La Historia de mi Amigo Martín II

Hace tiempo que deje pendiente la segunda parte de este relato. Hoy han ocurrido algunas cosas que me han hecho continuar con la segunda parte, espero la disfruten.

Yo pregunte que estaba pasando o que había pasado. Mi esposa algo nerviosa, más que molesta, me dijo que “el hombre ese las había estado molestando” y se había tratado de propasar “con ellas”. Evidentemente ella no sabía que yo la había estado mirando y trataba de escudarse con que el tipo “las molestaba a todas”. Mi mirada se cruzó con la nuestra vecina de mesa y me hizo una cara como diciéndome “la llevaba bien, pero ese cabrón la rego”.

Mi esposa y yo decidimos sentarnos en la mesa, pero como estaba casi pegada con las vecinas, empezamos a platicar entre gritos. Le pregunte a nuestra vecina como se llamaba y me dijo que Laura. Así A na y yo (Juan Carlos) , nos presentamos. También nos presentó a sus amigas y el “jotito”, se llamaba Francisco pero le llamaban por el apodo de “Paco”.

De reojo, mientras platicábamos, si es que se le podía llamar a eso platicar, veía que el individuo que se le estuvo restregando a mi esposa en sus nalgas, a cierta distancia se le quedaba viendo a Ana y mi esposa disimuladamente también lo miraba. Teníamos un rato platicando y a mi esposa le entraron ganas de ir al baño, le pidió a Laura que la acompañara y guiñándome un ojo Laura se levanta y juntas se van al baño.

Yo me quedé solo, mirando a mi esposa y a Laura dirigirse al baño, pero no era el único que había notado que mi mujer y nuestra vecina, se habían ido al baño, también el que momentos antes se había propasado con mi mujer.

La idea de que mi mujer hubiera ido al baño con Laura, me excitaba; tal vez ella le daría algunos consejos o le diría como manejar esas situaciones. Una mujer con tantos kilómetros de verga recorridos, seguro sabe cómo manejar esas situaciones. Mientras divagaba en esas cosas, note que el tipo que bailo detrás de mi esposa no estaba. Así que me levante inmediatamente de mi asiento y empecé a buscarlo con la mirada. Cuál fue mi sorpresa al ver que el individuo se encaminaba rumbo al baño, atrás de Laura y mi esposa .

Me quede parado, observando que ocurría. El grupo estaba animando el ambiente y el centro de la pista estaba lleno de parejas bailando, en sí, todo el local estaba repleto. De vez en cuando veía a las mujeres que acompañaban a Laura y por supuesto el jotito, que no dejaba de bailarles a varios de los presentes, quienes lo animaban y este se sentía la reina del lugar. En una de esas ocasiones, una de las mujeres que acompañaban a Laura, me invito a bailar a su lado, era una mujer de alrededor unos 40 años, de unos 170 centímetros de altura, de senos grandes y caderas amplias. Traía un pantalón de mezclilla ajustado y zapatillas, además de una blusa escotada, que dejaba ver sus generosos senos. Bailaba muy sensual y me restregaba su cuerpo con el mío, en veces de frente y otras veces sus nalgas. Esto hizo que me olvidara por un momento de mi mujer, la verdad sus movimientos, sobre todo cuando me restregaba sus tetas a mi pecho o sus nalgas a mi verga, me tenían a mil. Así que me olvide de mi esposa y su acosador.

Después de dos o tres canciones bailando, llego Laura y me dijo:

-         Tu mujer regresa al rato, la sacaron a bailar. Se me hace que esta noche la vas a pasar bien y la vas a agarrar bien animada.

-         Como? Pregunte. Y con quien anda bailando?

-         Con su “amigo”, no te preocupes, ya le pidió disculpas e hicieron las pases

-         Espérame, iré a cuidarla, no vaya ser que pase algo como hace rato

-         No! me dijo ella ¡Déjala, no va pasar nada! Ya son amigos y le deje claro que no quería problemas, que era mi amiga y si le pasaba algo malo, le diría a los guardias del lugar que son mis amigos. Además, tú querías que se divirtiera un poco, no?

La verdad yo estaba entre excitado y preocupado por la situación, o tal vez estaba preocupado con la idea de que a ella le gustara “la diversión” y me cumpliera mi fantasía de verla con otro hombre en la cama.

Mi amigo “Martín” estaba que no dejaba agarrase su verga por encima del pantalón y me pregunto:

-         Y que hiciste tu entre tanto

-         La verdad buscaba entre la gente a mi esposa y a su “galán”, pero Laura me dijo

-         Tu déjala hazme caso, verás que al rato la vas a gozar

Ella y su amiga seguían bailando a mí alrededor y de vez en cuando Laura me decía cosas para calentarme. Algunas veces con su mano, hacía como que no era intencional y me chocaba su mano con mi verga, que la verdad estaba dura, imaginando cosas.

En una de las que estaba buscando a mi mujer, la localice casi en medio de la pista bailando con el personaje que la había mañoseado. Para eso ya el grupo había tocado unas 4-5 canciones. Ella se veía que se divertía. De vez en cuando el tipo de le decía cosas al oído y ella se reía. En una de esas, nuestras miradas se cruzaron y ella puso cara de preocupada y yo solo sonreí y le hice señas con el pulgar hacia arriba.

Laura se dio cuenta y ella también saludo a mi mujer y haciendo gestos sensuales, me abrazo, pero nunca dejo de ver a mi esposa , la cual le sonrío a mi pareja e hizo lo mismo a la pareja con la que bailaba mi mujer .

Entonces le dije a mi amigo Martín :

-         La verdad es que estaba tan excitado, que ganas no me faltaban de ir por mi mujer y llevármela fuera del lugar, para que me diera una buena mamada. En el carro o donde se dejara

-         Y porque no te llevaste a la puta con la que estabas

-         La verdad, no me anime, porque quería que fuera mi mujer

-         Como eres pendejo, me dijo Martín . Tú te llevas a la puta y tu mujer se hubiera ido con el desconocido ese.

-         La neta Martín , le dije, yo no hubiera dicho nada si hubieras sido tú, pero está cabrón con un tipo al que ni conozco.

-         Pues eso sí está difícil, uno nunca sabe qué clase de loco anda suelto en la calle. Pero dime una cosa Juan Carlos ¿Por qué te gustaría que yo me coja a tu mujer?

-         La verdad, porque creo que tienes mucha experiencia con las mujeres, además mi mujer no es ninguna jovencita. En ese tiempo, mi esposa tendría como unos 46 años. Eso me da confianza, además las cosas que me has platicado y de cómo te las coges y les sacas lo más pervertida que pueden ser.

-         Jajajaja soltó una carcajada Martín , no es para tanto. Lo que pasa es que todas las mujeres tienen ese lado. Todas las mujeres suelen fantasear con ser cogida por hombres con vergas gruesas, otras sueñan con ser poseídas por dos machos a la vez, hay de todo. Pero todas Juan Carlos, me dijo, todas tienen fantasías sexuales de algún tipo. Algunas en sus fantasías incluyen a sus esposos en otros lo hacen a escondidas.

-         Si es cierto y hablando con la verdad Martín , a mi me gustaría estar presente cuando mi Ana se cogida por otro. Eso me excita mucho, poder verla gemir y disfrutar de un buen vergón, le dije a Martín .

-         Así como la mía, me dijo Martín y que en ese momento se desabrocho el zipper de su pantalón y se sacó su verga. La verdad verlo excitado, me puso al 100. Su verga no eran tan larga como creí podría ser, pero si era gruesa. Se la agarraba y sacudía y me dijo:

-         Sácate tu verga porque quiero que te masturbes escuchando lo que le voy a hacer a tu mujer, cuando la tenga en mi cama, abierta de piernas, pidiéndome que me la coja como toda una mujer casada y puta.

Sin decir nada, también me saque mi verga y le mostré mi herramienta, también la tenía dura y la verdad, no era tan gruesa como la de Martín .

-         Empezó por decirme, de seguro mientras tu mujer bailaba con ese cabrón, este le restregaba su verga en su estómago y en el culo mientras bailaban. De seguro tu mujer estaba bien excitada. ¿Bailaron mucho tiempo?

-         Toda la tanda, le dije.

-         Ufff lo que la ha de ver manoseado. ¿Cómo tiene las tetas tu mujer, son grandes?

-         Si, respondí, usa brassier talla 38DD

-         Oh que delicia deben ser, lo decía mientras no dejaba de masturbarse.

-         Sí, me encanta chupárselas y hacer que su pezones se pongan duros, me encanta jugar con ellos y amasarlos, juego a metérmelos lo más que puedo en la boca y succionarlos.

-         Oh que rica Juan Carlos , dime que más paso con tu esposa y el amigo con el que bailaba, platícame más.

-         Yo miraba a mi mujer bailar con su “nuevo amigo”, ese que Laura le había conseguido. De vez en cuando se me perdía de la vista, porque había mucha gente bailando. Por lo que decidí en atender a Laura. La verdad me estaba gustando la puta, la agarraba de la cintura y me la restregaba, en otras ella se volteaba y me movía su culo en mi verga. En una de esas, el grupo puso música tranquila y Laura no quiso que me sentara. Me abrazo y tomo la posición de ella estar viendo a la pista y yo dándole la espalda.

-         Empezamos a bailar y me dijo ¿No te molesta que tu esposa baile con desconocido?

-         No, le dije

-         ¿Por qué? ¿No te da miedo que ese con el que está bailando, le esté metiendo mano, agarrándole las nalgas en la pista?

-         La verdad no, le respondí, es solo un juego.

-         Y sin ningún recato me agarro la verga y me dijo: Pues el jueguito te está excitando mucho, aquí se nota!

-         Yo trate de voltearme para ver a mi esposa , pero Laura no me dejaba. “Te voy a decir que estan haciendo tu mujer y su amigo, quieres?”

-         Si, le dije

-         Estan bailando muy pegados y algo le dice al oído a tu esposa y ella se ríe. Tu mujercita tiene sus brazos por el cuello, como si fuera su putita. Creo que el amigo de tu esposa , le está besando el cuello y la oreja, si, si lo está haciendo. Tu esposa tiene unas risas, como si le diera cosquillas.

-         Debe de tenerla, porque ese tipo de caricias, le excitan mucho.

-         Si se nota, porque su amigo, la sigue acariciando y tu esposa cierra los ojos, de vez en cuando voltea para acá, para ver si tú la estás viendo. De pronto, ella me besaba la oreja y metía su lengua en ella y me dijo: “Así la está acariciando ese hombre a tu mujer”.

-         Creo que el hombre de tu esposa la está metiendo mano, tu mujer cierra los ojos y hace expresiones de cuando estan dedeando a una mujer y le gusta lo que le hacen.

-         Te gustaría verla? Me pregunto Laura

-         No, le dije, sigue tu diciéndome que estan haciendo. Aproveche para subir mis manos y sobar sus pechos y pude notar que su pezón estaba duro y le dije: “Tú también estas excitada, viendo como otro se aprovecha de mi esposita?”

-         Los dos, los dos me tienen excitada. Ojalá me dejaran ir con ustedes a un lugar más tranquilo y privado, me gustaría ver como ese cabrón se coge a tu esposa. Y después dejarme coger por ti.

Martín se meneaba su verga y me decía cosas como: Si yo fuera el que estaba bailando con tu mujer, la saco, me la llevo al carro para que me haga una buena mamada y correrme en su boca. Después regresártela con la boca llena de semen.

-         La situación era morbosa y sin decir más, agarre mi teléfono y le marque a mi esposa, puse el alta voz y Martín me dijo: Que vas a hacer? A quien le marcas?

-         A mi mujer, a mi puta, a esa que quiero que te cojas frente a mí.

Martín puso cara de sorpresa y emitió una sonrisa de morbo, de perversión. Le dije que guardara silencio y que escuchara. La primera llamada no se logró y Martín sin dejar de masturbarse, me dijo: Márcale otra vez!

Volví a marcarle y después de sonar algunas veces, mi esposa respondió la llamada

-         Hey, que pasa? Dijo mi esposa, Me estaba bañando…

-         Disculpa, le dije, que iba saber yo.

-         Que pasa? Volvió a preguntar ella

-         Nada, es que me acorde de la vez que fuimos al Club Obregón y bailaste con un loco

-         Callate, me dijo, que vergüenza…

-         Porque le dije, se nota que la pasaste bien

-         Yo? Tú que estabas bien entrado con la Laura, luego, luego te agarraste de ella.

-         Pero a poco no te gusto  bailar con ese cuate, estuviste toda la tanda bailando, a mí se me figura, que la estabas pasando muy bien, nada más por las caras que hacías…

-         Y luego cuando nos fuimos al motel, ufa, estabas muy muy caliente, estabas bien mojada. Hasta me pediste que aprovechara tu calentura y te la metiera por atrás, cosa no común en ti.

-         ¿Porque me estás diciendo eso? Pregunto Ana

-         La verdad me estaba acordando de ese día y me empecé a excitar y quería saber cuándo vamos a volver a ir. ¿No te gustaría volver este fin de semana?

-         La verdad no sé, pero luego vemos

-         Ándale, insistí, tengo ganas de volvamos a ir y te pongas bien alegre como esa noche. Tú te la pasaste muy bien, si o no?

-         Si, me dijo ella, pero es que ese día casi se nos salía de la mano

-         Porque lo dices? Que paso que no sepa yo? Si hizo algo más el cuate con el que bailas y no me quieres decir?

-         No es eso, pero ya vez que hasta el bra me pidió que le regalara y tú te diste cuenta de lo que paso, cuando íbamos al motel

-         Si, si recuerdo que no llevabas el bra y cuando te subiste al carro, te desabrochaste la blusa e ibas con tus senos de fuera

-         Que vergüenza, la verdad. Me dijo Ana

-         Para nada mi amor, yo estaba muy caliente y tu amigo también, estoy seguro que si tuvo oportunidad de acariciarte las tetas y restregarte su pene en tu colita ¿o no?

-         No me estrés preguntando más

-         ¿Porque? Te excita? ¿Que no te acuerdas cuando te pregunte en el motel si querías otra verga además de la mía? Y que me dijiste, no te acuerdas? Que si, que deseabas que te metieran una vergota gorda, gruesa, que te llenara toda y que te doliera de tan gruesa, ¿no te acuerdas?

Martín estaba masturbándose frenéticamente, escuchando la conversación que en ese momento sostenía con mi esposa y de la que era testigo. Yo volví a las preguntas a mi esposa

-         ¿No recuerdas cuando te dije que imaginaras que quien te penetraba por el culo en ese momento era el compadre y tu empezaste a decir “Así compadre, métame su verga, hágame su puta!?” ¿Lo recuerdas?

-         Qué pena Juan Carlos, en serio me da mucha vergüenza, por eso no me dan ganas de volver y ponerme así como me puse esa noche

-         A mí me gustó mucho, te excitaste como nunca lo había visto. Estabas súper mojada, cuando te chupe la vagina sabías deliciosa. Tu olor a sexo llenaba la habitación.

-         La verdad si Juan Carlos, si me excite mucho, estaba muy caliente, como ahorita me estoy poniendo. Si vieras, te darías cuenta que me estoy tocando. Creo que si te tomaré la palabra y te pediré que compres el consolador que dijiste. Lo voy a necesitar para ocasiones como estas, cuando estoy excitada.

Martín no soporto más su calentura y empezó a descargar su leche en el piso, yo al ver que se había corrido, escuchando lo que mi esposa decía, también empecé a correrme; la verdad solté mucha leche, por la excitación, por ver a mi Amigo Martín masturbarse escuchando a mi mujer por teléfono. Era excitante y muy perverso.

Imaginar que pronto entregaría a mi mujer a mi amigo de 57 años, me tenía muy caliente.

A todo esto, mi esposa tal vez escucho mis gemidos o los de Martín y me pregunto

-         ¿Dónde estás?

-         En la oficina, respondí

-         ¿Qué estás haciendo?

-         Pensando en ti y esperando a que aceptes mi invitación para volver a ir al Club Obregón

-         Ok, acepto, necesito relajarme un poco y tomarme unas cervezas para conseguirlo

-         Y bailar con algun desconocido, sume yo a su respuesta

Ella sonrió y yo me despedí de ella, colgando la llamada.

Cuando termine la llamada, Martín se estaba limpiando su verga y mano, y de paso me acerco el rollo de papel para que hiciera lo mismo.

Una vez arregladas las ropas, me dijo

-         Carnal es cuestión que me pongas a tu señora y yo me encargo de cumplirte tu deseo, de que me veas culiando a tu mujer.

Continuará…