La historia de mi vida (10) Final.....
Despues del baño, con Jaime y Roberto, me fui a la cocina a prepara el desayuno. Pero yo queria algo mas que comida....
Después del baño, con Jaime y con Roberto. Salí desnuda dispuesta a prepara el desayuno. Mientras tanto Mis dos amantes se secaban y se vestían para estar listos cuando yo le llamara.
Me puse y prepare jugo de naranja, huevos revueltos con jamón y pan tostado con mantequilla. Les avise y bajaron corriendo para devorar lo que les había preparado. Yo apenas probé alimento. Pues al ver a mis amantes únicamente cubiertos con una toalla a manera de falda y sentados con tal desparpajo que me dejaban ver sus tremendas vergas. Bueno la mas tremenda era la de Roberto que se veía toda flácida, pero no por ello nada deseable con su gran cabeza cubierta por su capuchón, que apenas se distinguía ese orificio por donde salia su lechita, como si fuera un ciclope con tremenda cabeza.
Esa vista me estaba calentando y sentía cosquillas en mi fundillo, que estaba todavía dolorido por la batalla anterior. Pero como era tan goloso quería recibir otra vez esos pedazos de carne palpitantes. Para tratar de ponerlos a tono lo que hice fue levantarme y moverme lo mas sensual que podía. Esto no paso desapercibido para mis dos amantes. Pues con una mano tomaban los alimentos y con la otra tomaban mi alimento. Esas dos vergas que poco a poco se iban poniendo erectas. Mientras tanto yo me agachaba para que me pudieran ver mi culito palpitante, pues lo contraía y lo dilataba ritmicamente. Sentía sus miradas clavadas en ese orificio que le había dado tanto placer unas horas antes.
También me movía, lo mas sexy que podía, y cuando les hablaba metía mi dedo índice en mi boca y lo chupaba. Movía mis labios como si estuviera mamando una verga imaginaria. Esto hizo que surtiera efecto. Al pasar un lado de ello. Jaime me tomo de las dos manos y me jalo hacia el de tal forma que mi boca quedo a centímetros de la cabeza de su verga. No me podía negar y le empecé a dar una mamada lenta, y a chupar como si se tratara de sacara sus huevos por el meato urinario. Mientras esto pasaba, Roberto no se quedo quieto acomodo su silla de tal manera que su cara quedo precisamente a nivel de mi culito desflorado. Mordió mis nalgas y con sus dedos lubricados con la mantequilla empezó a metérmelos por mi ojete, lo hizo de manera tan delicada que no hubo dolor.
En esta posición empecé a llevar un ritmo. Por la boca recibía toda esa polla de Jaime y cuando la retiraba de mi boca y empezaba a mamar le su cabecita. Roberto, me metía el dedo lo mas profundo que podía y jugaba con mi prostata acariciándome en forma enérgica. Esto hizo que mi pequeña verga se pusiera erecta y a salio liquido preseminal. La temperatura aumento. Le mame, esa verga, en forma mas enérgica y Jaime empezó a balbucear algo y a dar gritos de placer. Roberto me abrió los cachetes de mis nalgas y metió su cabeza entre ellas con lo que pudo penetrarme los mas profundo con su lengua, que parecía una serpiente atrapada queriendo buscar una salida.
No tardo, Jaime en empezar a eyacular dentro de mi boca. Esto hizo que yo me aplicara mas en esta tarea y mamara con mas fuerza tratando de comerme toda esa leche rica que le salia. No sabia porque después de haber pasado una noche cogiendo le salia tanta leche y parecía que no se agotaba. Pues cada vez que chupaba le salia esa rica miel, que no se porque algunas mujeres les da asco, que calmaba mi sed. Roberto no se había quedado atrás, pues le unto de mantequilla, en ese momentos supe que la mantequilla no únicamente sirve para comer, el culo y su gran verga y procedió a el ritual de meterme una buena culeada. Al sentir la cabezota de esa tremenda verga instintivamente apreté el fundillo. Entonces Roberto me beso el cuello, la espalda y a apretarme las nalgas con sus manos. Esto hizo que aflojara los músculos del culo y permiti que penetrara la punta de la cabeza. Con eso sentí que mi culo perdía la ultima arruga.
Entonces, Roberto, empujo lentamente. Sentía que el culo no iba a dar para mas. Pero sorprendentemente se estiro dejando entrar esa cabezota. Grite de dolor y placer, pero Roberto grito de placer. Pues ese canal estrecho hacia que su cabeza rozara y apretara su verga. Volvió a la carga después de varios minutos en que había dejado su verga dentro de mi permitiendo que se acoplara y se dilatara los suficiente para poder recibir el resto de ese trozo de carne palpitante. Me fue metiendo centímetro a centímetro ese vergota. esto hizo que mi placer fuera creciendo como una ola en el mar. Entonces algo paso que no me había ocurrido, mi culo empezó a contraerse y aflojarse en forma espasmodica, involuntariamente, y sentí un orgasmo prolongado que me hizo aullar de placer y que temblara mi cuerpo y mis piernas perdieran fuerza. Lo que impidió que me cayera fue que estaba sostenida por la verga, de Roberto, que tenia en mi culo.
Cuando sentí los pelos del pubis acariciando mis nalgas, me voltee orgullosa y le dije a Roberto "que ya me la había comido toda". Pues soportar tremenda tranca en mi culo era una verdadera proeza. Y como respuesta recibí una fuerte embestida. Me tenia tomada con sus dos manos de mis caderas así que fecalmente, con un movimiento de sus brazos, me la sacaba y me la volvía a meter energicamente. Cada vez que me la metía sentía que la cabeza de su verga golpeaba en mi abdomen casi a nivel de mi ombligo. Esto me hacia sentir un inmenso placer. Mientras el rodete de mi ojete se habría y cerraba involuntariamente. Perdí la noción del tiempo. Yo únicamente lo que quería era tener esa vergota en mi culo, aunque me partiera en dos. Ya habria tiempo en que me pegaran mi cuerpo partido.
Yo sentí varios orgasmo antes de que Roberto me tomara de mis caderas y me jalara hacia su cuerpo, como queriendome meter hasta los huevos en mi ojete. En eso momento dio un grito de placer y rugió como un león herido y descargo la suficiente leche como para que no me quedara con hambre durante varios días. Me hizo sentir otro orgasmo anal intenso y mi pequeño pene también expulso una cantidad abundante de esperma. Roberto a pesar de ya haber terminado continuo metiendo y sacando su arma, de mi culo, hasta que quedo su pene flácido. Al salirse su verga de mi culo se inicio la salida del abundante semen. Roberto puso un recipiente y recolecto toda la leche que pudo. Me hacia que pujara para que saliera los resto que quedaban dentro de mi.
Después de esto, Jaime me dijo que el también me quería dar por el culo. Que se la mamara para ponerla en posición de ataque. Después de una mamadas la verga de Jaimito se puso erecta y se veía nada despreciable. Hizo que me diera la vuelta y me sentara en ella. En esta posición sentí un roce mas intenso de mi prostata, esto me calentó al máximo y me hizo olvidar el dolor de mi culo. Me puse a cabalgar la verga de Jaimito, con verdadero placer. Me la sacaba y luego me dejaba caer con toda mi peso para que se incrustara dentro de mi y continuara friccionando mi prostata. Esto me hizo tener un orgasmo prolongado, pero distinto a los que había sentido con al vergota de Roberto.
Continué cabalgando de esa manera hasta que hice que Jaimito se viniera dentro de mi. Y para mi sorpresa me volvió a echar grandes cantidades de leche como si nunca se hubiera descargado. Esa era la gran virtud de Jaime, no tenia una verga de las gigantescas proporciones de la de Roberto, pero tenia leche para dar y repartir. Cuando me me quite de esa posición rápidamente Roberto volvió a recolectar el semen que salia de mi culo abierto y lo tomo casi todo el que caia y me hizo volver a pujar para que saliera todo.
Jaimito quedo, sentado, exausto. Mientras que Roberto, a ese recipiente de semen, le ponía yogurt y lo mezclaba bien con una cuchara. Entonces me dice mi amor a que tienes tu desayuno, hecho con toda la verga de Jaimito y mía. Me senté como pude, por lo dolorido de mi culo pero satisfecha por la labor efectuada, y me puse a degustar ese yogurt tan especial. Me supo algo raro, con un gusto agridulce, pero me gusto. Hasta le pase la lengua al recipiente para no desperdiciar nada.
Nos volvimos a bañar. Pero ahora los deje desnudos acostados en mi cama para que repusieran fuerzas y mas tarde volver a tenerlos. Mi culo que había hecho un vicioso de las vergas. Ahora sabia que no importaba el tamaño sino lo que se supiera hacer con ella. De aquí en adelante sabia que mi vida seria una interminable lista de vergas. De todos tipos y sabores: gruesas, delgadas, gordas, cabezonas, gigantes, enanas pero todas me proporcionarían la leche que alimentaba mi culo.
Mi idilio con Jaime y Roberto duro todo el tiempo que mi familia duro fuera. Cuando llegaron vieron la casa reluciente de limpia y muy ordenada. Mi madre se sorprendió de todo esto y me dijo en son de broma que yo seria su nueva niña. Que razón tenia. Nunca termine mis estudios y toda mi vida había quedado marcada por las vergas de Jaime y el Burro Roberto. Los volví a ver en forma esporádica y volvimos a coger pero nunca como antes.
Me fui de mi ciudad. Me hice socio de un fisicoculturista y entre los dos pusimos un gimnasio. Que tuvo mucho éxito. Esto me facilito el conocer todo tipo de hombres. Ahí conocí a mi actual pareja. Ahora soy mujer los 365 días del año. Nunca me opere las mamas, me crecieron a 38 AA con las hormonas femeninas que me inyecte. Mi pene comienza un proceso de atrofia hasta que ahora me tengo que sentar para orinar, porque es tan pequeño que de pie no puedo hacerlo. Adoptamos una niña que es mi adoración y como dicen en los cuentos infantiles y vivimos muy felices.
Mi marido es un verdadero ángel. Cuando el viaja me deja tener relaciones con otros hombres, con la única condición de que el no se entere. Así que lo tengo a el y a otros. El comprende mis necesidades pues el tiene el pene chico. Y sabe que necesito una verdadera verga en mi culo. Así que me permite tenerlas que quiera. Soy una verdadera vergomana y considero que no hay mejor vicio que ese......