lo de nieve que hacía referencia al color de mi piel, al saludar a Nina con un fuerte abrazo y un beso en la mejilla le pregunté por sus hijos y después de una breve charla le consulté sobre que personal de servicio quería que contratáramos para la cocina y la limpieza de la casa a lo que ella se negó rotundamente diciendo

-¡No chica!, No contrates nada, somos dos mujeres que sabemos muy bien como tender una cama, trapear los pisos y cocinar, además más vale que estemos solos los 4 y no con extraños ¿Qué tal si se me ocurre nadar desnuda?, No, no, no… Disfrutemos de una relajante semana sin problemas

Yo reí mirándola a los ojos y al notar mi incredulidad ella dijo

-Lo digo en serio, ¿verdad que me gusta nadar desnuda Harry?

-A ti te encanta estar desnuda en todas partes no me explico para que gastas tanto en “trapos”

Le respondió Harry y yo intervine diciendo

-Yo siempre he tenido ganas de meterme desnuda al mar o a la alberca ha de ser excitante

-Pues anímate chica, ¡las dos nadaremos desnudas!

Me dijo Nina emocionada y Harry abriendo sus brazos como marcando extremos dijo en broma

-Veríamos un delicioso espectáculo en “blanco y negro”

Muy a mi pesar avisé por teléfono que no necesitaríamos del servicio y subimos a nuestras recámaras, yo me puse un bikini y Alberto su traje de baño para bajar a la alberca, cuando Harry y Nina bajaron ella usaba un bikini blanco que al contrastar con el color de su piel la hacía verse espectacular, Alberto me miró haciendo un gesto de admiración y yo reí diciéndole al oído

-No seas caliente amor o perderás el negocio

A lo que él respondió

-Que pechos tiene la mujer

Yo le di un golpe en el brazo y él se levantó a servir unas copas que tomamos con una botana, nadamos en la alberca y bajamos a la playa, estando en la playa Harry me dijo

-Una mujer con un trasero como el tuyo debería de usar bikinis de tanga de hilo

Alberto afirmó diciendo

-Tiene varios, algunos muy pequeños, incluso uno de tela trasparente pero parece que los compró para no usarlos y mira que he tratado de convencerla de que enseñe lo que tiene.

Me molestó su comentario ya que yo los bikinis me los había comprado él, no yo, al notar mi cara de molestia Nina calmó la situación proponiendo que nos vistiéramos para ir a conocer la ciudad, cuando subimos a la recámara le reclamé a Alberto diciendo

-No era necesaria la burla amor

-No me burlaba, solo afirmaba que debes usar esos bikinis, estamos en la playa y esa es la moda

-¿Quieres que me vista muy sexy?

-Si tú quieres

-No Alberto, tú dime que quieres

-OK, ponte sexy verás que todo el pueblo te voltea a ver y te gritan “Sabrosa”

-Búrlate, ya verás si no es verdad

-No me burlo, lo digo muy en serio

Me puse una tanga de encaje una minifalda a la cadera y un top de tela elástica sin tirantes que justo alcanzaba a cubrir mis pechos, al notar que sobre la tela se marcaban mis pezones pretendí quitármelo pero Alberto me dijo

-Déjatelo puesto, atrévete a salir así

-¡Claro que me atrevo!, el que va a sufrir eres tú y lo que es más mañana usaré mis bikinis más chiquitos

-Me gustaría verte así en la playa

-A ti y a muchos

-A ver si es cierto

-A ver si no

Los 4 salimos a conocer la ciudad, Harry caminaba a mi lado y varias veces puso su mano sobre la piel de mi cintura para comentarme al oído alguna cosa que le llamaba la atención, comimos algo ligero, entramos a  tiendas donde Nina compró varias artesanías y regresamos a la casa cerca de las 5 de la tarde, Alberto y Harry platicaron un rato de negocios mientras Nina y yo permanecíamos recostadas en unos camastros platicando sobre sus hijos, cuando ellos terminaron de platicar sus negocios Harry se acercó a nosotras y se sentó junto a mí diciendo

-Me encanta que estés aquí, los negocios entre hombres se facilitan cuando hay mujeres bellas y tú eres preciosa tienes carita de ángel y un cuerpo muy lindo ¿Qué edad tienes, 25, 26?

-22, casi 23 Harry

-¿Y de vivir con Alberto?

-Cuatro

-¿Y cuándo habrá boda?

-No sé Harry, no me lo ha propuesto y yo no toco el tema… pero creo que nunca

-El día que te embaraces lo tendrán que hacer por los hijos

Yo sonreí tristemente pensando en lo bello que sería embarazarme y él al notar mi tristeza tomó a Nina de la mano y dijo

-Nos vamos a poner traje de baño, hace mucho calor y nadaremos un rato, ¿No quieres nadar?

-No Harry, mejor mañana.

Los observé caminar abrazados hacia las escaleras, Alberto se acercó con dos vasos de “old fashion” con licor Bailey’s se sentó a mi lado me dio mi vaso y yo le dije

-Que bien se ve Nina con ese vestido, es de seda amor, por eso resaltan sus curvas

-Y vaya que las tiene

-¿Cómo la vez?

-¿Qué?

-A Nina, me refiero a que si te parece guapa o no

-Está buenísima, tiene unos ojos verdes increíbles, ha de ser una delicia que junte sus pechos con sus manos y uno la meta entre ellos hasta vaciar la última gota de semen

-En eso no te puedo complacer por razones obvias amor

-Eso sí, pero Nina no tiene las piernas que tú tienes, en nalgas si están parejas, las dos las tienen muy ricas

-¡Ya Alberto!, me avergüenzas

-¿Por qué?, ¿Por decir que estás buenísima?

-Eres un maldito caliente, solo piensas en cogerte… ¡A todas!

-Como todos los hombres, solo fíjate como te mira Harry, te trae unas ganas que por ti haría éste y mil negocios más

-¡No seas tonto!, eso no lo digas ni de broma se me hace humillante conseguir negocios por sexo

-No te enojes, el negocio ya está cerrado pero eso no quita que el hombre te traiga ganas por eso hice la broma así que disculpe usted “madame” me olvidé que le molesta que la admiren.

-Eres un tonto Alberto, no me molesta que me admiren, me molestaría que me usaras para conseguir dinero

Hizo cara de admiración y subió a ponerse un traje de baño yo me levanté, caminé al bar y rellené mi vaso con el licor pensando en las tonterías que había dicho Alberto, caminé por un lado de la alberca hasta donde terminaba la casa y apoyada en la balaustrada observaba el mar pensando que en parte él tenía razón ya que por sexo se hacen muchas cosas e incluso entre mujeres y sexo se cierran grandes negocios de todo tipo, legales o ilegales. Y con respecto a mi estaba equivocado, al igual que todas las mujeres disfruto de ser admirada, por eso y para eso usaba la ropa que él me compraba.

Cuando Harry y Nina bajaron ella se metió al agua y Harry se acomodó en una silla junto a la alberca, yo sentí su mirada voltee a verlo y caminé a donde él estaba, de pronto al pisar sentí que algo se clavaba en mi pie descalzo y cojeando llegué a sentarme junto a él, subí mi pie apoyando el tobillo sobre la rodilla de mi otra pierna para verme la planta cuando la mano de Harry tomó mi tobillo levantó un poco mi pierna, pasó su otra mano sobre la planta de mi pie y después de besarme sobre el empeine me dijo

-No tienes nada muñeca ha de haber sido una pequeña piedra

Mantuvo su mano en mi tobillo y con la otra mano acarició mi pantorrilla. Yo no dije nada, podría decirles que por temor de ser grosera y “dar con el traste” al negocio de Alberto pero no fue así, la realidad es que sentí por vez primera la mano de otro hombre acariciar mi piel y me gustó sentir su deseo ya que mientras me acariciaba la pantorrilla no dejaba de observar la negra tanga de encaje que cubría mi sexo.

El al notar mi desconcierto soltó mi pierna se puso de pie quedando con su cadera frente a mi cara y miré sorprendida el enorme bulto bajo su traje de baño.

Yo quedé con la vista fija en su erección y al notar que él no se movía de donde estaba levanté la vista, nos vimos a los ojos y él sonrió complacido por mi admiración, yo sonreí bajando mi pierna apoyando el pie sobre el piso y solo pude decir “Gracias por revisarme el pie Harry” él me sonrió diciendo “De nada preciosa” y se metió a la alberca donde ya estaban Nina y Alberto.

Quedé sentada frente a la alberca sintiendo cierta excitación por lo que había pasado, crucé mis piernas y vi como Harry se separaba de Alberto y Nina para nadar hacia mí, por un momento pensé que me diría algo pero no fue así simplemente se quedó dentro del agua apoyado en la orilla de la alberca mirando hacia mis piernas, yo fingí estar distraída viendo a Alberto y bajé la pierna que tenía cruzada apoyando el pie en el piso separado de mi otro pie, la mirada de Harry sobre mis muslos y tanga terminó por poderme nerviosa y me levanté de la silla lo miré a los ojos sonreí y él inclinó su cabeza en un gesto que agradecía el espectáculo.

Salieron de la alberca pasadas las 7 de la noche y Harry nos invitó a cenar a un restaurante así que subimos a las recamaras a vestirnos al entrar y cerrar la puerta Alberto me preguntó

-¿A qué se debió eso Amor?

-¿Qué?

-Enseñarle los calzones a Harry

Pensé decirle que no me había dado cuenta sin embargo siempre hemos sido muy honestos uno con el otro así que le platiqué lo que había pasado con mi pie y él me dijo

-¿Y decidiste darle un buen espectáculo al hombre?

-¿Te molesta?

-Sabes bien que no

Quedamos un momento en silencio y mirando hacia la pared dije en voz baja

-Me gustó que me acariciara, no entiendo pero hay algo en él que me atrae

-Será su vergota

-¡Alberto!, estamos platicando seriamente

-Si amor, pero vamos a vestirnos

-¿Y si me lo pide?

-¿Qué me quieres decir?

No respondí y saqué un vestido del armario para ponerlo sobre la cama, mientras me quitaba el top y la falda pregunte directamente mirándolo a los ojos

-¿Si termino con él en la cama?

El no respondió, me dio un beso y entró al baño mientras yo me untaba crema en las piernas y me ponía mi vestido, me miré en el espejo ya que me gusta usar ese vestido de tirantes y a medio muslo, mientras yo me observaba al espejo Alberto salió del baño y me dijo

-No creo que algo cambie entre nosotros al menos que tú quieras que así sea. Siempre he tenido el deseo de verte con otro, a veces cuando estamos en la cama me gustaría ser otro y arrancarte gritos de placer… No sé tal vez sea algo enfermizo que tenemos los hombres sobre ver coger a nuestra pareja.

-Parece que las mujeres también estamos enfermas de lo mismo

Acarició mis nalgas y la parte trasera de mis muslos diciendo

-Que rica estás Sandy, pero no te olvides que te amo

Le di un beso en la boca, me abracé de él y le dije

-No creo poder olvidarlo ya que yo siento lo mismo, pero créeme que Harry me hizo sentir un escalofrío en todo el cuerpo sin duda es un hombre muy peligroso y mira que es feo el maldito

Alberto rió de buena gana y abriendo sus manos en señal de resignación me dijo

-Pues ni hablar, ¿Qué puedo yo hacer?, además no traes las suficientes bragas como para mojar una cada media hora, veremos qué pasa, a ver si mañana no nos mandan a Nina y a mí a comprar refrescos a la Patagonia

-¿Qué quieres decir?, ¿Que me voy a acostar con él?

-Si te pone como me dices…En fin que sea como quieras amor, es tu decisión

Mientras viajábamos hacia el restaurante voltee la vista y noté que Harry quien estaba sentado junto a Nina en el asiento trasero miraba mis piernas entre los dos asientos delanteros del auto, me senté de lado con mis piernas pegadas a la consola de en medio y con el pretexto de platicar con Nina le ofrecí una mejor vista de mis muslos, sentir su deseo por mí me tenía excitada

En el restaurante nos sentamos en una mesa en forma de semicírculo, en el centro nos sentamos las mujeres Harry se sentó junto a mí y Alberto junto a Nina .Durante la cena sentí el píe de Harry tocar mi pantorrilla y yo le sonreí, en un momento en que Alberto se levantó al sanitario Harry posó su mano sobre mi muslo y le dijo a Nina

-Que lindas piernas tiene esta chica, ¿Lo has notado?

Ella bajó su mirada y con su mano tocó mi otro muslo diciendo

-Fuertes, bien formadas y muy suaves

Yo sonreí nerviosa ya que los dos mantenían su mano sobre mis muslos, estaba desconcertada ¿Sería Lesbiana Nina? ¿Querían hacer un trio conmigo o de que se trataba el juego?

Cuando Alberto regresó y se sentó Nina le dijo

-Toca mis muslos y dime si están tan suaves como los de tu mujer

Alberto miró a Harry nervioso, él afirmó con la cabeza y ya con el permiso del marido le acarició sin recato las piernas mientras ellos acariciaban las mías hasta que el mesero detuvo “el faje” al presentarse con la cuenta

Regresamos a la casa como a las 10 de la noche y yo dije que me subía a dormir cosa que decidieron hacer todos, ya en el cuarto le platiqué a Alberto lo que había pasado y le pregunté

-¿De qué se trata amor, es lesbiana o me querrán para un trío?

El negó con la cabeza indicándome que no tenía la menor idea, yo me metí a bañar para después untar crema en mi cuerpo, al terminar me envolví en una toalla anudándola por encima de mis pechos y cuando salí del baño Alberto estaba desnudo acostado en la cama y me dijo

-Ven aquí amor, no sabes cómo me tiene de caliente todo lo que está pasando

-No amor, estuve muy tensa en la cena y creo que... No sé, mejor no

El lo aceptó de mala gana y yo salí al balcón para escuchar las olas del mar, miraba hacia la luz de la recámara de Harry pensando en que estarían desnudos dentro del Jacuzzi y algo dentro de mí me excitaba al pensar en Harry cogiendo con Nina, pasaron unos minutos cuando sentí que Alberto me tomaba por la cadera y me despojó de la toalla de un tirón dejándome desnuda, yo voltee la cara para detenerlo pero él puso su mano en mi nuca para sujetar mi cabeza hacia abajo y me penetró para acto seguido comenzar a moverse dentro de mí, soltó mi nuca y yo permanecí con mi cabeza hacia abajo mientras él acariciaba mis nalgas mis muslos y mi espalda

Sus embestidas eran fuertes y me hacían gemir de placer, me paré en las puntas de mis pies deteniéndome con mis manos en el barandal de la terraza e hice mi cadera hacia atrás para que su penetración fuera lo más profunda posible y comencé a girar mi cadera, eso lo hizo detenerse manteniendo su pene muy profundo dentro de mí, lo escuchaba gemir de placer y yo disfrutaba como pocas veces lo había hecho ya que sentir mi vagina oprimir su miembro en cada uno de mis giros era algo ardiente y delicioso, después de un rato de dejarme “llevar la batuta”, él se comenzó a mover a mi ritmo hasta que mis piernas comenzaron a temblar y se doblaron al sentir las fuertes contracciones de un orgasmo que me hizo soltar un grito de placer, él me detuvo por la cadera y continuó entrando y saliendo hasta que lo sentí empujar con fuerza y su pene se comenzó a contraer rítmicamente para terminar los dos sentados en el piso de la terraza, yo con voz de incredulidad le dije

-Me violaste Alberto

-Perdón amor, pero no pude resistir el deseo de hacerlo, que ricas nalgas tienes Sandy.

Bajó su cabeza avergonzado esperando mi enojo pero yo reí diciendo

-Viólame las veces que quieras, no tienes idea de lo rico me vine me hiciste ver estrellitas

El se acercó a mí para besarme en la boca y ahí tirados en el piso me acurruque en su pecho para que me acariciara, después de un rato se puso de pie y me ayudó a levantarme, al hacerlo le enseñé su semen en el piso de la terraza y le dije “Te toca limpiar tu desorden” nos reímos y nos fuimos a acostar abrazados hasta quedarnos dormidos