La historia de Laura VI

Senti que el mundo se me venia encima, una cosa era mi rabia las semanas anteriores y no querer verla unos días que saber que ya no podría verla.

Realmente fui a casa de Sergio, uno no se va de casa de una simple “amiga” en la noche con cuatro cosas en la maleta simplemente porque si, no quería tener que explicarle nada a mi mama y fue la mejor idea que se me ocurrió. Sergio estaba dormido pero su mama me dejo entrar sin problemas a su cuarto, cuando me escucho chocar con una silla se despertó, encendió la lámpara y sonrió. - ¿Qué paso? ¿Peleaste con Silvia? – Algo así, es complicado. –Me lo imagino, ¿Desde cuando tienen algo? ¿Antes o después de que me fui?  -Después, desde que me mude con ella, aunque teóricamente no tenemos nada. Me había sorprendido un poco, pero si alguien nos conocía, sobre todo a mi, y podía sospechar algo era el sin duda. Me cambie y me metí a la cama con el, me acosté en su pecho y no pude evitar que se me escaparan unas lagrimas pero solo quería dormir, no quería perder mas tiempo ese día en ella. Antes esa situación hubiese terminado en sexo pero aunque no podía olvidar todas las cosas que había sentido por el, y que habíamos compartidos, además de que era un hombre guapísimo mi mente y, aunque yo no quisiera, mi corazón estaba con Silvia.

Me despertaron las caricias de Sergio en mi cabello, eran las 9am no había ido a clases pero no me importaba, nos duchamos y fuimos a desayunar fuera para poder hablar solos. Le conté absolutamente todo lo que había pasado con Silvia, el como siempre me escucho, me apoyo y me aconsejo… me dijo que quizás lo mejor era alejarme que si Silvia no podía ni aceptarse a si misma que le gustaba otra mujer pues entonces no valía la pena darse mala vida. Sergio tenia razón yo no la obligaba a gritarle al mundo lo que pasaba entre nosotras, sobre todo porque yo misma no creía esto factible con mi familia pero entre nosotras era otra cosa, si quería algo conmigo tenia que dejar el jueguito con Fernando.

-Mira Lau, quizás tú fuiste mas madura o arriesgada, como lo quieras ver. Dijo Sergio, y asumiste desde el primer chispazo que ella te gustaba, tú eres así. Pero ella no. Para ella eso no es normal y Fernando es solo un juego de autoconvencimiento yo dudo que el problema de Silvia sea contigo, su problema es consigo misma y con lo que ella tenia pensando para su vida, yo lo que te puedo decir es que tienen que hablar sinceramente y si no funciona pues aléjate, no puedes estarte dando mala vida por alguien que no se aclara a si misma, o sufre por José, o le Gusta Fernando o te quiere a ti pero que se decida.

-Sinceramente no lo se Sergio, yo últimamente a  la persona que menos conozco en el mundo es a mi mejor amiga… no creo que acceda a hablar del tema conmigo. Realmente lo dudo. Fuimos a ver a mi mama, pasamos en mi casa a ver como iba todo y la verdad ya estaba casi lista me alegraba mucho volver a la normalidad a ver si todo esto pasaba a ser un sueño o una pesadilla en mi vida. Pase el resto del día con mi mama y Sergio comprando cosas que necesitaría para mi oficina que ya estaba casi lista también, seria una pequeña oficina de servicio técnico y asesoramiento informático pero me iba mantener ocupada para no pensar en Silvia. Al siguiente día debía ir a la Uni no podía seguir evitándolo, sobre todo porque tenia un examen. Seguía quedándome con Sergio y ya que se iría el fin de semana podría irme directo de su casa a la mía….

Me fui calculando llegar a clases justo a la hora del examen y lo logre. Entre directo al salón presente la prueba y me quede en clases hasta las 11am; teníamos 20 minutos libres y debíamos cambiar de salón, fui directo al salón porque no quería encontrármela en el cafetín pero como las cosas no son como espera, me la encontré saliendo de la oficina de un profesor. Se acercó a saludarme y me pregunto como estaba, trate simplemente de ignorarla y seguir caminando –Joder Laura ven acá, tenemos que hablar.

-¡Ah! ¡Ahora si tenemos que hablar! No me jodas Silvia Valencia. Yo estoy cansada de que todo sea cuando y como tu quieras.

-Laura deja la pataleta y compórtate; estamos en la universidad y no vamos a montar un numerito.

-Claro Señorita Valencia, que pueden pensar de usted si la ven discutiendo de esta manera conmigo. Haga el favor de irse a la mierda. Me jalo del brazo y me hizo entrar al baño que estaba cerca. ­– Suéltame Silvia coño que me duele ese brazo donde me clavaste las uñas cuando cometiste el error de acostarte conmigo.

-¡Ya! Laura… Tenemos que hablar.

-Vale me parece muy bien eso de hablar. Claro si no te vas a atragantar cuando digas que entre tu y yo paso algo. Pero sabes algo, yo tengo clases y no tengo ganas de hablar contigo. Uno de estos días que te den ganas de hablar conmigo pero que no sean horas de clases llámame y cuadramos algo para vernos. Me zafe de su brazo y me fui.

No le pare ni pizca de atención a la clase, Salí y me fui al club de una amiga; por su puesto a esa hora estaría cerrado pero ella estaría allí, necesitaba un trago y distraerme para no pensar en Silvia. Angie y yo éramos amigas desde hacia años, casi que nos cambiaron los pañales juntas y aunque éramos muy diferentes y en ocasiones pasamos meses sin vernos siempre estábamos la una para la otra. No me esperaba pero se alegró de Verme:

- ¿Qué paso Solórzano? ¿Qué te trae por acá?

-Ganas de visitar una vieja amiga para saber como esta.

-¡Claro! Si, si. Perra si tú vienes para acá solo cuando pasa algo y dado los rumores de que Sergio anda de visita y la hinchazón de tu labio, asumo que es eso lo que te tiene aquí de visita.

-Ojala fuese es. Seria tan sencillo. Dije antes de suspirar. Hablamos un rato de nuestras respectivas familias. En cierto momento en que estamos conversando me quite la chaqueta que llevaba ese día y note como su mirada se clavo de inmediato en las marcas de uñas en mi brazo.

- Ah no vale, pero si parece que te metiste a domadora de “Gatas”.

-Algo así, pero no. Esa fue Silvia. Se hizo el silencio por unos momentos.

- ¿me cuentas o prefieres que lo infiera?

-No quiero hablar de eso. Mejor dame más vodka y acéptame una invitación a comer que me muero de hambre.

Fuimos a comer, vimos a Sergio; pase la tarde con ellos y otros amigos hablando y riendo y solo la recordé cuando alguien la menciono o pregunto por ella. No fui mas a la universidad esa semana, Sergio me hizo el favor de buscar mis cosas en el Apto antes de irse y me mude a mi casa con mi mama. La siguiente semana me la tropecé varias veces en la Uni pero no hablamos, solo nos saludábamos en medio de algún grupo de personas en el cafetín o algo por el estilo. Mis días estaban divididos entre la Universidad, mi oficina, mi casa y las noches en casa o en club de Angie hablando y bebiendo. La extrañaba muchísimo pero no podía seguir detrás de alguien que no tenia nada claro.

Así habían pasado cerca de tres semanas desde el incidente del baño. Eran cerca de las 11pm yo estaba en el club de Angie tomando y tratando de líbrame de un imbécil que me tenia verde invitándome a bailar cuando Angie me dice, señalando la puerta, - Mira quien anda por allí. –Joder ¿que hace Silvia aquí? Y sola. – no tengo idea pero por como mira para todos lados creo que te esta buscando.

Me quede donde estaba en la barra hasta que me localizo con la mirada y la vi acercarse:

-Hola Laura, ¿Podemos hablar? Te he estado llamando y siempre me cae la contestadora.

-Cambie de numero, dime lo que quieras decirme.

-No, Laura es importante. Vamos a un sitio mas tranquilo.

-Vale, ¿A dónde quieres ir?

-¿a tu casa?

-No, si quieres hablamos en el auto pero no quiero llevarte a mi casa.

-Vale.

Salimos y como yo estaba estacionada en la parte de atrás del local, en la entrada del personal, no había nadie, - ¿Qué quieres hablar Silvia? La verdad yo no tengo ganas de discutir contigo. No tiene sentido discutir por algo que no paso.

-Yo no vine a discutir contigo Lau. Yo vine porque tu mama me dijo que te podían encontrar aquí y necesito decirte algo antes de que te enteres por terceros.

- Diga usted.

-Pedí un cambio de sede en la universidad y me voy a vivir fuera de la ciudad.

-¿Ah? Tu estas demente o que.

- No Laura, no estoy demente. Es lo mejor que puedo hacer.

-¿esto es por lo que paso entre nosotras?

- Si y no… No fue eso lo que me impulso a tomar esta decisión pero si creo que es lo mejor que puedo hacer por nosotras. Es la mejor manera para que tengamos claro que lo que paso fue un error y sé que con el tiempo me darás la razón Lau…

- Tranquila, ciertamente debes tener razón. Porque si lo que paso fue tan terrible como para que dejes a tus amigos, tu familia, y te vayas así de la universidad en pleno semestre dejando la ciudad debió ser un gran error y ten por seguro que no te voy a molestar mas nunca Silvia Valencia, mas nunca. Pero que te quede algo claro ni Fernando, ni José, ni ningún imbécil que te consigas para convencerte que no paso nada va a sentir lo que yo siento por ti. Y disculpa si un Error como soy yo te dice esto pero yo te quiero y hubiese hecho y aceptado cualquier cosa por estar contigo; pero veo que tus miedos y los prejuicios son mas grandes que hasta la amistad que pensé que tu y yo teníamos… Yo de ti hubiese esperado cualquier cosa pero no que huyeras como una cobarde. Que decepción y que tristeza contigo chamita. Se me acerco me dio un beso en la comisura de los labios y susurro – no quiero hacerte daño por eso me voy, me equivoque. Y se fue.

Senti que el mundo se me venia encima, una cosa era mi rabia las semanas anteriores y no querer verla unos días que saber que ya no podría verla, ni topármela en los pasillos. No estaba preparada para eso. Entre y me bebí toda la vodka que no había bebido en mi vida.

Buenos espero les haya gustado la sexta parte de la historia de Laura, he leido sus comentarios y ya estoy escribiendo algo que los hara entender un poco de como veia la historia Silvia, aunque si tomo al pie de la letra de la historia Ella no quedaria bien parada... pero aca todo es muy poco mas bonito y podremos arreglarlo. Saludos. espero sus comentarios para seguir mejorando. Gracias por leerme.