La Historia de mi Amigo 6 “Una tarde de Sexo”

No Henry, mira que Yo no soy culero dijo Willian, Yo solo tuve un desliz esa vez y nada más. Puta compa, dijo Henry; hagamos algo, me das una mamada para quitarme la calentura y luego Yo te la mamo a voz, ¿Qué decís?

La Historia de mi Amigo 6 “Una tarde de Sexo”

Después de aquel fin de semana en que todos gozamos como locos en altamar en un bote y que sin haberlo calculado todos habíamos logrado dejar escapar frente a quienes menos esperábamos nuestros más bajos instintos animales y nos dejamos gozar de sexo gay, un sexo que algunos nunca habían experimentado y nunca hubieran siquiera pensado que les vendría a la mente ni como parte de un sueño sexual.

Todos estábamos como en una pequeño trance analizando nuestro propio comportamiento y valorando todo lo que dejamos ver, oír y sentir de nosotros mismos y de lo cual Willian me contó no se arrepintió ni de lo más mínimo.

Willian había gozado al máximo con Felipe y este lo había hecho sentir lo sabroso que era tener una buena verga enterrada en lo más profundo de su ano y poder sentir como te roza la próstata a su paso de entrada y salida, lo cual es una experiencia que muy pocos hombres han experimentado; por mucho sexo anal que hayan tenido.

Como una verga, es capaz de doblegar al macho más macho; al más tunante de los hombres y que él mismo con su amplia experiencia con las mujeres, nunca llegó a sentir ni creer que un pedazo de carne gruesa, larga y vibrante le pudiera entrar en su culo y mucho peor, que lo pudiera hacer sentir tanto placer a un macho alpha como él.

Eso de estar ensartado hasta el fondo por su propio sobrino, el mismo que vio crecer y que en muchas oportunidades cargó, esa había sido la máxima expresión de buen sexo jamás disfrutado, ni siquiera con su propia mujer.

El morbo de las situaciones vividas en esos días lo mantenía cachondo (caliente), sentía como andaba con la verga tiesa todo el día y cuando iba a ver a su mujer al hospital no podía ocultar lo mucho que la amaba y lo mucho que la deseaba y de igual forma ella a él.

Su mujer es una mujer con una cara exótica, una latina hermosa de cuerpo escultural, con una cabellera negra lisa y abundante, que emparejada con él se veían estupendos; él muy varonil e impresionante con ese cuerpo como de piedra al solo mirarlo, amplias espaldas y fuerte pecho y con un andar felino que indicaba su agilidad al moverse y entonaba un aire de soy bueno para pisarte.

Fabio, al llegar a casa lo primero que hizo fue pedirles a sus hijos total discreción con aquello vivido ya que eso fue algo totalmente inusual para él y asumía que para sus cachorros era igual.

Fabio entró a su casa y su mujer lo esperaba con una deliciosa comida, sus hijos y él devoraron todo, venían muy hambrientos y cansados del viaje, ese día pronto cayeron en los brazos de Morfeo y dispusieron descansar desde temprano.

Henry, por su parte no dejaba de pensar en todo lo que había visto, a Don Fabio como él lo llamaba, ensartado por el culo y besando y acariciando a su propio hijo, eso era alucinante, no solo por ser incesto y todo eso, sino, por la forma en que lo estaban gozando y su amigo siendo ensartado por el culito y la boca al mismo tiempo, esto hizo que su verga se parara y comenzara a sentir escozor en su pantaloneta, al grado que su bóxer no podía contener la carpa que marcaba y por mas que la acomodara esa erección si era notoria.

Ver a Felipe, con que pasión se trincaba a Willian que era el más mujeriego del barrio y se levantaba cuanta vieja encontraba, pero allí gozaba como la mayor de las putas que están en celo por una buena verga y Felipe que luego él mismo metía su riatota en el culo de Willian cuando al retroceder él se hacía ensartar al mismo tiempo; eso es espectacular.

Henry un chavo con su andar de dueño del mundo y una figura delgada pero fibrado, iba por la calle directo a su casa en un par de sandalias de playa, una calzoneta larga tipo bermudas y una camiseta que apenas alcanzaba a tapar parte de la empinada verga que guardaba dentro de los bóxers y que llevaba a su dueño con unas ganas de volver a meter su riata en una buena cusuquita (vulva), para lo que esperaba que su novia estuviera en casa de ella que le quedaba al paso y para allí se enfiló.

Al llegar a casa de la novia Henry toco a la puerta, tardaban en abrir y él estaba desesperado por encontrarse a su novia y que le diera un buen polvo, aunque fuera un rapidín.

Henry, toco y toco y nada que abrieron; se asomó a la ventana y miro al interior y todo estaba apagado y cerrado.-   Caminó unos pasos más hacia su casa cuando doblando a la esquina aparece el suegro y la esposa y le comentan que la chica en cuestión anda en el centro de San Pedro Sula, haciendo compras y en el cine.

Henry, perdió toda esperanza de aunque fuera una mamada.

Su casa quedaba en la vuelta del bloque y colindaba patio con patio con la casa de Willian.

Henry entró a su casa y sus padres fueron saludados uno a uno y luego de solo comer algo ligero se dirigió a su cuarto que estaba en el 2do piso con ventana al patio trasero.

Decidió darse una ducha y para desgracia no había agua en la llave, estaba mala la cisterna y luego de escuchar tan mala noticia de parte de su padre, así envuelto en una toalla en la cintura y un par de sandalias de baño como una vestimenta se dirigió al patio a bañarse en la pila.

A penas salir Henry de la casa, se topa con la imagen de la cabeza de Willian que sobresale del muro perimetral y que se nota que está bañándose como es habitual en él; en la pila y con empinarse un poco logra verlo bien y haciendo un silbido de esos de admiración porque te gusta lo que vez llama la atención de su amigo.

Hola Henry, ¿que hay?, fue la respuesta a el silbido de Henry, pos nada compa aquí que tengo mala la cisterna y tengo que bañarme en la pila igual a voz.

Pues mira que aquí está bien el agua, lo que pasa es que Yo solo me baño aquí en la pila.

Pues mira que si, que bien equipado estas por aquí, con tu champucito y jabón y paste, bueno; todo lo necesario y ahora que lo digo, tengo que subir a traer lo mío porque se me olvidó.

Si quieres te puedo prestar mi shampoo, no hay problema; así no subes hasta tu cuarto.

¿De veraz?, dijo Henry.

Sí le contesta Willian y si quieres te saltas el muro y te bañas aquí, así lo compartimos y no tienes que esperar que termine de bañarme.

Pues compa, ni que hablar ahora mismo ya veraz.

Henry, acercó la escalera y por allí trepó al muro y al otro lado fue fácil pues el lavandero de la pila quedaba justo bajo sus pies.

En un segundo Henry había saltado la barda y estaba junto a Willian en pelotas los dos y dándose una ducha juntos.

Todo estaba bien, un baño normal de dos amigos que se restregaban y limpiaban su jabón cada cual.-  Henry volteaba a ver las nalgas de Willian cuando este se volteaba a sacar agua de la pila con la paila y se inclinaba un poquito, lo suficiente como para mostrar un poco de esa rajita que Henry había visto como gozaba su alero Felipe.

Entre esos recuerdos y la embadurnada de jabón que se estaba dando su verga creció hasta no poder ocultar la erección que tenía.

Puta mano, dijo Willian; ya se te paró la riata.

Pues sí Will, es que estaba recordando como te puso Felipe en el bote y me calenté viéndote las nalgas que si las tienes bien ricas cabrón.

Joder  Henry, no hables fuerte de eso que te puede escuchar alguien.

No Willian, aquí solo estamos nosotros y no hay nadie en los patios, solo nosotros.

Si joder, mira Henry; eso que pasó en el bote es algo que a mi no me ocurre, fue el calentón que todos nos dimos por el exceso de bebidas y la situación de estar aislados en alta mar, mintió Willian; tu sabes bien que a mi me gustan las viejas, verga solo fue esa vez y no más.

Willian, te quiero aclarar algo, dijo Henry; Yo tengo mi novia y todo el rollo con ella está que tenemos una relación riquísima desde que comenzamos a coger juntos y que Yo fui su primera vez, pero hoy  que la fui a buscar no estaba la muy cabrona y ando caliente como mula en primavera.

Tu culito al aire y los recuerdos me tienen así, como aleros que somos Willian, deja que te de una culiadita, te prometo que será rápida y la vas a gozar, mira que no te va a doler, si aguantas la riatota de Felipe, la mía es nada.

No Henry, mira que Yo no soy culero dijo Willian, Yo solo tuve un desliz esa vez y nada más.

Puta compa, dijo Henry; hagamos algo, me das una mamada para quitarme la calentura y luego Yo te la mamo a voz, ¿Qué decís?

Los segundos a continuación eran bien tensos para Willian pues ya no estaban bañándose, estaban platicando desnudos ambos y Henry con su verga bien parada apuntándolo.

Mira Henry, vamos a hacer algo, vamos a entrar; te la voy a mamar y luego tu a mi.

Pero eso sí, no se lo digas a nadie; ni siquiera a los que fuimos al mar.

Ok, dijo Henry y con las toallas enrolladas en la cintura entraron a la casa de Willian; ya dentro del cuarto Henry se acercó a Willian y viéndolo a los ojos lo despojó de su toalla y tiró la suya al piso, Willian con su mano acarició la cara de Henry y la otra la apoyó en la cintura de este, acariciando un costado y la cara al mismo tiempo se dobló para tomar entre sus labios uno de los pezones de Henry y succionarlo hasta que su contorno se volvió un poco rojo.

Henry suspiró serrando los ojos y tirando su cabeza hacía atrás, ese era su punto débil y Willian no tardó en encontrarlo y jugar con el.

Willian sabía que él no era inmune a ese chavalo que le pedía le ayudara con su calentura y que le diera una buena satisfacción.

El pezón de Henry era amplio y con un botón bien durito en el centro.

Ese botón, era el nuevo juguete de la lengua de Willian mientras saltaba de una tetilla a otra y con su otra mano acariciaba el duro culo de Henry.

Henry con sus manos apretaba la nuca de Willian en cada lamida y succión que este le daba a sus pezones y podía sentir como entre uno y otro pezón las manos de Willian acariciaban sus nalgas, su raja y sus huevos que subían y bajaban a razón del goce que le estaban proporcionando en ese momento.

Henry nunca había sentido las caricias de otro hombre, su cuerpo solo había sido explorado por su novia que se estaba perdiendo de esos momentos de sexo y caricias que le estaban propiciando.

Willian no dejaba de estar en contacto con su boca con la dulce piel de Henry, era como estar disfrutando de un helado de vainilla en una tarde calurosa como esa que estaban viviendo, el aire del ventilador oscilante pegaba en sus cuerpos y los acariciaba, su boca fue bajando por el abdomen plano de ese chico y disfrutaba de una pelusa suave que iniciaba en el ombligo para llevarlo a una capa más ancha pero bien podada que se esparcía en la base de ese tronco de carne bien dura que culminaba con un champiñón bien coloradito y jugoso de precum.

Willian froto su nariz en la pelusa y absorbió el olor a jabón, a chavo joven y la testosterona de ese chico emanaba a millones por segundo, toda la habitación estaba inundada a su olor, aquello se estaba volviendo un deleite sin igual.

Las manos de Henry acariciaban los hombros y lo instaban a bajar a sus huevos para que los lamiera.

Henry, subió una pierna en la cama y sus huevos quedaron al alcance de Willian, Willian tomó uno a uno entre sus dedos y los presionaba para hacerlos entrar en su boca, sus labios los succionaban y su lengua los acariciaba, fueron los dos huevos de Henry que estuvieron en la boca de Willian, Henry podía sentir como eran succionados como por una aspiradora hacia adentro de la boca de Willian y al mismo tiempo sentía la suavidad de las caricias de la lengua de ese macho que tenía arrodillado a sus pies.

Henry miraba la cama tipo matrimonial en donde este macho latino, hermoso, varonil se follaba a su mujer y la hacía sudar del gusto y ahora era él el que se estaba pisando a Willian ese mismo hombrón por la boca ya que Willian había tomado el pene de Henry y la cabeza del mazo de carne estaba entrando en esa cavidad suave y húmeda que es la boca de Willian.

Los primeros sshaaap  ssshaaap  ssshhhhaaaappppp se escuchaban de la succión que le estaba imprimiendo Willian al glande de Henry y al bajar la vista vio como los cachetes de Willian se hundían al succionarle.

Willian abrió sus ojos y subió la mirada para observar a Henry y lo que pudo notar fue como Henry abría y cerraba sus ojos, como esos labios eran repasados una y otra vez por la lengua que salía en busca de otra lengua que la calmara de esas ansias de besar.

Willian podía sentir que la verga de Henry en ocasiones crecía en grosor y fue en ese momento que Henry lo haló hacia arriba y al estar frente a frente lo besó en la boca.

Fue un beso tierno, suave pero de esos que solo los hombres saben dar.

La lengua de Henry entró en la boca de Willian e inmediatamente encontró a su igual que la esperaba gozosa de sentirla dentro de su cavidad.

La lengua de willian jugaba y saboreaba la de Henry, ese beso estaba sabroso; podía sentir el aliento fresco de este joven y podía sentir como su cuerpo vibraba en sus brazos.

Sus manos lo acariciaban, no había lugar que no quisiera tocar; el cuerpo de Henry había tomado unos niveles más altos de temperatura haciéndolo sentir con una pequeña braza bajo esa piel.

Henry había encontrado en agujerito del ano de Willian y acariciaba con el tacto de su dedo anular sus pliegues y todo su alrededor.

Willian, al sentir como su joven amante estaba tocándolo allí; dio un pequeño adelantón de su pelvis pegándose ambos mucho más.

Sus penes se estrujaban uno en contra del otro y producían un placer especial al sentir como esos rollos de carne maciza se frotaban y rodaban uno al otro.

Sus pelvis estaban llenas de precum y sus bocas ansiosas de mamar.

Ambos cayeron en la cama y trenzados en un abrazo uno giró sobre el otro haciendo que sus cabezas descansen en el muslo de su amante y que sus bocas vuelvan a recibir esos suculentos pedazos de carne llamados verga que solo están allí para dar placer.

Ambos mamaron al otro en un tenas 69, el glande de uno y otro llegaron a las gargantas, ambos tosieron y ambos dejaron que el otro atravesara su campanilla y no sabiendo como sus respiraciones se acoplaron para permitir funcionar con las entradas y salidas de esos mástiles de placer.

Willian tenía a su alcance el ano de Henry y su lengua lo buscó, nunca le habían comido el culito a Henry y así lo hizo saber, diciéndole: “Willian, que rico es eso que me haces allí, nunca nadie me había comido el culo; que sabroso es”

Willian se afanó en su beso negro en ese ano celestial, un ano fresco, hermoso, saludable, lleno de pliegues fruncidos que no hacían otra cosa que proteger ese tesoro de su amo.

Henry estaba como loco por aquellas caricias que la lengua de Willian le daba, recompensaba a su amante con tremenda mamada que parecía que sacaría toda la leche alojada en los huevos enormes de Willian y que su mujer no había ordeñado aún.

Henry miró una vez más hacia Willian y pudo ver el preciso momento en que este se separaba de él para colocarse boca abajo y con las manos levantarle las piernas y empujar su espalda hacia arriba para quedar ofreciendo el ano a la merced de Willian.

La lengua de Willian no se dejo esperar, hurgó aquel pozo de deseos y sabor singular, nada comparado a nadie atrás, Henry estaba rojo de lujuria y sudoroso del deseo, su cabeza no pensaba, su cuerpo respondía por si solo.

Sus actos no se programaban solamente actuaba y un ferviente deseo de ser poseído lo invadió.

Bajó su cuerpo para sentir en su descenso como la verga bien parada de Willian rozaba su espalda y pasó acariciando su ano.

Henry no habló, por instinto tomó una almohada y la colocó bajo sus caderas, sus piernas se abrieron mucho más y su mano buscó el mástil de Willian y lo colocó en la entrada de su culo, Willian no esperó, por instinto entendió que Henry quería sentirle dentro de si.

Willian escupió certeramente en el agujero de Henry y frotando un poco su glande en el culito de su amante, lo empujó solo para que Henry sintiera lo que tenía en su entrada posterior.

Willian empujo un poco más y la mitad de su cabeza de verga ya había entrado allí, pudo escuchar un pequeñísimo suspiro de asombro y rica sensación que emitió Henry, haciendo que su esfínter se contrajera y apretara su chalampa otorgándole gusto a ese sabroso placer de tener a un joven hombre, con una hermosura viril  y singular; despatarrado frente a él ofreciendo su virginidad.

Un leve movimiento de las caderas de Henry fueron las culpables de que la cabezota de la verga de Willian se perdiera en su interior.

Henry abrió los ojos mirando a Willian y este a su vez mirando a Henry le sonrió, afianzando sus manos en las caderas de Henry empujó un poco más y parte del tronco se fue hacia su interior,  Willian pudo sentir otra contracción del culito de Henry y pudo ver que Henry comenzó a sudar un poco más, el ventilador no fue suficiente y su cuerpo comenzó a sentir como el fuego del sexo lo invadió, como ese culito se abrió y él aprovechó a empujar y dejar empalado a su nuevo amor.

El culito de Henry aprisionó el grueso miembro de Willian y lo acarició en toda su longitud.

Estos dos hombres hermosos estaban enredados entre sí, las piernas de Henry se elevaron, sus pies se posaron en el pecho amplio y carnoso de Willian permitiendo a Willian que con sus manos lo halara hacia él y poder comenzar un baile de caderas en que su pene salía y entraba raspando todo el interior del intestino de Henry, haciendo disfrutar a este chaval de un buen trozo de más de dos libras de carne gruesa y larga.

Henry podía sentir como ese cilindro de verga lo taladraba y lo hacia gozar, nunca pensó que estaría en situación igual.

Que el hecho que le metiera la verga era tan sabroso y que podía disfrutar de un nuevo apéndice de placer sexual, su ano.

Por ser tan rico ha de ser que existe el rumor que eso es malo, por ser tan sabroso ha de ser que ese rumor se esparció por todo el mundo; pero también por ser tan rico es que quien lo prueba no piensa en dejarlo más.

El tiempo había transcurrido sin mirar y su ano seguía gozando mucho, muchísimo más.

Un hormigueo de placer salía de sus entrañas cada vez que Willian le empujaba las tripas y le sacaba la verga para volver a entrar.

Willian se acostó sobre él y Henry con sus piernas rodeo la cintura de Willian abrazando, atrayendo a su macho que lo estaba pisando a todo vapor.

Los talones de Henry rebotaban en las nalgas de Willian a cada empellón, su verga se sentía un poco más y en su cuello la nariz de Willian resoplaba y agitaba más, Willian clavó su cabeza en el cuello de Henry, le mordió y Henry pudo sentir como esa verga se le encajaba en lo más profundo de su humanidad y hasta pudo sentir la caliente leche que hervía en su interior y que era depositada como en cofre de placer dentro de su intestino del amor.

Willian tembló, sus brazos estrujaron el cuerpo de Henry y comenzó a sudar a mares, su sudor llegó al cuerpo de Henry y este lo sintió como si fuera un baño de amor.

Ahora la habitación olía a hombre satisfecho de sexo y amor.

No supo como, pero entre la mamada inicial de Willian y la enculada que le dio; él comenzó a amar a su vida, su amor, Willian.

La verga aún tiesa de Willian, salió del ano de Henry, con mucho pesar Henry tuvo que soltar a su hombre y al separarse de él, sintió la soltura del peso del fortísimo cuerpo de Willian y sus ansias de seguir así.

Con la punta de la verga aún dura en la mera entrada del culito de Henry, Willian se volvió a inclinar sobre él y le dio un beso cálido y suave a la vez de masculino y sensual.

Luego mirándose muy de cerca le sonrió y le preguntó ¿Te gustó bebe?

Sí, fue la respuesta de Henry; Si me gustó un chingo, no te quiero soltar.

Con otra hermosa sonrisa Willian le dijo: Yo estoy igual.

Ambos hombres se levantaron  y notaron sus cuerpos cubiertos de sudor y sexo, tomaron sus toallas que estaban en el suelo aun y se dirigieron a la pila a bañar.

Luego de un beso rápido de despedida, Henry saltó el cerco y entró a la casa, las luces estaban prendidas y la noche había llegado, Henry con su toalla anudada a la cintura entró a su cuarto y se sorprendió.

Alguien desde su cuarto estaba viendo hacia afuera, hacia el patio, era una sombra de hombre y prendió la luz.

¿¿¿¿Papá???

Su padre le asustó, no sabe cuanto tiempo a estado allí.

Su padre se volteó y tenía cara extraña.

Nunca había visto esa expresión en la cara de su padre, lo había visto enojado, muy enojado, lo había visto triste y hasta llorando por alguna razón.

Pero esa expresión en la cara de su padre era todo a la vez.

Henry, se acercó a su papá que no articulaba palabra y con una de sus manos hiso un pase como de torero haciendo invitación para que Henry viera un poco más y lo que vio lo hizo temblar.

Willian seguía en la pila tirándose agua y en ese momento pudo ver la ventana del cuarto y claramente pudo notar la cama en donde acababa de entregar su virginidad.

Espero les haya gustado, recuerden eso de nombres, lugares y bla bla bla bla

LUDAVAGI

Piscis03ma66@yahoo.compiscis03ma66@hotmail.com