La historia de Sandra (Final)
Alberto realiza su deseo de ver a Sandra tener sexo con otro y terminan su aventura
Mientras caminábamos hacia la cocina yo anudé el sostén de mi bikini al llegar a la alberca me quité las calcetas y la camisa de Harry, las puse sobre una silla y lo fui a alcanzar la cocina él sonrió al verme y yo de inmediato pregunté
-¿Te hace eso Nina cada vez que tienen relaciones?
-¿A qué te refieres?
-A meterlo así en su boca
-A veces, le gusta presumir de lo que es capaz, pero no es lo usual
- ¿Has terminado ahí?
-¡No!, ¿Cómo crees?... Lo hace con la idea de excitarlo a uno como hombre y vaya que lo logra, pero lo mantiene ahí muy poco tiempo
-¿Se ha metido todo lo tuyo?
-Si
-Vaya, lo ha de sentir en el esófago
Harry rió y me pidió que picara cebolla y mientras lo hacía varias veces me acarició sin que yo pusiera la menor resistencia, de pie detrás de mí puso sus manos en mi cintura y me dijo
-Que curvas tienes muñeca, me gusta tu cintura, me encantaría que me montaras y ayudarte a cabalgar con mis manos sobre estas deliciosas curvas ¿Qué dices?
-Mmmm… Has una cita corazón… ¿Te doy mi teléfono?
-¿De plano no?
-¡Claro que si cariño!, cuando quieras me monto sobre tu potro salvaje…. Ya se tardaron en bajar aquellos
-De seguro Nina está cabalgando, podríamos hacer lo mismo
-¿Y quién va a cocinar?
El rió y mientras yo lo veía cocinar pensaba en Alberto y Nina, ya no había en mi esa rara sensación en el estómago que producen los celos, es más no me importaba que estuviera cogiendo con ella
-¿No sientes celos Harry?
-¿Tú los sientes?
-Cada vez menos
-Así pasa y cuando te das cuenta que se siguen amando dentro de ti cambian muchas cosas en relación al sexo, incluso se convierte en algo más amoroso más de unión que de placer, claro que sin dejar de ser muy placentero
-No creo que Alberto y yo lleguemos a tanto… Es más no sé qué pasará al regresar a casa
-¡Nada muñeca!... Nada malo pasará entre ustedes
-¿Lo dices convencido o solo para…? Hacerlo otra vez conmigo
-Lo digo de las dos formas
Yo solo hice un gesto y seguí haciendo lo que me pedía para ayudarlo a cocinar.
Terminábamos de preparar la comida cuando bajaron Alberto y Nina yo salí a sentarme a la mesa y en un momento en que quedamos solas Nina y yo ella me comentó “Alberto es insaciable güera, realmente me gusta tu hombre”, yo sonreí pensando en que así era, mejor dicho así éramos, insaciables, ardientes, desesperados, a mi mente llegaron los recuerdos de como habíamos transformado nuestras relaciones y como en los últimos meses infinidad de veces lo hacíamos y después de descansar un rato lo volvíamos a hacer, éramos unos “cogelones” irredentos, siempre insatisfechos queriendo más y más hasta que terminamos por convertir el sexo en algo parecido a una cena rápida en la que no hay mesa puesta, ni velas, ni aperitivo, una cena en la que solo se pretende quitar el hambre para que el estómago no proteste a media noche y nos despierte, de igual manera nos entregábamos al placer del orgasmo olvidando que el placer del sexo inicia con la simple idea de hacerlo con esa persona especial a la que tanto se desea.
Añoraba esas mañanas en que después de despedirlo cuando salía a trabajar pasaba el día planeando en que ropa, que perfume o que actitud sería la mejor para seducirlo y lo esperaba ansiosa para comenzar a disfrutarnos desde que cruzaba por la puerta de entrada, añoraba cuando íbamos a una fiesta y con las miradas nos pedíamos y nos ofrecíamos hasta que llenos de deseo nos retirábamos de la fiesta para ir a nuestra casa a disfrutar de nuestros cuerpos desnudos… Y me preguntaba si algún día volveríamos a “poner la mesa, encender las velas y tomar el aperitivo”
Sin darme cuenta que lo hacía dije en voz alta
-Tengo Hambre
-Aquí está la comida
Respondió Harry poniendo los camarones que habíamos preparado sobre la mesa, Alberto se sentó a mi lado, apretó suavemente mi muslo con su mano y me sonrió, estaba contento, sin duda Nina lo había hecho gozar como loco, yo le sonreí pensando “A ver si cuando veas a Harry dentro de mí mantienes esa sonrisa”. ¿Sed de venganza?, posiblemente ya que no me sentía celosa ni traicionada o tal vez quería saber si él sentiría lo mismo que yo, una total indiferencia ante la infidelidad. Sin embargo tenía deseos de verlo con ella, escucharlo gemir y ver su semen escurrir de la vagina de Nina. ¡Diablos!, tendríamos que ir juntos al psiquiatra si es que ésta loca aventura no terminaba por separarnos para siempre
Terminando de comer yo me levanté de la mesa y me fui a acostar sobre un camastro y me quedé dormida despertando pasadas las 6 de la tarde, al abrir los ojos vi que los tres platicaban dentro de la alberca y me levanté para meterme al agua con ellos, Alberto me recibió con un beso diciendo “Despertó mi bella durmiente”, yo sonreí y me uní a la plática sobre asuntos políticos, pasado un rato Nina nos dijo
-Ya es hora de reiniciar el juego,
Salió del agua y fue a la cocina regresando con un bolígrafo y una servilleta, cortó 2 pedazos de la servilleta y escribió los nombres de Alberto y de Harry, dobló los pedazos de servilleta y los metió en un vaso diciendo
-Una de nosotras sacará el nombre del hombre con el que pasará la noche y si es el de su pareja ni modo, esto es cosa del azar como cualquier juego.
Alberto levantando el brazo dijo
-Mejor vamos a divertirnos los 4 juntos y solo sorteamos los que serán la pareja que inicie el espectáculo, yo quiero ver disfrutar a Sandy con Harry.
-Siendo así, dejemos que sea la güera quien saque papelitos del vaso y ese será el orden en que los afortunados la disfrutarán ¿Les parece?
Respondieron con un “sí” unánime y yo les repelé diciendo
-¿Y mi opinión no vale?... Desde que iniciamos me toca todo, primero fui la novata y ahora soy a la que quiere ver coger su pareja… ¿Les gusté para pendeja o qué?
-No te enojes muñeca____ Me dijo Harry
-Pretendemos complacerte amor___ Dijo Alberto abrazándome
-¿Cómo quieres que lo hagamos?___ Me preguntó Nina
-Acércame el vaso para empezar a sacar el orden de mis amantes___ Respondí yo
Me acerque a la orilla y Nina se sentó con sus pies dentro del agua para que yo pudiera meter mis dedos en el vaso, tomé el primer papel lo desdoblé, lo leí diciendo “Nina”, saqué el segundo papel diciendo “Harry”, miré a Alberto y después de darle un beso en la boca le dije
-El tercero eres tu amor, no tiene caso sacarlo… Por lo pronto sugiero que tomemos una copa y nos demos un delicioso baño para estar muy limpios y tener una noche fenomenal.
Me salí del agua, me serví un whisky y les dije “ Yo voy a la ducha, nos vemos en la recámara principal en media hora” caminé hacia la escalera y subí a la recámara a bañarme.
Entré a la recámara principal vistiendo solo una playera a medio muslo, me había dado un buen baño, untado la crema que dejaba sobre mi piel un discreto aroma que excitaba a Alberto y una gotitas de perfume en mi cuello, pechos y pubis. Nina quien también estaba recién bañada y muy sensual comenzó de inmediato besándome en la boca y mientras se repetían los besos nos desnudamos para subirnos a la cama, nos mamamos los pechos e hicimos un delicioso “69”, mientras nos disfrutábamos en esa posición Harry me quitó de encima a Nina diciendo “Es mi turno”, me puso boca arriba y su boca se apoderó de mi sexo haciéndome sentir un gran placer, estaba ardiendo llena de deseos, me separé de su boca y le pedí que se acostara boca arriba, lamí su pene y cuando sentí la gran dureza de su erección me monté en él apoyando mis pantorrillas a los lados de su cuerpo, mis ojos miraron a Alberto que no separaba su vista de mí, tal vez estaba ansioso o tal vez incrédulo de lo que veía, tomé con mi mano el pene de Harry lo guié a la entrada de mi vagina y me fui sentando lentamente sobre de el sin separar mi vista de Alberto quien sin duda estaba excitado de ver como ese pene se perdía lentamente dentro de mí.
Lentamente estiraba y doblaba mis piernas para hacer entrar y salir el pene de Harry quien puso sus manos sobre mi cintura intentando ayudarme a subir y bajar, mis movimientos se aceleraron, sentía mis pechos subir y bajar al ritmo de mi cabalgata, mis gemidos eran fuertes mucho por el placer pero también con la intención de que Alberto sintiera que disfrutaba como loca.
Mi vagina estaba muy lubricada y distendida al tamaño del pene de Harry, mis movimientos se aceleraron al máximo ya nada me importaba que no fuera llegar al orgasmo agaché mi cabeza con mis manos apoyadas sobre el pecho de Harry, mis cabellos caían a los lados de mi cara y sentía mi frente húmeda de sudor, sentí como todos mis músculos se endurecían y me enderecé pasando mis brazos detrás de mí apoyando mis manos en los muslos de mi amante, me senté de un golpe sobre su pubis quedando inmóvil y apretando mis piernas en sus costados y él con sus manos sobre mi cintura me empujó hacia abajo para mantener su pene muy profundo dentro de mí, sentí que todo mi cuerpo temblaba, mis ojos se subieron dentro de sus órbitas, abrí mi boca levantando mi cara hacia el plafón de la recámara y volví a sentir que algo dentro de mí se rompía con un golpe de placer que me hizo soltar un fuerte grito, al comenzar mis contracciones me dejé caer sobre el pecho de Harry quien apoyó su pies sobre la sábana y levantando sus nalgas siguió moviéndose rápidamente. Apenas había terminado mi orgasmo cuando él empujó con fuerza su pene y lo sentí contraerse una y otra vez, al terminar estiró sus piernas y me abrazó pidiéndome que me quedara encima de él sin moverme.
Al perder su erección yo me enderecé y cuando el pene me abandonó su semen escurrió sobre su pubis, yo me dejé caer agotada boca arriba con mis piernas dobladas apoyando mis pies en la sábana y con mi antebrazo cubrí mis ojos, sentí cuando Harry tomó la caja de pañuelos desechables que estaba en la mesita de noche y cuando se levantó de la cama, me comenzaba a vencer el sueño cuando sentí que alguien se subía a la cama, quité mi antebrazo de mis ojos y vi acercarse hacia mí a Alberto, él puso sus manos sobre mis rodillas acercó su pene a mi vagina y yo dije “Espera Alberto deja que….” No hable más y dejé que me penetrara, levanté mis brazos para indicarle que se recostara sobre de mí.
No aguantó gran cosa, sentí su pene endurecerse e iniciaron sus contracciones, al terminar quedó recostado sobre de mí con su cabeza a un lado de la mía me preguntó en voz baja
-¿Este era tu máximo placer mi vida?
No pude responder nada, me dejó en silencio, pocas veces me había dicho “mi vida” y me sentí muy feliz de escucharlo, después de un tiempo de estar en esa postura donde él me besaba el cuello y el hombro mientras yo acariciaba su espalda escuche decir a Nina.
-¿Se piensan quedar así toda la noche par de tórtolos?
Alberto se levantó y le dijo
-Perdón Nina, creo que te dejamos fuera del juego
-¡Por Dios chico! Si me han dado el mayor espectáculo erótico de mi vida y completamente en vivo… Vayan a limpiarse y tomemos unas copas dentro del jacuzzi, después de lo que he visto solo quisiera permanecer en silencio escuchando las olas del mar.
Yo me levanté, cubrí mi vagina con unos pañuelos desechables y entré al baño, Alberto entró detrás de mí y se metió bajo la regadera y yo lo seguí, no hablamos, tan solo nos besamos en la boca y salimos al jacuzzi donde ya nos esperaban Harry y Nina. Dentro de la tina Harry nos dio unos vasos con whisky y dijo
-¡Que delicia! Por unos segundos y terminamos juntos, hace tiempo que no sentía algo así
Alberto me abrazó y quedamos los 4 en silencio dentro de la redonda tina, yo pregunté ¿Cuántas personas cabrán en esta tina, unas 6? Nadie me respondió y después de un rato me salí, me sequé y caminé hacia el barandal de la terraza observando la oscuridad del mar, Alberto me preguntó
-¿Pasa algo Sandy? ¿Quieres otra copa?
Yo negué diciendo
-No amor, realmente estoy agotada, se me cierran los ojos, creo que es mejor que me vaya a dormir
Al pasar frente a ellos me dieron las buenas noches y yo jugando arrojé los hielos que había en mi vaso dentro del agua de la tina, me puse la playera con la que había llegado y al entrar a nuestra recámara creo que tardé más en tirarme sobre la cama que en quedar profundamente dormida.
Cuando desperté Alberto me abrazaba por la cintura y al tratar de levantarme él me apretó hacia él diciendo
-No te vayas Sandy
-Voy a preparar café amor y necesito ir al baño, así que no me aprietes tanto
El me soltó y cuando salí del baño él entro, yo pasé un cepillo por mis cabellos y salí del cuarto, él me alcanzó en la cocina me abrazó besándome en el cuello y me dijo
-Mañana tenemos que ir a dejarlos al aeropuerto a las 7 de la mañana, nuestro avión sale a las 3 de la tarde
-Bueno, tú los llevas mientras yo hago las maletas, ¿Te dejo afuera un traje de baño?
-No amor, si queremos nadar un rato lo hacemos desnudos
Platicamos de muchas cosas pero ninguno tocaba el tema hasta que yo me decidí a preguntar
-¿Esto ya se terminó o seguiremos en la noche?
-Yo espero que se haya terminado el juego
-¿Y si Harry quiere otra vez conmigo o Nina contigo, que vamos a hacer?
-No lo sé Sandy, que cada quien decida.
-Ay amor, ¿Cómo les decimos que no, después de…? ¡Diablos!
-¿Quieres acostarte otra vez con Harry?
-¡No Alberto!.. Ya no quiero nada, te amo y no quiero hacerlo con nadie más que contigo... ¿No lo puedes entender?
-No pensabas así cuando llegamos
-Pero el privilegio de una mujer es cambiar de opinión y para mí se acabaron las infidelidades, así que ya no me digas que me quieres ver hacer tal o cual cosa… Ya no Alberto, lo entiendes ¡Ya no!
-Está bien amor… La verdad es que ya no quiero verte hacer nada.
Después de desayunar sentados los 4 a la mesa les dije
-Hoy es nuestro último día aquí y lo pienso pasar solamente con Alberto, fue una gran aventura, la disfruté mucho eres muy linda Nina y tú eres un amor Harry, pero no cuenten conmigo para nada sexual que se les ocurra organizar
Para mi sorpresa Nina me respondió
-Así será güera, como te explique antes el juego sigue mientras todos los jugadores estén de acuerdo, si tú dices que se acabó, se acabó y le damos vuelta a la hoja.
Pasamos el día en traje de baño yo usé un bikini tradicional y no hubo insinuaciones ni nada al respecto, por la noche nos fuimos a dormir y Alberto me abrazó en la cama diciéndome
-Vamos a dormir amor
-Creo que es lo mejor.
De regreso en el avión me preguntó si lo había pasado bien y yo solo afirmé con la cabeza, el resto del viaje me platicó como sería el desarrollo que planeaban construir.
Ya en casa él se había vuelto muy frío conmigo, cosa rara en nosotros pero llevábamos una semana sin tener relaciones ni siquiera una insinuación de su parte, después de cenar nos sentábamos a ver la TV y a lo mucho me acariciaba las piernas y nos íbamos a dormir, la preocupación en mi sobre el futuro de nuestra relación aumentaba cada día tenía miedo de tocarle el tema y un día me decidí a iniciar una conversación al respecto de lo que había pasado, mientras veíamos la TV pregunté temerosa
-¿Te gustó verme con Harry?
El apretó mi muslo con su mano y respondió
-No sé Sandy, tal vez si ya que fue algo sumamente excitante sin embargo…. No lo sé Sandra.
-Yo no te vi con Nina
-Ni modo, así pasó y se terminó el asunto, perdiste la oportunidad
-¿Qué te pasa Alberto?
-¿Que me pasa de qué?
-¿De qué? Por Dios Alberto, llevas una semana sin tocarme y eso nunca ha sido normal entre nosotros, ¡Dime que pasa amor!
-¡Por favor Sandra!, necesito pensar muchas cosas, estoy tratando de tomar la decisión más importante de mi vida y lo que menos necesito es que me estés presionando
-¿Esa decisión me incluye a mí?
-¡Ya Sandra!... Esa decisión es sobre ti, así que dame tiempo por favor.
Me levanté del sofá en silencio y me fui a intentar dormir ya que no podía dejar de pensar en que tal vez le daba asco hacerme el amor después de haberme visto llena del semen de otro así que supuse que estaba pasando lo que tanto temía, para él lo nuestro se había acabado y ya solo le faltaba quitarse el temor de decirlo
Dos días después cuando el salió a trabajar yo fui a la casa paterna por mis uniformes escolares, mi mamá me los entregó no sin antes preguntar.
-¿Hay problemas entre Alberto y tú?
-No, no es eso má, solo que los quiero guardar en mi casa
-Mira hija, no me puedes ocultar la tristeza en tu cara y pienso que cuando una chica con tu figura necesita disfrazarse para seducir a su pareja, algo anda mal entre ellos… ¿No me quieres contar?
¿Cómo contarle a mi propia madre lo que habíamos hecho? Así que solo trague saliva, me aguanté las ganas de llorar y le dije
-No má, todo está bien entre nosotros, pero quiero vestirme como él me conoció solo para recordar cuando se enamoró de mí… Creo que sería bonito ¿No crees?
-Espero que así sea hija.
Me dio un beso y regresé a casa
Media hora antes de la hora en que Alberto solía llegar yo me bañé me puse crema y perfume, una lencería de seda y mi uniforme del colegio, blusa, falda corta, calcetas y zapatos bajos, cuando él llegó me saludó con un beso en la boca y al separarnos me giré coquetamente haciendo “volar” mi cabello y él me tomó de la mano me dio la vuelta y me abrazó diciendo
-Que rica estás Sandy.
Me besó nuevamente en la boca, por un instante lo sentí “él de antes” y me llené de alegría
-¿Te sirvo una copa?
El afirmó y se fue a sentar a la sala, escuché que encendía la TV por un momento me sentí molesta pero reaccioné pensando “Hoy no me daré por vencida” y fui a sentarme junto a él subiendo mis pantorrillas sobre el sofá con mis rodillas pegadas a sus muslos, le di su copa y él bebió de ella mientras con su otra mano acariciaba mis muslos con su vista fija en la TV, me estiré sobre sus piernas pretextando tomar una revista de la mesa lateral del sofá y sentí en mi brazo su erección, tomé la revista y cuando me sentaba él me la quitó de las manos y me besó en la boca, sus manos recorrían mis muslos buscando mi sexo y comenzamos las apasionadas caricias, nos besábamos, mordíamos nuestros labios, me mordía y besaba en las orejas, el cuello y la cara, me abrió la blusa para acariciar y besar mis pechos arriba del sostén yo sentía la humedad en mi entrepierna cuando bajé el cierre de su pantalón y metí mi mano sentí la humedad de su calzón, saqué su pene y lo acaricié, él me besó en la boca y me dijo
-Me encantas Sandy y con ese uniforme te vez increíble… ¿A qué edad lo usabas?
-A los 14 o 15…
-¿Y todavía te queda?
-Por el tipo de falda amor.
Me puse de pie para enseñarle como era la falda pero él me jaló hacia el sofá para besarme nuevamente en la boca saboreando nuestras lenguas mientras sus manos tocaban mi sexo sobre mis bragas, al separarnos me miró fijamente a la cara y me preguntó
-¿No te maquillaste?
Yo traté de poner cara de inocente y en tono de broma respondí
-Las niñas de 14 no se maquillan Alberto
-Eso sí que es un problema muy grande
-¿Por qué amor?
-¿Cómo se le pide matrimonio a una niña de 14 años?
Quedé en silencio llena de emoción él sonrió al ver mi cara yo no sabía que decir y así pasaron varios segundos hasta que él rascando su cabeza como indicándome lo grave de su problema preguntó.
-¿Cómo le haré Sandy?... Y es que amo a esa niña, me trae loco, yo estaba convencido de que era la mujer de mi vida con la que podría formar una familia y resulta que es una niña de 14 años… ¿Qué hago?
Ya repuesta de la emoción de su petición de matrimonio y dispuesta a seguir la broma, puse mi mano sobre su pene y mientras acariciaba su firme erección le dije
-Un amigo con el que he compartido muchas cosas me dijo algo muy vulgar que te podría servir como consejo para resolver tu problema, me dijo esto “Si te la aguanta toda y la hace feliz, ya dejó de ser niña y se convirtió en mujer” es cosa de que pruebes que tan niña o que tan mujer es ella.
Me levantó en sus brazos y me llevó a la cama, me desnudó, llenó de besos y caricias hasta el último rincón de mi cuerpo separó mis piernas y yo las doblé apoyando mis pies sobre la cama, él se puso en medio de ellas y me penetró, se acostó sobre mí y comenzó a moverse muy lentamente, detenía sus movimientos para besarnos en la boca y los reiniciaba despacio como si quisiera sentir cada pliegue, cada milímetro de mi vagina nunca había estado tanto tiempo dentro de mí y yo disfrutaba de cada instante que permanecíamos unidos, cuando ya no lo pudo detener metió sus manos debajo de mis nalgas apoyando su frente sobre la cama a un lado de mi cabeza y aceleró sus movimientos que me hicieron sentir una continua serie de pequeñas contracciones y en medio de mi “raro” placer su pene se endureció, él detuvo sus movimientos y lo sentí contraerse rítmicamente dentro de mi vagina, sacó sus manos de debajo de mis nalgas y me abrazó pasando sus brazos debajo de mi espalda yo lo abracé con fuerza y así permanecimos mucho tiempo aún después de haber perdido su erección y de estar fuera de mí
Mientras lo hicimos no hubo jadeos ni gritos ni pasión desbordada en busca del orgasmo agotador, me había hecho sentir un raro orgasmo que sin ser el más placentero si había sido el más maravilloso que haya sentido en mi vida, quité una de mis manos de su espalda para mirar el anillo con un diamante solitario que mientras besaba mis manos había puesto en mi dedo y le pregunté
-¿Me regalarías mil dólares amor?
-Es mucho dinero Sandy, ¿Qué quieres comprar?
-Nada, necesito pagar una apuesta