La historia de Rose (Capítulo 2)

Las andanzas anales y masturbatorias de Rose. (Auto satisfacción-Anal)

DESDE PREPA HASTA LA UNIVERSIDAD.

En el primer relato http://www.todorelatos.com/relato/88608/ les conté acerca de Eliot, aquel gran amor, mi primer amor y mi primera vez. Ahora les contaré de mis andanzas en la prepa y en la universidad.

Eliot y yo duramos otros 5 meses de gran calentura en donde sorprendentemente tuvimos relaciones solamente otras dos veces, una más en mi casa y otra en casa de una amiga durante una pequeña fiesta que ella dio. Al final, salí de la secundaria lo que hizo que la relación se fuera enfriando y nos alejáramos cada vez más hasta dejar de vernos, nunca cortamos, sólo dejamos de vernos. Después me enteré que él ya tenía una novia más chica que él y la verdad no le di tanta importancia pues yo ya tenía otras personas en la mira, cosa que precisamente nos lleva a mi relato de hoy.

Entré a prepa y mis calificaciones se mantuvieron por lo alto, hice nuevas amigas y amigos, no tenía novio pero tampoco me importaba.

Pecaré de vanidad tratando de describirme. En ese entonces ocupaba el cabello al natural, castaño claro y quebrado, mis pompas no llamaban la atención ni del más desesperado pero mis pechos se habían desarrollado bastante bien, aunque nunca los presumía, en esa época comencé a ocupar lentes lo que me hacía más invisible a las miradas de los chicos, mi complexión siempre ha sido la misma pues si no soy flaquísima tampoco nunca he estado gorda ni pasada de peso.

Como imaginarás, no tuve demasiada acción carnal en esta etapa de mi vida pero por supuesto que mis dedos siempre estaban a mi servicio. Una vez platicando con mis amigas en plan de broma ellas me dieron sin saberlo demasiadas “buenas ideas”.

  • Una zanahoria.- Nadia reía después de dar su idea para un consolador casero mientras en los ojos de Nelly se veía la lujuria y la sonrisa que confirmaba que ella ya lo había intentado.

  • ¿Mis dedos? - Sugerí pero no causo más revuelo pues creo que ya todas lo habíamos probado.

  • ¿Un tubo de ensayo? – Arrojó Nelly como respuesta.

  • Dijimos casero y esos solo los tenemos en la escuela… además que tal si se rompe.- Como siempre, Nadia era la más precavida.

  • Bueno pues entonces una botella de refresco, el vidrio es más grueso y resistente.- Acordó Nelly.

Después salieron más cosas a la plática como botes de crema, canicas, perfumes y todo tipo de tonterías hasta que ya dijimos puras babosadas imposibles de realizar o que nos lastimarían pero lo que más se me quedó fue lo de la botella de refresco, así que lo intenté.

Un día en que mis papás fueron a atender el negocio compré un refresco de poco más de 250ml en la tienda. Nada más entrar a casa me aseguré de que nadie estuviera, prendí el calentador de agua y me dedique a mi cuerpo. Me tocaba en el mismo ritual de siempre, me desvestía hasta quedar en ropa interior, me masajeaba los pechos y metía dedos en mi boca simulando chupar una verga, siempre me agradó lamerme los pezones y primero tocarme por encima de la braga para después, ya bien cachonda meterme uno y luego dos deditos en mi vagina.

Por si alguien llegaba me metí a la ducha junto con mi botella de refresco pues tenía un plan especial para ello.

Regulé el agua y me despojé de toda prenda que cubría mi cuerpo, me seguí masturbando hasta estar insoportablemente caliente sin llegar al orgasmo. Abrí la botella, le di un trago a la soda y después la agité un poco tapando con el pulgar la boquilla para después metérmela por la panocha dejando llenarme del líquido. La sensación fue chistosa y no era precisamente lo que buscaba pero entonces se me ocurrió algo más allá.

Escupí y escupí en la boquilla tratando de que el agua no se llevará el lubricante natural que salía de mi boca, simulaba mamar una verga con la botella mientras uno de mis dedos exploraba mi ano, por fin me animé y metí un dedo, mmmhhhh, que rico, no me dolió y continúe meneándolo hasta sentirme segura y entonces metí con lentitud otro dedo.

  • Agghh, su puta madre.- Me quejé pues ahora si me había dolido un poco pero continúe con mi tarea hasta que dejó de doler.

  • Ahora sí.- Me dije mientras agitaba la botella tapando la boquilla otra vez y cuando sacaba mis dedos metí la boquilla provocando que el refresco se disparara hacía mis entrañas.

  • Mmhhhh.- Gemí al sentir las burbujas y el líquido juguetear en mi recto, entonces con la emoción metía y sacaba el cuello de la botella simulando una penetración. – Mmhhhh, que… rico.-

Pronto acompasé los movimientos de la botella con una fricción a mi clítoris provocando un muy buen orgasmo.

  • Aahhh.- Saqué la botella chorreando refresco por el culo.

Esa sesión se repitió por tres veces. Cuando terminé, quede un poco adolorida pero plenamente satisfecha.

La verdad es que durante la preparatoria mi experiencia sexual sería nula a no ser por las botellas de refresco, zanahorias y mis dedos. Eso sí, quiero aclarar que lo único que entraba de la botella era solo el cuello, jamás intenté meterme toda o comenzar por el fondo… soy una perversa y una fetichista pero no tonta.

Pero en universidad tomé una decisión simple que afortunadamente cambio mi vida sexual para mejorar. Me teñí el cabello de rojo y eso atrajo la atención de muchos chicos con los que me enrolle desde amorosamente hasta sexual pero el mejor fue un profesor.